Anteriormente:

Aún me amas; — dijo a sus espaldas Yamato — a pesar de que formaste tu familia, sé que aún me amas, así como yo te amo…

Mimi detuvo su caminar, se volteó hacia el rubio y con un nudo en la garganta le respondió:

A pesar de que te ame Yamato, el rencor que sientes por mi familia hace que no pueda estar contigo…

Yamato enmudeció con la respuesta de Mimi; se dio cuenta que ya no había oportunidad de estar con ella, tragó duro y con su quijada apretada habló con voz neutral:

Si esa es tu decisión, está bien Mimi; te dejo en paz — se puso serio e imponente como antes, su mirada volvió a ser fría y distante; para Mimi verlo tal como años atrás, cuando se habían separado, fue un golpe directo a su corazón: la oportunidad de contarle de sus hijos se había esfumado y con lágrimas en los ojos le miró por última vez:

Adiós Yamato…

Encuentro con la verdad

6 de julio

10:04 a.m.

Barrio Residencial Rue Visconti

Saint-Germain-des-Prés, París

Mimi escuchaba a lo lejos el sonido de su celular; el ruido del timbre hacia martillar su cabeza, no sabía si era por el ringtone o por la jaqueca insoportable que tenía de la noche anterior por el alcohol y llanto acumulados en su cuerpo, dejo de sonar por unos segundos y mientras Mimi daba vuelta en la cama para seguir durmiendo volvió el ruido incesante a sus oídos:

— Maldita sea ¿quién llama a esta hora? — Se acercó a su mesa de noche, tomo el teléfono y distinguió con la mirada entreabierta el nombre de la Takaishi en la pantalla — Argh, no quiero hablar ahora — dejó el celular sin interés en el mismo lugar y se removió nuevamente dentro del edredón

No había pasado ni medio minuto y nuevamente Natsuko insistía con la llamada:

— ¿Es que no dejara de llamar? — respondió levantándose fastidiada, quería pedirle que le dejara en paz aunque fuera un par de horas y no le hostigara con el tema de Matt, hasta que recordó que sus hijos estaban con Natsuko, rápidamente tomo su celular para responderle quizás la rubia llamaba para decirle que le había pasado algo a los niños

— ¿Aló? — contestó apresurada Mimi

— ¿Aló? ¿Querida? ¿Cómo estás? ¿Cómo te fue ayer? — comenzó a preguntar Natsuko ansiosa

Mimi se tomó el puente de la nariz, tomó aire y contó hasta diez antes de responderle:

— Estoy bien; gracias, y pésimo — dijo escueta la castaña — ahora; no quiero sonar antipática, pero te pediría no hablar más de Matt, no quiero saber nada de él

— ¿Pero porque? — respondió extrañada la ojiazul — ¿qué fue lo que paso?

— Me dijo que no era importante para él, que me había olvidado y ya no valía nada en su vida

— ¿Y porque dijo eso? — preguntó perpleja la ojiazul — ¿le hablaste siquiera de los niños?

— No me dejo hablar, reacciono como un estúpido celoso; dijo que quería estar conmigo y cuando mencioné sus nombres se molestó tanto y no quiso escucharme, es como si los rechazara automáticamente; me molesté tanto con su actitud, tan posesiva como si fuera de su propiedad, no seguí insistiéndole, me di cuenta que no resultaría hablarle de los niños, por eso… — dijo recordando lo que estuvo pensando la noche entera — regresaré a Norteamérica; es lo mejor para ellos y para mí

Natsuko se asombró de la actitud repentina de la castaña ¿por qué ese cambio tan radical? ¿Tan mal resultó todo? No quería pensar siquiera en el rubio y su actitud inmadura sino se lamentaba por los niños, en lo entusiasmados que estaban con conocer parte de la vida de su padre, de su familia:

— ¿Pero por qué vas a hacer eso? si ellos quieren ir a Japón… — señaló la ojiazul

— En Japón no tienen a nadie, yo no tengo a nadie; ahí vive el recuerdo de lo mal que me lo pasé y no quiero lo mismo para ellos; en cambio en América esta la familia de Michael que los quieren y aceptan sin nada a cambio — contestó la castaña

— ¿Y si te quedas aquí? — propuso esperanzada Natsuko — nosotros también los queremos; te queremos…

— ¿Y quedarme aquí donde Matt me hirió? — respondió irónica Mimi — no Natsuko, gracias; ya tuve mucho de él y también tengo mi orgullo; si él no quiere saber nada de mí, pues bien, yo tampoco querré saber nada de él — finalizó la castaña

Natsuko termino de escuchar lo que hablaba Mimi, vaya que Yamato la había herido para cambiar de manera tan drástica, claramente tendría que convencerla de retrasar su regreso a América:

— Vamos Mimi, piénsalo un poco; todavía estas enojada por cómo reaccionó, no hagas nada apresurado — Natsuko trató de aconsejar a la ojimiel de su decisión — ¿qué tal si les das una oportunidad a los niños de visitar Japón? Mira; no significa que no regreses a América, pero permíteles también conocer parte de su otra familia

La ojimiel estaba decidida en lo que había pensado, recordar lo que había dicho el rubio, su mirada fría, distante; no quería lo mismo para sus hijos:

— Pero es que eso es lo que yo no quiero; estar aquí o allá me recuerda cómo reaccionó al saber de ellos y no quiero que ellos se sientan heridos o rechazados — dijo herida Mimi

— Pero eso no lo sabes, ellos ni siquiera saben lo que pasó — debatió la rubia mayor

— No los subestimes, — sonrió Mimi al recordar a sus hijos — ellos notarán que algo raro sucedió

— Por eso mismo, notarían que pasó algo extraño si de repente cambias de parecer; — Natsuko insistió por última vez — querida, ve primero a Japón: así los chicos sabrán que ese lugar te trae malos recuerdos, estoy segura que decidirán qué lo mejor es estar donde se sientan más felices; y aunque me duela sea donde sea lo aceptaré, pero antes de hacer algo escucha a los niños, por favor — finalizó la rubia suplicante

— El viaje lo decido yo, no ellos; así que no hay nada más en que pensar — dijo tajante Mimi

— Entonces significa que… — respondió cabizbaja Natsuko

— Que ya no volveré atrás… — concluyó la castaña

Al otro día…

Mimi seguía recordando la noche anterior y la actitud del rubio ante la conversación que la castaña trataba de imponer de los niños, si bien el orgullo le había hecho responder a la rubia mayor que no permitiría que sus hijos fueran a Japón aun así se sentía un poco triste al saber que no permitiría a sus hijos visitar tierra nipona, pero le dolía tanto como la había tratado el recordarlo nuevamente con su mirada fría e insensible, removió el corazón de Mimi y la pena y el dolor inundaban el corazón de la castaña, sabía que sería una noticia difícil para los niños pero estaba determinada a hacerlo porque no podía estar en los lugares donde Yamato la había hecho sufrir tanto, mientras pensaba en el rubio oyó en la puerta la voz de sus hijos los cuales se escuchaban entusiasmados, fue a la entrada de su hogar contenta de ver a sus hijos después de los días que estuvo apartada de ellos, al abrir los chicos le abrazaron en sus piernas mientras ella se inclinaba para besarles

— No saben cuánto los he extrañado ¿cómo han llegado? — dijo mientras les llenaba de abrazos

— Bien — respondió la niña — aunque nos pareció raro que la abuela nos trajera sin avisarnos antes y ¿tu como estas? ¿cómo te fue con tu trabajo?

— Yo… — respondió dubitativa mientras veía a los niños

— ¿Paso algo? Te ves cabizbaja — interrumpió Akemi viendo a su mamá preocupada

Mimi cerró su boca y un leve gesto denoto su mirada triste

— No cariño, no pasó nada — le sonrió la castaña con un dejo triste

— No nos engañes mamá, sabemos cuándo estas triste y ahora estas así — intervino Mamoru apoyando a su hermana

— Tranquila mami, ya llegamos y estamos nuevamente juntos —dijo Akemi tomando de su mano

— Estaba algo nostálgica pero ya pasara, ya están ustedes conmigo y con eso ya es suficiente — volvió a sonreír la castaña

— ¿Y porque? — preguntó curioso Mamoru

— Bueno, porque a veces los adultos nos ponemos melancólicos al verlos crecer tan rápido — dijo viéndoles a ambos niños

— ¿Estás segura? — insistió el rubio menor

— Sí — dijo riendo — estar lejos de ustedes me hizo pensar mucho y en realidad no quiero separarme nunca de ustedes ni perderme nada de sus vidas si fuera por mí no los dejaría crecer mas

Los niños la miraron extrañados pero no siguieron insistiendo con el tema:

— Iremos a dejar los bolsos bajaremos en un momento vamos Akemi — invitó el niño a su hermana

— Mientras van a arreglar sus cosas les preparare waffles así que apresúrense — animó la castaña a los niños

Natsuko se percató que Mimi evitaba contarle lo que había pasado la rubia comprendía en parte que actuara así por los niños pero igualmente notaba su rostro nostálgico

— Resultó todo mal ¿cierto? — aseveró Natsuko

Mimi trago duro ante la rubia y recordó todo lo que había sentido durante la noche anterior, con un suspiro derrotado respondió:

— Fui una estúpida en querer decirle Natsuko; perdí todas las esperanzas de que los niños lo conocieran — dijo decepcionada Mimi

— ¿Qué fue lo que dijo? — quiso saber la rubia mayor

Mimi recordó amargamente la discusión del día anterior:

— Tan solo recordarlo me duele; en un principio me dijo que no quería saber nada de mí, que no valía nada en su vida; luego me beso y no pude evitar responderle, después dijo que me amaba, y que deseaba que estuviéramos juntos fue todo tan confuso no podía comprender porque actuaba tan molesto y tampoco me dejaba decirle nada: cuando iba a contarle de Akemi y Mamoru se enfureció tanto y eso me molesto; por eso le dije que no podíamos estar juntos donde solo pensara en él y no en mi familia, se dio cuenta que estaba siendo sincera y ahí nuevamente cambio; dijo que me dejaría en paz y se fue se tomó el rostro con pena estaba comenzando a sollozar y Natsuko intento consolarle:

— ¿Cómo te sentiste por lo que dijo? — siguió preguntando Natsuko

La castaña rompió en llanto:

— Lo perdí de nuevo Nat, en un momento tuve la esperanza que podíamos estar los cuatro juntos como una familia normal; te juro por mis hijos que si me hubiese escuchado estaría ahora con él y no lo hubiese dejado ir, pero no me permitió explicarle, y ahora yo… yo — dijo a punto de colocarse a llorar

— Todavía lo amas — finalizó la rubia apenada

Mimi se tapó el rostro mientras lágrimas caían por sus mejillas:

— No ha habido día en que no haya dejado de amarlo; pero ahora, ya todo acabó... — dijo mientras se colocaban entre sus piernas

Natsuko la abrazo y consoló:

— No llores más Mimi tienes que estar tranquila por ti y los niños; ellos no deben verte afectada, tranquilízate ¿sí? yo intentaré hablar con el — dijo mientras le acariciaba el cabello

— ¿Es que no entiendes? el no cambiará de parecer: lo vi en sus ojos Natsuko, volvió a ser el Yamato distante, frio, indiferente; él no volverá, sé que no volverá… — dijo dándole esperanzas

Mimi se apoyó en el abrazo de Natsuko en eso escucharon a los niños bajando de las escaleras; Mamoru y Akemi vieron que su mama estaba llorando:

— ¿Qué pasa? ¿por qué estás llorando? — dijo serio Mamoru miro a la mujer mayor — abuela, ¿qué paso con mamá?

Mimi se levantó rápidamente y secó sus lágrimas:

— No ha pasado nada hijo solo hablaba con Natsuko que quisiera detenerlos — trato de reír sin éxito — pero son solo ocurrencias nada de lo que debas preocuparte

Natsuko miro a Mimi ofendida sabía que los niños no creían lo que la castaña decía así que decidió contarles la verdad:

— Matt está en París; se reunió con su mamá pero su reencuentro no termino bien — confesó la rubia

— ¿Qué? ¿Papá está aquí? mamá porque no nos avisaste — dijo Akemi enojada

— Akemi, no es momento para exigir una explicación — pidió Natsuko para calmar la situación

Mimi se molestó con la rubia mayor por haber mencionado su encuentro con Yamato, pero lo que le estaba incomodando mas era la actitud de Akemi exigiéndole explicaciones:

— ¿Y por qué no? si papa esta acá ¿porque mama no nos deja juntarnos con él? — respondió molesta Akemi

— Akemi ¿puedes callarte? no ves que mamá se siente mal — dijo Mamoru acercándose a su madre — deja ya de estar triste estamos aquí contigo ¿sí?

La rubia menor miró ofendida a su hermano:

— ¿Cómo dices eso, Mamoru? papa está aquí y no sabe de nosotros esta es nuestra oportunidad de conocerlo ¿cierto abuela? ¿Porque no nos llevas donde él? —propuso Akemi animada

Mimi cambio se parecer al ver a su hija tan determinada por buscar a Yamato, luego de todo lo mal que la había hecho sentir no iba a permitir que su hija le conociera y menos le hiciera pasar por el mismo dolor que ella estaba sentido; determinada le respondió a su hija:

— No; no irán con él, en esta casa queda prohibido hablar de su… de Matt; no harán nada de buscarlo o intentar de hablar con él, es más nos iremos de acá y regresaremos a América — dijo decidida la ojimiel

Akemi abrió los ojos perpleja:

— ¿Queeeé? ¿Que estas habla…? dijiste que iríamos a Japón y conoceríamos a papa ¿por qué cambiaste de opinión tan de repente? eso no fue lo que prometiste dijiste que harías todo para que lo conociéramos — dijo la niña comenzando a levantar la voz

La castaña tomo el puente de su nariz y trató de explicarle a su hija:

— Ya tome una decisión Akemi; no me hagas hablar más: el viaje a Japón se pospone — dijo sin querer discutir con los chicos

— Es injusto no puedes hacer eso si tú te enojaste con papa eso no impide que nosotros no lo conozcamos y que no lo queramos hacer parte de nuestra vida — siguió debatiendo con su madre

— Akemi no tienes porqué actuar así; tú no sabes que paso — quiso Mamoru apoyar a su madre

— ¿Cómo quieres que no actué así? papa está aquí y no me dejan conocerlo — dijo la niña comenzando a enrabiarse

— Akemi por favor te pido que te calmes todavía no sabes lo demás — dijo Mimi tratando de explicarle

— Que debo saber ¿ah? sé que ellos hace años se separaron y no quieren estar juntos pero eso no significa que él pierda el derecho de saber que somos sus hijos — dijo exasperada la rubia menor

— Akemi no todo es fácil como tú lo piensas hija tu madre tuvo que hablar antes pero tu padre no comprendió — intervino Natsuko apoyando a Mimi

— Entonces mama debió hacer algo para que papa se haya enojado con ella sin querer cometió un error quizás le dijiste algo lo heriste le mentiste el no pudo haber actuado así por querer que fue lo que paso mamá — insistió la niña

— Mama no iba a estar haciendo algo para perjudicarnos Akemi; si pap..., si el actuó así con mamá no merece que este en nuestra vida — defendió el niño a la ojimiel

— No… no puede ser así, cómo puede negarse a conocernos mamá dinos que más pasó — exigió la rubia menor

— Akemi basta — dijo exasperada Mimi — la verdad es que Matt no quiere saber de nosotros

— Pero… — se detuvo la niña

— Deja de insistir Akemi la verdad es esa: su padre no nos quiere en su vida y no iré en contra de lo que él piensa — finalizó la ojimiel enojada

Mamoru se enojó por como el Ishida trato a Mimi:

— ¿Quién demonios se cree para tratarte así? llega después de años y ¿cree que tiene el derecho de venir a herirte? No permitiré que te vuelva a tratarte de esa manera — dijo Mamoru molesto

— Pero… papá no trataría así a mama sin ninguna causa de seguro que ella le dijo algo y él se enojó — seguía justificando la niña a su padre

— Ahora estas apoyándolo crees que es justo que la haga sufrir — dijo Mamoru enfrentándose a su hermana

— No, no… no quise decir eso pero… — respondió la niña tratando de justificar sus dichos

— Pero lo estás pensando: piensas que mamá es la culpable, que ella no quiere que lo conozcamos — insistió el niño

— Deja de decir eso, yo jamás pensé esa estupidez — le debatió la niña a su hermano comenzando a levantar la voz

— Dijiste que mama cometió un error — respondió el chico enojado con la rubia menor

— Porque no te callas estas diciendo estupideces — dijo la niña comenzando a levantarle la voz al rubio menor

— ¿Y porque no te callas tú? —levantó la voz el ojiazul mas fuerte

— ¡YA BASTA LOS DOS! — llamó Mimi la atención de los dos niños con voz estricta — Akemi basta con el tema de que YO cometí un error porque no fue así, Mamoru no respondas así a tu hermana no deben pelearse entre ustedes, este tema ya se terminó, ya les dije no quiero tener ningún contacto con Matt, no después de que dijera que no quiere conocerlos, así que seguiremos viviendo nuestra vida, los tres juntos hemos estado bien y continuaremos de la misma forma.

El silencio reinó dentro de la sala Mimi miraba a un lado con los labios apretados para no querer hablar más, Mamoru miraba al suelo impotente al ver a su madre como había sido tratada mientras que Akemi sollozaba con un hilo de voz hablo por última vez:

— ¿Porque hizo eso? — seguía preguntándose la niña — papá es un… — la rubia menor se sentía decepcionada por su padre bajo su rostro y subió las escaleras a su habitación llorando

Al ver la sala en silencio mientras los Tachikawa estaban absortos en sus pensamientos Natsuko no sabía qué decir:

— Hablaré seriamente con Matt y me tendrá que explicar porque no quiso escucharte — dijo Natsuko tratando de ayudar

— ¿Y para qué? a él no le interesa y a decir verdad a mí ya tampoco me interesa yo estoy bien con los niños… no lo necesitamos — dijo Mimi queriendo zanjar el tema

Natsuko iba a protestar y en eso Mamoru enojado se acercó a su mama y tomo de su mano apoyándola:

— Tiene razón mi madre abuela: si él no quiere saber de nosotros ¿porque debemos obligarlo a conocernos? ya dijo que no le interesaba; será mejor que nos dejen tranquilos como familia — respondió el niño apoyando a su madre

Natsuko enmudeció por el comentario de su nieto ambos estaban muy ofendidos con su hijo; aun así habló nuevamente con la castaña:

— Piénsalo de nuevo Mimi, aunque sea visitar el país nada más que eso; por favor no le niegues eso a tus hijos — sugirió la rubia mayor

La castaña miró a la rubia seria no iba a cambiar su opinión:

— No quiero discutir contigo Natsuko por favor, la decisión ya está tomada — finalizó la castaña decidida

Vio el rostro determinado de la ojimiel la cual demostraba que no cambiaría de parecer, desistió de la idea y decidió marcharse del lugar:

— Está bien me iré a despedir de Akemi… — dijo la rubia mayor yendo al segundo piso

Subió Natsuko a la habitación de la niña y vio que estaba sobre su cama llorando, al ver a la rubia la pequeña corrió a sus brazos y le miro apenada

— Abuela ¿es verdad que papa no nos quiere conocer? ¿Por qué no nos quiere ver? es injusto, yo quería estar con él decía la niña abrazada a su abuela — decía junto a su abuela mientras le lloraba en sus piernas

La rubia bajo a la altura del rostro de la pequeña, se conmociono al ver a la ojiazul llorar y le respondió con toda la sinceridad posible:

— Cariño, si lo supera obviamente cambiaria las cosas pero no se la discusión de tus padres creo que fue muy fuerte, no sabes cuánto lamento que no se hayan arreglado las cosas — decía la rubia mayor mientras consolaba la niña

— Pero abuela Nat, — decía la niña mientras le hablaba con los ojos llorosos — no quiero estar de nuevo separada de ustedes, son mi familia son parte de mí; dile a mama que quiero ir a tu casa; hablar con él, hacerle cambiar y que no se aleje de nosotros…

— No puedo interferir Akemi; si hiciera que tú y tú padre se juntaran Mimi me mataría así que lo siento pero no puedo ayudarte en eso — se sinceró la rubia mayor

— Por favor abuela quiero conocerlo, no hagas que se aparte de nuevo de nosotros — rogaba la niña tomando sus manos implorándole

— Debes ser realista Akemi tu madre ya decidió y yo no puedo hacer nada mas aunque me duela mucho por ustedes pero lo siento no puedo ayudarte — sentenció la ojiazul

Akemi volvió la espalda a su abuela, ya había llorado lo suficiente su madre hermano y abuela no le podían ayudar a conocerse con su padre pero aún quedaba ella y no se daría por vencida; secó las lágrimas que caían por su rostro tomo un gran suspiro y volvió su rostro determinado nuevamente a su abuela:

— Puede que tu no puedas, abuela; pero aun quedo yo y hare todo lo que este a mi alcance para que ellos regresen como que me llamo Akemi y soy una Ishida, papa me conocerá y estará con mamá

11:48 p.m.

Barrio Residencial Rue Dieulafoy

Maison-Blanche, París

Natsuko tocó a la puerta de su casa muy irritada deseando encontrarse con su hijo para que explicara porque se había comportado así con Mimi, si bien sabía que debía tratar el tema con sutileza para que no sospechara que ella estaba al tanto de lo que sucedía, también estaba determinada a llamarle la atención a su hijo tal fue su sorpresa al ver al rubio con un aspecto como si hubiera bebido durante toda la noche:

— ¿Qué te pasó? — preguntó la rubia mientras veía a su hijo tomarse la cabeza con lo que parecía tener una gran migraña

— Buenos días — dijo mientras buscaba unos medicamentos en el botiquín de la cocina

— ¿Buenos días? ya es casi mediodía — puntualizó la ojimiel

— Bueno entonces buenas tardes — se rectificó el rubio

— ¿Perdóooooon? — exclamo la rubia ante el comentario

— Estoy saludándote ¿ahora te molesta que te salude? — dijo con hastío el rubio

— ¿Porque contestas de esa manera? soy tu madre aun Yamato no soy alguna compañera de trabajo para que me trates así — llamo la atención la rubia mayor a su hijo

— Tengo treinta años mamá, tampoco soy un niño — dijo el rubio recordándole que ya no era un niñito

— Pues bueno demuéstralo y no me faltes el respeto — le debatió la mujer mayor

Yamato miró extrañado a su madre por cómo le discutía:

— ¿Por qué estás tan enojada? — quiso saber el rubio extrañado

— No estoy enojada sino decepcionada por tu actitud tan inmadura — dijo Natsuko mirándole inquisidoramente

— ¿Pero qué te he hecho? — le preguntó tozudo el ojiazul a su madre

— Dime tú estás bebiendo a mitad del día, te irritas sin tener motivos mientras conversamos estoy segura que tu padre no te educó para que te comportaras así — le llamo la atención al ojiazul

Yamato quiso evitar hablar de la causa de su cambio de humor:

— No sabes… — dijo rodándo los ojos

La ojiazul mayor siguió insistiendo del tema porque sabía que con poco su hijo hablaría de Mimi:

— Entonces dime porque no entiendo porque te comportas de esta manera — puntualizo su madre

Yamato apretó sus labios, no quería hablar de su encuentro con Mimi y su amarga despedida, Yamato escucho hablar a su mamá a lo lejos:

— Yamato, — dijo colocándose frente a su campo visual — te estoy hablando ¿qué pasó?

El rubio pauso ante la duda de hablar con su madre, sin embargo ella podía ayudarle a comprender lo que la castaña le había dicho de su familia:

— Me encontré con Mimi… ella, se ve mejor que cuando estaba conmigo — dijo con pesar

Natsuko se quedó callada esperando que el rubio siguiera hablando de Mimi:

— ¿Porque piensas eso; te lo comentó? — siguió preguntando para que su hijo le contara la versión de lo que había sucedido días antes con la castaña

— Me dijo que tiene una familia — suspiró irónico — parece ser que es feliz con ellos

— ¿Te dijo eso? — quería saber qué pensaba de la idea de sus hijos

Yamato la miro extrañado ¿es que acaso el tener una familia no era motivo de estar contenta?

— No exactamente; pero me imagino que no podría estar conmigo teniendo una familia feliz ¿no?

Natsuko se rio del comentario de su hijo; vaya sí que tenía las cosas claras en algunas oportunidades mientras que en otras no comprendía; su hijo la miro ofendido por su gesto:

— ¿Por qué te ríes? — dijo molesto mientras veía a su madre rodar los ojos entendiendo claramente que se estaba burlando de él

— Me rio por tu actitud dejaste irla porque te hablo de su familia — pauso la rubia — ¿dejaste que terminara de hablar por último?

El rubio recordó que en ningún momento la dejo hablar exactamente de su familia:

— No, porque comenzamos a discutir y al final dijo que no quería estar conmigo — puntualizó el ojiazul

— Entonces pelearon por nimiedades — concluyo la rubia

— Nooo no fue así; le dije todo lo mal que me había hecho sufrir, lo que sentía por ella, le exigí que me respondiera porqué me dejó y se fue, pero luego... — pausó el rubio

— ¿Luego? — insistió Natsuko

— Luego la besé y ella me correspondió; no comprendo porque se comporta así, estoy seguro que me ama: lo sé; lo sentí, pero no entiendo como no puede separarse de ese tal Mamoru y vuelve conmigo, podría hasta cuidar de su hija — se sinceró su hijo

Natsuko nuevamente se rio luego vio que su hijo estaba frustrado:

— A ver cuéntame más — dijo paciente por escucharlo

— Me dijo que había alguien más importante en su vida; que no podía quedarse conmigo que nuestras vidas eran diferentes; me pidió que siguiéramos cada uno en nuestras vidas como si nada hubiera pasado porque no podíamos estar juntos sólo los dos — confesó el ojiazul

Natsuko termino de escuchar a su hijo, claramente la castaña no había sido clara con su hijo en ningún momento más bien fue sincera demostrando que todavía lo amaba y vaya que sería difícil volver a arreglar el desastre que habían cometido ambos al no escucharse:

— Entonces no arreglaron nada de cómo habían quedado años atrás — puntualizó la rubia

— Fue peor, más aun sabiendo que tiene una familia; pero lo que más impotencia me da es que todavía me ama, no puedo entender que no sea capaz de dejar todo, yo sería capaz de todo por ella — dijo decepcionado de la castaña

Natsuko al escuchar a Yamato que albergó la esperanza de que pudieran arreglarse aunque sabía que con la castaña sería más difícil arreglar las cosas así y en parte entendía, aun así trató de calmar a su hijo:

— Bueno hijo, a veces como mujeres tenemos que hacer ciertos sacrificios que incluso van por encima de lo que realmente deseamos sobre todo cuando involucramos a la familia — se sinceró la ojiazul empatizando con Mimi

— Pero no entiendo… — dijo extrañado el rubio

— ¿No entiendes que ella te haya dejado partir? — la rubia pausó — Yamato comprende que a veces como mujeres dejamos de amarnos incluso a nosotras mismas para que nuestros hijos estén bien

— Pero cómo puede ser eso ¿cómo tú y papa no fue así? se llevan incluso bien — dijo extrañado el ojiazul

— Cada caso es diferente: tu papá y yo terminamos en buenos términos porque queríamos lo mejor para ustedes y a pesar de que nos quisiéramos también habían situaciones que no nos daba tiempo de compartir los cuatro como familia; en cambio por lo que recuerdo tú y Mimi eran más jóvenes y orgullosos; así que por lo que veo quizás ustedes fueron más impulsivos y decidieron terminar, aunque independiente de eso hijo; ahora te hablo como mujer y madre, nosotras aunque nos duela y lamentemos por mucho tiempo decidimos abandonar toda esperanza de aferrarnos a un amor de pareja porque queremos lo mejor para nuestros hijos al final es más importante el bienestar para ellos que nuestra propia felicidad — explico la mujer a su hijo

— No lo sé mamá me dice que aún me ama pero por no aceptar a su familia no permite que lo intentemos de nuevo ¿cómo piensa que me involucre con ella si está casada? — decía Yamato buscándose una explicación

— Quizás no entendiste claramente lo que ella te dijo, ¿te menciono que estaba casada? — quiso que le respondiera su hijo

— No, pero me dijo que su familia es su prioridad, al escucharla decir eso le respondí que la dejaría en paz que no volvería a buscarla pero en realidad no sé qué hacer — se sinceró el ojiazul

— Quizás te falte empatizar con la situación que vive ella, — propuso la rubia mayor — te lo repito nuevamente; como mujeres dejamos de ser felices nosotras mismas para que nuestros hijos estén y se sientan bien, pero podrías darle otra oportunidad o al menos intentarlo ¿no te parece?

Yamato recordó cuando Mimi escuchó que no volvería por el:

— Aunque lo deseara lo vi en sus ojos mamá; ella no regresará…

10 de julio

10:04 a.m.

Barrio Residencial Rue Visconti

Saint-Germain-des-Prés, París

Estaban Mimi y Mamoru desayunando en silencio; desde el día que había discutido con su madre Akemi se había encerrado en su habitación y no salía a excepción de buscar sus comidas

— ¿Tu hermana tomó desayuno? — preguntó preocupada a su hijo

— Sí; dejo la bandeja vacía, pero todavía está en pijama — explicó el niño a su madre

Seguía en silencio hasta que en un momento se tomó la sien frustrada:

— Es la primera vez que Akemi se comporta así ¿estás seguro que no te ha dicho nada? — insistió la ojimiel

— Me dijo que no quiere verte — vio que su mamá comenzaba a preocuparse con sus dichos — pero conmigo también está enojada; dice que te defiendo por lo que hizo pap... él; pero no te preocupes, sé que se le pasará — dijo tratando de calmarla

— No lo creo; no ha salido en los últimos días, cuando voy me esquiva y no le quiero exigir porque se enojará más conmigo, esta vez sí que no sé realmente qué hacer — dijo mientras masajeaba sus sienes

— Deberías enfrentarla y decirle que no sea caprichosa, al fin y al cabo eres nuestra madre y ella tiene que hacerte caso — puntualizó el chico tranquilo

Mimi se asombraba por los consejos de su hijo cada día parecía un adulto y era tan diferente a su hermana; cuando le iba a responder sonó su celular y vio que Natsuko llamaba:

— Es Natsuko — dijo sin ganas

— No hables con ella — aconsejó el niño

— Pero puede que haya hablado con tu hermana será mejor que le conteste — se aventuró la ojimiel

— ¿Y si habla de Ishida? — preguntó molesto ante la idea

Mimi se asombró que su hijo hablara tan desconfiado de Matt

— ¿Por qué le dices así? — dijo Mimi extrañada del hablar de su hijo

El chico se avergonzó de como hablo de un adulto, pero el merecía lo peor por cómo había tratado a su madre:

— A él no creas que lo trataré como si fuera mi padre no después de cómo te trato si tenía la idea que poder considerarlo un padre ahora no me interesa y menos permitiría que se nos acercara — finalizó decidido el niño

— Mamoru…— iba a intervenir la castaña, pero al ver a su hijo tan determinado a protegerlas, decidió callar

— ¿Qué? — dijo esperando a responder a su madre

Mimi cada día se sentía más orgullosa de su hijo; su personalidad determinada, su preocupación y protección hacia ellas, definitivamente se sentía la madre más dichosa de tener un hijo así:

— No nada…— dijo sonriéndole la ojimiel

Mimi dejó el celular de lado pero seguía sonando intermitente:

— Todavía sigue llamando — dijo la castaña mirando la pantalla

— ¿Le contestaras? — quiso saber el niño

— Sólo para que deje de insistir — puntualizó la ojimiel

Tomo el celular mientras veía que su hijo estaba atento a lo que diría:

— Aló querida ¿qué tal las cosas? — dijo Natsuko desde el otro lado del auricular

— Para serte honesta, Akemi no ha salido de su habitación desde que discutimos del viaje; no ha comido, no se ha bañado y no quiere ningún contacto con nosotros, por lo tanto no están bien que digamos — enfatizo la castaña

— La niña debe estar muy dolida — asumió la rubia mayor

— Sí; pero eso no significa que se comporte así — debatió Mimi

— Pero es que se ilusiono con conocer a Yamat… — comenzó a decir Natsuko

— No me lo nombres — le detuvo la castaña a la mujer mayor

— Está bien pero quizás quería conocer Japón sé que no debe interferir pero por favor considera la posibilidad de ir a Japón solo visitar el país — sugirió la Takaishi para mediar entre su nieta y la castaña

— No Natsuko; no cambiare mis planes me iré a América y me quedaré ahí — puntualizó Mimi

— Está bien pero te diré que estás equivocada — aconsejó Natsuko

— Bueno, eso ya se verá en el futuro — finalizo la castaña — bueno te dejo; debo hacer otras cosas importantes, hasta pronto

Mimi corto la llamada con la rubia, no quería que le siguiera insistiendo con el tema de Japón; ya tenía bastante con su hija para que otras personas le incomodaran más

— ¿Qué te dijo? — quiso saber curioso el niño

— Que fuéramos a Japón, pero nada de buscarlo a él o de lo que se le relacione — dijo sin más — pero ya estoy harta del tema

Pasaron unos minutos y siguieron comiendo en silencio hasta que Mamoru interrumpió:

— Mmhm, podría ser… — sugirió el chico

— ¿Podría ser qué? — dijo la castaña mirando a su hijo

— Visitar Japón, así cortamos todo lazo con Ishida — explicó el ojiazul

Mimi miró extrañada a su hijo, no comprendía porqué había cambiado de idea tan repentinamente:

— Pero… ¿estás seguro que quieres eso? — preguntó Mimi dudosa

— No por mí, por Akemi mi hermana debe darse cuenta que nada nos ata a él... Ishida no quiere saber de nosotros sería bueno que se diera cuenta que ese imbécil no le interesamos quizás si vamos ahí puede comprenda que tú tienes razón, además, debemos ser honestos está encaprichada con una idea absurda; no puede estar enojada toda la vida rechazándonos porque no fuimos a Japón — dijo ya queriendo terminar con la situación

Mimi hizo caso a las palabras de su hijo no quizás tanto por la posibilidad de ir a Japón sino que no podía la niña estar evitándolos todo el tiempo:

— Tienes razón esto se detendrá ahora mismo — se acercó a su hijo y le dio un beso sobre su cabeza — gracias hijo, eres lo mejor junto a Akemi en mi vida

La castaña subió al segundo piso abrió la puerta de una vez y vio que la niña se había asustado con su intromisión a la habitación rápidamente se dio vuelta para no ver a su madre:

— Akemi, mírame — dijo decidida Mimi

— No — dijo la niña tapando sus oídos con los cojines

— Detén ahora todo esto y por favor escúchame — dijo la ojimiel con tono serio mientras retiraba los cojines del rostro de la chica

— No; no lo haré — dijo mientras tapaba ahora sus oídos con sus manos

La castaña apretó los labios no iba a permitir que el capricho de su hija la hiciera convertir en una niña resentida:

— Oh sí, me escucharas ahora mismo — corrió las frazadas de la cama y la descubrió dejando a la niña molesta

— ¿Qué haces? — dijo la niña molesta por la intromisión de su mamá

— ¿Qué haces tú comportándote así? — quiso saber su madre, sentía rabia y lastima por el trato injustificado de su hija — ¿hasta cuándo estarás evitándome?

— ¿Es que no te das cuenta? no quiero saber nada de ti, no quiero verte — dijo la niña con rabia

— Ya basta Akemi no seas caprichosa — dijo mientras miraba severa a la ojiazul

— ¿Cómo que caprichosa? si estoy así es porque no me dejas ver a papá y si será así entonces yo no deseo verte más a ti — respondió la chica cruzándose de brazos y esquivando su mirada

— Soy tu madre Akemi no me puedes apartar — dijo Mimi con voz quebrada

— Y él es mi padre — respondió la niña impotente mirándole a los ojos — ¿es que no te das cuenta? me duele no saber de él: estaba a punto de conocerlo y tu… tú — respondió Akemi con lágrimas en los ojos

Mimi se sentó a la cama de su hija, no quiso invadir su espacio más cercano para que la niña se alejara más, pero suavizó su mirada para que la chica le escuchara:

— No fue mi culpa hija, créeme — le sinceró Mimi apenada

La niña sintió que su madre le decía la verdad aunque igual sentía frustración porque no permitía que le conociera a él o parte de él:

— Si lo fue: no fuiste clara con él, si él hubiera sabido de un principio nuestra vida sería diferente, seriamos los cuatro o quizás más: estaríamos felices y no viviríamos amargados pensado en supuestos…

Mimi no comprendía de lo que hablaba su hija:

— ¿De qué supuestos hablas? — preguntó Mimi frunciendo el ceño

La chica rodó los ojos exasperada:

— Por favor mamá ¿es que no te das cuenta? Tú sigues amando a papá, dicen su nombre o algo que te recuerda a él y cambias: cuando pensamos en buscarlo me di cuenta que seguías sintiendo cosas por él y no como alguien lejano sino como el hombre que amaste; ese hombre que aun amas — pasó la ojiazul para hacer recapacitar a su madre — no hace bien que mientas, ni para nosotros pero menos para ti…— finalizo Akemi

Mimi enmudeció ante la sinceridad de su hija:

— Akemi… — prosiguió Mimi aunque sin éxito porque su hija le interrumpió:

— No me digas que no es así, porque sé que lo amas: lo sé, lo siento y sé que él igual a ti — dijo la niña mirándole apenada

Mimi suspiró largamente y se acercó más a la niña y hablándole lo más calmado posible:

— Entiende Akemi: tu padre no quiere conocerlos; él ya me lo dijo — dijo cabizbaja por darle esa noticia

— ¿Segura te lo dijo? — insistió la rubia menor

— Exactamente no pero me dejo ir ¿qué más podía hacer? ¿rogarle que volviera? — le explico a su niña

— No comprendo ¿porque si ustedes se aman están separados? — se preguntaba dudosa la niña

— Hay cosas que los adultos hacen para el bienestar de sus hijos; aunque todavía sienta amor por el a ustedes los amo más y si me quedaba con su padre él no los querría como se lo merecen — se sinceró Mimi

Akemi vio la posibilidad que su madre no era tan mala sino que hacia lo mejor por ellos quizás se había equivocado en culparla de todo quizás era el sacrificio de hacerlos felices a ellos por como trataba Yamato a ellos:

— Entonces papá no nos quiere ver — comprendió la niña melancólica

Mimi enmudeció:

— Me dijo que me dejaría en paz, ya no me buscaría — dijo nostálgica la castaña recordando la última noche que estuvo junto al rubio

— Entonces papá… papá… — comenzó a sollozar Akemi

— Oh, mi amor ven acá — dijo Mimi extendiéndole los brazos a su hija — tranquila mi pequeña, estamos juntas: tú, yo y tu hermano, eso es lo que más importa ahora

La niña se acercó a los brazos de su madre llorando mientras que Mimi la calmaba dándole caricias en sus cabellos:

— Pensé que el volvería contigo que estaríamos todos juntos — gimoteaba la niña

— A veces no se puede hija; créeme que era lo que yo quería para ustedes pero si su… sí Matt no quiere no puedo obligarlo — se sinceró Mimi

— ¿Entonces por eso lo dejaste de amar? — volvió a insistir la chica

— Ya te lo dije, él no los quiere aceptar a ustedes y yo decidí respetar su decisión — le respondió

— Pero aun lo amas… —

— No estamos hablando de amor Akemi, estamos hablando de la decisión que tomo tu padre y que acepté — le explicó Mimi

— Está bien, está bien — la pequeña se dejó acariciar el cabello por su madre, adoraba cuando ella le hacía es porque la reconfortaba — entonces eso significa que no iremos a Japón

— Akemi ¿seguirás insistiendo con ese viaje? — pregunto la castaña

La chica se levantó de las piernas de su madre y le tomó las manos:

— Mama por favor no te pido que lo conozcamos pero déjame aunque sea una sola vez en la vida relacionarme con algo de él vamos por unos días a Japón después seguimos en América y no insistiré más, cerraré el capítulo de él en mi vida — pidió la niña suplicante

Mimi vio e rostro de su hija: y podía ver que había sinceridad en ellos, si bien ya quería cerrar todo tema con Yamato su hija era insistente igual que ella y no pararía hasta cumplir su objetivo:

— Déjame pensarlo — dijo suspirando la castaña mientras veía a su hija sonreír

— Por favor… — miraba a su madre Akemi

— Solo te puedo prometer eso — dijo Mimi viendo que su hija iba cambiando y estaba cediendo a ella

La niña se secó las lágrimas y abrazo fuertemente a su madre:

— Gracias mamá y perdóname por cómo me comporte no quise jamás hacerte daño de veras que lo lamento no volverá a pasar nunca, nunca nuca más — le decía la ojiazul mientras llenaba de besos a su madre

Mimi sonrió y acaricio el cabello de su hija:

— ¿Me lo prometes? — preguntó la castaña ante su hija

— Como que me llamo Akemi y soy tu hija prometo jamás volver a enojarme contigo — dijo levantando su mano

La castaña rio por lo que hacía su pequeña:

— Está bien — suspiro derrotada

La chica aprovechó el comentario de su madre para insistir con la visita a Japón:

—¿Está bien qué? ¿que iremos a Japón o que no te enojaras más conmigo? — dijo haciéndose la desentendida

— No estoy diciendo que iremos a Japón estábamos discutiendo otra cosa — explicó su madre

— Nooo esa fue nuestra última discusión: el saber si iríamos o no iríamos a Japón — manipulaba la conversación la rubia menor

— No — rio la ojimiel al ver que su hija quería salirse con la suya — esa no fue nuestra discusión

— Pero no negaste nada de visitar el país entonces eso significa que podremos ir a Japón ¿cierto? pregunto esperanzada y risueña la niña rubia

La castaña miro por última vez a su hija con esperanza en sus ojitos azules y brillosos:

— Bueno; iremos a Japón dijo derrotada Mimipero no más de diez días

La pequeña sonrío ante la noticia de su madre y en un arrebato de emoción comenzó a saltar sobre la cama:

— ¡Sí, iremos a Japón!

14 de julio

06:38 p.m.

Terminal 2E Puerta K41

Aeropuerto Charles-de-Gaulle

Roissy-en-France, París

Mimi y los niños se encontraban en los sillones rojos del aeropuerto: habían llegado hacia dos horas y los equipajes ya habían sido entregados para su viaje a Japón :

—¿La abuela no vendrá a despedirse? — preguntaba la Akemi curiosa

— Le avisé que nuestro vuelo seria hoy, me dijo que llegaría a despedirse pero me parece raro que aún no llegue — respondió Mimi extrañada

— Qué raro — dijo Akemi

— Si es extraño — apoyó Mamoru mientras se unía a la conversación

— Quizás tuvo que hacer — dijo Mimi nuevamente

— Pero si no se apresura no vamos a retrasar el vuelo — dijo Akemi preocupada — ya quiero llegar luego

— Tendrás que hacerte paciencia porque son diecisiete horas de vuelo — dijo Mamoru pensando en el largo viaje que tendrían

— A Nueva York era casi lo mismo espero el jetlag no nos haga fatal — decía esperanzada la niña

— ¿Mamá puedo ir a comprar unos audífonos? es que los míos quedaron en casa — dijo el niño mientras buscaba en su mochila

— Pero el vuelo parte en una hora mas no debes alejarte — aconsejó Mimi

— Pero es que ustedes estarán viendo cosas en las tiendas de ropa y eso no me interesa, prefiero ver videos en la tablet — se justificó el niño

— Pero que vayas solo puede ser peligroso — comento preocupada la castaña ¿y si te pasa algo?

— Mama he estado comprando solo en el JFK* esto será casi nada — dijo el niño rodando los ojos

— Pero es un lugar que no conoces — seguía insistiendo la ojimiel

— Si pasa algo gritare; además es un lugar que está cercano cruzo el hall y llego — dijo explicándole a su madre

La niña intervino comprendiendo que su hermano quería salir luego de ese lugar:

— Mama déjalo no le pasara nada; hey Mamoru, nosotras estaremos en Laduree comprando algunos pasteles como te demoraras poco alla nos encontramos — le dijo su hermana

— Cualquier cosa llamas si — aconsejó Mimi preocupada

— No te preocupes Fnac está al frente así que no estaré lejos — dijo el niño tranquilizandola

— Aprovecha de comprarme algún cargador ¿sí? — le dijo la niña cerrándole el ojo — me la debes por haberte ayudado

— Está bien — dijo el niño agradecido por su hermana

El chico cruzo el hall mientras veía a su madre y hermana que doblaban a la izquierda; se dirigió a una tienda que tenía aparatos electrónicos; el chico ingreso a la tienda donde un joven vendedor esperaba que alguien se acercara al mesón; el chico preguntó en un francés dubitativo:

¿Quel est le prix de ces aides auditives? —decía el chico mientras indicaba un par de audífonos que se encontraban bajo la vitrina

Ils sont €3, 39 — menciono el joven el precio

Je les prends — dijo decidido el niño a llevárselos

El chico de la tienda se los envolvió y pregunto:

Ici, vous voulez quelque chose de plus — pregunto si deseaba algo mas

Oui, j'ai besoin d'un chargeur portable — el niño preguntó por un cargador

Pour ordinateur ou telephone portable — le menciono el joven cual quería específicamente

Ehm telephone portable s'il vous plait — respondió el chico

En eso el chico vio los mensajes que le enviaba su hermana preguntando como le estaba yendo cerro el celular fastidiado de cómo le sobreprotegían su hermana y su madre, miro a su lado a un hombre de cabello rubio desordenado vestido con una chaqueta negra y pantalones azules junto con unos lentes de sol oscuros que llevaba unos discos de jazz clásicos

Ils sont au total €23, 39 jeune — le dijo el precio total al chico

Mamoru miraba absorto a rubio que se ubicó junto al él; el adulto se quitó los anteojos y vio que su mirada azulina era la misma de él, aunque sus ojos eran más serios:

Enfant ¿as-tu de l'argent á payer? — pregunto el vendedor al ver que el niño no le pasaba dinero

Eh ah eh,… ¿pardon? — se excusaba el niño

¿Avez-vous de l'argent a ayer? — volvió a repetir si tenía dinero

Oui, oui — el chico entrego el dinero y el vendedor le entrego la bolsa

Merci pour votre achat — le agradeció por la compra el vendedor

Merci — agradeció de vuelta el niño

El niño tomo lentamente la bolsa mientras no dejaba de mirar al rubio, este se percató de la mirada inquisidora del pequeño, cuando lo vio no pudo evitar mirarlo asombrado ya que el chico tenía el mismo cabello y ojos que él aunque su mirada era más dudosa, sentía que lo miraba de mas, el rubio no supo porque pero le sonrió para que este no se sintiera asustado, decidió dejar de mirarlo para no ponerlo nervioso, se acercó al vendedor y con un fallido intento de hablar francés preguntó por el producto:

¿Prix du disque?— dijo mientras titubeaba en su pregunta

El vendedor rio por la mala pronunciación del rubio trato de simplificarle su respuesta

Ils sont €23,99 — explicó el vendedor

El rubio hizo un mohín fastidiado de la forma en que el vendedor se burlaba

¿Emballer ce cadeau?— Preguntó el vendedor si quería que el disco estuviera envuelto

¿Pardon? — se excusó

Ehm emballer, cadeau…— decía el rubio haciendo gesto de envolver un regalo, el ver que el vendedor se reía el rubio exclamo — non, merci

El vendedor le quitaba el precio mientras reia de los gestos del rubio:

Asshole— dijo Yamato con hastío

Mamoru se percató de la grosería del hombre y se rio por lo bajo; este observó como el niño se reía espero que él se disculpara pero se asombró cuando el niño le habló en un perfecto inglés:

Excuse me sir, but ¿do you need help to speak in French? — dijo el niño mientras lo miraba expectante

El rubio se sorprendió que el niño le hablara si bien no era experto en ingles el rubio pudo responderle

Well, French is not my native language, so it's difficult to me speak it: but yes, I need some help to buy this disc — explicó el rubio mayor

I can help you —dijo ofreciendo su ayuda — if you want it, of course

El rubio sonrió agradecido al niño ante la situación tan incómoda:

It would be perfect — dijo agradecido el adulto

Don't worry, wait a moment please — respondió el niño mientras se acercaba al vendedor.

Comenzó a hablar en francés y aunque el rubio no entendió se sintió salvado por la ayuda del chico; veía a un niño muy seguro de sí mismo y no tenía problemas con hablar ambos idiomas

The price is €59,99 — le explicó al mayor mientras tomaba el disco

O.K.— el rubio entrego el dinero al niño y mientras este hacia la transacción le quedó mirando detenidamente así pudo percatarse del gran parecido que tenía el pequeño con el: el chico tenía los mismos ojos azulinos oscuros, su cabello rubio un poco más oscuro pero rebelde tal y cual lo usaba él de niño, su piel era más clara y si bien se veía un chico gentil parecía ser que el también pensaba algo parecido porque le miraba en momentos incomodo o nervioso con su ceño fruncido y los labios apretados, vaya sí que hasta sus gestos se hacían iguales:

Thank you — respondió el rubio mayor asombrado por el descubrimiento de verse intrigado por un niño desconocido

It's O.K. — el niño le entregó la boleta del disco comprado al rubio mayor — well I have to go, I wish to you a good fly

El niño comenzaba a marcharse pero en eso el rubio lo detuvo:

Hey! Hold on… ¿where are your parents? Today you saved me being my translator and I have to thanks to them — dijo para agradecerle a quienes eran sus progenitores

My mother teachs me that I have to help the people who needs it, so you're welcome —sonrió gentil el niño; comenzaba a irse nuevamente cuando el rubio le habló:

I'm Matt, by the way…— no supo porque había hecho esa confesión al niño, el chico le generaba cierta confianza

¿Your name is Matt? —Pauso el niño mirandolo detenidamente — so that means that you are American like me ¿right?

El rubio le rio ante la idea del rubio menor:

Actually I'm Japanese: my real name is Yamato — especificó el rubio mayor

El niño lo miro con los ojos tan abiertos y con cierto temor como si fuera la primera vez que lo veía; enmudeció por unos segundos, abría y cerraba la boca intentando articular palabra pero no salía nada de sus labios, se preguntaba si el destino le había jugado una mala pasada, vio nuevamente al adulto y tenía la sensación que era más que un encuentro casual ¿acaso el hombre que estaba frente él era su padre? pausadamente preguntó al adulto:

¿Ya... mato?¿Yamato?¿Do you have a surname? — preguntó el niño dudoso

Yes, Yamato Ishida ¿and you…? — dijo el rubio mayor esperando la respuesta del niño

I'm tartamudeo el niño mirando hacia el suelo I am …. my name is Ma… Mark — finalizó el chico con el claro deseo de salir de ahí

Mark; a cool name like a cool boy — dijo sonriéndole Yamato al chico— nice to meet you Mark — vio que el niño se sonrojo ante su risa bajo a su altura y lo miro preocupado — ¿Are you alright?

Mamoru no daba crédito a lo que pasaba, simplemente no podía, todo en este encuentro no era una casualidad, prácticamente fue encontrarse con la verdad; encontrarse con su padre: aquella persona que no deseaba conocer estaba frente y a pesar de todo no había nada que le molestara, más bien se sentía a gusto con su presencia, pero no; no podía permitirse sentir esas emociones por todo lo que le había hecho pasar a su madre, a quien más amaba, en ese momento la recordó:

— … I have to go with mom — dijo el chico sin más mientras se inclinaba reverentemente para despedirse y evitar verle a la cara.

Mamoru vio a Yamato después de la revelación y se sonrojo nuevamente; salió veloz fuera de la tienda esperando que el rubio mayor pudiera hablarle y Dios quisiera menos seguirle; el chico no podía creer que dentro de un lugar tan grande como el aeropuerto iba a encontrarse cara a cara con su padre porque sí sabía que el hombre que estaba junto a la tienda era Yamato, su instinto se lo había dicho sus rasgos iguales a los de él su cabello su rostro sus ojos todo era igual a Ishida, se veía tan serio, pero a la vez tan calmo, jamás pensó que él fuera así: agradable, sonriente afable, lo imaginaba duro imponente orgulloso y no aquel hombre que se daba fácil para hablar y sobretodo esa sonrisa sincera que calmaba

Llego a la tienda donde estaban su madre hermana comprando vestuario y se acercó a Akemi, la chica observo que su hermano respiraba agitadamente:

— ¿Qué te paso? — preguntó su hermana que le miraba preocupada

— No me lo creerás — decía el niño mientras miraba preocupado alrededor

—¿Por qué estás tan nervioso? Parece como si hubieras visto un fantasma ¿pasó algo malo? —

El chico pensó mientras su hermana le preguntaba de lo que había sucedido ¿Qué pasaría si le contaba? ¿la chica iría a buscar a su padre para conocerlo? ¿cómo se lo tomaría él si supiera la verdad en ese momento? ¿Cómo se sentiría su madre? ¿Cómo actuaria su padre? Decidió que lo mejor no era decir nada y respondió rápido para que su hermana no desconfiara:

— No, no nada en realidad… solo cosas sin importancia —finalizó Mamoru prometiéndose jamás revelar su encuentro con la verdad

Hola! ¿qué tal? Aquí yo avanzando feliz porque la historia sigue y ya se acerca de a poco el encuentro como vieron el primer padre-hijo y bueno las cosas fueron… algo raras por así decir (Adoro a Mamo y su suspicacia es tan cuttie); así que como ya ven, nos vamos de Francia y visitamos Japón!

Gracias a todas por darse el tiempito de leer yo cuando puedo y tengo tiempo lo hago y sé que es difícil pero se agradece; mientras editaba el cap lo encontraba medio flojín, no se… puede ser que me estoy quedando sin ideas y ando maomas escribiendo, pero bueno, ya aparecerá algo y comenzara de nuevo el artackaso al menos me contenta saber que tengo el capítulo final ya escrito XD

Inteeeeensa la discusión de Mimi con los niños me costó un poco hacerlo pero quede conforme así que pucha la cosa se ve media negra para Akemi veremos hasta donde llega lo bueno es que ya tengo escrito como se encontrarán owo

¿Qué creen ustedes? ¿Cuándo vayan a Japon se quedarán allí o regresaran a América? ¿Creen ustedes que a Yama le pasó lo mismo que a Mamoru cuando lo vio?, bueno eso lo sabrán si siguen en la próximo capítulo porque viene… bueno… ni siquiera yo lo sé XD

Saludos a todas las que me escriben si tienen alguna duda me la hacen llegar se las respondo que estoy con muchas ganas de contestar; pueden dejar también un rr con sus ideas para echarle más condimento a esta historia

Como ven fue un cap como de transicion (pensé yo en un principio que iba a ser corto pero bueee ustedes ya me conocen XD) porque ahora se van a Japón… y sí ahora sí que si comienza la verdadera aventura de los niños, tendrán nuevas amistades, nuevos conflictos y puede que hasta algunos amores, pero todo eso será en un par de caps, pero no diré más …

Debo decir que no actualizare hasta más o menos noviembre, ya que por mi trabajo debo concentrarme full a lo que viene en mi evaluación docente

Saludos a todas espero pasen unas excelentes vacaciones lo que es yo solo trabajo y trabajo

Miles de gracias por sus rr, sus halagos y todo lo que les gusta de esta historia

PDTA 1: NO TRADUCIRE EL DIALOGO EN FRANCES NI INGLES PORQUE ME DA FLOJERA, APLIQUENSE CON GOOGLE TRANSLATOR Y SINO VEAN, NO ESTÁ TAAAN DIFICIL TRADUCIR XD DESDE EL LICEO QUE NO ESCRIBO DIALOGOS EN INGLES ASI QUE SORRY SI HAY ALGUN DESPERFECTO, NO PUEDO SER TAAAAN CAPA POH XD

PDTA 2: De más esta decir que los lugares son reales aunque la situación es de autoría mía así que no al plagio

JFK*: John Fitzgerald Kennedy Airport: o comúnmente conocido en Estados Unidos como JFK o aeropuerto de N.Y. uno de los más importantes y concurridos del mundo

Besitos del Fin del Mundo

Saludos mis mimatosas que me leen

Con mushio love, Lady :*