Disclaimer: No poseo los derechos de Pokémon.


Capítulo 1: Rivalidad familiar

Lylia y sus hijos, Aurora y Chrysan Ketchum, observaban sentados en un banco el amistoso combate Pokémon que se desarrollaba entre dos adultos, los cuales parecían estar disfrutando como niños. Acompañándoles estaba Salem Oak, hija del profesor Gary Oak.

-¡Umbreon, bola sombra!

Una bola morada de energía negativa salió de la boca de Umbreon y se dirigió hacia un Pokémon amarillo que lo esquivó con facilidad.

-¡Pikachu, cola férrea!

La cola del Pokémon ratón se endureció y adquirió una tonalidad metálica mientras saltaba hacia su rival. Umbreon intentó detenerlo en el aire con psíquico pero no fue lo bastante rápido y recibió el cola férrea en el centro de su cabeza. Unas pequeñas gotas de sangre salieron de su boca mientras intentaba mantenerse en pie y no perder la consciencia.

-¡Vamos papá!-gritó Aurora muy emocionada.

-¡Ánimo Pikachu!-gritó Chrysan.

Ash y Pikachu sonrieron a los niños al ver como los animaban. Lylia, por el contrario, tenía el ceño algo fruncido. Llevaba toda la mañana trabajando en su laboratorio y justo cuando iba a descansar con su familia Gary había aparecido de la nada. Tras unos minutos de conversación semi-civilizada él y Ash habían acabado en un combate Pokémon. Por supuesto, Lylia tenía que hacer de jueza Pokémon.

Lylia quería pasar sus horas de descanso con su familia tras una larga y estresante mañana. La inoportuna interrupción de Gary y la obsesión de su marido por no rechazar un combate la habían puesto de mal genio.

Sin embargo, su "enfado" se había evaporado al ver las caras ilusionadas de los niños. Al mirar a Ash y Gary no pudo evitar sonreír un poco, parecían estar reviviendo su infancia.

-No os emociones tanto-les advirtió Salem Oak poniendo sus pequeñas manos sobre las caderas-. Mi papá solo está jugando.

-Ya has oído a mi hija, Ash-la sonrisa de Gary se ensanchó al mirar a Salem y guiñarle un ojo-. No te emociones tanto.

-¿No emocionarme con un combate Pokémon? No me pidas algo tan imposible-contestó Ash con una sonrisa.

-Papa es el Maestro Pokémon, no puede perder contra un profesor-respondió Aurora muy orgullosa

-¡Mi padre es el profesor más fuerte del mundo!-contestó Salem furiosa. Lylia suspiró, al parecer la niña había heredado el temperamento de su madre.

-¡El segundo profesor más poderoso del mundo!-le corrigió Aurora a Salem-. ¿Has olvidado que mi mamá es la profesora más fuerte?

Aurora y Salem chocaron cabezas y comenzaron a reñir, algo a lo que los demás ya estaban más que acostumbrados.

-De tal palo tal astilla-pensó Lylia suspirando. Aunque en el fondo admitía que le parecía gracioso que dos niñas de siete años se comportasen igual que los dos adultos que tenían en frente.

Aurora parecía una versión femenina de Ash pero tenía los mismos ojos verdes que su madre. Salem había heredado la mirada confiada de su padre pero sus gestos corporales eran idénticos a los de su madre.

-No sabía que la rivalidad entre los humanos pudiese ser hereditaria… interesante-murmuró el pequeño Chrysan mientras tomaba apuntes en un cuaderno de notas-. Mami, ¿tú crees que la rivalidad entre los Pokémon también puede ser heredada?

-Bueno...Existen Pokémon con la habilidad rivalidad, así que sus hijos pueden heredar esa habilidad-dijo su madre, a quien las preguntas de su hijo de cinco años solían sorprenderla bastante. Con cariño lo puso encima de sus piernas y le acarició su cabello pelirrojo. A Chrysan lo habían adoptado cuando Aurora aun tenía dos años. Todos los hechos que llevaron a esa adopción eran conocidos solo por los amigos de la familia.

-¡Pikachu usa rayo!-ordenó Ash a su Pokémon. Umbreon usó en ese momento destello y los anillos dorados que adornaban su piel se iluminaron obligando a Pikachu a cerrar los ojos y haciendo que el rayo fallase por poco.

Aprovechando que Pikachu no veía bien, Umbreon se acercó y expulsó a gran velocidad sudor de su cuerpo que cayó encima de Pikachu pero este usó cola férrea para detener esas gotas de sudor.

-Mami, ¿Pikachu tiene miedo de ensuciarse con el sudor de Umbreon?-preguntó Chrysan muy interesado por ese extraño comportamiento.

-No, lo que ha hecho es evitar un envenenamiento-respondió Lylia.

-¿Envenenamiento?-preguntó Aurora separándose inmediatamente de Salem.

-Cuando los umbreon se sienten estresados o asustados sueltan sudor venenoso por los poros de su piel-les explicó Lylia a los niños.

-¡Vaya, alguien inteligente dentro de la familia Ketchum! Papá va estar muy sorprendido cuando se lo cuente-dijo Salem con una sonrisa maliciosa.

Aurora levantó una ceja y apretó los puños… pero no se atrevió a decir nada al ver la mirada que le dirigió su madre. Era la temida mirada de "ni se te ocurra empezar una pelea otra vez si no quieres estar castigada". Chrysan tuvo que hacer su mejor esfuerzo para contener su risa al contemplar aquello.

-¡Ahora Umbreon! ¡Usa psíquico!-gritó Gary. Pikachu, al estar distraído por intentar evitar el sudor de Umbreon, no pudo esquivar el ataque y se vio obligado a retroceder al recibirlo de lleno-. ¿Esa es toda tu fuerza? Llevo tiempo sin entrenar en serio y aun así te voy a ganar, Ash.

-El tío Gary no debería subestimar a papi-murmuró Chrysan mientras seguía tomaba notas del desarrollo del combate.

-¡Pikachu usa rayo otra vez!-Ash no perdió la calma en ningún momento. El rayo de Pikachu fue tan potente que arrasó parte del campo y alcanzó a un sorprendido Umbreon paralizando su cuerpo en el proceso-. ¿Qué te ha parecido?

-Tch…Nada mal-admitió Gary de mala gana-. ¡Pero esto se acaba aquí! ¡Pulso umbrío!

-¡Ataque rápido y placaje eléctrico!-ordenó Ash. Pikachu usó ataque rápido para saltar a gran velocidad en el aire. De esa forma pudo esquivar el pulso umbrío, que fue ejecutado de forma lenta debido a la parálisis de Umbreon. Una vez en el aire el cuerpo de Pikachu se vio envuelto en electricidad y este se abalanzó sobre Umbreon dejándole inconsciente.

-¡Papá y Pikachu son muy fuertes!-dijo Aurora con los ojos brillantes. Una Poké Ball que Aurora llevaba colgada al cuello se abrió y una pequeña pichu variocolor salió muy emocionada.

-Parece que Raika también quiere animar a su padre-comentó Lylia.

-¡Pichu!-respondió con alegría la pequeña Pokémon.

-… ¡Bah! Estoy segura de que mi papa le ha dejado ganar-dijo Salem con una sonrisa algo forzada.

-A mí no me lo parece-murmuró Chrysan, quien calló al instante al ver la mirada asesina de su amiga.

-¡Umbreon está fuera de combate!-dijo Lylia-. Gary, saca tu segundo y último Pokémon.

-Lo has hecho muy bien Umbreon-dijo Gary al devolverlo a la Poké ball.

-¡Muy bien Pikachu! ¡Has estado genial!-gritó Ash a su Pokémon, mientras daba saltos de alegría.

-¡Pika, piiii!-dijo Pikachu muy alegre.

Lylia sonrió de nuevo al ver el entusiasmo de su marido.

-Me alegro de que a veces se comporte como aquel adolescente alocado que era cuando lo conocí hace tiempo-pensó la rubia.

-Me alegro de que Sabrina no este aquí, sino menuda me iba a caer…Hum, sin duda la legendaria velocidad de Pikachu no puede ser subestimada-pensó Gary preocupado mientras sacaba otra Poké Ball de su bata-. Supongo que tendré que usar a un Pokémon que pueda superar esa molesta velocidad.

Dicho esto la Poké Ball de Gary se abrió y un enorme Pokémon de pelaje naranja y rayas negras se abalanzó a una rapidez más que asombrosa sobre el Pokémon de Ash. Pikachu se agachó justo a tiempo para esquivar el ataque mordisco de su rival y le golpeó en la mandíbula con cola férrea para luego alejarse con ataque rápido. Sin embargo, se llevó una sorpresa al ver que el Pokémon ya le había alcanzado de nuevo y esta vez su cuerpo iba envuelto en llamas rojas.

-¡Pikachu, huye de ahí!-gritó Aurora muy preocupada.

-Ahora que papá ha liberado a uno de sus mejores Pokémon, Pikachu está perdido-dijo Salem mirando a su amiga con una sonrisa algo maquiavélica.

Lylia y Chrysan sin embargo observaban el combate con expresiones muy calmadas.

-Aurora, ¿has olvidado que tu pichu se enfrenta todos los días a Pokémon más fuertes que ella y casi siempre gana?-le preguntó Lylia a su hija mientras le acariciaba la mejilla. Aurora asintió con la cabeza-. Entonces no hay nada de qué preocuparse. Pikachu no va a tener problemas.

Nada más decir esas últimas palabras un trío en particular, que se encontraba lejos de allí, estornudó.

-Yo no estoy preocupado, mami-dijo Chrysan enseguida, en un intento de ganar la atención de su madre.

-Lo sé, cariño-respondió Lylia acariciándole la cabeza. Al ver como Lylia mimaba a sus hijos Salem sintió algo de envidia. Su madre no era muy propensa a darle cariño mediante contacto físico.

Pikachu corría por el campo de batalla usando ataque rápido para esquivar a una enorme masa de fuego, dientes y garras que le perseguía sin darle tregua.

-¡¿Así que haces que Arcanine use velocidad extrema combinado con envite ígneo?!-preguntó Ash muy asombrado pero para nada preocupado.

-Sí, lo llamo "Fuego extremo de la bestia naranja"-respondió Gary. Al ver las caras de horror de Ash y el resto de espectadores, su hija incluida, su sonrisa se borró al instante-… Aun estoy pensando en el nombre.

-Te dije que le cambiases el nombre, papa-murmuró Salem muy avergonzada y con las mejillas sonrojadas.

-Hum…Tengo la sensación de que el cuerpo de Arcanine debe de sufrir una enorme tensión para mantener dos ataques tan poderosos al mismo tiempo-comento Lylia.

-Creo que papi también se ha dado cuenta de eso-dijo Chrysan, cuya despierta mente había deducido lo mismo que su madre.

-Tu padre debe estar muy desesperado como para usar eso contra Pikachu, ¿no crees?-la sonrisa burlona de Aurora hizo que las venas de la cabeza de Salem se hinchasen pero no se dignó a dar una contestación.

-Me temo que estás perdido, Ash-dijo Gary a su rival-. Es imposible que un pikachu supere la velocidad de un arcanine que está usando velocidad extrema.

Ash simplemente observó como Pikachu seguía esquivando a Arcanine.

-¡No se como lo haces pero no podrás seguir escapando!-Gary empezaba a desesperarse al ver que incluso con velocidad extrema Arcanine apenas mantenía el ritmo con Pikachu-. ¡Lanzallamas!

Arcanine usó lanzallamas para crear un círculo de fuego que dejó a Pikachu completamente atrapado.

-¡Ahora Arcanine!-gritó Gary. Su Pokémon había usado demasiada energía para mantener la técnica "Fuego extremo de la bestia naranja", así que aquel sería el movimiento decisivo.

Lylia arqueó una ceja, ya que sentía curiosidad por ver que iba a hacer su marido. Aurora abrió muchos los ojos y la boca mientras apretaba los puños debido a la emoción. Chrysan escribía a toda velocidad mientras no quitaba la vista del campo de batalla. Salem sonreía como una loca al pensar que su padre podría vencer al legendario pikachu de Ash Ketchum.

Arcanine usó de nuevo "Fuego extremo de la bestia naranja" mientras Pikachu estaba atrapado en el círculo de fuego. El rostro de Arcanine reflejaba dolor pero no se detuvo. Pikachu sudaba debido al calor pero esperaba con paciencia las órdenes de Ash.

-Aguanta un poco más, Arcanine-pensó Gary mientras su Pokémon se abalanzaba sobre Pikachu-. Estoy seguro de que Pikachu no podrá resistir tu combinación y ya no puede escapar.

Ash miró a Pikachu y ambos asintieron con la cabeza. Una sonrisa traviesa iluminó el rostro del Pokémon ratón mientras sus mejillas rojas desprendían electricidad.

-¡Cola férrea contra el suelo!-gritó Ash.

Pikachu obedeció la orden y todo el terreno tembló mientras se abrían varias grietas en el suelo.

-¡Tened cuidado!-gritó Lylia riéndose un poco al ver como el banco se sacudía y todos tenían que agarrarse con fuerza para evitar caerse.

El círculo de llamas quedó roto y Arcanine tropezó en una de las grietas perdiendo el equilibrio y estrellándose contra el suelo a gran velocidad. Sangre salió de las heridas que se formaron en su costado y una de sus patas quedó inutilizada al haberse torcido.

-¡Rayo!

Pikachu liberó la energía eléctrica acumulada en sus mejillas sobre el malherido y agotado Arcanine dejándole fuera de combate al instante.

-¡Arcanine está fuera de combate!-gritó Lylia de inmediato-. ¡El ganador de este encuentro es mi querido marido!

Ash la sonrió y sus mejillas se pusieron coloradas al oírla hablar así.

-Es increíble que depures de tantos años aun consiga hacer que me sonroje-pensó sorprendido el Maestro Pokémon.

-Que poco profesional, señora Ketchum-dijo Salem con los mofletes hinchados y los brazos cruzados.

-Lo que pasa es que te da miedo admitir que tu papá es mucho más débil que el nuestro-dijo Aurora. A los pocos segundos ambas chicas estaban enzarzadas en otra pelea verbal y física.

-¡Papi es muy fuerte!-dijo Chrysan muy alegre.

-Y eso que no ha usado todo el poder de Pikachu-pensó Lylia.

-¡Bien hecho Pikachu!-gritó Ash emocionado mientras abrazaba a su amigo.

-¡Pika!

Gary agachó ligeramente la cabeza para luego sonreír y felicitar a su amigo.

-Has vencido a dos de mis mejores Pokémon-dijo con resignación-...Tch, tenía la esperanza de derrotar al menos a uno de los tuyos pero veo que tu nivel ya es muy superior, "Maestro Pokémon". Gracias por el combate.

Ash sonrió y le estrechó la mano a Gary.

-En realidad, debería darte yo las gracias a ti-dijo Ash-. Tú y mi hermano fuisteis las primeras personas que me motivaron a ser mejor entrenador Pokémon. No creo que hubiese podido llegar hasta donde estoy si no os hubiese tenido como rivales.

-Pues te diré una cosa, Ash. Si no me hubieses derrotado en la liga Añil no creo que hubiese sido profesor Pokémon-le confesó Gary con una amplia sonrisa-. Así que gracias por "conseguirme" el mejor trabajo de mi vida.

Lylia observó como los tres niños veían atentamente el amable y amistoso intercambio de palabras entre sus padres.

-Al menos así sabrán lo que significa tener una sana rivalidad-pensó.

Después Gary y su hija se fueron. Ash y sus hijos decidieron acompañar a Lylia de regreso a su laboratorio. Por el camino Aurora y su hermano pequeño estuvieron discutiendo lo sucedido en el combate mientras sus padres conversaban.

-Siento mucho que no hayamos tenido una mañana más… familiar-le dijo Ash a su esposa mientras la besaba en la mejilla.

-No te preocupes, me lo he pasado muy bien y estoy segura de que los niños aun más-dijo Lylia con una mirada alegre en su rostro-. Sin embargo…

-¿Sin embargo?

-Creo que esta noche me he ganado una compensación por ser la mejor jueza Pokémon de la historia-dijo con una intensa mirada. Con delicadeza usó su mano derecha para recorrer el rostro y el cuello de su marido-. ¿Sabes que cuando combates estás irresistible?

Ash tragó saliva. Sabía muy bien lo que iba a suceder aquella noche y por eso rezaba a Arceus para poder llegar con vida a la mañana siguiente.