Disclamer: No poseo los derechos de Pokémon


Capítulo 6: Tour regional II

Hace varios años…

Ash está tardando demasiado—murmuró Lylia preocupada.

Habían pasado tres días. Ash, junto a Misty y la policía, debían investigar las extrañas desapariciones en ciudad Celeste. Ash siempre la llamaba todos los días excepto este. Lylia sabía que podía confiar en Ash y en sus Pokémon pero eso no hacía la espera menos dura.

Delia estaba dormida y ella se encontraba en el salón ordenando unos papeles. Más por distraerse que por trabajar. Tenía la extraña sensación de que algo importante iba a ocurrir aquella noche.

Sin pensarlo dos veces, cogió el mando de la televisión y la encendió. Grave error. Según los informativos, había habido varias explosiones en una fábrica cerca a ciudad Celeste. De momento se desconocían los motivos y se aconsejaba a la población que mantuviesen la calma.

Lylia se llevó una mano a la boca. Estaba completamente segura de que Ash estaba involucrado en todo eso. Su marido siempre atraía esa clase de cosas. Antes de que pudiese decidir qué hacer, alguien llamó a la puerta. Corrió hacia ella y preguntó quién era.

Soy yo—Era la voz de su marido. Lylia suspiró aliviada y abrió enseguida la puerta. Lo que vió se le quedaría grabado en su memoria durante el resto de su vida.

Delante de ella estaba Ash. Tenía algunas magulladuras pero nada grave. Pikachu, quien estaba en su hombro izquierdo, presentaba un aspecto similar. Los ojos de ambos mostraban un gran cansancio.

Sin embargo, lo que marcó de verdad a Lylia fue ver que Ash tenía algo entre sus brazos, un bebé.

¿Q-qué…?—Lylia no sabía que decir. Antes de que Ash pudiese explicarle que estaba pasando, el bebé abrió los ojos mostrando una extraña coloración azulada.

Aquellos ojos miraron directamente a Lylia con tal inocencia que sintió como su corazón se derretía. En ese momento, por más irreal que pareciese, supo que se había formado un lazo irrompible entre ambos.


En la actualidad; Región de Jhoto: Pueblo Primavera

—Mamá, ya hemos llegado—avisó el pequeño Chrysan a su madre. Esta abrió los ojos y vio que era cierto. Ya estaban cerca de la famosa Guardería Pokémon de pueblo Primavera.

—Este lugar sigue tan bonito como siempre—comentó Ash.

—Pero no es mejor que pueblo Paleta—dijo Aurora, muy orgullosa de su lugar de origen.

— ¡Cierto!

Lylia y Chrysan pusieron los ojos en blanco mientras sonreían ligeramente.

—Recuerda Aurora, nada de peleas a menos que sean combates Pokémon—le advirtió su madre—. No queremos que pase lo mismo que la última vez, ¿verdad?

—Ugh…no hacía falta que me lo recordases—murmuró Aurora.

—Vamos—comenzó a decir Ash—, tampoco fue para ta-

El Maestro Pokémon cerró la boca enseguida al ver la heladora mirada que le dirigía su esposa.

La rivalidad entre Kanto y Johto era algo que algunos llevaban al extremo. En el caso de Aurora, no dudaba en atacar a cualquier que hablase mal de su región natal. Y no les atacaba con sus Pokémon precisamente.

—Prometo no meterme en líos—le dijo a su madre mientras cruzaba los dedos por detrás.

— ¡Mamá, Aurora está cruzando los dedos!—gritó Chrysan.

— ¡Mentira!

— ¡Verdad!

— ¡Niños!—les advirtió Lylia mientras se frotaba la frente.

ooOoo

Cobre tenía el pelo azulado y los ojos de un color dorado. Estaño era pelirrojo y sus castaños ojos reflejaban una personalidad igual de traviesa que la de su amigo.

Cobre era hijo de Oro y Cristal, Estaño era hijo de Plata y Lira. Los dos eran pesadillas andantes, al menos para Aurora.

— ¿Queréis jugar?

— ¿O bailar?

— ¿O pescar?

— ¿O pasear?

Los dos amigos siguieron nombrando cosas que hacer mientras que Aurora intentaba no perder la paciencia.

—Había olvidado lo pesados que son cuando están juntos—comentó.

— ¿Sabes que si juntas cobre y estaño sale bronce?—le informó Chrysan.

—Sí, sí, que curioso—dijo Aurora con desinterés.

Al ver como su hermano hinchaba sus mofletes al sentirse ofendido, le acarició la cabeza con cariño. Acto que pilló por sorpresa a Chrysan, pues su hermana no era precisamente alguien muy cariñosa, aunque sí bastante sobreprotectora.

— ¡Echemos un pulso!—gritaron Cobre y Estaño al mismo tiempo.

— ¿Un pulso?—preguntaron ambos hermanos al mismo tiempo.

—Sí—dijo Estaño.

— ¿Qué pasa, acaso los de Kanto sois unos debiluchos?—les provocó Cobre.

— ¡Kanto es la mejor región del mundo!—rugió Aurora muy ofendida. Dejando salir a flote su lado patriótico.

—Y la más sobrexplotada—murmuró Chrysan, aunque nadie le escuchó.

—Acepto el reto—dijo Aurora—. Pero seré yo contra vosotros dos al mismo tiempo.

— ¡¿Estás loca?!/ ¡Qué atrevida!

— ¿Estás segura, hermanita?—pregunto Chrysan. Aurora le sonrió para tranquilizarle.

—No te preocupes, recuerda que soy ambidiestra.

ooOoo

— ¡Mi mano!—gritaron ambos niños al sentir en sus carnes la fuerza de Aurora. La chica sonreía mientras se frotaba ligeramente las manos. Había sido un combate justo pero rápido. No podían quejarse del resultado.

—Supongo que tendremos que darles los huevos Pokémon—dijo Cobre de repente.

—Es lo justo—dijo Estaño.

— ¿Huevos Pokémon?—preguntó Chrysan. Los dos amigos asintieron con sus cabezas.

—Nuestros padres tenían planeado regalarlos un par de huevos Pokémon—les explicó Cobre.

—Pero nosotros queríamos poneros las cosas un poco difícil—terminó diciendo Estaño.

—Esos huevos… ¿los tenías ya preparados?—preguntó Chrysan.

— ¡P-por supuesto que sí!—exclamaron nerviosos los amigos. De esa forma se confirmaron las sospechas de Chrysan.

Seguramente papá llamó antes para que nos regalasen un huevo a cada uno—dedujo Chrysan—. Papá mima demasiado a mi hermana.

— ¿Alguno de esos huevos es de un Pokémon variocolor?—preguntó Aurora esperanzada.

—Sí, ahora tenemos máquinas que nos ayudan a saber esas cosas—le dijo Cobre mientras cogía una especie de incubadora donde había un huevo de color azulado con un par de rayas negras.

—Este el tuyo—le dijo Estaño a Chrysan al darle un huevo de un color verde con manchas blancas.

—Un nuevo Pokémon variocolor…—dijo Aurora con expresión soñadora mientras acariciaba la incubadora que contenía a su cuarto Pokémon—. Tengo muchas ganas de saber que será…

—Yo también—dijo Chrysan, quien no pudo ocultar la ilusión que le hacía recibir su tercer Pokémon.

—Supongo que ya no os parecemos tan pesados—dijo Cobre mientras hinchaba su pecho.

—Creo que hace tiempo que han dejado de hacernos caso—le dijo estaño al ver como los dos hermanos parecían estar soñando despiertos.


— ¡Muchas gracias papá!—gritó Aurora mientras daba un fuerte abrazo a su padre.

— ¿Gracias?, ¿por qué?—preguntó Ash confuso.

— ¡Por el huevo de Pokémon variocolor!

—Bueno, cualquier cosa para ayudarte en tu sueño de ser una Maestra variocolor—dijo Ash, acariciándole la cabeza con cariño—. Pero los siguientes Pokémon variocolores tendrás que capturarlos tú sola, ¿vale?

— ¡Vale!

—Yo también te doy las gracias—dijo Chrysan dándole otro abrazo—. Aunque nunca he dicho que quería otro Pokémon.

—Eso ha sido idea mía—confesó Lylia—. No me parecía justo que tu hermana tuviese un huevo y tu no. Al fin y al cabo vas a ser investigador Pokémon, ¿verdad? Saber cómo cuidar bien de un huevo es fundamental. Aurora puede ayudar con eso.

—Sí—respondió ella con orgullo, pues había criado a su inicial, Raika, desde que era un huevo.

Chrysan sonrió y todos se dieron un abrazo grupal. Delia les hizo una foto sin que lo supiesen, queriendo remarcar el feliz momento.


Región de Hoenn


Ciudad Petalia

—Escuchadme bien porque no lo repetiré otra vez—les advirtió Estela, hija de Aura y Bruno—. Al contrario que vosotros, yo tengo muchas cosas que hacer así que quedaros en ese rincón y no me molestéis.

La chica de cabello muy corto y castaño estaba sentada en una cómoda silla giratoria y miraba a su ordenador de última generación.

—Pero nuestros padres han dicho que juguemos—protestó Chrysan.

—Me da igual.

— ¿En serio vas a ignorarnos para seguir escribiendo una historia en tu ordenador?—preguntó Aurora muy ofendida.

—Ese es mi plan, sí.

Aurora y Chrysan se miraron entre sí y luego la habitación repleta de espejos y posters de cantantes pop famosos.

—Por suerte hemos traído nuestras Nintendo—comentó Crhsyan mientras revolvía su mochila.

—Si vais a jugar acordaros de apagar el volumen—les dijo estela sin ni siquiera mirarlos. Sus dedos revoloteaban con rapidez por el teclado de su ordenador.

— ¿Qué clase de historia estás escribiendo?—le preguntó Aurora.

—Historias sueltas sobre diferentes misteriosos de nuestro mundo—dijo Estela—. Vuestro padre es una fuente muy valiosa de inspiración con todas las aventuras que ha vivido.

—Nosotros también vivimos una gran aventura en las islas Sete.

— ¿Huh?

— ¿No has oído hablar del hypno de isla Tera?—le preguntó Chrysan.

Estela arqueó una ceja y dejó de teclear.

— ¿El que secuestraba niños?

—Sí. Nosotros fuimos los que lo capturamos—dijo Aurora con orgullo. Sin previo aviso. Estela abandonó su silla y se situó muy cerca de ellos.

—Contádmelo todo, por favor. No os dejéis ningún detalle.

— ¿Así que ahora si te interesamos, eh?—pensaron con cierta rabia los dos hermanos.

—No pongáis esa cara, con lo mucho que os quiero—dijo Estela forzando una sonrisa.

— ¿Dónde está tu prima?—le preguntó de repente Chrysan. La hija de Max y Clem tenía tan solo un año pero sabían que Estela a veces la cuidaba.

— ¿Lima? Está encerrada en su casa—les informó Estela—. Al parecer ha pillado un buen resfriado. Pero ahora vamos a lo importante, ¿es verdad que os enfrentasteis a ese malvado hypno?


Región de Sinnoh


Pueblo Hojaverde

Paladio, hijo de Maya y León, era un niño de siete años. Su cabello azulado estaba perfectamente peinado y sus ojos azules brillaban con ambición.

Él, Aurora y Chrysan estaban jugando a combates Pokémon con sus Nintendo.

—Estoy deseando recibir mi primer Pokémon—les contó a Aurora y Chrysan—. Mi abuela y mi madre son las mejores coordinadoras de la región y yo quiero superarlas.

— ¿No prefieres los combates Pokémon?—le preguntó Aurora—. Son más divertidos.

— ¿N gustan los concurso Pokémon?—preguntó Paladio muy confuso. No entendía como alguien no podía disfrutar de semejante concepto.

—No es que no me gusten pero tampoco me entusiasman…

— ¿Entusiasman?

—Quiere decir que no le gustan mucho—le explicó Chrysan.

—…Habláis como los mayores—dijo Paladio con el ceño fruncido—. Que aburridos.

—La culpa es de Chrysan—dijo Aurora—. Está todo el rato trabajando con mamá y al final me ha pegado su forma de hablar.

Chrysan infló los mofletes. Era su forma de mostrar indignación, algo que había "heredado" de su madre.

—No quiero ser adulto—dijo de repente Paladio.

— ¿Por qué?—preguntó Chrysan.

—Porque si soy pequeño los jueces pensaran que soy adorable y podré ganar los concursos Pokémon.

Una gota de sudor rodó por las frentes de los dos hermanos.

—…Se supone que los que tiene que ser adorables son tus Pokémon—les explicó Chrysan.

—Eso depende de la modalidad en la que compitas, ser adorable no te asegura ganar. Debes ser capaz de sacar a relucir todo el potencial de tus Pokémon aunque sean feos—dijo Aurora con la vista fija en su Nintendo. Giró la cabeza al notar que su hermano y Paladio la miraban fijamente, con sorpresa en sus rostros—. ¡Q-qué no me gusten los concursos no significa que no sepa nada de ellos!

—…Sí, claro—dijeron ambos chicos a la vez. Aurora se puso colorada pero no dijo nada más.


Región de Teselia


Ciudad Fayenza

L era hijo de N y Tristana. Tenía diez años. Era algo bajo para su edad y de constitución delgada. De pelo muy largo y castaño, con ojos grises que parecían nubes de tormenta, como las que estaban cubriendo el cielo en esos momentos.

—Aurora, Chrysan, cuanto tiempo—dijo al saludar a los dos hermanos.

—H-h-h-h-h-

—Lo que mi hermana quiere decir es: Hola—dijo Chrysan al ver como Aurora se quedaba paralizada.

— ¡Lo que ha dicho él!—contestó la chica al instante mientras su rostro se ponía rojo.

—Veo que sigues igual de energética que siempre—rió L, quien también parecía nervioso al mirar a su amiga—. Dime, ¿sigues obsesionada con ser Maestra Pokémon?

—No—negó Aurora, cuyos ojos ardieron de determinación al oír aquellas palabras—. ¡Quiero ser alguien que supere al Maestro Pokémon!

—Como si superar a papá fuese tan fácil—comentó Chrysan frunciendo el ceño.

—No mucha gente posee la misma ambición que tu hermana—comentó L—, tal vez lo consiga.

— ¡Lo conseguiré!—exclamó Aurora sin dudarlo ni un instante. L rió de nuevo y miró con respeto y orgullo a su amiga.

—Estoy segura de que algún día alcanzarás tus ideales—le dijo—. Y supongo que tú sigues queriendo ser investigador Pokémon—dijo L a Chrysan.

Este asintió con la cabeza.

—Quiero descubrir todos los misterios que rodean al mundo Pokémon.

—Eso está muy bien.

— ¿Y tú, que es lo que quieres?—le preguntó Aurora a L. Este se quedó pensativo durante unos segundos.

—Quiero formar un equipo.

— ¿Un equipo?—preguntaron ambos hermanos al mismo tiempo.

—Sí, una especie de equipo Plasma pero internacional—les explicó—. Nos dedicaríamos a ir por diferentes regiones resolviendo conflictos que puedan surgir entre humanos y Pokémon. Buscaremos la verdad tras esos conflictos para poder resolverlos.

—Eso sí que es ambicioso—comentó Chrysan sorprendido mientras que Aurora miraba a su amigo con cierta admiración y respeto.

—Bueno… ¡Basta de hablar de sueños!—dijo Aurora mientras señalaba a L—. Quiero ver como de fuerte te has vuelto.

—Me preguntaba cuanto tardarías en pedirme un combate—dijo L con una sonrisa que derritió el corazón de Aurora—. ¿Un combate de uno contra uno?

— ¡Sí!—el entusiasmo de Aurora hacía que L se emocionase también, a pesar de no gustarle mucho combatir.

—Yo haré de juez, como siempre—suspiró Chrysan.

ooOoo

— ¡Golem contra Pichu, que comience el combate!—declaró Chrysan.

— ¿Qué vas a hacer contra mi golem, Aurora?—le preguntó L—. Los ataques eléctricos de Raika no van a funcionar.

— ¡Rayo!

— ¡¿Eeeeeh?!—exclamaron L y Chrysan al mismo tiempo—. ¡Pero si no le hará nada a Golem!

El rayo golpeó a Golem con fuerza antes de que pudiese hacer un agujero en el suelo. Golem cayó al suelo y una luz rojiza le envolvió. Cuando la luz se disipó Golem ya no estaba allí. Otro Pokémon ocupaba su lugar.

—…Así que era un zorua usando su habilidad ilusión—dijo Chrysan con fascinación. Por algún motivo, aquel Pokémon le parecía precioso.

— ¿Cómo sabías que era mi zorua?—preguntó L a Aurora—. ¿Por su aura?

—Sí y no. No soy tan buena como para saber cómo es el aura de cada Pokémon—confesó Aurora mientras se rascaba la cabeza con nerviosismo—. Tan solo he visto que su aura no era muy poderosa para ser la de un golem.

—Entiendo—dijo L—. Entonces, comencemos con el verdadero combate. La lluvia comenzó a caer sobre el lugar pero a los combatientes eso les daba igual. Chrysan sacó un pequeño paraguas con el que se cubrió. Por suerte su madre era muy previsora y siempre le obligaba a llevar de todo en la mochila.

— ¡Raika, beso dulce!

Raika se lanzó a gran velocidad hacia Zorua. L estaba un poco impresionado pues la velocidad de Raika era increíble.

—Zorua usa juego sucio.

Zorua esperó hasta el último segundo para esquivar a Raika a la vez que le mordía la cola. Aprovechando la velocidad de Raika en su contra la lanzó al centro de campo sin problemas.

—Ahora usa finta.

Zorua desapareció de repente del campo de visión de Aurora y apareció detrás de una sorprendida Raika, golpeándola con fuerza en la espalda.

—Arañazo—dijo L algo decepcionado al ver que como de fácil era el combate. Sin embargo, Zorua falló. Para su sorpresa, Raika había esquivado el ataque sin problemas y estaba corriendo en círculos alrededor de Zorua.

-¡Raika, usa rayo!-gritó Aurora.

Raika lanzó una gran descarga eléctrica sobre Zorua, el cual no pudo esquivarlo a tiempo.

— ¡Zorua!—gritó L preocupado al ver como su Pokémon aullaba de dolor.

Por culpa del agua de lluvia el rayo le he hecho más daño—pensó Chrysan con tristeza. Le daba mucha pena ver a Zorua en ese estado.

— ¡Raika, usa rayo otra vez!

Zorua recibió otro rayo que lo lanzó unos metros hacia atrás.

—Menuda fuerza de la esa pichu variocolor—comentó L con admiración—. ¡Zorua, usa finta para acercarte y remátala con arañazo!

— ¡Raika, encanto!—Raika sonrió de forma dulce y le guiñó un ojo a Zorua, reduciendo de esta manera la potencia de su ataque.

— ¡Raika, persíguelo y usa beso dulce!—le ordenó Aurora al ver como Zorua retrocedía.

Pronto el combate se convirtió en una carrera, Zorua aparecía desde diferentes lugares con finta pero Raika era muy rápida esquivando y contraatacando. Zorua estaba teniendo dificultades para mantener el ritmo.

No podrá seguir así mucho más tiempo—pensó L preocupado—. Creo que voy a verme obligada a usar ese ataque.

Zorua se abalanzó por fin sobre Raika pero esta sonrió malévolamente. Por algún motivo que L desconocía, Zorua dio un salto tremendo en el aire y se alejó de Raika. ¿Le había asustado la expresión que había puesto Raika o había algo más?

—Zorua, aléjate más y comienza a acumular energía—le pidió L—. Lo siento mucho Aurora pero esto se acaba aquí, la velocidad de Raika no servirá para esquivar el siguiente ataque.

—Ni falta que hace—dijo Aurora con una sonrisa traviesa en su rostro que hizo que L se sonrojase—. Raika ha usado onda trueno cuando Zorua la ha atrapado, aunque lo correcto sería decir que Raika se ha dejado atrapar.

— ¿Cómo?—preguntó L levantando una ceja. Miró a Zorua y vio que su cuerpo desprendía pequeñas chispas y no parecía listo para lanzar el ataque.

Claro, por eso ha saltado antes…—pensó Chrysan.

Los ojos de Aurora brillaban con intensidad mientras apuntaba con el dedo índice hacia las nubes negras del cielo.

— ¡Raika, lanza un rayo hacia las nubes!

Raika obedeció la orden y las nubes comenzaron a desprender chispas. Raika se puso a cuatro patas y levanto la cola todo lo que pudo hacia esas nubes.

— ¿Qué está haciendo?—preguntó L confuso.

—La habilidad de Raika es pararrayo—le explicó Chrysan.

—Pararrayos…—dijo L pensativo—. No me suena que sea una habilidad común de los pichu ¿Es una habilidad oculta?

— ¡Exacto!—exclamó Aurora—. ¡Raika puede aprovechar cualquier ataque eléctrico ya sea de un Pokémon o de la mismísima naturaleza y subir su ataque especial!

— ¿Así que planeas usar los rayos de esas nubes para hacer más fuerte a Raika? Por muy especial que sea sigue siendo una pichu, estoy segura de que solo puedes usar ese truco una vez. No creo que pueda soportar durante mucho tiempo toda esa energía dentro de su pequeño cuerpo.

—Es verdad—admitió Aurora—. Cuando la energía eléctrica proviene de un Pokémon aguanta bastante bien pero cuando es de una tormenta eléctrica se queda agotada tras liberarla.

Un rayo cayó sobre Raika cargándola de energía y Zorua ya había terminado de acumular energía también. Aurora y L estaban listos para terminar el combate.

— ¡Zorua, pulso umbrío a máxima potencia!

— ¡Raika, rayo a máxima potencia!

Hubo una gran colisión de ataques que levantó una gran polvareda. Cuando esta se levantó, tan solo una agotada Raika estaba en pie.

— ¡Zorua está fuera de combate!—gritó Chrysan con poco entusiasmo—. La ganadora es Aurora.

—No parece que te alegres mucho por mí, hermanito—comentó Aurora con el ceño fruncido.

—Ha sido un buen combate—dijo L tras estrecharle la mano a Aurora—. Espero que podamos repetirlo algún día.

—Y-yo también.

ooOoo

Ciudad Caolín

— ¡Lucha conmigo!—le pidió Aurora por décima vez a la chica de cabello morado corto y ojos de color carmesí. Dicha chica suspiró también por décima vez, al igual que Chrysan.

— ¿Cuántas veces tengo que decírtelo?, no creo que estés a mi nivel Aurora—dijo Isophya. No estaba molesta y pero su paciencia estaba al límite—. Aunque mi madre siempre dice que no debo subestimar a mis oponentes—terminó diciendo en voz baja.

— ¡Pues deberías hacerle caso porque voy a ganar!—gritó Aurora, quien había oído sus últimas palabras.

— ¿Qué vas a hacer?—preguntó Chrysan a Ispohya. Esta acabó encogiéndose de hombros.

—Vale, combatamos pero si pierdes harás todo lo que yo diga.

— ¡Me parece bien pero vas a perder!

ooOoo

Cinco minutos después…

—Raika, Blaze, Marina…—murmuró Aurora. Estaba demasiado sorprendida como para reaccionar. Pichu, charmander y popplio habían sido derrotados por el zweilous de Isophya.

—Bien, puesto que has perdido te ordeno que vayamos juntas de compras por toda la ciudad—le dijo Ispophya. Chrysan tuvo que contener la risa al ver como Aurora se ponía pálida. Ir de compras era lo que más odiaba en esta vida.

— ¿N-no podemos hacer otra cosa, por favor?—le suplicó a la domadragones.

—No, has perdido y debes sufrir las consecuencias. Así aprenderás a no molestar a las personas cuando te dicen no.

—Parece que van a educarte mejor que papá—rió Chrysan, quien calló al instante al ver la mirada asesina de su hermana mayor.


Región de Kalos


Pueblo Boceto

Aurora consideraba a Zeus como uno de sus mejores amigos. Era un chico rubio de ojos azules que siempre tenía una sonrisa en su rostro. No importaba lo que pasase, siempre estaba sonriendo. A Chrysan sin embargo nunca le había caído muy bien.

En aquel momento Zeus tenía el brazo derecho y la pierna izquierda escayoladas, llevaba un par de vendas en la cabeza, un parche en el ojo izquierdo.

El brazo roto debido a un accidente cuando iba en bicicleta. La pierna rota debido a que fue atacado por un bunnelby en la ruta 2. El parche en el ojo era la consecuencia de haber defendido a un amigo de unos matones. Y las vendas de la cabeza tapaban el chicón producido al caerse por las escaleras de su casa.

—… ¿Z, estás bien?—le preguntó Aurora con cierta preocupación. El hijo de Serena siempre tenía alguna nueva herida cada vez que lo veían.

¿En serio le preguntas eso a alguien que es conocido por tener accidentes cada vez que se levanta de la cama?—pensó Chrysan.

—Lo estaba—comenzó a decir Zeus—, hasta que comí en la cama unas bayas en mal estado. Me he pasado dos días vomitando sin parar.

— ¿Vas a vomitar ahora?—preguntó Chrysan algo alterado y asqueado. Aurora le pegó un pequeño codazo en el costado.

—No, ya he pasado la etapa de los vómitos—dijo Zeus. Chrysan, y también Aurora, respiraron aliviados al oír aquello.

— ¿Has hecho algo interesante este año?—preguntó Aurora—. Porque a nosotros nos han pasado cosas muy extrañas.

—Este año no, pero el año que viene empezaré mi viaje—comentó Zeus a los dos hermanos—. Quiero visitar Kanto y otros lugares. Cuando regrese a Kalos lo haré convertida en una entrenadora Pokémon de verdad.

—Si vas a Kanto seguramente nos acabemos enfrentando—le advirtió Aurora con una pequeña sonrisa—. No voy a ser amable contigo.

Z asintió con la cabeza mientras le sonreía.

—Me parece bien.

¿En serio van a dejar ir de viaje a alguien que apenas puede cuidarse a sí mismo?—pensó Chrysan preocupado—. ¿Y si te pasa algo?, ¿no es mejor que vayas acompañado?

—Voy a tener a mis Pokémon a mi lado—dijo ensanchando su ya de por sí permanente sonrisa—, con ellos no tengo nada a lo que temer. Los Pokémon serán mi apoyo cada vez que me caiga.

— ¡Así se habla!—exclamó Aurora, muy de acuerdo con la filosofía de su amigo.

Esperemos que no se cansen de apoyarte con lo mucho que te vas a caer—pensó Chrysan con cierta maldad.

—Por cierto, si pasáis por ciudad Luminalia no creo que podáis ver a Tesla—les informó Zeus—. Hace una semana le pasé sin querer mi resfriado y parece que ha empeorado.

Tesla era la hija de Lem y Xana y también una gran amiga de Chrysan. Si antes no le caía bien Zeus, ahora tenía un motivo más para no hacerlo.


Región de Alola


Playa de Hauoli

Tres niños paseaban por la suave arena mientras disfrutaban de sus helados.

—Eclipse… ¿A quién se le ocurre ponerle ese nombre a su hija?—se quejó la niña de cabellos negros y rizados. Sus ojos verdes brillaban con ira contenida—. Cuando crezca me lo cambiaré.

— ¿Y cómo te quieres llamar?—le preguntó Aurora a su prima, pues Eclipse era hija de Luna y Gladio.

— ¡Star!

—… ¿Star?—Chrysan no podía creerse lo que estaba oyendo—. Pero si es un nombre igual de…

Su hermana le había tapado la boca a tiempo, pues las venas de la cabeza de Eclipse estaban a punto de explotar.

—Es un nombre precioso—dijo Aurora. Eclipse se tranquilizó al instante.

— ¿A que sí?—Eclipse sonrió con orgullo—. No puedo esperar a crecer y ser conocida como la estrella más brillante de toda Alola.

— ¿Y eso?—preguntaron ambos hermanos.

—Los concursos Pokémon están siendo cada vez más famosos en Alola y yo quiero participar en ellos. También quiero ser campeona de Alola.

—Ser la mejor en dos cosas tan distintas es muy difícil—dijo Chrysan.

—Lo sé, pero eso lo hace más emocionante.

—Cuando seas campeona vendré a arrebatarte el título—dijo Aurora—. Quiero ser una Maestra Pokémon Variocolor así que vencer campeones será uno de mis objetivos.

—Tener solo Pokémon variocolores y vencer a los entrenadores más fuertes del mundo… ¡Y luego dicen que la soñadora soy yo!—se burló Eclipse.

—Cuando te haya derrotado no te reirás tanto.

—Ju, te estaré esperando.

—Lo mismo digo.

Las dos estuvieron un rato de esa forma hasta que Chrysan se aburrió y se fue con sus padres. Las dos no se dieron cuenta y siguen andando y andado solas hasta que se hizo muy tarde.

—Eeeeh, ¿dónde estamos?—preguntó Aurora algo asustada.

—Estamos perdidas en mitad de un bosque—comentó Eclipse con voz neutra.

— ¡Eso ya lo sé!


Unos días después…

— ¿Ahora a donde vamos a ir, papá?—preguntó Chrysan.

—A la región de Ferrum—les informó Ash—. Visitaremos el Circo de Solgaleo.

— ¿El circo más famoso del mundo?—dijo Chrysan muy ilusionado.

—Sí—dijo Lylia, quien compartía su misma ilusión—. Pasaremos un día entero en familia.

— ¿Lo dices porque apenas os hemos hecho caso en estos viajes?—preguntó Aurora con una sonrisa pícara en su rostro.

—Por supuesto que no—respondió Lylia con una sonrisa—. Nos gusta mucho ver como disfrutáis al estar con vuestros amigos. Al ser de diferentes regiones no podéis estar junto muchas veces así que no me preocupa que hayáis estado con ellos.

—De todas formas aunque no tengáis amigos en Ferrum, estoy seguro de que lo pasareis muy bien con vuestros padres—dijo Delia.

—El circo de Solgaleo…me pregunto si tendrán Pokémon variocolores…—murmuró Aurora con aire soñador. Con cuidado, acarició el huevo que sus amigos le habían entregado.


Continuará…