PRÓLOGO
Hace tiempo, justo antes de que se crearan las murallas, la humanidad estaba siendo extinguida por esos humanoides gigantes, a quienes denominamos "Titanes". Un día los seres humanos estaban siendo acorralados por estos seres enormes, perdiendo las últimas esperanzas que tenían viendo su futuro más probable en las fauces de los Titanes, entonces… en el cielo… un milagro apareció… un milagro para la humanidad.
Era una musa o tal vez un ángel, con el cabello largo azabache y con puntas blancas; piel de nieve, con la apariencia de una muñeca de marfil; delgada y estrecha cintura; cuando ésta peleaba era en los aires para estar a la par de los gigantes, utilizando dos alas: una negra de noche a la izquierda, y otra blanca de nieve a la derecha; y por último… sus ojos, dos grandes zafiros azules, capaces de dar calidez hasta el más devastado corazón.
Ella con un simple arco derrotó a los titanes que amenazaban a los humanos (aunque no todos), pero… para dar paz… solo un poco de paz a la humanidad… tuvo que ser sacrificada, dominando a 3 titanes de más de 50 metros, la gran musa y los titanes fueron cristalizados.
Los gigantes fueron convertidos en tres murallas – hoy en día conocidas como las murallas Sina, Rose y María-, y ella fue envuelta en una gran joya durmiendo para siempre. Siendo exhibida en el palacio real colocada en el techo.
Ella sabía que muchas personas quedarían desoladas por su muerte, así que opto por borrar las memorias a la mayor parte de población, menos a los nobles encargados y a los comandantes; teniendo la obligación de contar su historia como un secreto de la nación a sus herederos al puesto.
Les dio a la familia real un poder único que con el paso del tiempo se lo llevo la codicia; a la familia más fuerte les dio otro poder jurando siempre serle fiel, grande su sorpresa que gracias a su lealtad casi llegan a la extinción.
Se dice que una parte de la muchacha no quería morir, esto se aboga por dos apariciones después de su muerte, la primera pasó después de 100 años de la cristalización, en la Ciudad subterránea, ayudando a un hombre joven de unos 20 años con un niño pequeño de apenas 6 años de edad, se comenta que ella lo crio y lo entrenó junto al hombre, pero después desapareció y se desvanecieron como el humo los recuerdos del niño, unos años después el hombre dejo al niño a su suerte.
La segunda vez fue un poco más de 5 años después de su desaparición, se cuenta que ayudaba a una pareja – un doctor y un ama de casa- con su hijo recién nacido, la muchacha aparte ayudaba al médico con sus pacientes haciendo medicinas que incluso el doctor desconocía y que eran muy efectivas, pero volvió a desaparecer de la nada después del quinto año del niño, haciendo lo mismo que la vez pasada, borrando su presencia de los recuerdos del niño.
Se creyó que finalmente había tenido el descanso eterno… hasta el día de hoy.