Proveedor de esa cosa llamada "Amor"

Cuando vi el capítulo 107 del manga, sobre todo el final de éste, con el rostro irreconocible de Historia Reiss, como una especie de muñeca rota, incapaz de sentir nada, absorta en lo que sea que esté una absorta después de ser –y esta es mi opinión personal- usada para fines reproductivos únicamente, pensé en un fragmento de una canción, misma de la que extraje el título del fanfic, llamada "Mothers" de la banda Daughter (Yo sé, suena gracioso pero al mismo tiempo no lo es en absoluto). En sí, la canción no es la típica canción sobre lo bello y sublime de la maternidad, sino sobre esa parte dolorosa y triste que pasa justo después de ser madre, cuando poco a poco, esos hijos que diste al mundo a luz comienzan a crecer, a ser personas y a olvidarse que alguna vez te tuvieron y te amaban, cuando comienzan a transformarse, como la canción lo dice, en rostros extraños que alguna vez amaste.

Me identifico hasta cierto punto con ese sentimiento, porque soy madre y soy capaz de digerir perfectamente que tal como un día mi hijo crecerá, yo misma fui hija de alguien, crecí y durante un tiempo también consideré a mi madre casi una extraña por razones que pocas personas quizá podrían comprender, o quizá que entenderían de sobra. Mi madre probablemente se siente aún de esa forma respecto a mí, es algo que quizá nunca sabré porque ambas somos mujeres de carácter y personalidad erráticos y nos cuesta trabajo profundizar respecto a la otra.

El punto aquí es que les recuerdo que todos mis fanfics tienen dos elementos que nunca dejarán mis fanfics (la mayoría inconclusos, lo que me apena): Música que me mueve de alguna manera y sentimientos íntimos que, aunque no de forma abierta, comparto a través de lo que escribo.

Espero puedan identificarse conmigo, con la historia, con los personajes o con cualquier elemento que puedan encontrar de su interés aquí. Como saben ya, Shingeki no Kyojin ni sus personajes me pertenecen, sólo la historia que por momentos puede sentirse entre AU y spoiler.

Aprecio sus lecturas y reviews, muchas gracias.

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Después de aquella última conversación con Eren, en la que éste le había dejado claro que todo lo que había hecho había sido sólo para salvarles, a ella, y al resto de la humanidad, Mikasa se sintió abrumada, horrorizada. Por primera vez en su vida se había sentido lejana de verdad a Eren y por primera vez, por elección y voluntad propias.

Porque lo que Eren había hecho no era sólo haber asesinado niños, hombres o mujeres inocentes. Aún con asco, tal como se lo había espetado a la comandante Zoe mientras la zarandeaba contra los barrotes de su calabozo, había preñado a Historia Reiss.

Cuando se lo dijo, con una mezcla de vergüenza y orgullo, tan absurdo un sentimiento como inexplicable el otro, Mikasa se sintió traicionada y desorientada. ¿Por qué Historia había asumido un papel tan sumiso e imbécil? ¡Era el mismo papel que la gente de Hizuru pretendía de ella misma! ¡Que se transformara en una yegua de cría y comenzara a abrir las piernas pariendo bebés de su clan ya que era "la última que quedaba" de él!

Claro, dicho así, a Eren no sólo no le pareció bien en absoluto, se escandalizó. Por supuesto que no se escandalizó haciéndole un hijo a la reina, pero que a Mikasa, su hermana adoptiva, alguien, quien fuese, viniera a hacerle uno, era sencillamente impensable.

Estaba tan... Furiosa.

Salió a toda prisa de la habitación y corrió durante un tiempo a través de las construcciones de cemento del complejo, hastiada de la compañía de cualquiera que perteneciera a ese sitio. La asfixiaba.

Había algo que no le había dicho a Eren, y que era la razón que más la irritaba, porque siendo Eren tan despistado, era algo tan evidente que aún así ni siquiera se le había pasado por la cabeza.

Había dos integrantes vivos del clan Ackerman, ambos en edad reproductiva y en condiciones adecuadas para prolongar la línea viva del poder despertado.

Levi Ackerman y ella.

Escupió puerilmente al suelo, gesto que le pareció grotesco y que jamás había hecho antes, pero que era la única manera que encontró en ese preciso instante para descargar su frustración.

Por supuesto ya no detestaba al comandante como antes y tenía que admitir que trabajar en equipo con él le parecía lo más fácil y natural del mundo, pero no es lo mismo hacer un bebé que matar titanes o salvar a Eren.

De cualquier manera, el asunto no parecía haberle pasado por la cabeza a nadie más que a la comandante Zoe y a Kiyomi Azumabito. De la última no le preocupaba en absoluto. De Hanji sí, pero no por las razones que podrían esperarse.

Para muchos posiblemente era un secreto, pero para Mikasa, callada y observadora, era imposible hacerse la tonta y no darse cuenta que Hanji anteponía siempre su labor científica a todo sentimiento que pudiera albergar, y sin embargo, al hablar siempre del tema de la reproducción para el "pase" de las habilidades y poderes de Levi, parecía que sufría.

A la sola mención del tema, Hanji solía hacer garabatos en las libretas de notas, rayonear sin escrúpulo alguno de sus manuscritos o libros a mano; desviaba la vista de cualquiera que le recordara el tema o sencillamente lo cambiaba, de modo que aparentaba interés, pero sin tener realmente que lidiar con él.

Mikasa, pues, estaba enterada de los sentimientos de Hanji Zoe, sin que probablemente esta misma estuviera enterada de ellos. Hanji Zoe hablaba de todo, parloteaba alegremente de cualquier cosa, pero jamás se supo de nadie que conociera nada sobre ella, si acaso el propio Levi Ackerman.

Perdida en sus cavilaciones, continuó su camino de vuelta a su habitación, decepcionada sin poder evitarlo.

Toda su vida deseó ser ella quien llevase en su vientre a los hijos de Eren Jeager.

Durante todo el tiempo que caminó, no se topó con una sola persona, lo que le pareció extraño. Por eso, al llegar a su habitación, le sorprendió tremendamente encontrar a las dos personas con quien menos esperaría toparse ahí dentro.

La comandante Hanji Zoe estaba sentada en el sillón al lado de su cama, parecía impaciente. Levi Ackerman permanecía alerta, recargado contra la pared, aspirando lo que parecía ser un cigarrillo y luego dejándole ir el humo casi en la cara... "¡Qué descaro!", pensó, enojada de verse sin privacidad alguna.

Hanji comenzó, sin anestesia, a plantearle cualquier clase de tontería respecto a lo que había pasado con Historia, tontería que ni siquiera estaba dispuesta a escuchar, sin embargo, calló.

Permaneció en pie, recargada contra la puerta, bajo la mirada alerta de Hanji mientras le hablaba, y la atenta de Levi que permanecía en absoluto silencio, hasta que de pronto, Mikasa hizo la tentativa de decir algo, pues fue entonces cuando él se atrevió a hablar.

- Historia tomó la decisión de hacer lo que hizo, Mikasa. Nadie la obligó. Debes saber que para cuando Historia tenía ese embarazo avanzado, es que Hanji lo supo. Para eso intentó hablar con Eren.

Mikasa se sintió más traicionada todavía. Así que Historia le había dicho en aquella ceremonia dos años atrás que estaba muy feliz por ella, dándole a entender que conocía de sobra sus sentimientos por Eren, y después de aquello y de lo que le había pedido la familia Azumabito a Zeke Jeager, ella y Eren se habían ido por ahí, en silencio, a procrear niños.

Sintió ganas de llorar, gritar, partirlos a todos en dos. Mas permaneció en silencio, observando a ambos comandantes, frustrada, aunque no demostró en absoluto su enojo. Su rostro no transmitió en absoluto sus sentimientos, del mismo modo que Levi parecía por lo regular no tenerlos.

Tenía que admitir que admiraba este rasgo en él, pues era inequívoco para reconocer a los de su clan, según parecía.


- ¡Mocosa idiota! ¿Has visto cómo nos ha despachado de la habitación enviándonos derecho a la mierda? ¿Cómo es que han sobrevivido todos esos imbéciles con esa actitud? - Tronó Levi, indignado una vez que caminaba con Hanji hacia la sala común del complejo.

- ¿Tienes idea de lo que fui a pedirle? El que parece un idiota eres tú - replicó Hanji seriamente – Y tú más que ella te estás resistiendo a la sola idea de algo que eventualmente, deberás hacer por el bien de la humanidad a la que tanto has protegido – Se detuvo en seco y lo miró fijamente - ¿Te das cuenta que no tenemos la tecnología para fecundar a nadie como parecen haberlo hecho con Historia? - Levi entornó la vista y dejó escapar un sonoro tsk.

- No puedo creer que te tomaran el pelo también a ti, ¿No alardeas siempre de ser un genio? - le espetó - El mocoso se acostó con nuestra reina virgen y ahora le ha puesto un hijo en el vientre - desvió la vista de Hanji – Por eso Mikasa está como si acabara de llegarle el período.

Hanji lo miró, severa, más nada dijo. Continuó caminando en silencio junto a Levi, que a su vez permaneció en mortal silencio hasta que ella volvió a hablar.

- Es innegable que tendrás que tener un hijo con Mikasa Ackerman si deseas seguir protegiendo a la humanidad porque, sí Levi, sé que eres el hombre más fuerte de la humanidad y esas estupideces, pero lo cierto es que hasta donde sé, no eres inmortal. Mikasa es no sólo Ackerman como tú, sino además de un clan prácticamente extinto. La gente de Hizuru agradecerá eternamente con sus recursos si tienen nuevos miembros que prolonguen su existencia y su nombre – Dijo Hanji, calculadora – No me importa si tienes que acostarte con ella cuanto sea necesario – Levi la miró entonces de lleno, con una mezcla de algo que parecía entre asco, decepción y otra sensación que Hanji no pudo descifrar.

- ¡Por fin te has vuelto completamente loca, Tres Ojos! Era por esto seguramente que Erwin no quería morirse dejándome solo contigo. ¡Estás demente! ¿Irás por ahí buscándome mujeres para preñar? ¿Me has visto cara de semental o es que para ti los humanos y los animales son lo mismo? - Totalmente indignado, se encendió un cigarrillo de nueva cuenta.

- Dame uno o te los terminarás solo – Le arrebató la cajetilla y el mechero de la mano pálida y grácil y se encendió el cigarrillo de inmediato, dándole una gran calada – Ahora entiendo por qué comenzaste con el asqueroso vicio... Se siente bien – y miró hacia el cielo que se extendía bastante lejos en el horizonte bañado de colores del atardecer. Después de un momento y mientras Levi de brazos cruzados, permanecía recargado en un pilar, observando en la misma dirección que ella, habló - ¿En verdad crees que fue decisión de Historia?

- Lo fue. Nadie la obligó a hacer lo que hizo. Y a Eren tampoco. Se lo dije a la mocosa y te lo digo a ti. Suena bien intentar no abandonarla e intentar restaurar lo que se ha deshecho, pero ésta no es nuestra tarea. Nuestra tarea era matar titanes y eso hicimos, loca.

- ¿Piensas que ya no tenemos ningún propósito?

- Ha terminado, Hanji. Es momento de avanzar y dejar que los políticos se ocupen de la parte política, los gobernantes de la parte de la restauración y la población y ahora nosotros somos parte de esa población. No hay más, ha terminado – En un impulsivo gesto, poco común en él, Levi palmeó suavemente del hombro a Hanji, que parecía entre abrumada y desconcertada – Estoy seguro que encontrarás otra cosa que hacer, siempre estás pensando en un montón de cosas sin sentido.

Sin saber por qué, Hanji sintió una punzada de tristeza, misma que no dejó traslucir de ninguna forma, pero que, para Levi Ackerman, conociéndola del modo que la conocía, no fue en absoluto un secreto.