Bueeeeno. Nada interesante que decir.

Disfrutar.

PD: solo para que sepan, tanto el resumen como el titulo pueden ser un poco engañosos...

Descargo de responsabilidad: No soy dueño de Pokémon


Pero sí que son flojos estos. No sé qué les costara ofrecerse para hacer esa insignificante tarea. Solo se quedan ahí sentados hablando entre ellos, mientras el tiempo pasa y pasa.

Aunque claro, yo tampoco lo quiero hacer. Ni de chiste voy a ir a buscar los libros a la biblioteca, la cual está en el segundo piso. Ese debería de ser el trabajo del profesor; si va a dar actividades que se hacen con el libro, debería de traer los libros.

Suspiro.

Al menos, a diferencia de mis compañeros, trato de mantener el silencio. Pero ya me estoy empezando a aburrir. Como quisiera tener internet, si no fuera por tener datos insuficientes.

Si tan solo no hubieran faltado los que siempre van a buscarlos. ¡Di algo profesor! No te quedes ahí con el tu teléfono, ¿Qué rayos se supone que nos enseñas? .

"... catorce, con ese van catorce". Mi compañero de banco, como siempre, no falta con sus comentarios raros. "¿Tantas ganas tienes de hacer esas actividades? Si es así, entonces deja de soplar esos molestos suspiros y ve a buscar los libros". Dice todo eso sin mirarme. Esta tratando de dormirse en el la mesa usando sus brazos como almohada.

¿Pe-pero qué me acaba decir? Bien echo en mantener tu habitual vos sin emociones cuando te burlas de mí, maldito, pero en esta no vas a ganar.

"¿Y qué quieres que le haga? Me a-bu-rro". Le digo mientras lo miro. "No soy como tú que le importa un comino la espalda y se apoyó en la mesa para dormir". Mesa baja y silla alta; estaría como el si no fuera por lo molesto que es. "Si se nota que estas aburrido, ponerte a contar mis suspiros. Rarito".

"Hay algo llamado dormir sentado". Hace comillas con los dedos para remarcar el sentado. Al terminar de hablar, levanta la cara de su almohada de brazos y me mira con los ojos bien abiertos. No son de sorpresa, ya se lo que quiere.

¡Tu lo as deseado! . No perderé este concurso de miradas.

¡El perdedor buscara los libros! .

...

Tres minutos después.

Me encuentro saliendo de biblioteca llevando con ambos brazos más de 10 libros, de al menos doscientas hojas cada uno. Al tener las dos manos en uso, cierro la puerta de la biblioteca con un pie. Se escucha un fuerte ruido por el cerrado brusco de la puerta.

Por el fuerte ruido, provocado por mí, me pongo un poco nervioso y comienzo a mirar por todos lado por si alguien me vio. Que metida de pata, menos mal que no hay nadie. Me voy alejando de la puerta despacio y en silencio, como tratando de volverme invisible, me voy acercando a la escalera sin mirar atrás.

Estaba bajando, con poco equilibrio, los escalones de la escalera... cuando. "¡Al menos ten coraje para disculparte! ¡Casi rompes el vidrio! ".

El fuerte grito de la enojada bibliotecaria me hace perder la concentración. Provocando así un fallo al pisar el escalón, en vez de bajar uno acabe bajando tres.

Mi pierna, que se encontraba más abajo, es incapaz de mantenerse firme ante la caída con tanto mi peso como el de los libros. Siendo incapaz de aguantar, pierdo totalmente el equilibrio. En un intento rápido y desesperado de equilibrarme acaba moviendo inútilmente mi otra pierda hacia arriba.

Me caigo por la escalera. ¡Espero que te despidan! .Ese fue el último pensamiento que tuve...

...

"Bien. ¿Este es el libros de historia que quieres?". Dice señalando al libro que dejo en la mesa.

La forma tranquila de hablar de la bibliotecaria me regresa a la realidad. ... Mira que ponerme a imaginar que me caigo por la escalera, si seré tonto. ¿Tan aburrido puedo estar? . Voy hacer como si esa imaginación nunca paso.

Miro el libro que me señalaba. Me lo quedo mirando un rato; la tapa de color naranja; en ella algún dibujo el cual no entiendo y el titulo con letras grandes y deformes: Historia II (2) . Asiento. "Si, es este. Me llevo todos".

"Está bien" . Se da vuelta y se dirige a donde se encontraba los libro., y empieza a sacar de a dos los libro que pedí. "Estos son muchos. Menos mal que son dos".

¿Dos? En vez, como sería natural, de mirar detrás de mí, dirijo mi mirada a la ventana que se encontraba aun lado. Ahí estaba él, mi compañero de banco, mirando detrás del vidrio las nubes gris oscuro en el cielo.

Ni me había percatado de que me seguía. Igual, no me sorprende de que este aquí. Suspiro. "Vamos, ayúdame con esto". Le digo con una sonrisa burlona.

Él ni siquiera voltea para responder, solo agacha un poco la cabeza, como asintiendo a lo que dije.

Niego con la cabeza ante su silenciosa respuesta.

Acabamos dividiéndonos la cantidad de libros a llevar, siete para cada uno. Somos como veinte en el salón el día de hoy, algunos tendrán que compartir.

"Adiós" . Me despido de la bibliotecaria mientras salía de la biblioteca, siendo seguido por mi compañero. Al salir después de mi este aguanta el peso de los libro en un brazo y cierra rápidamente la puerta con la otra, y vuelve a poner esa mano debajo de los libros para así facilitar la carga.

"¿Va a llover?". Le hago esa pregunta repentinamente.

Ignora mi pregunta y se va caminando a las escalera. Le sigo. Cuando lo estaba por alcanzar, decide responder. "¿No ves las noticias?"

No entiendo la razón, hoy a estado actuando extraño, pareciera que no quiere que le vea la cara ... . Le seguiré la corriente, ¿Esconderá algo? .

Me lo tomare como un no. Si había posibilidad de que se largara a llover no habría venido tanta gente a la escuela hoy.

...

Y las horas pasaron. La segunda y tercera hora, que eran las de historia; para mi bien, pasaron volando mientras hacia las actividades. Pero, no logre terminar a tiempo, si no fuera por la pérdida de media hora de las dos. Naturalmente, no es algo de que me quejaría, pero este profesor es del tipo de los que quiere todo para la siguiente clase.

Al parecer, había supuesto mal. En el segundo recreo empezó a lloviznar, y para la cuarta y ultima hora había una tremenda tormenta afuera. Si llego a salir sin paraguas, por lo mínimo, durare diez segundo seco.

...

¡Riiiiing! . ¡Ring! . ¡Riiiiiiiiiing! . ¡Riiiiiiiiiiiii... !

Finalmente, el timbre que marca el termino de las clases se hacer sonar. Es hora de irse a casa... o así seria si no fuera por la lluvia.

Suspiro.

Ya había guardado mis cosas en la mochila hace unos minutos, solo debo ponérmela y largarme de aquí.

Con todos mis compañeros, salgo del salón de clases y me dirijo a la puerta principal de la escuela.

Mi escuela es del tipo que tiene un techo en la entrada, supongo, que es para casos como estos donde llueve fuerte y los alumnos se deben de quedar esperando. Una vez fuera de la escuela, al sentir una corriente de aire fría y húmeda en mi cuerpo, tiemblo. Dentro de la escuela no se escuchaba muy bien, pero, aquí afuera, era bastante audible el ruido provocado por la lluvia impactando en el suelo; un ruido fuerte y continuo, me tenía hipnotizado.

Me quedo parado al lado de la entrada, evitando la lluvia; pase un rato mirando como corren algunos hacia unos autos o otros que corren a una gran felicidad sin señal de detenerse ni pasando cinco cuadras.

El viento soplaba muy fuerte. Aquellos que salen con paraguas no podían ni mantenerlo en sus manos. Era una escena un tanto graciosa.

El cielo escuro por las nubes de tormenta daba la sensación de que fuera de noche. Lo único iluminando las calles eran las luces que colgaban sobre ella, pero en cuanto luminosidad parecían un chiste ante los rayos que se notaban cada tanto.

El fuerte retumbar de un trueno me regresa a la realidad. Si no fuera por el me hubiera quedado contemplando la tormenta un largo rato.

Debería de ir a casa. O eso preferiría, pero no estoy de ganas para correr y mojarme. ¿Qué debo hace? .

... Cierto. Tengo algo de crédito. A ver si me mandaron un mensaje. Semejante cosa se me había pasado por alto.

Me saco la mochila para buscar mí, nada especial, teléfono que se encuentra en un bolsillo. Rápidamente lo enciendo y activo los datos. Espero que me alcance. Se dejó esperar dos segundos, el teléfono vibro al recibir la notificación de mensaje.

Un mensaje de mi padre: No me esperes.

Aprieto con fuerza el teléfono por el pequeño enfado que surgió en mí en solo leer ese mensaje. ¡Más directo no podías ser! ¡¿Verdad!? .

Suspiro.

Desde a tras de mí, alguien me pregunta. "¿Por dónde quedaba tu casa? " . Esa vos,... ¿Qué hace él aquí todavía? .

No me volteo a mirarlo. Pero si decido responderte. "Quedaaaa...". ¡¿Cuál era la calle en la que estaba mi casa?! Piensa, piensa. ¡Haaaa! Se va a dar cuenta, responde de manera simple. "Este... saliendo de la escuela sigo derecho por seis o siete cuadras, después doblo y sigo por otras cuatro" . No me acordare la calle, pero siempre tomo el mismo camino.

"Si serás tarado, no te queda muy lejos". Hace un chasquido con la lengua. "Da igual. Me desviare un poco pero te acompañare por cinco cuadras". Mi compañero... no, Dante, pasa a mi lado llevando puesta una campera impermeable y con un gran paraguas cerrado en su mano derecha.

A unos pasos de salir a la lluvia abre el paraguas y lo sostiene sobre su cabeza, ya listo para salir. Mirando hacia delante dice impaciente. "¿Qué esperas? Vamos. Aprovechemos que el viento paro por ahora".

¿Qué? ¿Ahora? ¿De dónde sacaste ese paraguas? ¿Cuándo paro el viento? . No importa, no le veo mucha diferencia pero al menos estaré acompañado. "Que impaciente. ¡Ya voy!".

El paraguas era grande, con el bastón entre nosotros, el a la izquierda y yo a la derecha,; comenzamos a caminar, de manera lenta y sin hablar, bajo la lluvia. El feroz viento no había parado por completo, podía sentir ciertas ráfagas pasar por mi cuerpo.

E caminado por estas calles tantas veces que ni las puedo, y no es la primera vez que camino por aquí en medio de una tormenta. Pero hoy, en medio de una tormenta, me encuentro caminando con alguien por estas calles.

Solo caminaba con él, por su forma lenta de caminar reducía mi velocidad a cada segundo y así ir a su ritmo. Lo conozco desde ya muchos años, pero esta seria entre la quinta y décima vez que estamos juntos fuera de la escuela. Este cambio repentino de lugar se siente incómodo estar con él. No me atrevo ni de mirarle, aunque algo me dice que desviará la mirada si lo hago.

Solo cuando habíamos terminado de pasar la primera cuadra cuando Dante decide rompe el incómodo silencio. "Me es una lástima que no seas una chica. Esta el ambiente pero falta la persona, que desgracia".

Mi expresión cambia a una de bastante confusión, fue tal el choque de sus palabras que me había olvidado de caminar por unos segundos, regreso a mis sentido al ser tocado por la lluvia. Pues lo siento si no soy una chica. ¿Dónde se supone que esta lo romántico en esta caminata. Si una persona normal me diría eso me reiría, pero... sinceramente, creía que él era del tipo asexual, no, creo que esa no es la palabra.

"Era broma, ahora, quita esa cara de bobo. No estoy interesado en el amor".

... "Si serás..." aprieto mi puño conteniendo mi enojo. Suspiro. "Realmente me la creí". Pero no hay forma que me ria de una broma como esa, ¿Qué idea te paso por la cabeza para decir eso? . Si será tonto este.

Yo soy del tipo de persona que se enoja fácil, pero lo que fácil viene fácil se va. La mecha corta de una bomba defectuosa.

"Da igual. Contigo no se puede bromear. Esta es la última cuadra, ve preparándote para correr".

¿He? ¿Ya? A mi ritmo normal tardaría cerca de seis minutos pasar cinco cuadras, ¿Ya a pasado ese tiempo? Me lo han dicho mucho, sin duda soy un desastre en cuento percibir el tiempo.

Nos habíamos detenido al final de la cuadra en la cual nos separaríamos, mientras él me seguía cubriendo, estaba por salir a correr. No era necesario decir adiós, casi nunca lo hacemos entre nosotros.

"Hey...". La voz de Dante me detiene antes de salir a correr... no, el tono de su voz fue lo que me detuvo. Lo había captado rápido, algo era diferente. Lo miro, él estaba mirando hacia abajo, como si estuviera apenado de algo.

Sin atreverse a levantar la mirada sigue hablando. "Te prestare el paraguas, solo estoy a unas dos cuadras de casa". Me pasa el mango del paraguas para que lo agarre, sin entender bien su extraña actitud, lo agarro.

No era capaz de entender a qué se debe su extraña forma de actuar, lo único que hago es mirarlo y oír lo que dice, no me era posible encontrar palabras para expresarle mi confusión. Y aunque las encuentre, de seguro no me explica nada.

Aun estando bajo el paraguas, se pone la capucha de la campera y da un cuarto de vuelta para salir a correr hacia la izquierda. El no corre, se queda quieto como una estatua mirando el suelo... Él no es así, en esta situación hubiera salido corriendo sin decir nada, dejándome confundido respecto a lo que acaba de pasar.

"... De-después me lo regre-gre-sas".

Algo hizo clic en mí en ese momento. Tal vez se deba a que dijo algo a lo cual me es fácil contestar, o por el hecho que ya no soporto verlo así. Solo puedo responder, ni más ni manos, es lo único de lo que soy capaz.

"Seguro, lo cuidare bien hasta mañana. Pero... si me lo pongo a pensar un paraguas me seria útil, sobre todo en situaciones como estas". Solo diciendo lo primero que me viene a la mente, trato de dar una respuesta común de mi.

"... No te creas la gran cosa, no lo hago porque me preocupo por ti. Simplemente no quiero enterarme que faltaste a clases mañana por caer enfermo. Por inútil que seas, aun así, te necesito como mi compañero en el trabajo de mañana".

... ¿He? ... ¡¿Era por eso?! ¡Desgraciado!. Tú no te interesas en nadie más que no seas tú. No me lo había pensado antes, su forma de ser cambio en el momento que dijo que me acompañaría.

E bailado en la palma de su mano. ¡Hizo esto para que le deba un favor! No sé qué se supone que gana haciéndome preocupar por él. ¡Todo a sido un acto! ¡Una broma!

Él es un desgraciado... él es mi desgraciado amigo. Sonrió. Esta tampoco es una broma de la cual reír... pero sonreiré, he vuelto a caer enterito en su juego, algo así no importa, solo me alegra el hecho que me estaba jugando una broma. Si de verdad le estuviera pasando algo... no me creo ser capaz de ayudar.

Espera... ¡No esperes que haga todo yo mañana! ¡Desgraciado! . ¡Lo que te debo no es tanto! ... ya sé, voy a faltar...

"Ya déjalo. Más te vale regresármelo para mañana". Gira su cuello para que le vea la cara.. Por primera vez en todo el día, me mirara mientras habla. "Confiare en ti" . Lo dice con una sonrisa bastante notable.. ¡¿Qué ten paso en el labio?! ¡Esta hinchado! ¿Por algo así no me mostrabas tu cara? ¡Estúpido!. Esto si es... algo de lo cual reírse.

Se me escapa una pequeña risa. Hoy me a echo enojar varias veces con sus bromas. Puede que esta sea una de ellas, pero es gracioso. Su cara estúpida es graciosa.

Mientras más segundos pasaban, más aumentaba el volumen de mi risa, si no fuera por la lluvia de seguro mi risa se escucharía hasta la otra cuadra.

"... Nunca cambies. Nos volveremos a ver". Toma aliento para soltar su última palabra. "Adiós". De manera apurada suelta eso y decide irse a su casa de una vez, debe de estar avergonzado.

Solo podía ver su espalda mientras se agrandaba la distancia entre nosotros. No podía controlar la risa. "A-a-adi-di-os". En mi imparable risa solo podía decir eso de una manera torpe. En cuestión de segundo, ya no podía verle.

... Lo había notado demasiado tarde. En el momento en el que se fue, todo a mi alrededor cambio. La tormenta se intensifico. Ante mis ojos, esta parecía ser una escena del fin del mundo.

Frio. Humedad. Feroces ráfagas de viento. Todo se siente como cuando estaba en la escuela, no, se sentía peor. A causa del angulo del que caían las gotas, a pesar de tener un paraguas, me estaba empapando.

Los rayos que fusilan en el oscuro cielo, el retumbar causado por los truenos. De a poco, volvía ser consciente de que estaba afuera en medio de una tormenta.

Mi risa de loco a parado ya hace tiempo, simplemente, encuentro tanto extraño como terrorífico lo que está pasando. No me agradan mucho los truenos fuertes. Mejor me apuro para casa.

Estaba por echar a correr, pero mis piernas temblorosas no me lo permitían. ¡Vamos! ¡Muévanse! . Una emoción desconocida me estaba manteniendo en el lugar. Muy pocas veces me he sentido así, reconozco este sentimiento, era el miedo. Tenía miedo de esta incontrolable tormenta, y el hecho de que no me encontrara bajo un techo lo hacia peor.

Por mucho que quería, no podía moverme. Me quede parado en el mismo lugar sin hacer mucho, solamente mirando hacia un mismo lugar. Solo podía abrazar fuerte el bastón del paraguas como si de la sabana de mi cama se tratase. Sintiendo un mínimo de seguridad bajo el paraguas... una seguridad tan pequeña me mantenía a flote.

Como si el mundo no quisiera que me sienta seguro, una fuerte ráfaga de viento me empuja hacia atrás y arranca el paraguas de mis manos. Por unos segundos había perdido el equilibrio, pero toda mi atención estaba centrada en el paraguas que se alejaba de mí.

Sin siquiera saberlo, me empiezo a mover. Tratando de alcanzar el paraguas. Lo quiero recuperar, no quiero que se aleje de mí y lo necesito conmigo. Necesito algo que me proteja.

Se hace sonar, el peor trueno que he escuchado en toda mi vida. El piso tiembla. Por todo mi cuerpo, especialmente mis oídos, lo sentía como si hubiera impactado al lado mío. Mis oídos zumbaban, no podía escuchar nada. Un ruido tan fuerte que hasta mis pensamientos afecto, me había dejado confundido y aturdido.

Apenas sentía mi cuerpo, mis pensamiento estaban todos alborotados y por el frio sentía un escalofrió por todo mi cuerpo. Mi mente perdida y mi cuerpo entumecido.

Había perdido mi equilibrio, mis debilitadas piernas si apenas podían mantenerme en pie. Me tambaleaba, si no fuera por el apoyo de una pared de una casa me habría caído. Ya estaba llegando a mi limite mental... a esta escala, si no hay de otra, prefiero desmayarme y rendirme.

Lo último que habían captado mis ojos, antes del fusilar de un rayo, fue el ver como las luces de las calles explotaban. Todo lo que veía era blanco. Caigo al suelo sin fuerza para levantarme. Mi cuerpo no me responde, lo único que podía hacer era mover los dedos de las manos. No podía ni ver o escuchar, simplemente me quedaba tirado en suelo esperando el fin de todo esto. Mientras pueda salir de aquí, mientras todo esto termine y yo me salve... no me importa el modo.

A... Yu... da. Quise gritar por ayuda, pero ni se si algo a salido de mi boca.

Un tiempo indefinido paso, pudieron ser segundo o minutos. Aún estoy vivo, aún sigo consciente; lo que sienten mis dedos me lo dicen. El tacto de mis dedos al áspero suelo es una de las pocas cosas que sentía.

Lloraba, el control de mis emociones ya estaba fuera de mi control. Grito, suplica... desde lo profundo de mi corazón, pedía ser salvado.

Me había olvidado. A cada rayo le sigue un trueno. No lo escuchaba, pero podía sentirlo, la tierra vuelve a temblar. Las gotas me golpean con fuerza y ferocidad, causándome cada una el mismo daño que recibiría al ser golpeado por el puño de un niño. En si eso no sería nada, pero eran golpes que no paraban e impactaban en cada rincón de mi cuerpo.

Mi vista estaba regresando. Nada a mi alrededor había cambiado. Lo blanco se estaba haciendo gris y lo gris se hizo negro. Esta vez no había ninguna luz que me marcara el camino en este día que es tan oscura como la noche.

Aún sigo viendo una luz a la distancia, los rayos. Los rayos me iluminan, iluminan el camino y mis alrededores. Rayo tras rayo, el cielo antes negro parece blanco. Los rayos, antes eran algo que me hipnotizaban, ahora, con solo verlos me pone enfermo.

Y la vi, la que le pondrá fin a mi vida. Todo pasó en un instante. Siendo llevada por el viendo se movía a una gran velocidad, ni en mi mejor estado hubiera sido capaz de evitarla. Comparado con lo que he pasado, lo que viene hacia mí, si es algo a lo cual temerle. Lo sé, de un solo corte arrancara mi cabeza.

Guiada por el viento hacia mi cuerpo. Lo rayos se reflejaban en ella, como si quisiera que la viera... . Una chapa del tamaño de una mano venía a por mi vida... y, como supuse, se clava limpiamente en mi cabeza.

"... ¡HAAAAAAAAA...!" ... Un dolor que solo duro un instante me hace gritar con todo el aire de mis pulmones. Fue solo menos de un segundo y ya era sufriente para quebrarme, para romper mi débil voluntad...

...

...

En un espacio desconocido para todo ser mortal se hallaban dos seres de gran poder. Su poder no es absoluto, pero sobre los simples humanos si lo es.

Uno de los seres estaba parado haciendo notar su gran tamaño, y el otro era uno de pequeña estatura y se encontraba detrás del gran ser, esperando el veredicto de este.

"Se han recolectado los fragmentos de alma. Procesando decisión con datos obtenidos. Ha fallado. Humano De Prueba 492603 ha fallado". Hablando como si no tuviera emociones, como si de una maquina se tratase. El más grande le hace saber su dedición sobre el destino de un humano.

Su posición no le permitía oponerse, aun así, esperaba conseguir su bondad. "... Por favor, piénselo un poco más".

"Procesando solicitud de Existencia Superior Rango Bajo. Nuevo análisis de Humano De Prueba 492603: Valor, insuficiente. Mentalidad, inapropiada. Voluntad, débil. Inteligencia, insuficiente. Capacidad de entendimiento, media. Nuevo veredicto: Rechazo".

"..." . El pequeño ser se encontraba sin palabras. Si lo rogaba de nuevo sabía que las razones de rechazo sobre el humano aumentarían.

Una brillante luz blanca pura apareció al lado de él. Y esta hablo con una voz angelical. "Poner a Humano De Prueba 492603 en Prueba Extra bajo el nombre Repetidor 252811"

"Procesando solicitud de Existencia Superior Rango Medio. Solicitud aceptada. Repetidor 252811 tiene 1095 amaneceres para demostrar su valía. Existencia Superior Rango Bajo, Dante, se te encargado la responsabilidad de monitorear a Repetidor 252811 ". Con eso dicho el gran ser se marcha. Dejando solo a la bola de luz y al pequeño ser.

"¿Estas feliz? No creas que e caído en tu pequeño acto, he decidido ayudarte porque así lo he querido". La bola de luz empieza a hablar, su forma de hablar perdido por completo su voz angelical." Solicitar esa solicitud no me trae ni perjuicios o beneficios. No me importa si siempre habrá un humano que muera al final de cada prueba, ojala fuera lo mismo contigo. Recuerda: Nuestro trabajo no es proteger a los humanos".

"Me gustaría quedarme a hablar, pero tengo trabajo que hacer. Adiós". Y así es como Dante huye de la bola de luz. Todo sea por su amigo. Él fue el causante de su muerte, no quería hacerlo, pero si no lo hacia él, otro lo aria. La vida de su amigo aún no termina, solo está volviendo a empezar…


Un primer capítulo mucho más largo de lo esperado, me pregunto si los demás serán igual.

Si quedo alguna duda no duden de preguntar. Aunque me gustaría saber más su opinión de la que sería la "escena de muerte", esa escena tendrá mucha importancia en el futuro y por eso quiero asegúrame de que me haya salido bien…

Chau y buena suerte.