Shiganshina, 1933.
Es el 4to año de la gran depresión.
Para Levi Ackerman, [Alvia] y [Baby face], es la época de oro del robo a bancos.
Penitenciaría estatal de María.
Los reos avanzan a paso corto en fila india, tomando los hombros del reo delante. Se dirigen de las celdas al taller textil donde, con la excusa de enseñarles un oficio decente, son prácticamente esclavos. Los guardias los observan con desdén y repudio.
Afuera el policía Farlan y un recién capturado Levi hacen acto de presencia en un auto oficial.
"Vamos, sal." Ordena Farlan a Levi mientras observa todo detalle a su alrededor. Levi obedece y sale esposado del auto.
"Vamos." Vuelve a decir Farlan al tiempo que le da un ligero empujón para que avance.
Ambos comienzan a andar el poco tramo existente entre el auto y la entrada de la penitenciaría. Levi avanza a paso normal, aún asi, Farlan lo sigue empujando a modo que se dé más prisa.
Al llegar a la entrada, el guardia abre las puertas de seguridad y deja pasar al custodio y al nuevo reo sin mayor problema.
Mientras tanto, en el taller textil, los reos toman sus lugares frente a las máquinas.
"Vamos. Dejen de holgazanear. ¡Muévanse!" Ordena uno de los guardias.
Parecería otro día normal en ese taller, sin embargo, dentro de algunas cajas de material, que ningún guardia tuvo la precaución de revisar, se encontraban armas contrabandeadas que los reos enterados de su existencia comenzaron a distribuir con total disimulo. Al terminar el reparto de armas, uno de los reos se levantó de su lugar de trabajo, ocultando su arma bajo trozos de tela que aparentaba llevar hasta que vio la oportunidad de tomar y amenazar al primer guardia distraído que se cruzó por su camino.
La operación de fuga había comenzado.
En otro sitio de la penitenciaría, Farlan seguía guiando al nuevo reo.
"Yo te conozco." Dijo uno de los custodios más veteranos al ver a Levi. "Acabas de salir bajo fianza. No estuviste mucho. ¿Cuándo saliste?"
"Hace 8 semanas." Respondió con una sonrisa despreocupada Levi. "Estuve 9 años." Agregó.
"Levi. Levi Ackerman." Recordó su nombre en veterano.
"Así es." Le confirmó Levi. "Mis amigos me llaman Levi. Pero, a un idiota como tú más le vale llamarme Sr. Ackerman." Finalizó al tiempo que se libraba de las esposas y tomaba como rehén al viejo custodio y que el falso custodio Farlan sacaba su arma y amenazaba a los demás custodios que, sobra decir, se encontraban en desventaja, pues justo por detrás se aproximaban los reos que se revelaron en el taller textil y que llevaban consigo a varios custodios como rehenes. Sin perder tiempo, los delincuentes ordenaron a los desdichados guardias intercambiar ropas con ellos y, mientras hacían eso, Levi mandó a Farlan a vigilar fuera de la penitenciaría.
"Vamos apúrate." Se escuchó la voz de Eren ordenar a uno de los custodios pero este no se inmutó, sino por el contrario, lo retó con la mirada. "¿Me estás viendo, hijo de perra?" Soltó furioso Eren antes de comenzar a golpear innecesariamente al guardia iniciando un alboroto que obviamente disgustó a Levi.
"¡Basta! ¡Eren!" Le ordenó Levi, pero Eren le hizo caso omiso. "¡Eren!" Volvió a gritar Levi sin obtener resultados.
La escenita que armó Eren provocó que varios reos que intentaban fugarse fijaran su atención en él, lo cual uno de los custodios quiso aprovechar para desarmar a uno de ellos, sin embargo al darse cuenta y por mero acto reflejo, este disparó a quemarropa contra el custodio, provocando que al mero sonido del disparo sonaran las alarmas de la penitenciaría. El plan que hasta el momento iba marchando a la perfección se había arruinado y Levi lo sabía.
Sin poder perder más el tiempo, Levi se apresuró a salir de la penitenciaría tratando de no llamar la atención de los custodios en las torres de vigilancia que ya estaban alertados por la alarma que algo estaba ocurriendo, sin embargo, sus amigos no fueron igual de cuidadosos y salieron corriendo del interior, llamando la atención de los custodios quienes, sin dudar, abrieron fuego para evitar la fuga.
Levi no tuvo más remedio que abrir fuego también para defenderse y lograr llegar al auto en el que ya los estaba esperando Farlan para escapar. Justo antes de alcanzar al auto, Mike fue alcanzado por un certero y mortal tiro de uno de los guardias en las torres. Levi lo tomó del brazo y Erd de sus ropas, intentando lograr subirlo al auto que ya se había puesto en marcha.
"¡Mike!" Lo llamó Levi, pero Mike solo le dedicó una mirada que básicamente le decía que no era culpa suya para instantes después morir ante la impotencia de Levi, al que no le quedó más remedio que soltar su agarre y abandonar así el cuerpo de su amigo. Levi finalmente ingresó por completo al auto y no dudó colocar su arma en el cuello de Eren.
"Mike está muerto por tu culpa." Le escupió con rabia.
"El idiota del guardia no hizo lo que se le ordenó, Levi." Se intentó defender Eren quien apenas y se mostraba afectado por lo recién ocurrido.
"¿Gunter?" Pidió opinión Levi.
"Dispárale, Levi." Respondió sin vacilar el hombre que iba de copiloto de Farlan.
"¿Erd?" Nuevamente buscó opinión.
"Tú decides." Respondió el hombre a su lado.
Levi lo meditó un par de segundos para luego romper la nariz de Eren con 2 golpes y acto seguido lanzarlo fuera del auto aún andando.
"¿A cuánto queda la granja?" Preguntó después, como si nada de lo anterior hubiera ocurrido.
"A 5 km." Respondió Farlan.
Minutos después, los hombres recién fugados ya se habían cambiado sus ropas y estaban listos para partir de aquella granja olvidada de Dios.
Levi los esperaba afuera de la casa. Una vez los vio salir, se encaminó al auto. La dueña de la granja, una mujer de mediana edad, se cruzó en su camino.
"Señor, llévenos con usted." Dijo casi como una súplica.
"No puedo, cielo. Lo siento." Respondió con un poco de pesar Levi quien sostuvo miradas con esa mujer hasta que finalmente decidió darle la espalda para llegar por fin al auto donde Farlan y los demás ya lo esperaban. Farlan arrancó el auto y la mujer solo observó el auto alejarse junto a su pequeño hijo que acababa de salir de la casa para ver partir a aquellos hombres.
"Bienvenido de vuelta, Erd." Dijo contento Levi. "Vayamos a Sina a hacer dinero." Finalizó.
En otro punto de las murallas, Jean Kirschtein encabezaba una persecución entre un huerto de manzanas a Auruo Pretty boy Bosard. Jean se encontraba con la compañía de Dot Pixis y otros 3 miembros del cuerpo policial.
"¡Bosard, alto!" Ordenó Jean, pero Bosard respondió con disparos de su semi automática a lo que Jean contestó con un disparo de su escopeta, el cuál fue suficiente para derribar a Bosard. Una vez derribado, Jean se acercó con la intención de terminar su trabajo, es decir, arrestarlo, pero, aún en su condición, Bosard sacó su revolver.
"¡Jean, cuidado!" Advirtió uno de sus hombres, por lo que Jean no tuvo más remedio que patear el revolver de la mano de Bosard.
"Pretty boy Bosard, estás bajo arresto." Dijo apuntandole con su escopeta.
"Soy Auruo. Auruo Bosard." Respondió el hombre mientras veía la grotesca herida provocada por el disparo recibido en su abdomen y reía de incredulidad. "¿Quién eres tú?"
"Jean Kirschtein, Legión de Reconocimiento. ¿Dónde está tu amigo, Armin Arlert?"
"Creo que me mataste." Dijo entre risas Auruo. "Vete al infierno." Agregó antes de, finalmente, morir.
En otro punto de Paradis, Levi y sus hombres llegaron a su refugio. Ahí comenzaron a preparar sus armas y autos para comenzar cuanto antes los atracos a bancos. Farlan y un recién llegado Armin hablaban sobre las características de los autos que Armin les acababa de proporcionar, mientras Levi se dirigía a la casa para tener una breve conversación con Zeke y Pieck.
"Zeke, dime que los chicos y yo estaremos bien." Dijo mientras lavaba sus manos en el grifo de la cocina.
"Mientras se queden en el este de Sina tienen refugio cuando lo necesiten."
Su respuesta complació a Levi quien inmediatamente después de terminar su labor con sus manos, sacó de sus pantalones un sobre y se lo entregó a Zeke diciendo:
"Aquí hay dinero extra."
"Gracias." Respondió Zeke.
"Hola, Pieck." Se acercó a saludar a la mujer que no había participado en la conversación hasta ese momento.
"Abrí un local en Sina. Pasa a ver a las chicas." Le dijo aquella mujer antes de que Levi saliera del lugar.
Días después.
Levi y sus hombres se encontraban haciendo su primer atraco a banco.
"¡Todos al piso, ahora!" Ordenó tanto a los trabajadores como clientes Erd, mientras Levi se dirigió directamente con el presidente del banco.
"Hágamos un juego, señor presidente." Dijo mientras llevaba encañonado al hombre directo a la caja fuerte. "Se llama: gire la perilla."
Alguien activó la alarma del lugar.
"Tch"
"Tranquilo, viejo." Le dijo a uno de los clientes del banco que se aterrorizó al verlo acercarse.
"Ábrela." Ordenó Levi cuando finalmente llegaron a la caja fuerte.
"¡Llénala, muévete, muévete!" Se escuchó a Erd ordenarle a uno de los cajeros del banco.
"Es una de éstas." Dijo el presidente del banco sosteniendo un llavero con múltiples llaves y "buscando" la correcta.
"Tch... Siempre es lo mismo." Pensó Levi antes de propinarle un fuerte golpe en la cabeza con su arma a ese desdichado hombre.
"Puedes ser un héroe muerto o un cobarde vivo. Ábrela." Le ordenó nuevamente a punta de pistola.
Esta vez el hombre obedeció sin tratar de perder tiempo para que llegara la policía.
Afuera, Farlan en el auto y Gunter en la entrada, vigilaban. Al percatarse de la llegada de la policía, Farlan acercó el coche y Gunter hizo la seña para sus compañeros adentro.
"Tenemos compañía." Anunció Erd.
Adentro, ya tenían el botín listo. Ahora, solo quedaba la parte más difícil, quizá: salir de ahí con la policía ya presente.
Levi tomó al presidente como rehén y se dirigió a la salida, no sin antes toparse con un cliente del banco quién aterrorizado, ya había puesto el efectivo con el que contaba a la vista.
"Guárdalo. No venimos por tu dinero sino por el del banco." Le dijo Levi antes de continuar su camino.
Afuera ya había comenzado el enfrentamiento vs la policía.
"Ven aquí, cielo. Vamos a dar un paseo." Dijo Levi a una de las trabajadoras del banco, quién asustada por todo no dudó en obedecerle.
Salieron utilizándolos como escudos. Ningún policía se atrevería a disparar existiendo rehenes de por medio... O eso creían pues un policía temerario o muy confiado de su puntería inició de nuevo el fuego que ni Levi ni sus hombres dudaron en responder al tiempo que aún con sus rehenes abordaron su auto y escaparon del lugar culminando con éxito el atraco.
A las afueras, abandonaron a sus rehenes asegurándoles que no tenían nada que temer pues no tardarían en ser encontrados. Levi, como el caballero que era, le colocó sobre los hombros su sacó a la chica que temblaba de frío. Una vez hecho eso, se retiró del lugar junto con sus amigos.
Para una explicación del porqué de esta historia pueden pasar a leerla en mi Wattpad.