Hola.

Al fin he terminado de escribir este segundo capítulo.

Es un poco corto a diferencia del primero, pero prometo que el tercero será un poco más largo.

Recalcó, High School dxd no me pertenece.

Disfruten.


Capitulo 2: lo que pasó después.

Aún no lo puedo asimilar.

Aunque ya han pasado varios días, aún no puedo creer lo que uno de mis hijos más cercanos había hecho; me encontraba tan deprimido, que había descuidado mis obligaciones en mi reino.

Además, también me sentía triste por otra cosa.

Había borrado de la faz de la existencia a la especie humana.

A pesar de que fue hace mucho tiempo cuando cree a los dos primeros humanos, aún recuerdo la felicidad que sentía en ese momento.

Pero…

Aún no entiendo, porque decidieron llevar la contraria a lo que yo les he enseñado… y a lo que los otros dioses también les habían enseñado.

Porqué cayeron en pecado…

Ah…

Si tan solo no hubieran sido desobedientes.

Supongo que tendré que volver a comenzar desde cero…


OOO


–¡Ahhhh!–

Pow

No pude evitar gritar de frustración.

Después de la rebelión, al parecer, mi padre decidió erradicar a la humanidad.

Supongo que era lo correcto, ya les había advertido muchas veces sobre su conducta.

Pero, a raíz de eso, el papeleo que he tenido que hacer estos últimos días ha sido muy pesado.

Desde facilitar los recursos para reconstruir lo que fue dañado durante la rebelión, hasta correos de otras facciones.

Muchos pedían explicaciones de lo que pasó con la humanidad.

Muy pocos, felicitaban a mi padre por lo que hizo.

Supongo que ellos también estaban enojados con la humanidad.

Pero es agobiante, no he podido descansar en tres días seguidos.

Tanto yo como mis otros hermanos estamos trabajando muy duro para que el cielo vuelva a operar a su máxima capacidad.

Es cierto.

También, como consecuencia de la destrucción masiva que ocurrió en el segundo cielo, hemos perdido influencia con respecto a las otras facciones.

Cayendo varios puestos en la lista.

Esa también es la razón de porque no contamos con muchos recursos actualmente.

-…-

De un momento a otro, no puedo evitar sentirme triste…

A mi lado, hay un escritorio vacío.

El lugar de trabajo de mi hermano Lucifer.

Aún recuerdo todas las veces que se la pasaba molestando a los demás.

No puedo evitar que una lágrima resbale por mi mejilla.

Diablos, me siento tan triste…

Tock… tock

Alguien tocaba la puerta.

–Adelante–

–Miguel– dijo una voz que después de abrir la puerta, se sentó frente a mí –Ya hemos terminado nuestro trabajo– el dueño de aquella voz era un joven de cabellera castaña que le llegaba hasta los hombros, era mi hermano Uriel.

Un Serafín.

–Esta bien, supongo que ya hemos acabado con el papeleo– me reacomode en la silla en la cual estaba sentado desde hace varias horas –Supongo que van a ir a descansar…–

–Si, Raphael hasta ya se desmayó del cansancio– me dijo mientras se le formaba una leve sonrisa –en cuanto a mi– se señaló a sí mismo, específicamente a sus ojeras.

Es comprensible, llevamos bastante tiempo sin dormir.

–Pero antes quise venir a hablar contigo–

–Te escucho– me volví a acomodar, esta silla está demasiado caliente y me resulta incómoda.

–es con respecto a nuestro Señor, yo sé que ha estado muy triste últimamente… con el asunto de nuestro hermano– me decía –Así que los otros y yo, hemos pensado…–

Mi hermano no pudo continuar. Fue interrumpido por el sonido de la puerta abriéndose.

–¡!–

Ahí parado, estaba nuestro padre.

–Raphael, dile a los otros que no se preocupen– al parecer, él estaba escuchándonos –Y también diles que vayan a descansar, que los necesito con energía para mañana–

–S-Si– mi hermano se levantó rápidamente y se fue corriendo hacia donde estaban los otros, había recibido una orden de nuestro padre.

Ahí estando parado él, pude notar algo.

–Padre… ¿Estás bien?– su aspecto no era de lo mejor, se notaba a leguas que había estado llorando.

–Si, no te preocupes– dijo para después limpiarse los ojos –ahora, escúchame, que lo que te voy a decir es lo que vamos a hacer ahora–


[INFRAMUNDO]

Han pasado unos días desde que yo y los míos caímos aquí.

Fuimos expulsados del [Cielo] de una brusca manera.

Caímos en este desolado lugar…

Mierda, aún me duele la cara por culpa de aquel puñetazo.

Durante estos días, Yo, junto a mis otros tres colegas hemos organizado, junto a los demás, este asqueroso lugar de mierda.

Inclusive, hemos fundado un pequeño poblado.

La gran mayoría de… demonios, están recuperándose de la caída, y los que están más o menos bien, se han encargado de crear pequeñas edificaciones.

Por el momento estaremos así, pero pronto, pronto seremos una gran facción de temer.

Y tu… Padre, lamentaras haberme rechazado.

¡Gwahahaha!

–Lucifer– alguien me saco de mis pensamientos.

Parada, en lo que se podría decir puerta del lugar en el que he estado los últimos días, estaba Leviatán, la mujer demonio más fuerte.

–Lucifer, he recorrido este lugar por varios kilómetros a la redonda y no he vislumbrado ni un solo cuerpo de agua– me decía mientras la preocupación invadía su rostro –… Por lo tanto, me temo que en este lugar no hay ni una sola gota de agua– termino de decir.

Esto es un tropiezo, sin agua, no podremos avanzar como lo tengo planeado…

Es una mierda.

Una decepción total…

Un momento.

–¿Qué tanto poder mágico tienes disponible ahora?– le pregunté. Por lo que puedo ver, ella aún no ha pensado en eso…

–Qué quieres de…–

–Solo responde– le interrumpí.

–Cerca de un 68 por ciento… ¿Qué tiene que ver esto…– Ya lo entendió –¿Estas loco?–

–Si, y mucho, ahora vámonos–

Mi plan era sencillo, consistía en hacer explotar pedazos del suelo de tal manera que se formarán grandes cráteres y mi compañera se encargaría de llenarlos de agua.

Fácil y sencillo.

Esto es solo el inicio, pero prosperaremos y te haremos temblar de miedo Elohim, ya verás.


[Cielo]

Al día siguiente.

–Déjame ver si entendí– dijo un confundido Raphael –¿Vas a volver a crearlos? Después de lo que hicieron…–

El día de ayer, Elohim le contó a Miguel su plan.

Y este les dijo a sus hermanos el plan.

El cual consistía en volver a reorganizar la tierra y crear a una humanidad nueva.

–Si– dijo secamente –ahora, basta de preguntas, tenemos mucho trabajo que hacer.

Snap!

De un momento a otro, un círculo mágico transporta a los ocho.

Al llegar a la tierra, los 7 serafines se dieron cuenta de el caos que era la tierra actualmente.

–Esto va a ser agotador– dijo un desmotivado Miguel al saber todo lo que le tocaba hacer.

Rápidamente pasó una semana, y aquel pedazo de roca inerte volvió a ser verde como en un principio.

Habían trabajado duro, y su trabajo dio buenos frutos.

Después, el Dios del cielo, moldeo un cuerpo de barro y soplo en su nariz.

Y la humanidad había vuelto…


Han pasado varias semanas desde que el ser humano había vuelto a ser creado.

Dios no podía estar más que contento, pues su pequeño proyecto había vuelto a la vida.

Solo quedaba esperar a que se multiplicarán.

Pero…

Un día, cuando los únicos dos humanos estaban solos, la mujer, paseando, se acercó al árbol del fruto prohibido.

Ella, que recordaba las palabras de su señor en las que él les advirtió sobre dicho árbol, decidió irse, pero antes de siquiera moverse, una voz le llamó.

La voz provenía del árbol.

La mujer desconcertada de que o quién la había llamado, se acercó al árbol a revisar.

Cuando estuvo más cerca, observó a una serpiente…


Hace tan sólo unas décadas atrás…

La humanidad había vuelto a estar sobre la tierra.

Vivían en un lugar muy hermoso y agradable. Bajo la protección de un dios, los dos humanos gozaban del lugar llamado [Edén], el cual se ubicaba en algún lugar entre los ríos Tigris y Éufrates.

Durante varias semanas disfrutaron de ese lugar.

Hasta que, un malévolo demonio les convenció de comer el fruto prohibido, y les fue dado entendimiento sobre el bien y el mal.

Desde ahí, los dos humanos perdieron sus privilegios.

Años después de eso, Adán y Eva tuvieron dos hijos.

Caín y Abel.

Dos hermanos amados por sus padres.

Uno trabajaba la tierra, y el otro pastoreaba animales.

Bajo la enseñanza de sus padres, los dos hermanos ofrendaban al Dios que les dio vida.

Pero un día, el hermano mayor, Caín, sintió celos de que a Dios le gustasen más las ofrendas de su hermano menor que las de él.

Así que, un día que ambos salieron.

Caín engañó a Abel, y en un abrir y cerrar de ojos, le partió la cabeza con el hueso de un animal.

En ese momento, Abel murió y Caín se convirtió en el primer asesino de la nueva humanidad.

Por otro lado, el cielo, se había recuperado de aquella rebelión. Pero, para volver a la posición en la que estaba antes todavía le faltaba mucho.

Su dios, que había trabajado sin descanso, al fin podía volver estar orgulloso de su reino.

Además, aún sabiendo lo que hizo la humanidad, esto no le afectó mucho, pues si bien, arruinó su plan, él aún tenía otro de respaldo pero, para ello aun faltaba mucho.

Al otro extremo, en el inframundo.

Los demonios se habían establecido como una nueva facción, y se habían organizado.

Sus líderes, Lucifer, belzebub, Leviatán y Asmodeus se habían proclamado como los cuatro Reyes demonios.

Y como primer acto oficial, le otorgaron un nombre a la ciudad que a partir de ese momento, se convertiría en la capital de los demonio, Lucifaad.

Poco después, los 72 demonios más sobresalientes durante la rebelión, se organizaron en familias y a cada una se les dio un rango en la jerarquía. Siendo la más poderosa de ellos, los Bael, que ostentaban el título de [Gran rey].

Y poco a poco, los demonios avanzaban en todos los aspectos.


Siglos han pasado.

Elohim, había adoptado a un pueblo para que fuesen el pueblo escogido.

Bueno, todavía no era un pueblo como tal, aún no existía, pero él ya los había elegido.

Habían pasado muchos años desde Adán y Eva, y la humanidad se ha multiplicado enormemente.

En tan solo 1490 años, ya se podían contar en decenas de miles de personas.

El cielo por su parte había vuelto a recuperar terreno perdido con respecto a las demás facciones.

Y los demonio, que habían avanzado mucho, se posicionaron detrás de ellos.

Esporádicamente había uno que otro roce entre ambas facciones.


OOO


-[Pensamientos peligroso]-

No puedo evitar pensar una cosa.

Y es que las hijas de los hombres son muy bellas.

Demasiado bellas diría yo…

Me siento tentado a ir y hacerlas mías…

Contrólate Azazel.

Así no eres tu.

Pero es verdad, siento deseo por esas mujeres.

Pero no puedo descuidar mis obligaciones…

-…-

Al diablo todo.

Saque mis alas, las cuales titilaban entre blanco y negro.

Supongo que no soy el único que se siente así.

Por lo menos se que mis compañeros en [Grigori] piensan igual que yo.


Warning! Warning! Warning!

La alarma en el cielo se había activado.

Miles o millones de ángeles de alas negras volaban por todas partes.

La mayoría de ellos pertenecían a [Grigori].

El Dios que reinaba en ese lugar, al enterarse de todo, solo suspiro cansinamente.

Otro gran problema.

Fue lo que pensó.

Él, que no quería otra batalla que lastimase al cielo, ordenó abrir las puertas y dejar que escaparan.

El, aparentemente, líder de todos ellos, comprendió la acción de su, ahora, exjefe.

Azazel, que sin dudarlo, ordenó evacuar del cielo a todos los que, junto a él, habían caído.

El problema que Elohim no percibió, fue que algunos pocos caídos, tenían pensado quedarse en la tierra.

Pero la gran mayoría cruzo hacia el inframundo, hogar de los demonios.

Aquellos caídos que bajaron y se quedaron en la tierra, se unieron con mujeres, de las cuales salieron embarazadas y tuvieron hijos.

Dichos hijos al crecer, crecían más que las otras personas.

Se les llamo gigantes.

Y el problema fue que todos los gigantes tenían tendencia hacia la violencia.

Y poco a poco aterrorizaban a las personas.

Y así por unos cuantos años.

Hasta que Dios ordenó a un selecto grupo de ángeles que los cazaran y eliminarán.

Pero a pesar de todo.

La maldad se había esparcido en los hombres.

Al igual que sus predecesores, los humanos volvieron a descartarse del camino.

Dios, que había visto todo esto, decidió castigar a la humanidad.

Pero antes.

Él personalmente bajo a la tierra. Tenía un solo propósito, y era encontrar a alguien justo y salvarle de la catástrofe que se avecinaba.

Buscaba y buscaba.

Hasta que encontró a alguien.

Ese alguien se llamaba Noé.

Así que habiendo encontrado a esa persona. Él le dijo a Noé que hiciese un arca.

Noé, que creyó en él, le obedeció.

Y al cabo de varias décadas, el arca estaba lista.

En ella habían parejas de cada especie animal junto a Noé y a su familia.

Después, Elohim usando su poder inmenso, invoco una lluvia cuya duración fue de 40 días y 40 noches.

Pronto la tierra se cubrió de agua, y todos aquellos que no se arrepintieron, perecieron bajos las aguas.

Por otro lado, los diferentes dioses, al ver la catástrofe que se avecinaba, decidieron salvar también a un grupo de humanos, cada uno salvo de acuerdo a su pensamiento.

Para así evitar quedarse sin creyentes.


Lucifaad, capital de los demonios.

En el inframundo las cosas estaban de cabeza.

Por un lado, la invasión de ángeles negros y por otro, grandes goteras de agua que caían desde arriba.

Era el agua del diluvio que se filtraba entre dimensiones.

Los cuatro Reyes demonios, consientes de que si no actuaban rápido tendrían inundaciones que causarían estragos.

Decidieron hacer una cosa.

Ellos, sabiendo de la poca disponibilidad de agua que tenía el Inframundo, por lo menos en el lado de los demonios. Decidieron atrapar esa agua y depositarlas en grandes depresiones de tierra.

De tal manera que esa agua se almacenará en forma de mares.

Y quizás, de alguna manera, podrían implementar un ciclo del agua en el inframundo, para que está ya no se les acabase.

Aunque eso requería bastante ingeniería y poder mágico.

Por otro lado, el Inframundo se había dividido en 2.

La parte de los demonios, y la parte de los Ángeles caídos.

Después de una serie de conversaciones entre sus líderes, se llego a un acuerdo.

Se firmó un pacto de no agresión.

Aunque era temporal.


En el cielo, las cosas no iban muy bien.

Después de la pérdida de la mayoría de [Grigori], se habían quedado sin la organización encargada de las innovaciones y armamentística del cielo.

Los pocos que quedaron no daban abasto.

Desde el [palacio de rubí], los serafines buscaban la manera de arreglar eso.

Estaban contratando a nuevos ángeles, pero de ahí, a que lleguen a ser como los que cayeron, había una diferencia del cielo a la tierra.

Aunque quizás con el tiempo ellos se adapten y quizás lleguen a la par.

Era imposible saber.

Después de unos meses.

La tierra volvió a ser como era antes.

La inmensa capa de agua había descendido y había revelado otra vez, a la tierra.

Tanto Noé como su familia y los animales estaban felices de que su estadía en el arca terminase.

Era el nuevo comienzo.

Dios, satisfecho, volvió al cielo.

Una vez en él, se fue a dormir.

Pero antes de eso.

El había establecido un día de descanso en el cielo. Pues todos los Ángeles habían trabajado muy duro y se lo merecían.

Por primera vez, el cielo dejo de operar.

Pasaron nuevamente los siglos, y la humanidad se había vuelto a reproducir.

Se volvieron a repartir a lo largo y ancho del mundo.

Esta vez lo hicieron más rápido que las generaciones anteriores.

Habían vuelto a establecer sus ciudades.

Y, a veces.

Dios solo se quedaba mirando a la humanidad en sus ratos libres desde la comodidad de su trono.

También le gustaba mirar más allá de su creación.

La otra cara de la moneda.

La vastedad del universo.

Nunca se cansaba de ver ese paisaje lleno de estrellas.

Le recordaba a su juventud…

A sus amigos.

A ella y todas las noches que se quedaban juntos mirando un paisaje similar al que él ahora miraba.

–Padre–

Al lugar había llegado un joven de pelo rubio que le llegaba hasta los hombros; era Miguel.

–¿Qué sucede hijo mío?– él, que seguía recostado en su trono, se acomodó un poco para seguir viendo al espacio.

–Padre… Yo junto a mis hermanos… hemos pensado que quizás deberías de tomar unas cortas vacaciones. Digo, solo si quieres– Miguel le dijo mientras se acercaba y se sentaba a un lado del trono, recostándose de espalda.

–…– no había respuesta alguna.

Miguel, el cual aún esperaba la respuesta, miro a su padre con duda.

–¿Sucede algo?– le pregunto.

–No, nada… solo pensaba en que, si aceptaba, ¿Qué iba a hacer?–

Podía visitar a Lucifer, pero era probable que esté le atacará.

Podía ir por el mundo, pero no tenía ganas de meterse en territorios de otros dioses.

Pero… ¿y si cambiaba de vida, temporalmente?


Bueno gente.

Primero que todo, gracias a thejackarrow y a arinst2305 por los reviews.

Este capítulo lo hice con la intención de explicar lo de la primera humanidad, y algunas cosillas que sucedieron después de la rebelión.

También incluí lo de los Ángeles caídos, con el motivo de no alargarme mucho en estos primeros capítulos.

Con respecto a lo último, en algún momento explicaré a que se refiere Dios con su juventud, y ella.

Me disculpo si en algún momento hubo faltas ortográficas, estoy escribiendo desde un celular porque el computador que tengo no me gusta mucho, a diferencia del portátil de mi madre.

Si todo sale bien, en el próximo capítulo ya aparecería el castaño.

Y bueno.

El motivo del castigo de la humanidad fue porque ellos decidieron rebelarse a sus dioses, como por ejemplo, haciendo lo contrario a lo que ellos enseñan.

Un ejemplo sería, que Elohim les dice que no es bueno… matar (obvio) y estos deciden hacerlo como si fuera respirar.

Allá ustedes que ejemplo usarían, solo explique eso por si no quedó claro.

Y bueno… (xd)

Hasta el siguiente capítulo.

Dejen reviews.

Pd: aún no sé si hacer que Issei tenga alguna relación con alguien o si simplemente dejarlo como amigo de todos, supongo que ustedes dirán que o qué.

Pd2: trataré de no demorarme mucho :v, ya que tengo planeado como hacer el siguiente capítulo.

Pd3: No piensen que el cielo del cielo es el espacio exterior, no, el trono de Dios le otorga la habilidad, al que se siente en el, de poder ver más allá de lo que ese alguien podría ver. Algo así como heimdall y su visión.

Bye.