—Bienvenidos a la honorable casa Slytherin. Somos una casa respetable, de perfectos modales, con alumnos destacados en cada materia. Por lo tanto espero perfectas calificaciones y un buen comportamiento en las áreas comunes. Si tienen problemas con algún alumno de otra casa, que nadie los vea. Los problemas entre ustedes se resuelven dentro de estas paredes. Ahora Potter —dice Snape con una mirada burlona fija en Harry—. No quiero comportamientos fuera de lugar, ni calificaciones mediocres ni nada que pueda poner en duda la supremacía de la casa Slytherin. ¿Quedó claro?

—Por supuesto, profesor Snape —contesta Harry respetuosamente. Ese hombre había dado la vida por él, así que buscaría la manera de darle a conocer que no era igual a su padre—. Yo no daré problemas mientras nuestros "compañeros" no me provoquen, con respecto a las calificaciones, no tengo problema.

—Bien —dice Snape fríamente—. Eso es todo jóvenes, el día de mañana los prefectos se encargarán de enseñarles todo el castillo y mostrarles el camino a sus salones y al Gran Comedor. Los quiero puntuales el día lunes.

Severus Snape dio media vuelta y procedió a salir de la Sala Común de la casa Slytherin.

—Espere Profesor Snape —dice Harry alcanzandolo fuera de la sala—. Mi Doctor me indico un tratamiento para recuperar mi salud, pero con todo lo acontecido en el Ministerio, ya no tuve la oportunidad de realizar mi tratamiento en San Mungo y me gustaría realizar el tratamiento lo más pronto posible, aunque si eso no es posible, solicitar un permiso para salir del colegio.

—Quieres realizar el tratamiento en Hogwarts —responde de manera clara—. El colegio no tiene preferencias por celebridades señor Potter y no hay permisos para ausentarse, así que su solicitud es denegada. Si necesita salir, espere a las vacaciones decembrinas. Si necesita atención médica vaya a la enfermería.

—Pero profesor.

—Pero nada señor Potter, ahora diríjase a su habitación.

—Si profesor —contesta Harry regresando a la Sala Común.

Las habitaciones en Slytherin eran unicas, solo un alumno por habitación. La recamara de Harry se encontraba entre la de Draco Malfoy a la izquierda y Theodore Nott del lado derecho. La habitación era linda, elegante, con paredes color crema, marcos de color plata con cortinas verde oscuro. La cama matrimonial con dosel cubierto por telas verde oscuro, con un suelo negro granito. En general, una habitación de ensueño.

La situación con Snape tenía que resolverse, no se iba a quedar sin tratamiento solo porque el señor no quería, Snape era una persona que respetaba mucho, pero no por eso iba a permitir que perjudicará su salud e interfiriera con sus planes. Con esos pensamientos Harry James Potter cayó en el mundo de los sueños.


El Gran Comedor se silenció en el momento en que Harry cruzó las puertas, tenía la mirada de todos fija en él.

«Merlín, esto es incomodo». Pensó Harry caminando hacia la mesa verde.

—¿Qué hace el héroe del mundo mágico en una mesa llena de serpientes? —pronunció Adrian Pucey, un Slytherin de grados mayores.

—Oh no lo se, tu explicamelo. ¿Que se hace cuando el Sombrero Seleccionador te coloca en una casa? ¿Te sientas donde quieras? o ¿Qué es lo que tengo que hacer? —comenta Harry con ironía.

Él tenía bastante claro que a diferencia de las otras casas, Slytherin se regía por jerarquía. Ahí nadie era igual a otro. Y claramente él no estaría en el último nivel.

—Maldito Potter, ubica tu lugar o nosotros nos encargaremos de colocarte ahí —dice Adrian viéndolo retadoramente.

—Quiero verlo —contesta Harry sonriendo de manera inocente a quien busca humillarlo desde un inicio.

—Solo eres un mocoso con un ego muy grande Potter. Mejor empieza a guardar silencio y a aceptar el lugar que le corresponde a un mestizo en Slytherin.

—Y aún así te sientes amenazado por mi.

—No digas tonterías, tu no eres nada a comparación de nosotros Potter.

Toda la mesa se encontraba en silencio a diferencia de todo el comedor. Lo alumnos de slytherin se encontraban atentos a la pelea verbal entre uno de los grandes alumnos de sexto año y el afamado niño que vivió.

—En ese caso mi presencia aquí debería ser irrelevante, solo un alumno más. Pero tu te estas encargando de "darme a conocer", si lo quieres llamar así.

—Cállate Potter o hare que guardes silencio.

—¿Me vas a atacar? —pregunta Harry con una mueca asustada—. Si mal no recuerdo, los problemas se resuelven dentro de la Sala Común —comenta cambiando su semblante asustado por uno burlón.

—Me encargare de enseñarte obediencia Potter, estás advertido —termina la pelea Adrian observando a Harry con todo el rencor que su pasado le dejó.

—Tienes agallas Potter —dice Blaise Zabini observandolo de manera analitica.

—Obviamente Zabini, soy el heroe del mundo Mágico —dice Harry con ironía—. Pero bueno mis estimados compañeros, ¿saben a qué hora nos entregarán los horarios? —pregunta observando a su alrededor.

—Después del desayuno Potter —responde Malfoy—. Ahora dime ¿qué pretendes comportandote así?

—No pretendo nada Malfoy, solo no me gusta que intenten humillarme y nadie lo va a lograr. Ahora estoy muy entusiasmado por las clases, ¿ustedes no? En estos días que estuve vagando por el Callejón Diagon leí demasiadas cosas, así que ya quiero iniciar —responde emocionado.

—Claro que si. Potter cambiando a otros temas más relevantes… ¿quieres ser mi amigo? —pregunta Draco Malfoy extendiendo su mano.

—Será un placer —responde sonriendo y dando la mano que en el pasado negó.

—Jóvenes sus horarios —dice su Jefe de Casa entregando las hojas a cada estudiante de la mesa de Slytherin.

—Profesor Snape, con quien tengo que hablar para solicitar la intervención del Doctor Anderson en mi tratamiento.

—Con nadie Potter, ya le dije que el colegio no tiene preferencias y si necesitas atención médica vaya a solicitarla con la enfermera y ella realizará lo que esté dentro de sus capacidades. ¿Entendiste?

—Si profesor Snape —contesta Harry con enojo disimulado.

—¿Por qué necesitas atención médica Potter? —pregunta Malfoy.

—Dime Harry y yo te llamaré Draco —dice sonriendo—. Y contestando tu pregunta, cuando recibí mi carta y fui al Callejón Diagon, también recurrí a San Mungo a realizar un chequeo general y me entere que mi salud no se encuentra en las mejores condiciones así que me dieron un tratamiento, pero con todo lo que sucedió en el juicio ya no me fue posible realizarlo y como puedes ver, el profesor Snape no quiere que mi doctor venga al colegio a realizarme el tratamiento.

—Ya veo, pero podrías hablar con la enfermera para que ella lo realice o ¿por qué no hablas con McGonagall? Será la Jefa de Gryffindor pero todo el mundo dice que en estos aspectos es una persona imparcial —comenta Draco.

—Hablaré con la enfermera para ver que opciones me da ella porque realmente necesito que mi doctor familiar esté presente. Si no puedo resolverlo con ella, en ese caso iré a la profesora McGonagall. Muchas gracias —dice sonriendo, levantándose de la mesa y saliendo del comedor.


—Buenas tardes Madame Pomfrey —saluda Harry tocando la puerta.

—Hola jovencito, ¿en qué te puedo ayudar? —responde una mujer regordeta, de estatura mediana, con cabello blanco.

—Antes de asistir al colegio mi doctor particular me dio un tratamiento muy específico pero por cuestiones personales ya no lo pude realizar en ese momento. Por lo que me gustaría saber él puede realizarlo aquí con su ayuda.

—Eres Harry Potter ¿verdad querido?

—Sí Madame —responde Harry con una sonrisa.

—Para solicitar la presencia de un doctor en particular tienes que pedírselo a la profesora Minerva McGonagall. Ella te entregará un objeto que será un traslador y el Doctor podrá presentarse. ¿Cuánto tiempo lleva tu tratamiento?

—Tengo entendido que serán unos dos o tres días.

—En ese caso creo que lo más recomendable sería realizarlo el siguiente fin de semana, iniciando desde el viernes.

—De acuerdo Madame, entonces hablaré con la profesora McGonagall y después le comunicó el resultado. Muchas gracias.


El despacho de Minerva McGonagall era espacioso, con un orden muy característico de la responsable profesora.

—¿Qué es lo que necesita señor Potter?

—Buenas tardes profesora. Hable con la enfermera Madame Pomfrey y ella me explico que tengo que hablar con usted para solicitar la presencia de mi doctor particular para la realización de un tratamiento. Cuando volví al mundo mágico me sometí a un análisis exhaustivo de salud y en él salieron muchos problemas por mi estadía con mis tíos muggles, así que es necesario que los arregle lo mas pronto posible.

—¿Por qué no lo realizó cuando lo diagnosticaron señor Potter?

—Porque estaba buscando mi salida de la casa de mis tíos profesora, realmente en ese momento no tuve el tiempo para realizarlo, pero tampoco creo que sea conveniente esperar todo un año para hacerlo, así que aquí estoy.

Minerva McGonagall recordó todo lo dicho en el juicio de Albus Dumbledore, ella había creído que el menor ya se había realizado el tratamiento aunque aún así lo había visto muy mal. Ahora se da cuenta que no lo hizo y el sentimiento de culpabilidad hacia sus amados alumnos volvió con fuerza.

—En ese caso, comuníquese con su doctor —dice mientras busca algo entre los papeles de sus cajones del escritorio—. y entréguele esta nota con este objeto. Es el permiso y el traslador para acudir el día que usted y Madame Pomfrey crean conveniente.

—Si profesora y muchas gracias por su ayuda.

—Siempre es un placer ayudar a mis alumnos señor Potter —responde McGonagall con una sonrisa.


Hola amorcitos!

Estamos de regreso, el capitulo me costo un poco de trabajo en escribir porque es un poco soso en mi opinión xD Pero nos coloca las bases para lo que va a suceder después.

Tenemos el acercamiento entre Harry y Draco! Estoy muy emocionada con todo esto xD

Muchas gracias por sus lecturas y comentarios. Siempre me hace muy feliz leerlos.