Afrodita sintió el cosmo de Shaka pidiendo permiso para pasar y se lo concedió. Normalmente, le gustaría charlar con el guardián de la sexta Casa, pero, hoy no se encontraba de buen humor. Así que no le puso atención, y siguió con sus deberes, pero, cosa curiosa, el cosmo de Shaka no disminuyó, al contrario, Afrodita pudo sentirlo detenerse y no avanzar hacia el Templo del Patriarca.

Al final le ganó la curiosidad. Afrodita salió del Templo y encontró a Shaka parado cerca de sus rosas. Lo que lo alarmó, fue que Shaka tenía los ojos abiertos y miraba fijamente a las flores.

"¿Ahora que pasa Virgo? Miras las rosas como si fuera la primera vez?" Preguntó con calma y que esperaba su voz sonara firme.

Shaka no contestó de inmediato, pero alzó una mano y señaló las rosas, "¿No te parece curioso?"

Afrodita alzó una ceja, intrigado preguntó "¿Qué me parece curioso?"

"El hecho que las flores que nos representan, son opuestas. Tus rosas crecen de la tierra, mi lirio del agua."

Afrodita suspiró, eso es algo que ya había pensado, pero nunca comentado con nadie. "No, me parece lógico. Nuestros signos astrológicos son opuestos Virgo, así que no me sorprende que haya una que otra cosa en nosotros que lo refleje. En este caso, son nuestras flores. Francamente, me sorprende que te tardaras tanto en notarlo."

"Nunca lo pensé de esa manera," contestó Shaka pensativo. "Es cosa curiosa, ¿no te parece?"

Afrodita agradeció a los Dioses que Shaka nunca se diera la vuelta, ni que pudiera notar o tener forma de notar como el corazón le latía a gran velocidad, así que cerró los ojos, suspiró resignado y contestó, "Sí, es curioso."


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