Es un muy breve relato sobre cierta fantasía que en un momento dado compartieron Thel y Jhon. Es un yaoi, si no te gusta, no lo leas.Ni Halo ni sus personajes me pertenecen, solo los ocupo por que estoy desocupado.
Thel se ve en un lugar oscuro cubierto de bruma. Decide mirar hacia abajo y lo ve.
John o mejor dicho su espalda, cae en la cuenta de la situación. Se encuentra tras él embistiéndolo continuamente, la espalda de John se enarca demostrando su enorme placer, las manos de Thel viajan casi sin permiso asía la cadera de John y la oprime con urgencia. John tiene su rostro gacho, haciendo notar más sus hombros, escondido entre sus antebrazos.
Los jadeos de Thel se mezclan con los gemidos de John y el ambiente se vuelve más espeso. Thel se toma unos instantes para apreciar ese cuerpo que se mueve al son de sus embestidas, principalmente esa espalda llena de cicatrices.
Tal vez sea por ser de otra especie, de otro planeta... pero esas cicatrices no le resultan desagradables, por el contrario, lo incitan... lo incitan a dejar sus propias marcas, unas que no se borren del cuerpo de John, ni de su mente.
La vista de Thel se comienza a nublar y estrechar, de pronto todo se vuelve negro y Thel despierta extremadamente sobresaltado. Durante todo ese día evitó a John, mientras piensa en ese sueño.
John ve sus manos, extendidas hacia la oscuridad, luego logra ver su propio torso, sus piernas... y por ultimo... el torso de Thel. Ve como este lleva sus manos una asía su cadera y la otra asía su pecho. La mano en su cadera se cierne con fuerza y el cuerpo de Thel retrocede para luego arremeter en una embestida, seguidas de varias más.
El cuerpo de John se estremece no solo ante las fuertes embestidas, sino también al escuchar los roncos y profundos gruñidos de Thel, teñidos de excitación. John hasta ahora es consciente de los potentes gemidos que escapas de su boca.
John extiende uno de sus brazos y lo sitúa a la altura de la ingle de Thel, como si quisiera detenerlo, pero de eso no está convencido ni él. Su brazo libre lo ocupa en tomar con fuerza la sábana bajo él.
Trata de decir algo... tal vez el nombre de aquel sangheili... Pero su voz no sale, más que para exclamar más de esos subjetivos gemidos. Comienza a escuchar los gruñidos de Thel más profundos y luego lejanos, todo comienza a desvanecerse. John despierta sorprendido y con los gruñidos de Thel aun retumbando en sus oídos. Esa mañana la pasó tratando de fulminar con la mirada a Thel.