Hola a todos y bienvenidos al segundo capítulo de Un Shinigami entre héroes.
Ha tenido en favoritos y follows más de lo que esperaba. Aunque me entristece no tener la misma cantidad de revisiones, ya que me gustaría saber cómo os parece, si logra al menos entretener o críticas constructivas para poder mejorar mis habilidades.
Este capítulo es mas largo que el anterior. He tardado tanto ppr que sólo tengo unos pequeños ratos libres donde escribo un poco.
Como dije anteriormente, este capítulo esta mas centrado en la trama y en la construcción de los personajes.
He hecho algunas escenas de pelea que en mi opinión han quedado decentes, aunque creo que eso lo valorarán mejor los lectores.
Como ultimo punto, quiero decir que tardaré bastante en publicar. Estoy muy ocupado trabajando, estudiando y teniendo algunos ratos libres con mi familia y amigos. Sólo pido comprensión, ya que para mi esto es una forma de mejorar y pasar el tiempo. Ni siquiera me pagan por esto.
Lo único que os pido es que comentéis y le deis un poco de apoyo. Se que soy nuevo, y no soy el mejor escritor, pero creo que escribo decente en comparación con muchos otros que hacen fics de mil palabras, apenas inteligibles que te hacen arder los ojos.
Eso es todo. Espero que os vaya bien.
La vida era normal en la sociedad de almas.
La gente abarrotaba las calles mientras caminaban de un lado para otro, ya sea comprar, dar un paseo, quedar con algún amigo o tener un momento en familia.
Habia un gran bullicio en toda la ciudad qué mostraba un estado constante de vida y actividad.
La sociedad de almas era el lugar al cuál llegaban las almas de los muertos. Esas almas tomaban forma espiritual, y eran enviadas a Konoha.
¿Que era Konoha? La respuesta a esa pregunta era la siguiente.
Konoha era una enorme metrópolis. Una gran ciudad que servía de hogar a los espiritus. Estaba dividida en 3 sectores bien definidos; Seireitei, Kizoku y Rukongai.
El Rukongai conformaba el 60% de la metrópolis. Aquí era donde eran enviadas las almas desde el mundo de los vivos, y
también era el lugar donde estas se asentaban.
Este estaba dividido en 100 distritos. Una peculiaridad que cualquier extranjero notaría era qué, conforme más alejados estaban, más pobres y peligrosos eran. Mientras que los más cercanos al centro de Konoha, eran más ricos y seguros.
El Seireitei constituía el 30% y es el hogar de los Shinigami, la fuerza militar de Konoha. Estos tienen el deber de purificar y enviar las almas del mundo de los vivos a la sociedad de almas. Así cómo mantener el orden y la seguridad contra aquellos que la perturbaran, en este caso; los Huecos. Estos también tienen la obligación de patrullar el Rukongai, ya que los Huecos aparecen constantemente tratando de devorar a espíritus que allí residen. Hay que destacar que los distritos más alejados son los más peligrosos, ya que allí hay menos Shinigami de patrulla, y tienen una mayor probabilidad de que en caso de que sea atrapado en el acto, pueda huir.
Los Shinigami visten shihakushōs negros con pantalones hakama del mismo color, atados con un obi blanco, donde suelen llevar sus Zanpaku-tō
Las Zanpaku-tō son el arma usada por los Shinigami. Una Zanpaku-tō es una extensión del alma de un Shinigami.
Cada Zanpaku-tō es la manifestación de la propia alma de su propietario, y tiene un nombre único que es necesario que el Shinigami conozca para poder usar el Shikai y el Bankai.
Dependiendo de la habilidad del Shinigami de comunicarse y controlar al espíritu de su Zanpaku-tō, ésta puede manifestarse en dos formas adicionales a partir de su estado sellado. Estas dos formas, conocidas como Shikai y Bankai, son un tipo de "evoluciones" de la Zanpaku-tō, que presentan poderes nuevos alejados y muy superiores a los que ofrecería su uso como una simple espada. Los Shinigami que son incapaces aún de comunicarse con su Zanpaku-tō portan una espada sellada que comparte el mismo aspecto con la del resto de Shinigamis del mismo nivel y qué no ofrecen las pequeñas diferencias estéticas que aportan los estados sellados de las Zanpaku-tō de los altos cargos. Son llamadas Asauchi.
El Shikai o liberación inicial, es la primera forma de la Zanpaku-tō.
Esta otorga poderes y habilidades al ser liberada. Pueden variar de aspecto y tamaño. Para liberarla, el Shinigami deber pronunciar el comando de activación más el nombre de esta.
Para desbloquear el Shikai, el Shinigami debe aprender el nombre de su Zanpaku-tō. Esto se logra entrando en su mundo interior, y conociendo al espíritu Zanpaku-tō.
El Bankai o liberación final, es la última evolución y la máxima expresión de su poder. Este puede otorgar nuevos poderes o amplificar los de su Shikai. El Bankai también aumenta el poder de su Shinigami por diez. La única forma de desbloquearla, es manifestando el espíritu Zanpaku-tō al mundo real y derrotándolo en un combate.
En el Seireitei esta ubicado el Gotei 13.
13 divisiones compuestas por 200 Shinigami. Estas están estructuradas de la siguiente forma.
En la cima esta el Capitán, quién es el Shinigami más poderoso y há el mando de su división, y es el que se encarga de su administración y de dar las ordenes a sus subordinados. Este posee una destreza sin igual con su Zanpaku-tō, y tiene completo dominio de su Shikai y
Bankai. A su vez tiene plena habilidad en las cuatro disciplinas Shinigami.
Por debajo del Capitán, se encuentra el teniente, quien es su segundo al mando y tiene el deber de asistirlo en la administración sirviendo como su asistente, así como ayudar en la medida de lo posible a sus compañeros. El teniente posee un excelente control de su Shikai y de sus respectivas disciplinas.
Aun más abajo, se encuentran los Oficiales. Estos tienen el deber de ejercer como pequeños mandos para los diferentes escuadrones y unidades. Poseen el Shikai, y los más experimentados tienen un control decente mientras los nuevos apenas tienen dominio alguno, pero siguen siendo hábiles combatientes, no al nivel de un Teniente, pero si el suficiente para enfrentarse a un Menos o a un Gillian.
Los Huecos son espiritus malignos que han nacido de los Plus, almas que no fueron enviadas a la sociedad de almas, y habían permanecido demasiado tiempo en el mundo vivo, por lo cuál su cadena se había corroído y se habían convertido en en criaturas que tenían un sólo objetivo, satisfacer su hambre comiéndose a otras almas.
El último sector era el Kizoku, el cual conforma el restante 10%. Este es el lugar más seguro, ya que se encuentra en el centro, rodeado por el Seireitei, el cual está repleto de Shinigamis. Es en Kizoku, donde se encuentran las familias nobles, así como la central 46, un órgano que supervisa y trabaja con el comandante para administrar Konoha.
Seireitei.
Una joven caminaba por las calles del Seireitei. Esta chica tenía el cabello largo blanco con el flequillo largo cubriendo el lado derecho de su cara. Sus ojos eran de un color azul, sus iris tenían círculos recorriendo la pupila. Vestía el uniforme estándar Shinigami. Su Zanpaku-tō estaba envainada en su obi. La Zanpaku-tō tenía una empuñadura de color Violeta oscuro, con rombos naranjas. Su guardia tenía un diseño de una flor de 5 pétalos en ambos lados.
La mujer caminaba pensativa. Lo único que rondaba en su mente era, que cuando volvería su Capitán y cuánto tardaría en hacerlo. Ella lo echaba de menos. La vida en el Cuartel era más deprimente. Como sin su presencia, todo hubiera perdido el color. Extrañaba sus tonterías y sobre todo, la expresión de su rostro cuando se quedaba dormido en su oficina al quedarse tanto tiempo terminando el papeleo. Sólo de volver a pensarlo, hizo sus labios se curvarán arriba, mientras una pequeña risa salió de estos.
Estaba tan distraída que apenas pudo evitar saltar cuando una mano tocó su hombro derecho.
"Deberías dejar de soñar despierta Ryūzetsu. Si sigues así podrías chocarte con alguien." Habló una voz perezosa que ella reconoció al instante.
Se dio la vuelta y vio a un hombre guapo y de mediana edad, con el pelo plateado peinado hacía arriba. Tenía los ojos negros, y la parte inferior de cara estaba cubierta por una máscara.
El hombre llevaba puesto un shihakushō menos holgado, con mangas cortas, tenía una placa de madera envuelta en su brazo derecho con el kanji "Teniente", con el obi blanco en su cintura. En ella estaba enfundada su Zanpaku-tō, la cuál tenía la forma de una katana normal y corriente, con el mango de color morado y una guardia rectangular adornada con una elipse en torno a su filo y dos líneas curvas que unian los vértices contiguos.
Ryūzetsu se calmó al ver el rostro familiar del teniente de su división. Pronto su rostro se torció de disgusto al ver un libro naranja en su mano izquierda.
"Teniente Hatake." Saludó ella mientras se cruzaba de brazos y miraba el libro."Espero que no estés leyendo porno en público. Si la gente viera al Teniente de la novena mirando un libro tan sucio, dañaría la imagen de nuestra división, y más importante, la de nuestro Capitán. ¿Acaso tienes un mínimo de vergüenza?" Dijo Ryūzetsu fríamente mientras sus ojos alternaban entre el hombre y el libro, mirándolos con una intensidad qué hizo qué Kakashi tragara saliva mientras su mano retrocedía en caso de que la mujer tratara de tomar medidas drásticas.
"N no, sólo estaba comprobando si no se había dañado. Sabes que yo nunca haría algo así." Expresó el, rezando por qué las cosas no se volvíeran más peliagudas.
La mujer continuó mirándolo fijamente, cómo si no creyera en absoluto las palabras del hombre.
Justo cuando Kakashi estaba a punto de hablar, ella se dio la vuelta y reanudó su camino. Soltando un suspiro de alivio, alcanzó a Ryūzetsu y comenzó a caminar junto a ella.
Los dos Shinigami continuaron caminando, en silencio mientras se acercaban a la puerta de un gran complejo.
Dos Shinigami custodiaban la entrada. Eran un hombre y una mujer. Ambos llevaban la vestimenta estándar con sus Zanpaku-tō en la cadera.
El hombre era alto, tenía el pelo castaño corto, peinado hacía atrás. Sus ojos eran de color verde, y su cara era ligeramente redondeada. Su cuerpo tenía una complexión robusta y musculosa. En general tendría una apariencia bastante común si no fuera por su altura y robustez, que lo hacían ver cómo un gigante. Al contrario que el, la mujer era bastante bonita.
Ella tenia una estatura más corta. Tenía el pelo negro largo recogido en una coleta. Con el flequillo corto. Sus ojos eran de un tono amatista. Estos, estaban cubiertos por unas gafas con lentes redondeadas.
Su cuerpo era pequeño, con unos pechos copa B. Pero lo que realmente destacaba de ella era su trasero, el cuál estaba bastante desarrollado, casi invitando a tocarlo, al menos en la humilde opinión de Kakashi.
"'Maldita sea. ¿Por que siempre tenemos que ser los tienen que estar aquí cuidando la maldita puerta? ¿Es que no hay alguien más que pueda hacerlo o qué?" Una voz bastante ruidosa y llena de molestia llegó a los oídos de Ryūzetsu y Kakashi.
La mujer a su lado sólo dio un suspiro de cansancio mientras se volvía hacía su compañero. "No tiene caso quejarse de eso. Hemos recibido órdenes del mismo Capitán, indicándonos custodiar la entrada al Cuartel, y no pienso dejar que pierda la fe en mis capacidades sólo por que te comportes como un niño." Habló una voz sería y madura, que incluso trajo escalofríos por la columna del hombre a su lado. Pero justo cuando la mujer iba a seguir reprendiéndolo, fueron interrumpidos por el sonido de pasos acercándose.
Ambos volvieron la cabeza, y vieron al Teniente y a la familiar mujer de cabello blanco.
Kakashi se aclaró la voz mientras el y Ryūzetsu se paraban justo enfrente de ellos.
" Keisuke, Haruka" Saludo él mientras los dos mencionados se pusieron rígidos y devolvieron el saludo.
" Teniente Hatake, Oficial Ryūzetsu, nos alegramos de verlos de vuelta. Con vuestra presencia, podréis parar esto." dijo Keisuke mientras una pequeña gota de sudor caía por su rostro.
Haruka sólo asintió rígidamente ante la afirmación de su compañero.
Ryūzetsu inclinó la cabeza y los miró. La confusión se reflejaba en sus ojos.
Esta vez, Haruka se adelantó un paso y habló con un tono lleno de nerviosismo.
"Mi señora, lo qué quiere decir mi compañero, es que ha habido un altercado entre el quinto y el sexto Oficial. Dijeron que iban ajustar cuentas mas tarde." Informó ella mientras retrocedía.
El rostro de Ryūzetsu se oscureció visiblemente mientras un aura púrpura rodeaba su cuerpo.
Keisuke y Haruka temblaron mientras tragaban saliva. Todos sabían lo peligrosa que podía volverse en este estado. La única persona que podría calmarla era el Capitán, pero sin el, no querían ni imaginárselo.
Kakashi sabiamente imitó la acción de los dos y se echó atrás. Ryūzetsu empezó a caminar al complejo en silencio.
El Teniente sólo rezó para que las pobres almas de sus víctimas no sufrieran horriblemente.
Cuartel de la Novena División, campo de entrenamiento.
Dos figuras vestidas de negro chocaron velozmente. Las chispas saltaban en el aire cuando sus espadas se enfrentaban entre si.
La multitud allí reunida apenas podía seguir el ritmo de ambos combatientes.
Las figuras se movian con una velocidad y habilidad, a la qué sólo podian aspirar.
La primera figura era un hombre con el pelo castaño en punta. Los ojos negros, con pupilas verticales como hendidura, y unas marcas rojas pintadas en los lados de su cara.
Llevaba un shihakushō negro, revelando parte de su pecho superior. Unos hakama del mismo color, sujetados por un obi rojo.
La Zanpaku-tō en su mano tenía la forma de una katana con la empuñadura de color rojo y un guardia rectangular de bronce con un diseño irregular.
Este hombre era Kiba Inuzuka. Sexto Oficial de la novena división.
La segunda también era un hombre. Con el pelo castaño largo, marcas de remolino en las mejillas, y con un físico mucho más robusto que el de su adversario.
Vestía un shihakushō con hakama negros. Su obi era de color blanco. En su mano derecha se encontraba su Zanpaku-tō, la cual tenia la apariencia de una nodachi con la empuñadura azul oscuro con la guardia cuadrada con dos accesorios rectangulares en dos extremos.
El hombre era Chouji Akimichi. Quinto oficial de la misma División que Kiba.
Ambos se separaron, mientras se posicionaban en sus respectivas posturas.
Kiba puso las dos manos en la empuñadura de su espada, mientras la colocaba frente a él mientras movia su pie izquierdo un paso adelante, con el otro atrás.
Chouji agarró su Zanpaku-tō, colocándola en una posición horizontal, apuntando al frente, desde su lado derecho, mientras esperaba a que Kiba lo atacara. El lo conocía muy bien, y sabía tendía a perder la paciencia muy rápido, por lo que seguramente vendría a él de frente.
Kiba no lo decepcionó cuando se apresuró hacia el y comenzó a lanzar una serie de ataques rápidos y salvajes, que Chouji bloqueó con facilidad.
El Inuzuka continuó su asalto al Akimichi, pero sus esfuerzos fueron infructuosos.
El robusto Shinigami respondió lazando un fuerte tajo descendente dirigido al hombro de su oponente con la intención de dividirlo por la mitad.
Kiba vio esto y saltó rápidamente hacia atrás, logrando esquivar el golpe mortal. Desafortunadamente para el, esto era justo lo qué quería Chouji. En un instante el apareció delante del Inuzuka y lo embistió mientras este aún estaba en el aire.
La notable fuerza física del Akimichi, hizo que Kiba fuera enviado a gran velocidad al suelo.
Chouji aterrizó y volvió a su postura, sabiendo que moverse para atacarlo sería un paso en falso, ya qué conocía la gran resistencia y capacidad de recuperación que el Inuzuka poseía. Esto se demostró cierto cuando esté comenzó a levantarse rápidamente del suelo.
Kiba se levantó mientras se limpiaba la sangre de la boca.
"Haré que te arrepientas de eso." Gruñó Kiba al mismo tiempo que apretaba el agarre en su espada, y se abalanzaba de nuevo a Chouji.
El Akimichi bloqueó fácilmente los ataques del Inuzuka, el cuál comenzó a frustrarse, mientras la velocidad y la fuerza de sus golpes aumentaban, y empezaban a hacer retroceder a su oponente.
Chouji desvío un ataque de su oponente mientras avanzaba hacia y lanzaba un pesado tajo al costado de su oponente.
El Inuzuka lo vio venir, e hizo un movimiento que sorprendió al Akimichi, saltando hacía el y pasando cerca de su espada.
Kiba contuvo un gruñido cuando la espada hizo contacto con su pecho y dejó un desagradable corte en el. El salto por encima del hombro de Chouji y le propinó una fuerte patada a la cabeza que lo envió hacia atrás.
El Inuzuka aterrizó y se dio la vuelta rápidamente, mientras ponía la empuñadura de su Zanpaku-tō en su boca, mientras sus dientes caninos se cerraban sobre ella y la sostenían.
Se puso a cuatro patas, y se dirigió veloz hacía su oponente.
Chouji apenas pudo recuperarse de ese golpe. Su cabeza le daba vueltas, el movimiento arriesgado de Kiba lo había sorprendido. Habia dejado que conectará su espada con su cuerpo para poder colarse detrás suya, y así dejarlo aturdido de un fuerte golpe a la cabeza.
El Akimichi se dio la vuelta y vio al Inuzuka correr a él como un animal, con su espada en la boca. Ni siquiera podía a llegar a comprender que estaba tratando de hacer. Tal vez había cedido a sus instintos y no podía hacer otra cosa que luchar como una bestia.
Chouji trató de colocarse en una posición defensiva. Tal vez Kiba había perdido la razón, pero seguia siendo una amenaza. El aumento de sus capacidades físicas sólo empeoraron la situación, por lo que tendría que ir con cuidado.
La sorpresa y el shock se reflejaron en su rostro, cuando fue testigo de la técnica y habilidad del Inuzuka.
Kiba había saltado y comenzado a girar en aire. Tal era la velocidad, que su cuerpo se convirtió en un pequeño tornado. La Zanpaku-tō en su boca sólo añadía un mayor nivel peligro, ya que esta giraba peligrosamente.
El Akimichi trato de defenderse cuando Kiba llegó a él, pero el aturdimiento qué aún sentía por el golpe anterior combinado a los rápidos y certeros ataques de su oponente, impidieron que apenas pudiera defenderse.
Kiba desató un aluvión de ataques fuertes y veloces que abrumaron a Chouji, mientras el pasaba y aterrizaba a cuatro patas detrás del Akimichi.
Chouji cayó al suelo de rodillas, con su Zanpaku-tō clavada en el suelo, sirviendo como soporte. El ataque giratorio de Kiba había desgarrado su shihakushō. Su torso, sus hombros y sus brazos estaban lleno de cortes y laceraciones.
El Inuzuka volvió a cargar contra el usando la misma técnica giratoria. Desafortunadamente para este, Chouji estaba preparado en esta ocasión.
Chouji comenzó a recitar en voz baja mientras su mano comenzaba a iluminarse de rojo.
"¡Oh, señor! ¡Máscara de sangre y carne, toda Creación, batir de alas." susurró el Akimichi
mientras Kiba se acercaba cada vez más hacía el. "aquél que ostenta el nombre del Hombre! ¡Infierno y Poseidón, la barrera del mar surge marchando hacia el sur!" Recitó mientras terminaba el canto, y se levantaba y volteaba hacia el Inuzuka.
Los ojos de Kiba se ampliaron cuando vio el Kidō en su mano, pero ya era inútil. Una de las debilidades de su técnica, era qué sólo podía moverse en una dirección concreta, sin poder cambiarla. El Inuzuka endureció su cuerpo todo lo que pudo y se preparó para el impacto.
Chouji extendió la mano en su dirección y finalizó el encantamiento.
"Hadō #31 Shakkahō". Un torrente de Reiatsu rojo salió disparado de su palma hacía el.
Este trató de girar mas rápido en un esfuerzo de bloquear parte del daño, si no bloquearlo.
El Shakkahō Impacto y envolvió el cuerpo de Kiba, mandándolo hacía atrás.
Este trató de contrarrestarlo añadiendo cada gota de su poder, pero sus esfuerzos fueron en vano.
La explosión que siguió después envolvió el entorno con humo, impidiendo que la multitud pudiera ver el resultado.
Chouji tembló mientras se levantaba con la ayuda de su Zanpaku-tō, que actuaba como una muleta. El no había querido usar Kidō en medio de su partido de Zanjutsu, pero no había quedado remedio, ya que el ataque de Kiba lo había dejado casi al borde de la inconsciencia.
Si el no hubiera usado el Shakkahō cuando el Inuzuka lo volvío a cargar, seguramente habría caído y hubiera quedado en reposo una semana entera en el Cuartel de la cuarta división.
Un hombre en la multitud suspiró cansado mientras se pasaba la mano por la cabeza.
El sabía que algo como esto podría suceder. Conocía demasiado bien a sus amigos como para saber qué se irían por la borda.
El hombre tenía lleva un cabello largo y negro atado con una cola de caballo en punta. Sus ojos marrones, y llevaba dos pendientes.
Estaba vestido con el típico uniforme Shinigami.
Su Zanpaku-tō tenía la forma de una wakizashi con una empuñadura de color Negro, con rombos amarillos. Su guardia era una elipse dorada.
"Shikamaru-san, tenemos que llevar a Kiba-san a la cuarta división." habló una voz femenina a su lado con un tono de preocupación.
Shikamaru Nara miró a la mujer a su lado, que tenía una expresión preocupada y nerviosa. El puso su mano en el hombro de la mujer mientras la tranquilizaba, sabiendo que a ella no le gustaba la violencia.
La mujer tenia la piel morena. Un largo cabello blanco con una cola de caballo, que tiene accesorios de lunas amarillas, dejando caer el pelo a los lados de su cara.
con los ojos verdes.
La ropa de la mujer consistía en el uniforme Shinigami estándar. La Zanpaku-tō en su obi, tenía la forma de una katana, con la empuñadura de color Azul Cielo, con rombos blancos. Su guardia era una elipse plateada con el borde pintado en blanco.
"No hay nada de lo que preocuparse Tsukino-san. Estos dos idiotas están acostumbrados a golpearse de esa forma durante sus partidos. Es por eso, que sus cuerpos son tan resistentes." Habló Shikamaru.
"Pe peroo, ¿qué pasaría si Kiba-san quedará en coma, tumbado en una cama, viviendo el resto de su vida como un vegetal? ." expresó Tsukino con los ojos llorosos. Un aura de pena rodeó su cuerpo mientras se abrazaba a si misma.
Shikamaru la observó fijamente, con una gota de sudor cayendo de su frente. El no podía creer que estuviera rodeado de personas raras y excéntricas.
Volvió a la realidad cuando escuchó la voz de la pelíblanca.
"¿O si Chouji-san perdiera la movilidad de alguna de sus extremidades? Tiene laceraciones muy profundas en ellas, es muy posible que hayan cortado algún tendón ." Dijo ella ahora colocando sus manos entrelazadas, como si estuviera rezando.
Era oficial, la mala suerte lo acompañaba.
El Nara se pasó la mano por el pelo mientras suspiraba de nuevo. Tal vez debería haberse unido a la División del Capitán Hiashi. Aunque estricta, estaba llena de personas profesionales y dedicadas a su labor.
'Papa tenía razón. Las mujeres son unas criaturas muy extrañas. Cambian su comportamiento y estado de ánimo en sólo unos segundos. Que problemático.' Pensó Shikamaru cansadamente, al tiempo en el que volvía a centrar su mirada al campo de entrenamiento.
Lentamente, el humo comenzó a disiparse mientras la multitud de Shinigami observaban con expectación.
Kiba estaba de pie. Su torso estaba descubierto y cubierto de sangre. Mirando al Akimichi, envainó su Zanpaku-tō y dio un paso al frente.
"Aunque hayas hecho trampa, te felicito por haberme pillado por sorpresa." Elogió el Inuzuka. Una sonrísa salvaje se extendió por su rostro. Su cuerpo se puso en la postura ofensiva cuerpo a cuerpo de la familia Inuzuka.
Chouji fue pillado con la guardia baja. No esperaba que Kiba lo felicitara. Demonios, esperaba que se volviera loco por haber usado Kidō en un duelo.
Se rascó la mejilla mientras un pequeño rubor amanecía en su rostro.
"Gracias Kiba." dijo con una sonrisa animada. Pero pronto fue sustituida por una mirada avergonzada.
"Pero no deberías felicitarme. He hecho trampa, y lo más importante, te he disparado un Shakkahō a quemarropa." habló el Akimichi con pesar en su voz, mientras apretaba los puños.
"Podría haberte matado. Si eso hubiera pasado, jamás me lo perdonaría. Hacer daño a un amigo es horrible, pero matarlo es imperdonable. Lo siento mucho Kiba." expresó mientras agachaba la cabeza.
Kiba parpadeó unos segundos antes de comenzar a reirse. Su cuerpo se dobló mientras sus manos agarraban sus estómago.
Chouji levantó la cabeza confundido por las acciones del Inuzuka. No sabía por qué actuaba así. Tal vez el Inuzuka pensaba que era una broma o algo por el estilo.
Kiba se recuperó de su ataque de risa, mientras se le dedicaba una sonrisa al Akimichi, que no contenía ningún sentimiento de rencor o ira.
"No tienes por qué disculparte. Soy yo quien perdió el control y atacó con la intención de matar.
Asi que ahora estamos a mano." dijo Kiba con el brazo izquierdo apoyado en la cintura, y el derecho extendido hacía el Akimichi con el pulgar arriba.
Chouji miró en shock a Kiba durante unos segundos, antes de que una sonrisa agradecida apareciera. El podía ser un tonto obstinado, pero era una buena persona con un gran corazón, como lo demostró al no guardar rencor o rabia contra su persona.
Extendió la mano y levantó el pulgar, devolviendo el gesto al Inuzuka.
Estaba a punto de hablar, cuando sintió un escalofrío recorrer su columna.
No era el único.
Ambos se dieron la vuelta y vieron como la multitud se separaba en dos, y lo que vieron hizo que se les congelara la sangre.
Ryūzetsu se dirigía hacía ellos a un paso lento. Su único ojo visible los fulminaba, y el aura que desbordaba no ayudaba en absoluto.
Kiba y Chouji tragaron saliva cuando ella llegó adonde estaban.
Su mirada, su presencia, el ligero aumento de Reiatsu y la mano apoyada en la empuñadura de su Zanpaku-tō, sólo acrecentaba el sentimiento de miedo que había crecido en ellos.
La Shinigami pelíblanca los miró con gran intensidad, haciendo que estos desviaran la mirada a otro lado, el cuál encontraban más interesante.
"¿Que se supone que estáis haciendo? Los partidos y duelos sólo están permitidos los miércoles, jueves y viernes, o teniendo la autorización del Capitán." Habló Ryūzetsu con un tono de voz severo.
Ambos Shinigami se quedaron callados, incapaces de poder hablar. Las palabras se negaron a salir de sus bocas.
La pelíblanca frunció el ceño al no escuchar respuesta alguna por parte de los dos. Comenzó a caminar hacía ellos, dispuesta a darles un castigo acorde por haber desobedecido las normas.
Afortunadamente para estos, su salvación vino en la forma de Shikamaru, quien salió de la multitud y se acercó a ellos.
Su mirada aburrida, una fachada para ocultar el miedo y el nerviosismo, era visible debido a la rigidez de su cuerpo y el ligero temblor en sus piernas.
"Ellos tienen permiso Ryūzetsu-san" Expresó el Nara parándose frente a ella.
Su fachada casi se deslizaba, y los nervios se multiplicaron cuando la mirada de ésta recayó en el.
"Si tienen permiso, ¿por que no me lo han dicho? Además, el Capitán no mencionó nada de esto antes de partir." La sospecha era clara en su tono. Estaba claro que no confiaba en su palabra. Tendría que inventarse algo para que ella lo creyera.
Shikamaru se aclaró la voz, mientras reforzaba el control de sus emociones. Sabia que un error, haría que el propio infierno descendiera sobre el.
" Los dos están muy agotados por el duelo. Cómo podrás comprobar por su estado, ambos están heridos y fatigados. Ahora estan tomando un descanso para poder recuperarse." Informó el Nara a la pelíblanca con una voz tranquila.
Los ojos de Ryūzetsu se suavizaron al ver la condición de ambos Oficiales. Fiel a su palabra, Los dos estaban muy heridos, y casi apenas parecían poder seguir en pie.
La mujer volvió la mirada a Shikamaru, y está vez habló con un tono menos duro.
"Los dos están en mal estado, pero eso no explica cuando y como consiguieron la autorización. Estuve con ellos dando las instrucciones y designaciones a los nuevos reclutas, y no hablaron con el Capitán antes de su partida." Explicó la pelíblanca. Su voz aún denotaba desconfianza.
Shikamaru pensó rápidamente y habló más confiado."En realidad, fui yo quien le pidió permiso. Tenía algo importante que hacer y necesitaba el campo de entrenamiento para ayudar a Inari en su entrenamiento de Kidō, pero ocurrió un imprevisto y se tuvo que ir. Así que aproveché el permiso y se lo di a los dos." Dijo el Nara a la mujer, quien se cruzó los brazos. La curiosidad llenó su mente, pero rápidamente la desechó.
El Nara era una persona tranquila y perezosa, siempre tratando de hacer el menor esfuerzo posible. Eso no quiere decir que descuidase su entrenamiento, pero si se le hacía raro que ayudara a Inari en Kidō, cuando esté ya tenía a un experto como Kakashi enseñándole.
" Ya veo. Bien, si tenéis su permiso entonces podéis proseguir, pero tened cuidado con el campo. No me gustaría que el Capitán volviera y lo encontrará destruido." Dijo Ryūzetsu mientras se retiraba y se ponía al lado de Tsukino.
Kiba se acercó al Nara, mientras le palmeaba el hombro.
" Muchas gracias Shikamaru. Si no fuera por ti, ahora estaríamos enterrados bajo tierra." Agradeció el Inuzuka con aparente alivio en su voz, al mismo tiempo que Chouji hacia lo mismo.
"Si, te debemos la vida Shika. Ryūzetsu es una mujer agradable y servicial, pero cuando se enfada, se convierte en un auténtico terror." Exclamó el Akimichi, enviándole una sonrisa agradecida. Si no hubiera sido por el, Dios sabe lo que podría haberles pasado.
Shikamaru sólo se encogió de hombros. El se giró y comenzó a caminar de vuelta a la multitud.
El Nara sólo podía rezar, esperando que esto no lo volviera a morder más tarde.
Kiba se volvió a Chouji, mientras le daba una sonrisa feroz.
" Oi Chouji, ¿que tal si acabamos esto con un golpe?" Preguntó el Inuzuka. Todo este enfrentamiento había bombeado la sangre de su cuerpo, proporcionándole un sentimiento de emoción.
Chouji Asintió mientras envainaba su Zanpaku-tō de vuelta en su funda.
El Akimichi retrocedió unos pasos atrás, al igual que el Inuzuka y se colocó en una postura.
De vuelta en la multitud, Shikamaru soltó una maldicion cuando sintió un Reiatsu familiar acercarse. Por supuesto, sus acciones ahora venían a morderle en el culo.
Kiba soltó un gruñido emocionado y corrió hacia su oponente, con su puño envuelto en una capa de Reiatsu gris.
Chouji imitó las acciones del Inuzuka, y saltó hacía el con el puño echado hacía atrás.
Ambos cerraron el espacio entre ellos en cuestión de segundos.
Kiba movió su brazo, y envío un golpe reforzado al rostro de su oponente. Al mismo tiempo, Chouji extendió su brazo derecho y respondió al ataque apuntado a su cabeza, con su propio golpe dirigido a su pecho, sabiendo que allí era donde estaba más herido.
Pero justo antes de que ambos ataques hicieran contacto, un destello blanco apareció entre ellos, agarrando con sus manos las muñecas de ambos contrincantes e impidiendo un fatal desenlace.
Tanto Kiba como Chouji abrieron los ojos en incredulidad.
Allí parado entre ellos, con un agarre de hierro en sus brazos, estaba la figura imponente de Naruto Uzumaki, su Capitán.
Su haori agitándose por el viento, sus ojos azules llenos de fuerza y vitalidad, y su cabello moviéndose hacia el lado, sólo hicieron que su presencia fuera más majestuosa.
La voz baja y suave de su Capitán los sacó de su ensimismamiento.
"¿Que esta pasando aquí?" escucharon decir a Naruto, mientras este levantaba la mirada y se centraba en los dos oponentes.
Hace 4 horas. Ciudad Hongeki, posada.
La habitación estaba completamente tranquila, ya que ambos ocupantes yacían en la cama dormidos desnudos y abrazados, con sus cuerpos brillando por el sudor.
La mujer estaba durmiendo con su cabeza apoyada en el pecho de su compañero.
Los brazos del rubio estaban envueltos en su cintura, presionándola más contra su cuerpo.
Fubuki abrió los ojos lentamente con dificultad, sintiendo algo pegajoso en ellos.
La luz de la habitación cegó por unos segundos su campo de visión, hasta que se acostumbró y pudo ver el entorno a su alrededor.
Sintió una sensación cálida alrededor de su cuerpo. Girando de forma ligera su cabeza, vio qué estaba apoyada en el pecho de un hombre bastante guapo, tenía que admitir.
Un destello de pánico pasó por sus ojos. Su cuerpo se tenso. Esto no podía estar pasando, se repitió ella constantemente en su mente. Habia tenido sexo con un hombre, su pureza le había sido arrebatada.
¿Habia sido consentido, o habia sido violada? Esas dudas comenzaron a plagar en su cabeza.
La desesperación empezó a consumir todo su ser. Las lagrimas amenazaran con caer de sus ojos. Su mente aun seguía en completa negación. Esto tenía que ser un sueño, si, un sueño. Porque en el caso de qué no lo fuera...
Al instante, un torrente de recuerdos fluyó por su cabeza. Su memoria volvió y sintió como se despejaba la bruma que le había impedido recordar.
Como si de un interruptor se tratase, la tensión abandono su cuerpo al tiempo que este se relajaba completamente. Sus ojos perdieron las lagrimas mientas el alivio era presente en ellos.
Un rubor llegó a sus mejillas, su expresión se volvió tímida cuando los recuerdos de la noche anterior inundaron sus pensamientos. En un momento de atracción y lujuria, había terminado teniendo relaciones con Naruto.
"Narutooo." susurro ella con un toque de sensualidad. Su mente reprodujo los sucesos anteriores. El beso con lengua que había enviado ondas electrizantes de placer, el sabor de su semilla, el miembro moviéndose entre sus pechos, y finalmente, su virilidad en su sexo y empujando en ella como un animal, la punta entrando en su útero, su semen llenando su vagina hasta el punto en el que no entraba más, y su cuerpo siendo bañado por una gran corriente de semen.
Fubuki tuvo que reprimir un gemido cuando sintió una descarga de placer.
Mirando hacia abajo, vio su mano frotándose los labios de su coño.
Quitándose la mano de su sexo, Fubuki se levantó con cuidado para no despertar a su amante.
Echó un vistazo a su cuerpo, y una vez más se sonrojó cuando vio que estaba cubierta de semen. Decidiendo qué era hora de una ducha, se dirigió al baño para refrescarse y quitarse la crema blanca de su cuerpo.
Mientras tanto, Naruto se despertó al no sentir el calor del cuerpo de la mujer.
Un ceño fruncido apareció en su cara al no ver a Fubuki en la habitación. ¿Habia sido sólo una noche de sexo?
Por alguna extraña razón, su corazón se hundió ante este pensamiento. Era Increible que se sintiera tan unido a una mujer que había conocido hace unas horas.
El rubio se levantó de la cama y estiró su cuerpo rígido. Gimió cuando la tensión en sus cuerpo lo abandonó.
Mirando su cuerpo sudoroso, decidió ir al baño para limpiarse.
Caminó hasta la puerta y alcanzo el pomo. Justo cuando estaba a punto de abrirla, escuchó el sonido del agua caer a la bañera.
Un suspiro de alivio salió de el cuando se dio cuenta de que la mujer no se había ido.
Aunque no sabia si debiar entrar y bañarse con ella o esperar a que terminase, ya que no quería molestarla.
Una idea cruzó su mente mientras se dio la vuelta y miró su Zanpaku-tō.
Naruto se dirigió a la mesa y agarró a Nejibana. La desenvainó de su vaina y la extendio frente a el.
La espada fue envuelta en luz mientras se transformaba.
Cuando la luz desapareció, se reveló su nueva apariencia. La Zanpaku-tō se había alargado y había tomado la forma de un tridente de unos dos metros, con un penacho de color azul oscuro.
Naruto sostuvo el tridente, y lo bajo para que el pie tocara el suelo.
Un pequeño Torbellino de agua envolvió su cuerpo durante unos instantes, hasta que desapareció. El rubio sonrió al ver su cuerpo limpio, y revirtió a Nejibana a su estado sellado.
Se dio la vuelta y comenzó a vestirse. No quería que la mujer se pusiera nerviosa al verlo desnudo, a pesar de lo que pasó noche anterior.
Mundo interior de Nejibana.
Un mar infinito rodeaba una pequeña isla.
En ella habia una casa de madera, de estilo japonés.
Dentro de esa casa, se encontraba una hermosa mujer alta, de piel blanca con un largo cabello azul que le llegaba hasta la cintura. En su cabeza, tenía recogido el pelo en dos cuernos. Dos largos mechones azules caían desde los dos lados hasta llegar a la parte superior de sus grandes pechos. Tenía dos ojos de color naranja, y sus labios estaban pintados de rojo.
La mujer estaba vestida con un vestido púrpura, que estaba abierto por los lados, revelando sus largas piernas. Estas estaban cubiertas por medias negras y sus pies llevaban tacones del mismo color que el vestido.
Esta mujer era Nejibana, el espíritu de la Zanpaku-tō. Sus hermosos ojos temblaban de irritación al ver las acciones del Uzumaki.
"Como se atreve a usar mi liberación para limpiarse.¿Acaso ahora soy una ducha portátil?" Siseó la peliazul bastante enfadada.
Ella era un arma que tenía el único propósito de acabar con la vida de aquellos que se interpusieran en el camino de su maestro, no un baño ambulante.
Nejibana se frotó los ojos con el dorso de la mano, y dejó escapar un suspiro cansado.
"Ya hablaré con el y le explicaré cómo debe usarme apropiadamente. Esto ya era lo que me faltaba, a Shinso la usa para combatir, a Muramasa lo manifiesta en él mundo real para poder hablar, y ahora a mi me usa para poder bañarse." Dijo ella mientras se acostaba en su cama y se iba a dormir.
Ya habría tiempo para regañar al idiota de su maestro más adelante.
Mundo real.
La puerta del baño se abrió y reveló a Fubuki con una toalla en su cuerpo.
Un pequeño rubor apareció en el rostro de Naruto al verla. Su voluptuoso cuerpo envuelto en la toalla sólo resaltaba más su forma. Su enorme busto también destacaba, ya que la está apenas podía cubrir sus grandes senos. Pero lo más emocionaba al Uzumaki eran las gotas de agua que caían del cabello verde de la mujer, dándole una apariencia divina.
Fubuki apartó la vista al verlo. Los recuerdos de la noche anterior amenazaban con volver.
"Buenos días Naruto-san." saludó ella con una reverencia. El hombre que estaba delante era mucho más poderoso que ella. Ella tenia como norma mostrar respeto a aquellos mas fuertes. A pesar de su pequeña demostración de poder, sabía que el no era un héroe de clase A o S, ya que revisaba constantemente la información de la página de la asociación de héroes, y hasta ahora no había oído nada de él.
La criatura con la que había luchado debía ser como mínimo clas alto. Ella podría ser una heroína clase B oficialmente, pero su poder le permitía enfrentarse a villanos de clase A, y está criatura era complemente diferente de todo enemigo al que se había enfrentado. Un abrumador poder físico, una velocidad aterradora, capaz de acercarse a ti sin siquiera parpadear, y no hablar de su inmunidad a sus ataques, los cuales no le hicieron ni un rasguño.
Este hombre, Naruto había matado a criatura en un instante, sin que fuera necesario moverse. Ni siquiera su técnica desgarradora tuvo efecto en esa cosa.
Como era posible que una persona tan fuerte pudiera mantenerse fuera del radar de la asociación.
La única explicación que ella podía pensar fue que el era una persona que vivía en el anonimato, sin querer mostrar sus poderes.
"Buenos dias Fubuki." Saludó de vuelta Naruto con una leve inclinación de cabeza.
"Y no hace falta que seas formal conmigo, sólo llámame por mi nombre." Dijo encogiéndose de hombros.
Sus ojos azules recorrieron su forma de arriba a abajo, memorizando cada detalle que proporcionaba su estado actual.
Fubuki ganó un tinte rosado al ver como Naruto revisaba su cuerpo y asintió en respuesta. Si hubiera sido cualquier otro, ello lo hubiera mandado a volar, pero con el, sólo sintió satisfacción y orgullo al ver como no podía apartar su vista de su cuerpo.
Ella se acercó a la cama y se quitó la toalla, revelando su desnudez. Miró por el rabillo del ojo y vio al rubio de espaldas.
Una sonrisa creció en su cara al ver esto. Se dio la vuelta para no incomodarla con su mirada. No sólo se preocupaba por su cuerpo, sino también por sus sentimientos.
Terminó de vestirse y le indicó al Uzumaki que podía darse la vuelta.
Ella tenia muchas preguntas que necesitaban respuesta.
Naruto se acercó y sentó en la cama, mientras le pedí que sentía con el, a lo cuál accedió. Sus miradas se cruzaron, sus ojos se encontraron y sus cuerpos se acercaron inconscientemente, tratando de sentir el calor que antes habían experimentando.
Fubuki se agitó nerviosa mientras trataba de no temblar al ser objeto de su completa atención. Este era el momento de conseguir respuestas, no podía dar marcha atrás.
"Dime Naruto, ¿sabes donde estamos?
Estuve luchando con un villano que podía telentransportarse. Como no podía vencerme, me llevo a mi y a mis camaradas a ese bosque." Explicó la mujer con una voz confusa. Lo primero era saber dónde se encontraba, ya decidiría que hacer cuando supiera su ubicación.
Naruto tarareó comprensivo. Ser transportado a otro lugar que no conoces es algo confuso.
"Te encuentras en la ciudad Hongeki, En la provincia de Katagi" Dijo el tratando de ayudar a la mujer. Aunque por su expresión confusa, parecía que aún seguía pérdida.
"En el país del fuego." Aclaró el Uzumaki.
Tal vez ella no era nativa de aqui, podría ser de otro país y que no conociera la geografía de los otros países. Pero su mente le decía que está mujer debía ser de una familia noble. La apariencia deslumbrante, su vestimenta, con la cuál su ojo pudo ver de qué estaba hecha con materiales de calidad, su porte regio y educado denotaban una educación muy por encima del de la gente común.
Por esa razón, a él le resulto extraño que ella no supiera de algo tan básico como la geografía del mundo.
Fubuki parpadeó al escuchar aquellos nombres desconocidos. Hongeki, provincia de Katagi y país del fuego. Nunca había escuchado de tales lugares. Tal vez debía ser de alguna isla, y aquellos lugares debían haber sido nombrados por sus habitantes.
" No he escuchado oír de ninguno de esos lugares. ¿Podrias mostrame algún mapa?" Pidió ella, ganando un asentimiento por parte de Naruto.
Naruto metió la mano en el haori y sacó un pequeño rollo. La situación se estaba volviendo cada vez más extraña. Ella ni siquiera sabía del país del fuego.
¿Acaso ella había estado viviendo en una cueva?
Fubuki le agradeció y tomó el rollo.
Acto seguido lo coloco en la cama y lo desenrollo, sorprendiéndola al ver su contenido.
Su expresión pronto paso de confusión a uno lleno de concentración.
Sus ojos recorrieron el mapa, analizando cada centímetro, y exprimiendo su cerebro para recordar alguna isla que tuviese esta forma.
Desafortunadamente, ninguna isla que conociera tenía esta forma y tamaño. Tal vez podría ser algún tipo de isla artificial que estuviera oculta.
Al no encontrar nada que le pudiera ayudar a resolver su confusión, decidió preguntar al rubio.
"¿Puedes decirme donde se encuentra esta isla?" Fue la pregunta de la mujer.
Naruto frunció el ceño cuando escucho esto. Ella creía que las Naciones elementales eran una isla.
¿No veía por el tamaño de ellas, que se trataba de un continente?
"Me temo que no es una isla Fubuki. El mapa muestra a las Naciones elementales, un continente." Naruto le dijo a ella. Al principio pensaba que podría tener amnesia, pero por las cosas que ella le había contado, parecía no ser el caso.
Un sentimiento de hundimiento comenzó a inundar su ser. Era un maldito continente.
¿Naciones elementales?
Ella no quería pensar en que podía haber sido a otro mundo. Eso era una completa locura.
¿Verdad? Ella tenia que preguntarle si ese era el único continente. Tal vez esto era sólo una tierra escondida y oculta al mundo.
El Uzumaki se preocupó al ver la expresión desesperanzada de la mujer. Quería ayudarla, pero sabía cómo.
"Dime Naruto, ¿existe otro continente en el mundo?" Preguntó Fubuki con un poco de esperanza.
El Uzumaki negó con la cabeza a su pregunta.
Este era el único continente o masa de tierra en todo el mundo.
Fubuki no pudo más y se echó a llorar. Su habitual comportamiento fuerte y frío fue echado a pedazos cuando el pensamiento de que estaba en un lugar completamente distinto, y que podría no volver a su hogar la abrumó.
Ella comenzó a maldecir a aquel maldito villano por haberla echado de su hogar, de sus camaradas, de su vida. Como iba a superar a su hermana si ya no podía volver.
Iba a seguir maldiciendo a ese hombre por arruinar su sueño, cuando sintió dos brazos envolver su cuello y ser atraída hacia atrás.
Fubuki giro la cabeza y vio que estaba apoyada en el pecho del rubio. Sus fuertes brazos, el calor de su cuerpo y su expresión preocupada, empezó a deshacer los sentimientos negativos que asolaban su cuerpo.
Ella se apoyó en el, dejando ser envuelta por las seguridad y calidez que proporcionaba el.
Una de sus manos se acercó a su pelo y comenzó a acariciarlo, haciendo que Fubuki soltara un suspiro de satisfacción.
Naruto pronto llegó a la única conclusión que tenía sentido; Ella no era de este mundo.
El por qué había llegado a esa conclusión era por tres motivos.
El primero era su total desconocimiento del mundo que la rodeaba. No sólo no sabía la geografía, sino que fue capaz de ver al hueco que la atacó.
El segundo era su total carencia de Reiryoku. Todo ser ya sea vivo o muerto poseían energía espiritual, y ella no tenía ni siquiera una gota de ella.
La tercera fue que a pesar de no poseer Reiryoku, ella era capaz de ver espíritus. El que pudiera verlo a él y al Hueco sólo lo confirmaba.
Al principio no le había prestado atención, ya que la chica estaba en un estado emocional inestable. Pero después de usar su sentidos cuando salió del baño y no hallar energía espiritual, había llegado a pensar en que o ella era capaz de suprimir por completo su Reiryoku, o que no poseía alguno.
La única explicación a todo el conjunto de hechos le llevaba a ese único punto.
Naruto acunó a la mujer contra su pecho, mientras le hablaba con una voz calmada.
"Creo que ya se lo que te ha pasado." Dijo el cerca de su oído.
Fubuki se estremeció ante esto, pero sus palabras pronto llamaron su atención. El habia logrado averiguar lo que le había sucedido.
"¿Que es?" la voz baja de la mujer llegó a sus oídos. El no sabía como se tomaría la noticia, pero no podía dejarla en la oscuridad.
"Creo que ese villano debió usar sus poderes para abrir una brecha en el tiempo y el espacio y enviarte a otro mundo." Dijo serio el Uzumaki, viendo como el cuerpo de la mujer se congelaba.
La respiración de Fubuki se detuvo abruptamente. Las palabras del hombre llegaron a su cabeza y su cerebro trato de procesarlas. Sus ojos perdieron toda emoción, volviéndose vacíos. Simplemente era demasiado para ella.
Naruto sólo la acercó más a él y comenzó a susurrarle en el oído.
"No pierdas la esperanza Fubuki. Conozco a un hombre que puede ayudarnos con esto y llevarte de vuelta casa." Susurró comprensivo.
El hombre que conocía era un genio científico que tenía experiencia con estos temas, además le debía algunos favores que el pensaba cobrar.
Fubuki levantó la cabeza en un segundo, con sus ojos brillando. Aun había esperanza de volver a su mundo.
Con una sonrisa esperanzada, ella le abrazó mientras le agradecía constantemente.
Tres horas después. Bosque, claro.
Naruto y Fubuki habían vuelto al claro de ayer. Ella no podía dejar que los cuerpos de Takeshi y Muratani se pudrieran allí. Por eso decidió cavar unas tumbas y darles un entierro digno. Era lo mínimo que se merecían por su lealtad y dedicación.
Una vez que terminaron, Naruto comenzó a explicarle a Fubuki que era un Shinigami, la sociedad de almas, Konoha y el Gotei 13.
Ella salió de su asombro. Espíritus con poderes capaces de purificar almas. Una dimensión donde eran enviados los muertos, y
una organización que se encargaba de vigilar y proteger esas almas.
Le pregunto al rubio si las almas de Muratani y Takeshi podrían estar en la sociedad de almas, pero esas esperanzas se vinieron abajo cuando el negó con la cabeza.
Según Naruto, al morir el espíritu sale de su cuerpo físico y aparece en el mismo lugar donde murió. Pero ni el ni ella los habían visto, y el Hueco no pudo devorarlos por que ella había estado todo ese tiempo con su mirada en el.
Esto la desánimo, pero se recuperó rápido, aunque ella tenía una pequeña duda. El le había dicho que la ayudaría a hacerse más fuerte, ¿pero como?
Ella no era de este mundo, ni poseía ese Reiryoku para poder usar esas habilidades.
"Naruto, me dijiste que podrías hacerme mas fuerte de lo que soy." Dijo ella.
Naruto asintió con la cabeza y se puso a caminar por el bosque, con la mujer corriendo para ponerse a su lado.
"Por supuesto. Te dije que te iba hacer más poderosa, y Naruto Uzumaki siempre cumple con su palabra." Habló con un tono firme y orgulloso.
Fubuki ladeó la cabeza y decidió expresar su duda. "Pero ¿como podrás hacerlo?
Yo no soy un espíritu ni poseo Reiryoku."
Naruto sonrió ligeramente, y colocó su brazo alrededor de ella, causando un chillido y rubor por su parte.
"Así es, pero tengo planeado solucionarlo con mi amigo." Dijo el mientras seguían atravesando el bosque.
Fubuki levantó la ceja en confusión y le preguntó. "¿Cómo?"
El se detuvo, apartándose de ella y mirándola a los ojos, causando que se pusiera nerviosa.
" Pienso convertirte en un Shinigami." Reveló el Uzumaki, impactando a la mujer.
La sorpresa y el shock eran bastante claros en su rostro. Convertirla en un Shinigami. ¿Acaso era posible algo así? y, ¿como pensaba hacerlo?
Naruto observó la expresión de Fubuki y le sacudió la cabeza.
"No te preocupes por eso. Estoy plenamente convencido de que el puede hacerlo." Terminó mientras desenvainaba a Nejibana y la empujaba hacia delante y la giraba.
Para asombro de Fubuki, una columna roja apareció frente a ellos.
La luz roja pronto desapareció, revelando una puerta de madera que se abrió desde los dos lados.
"¿Que es esto?" pidió ella después de salir de su estupor.
Naruto se volvió mientras envainaba la Zanpaku-tō.
"Esto es el Senkaimon. Una puerta que conecta la Sociedad de Almas con el mundo de lo vivos. Es lo que nos permite a nosotros los Shinigami cruzar ambos lados." Explicó caminando hacía el Senkaimon.
Fubuki que no quería quedarse atrás, corrió junto al y se metió en el portal, mientras este se cerraba.
Sociedad de Almas. Seireitei.
Los dos salieron del Senkaimon, y vieron que estaban en un laboratorio apenas iluminado.
Fubuki no pudo evitar sacudirse por las malas vibras que producía este lugar.
No sabía por qué, pero su mente le dijo que subiera la guardia y se preparara en caso de ser atacada.
Naruto se giró y miró a la oscuridad con una pequeña sonrisa.
"Se que estás ahí. Dejate tus pequeños juegos y dime por que nos has traído aquí."
Ella vio como una figura se movía fuera de la oscuridad. Dos orbes brillantes amarillos los observó cómo si los estuviera estudiando.
Pronto la figura salió de la sombra, revelándose como un hombre con la piel muy pálida, con un pelo de color negro que le llegaba hasta la cintura. Sus eran ojos de color ámbar con cortes en sus pupilas, y tenía unas marcas de color púrpura alrededor de los ojos.
Llevaba un shihakushō negro con un obi púrpura, con un Haori blanco al igual que el de Naruto. la única diferencia era que el de este hombre tenía mangas largas. Tenía su Zanpaku-tō en su lado derecho. La espada tenía un mango de color rosa que desde la guardia hasta aproximadamente un tercio del mango esta vendada con púas que sobresalian. La guardia era de color beige de forma ovalada con el lado del filo más largo y doblado hacia arriba; también vendada.
Fubuki sintió que su cuerpo había quedado paralizado. Sus ojos verdes estaban abiertos mientras se estremecía de miedo. Pronto, sintió que no podía respirar, y su rostro con una expresión atemorizada con gotas de sudor cayendo por ella.
Este monstruo, desprendía un aura aterradora.
Su sola presencia bastaba para congelar su cuerpo, e incluso matarla. Sintió como su cuerpo empezaba a destrozarse por dentro.
Levantando la mirada, pudo ver una gigantesca serpiente morada detrás del hombre, siseandola y mostrándole sus colmillos.
Estaba sintiendo como su propia alma comenzaba a desvanecerse ante su abrumadora presión.
Justo cuando Fubuki iba a caer al suelo, sintió que la presión de ese monstruo retrocedía cuando otra presión apareció y la envolvió, permitiendo que pudiera volver a respirar.
Su cuerpo recuperó la movilidad, y era bañado en calidez y seguridad. Girando la cabeza hacia la derecha, vio que era Naruto quien liberaba tal presencia.
Así que este era el poder de un Capitán. Experimentarlo era completamente diferente a escucharlo. Ni siquiera un héroe de clase S exuda tal presencia y poder. Los héroes clase S en comparación, incluso su hermana no eran más que meros insectos que se ponían en el camino de un gigante como estos Capitanes.
Un suspiro de alivio salio de sus labios mientras le lanzaba una mirada agradecida al Uzumaki. Si no hubiera sido por el, ahora estaria muerta por sólo estar en su presencia.
Naruto le echo un breve vistazo a Fubuki para comprobar que estaba bien. Una vez que lo hizo, frunció el ceño y volvió su mirada al hombre.
"Te sugiero que te detengas por las buenas. Por que si no lo haces, Hiruzen tendrá que buscar a alguien para ocupar tu puesto de Capitán, Orochimaru." La amenaza y la voz más fría de lo normal, hicieron que el llamado Orochimaru detuviera la liberación de su Reiatsu.
Una sonrisa burlona, aunque obviamente forzada por el ultimátum del rubio apareció en su cara.
"Ku ku ku, no hay necesidad de amenazar Naruto-kun, simplemente estaba probando a tu acompañante. Sólo os he traído aquí por que necesitaba algo de ti" El rubio notó que sus palabras eran genuinas.
Naruto parpadeó unos instantes mientras le devolvía la mirada y suprimía su Reiatsu.
"¿Que necesitas de mi Orochi?" La tensión en el ambiente se disipó cuando Orochimaru sonrió al escuchar su nombre acortado.
A pesar de su amenaza anterior, el y el Uzumaki eran buenos amigos. Orochimaru lo cogió como su estudiante cuando este aún estaba en la academia Shinō.
Naruto tenía gran habilidad en Zanjutsu y Hakuda, y era el mejor en estas disciplinas. Desafortunadamente, no se podía decir lo mismo en Kidō y Hohō.
Antes de conocerlo, debido a la gran cantidad de Reiryoku en su cuerpo, tenía problemas para poder canalizar y concentrarlo al lanzar hechizos Kidō, los cuáles eran sobrecargados o explotaban nada más ser conjurados.
En Hohō le iba mejor, pero al igual que en el caso anterior, usaba demasiado Reiryoku al usar Shunpo y, aunque era bastante rápido, no podía regular la velocidad ni cambiar de dirección en pleno uso de Shunpo.
No importa cuanto tratara de mejorar o esforzarse, si no tenia el control sobre su energía, no podría conseguir dominarlas.
Fue sólo gracias a la tutela y entrenamiento con Orochimaru,que al final pudo someter su gran Reiryoku y obtener un control decente.
Pronto se convirtió en un monstruo en Kidō gracias a sus reservas y a su determinación por dominar hechizos de alto nivel en tan sólo unos pocos meses.
También fue lo mismo con Hohō. Combinado su velocidad, técnica y fuerza, Naruto se hizo una auténtica pesadilla en esta disciplina.
Ser capaz de ser más rápido que tú oponente, esquivar sus ataques y golpear como un tanque. Una pesadilla para sus desafortunados enemigos.
Incluso fue escogido en su División y le concedieron el cargo de décimo Oficial.
Orochimaru caminó hasta Naruto y se quedó frente a él.
"Quiero que luches contra mi." Dijo el hombre palido con una expresión seria. El rubio se sorprendió por esto.
"¿Quieres que luche contra ti? No pensé que fueras un hombre que le entusiasmara la lucha." Dijo Naruto con la cabeza a un lado.
Orochimaru era un hombre que prefería la ciencia y el conocimiento. Otra cosa que no tuvieran tal relación con ello, no eran relevantes para el.
El negó mientras sus ojos se cruzaron con los del Uzumaki.
"No soy un bárbaro como Guy o A, quienes sólo buscan la emoción de enfrentarse a rivales capaces de bombear su sangre por sus venas. Lo que necesito es recopilar algunos datos de combate para uno de mis proyecto, y también necesito que me suministres Reiryoku. ¿quien mejor que tú para ayudarme?." Habló Orochimaru con una sonrisa y con los brazos levantados dramáticamente.
El Uzumaki asintió con la cabeza. Por supuesto que lo había traído para eso. ¿En que podría ayudarle sino como una batería de Reiryoku?
"De acuerdo, lo haré, pero a cambio tendrás que ayudarme." Dijo Naruto cruzándose de brazos. No iba a ser una pila si no conseguía algo que lo beneficiase.
Orochimaru sonrió. Estaba claro que iba a querer algo, pero con gusto lo haría. Hasta ahora todas sus asociaciones habian marchado bien. Con el Uzumaki podría lograr terminar su proyecto antes de lo planeado. Sus inmensas reservas de energía acelerarían el proceso.
"Y dime Naruto-kun, ¿en que podría ayudarte este humilde servidor?" Preguntó Orochimaru con una falsa reverencia. Sonriendo más ampliamente cuando vio la contracción del rubio.
"Quiero que crees un núcleo y circuitos en el cuerpo de Fubuki para que pueda tener Reiryoku." Explicó Naruto con seriedad.
Las cejas de Orochimaru se alzaron al escucharlo. Extendió su sentido hacia el cuerpo de la mujer, y efectivamente no sintió ningún rastro de energía espiritual. Sus ojos se abrieron mientras su cabeza empezaba a llenarse de teorías ante tal improbabilidad.
Un ser no era capaz de existir sin al menos una pequeña porción de Reiryoku, a menos que...
Naruto vio la expresión de realización de Orochimaru al comprender la situación. Por supuesto que el lo descubriría antes que el mismo. Orochi era una persona perspicaz e intelectual que podría fácilmente llegar a la raíz del problema con solo unos segundos.
"Esto es fascinante. pensar que un ser de otro mundo pudiera atravesar la barrera del Rey Espíritu." Dijo el hombre hablando para si mismo, con sus ojos brillando de emoción.
El Uzumaki frunció el ceño al escuchar esto. El Rey Espíritu había creado una barrera para impedir que otros seres de mundos diferentes pudieran venir al suyo. Pero lo que preocupaba al rubio, era que el como había enviado ese villano a Fubuki a este mundo si la barrera lo protegía.
Fubuki mientras tanto, estaba perpleja ante la conversación de los dos Capitanes. ¿Este monstruo en forma humana llamado Orochimaru iba a ayudarla?
Pero lo que más le preocupaba fue cuando escuchó a Naruto pedirle a otro hombre que creará algún núcleo y no se que circuitos en su cuerpo. Tales pensamientos la asustaba, pero eran rápidamente sofocados al recordar que el Uzumaki no permitiría que le pasara algo.
Naruto sacó al pelinegro de sus pensamientos cuando le volvió a dirigir la palabra.
"¿Puedes hacerlo o no Orochi?" Preguntó Naruto con extrema seriedad e impaciencia. Odiaba cuando el científico se ponía a divagar en su cabeza sobre teorías e inventos.
Orochimaru lo miró con una sonrisa llena de suficiencia. ¿Acaso Uzumaki dudaba de sus grandes habilidades?
"Eso es algo muy fácil de hacer para alguien de mi nivel. Tu solo concentrate en ayudarme y yo le proporcionaré a tu chica un cuerpo mejor." Exclamó el Capitán con una voz confiada.
Naruto le devolvió la sonrisa mientras se giraba hacía Fubuki, quien se había sonrojado al oir al pelinegro decir su chica.
"Bien Fubuki, voy a ayudar a Orochi. Si quieres puedes darte una vuelta por el Seireitei y ver cómo es." Dijo el volviendo hacia su compañero Capitán.
"¿No te importaría enviar a uno de tus Subordinados con ella? No quiero que se pierda o que tenga problemas con otros Shinigami al no tener permiso?" Pidió Naruto con un borde de preocupación.
Orochimaru agitó la mano despreocupadamente. No era ninguna molestia, además de que sus hombres no estaban haciendo nada productivo, por lo que ahora sería un buen momento para que alguno estirara las piernas.
"No te preocupes Naruto-kun. Puedo enviar a Guren con ella." Habló el pelinegro. Kabuto estaba haciendo un recado y Anko estaba con sus amigos de fiesta. Por lo que su mejor opción sería la mujer de pelo azul. Ella era una mujer profesional y competente, que sin dudas ayudaría a la acompañante del rubio.
Fubuki contempló la idea unos segundos antes de acercarse a Naruto y agarrarle el brazo, llamando su atención.
"Si no es molestia, me gustaría quedarme contigo. Me gustaría ver lo fuertes que son los Capitanes." Explicó ella dándole una mirada suplicante y adorable, al menos para el Uzumaki.
Naruto asintió comprendiéndola. Ella quería ver de lo que eran capaces los Shinigami, en especial a dos Capitanes para seguramente compararlos con los héroes de su mundo.
Ella sonrió ante su asentimiento y se separó de el. Estaba muy emocionada y ansiosa de verlos en acción.
Orochimaru parpadeó al observar el intercambio entra ambos. Una persona cualquiera no lo habría notado, pero el que habia pasado un buen tiempo con el rubio y sabía que aunque era amable y se preocupaba por los hombres y mujeres bajo su mando, no le gustaba el contacto físico con personas que apenas conocía. Es por esto que estaba sorprendido por la cercanía y las breves e imperceptibles miradas de afecto entre ambos. Esta mujer debía ser impresionante para poder acercarse al Uzumaki tan rápido y lograr que este se abriera a ella.
Naruto y Fubuki siguieron a Orochimaru cuando este les llamó y les dijo que lo acompañaran al área de entrenamiento.
Seireitei, Cuartel de la Duodécima División, campo de entrenamiento.
Una vez que llegaron allí, el hombre de ojos ambar les explicó que el campo de entrenamiento estaba equipado con tecnología que permitía crear una burbuja alrededor de la zona que podía ampliar el espacio interior sin afectar el exterior.
No sólo eso, sino que también podía simular cualquier entorno, permitiendo que se pudiera entrenar en diferentes sitios y condiciones reduciendo al mínimo las posibilidades de morir.
Naruto y Orochimaru se posicionaron en frente del otro en un claro, rodeado de multitud de árboles.
En el exterior de la burbuja, Fubuki observaba con atención el interior con suma expectación y detalle, decidida a contemplar el poder y habilidad de los Shinigami.
Orochimaru sacó su Zanpaku-tō, agarrándola con las dos manos y colocándola frente a él, en una posición apuntando al suelo.
Naruto estaba a punto de desenvainar a Shinso, cuando de pronto, su conciencia se vio arrastrada a otro lugar.
Mundo interior de Nejibana.
El rubio parpadeó en confusión cuando abrió los ojos y se encontró en una habitación.
La habitación era bastante simple. Habia un escritorio al lado derecho de la cama de matrimonio. Dos estanterías medianas a la izquierda de la habitación, y una ventana grande con vistas a la isla con una cortina de color azul celeste.
Naruto se dio la vuelta y sonrió al ver a su espíritu Zanpaku-tō, Nejibana. Pero ésa sonrísa desapareció cuando la mujer lo miró con una expresión severa, que sólo sirvió para poner nervioso al Uzumaki.
Nejibana se acercó a él lentamente. Sus pasos lentos sólo acrecentaban el nerviosismo del rubio.
Finalmente llegó a él y se cruzó de brazos y se quedó mirándolo fijamente.
Naruto tragó saliva y trató de pensar que había podido pasar o hacer para que ella se pusiera en tal estado. Tal vez estaba enfadada por que no había venido a visitarla en un buen tiempo, o tal vez quería algo. De todas formas, la mirada de la mujer se oscurecía cada segundo que pasaba el sin hablar.
"Nejibana-chan, me alegró de verte de nuevo pero ahora estoy un poco ocupado. ¿Necesitas algo en especial?" Habló Naruto de lenta y calmada, tratando de controlar sus emociones y no mostrar miedo ante la mujer. El sabía que cualquier muestra de debilidad sólo haría que ella se volviera más peligrosa y exigente.
Nejibana frunció el ceño ante su casual y despedida forma de saludarla. Encima de haberla usado indecentemente, tenía el descaro de ni siquiera saber lo que había hecho.
"No juegues conmigo maestro. No sólo has tenido la desfachatez de haberme usado de tal forma, sino que ahora vas a usar Shinso para tu pequeño juego. ¿Acaso piensas alguna vez usarme apropiadamente?" Preguntó Nejibana exasperada, su voz se hizo más furiosa cuanto más recordaba la negligencia de su maestro.
La expresión calmada de Naruto pronto dio paso a una de confusión. ¿Haberla usado cómo?, ¿usar a Shinso? y finalmente, ¿que quería decir con apropiadamente?
Pronto la realización cruzó la mente del Uzumaki. Apenas la había sacado para luchar, ya que siempre utilizaba a Shinso.
Naruto tenía sus propias formas de luchar con sus distintas Zanpaku-tō.
Con Shinso, suele hacer ataques rápidos y precisos, acercándose lo más cerca posible de su enemigo y usar Shikai para acabar con el.
Con Nejibana, se centraba en el combate a corta, mediana y larga distancia, gracias a la longitud de la forma de su Zanpaku-tō en su Shikai. Además de poder disparar a su oponente ráfagas y construcciones de agua para mantenerlo a la defensiva, con el tridente podía lanzar ataques pesados que combinados con los anteriores, abrumaba a su oponente y atravesaba sus defensas, causando heridas letales o incluso la muerte de este.
Con Muramasa, Debido a que en su Shikai no cambia de forma, suele usar el estilo estándar de Zanjutsu. Este consiste en combate cercano, pero con la particularidad de atacar las articulaciones de su oponente para incapacitarlo y así poder darle el golpe final, cuando esté perdiera la movilidad.
El rostro de Naruto se volvió culpable, mirando al suelo al llegar a la raíz del problema. Siempre utilizaba a Shinso, apenas prestándole atención a sus otras dos Zanpaku-tō. Y simplemente había usado a Nejibana para poder limpiarse. No sólo habia despreciado su orgullo cómo un arma, sino que también la había insultado al usar su poder para algo tan estupido como bañarse.
Que estupido de su parte. Sus espíritus Zanpaku-tō eran los únicos que podían entenderlo y los cuales le eran completamente leales. Y ahora el los había herido y ni siquiera los había tenido en cuenta, incluso no se había dado cuenta de esto hasta que ella le había llamado.
Naruto apretó los puños mientras sus dientes se apretaban en intento de controlar su ira por si mismo. ¿Como podía ser tan despreciable con sus preciosos compañeros?
El se prometió que iba arreglar esto, les iba a dar lo que se merecían por haberle sido fiel.
La expresión de Nejibana se suavizó cuando vio a su amado maestro asi. Gracias a su vinculo con el, sabía que se sentía culpable y que estaba furioso consigo mismo.
Su preocupación se elevó cuando vio la sangre salir de su boca ante la presión de los dientes.
Se acercó a él y envolvió sus brazos alrededor de su cintura, acercando su cuerpo con el de ella y apoyando su cabeza por encima de sus pechos. Apoyó sus labios cerca de su oído, con su aliento dejando una sensación placentera en el.
"Se como te sientes maestro. Nuestro vínculo transciende el mismo tiempo. Estamos enlazados por toda la eternidad, y nuestros corazones son uno. No deberías sentirte así contigo mismo, mi amado maestro" Susurró ella, provocando destellos de placer en el Uzumaki. Sus cuerpos comenzaron a restregarse el uno con el otro, la fricción y sus sexos acariciandose el uno con el otro, sólo aumentó el calor y la excitación entre ambos. Unos gemidos se escucharon por parte de los dos ante aquellas acciones.
Naruto reprimió el gemido, mientras intentaba ignorar las maravillosas sensaciones que atravesaban su cuerpo. Ella siempre había tenido un gran control sobre el. Era imposible resistirse a sus encantos y a su forma de manipular su propio cuerpo para poder atraparle en sus garras.
Logró controlarse y se acercó más a su rostro.
"¿Como puedes perdonarme por todo aquello? Soy escoria, no muy diferente a aquellas personas que me abandonaron. Y ahora he cometido el mismo error que ellos. Soy despreciable." Habló el, superando la lujuria por el desprecio que sentía.
Nejibana cerró los ojos al sentir su dolor. ¿Como podía el sentirse de esa forma por eso? Es cierto que el habia sido un poco negligente y tonto, pero eso no justificaba el ataque a si mismo de esta magnitud. Las palabras hacen más daño que un arma.
Ella levantó su cabeza, instándolo a mirarla. Los ojos naranja de la mujer se encontraron con sus azules cielo, los cuáles sólo reflejaban dolor.
"Es cierto que nos has ignorado. Pero eso no es motivo para señalarte a ti mismo como esos traidores. A ellos no les importabas, ni siquiera cuando tus padres murieron ellos quisieron hacerse cargo de ti. Tu en cambio, siempre que has podido nos has visitado y hablado de tus aventuras y tu día a día. Nos has tratado como seres conscientes y no solo armas de matar. Te has tomado la molestia de aprender nuestros gustos y disgustos. Aficiones e incluso nos has dado algo mucho más importante." Dijo Nejibana con un tono de voz apasionado. Sus ojos naranja irradiaban amor y adoración por el. Su rostro estaba teñido de afecto.
Naruto se quedó inmóvil cuando ella lo miró con tal intensidad y emoción. Su corazón comenzó a latir a un ritmo incontrolable. Un rubor apareció en sus mejillas y las lágrimas comenzaron a salir de sus ojos.
"¿Que?" pidió necesitando saber la respuesta.
Ella le dedicó una rara y hermosa sonrisa amorosa que solo el tendría el derecho de poder ver.
"Nos has dado sueños. No has dado la posibilidad de que podamos seguir nuestro camino de forma que deseemos sin ninguna restricción más que no te abandonemos. A partir de hoy, yo juro que siempre permaneceré a tu lado, mi querido maestro." Las palabras de Nejibana fueron las que rompieron sus defensas.
Naruto la cogió y la levantó, causando que está pegara un pequeño chillido lindo.
La acercó a él y la besó apasionadamente.
Los ojos de Nejibana se abrieron incrédulos ante esta acción, pero pronto se cerraron y comenzó a devolver el beso con la misma intensidad.
Sus lenguas comenzaron a luchar por el dominio, pero pronto ella se sometió y dejó que su maestro hiciera lo que deseara con ella. Nunca había esperado que el hiciera algo como esto, pero se alegró.
Siempre había tenido un enamoramiento con su maestro. Sabia que era raro que un espíritu Zanpaku-tō se enamorará de su Shinigami, ya que estos eran una parte del alma de ese Shinigami en concreto. Pero su noble y encantadora personalidad. Su disposición a querer no llevarse bien con ellos, sino que también quería darle la forma de poder vivir como seres normales hicieron que ella no pudiera evitar enamorarse de el.
Un gemido salió de ella cuando Naruto atacó implacablemente su boca, trayendo sensaciones nuevas y maravillosas.
No sólo el hecho de que tales acciones eran placenteras, sino que aquel que le se las estaba proporcionando era el hombre que amaba.
Sus lenguas se entrelazaron mientras seguían bailando en una danza de pasión y erotismo. Sus cuerpos compartiendo el calor y sus ojos mirándose con un afecto que haría que cualquier otro sintiera envidia.
Pronto sus bocas se separaron. La saliva que conectaba ambas lenguas era prueba suficiente del acto apasionado.
Los ojos de ambos se cruzaron, incapaces de mirar a otro lado.
"Te lo prometo. A partir de hoy hasta mi muerte prometo no volver a abandonaros.
Y Naruto Uzumaki nunca vuelve a su palabra." Dijo Naruto con férrea determinación causando que Nejibana soltara una risita encantadora.
Se separó de el y le guiño el ojo, con sus manos en las caderas.
"Te lo agradezco maestro. Ahora vuelve y dale una patada a la serpiente." Habló ella con plena confianza en su voz, sabiendo de lo que era capaz su maestro.
Naruto se puso recto y le dedicó un saludo burlón. "Si señora." Dijo el antes de desaparecer del mundo interior.
Nejibana sonrió suavemente con un tenue rubor manchando sus mejillas.
"Tonto maestro." Habló ella para si misma. Aunque no lo cambiaría por nada en el mundo.
Mundo Real.
El Capitán rubio pasó de Shinso y puso su mano en la empuñadura de Nejibana. Con rápido movimiento desenvainó la espada.
Naruto colocó la Zanpaku-tō en su mano derecha sin aparente guardia. Esto no engaño a Orochimaru, ya que el sabía que esto era parte de su postura. Aparentar arrogancia y tener la guardia baja para engañar al oponente y hacer que este lo atacara en un ataque frontal.
El rubio sonrió al ver esto. El hombre serpiente lo conocía bastante bien. Pudo ver los ojos amarillos observar atentamente su postura para poder prever su siguiente movimiento, y quien era el para decepcionarlo.
El pelinegro ni siquiera parpadeó cuando el Uzumaki apareció frente a él en un destello blanco, obligándolo a retroceder y bloquear el golpe dirigido a su cabeza.
Naruto no se desanimó ante esto y desató una lluvia de ataques a su oponente, quien no tuvo más remedio que permanecer a la defensiva.
Orochimaru no se había esperado que el Capitán rubio lo atacara tan pronto y con tanta agresividad. Era tan diferente a como solía luchar anteriormente. Siempre con una sonrisa burlona atacando velozmente y retrocediendo para después volver a atacar.
Pronto notó que no estaba utilizando a Shinso, y eso lo emocionó. Estaba usando otra de sus Zanpaku-tō, y estaba luchado de un modo distinto a como lo haría con Shinso.
Orochimaru salió de sus pensamientos cuando esquivó un tajo vertical del Uzumaki. Rápidamente saltó a la derecha y comenzó a reunir Reiryoku en un intento de ganar espacio y tiempo para poder organizarse.
Naruto notó esto y se abalanzó hacía el pelinegro con un veloz Shunpo, interrumpiéndolo y propinandole una fuerte patada, la cuál pudo bloquear Orochimaru, pero la fuerza de esta lo mandó a volar a unos metros atrás.
Orochimaru se recuperó justo a tiempo para evadir al rubio, quien apareció encima suyo con su Zanpaku-tō apuntando a su pecho.
Giró tan rápido como pudo y lo atacó con un tajo horizontal, que atravesó al Uzumaki.
Una maldicion salió del pelinegro cuando se percató que el rubio frente a él era una imagen secundaria, y aterrizó en el suelo con la guardia en alto buscando al rubio.
Y lo vio justo donde había empezado la pelea, con su Zanpaku-tō extendida al lado y una sonrisa de suficiencia en su rostro.
Justo cuando le iba a preguntar el por qué de esa sonrisa, sintió una pequeña cantidad de dolor proveniente de su torso.
Orochimaru bajo la mirada y vio que su shihakushō estaba rasgado y su abdomen tenía algunos cortes no profundos, pero dolorosos. La sangre salía de sus heridas y caían al suelo.
El levantó la vista y vio que la sonrisa del Uzumaki sólo se amplió aún mas. Cuando y como había recibido estos cortes se preguntó su mente.
Afortunadamente para el, Naruto decidió resolver sus dudas.
"Velocidad y agilidad mi querido Orochi." Fue la respuesta críptica del rubio.
El pelinegro frunció el ceño ante su respuesta. Claro que sabía que Naruto era muy rápido y ágil, pero esto estaba en un nivel diferente.
Ni siquiera lo había visto moverse y lanzarle esos cortes.
Naruto suspiro al ver que Orochimaru estaba exprimiendo su cerebro para encontrar la solución. Decidiendo acabar con esto y seguir luchando, el rubio se aclaró la voz y llamó su atención.
" Simplemente utilicé Shunpo al llegar arriba simulando un ataque ascendente y crear una imagen para poder mantener tu atención en ella, mientras yo te atacaba por debajo. Explicó el Uzumaki, decepcionado de que le costará descifrar un problema tan simple como este.
El pobre Orochimaru sacudió la cabeza. Si eso era así, quería decir que los atributos físicos el Uzumaki habían aumentado de forma exponencial.
Naruto comenzó a reunir Reiryoku en su mano derecha y la extendió en dirección al pelinegro.
Una esfera dorada apareció en su palma.
El hombre serpiente sonrió al verlo. Así que lo estaba desafiando a un duelo de Kidō, entonces que así fuera.
Imitó la acción del rubio y envío Reiryoku a su mano, apuntándola a su oponente.
Naruto también sonrió. Por supuesto que el orgullo del pelinegro no toleraría una falta de respuesta por su parte.
Las partículas doradas de su hechizo resplandecían aún más ante el desafío.
Con una sonrisa más feroz, el pronunció las palabras finales.
"Hadō #32. Ōkasen." Un brillante haz dorado se disparó hacía Orochimaru, cegándolo momentáneamente.
El pelinegro se recuperó y respondió al ataque del rubio disparando su propio Kidō.
"Hadō #31. Shakkahō." La ráfaga roja de su mano avanzó hacía el Ōkasen.
Los dos hechizos chocaron violentamente, provocando una gran corriente de aire que se extendió por todo el claro.
Ambos Kidō luchaban el uno contra el otro tratando de obtener el dominio. Aunque para desgracia del pelinegro, el Ōkasen comenzaba a ganar terreno y hacer retroceder su Shakkahō.
Orochimaru apretó los dientes y canalizó más Reiryoku, fortaleciendo su hechizo, el cuál pudo volver a recuperar terreno.
La sonrisa de Naruto se hizo más salvaje al tiempo que también enviaba más energía espiritual al Ōkasen. Este ganó más poder y comenzó a abrumar al Shakkahō.
El campo empezó a temblar ante la intensidad de los ataques. Los árboles fueron arrastrados a su interior, la tierra se sacudía por el choque y el aire comenzó hacerse más pesado.
Afuera de la burbuja, Fubuki observaba con gran expectación y asombro. Un amplio abanico de emociones la cubrió. Estaba entusiasmada de que iba a poder hacer las proezas mostradas por ambos Shinigami.
Ella apenas había podido seguir el ritmo de ambos combatientes. Su velocidad era sobrenatural. Aunque eso no había sido nada comparado al ver como los dos se lanzaban tales ataques de energía.
Se mordió los labios esperando que el ganador de este choque fuera el Uzumaki.
'Vamos Naruto-san. Derrotale y muestrale a esa serpiente quien era mejor.' Pensó ella, no queriendo admitir que quería verlo pateado por haberla asustado antes.
De vuelta al interior, los pies de Orochimaru se clavaron con fuerza tratando de proporcionar estabilidad.
El Shakkahō de Orochimaru estaba en las ultimas. El haz dorado había dominado a su rival y había casi llegado al pelinegro.
Los ojos azules de Naruto se abrieron al instante, irradiando determinación.
Con una sonrisa final, el aumentó la potencia de su hechizo, logrando acabar con el Kidō del pelinegro.
Orochimaru abrió los ojos de la sorpresa al ver el Ōkasen atravesar su ataque y avanzar rápidamente a él.
Una gran explosión envolvió el área. El cegador brillo dorado hizo que Fubuki apartará la mirada, no queriendo ser cegada.
Pronto la luz desapareció y sólo quedó el humo que se levantó.
Naruto vio a Orochimaru ponerse de pie gracias a su visión mejorada. Pudo ver aunque había recibido el ataque, había resistido bastante bien.
Orochimaru chasqueo la lengua y se puso de pie. Sabia que el Uzumaki era habilidoso en Kidō, pero esto era más de lo que esperaba. Sólo habia pasado unos seis meses cuando el rubio no podía ganarle y ahora lo había destrozado.
Pronto el humo se despejó, permitiendo que la mujer pudiera ver el resultado.
Un suspiro de alivio salió al ver a Naruto indemne.
En cambio con su contrincante, el haori de Orochimaru había quedado rasgado por el lado derecho. Su shihakushō tenía algunos agujeros rotos del tamaño de una pelota de tenis, y su cara estaba un poco sucia, peor aparte de eso el parecía estar bien.
"Ku ku, no me esperaba que me superarás tan pronto. Debe ser que tengo demasiado talento al enseñar. Quizás tenga que dejar de hacerlo, ya que temo que voy a crear una generación de monstruos." Habló Orochimaru muy satisfecho por el progreso del rubio.
Naruto lo miró con una expresión agradecida.
Gracias a el habia podido mejorar en Kidō y dejar de explotar cada vez que lo intentaba.
El rubio salto a un lado cuando Orochimaru se acercó y lo atacó.
Naruto bloqueó rápidamente los ataques y le devolvió la cortesía al lanzar un potente tajo que bloqueó el pelinegro con esfuerzo
Orochimaru no queriendo volver a la situación anterior, se recuperó y metió al Uzumaki en un bombardeo continuo donde sólo pudo defenderse de los golpes rápidos y precisos de Orochi.
El pelinegro sonrió pensando que lo tenía contra las cuerdas, sin ver el pequeño destello en sus ojos.
Pronto, Naruto dejo de bloquear y comenzó a esquivar los tajos entrantes con facilidad.
Sus pies se movían en semicírculos, su cuerpo danzaba con elegancia entre los balanceos de la Zanpaku-tō de Orochimaru.
Las alarmas en la cabeza del pelinegro se encendieron ante su acción. ¿Que clase de movimientos tan gráciles y ágiles podía hacer el rubio?
Orochimaru triplicó la velocidad de sus golpes en un intento de lograr cortarle, pero el Uzumaki los seguía esquivando.
Pronto Naruto subió el nivel de su danza. Levantó su pierna derecha hasta llevar su rodilla hasta la cintura. Con el pie izquierdo comenzó a dar pequeños saltos que apenas llegaban a los 8 cm del suelo. Con el brazo que sostenía a Nejibana apuntando hacia arriba mientras que el otro brazo apunta hacia abajo
Una capa de Reiryoku azul cubrió la planta del pie. Los tajos pasaban al lado del rubio incapaces de poder darle.
Orochimaru se cansó de esto y reunió una pequeña cantidad de Reiryoku. Lanzó un último tajo potente el cuál fue evadido por el Uzumaki moviéndose hacia atrás. Pero esto es justo lo que necesitaba.
Apuntó su mano hacia el Uzumaki, manifestando una esfera azul. Orochimaru confiaba en que Naruto tenía que recuperar el equilibrio, y que el rápido ataque de su Kidō lograría alcanzarle a tiempo. Sabia que lo mas probable es que lo bloqueara, pero eso estaba dentro de sus parámetros. Cuando este lo hubiera bloqueado, el lo sorprendería con una rápido Shunpo desde atrás e infligiéndole una terrible herida en la espalda y lo inmovilizaria con un Bakudo.
"Hadō #33. Sōkatsui." Un torrente de Reiryoku azul rugió y se precipitó hacia el rubio. Pero lo que sucedió a continuación no era lo esperado por el pelinegro.
Justo cuando el devastador Hadō estaba a punto de impactarle, Naruto saltó hacia delante de Orochimaru en un rápido movimiento que lo pillo con la baja guardia, esquivando el peligroso hechizo.
Antes de que pudiera recomponerse, Naruto cerró la distancia y le infringió dos profundos cortes en el pecho en forma de X.
Orochimaru escupió sangre de la boca y contraatacó al rubio. Desafortunadamente, el saltó hacia el lado izquierdo del pelinegro y de un tajo preciso, le cortó el tendón del brazo, inutilizándolo de este modo.
El hombre gruñó y retrocedió. Agarró su Zanpaku-tō con la mano izquierda. Afortunadamente era ambidiestro, por lo que manejar la espada con esa mano no sería ningún problema. Aunque pronto se centró en el rubio y lo observó.
El rostro de Naruto estaba desprovisto de cualquier emoción legible. Sus ojos estaban vidriosos. Sus labios se movían levemente. Orochimaru se concentró y pudo escucharle tararear en voz baja.
"Ton Tan Ton Tan Ton Tan." recitaba de forma continua el Uzumaki como si estuviera en trance.
Antes de que pudiera pensar de que se trataba, el dolor asalto sus sentidos. Miró hacía su hombro derecho y vio que este casi había sido separado de su brazo.
Habia algo mal con Naruto y ahora esto se había convertido en una lucha de supervivencia.
Orochimaru levantó su Zanpaku-tō y bloqueó el tajo que estaba destinado a cortar su abdomen. Aunque no pudo reaccionar a tiempo cuando el Uzumaki reapareció detrás de él y le cortó la espalda con un tajo vertical.
El pelinegro se volvió y balanceó su espada horizontalmente a la cabeza de Naruto. Pero este lo esquivó moviéndola hacia atrás, y al mismo tiempo giró sobre si mismo mientras avanzaba hacia Orochimaru y le propinó un tajo a las piernas.
El hombre serpiente cayó al suelo debido al ataque. Afortunadamente, no había sido mortal, pero si le había dejado sin fuerzas para poder levantarse.
Sabia que si no liberaba su Shikai, podría morir, así que sin dudarlo, el envío Reiryoku a su espada y se preparó para su liberación.
"Kakimushire, Ashisogi Jizō."
La Zanpaku-tō de Orochimaru adquirió la forma de un tridente corto, dorado, curvo y grueso, con una cabeza en forma de bebé cerca de su empuñadura.
"Ashisogi Jizō, Kyōdo Yon."
Orochimaru clavó el dedo por uno de los ojos de la cabeza. Un líquido salió de este mientras el apuntó directamente a Naruto.
La boca de la cabeza se abrió y soltó un gran grito que alcanzó al rubio, el cual quedó inmóvil.
El pelinegro no vaciló ni un instante y se abalanzó hacía su oponente. Alzó a Ashisogi Jizō y la bajó, cortando su pecho.
Se dio la vuelta y lo vio parado, como si la herida no hubiera sido suficiente.
Esta teoría se demostró cierta cuando el Uzumaki bajó el brazo que sostenía su Zanpaku-tō y dejó de tararear. Giró y miró a Orochimaru con una pequeña sonrisa, sin importarle lo más mínimo su herida.
"Al fin liberas Shikai. Si hubieras tardado más te hubiera matado." Habló Naruto. Orochimaru parpadeó en confusión. Así que el rubio lo había hecho para obligarlo a liberar su Zanpaku-to. Aunque aún quedo dudas sobre la postura que había usado.
"¿Cual fue esa postura que has usado antes?" Preguntó curioso.
La expresión de Naruto se volvió más seria.
"Ese es Shi no Oroshi. Esta postura amplifica mis capacidades físicas en gran medida y aumenta exponencialmente mis habilidades sensoriales. Esta dividido en 5 niveles, el que use en ti era el nivel 2.
Para poder usarlo debo dejar de sentir cualquier tipo de emoción y permanecer en un estado de calma constante" Explicó Naruto.
Aunque esta postura era muy poderosa, al igual que cualquier otra tenía una debilidad, y esa era la resistencia. Si, otorgaba una gran fuerza, velocidad y defensa al recibir un ataque. Junto a su capacidad para sentir cualquier cosa a su alrededor a un radio de un kilómetro y la destreza visual que le permitía ver en anticipar los movimientos de su oponente y así poder crear un estrategia. Pero el costo de tantos beneficios era que su cuerpo se agotaba bastante rápido, sobre todo si aún no lo había dominado. No sólo eso, sino que tenía un límite de cuantas veces podía usarlo en un día. Si sobrepasaba el límite, su cuerpo quedaría devastado debido a la tensión y el estrés en el.
Orochimaru estaba en shock. Esa postura le daba un gran incremento de sus destrezas físicas. El apenas había podido verlo y mucho menos reaccionar a sus movimientos. Y el rubio había dicho que sólo había utilizado el segundo nivel, y aún así a duras penas había logrado defenderse.
Naruto negó con la cabeza divertido al ver su incredulidad.
'Es hora de mostrarle a la serpiente el poder de Nejibana.' Habló en su cabeza al tiempo que alzaba su Zanpaku-tō al cielo.
Orochimaru salió de su estupor y sintió el Reiryoku en la espada. Así que iba a liberarla, genial. Nunca había visto el Shikai de Nejibana ya que usualmente utilizaba a Shinso. ¿Que clase de apariencia y habilidades tendría en su forma liberada?
Estas preguntas ahora iban a ser respondidas.
"Suiten Sakamake, Nejibana." La Zanpaku-tō fue envuelta en luz. Su forma comenzó a alargarse y la punta de la hoja se dividió en tres puntas. Las dos laterales tenían la misma altura, conectadas a la base de la tercera punta, la cuál era más alta que las otras. Un penacho azul envolvía el inicio de las puntas.
Naruto giró varias veces a Nejibana antes de colocarse en una postura ofensiva con el tridente. Un flujo de agua salió de la base de la Zanpaku-tō y rodeó al Uzumaki en un torbellino.
Fubuki vio con fascinación la increíble escena desplegarse ante ella. La sonrisa feroz en el rostro de Naruto, su cabello rubio brillando por las gotas de agua que se deslizaban. El torbellino acuático lo envolvió protectoramente, sus ojos lucían una increíble cantidad de confianza, y las brillantes partículas de agua alrededor del Uzumaki sólo acrecentaban la belleza de aquella escena.
Una sonrisa inconsciente llegó a su cara, junto a un pequeño rubor, ya que la vista de todos esos elementos destacaban el atractivo del rubio.
Orochimaru observó el Shikai del Uzumaki memorizando cada detalle. La Zanpaku-tō se había convertido en un tridente largo. A juzgar por el agua que salió de el y rodeaba al Uzumaki, era una Zanpaku-tō elemental de tipo agua.
El pelinegro analizó cuidadosamente la situación. Estaba en desventaja, ya que Nejibana al convertirse en un tridente era mas larga y le permitía a Naruto atacar más lejos y estar afuera de su alcance. Otro punto que lo puso aún en más desventaja fue que Ashisogi Jizō en su Shikai era más corto, lo que le dificultaba más en el combate. La capacidad de su Shikai no tendría ningún efecto en el. Ya había demostrado ignorar y adaptarse a la capacidad especial de su Zanpaku-tō en sus anteriores partidos.
En todos los sentidos, el tenía la completa desventaja. Su Shikai ineficaz contra el rubio. Su habilidad Ashisogi Jizō, Kyōdo Yon sólo habia podido afectarle al estar el en aquella postura y aún así su cuerpo y resistencia le había permitido resistir un tajo mortal como ese, y dudaba de que ahora no estuviera preparado para ello.
Las mejillas de Naruto se estiraron al ampliarse su sonrisa.
"Espero que estés listo, por que a diferencia de nuestros partidos anteriores, ahora no voy a contenerme. Voy a patearte el culo y acabar nuestra lucha en unos minutos." Habló apasionadamente el Uzumaki apretando su agarre en su tridente.
El pelinegro no dudó y se preparó para el combate. Se dirigió veloz al rubio con su Zanpaku-tō en la mano derecha balanceándose hacía su oponente.
Naruto estaba confundido por al asalto frontal. Tal vez Orochimaru estaba desesperado y no tenía otra opción a la que recurrir o puede que aquella acción fuera una distracción. De todos modos levantó a Nejibana para bloquear el ataque entrante.
Orochimaru sonrió y apuntó su mano izquierda al suelo.
"Bakudo #21 Sekienton." Una gran nube roja de humo tapó la visión de Naruto y le impidió ver a su enemigo. Elevó sus sentidos y se puso en guardia esperando cualquier ataque. Sus ojos escanearon el alrededor en busca del paradero del pelinegro.
Un pequeño y débil Reiatsu pulsó en su posición. Alzó la mirada hacia arriba en busca de su oponente. De repente, sus ojos se abrieron cuando dos manos salieron del suelo agarraron sus piernas, enterrándolo en la tierra con sólo su cabeza en la superficie.
Orochimaru salió del suelo y empujó a Ashisogi Jizō a la cabeza del rubio. Para su mala suerte, una barrera de agua se formó frente a él y se cerró alrededor de su Zanpaku-tō bloqueando el golpe mortal. Trató de sacar la espada, pero el férreo agarre de la barrera lo impidió.
El pelinegro se vio obligado a abandonar a Ashisogi Jizō y a saltar hacía atrás cuando una ráfaga de agua se precipitó a él desde el lado derecho.
Logró esquivarla, pero no tuvo tiempo de poder recuperarse cuando más ráfagas desde ambos laterales del Uzumaki lo atacaron simultáneamente.
Naruto salió de la tierra y se dirigió a Orochimaru con Nejibana lanzando una fuerte estocada.
El pelinegro logró evadirla, pero no pudo reaccionar a tiempo cuando un proyectil de agua en forma de tiburón lo atacó desde abajo.
Los dientes del tiburón se cerraron sobre su estomago, causando que el hombre soltara gruñidos de dolor. La construcción elemental no pudo seguir avanzando por que Orochimaru puso sus manos en la cabeza del tiburón y trató de hacerlo retroceder.
El Uzumaki aprovechó la oportunidad y envío dos lanzas de agua hacia las piernas del pelinegro, logrando ensartarlas y logrando que cayera de rodillas al suelo.
Orochimaru apretó los dientes cuando el tiburón ganó terreno y sus dientes perforaron más de su carne. Era imperativo para su bienestar salir de aquella situación, pero apenas tenía fuerza para sacar al maldito tiburón. Una idea cruzó su cabeza. Si la fuerza bruta no era suficiente, un Kidō lograría ayudarlo a salir de este problema.
"Hadō #1 Shō." El tiburón fue empujado hacía el otro lado del claro por una fuerza invisible. Con eso fuera, ahora necesitaba un poco de tiempo para poder recuperar la movilidad de sus piernas, las cuáles habían sufrido al ser perforadas por las lanzas.
Rápidamente canalizó Reiryoku y apuntó un dedo al Uzumaki, el cuál comenzó a cerrar la distancia entre ambos con su Zanpaku-tō lista para atravesarlo.
"Carruaje del trueno, puente de una rueda giratoria: ¡con luz, divide en seis.
Bakudo #61 Rikujōkōrō." Seis rectángulos de luz se cerraron alrededor de la cintura del rubio y lo inmovilizaron, deteniendo su asalto. Sabia que esto no lo detendría por mucho tiempo, peor sólo necesitaba unos segundos.
El pelinegro sacó una botella verde y la vertió en sus piernas. Los agujeros en ellas se cerraron y rápidamente se puso de pie.
Vio a Ashisogi Jizō tirada en el suelo a unos metros atrás del Capitán rubio. Uso Shunpo y apareció junto a ella. Agarró su Zanpaku-tō y volvió a colocarse en posición.
Los rectángulos de luz en la cintura se quebraron por la fuerza del Uzumaki, liberándolo. Naruto se volvió y vio a Orochi restaurado y en guardia, aunque pudo ver cómo sus hombros se agitaban, las gotas de sudor corrían por su rostro y su pecho se movía continuamente por la respiración agitada y pequeños jadeos saliendo de su boca. Estaba cansado y desgastado. Sabia que lo más probable es que usara Bankai para revertir la situación a su favor.
Queriendo acabar con esto pronto, Naruto pegó un gran saltó y se impulsó hacia arriba. Agarró a Nejibana y la trajo hacía atrás, preparándose para lanzarla, y la arrojó con una aterradora velocidad hacia el pelinegro.
Orochimaru pegó un brinco y aterrizó al lado esquivando por poco el tridente, que se clavó profundamente en el suelo. Justo cuando estaba a punto de volverse para mirar al Uzumaki, una inmensa cantidad de agua salió de Nejibana y se precipitó como una ola hacia el.
El hombre plantó sus pies con fuerza y colocó sus manos frente a él en X. La poderosa ola llegó hacía el y comenzó a hacerlo retroceder por la fuerza de la corriente. Pegando un grito furioso, Orochimaru enterró su Zanpaku-tō en la tierra. Este movimiento lo ayudó a resistir el empuje arrollador del agua.
Unos momentos después, el pel inegro vio como el claro estaba completamente lleno de agua. Estaba a punto de sacar a Ashisogi Jizō del suelo cuando escuchó una voz desde arriba.
"Hadō #11 Tsuzuri Raiden." La voz de Naruto anunció como un veredicto final.
Una corriente eléctrica se disparó desde sus dedos y descendieron al suelo inundado.
El mundo de Orochimaru explotó en agonía cuando la corriente entró en contacto con el agua, y rápidamente se extendió por todo el claro en un destello blanco relampagueante.
El cuerpo de Orochimaru se sacudió violentamente por las potentes descargas eléctricas del Kidō. Su consciencia estaba sobrecargada por el dolor de sentir todo su cuerpo siendo electrocutado.
Pronto, el agua desapareció junto la corriente eléctrica. Orochimaru cayó desplomado al suelo, incapaz de seguir luchando. Logró darse la vuelta y ver al Uzumaki descender al suelo y agarrar su Zanpaku-tō, la cuál volvió a su estado sellado.
Naruto envainó a Nejibana, acariciando lentamente la empuñadura y susurrando palabras dulces, para vergüenza de esta. Dirigió su mirada al pelinegro y sus ojos se suavizaron al ver su condición.
Orochimaru sintió como su cuerpo era levantado. Abriendo los ojos, vio que estaba apoyado en el hombro del rubio.
Una sonrisa surgió en su rostro. Naruto había crecido tan rápido desde que estaba en la Academia Shinō. Ahora era el Shinigami más joven en convertirse en Capitán, y todo un hombre con firmes principios y un corazón noble.
Con personas como el, La sociedad de almas estaba muy bien protegida.
Seireitei.
Naruto y Fubuki abandonaron el Cuartel de la Duodécima División después de dejar a Orochimaru con Guren. El pelinegro le había agradecido por el partido y le dijo que cuando terminara uno de sus proyectos lo ayudaría con la operación para darle a Fubuki la capacidad de usar Reiryoku. Habia sido también una sorpresa cuando las heridas en sus cuerpos habían desaparecido y sus ropas volvían a estar en una condición prístina.
En este momento, ambos caminaban tranquilamente por las calles del Seireitei. Los Shinigami que se cruzaban con ellos, saludaban con respeto al rubio.
Fubuki observó el entorno con fascinación. El Seireitei era un lugar bastante hermoso, fuertemente custodiado por una gran cantidad de Shinigami. Ella le echó un vistazo a Naruto y vio que una expresión estoica adornaba su rostro.
Esto junto el cambio de actitud la preocupaba. Ya no era cálido ni sonreía como lo había hecho antes con ella o con Orochimaru. Ni sabía por que actuaba ahora de esta forma.
Naruto sintió la mirada de la mujer y torció su cabeza en su dirección. Esto hizo que ella apartara la vista y mirara a otro lado.
¿Que le pasaba?, hace un momento estaba muy entusiasmada mirando su alrededor con asombro.
"Estas actuando un poco extraña. ¿Puedes decirme que es lo que sucede?" Preguntó el rubio con el ceño fruncido.
Fubuki volvió su cabeza y lo miró, insegura de cómo hablarle a su compañero.
"Eres tú quien se está portando raro. Antes eras más expresivo y sociable." dijo con la voz baja, pero afortunadamente el Uzumaki pudo escuchar. "Ahora me preocupa que estés tan frío y callado." Expresó preocupada.
Durante todo el tiempo que habían pasado juntos, el haba sido bastante abierto con respecto a sus emociones. Una sonrisa inocente, sus ojos tenían un brillo de entusiasmo infantil mientras le contaba algunas historias divertidas de su tiempo en la academia. Fue aquellos momentos donde ambos se reían y se confortaban con la presencia del otro que ella apreciaba con todo su corazón. Pocas veces había podido entablar este tipo d situaciones con alguien, y más aún nivel tan profundo como este.
Naruto se detuvo repentinamente causando que Fubuki dejara de caminar. La mirada de Naruto se suavizó y se acercó a ella. Un sonrojo tiñó sus mejillas ante la cercanía del rubio.
Los ojos del Uzumaki habían vuelto a recuperar aquella calidez y afecto que lograron cautivarla. Ni siquiera pudo apartar la vista de ellos.
Un gemido satisfecho salió de sus deliciosos labios al sentir los dedos del hombre descender de su mejilla a su cuello, logrando estimular sus sentidos con un maravilloso éxtasis.
"El porque de mi comportamiento actual se debe a que así soy cuando estoy con ellos. Luego vuelvo a ser quien verdaderamente soy en presencia de mis amigos y preciadas personas, como tú Fubu-chan." Susurró Naruto con una voz rica y sensual que produjo escalofríos agradables en su cuerpo.
El acercó su rostro cerca del suyo, rozando sus labios con su oreja. El cálido aliento del rubio la hizo temblar. "Sólo vosotros podéis ver este lado mío. Considerate afortunada de poder ser una de los pocos en hacerlo." Dijo el Uzumaki apartándose de ella y volviendo a retomar la caminata.
Fubuki tardó varios segundos en poder reaccionar. Sus ojos se habían vuelto vidriosos, y su cuerpo se había excitado por el contacto físico con Naruto. Un rubor más brillante sacudió su cara cuando notó como su sexo se había humedecido.
Saliendo de su estupor, vio como el Uzumaki se alejaba de ella. Usando una considerable fuerza de voluntad, pudo suprimir la lujuria que la había invadido y echó a correr para unirse a él.
Seireitei, Entrada del Cuartel de la Novena División.
Los dos llegaron en poco tiempo a la entrada del Cuartel de su División. Los ojos verdes de Fubuki alcanzaron a ver a 3 personas vestidas con uniformes Shinigami. Parecían estar nerviosos a juzgar por sus expresiones.
Keisuke apartó sus ojos de Kakashi y se centraron en hermosa mujer que se acercaba. Aparecieron corazones en sus iris y un brillante resplandor surgía de su cuerpo.
Fubuki ni siquiera pudo parpadear cuando una enorme masa de músculos y carne apareció ante ella con un ramo de flores en sus manos, que misteriosamente no estaban antes en ellas.
El hombre robusto se dejó caer en un rodilla, similar a cómo lo haría un caballero al jurar su lealtad, y extendió el ramo hacia la mujer con una sonrisa amplia. Los ojos de la pobre mujer quedaron cegados por la sonrisa radiante, ya que el sol se reflejaba en sus dientes.
"Mi hermosa señora, ¿podria honrarme con su nombre? Necesito saberlo para poder proclamarte de forma apropiada mi amor eterno." Habló Keisuke con una voz alta y cargas de pasión.
La mirada aterrada de Fubuki pasó desapercibida por el hombre frente a ella. El rubor que adornaba sus mejillas
desapareció al instante, reemplazado por un color azul oscuro.
El hombre estaba a punto de volver a abrir la boca, peor afortunadamente para Fubuki, la voz de una mujer lo interrumpió.
"¡Keisuke idiota!" Exclamó Haruka detrás de él y propinandole un fuerte golpe en la cabeza, que hizo que este cayera al suelo con un chichón. "Comportate como debería hacerlo un Shinigami de la Novena. Ni siquiera has saludado al Capitán." Habló ella con sus ojos echando fuego.
Keisuke al escuchar esto, se levantó cómo nuevo y miró al lado de la mujer. Allí se encontraba su majestuoso Capitán en todo su esplendor. Se maldijo a si mismo mentalmente por no haberse dado cuenta de su presencia.
Haruka se colocó frente a su Capitán y le dio una respetuosa reverencia.
"Mis disculpas Capitán. Es mi culpa que el idiota de Keisuke le haya faltado el respeto. Por favor, castigame a mi por sus acciones." Dijo ella nerviosa, siguiendo estando inclinada, no queriendo faltarle el respeto de nuevo.
Una mano tocó su cabeza y le dio unas palmaditas. Levantó la vista y se sonrojo al ver la sonrisa genuina en el rostro de Naruto dirigida a ella.
"No tienes por qué disculparte Haruka-chan. Tu y Keisuke sois maravillosos por como sois. Tu personalidad estricta y a la vez nerviosa te da una imagen que yo considero bastante adorable. Tus capacidad para poder trabajar y cumplir tu deber obedeciendo las ordenes de tu superior, teniendo esa cantidad de fe en mi, sólo sube puntos a tu persona. Tu dedicación a tu trabajo y tu constante esfuerzo en mejorarte para poder ser mejor de lo que eres es algo verdaderamente digno de admirar ." Dijo Naruto con un tono lleno de afecto y orgullo.
Haruka se quedó congelada ante sus palabras. El orgullo y la calidez llenaron su cuerpo con una gran cantidad de felicidad. Los ojos de Haruka comenzaron a llorar por las palabras de su amado Capitán. Los latidos de su corazón se aceleraron. Escuchar que alababa su ferviente dedicación al deber y que complementaba su personalidad hicieron que ella no pudiera evitar sentirse feliz. Fue por su querido Capitán, su carisma y su forma de ser lo que la inspiró y lo convirtió en su modelo a seguir. Sus compañeros en la academia se había burlado de ella, llamándola una perra fría que no duraría mucho tiempo por su asquerosa personalidad.
Cuando ella y sus compañeros se graduaron, la inseguridad y aquellos comentarios por parte de ellos la hicieron dudar de si misma. Esto se debió a que los compañeros ya habían sido asignados en sus respectivas divisiones. A pesar de sus excelentes notas, ella se había quedado en la reserva, sin poder unirse al Gotei 13.
Justo cuando estaba a punto de rendirse, llegó su amado Capitán. En ese entonces ella estaba sentada fuera de la entrada de la academia, que estaba cerrada. Naruto se había acercado a ella y le preguntó por qué se encontraba allí sola. Ella se burló y lo insulto, creyendo que el iba a menospreciarla como sus compañeros, cuando vio el haori blanco encima de su shihakushō. Los siguientes 30 minutos se los pasó disculpándose por su falta de respeto. El rubio casi juró haber escuchado crujirse espalda de tantas veces que se inclinó.
Gracias a él, ella pudo incorporarse oficialmente como Shinigami y cumplir la promesa que le dio a su madre.
Naruto volvió su mirada a Keisuke y lo miró con la misma forma y emoción que lo hizo con Haruka.
"Y tú Keisuke. Sólo te pido que no cambies. Ese coraje, la determinación que empuja tu cuerpo y te mueve hacia delante, con tu corazón noble y tu ardiente lealtad hacia mi y a la Novena División, son cosas que admiro en una persona. Incluso tus ataques de amor al ver una mujer hermosa es en cierto modo entrañable." Habló más alto y firme. El orgullo rezumaba por su voz.
Tanto Keisuke como Haruka tuvieron que llevarse las manos a los ojos para evitar llorar. Oír que la persona que más admiras te ve y piensa de esa forma tan positiva sobre ti, dejaba una sensación de felicidad y satisfacción. Era esta razón por la que los Shinigami de su División amaban y eran tan devotos con su Capitán.
Kakashi se acercó con una sonrisa y saludó a Naruto. Fubuki sintió sus labios curvarse en una sonrisa al ver a los dos Shinigami temblorosos tratando de no llorar. Pudo ver el fervor y la lealtad que su persona inspiraba a aquellos que lo seguían. Los ojos de de ambos revelaban que harían cualquier cosa por el, incluso sacrificarse en caso de ser necesario, al igual que habían hecho Takeshi y Muratani con ella. Este pensamiento la hizo sentirse ligeramente deprimida, pero lo superó al instante. Ellos no querrían que se lamentase de sus muertes. Habia muerto por ella, y no iba a dejarse caer e insultar su sacrificio.
Fubuki vio como Naruto se puso un poco rígido y desapareció en un destello blanco.
Vio a Kakashi indicarle con la mano que acercara. Una vez a su lado, el peliplateado agarró su hombro y desaparecieron en un borrón.
El mundo a su alrededor volvió a la normalidad. Un sentimiento de angustia lleno su estomago. La velocidad a la que se habia movido era una a la que nos estaba acostumbrada.
Uno vez que logró recomponerse, la sorpresa llegó a su cara al ver a Naruto entre dos hombres, inmovilizando sus manos en una fuerte apretón.
'Las cosas a tu alrededor nunca dejarán de sorprenderme Naruto-kun." Pensó ella mirando la escena en frente suyo.
FIN
Índice:
Bakudo #21 Sekienton (Escape de Humo Rojo)
Crea una gran nube de humo rojo que tapa la visión del oponente y oculta por unos instantes al usuario
Bakudo #61 Rikujōkōrō (Prisión Luminosa de los Seis Barrotes)
Crea seis rectángulos de luz que aprisionan al objetivo por su cintura, rodeándolo e inmovilizándolo.
Hadō #1 Shō (Impacto)
Empuja al objetivo, trasladándolo a cierta distancia del invocador.
Hadō 11. Tsuzuri Raiden (Lectura del Relámpago)
Se lanza una corriente eléctrica que traspasa todo objeto conductor que toque el usuario, dañando al objetivo si está en contacto con dicho objeto.
Hadō #31 Shakkahō (Disparo de Fuego Rojo)
Dispara una bola de energía roja.
Hadō 32. Ōkasen (Disparo de Fuego Dorado)
Lanzamiento de un haz de energía espiritual dorada.
Hadō #33 Sōkatsui (Lluvia de Fuego Azul)
Lanzamiento de una bola de energía azul. Cubre un área mayor y tiene más poder que el Shakkahō.
Ashisogi Jizō, Kyōdo Yon (Jizō para cortar las piernas, Terror Magnitude 4) Habilidad del estado Shikai de Ashisogi Jizō: Orochimaru clava su dedo en un ojo de su Shikai, haciendo que empiece a gotear un líquido oscuro mientras Ashisogi Jizō abre la boca para gritar. Cualquiera que no sea de la sangre de Orochimaru y escuche el grito durante 4 segundos se paralizará. A diferencia de la habilidad inicial de Ashisogi Jizō de detener solamente los impulsos neurales del movimiento, esta técnica paraliza completamente todo lo biológico
Shi no Oroshi (Danza de la muerte)
Postura que amplifica exponencialmente las capacidades físicas y todos los sentidos. Aumento de la percepción sensorial, y liberación total del Reiatsu de los siete puntos del cuerpo, que aumentan por 50 el poder del usuario a riesgo de morir.
1° Nivel: Velocidad y agilidad.
2° Nivel: Fuerza y resistencia.
3° Nivel: Sentidos aumentados.
4° Nivel: Capacidad sensorial amplificada.
5° Nivel: Desbloqueo de los siete puntos e incremento de poder por 50.
El Shi no Oroshi esta basado en la postura de combate de un personaje de manga. A ver si alguien puede adivinarlo. El que lo consiga puede sugerirme alguien para añadirlo al harem.
Y si, voy a convertir a Fubuki en una Shinigami.
También olvide mencionarlo en el capítulo anterior, pero esto va a ser un harem.
Por ahora sólo tengo en el harem: Fubuki, Tatsumaki y Nejibana.
Eso es todo, que lo paséis bien.