Gran parte de los personajes que aparecen en esta novela son creados por Stephenie Meyer, pero las historias son creadas por mí. Prohibida la copia o plagio sin mi autorización.
Vale la pena resaltar que esta historia ya está publicada en otra cuenta de fanfiction (Karen CP), bueno, soy yo misma pero olvidé la contraseña y tras meses de intentar recuperar mi cuenta, me di por vencida y creé la que estoy utilizando actualmente. Sin más preámbulos: Él prefacio del fic.
- PREFACIO
El pueblo de Forks cuenta con una población de 3.120 habitantes, lo cual no es mucho para algunos… Este es un pequeño pueblo ubicado en el estado de Washington, en donde se desarrolla nuestra historia. Las dos familias más poderosas de Forks son, por un lado, los Cullen los cuales tienen el más grande poder económico por ser dueños de la mayor empresa industrial en todo Forks. Por otro lado, los Swan, los cuales son los soberanos del reino, ellos son la realeza y toman todas las decisiones políticas del pueblo. Las dos familias son muy amigas, Charlie Swan y Carlisle Cullen son los hijos del rey y el más grande empresario en Forks, respectivamente. Ellos se conocieron en la universidad, mientras Carlisle estudiaba administración de empresas y finanzas internacionales, Charlie estudiaba política y leyes, desde esa época se hicieron grandes amigos y por pura coincidencia, allí conocieron a las que se convertirían en sus esposas, Charlie se enamoró de una joven artista, René Dwyer y Carlisle se enamoró de una estudiante de psicología, Esme Evenson.
Los cuatro disfrutaban de su tiempo libre haciendo salidas en grupo o citas dobles. Al paso de los meses, ellos no se podían seguir viendo con la misma frecuencia que antes, menos aun cuando Charlie Swan asumió su cargo como rey. A la edad de veinte años y a su vez, su esposa, René Swan se convirtió en soberana de Forks. No mucho tiempo después de esto, Carlisle Cullen, heredó la empresa de su familia y contrajo matrimonio con Esme Cullen a la edad de veintiún años. Sin embargo, los lazos de amistad que habían forjado estas dos parejas, no se podían dejar en el olvido: Siendo que Carlisle y Charlie tenían mayores obligaciones que atender, Esme y Renée decidieron que era buena idea que ambos se tomaran un suspiro reuniéndose cada dos o tres semanas, para más tarde, realizar una boda doble: Siendo cada uno los padrinos de boda de la otra pareja, respectivamente.
Esme quedó embarazada luego de convivir unos años con Carlisle y tres meses después René, también quedó embarazada, las dos familias estaban muy dichosas y esperaban con ansías el nacimiento de sus respectivos hijos, tenían la esperanza de que ellos se llevaran bien y fueran amigos, que continuaran con la tradición de sus padres. Carlisle y Esme nombraron a su hijo Edward Anthony Cullen, por otro lado Charlie en compañía de René, nombraron a su hija Isabella Marie Swan.
Sin embargo, la felicidad no duró mucho en el reino de Forks. Tres años después del nacimiento de los herederos, el pueblo de Forks cayó en recesión económica, por malos negocios que se habían hecho con pueblos cercanos en reinados anteriores, muchos negocios pequeños quebraron, la única empresa que sobrevivió fue la de la familia Cullen y Charlie no tuvo más opción que ir a pedirle ayuda monetaria a su amigo Carlisle y poder solventar algunos gastos del pueblo.
Carlisle aceptó gustoso, aun así puso una única condición: Él quería que la relación con la familia Swan no fuera netamente amistosa, quería que Edward y Bella se unieran en matrimonio para así poder asegurar un mejor futuro para ambos, juntos reinarían en Forks y además no se preocuparían nunca por temas económicos. Charlie accedió sin pensarlo, sabía que esto convenía a todos y por eso, los dos firmaron un acta en la que comprometían a sus hijos en matrimonio y a su vez, estos se casarían cuando ambos tuvieran 19 años de edad y asumirían el poder cuando cumplieran 20 años.
Renée y Esme fueron las más felices con esta unión. Sin embargo, a ambas parejas les importaba la felicidad de sus hijos por encima de todo. Por eso, al momento de hacer el testamento, pusieron una clausula, en caso de divorcio. Esto lo dejaron por mera formalidad, ya que los cuatro estaban convencidos de que la química entre sus hijos sería palpable y no tendrían que preocuparse por nada respecto a su relación.
Desde entonces, Charlie y Carlisle encaminaron a sus respectivos hijos hacia el oficio que debían ejercer cuando fueran mayores y ya que serían esposos, debían coordinarlos para que los dos hicieran una excelente labor. Por una parte, Charlie hacía que Bella pasara mucho tiempo con Carlisle y la indujera poco a poco al mundo de los negocios y las finanzas.
Por otro lado, Carlisle hacía que Edward pasara tiempo con Charlie para que él le enseñara política y leyes. Pero Carlisle no se quedó solamente con esa opción, decidió que su hijo tenía potencial para ser un militar y con una educación proyectada a ese aspecto, él se convertiría en un gran rey, sin más, él enlistó a Edward en una escuela militar cuando cumplió cinco años, durante su adolescencia tuvo que partir a muchas guerras y combates en otros lugares y aunque era angustiante para ambas familias pensar en el hecho de que no regresara con vida, Carlisle siempre confió en su hijo y en sus habilidades.
Por su parte, Esme y René planeaban citas de juego o encuentros con sus hijos para que se llevaran bien y se conocieran, ellas también estaban muy felices por esta unión y nunca pensaron en que esto podría traer consecuencias negativas.
Desgraciadamente, Edward y Bella no se llevaron bien. Ellos aparentaban frente a sus padres, ya que eso los hacía felices; pero tanto Edward como Bella eran demasiado diferentes y solo trataban de soportarse. Cuando ambos cumplieron 15 años se cansaron de los encuentros arreglados y decidieron vivir los últimos 4 años que les quedaban de libertad, uno lejos del otro, aparentaban encontrarse y verse por lo menos una vez a la semana, sin embargo ellos se iban a otros lugares y no se veían, solamente en reuniones familiares, donde tenían que aparentar que estaban enamorados. Les costó mucho trabajo deshacerse de las chaperonas y demás personas que los vigilaban en sus citas, pero al fin lo lograron y disfrutaron de su libertad como lo prometieron.
Todo esto cambiará después de unos meses de convivencia juntos, como matrimonio y tendrán que reevaluar sus sentimientos respecto al otro, para saber si lo que realmente quieren es estar juntos o enfrentar a sus padres y deshacer el compromiso.