Buenas a todos, aquí tienen como informé en mi historia "Las aventuras del inmortal Harry Potter: El rey sabio de Poniente" que se estaba fraguando una nueva saga. Esta historia ha sido escrita en colaboración con la autora Viento25. Ella ya no suele escribir, pero cuando le sugerí un Dark-Harry que es lo que va a ser esta historia decidió ayudarme.

Debo avisar que la historia va a contener escenas de sexo, violencia brutal, tortura y otros horrores, por lo que si nos les gusta ese tipo de escenas cuando lleguen a ellas evítenlas. Al final del capítulo dejo información sobre como va a ir evolucionando la saga de "Las aventuras del inmortal Harry Potter", espero que disfruten de la lectura.

Capítulo 1

Haciendo olas

Albus Dumbledore, director de Hogwarts, jefe del Winzegamot y miembro de la ICW estaba aquel día nervioso, a pesar de todos sus logros, de todos sus años no podía evitar pensar que todo lo que había conseguido con el tiempo estaba a punto de desmoronarse, todo había comenzado cuando hacía ya unos 11 años había escuchado una profecía, la cual decía que llegaría un niño para derrotar al mago oscuro conocido como Lord Voldemort, todo había salido tal y como Dumbledore había esperado, Voldemort había conseguido parte de la información de la profecía y con esa información había deducido que su caída sería el hijo de James y Lily Potter, era por eso que había atacado a la pareja y tras asesinar a ambos había intentado matar al pequeño Harry, pero el sacrificio de Lily había conseguido que la magia antigua interviniera de tal manera que la maldición asesina había sido devuelta contra Voldemort destruyéndolo en el acto, eso para Dumbledore tenía que haber sido su oportunidad para aprovechar e informar que Voldemort había muerto y él había sido quien lo había derrotado, pero lamentablemente el director se dio cuenta de que Voldemort no estaba muerto, sino que de alguna manera había escapado en forma espectro del lugar quedando muy debilitado. Eso había provocado que tuviera que cambiar sus planes, con la supervivencia del niño y del mago oscuro sabía que tenía que moverse cuidadosamente, decidió enviar al niño con la única familia que le quedaba, la familia de su madre, sabía perfectamente que se trataba de unos muggles que odiaban la magia dado que era eso lo que quería, que cuando llegara el momento el muchacho fuera rescatado y viera a Dumbledore como su héroe y una figura a seguir, necesitaba un peón para llegado el momento sacrificar y de esa manera convertirse en el mago más grande de todos los tiempos.

Todos los planes de Dumbledore habían salido a la perfección, todos y cada uno de los hilos se habían movido tal y como él quería y deseaba, todo estaba bien hasta el verano anterior al séptimo cumpleaños del muchacho, sabía que la vida del niño en casa de sus familiares era cruel, que lo trataban como si fuera un esclavo y no le permitían nada, era lo que el hombre quería, pero lo que no se esperaba Dumbledore era lo que sucedió aquel último día de colegio para el joven Potter. En la casa de los Dursley habían llegado las notas del colegio del joven Potter, como del hijo de los Dursley, las notas del primo de Harry siempre habían sido muy bajas por lo que Harry tenía que sacar menos notas que su primo o era golpeado o castigado por sus tíos, pero aquel final de curso las notas de Dudley habían sido tan bajas que Harry lo había superado en la mitad de las asignaturas, eso había provocado una gran furia en Vernon Dursley que había golpeado salvajemente a su sobrino y tras eso lo había lanzado a su habitación, que en verdad era un armario debajo de las escaleras, fueron heridas muy graves, heridas que a cualquier niño de esa edad y más si estaba desnutrido como Harry hubieran matado, pero por suerte para el muchacho y por desgracia para sus familiares la magia del pequeño había actuado, no solo para curar al muchacho, sino para castigar a sus maltratadores. Los testigos que paseaban por fuera de Privet Drive número 4 describieron el acontecimiento que tuvo lugar como un terrible espectáculo, la vivienda de la familia Dursley se había convertido en un inmenso pilar de llamas que había calcinado todo a su paso, la casa al completo había sido devorada en un mar de llamas sin dejar nada, los pocos restos que se habían encontrado eran los restos de los 3 Dursley, las autoridades dedujeron que ante el inmenso calor y la condición física que se conocía del joven Potter no quedasen restos. Dumbledore tuvo problemas para encubrir lo que había sucedido, alertado por sus diversos instrumentos sabía que algo terrible había sucedido, por lo que rápidamente apareció en Privet Drive, no lo podía creer, sin necesidad de hechizo el director sabía que el pilar de fuego que había destruido la casa y a los ocupantes en su interior había sido provocado por magia, una magia que tenía la firma mágica del joven Potter y que había sido accidental, pero una magia de gran poder; antes de que llegasen las autoridades mágicas pertinente había lanzado varios hechizos para que de esa manera la gente no hablara de la vida hogareña del joven Potter, si se sabía que el muchacho había sido maltratado por sus familiares y dado que él había dejado al niño en la casa tendría muchos problemas, sabía por sus instrumentos que el muchacho seguía vivo, pero el poder generado había sido tan grande que era el único que había permanecido intacto en su despacho, era el único instrumento que no había sucumbido al poder que el joven había generado, el resto habían sido destruidos ante el enorme poder del muchacho. Pero para el director no fue el único problema, había notado como la varita que usaba, la varita de sauco una de las 3 reliquias de la muerte había dejado de estar vinculada a él, aun podía usarla, pero el poder de los hechizos ya no era el mismo, eso había sido un golpe duro, pero al poco la varita había desaparecido, cuando había regresado a su despacho y hubo recuperado su varita original comprobó que la capa de invisibilidad, otra de las reliquias y que había pedido a James Potter antes de su muerte tampoco estaba, era obvio que de alguna manera el estallido de energía del joven Potter, junto con la desaparición de 2 de las reliquias estaba relacionado de alguna manera, pero no tenía manera de probarlo. La sangre que había tomado del joven para llevar a cabo un seguimiento se le había terminado, no había tomado más debido a que había pensado que no lo necesitaría, que con la sangre que tenía sería suficiente, que equivocado estaba, ahora solo podía esperar a que al muchacho le llegara la carta de Hogwarts para saber donde estaba, dado que su familia estaba muerta, necesitaba que el muchacho se quedara en una familia del lado de la luz, la familia Weasley sería perfecta, además, también tendría acceso al dinero de la familia Potter en cuanto el muchacho regresara para comenzar a sacar lo que necesitara, hasta ahora no había podido debido a que sin la presencia del muchacho los goblins de Gringotts no le permitían sacar dinero, como odiaba muchas veces a esas criaturas, pero sabía que enemistarse con aquellos que manejaban la economía del mundo mágico no era buena idea.

En un castillo fuera del mismo mundo, en un plano separado del mundo principal se encontraba un joven de pelo negro azabache, ojos verdes brillantes y una sonrisa serena y a la vez que escondía grandes travesuras, este joven era conocido como Harry Potter, aunque en verdad este no era su verdadero nombre, el nombre del muchacho era Harold James Peverell Potter, heredero de la antigua y noble casa Peverell y de la antigua casa Potter, el muchacho que ese verano iba a cumplir once años había sido rescatado de sus familiares hacía ya cuatro años, cuando tras una brutal paliza de su tío estuvo a punto de morir, de ese muchacho raquítico, débil y hambriento no quedaba nada, ahora era un joven saludable, cuyos ojos estaban llenos de vida, con una magia potente, mucho más potente que los niños de su edad que tenían magia. El joven se acercó a la ventana y sonrió, era una sonrisa llena de crueldad y satisfacción, una sonrisa al ver como sus parientes tenían que trabajar en el castillo hasta la extenuación, lo cierto es que tanto sus tíos como su primo no habían muerto en la explosión, pero se había dejado mediante magia unos restos para que se pensara eso ya que de esa manera cuando regresara al mundo mágico Dumbledore no buscara la manera de regresarlo con esa horrible familia. En ese momento una figura entro en la sala, una mujer de cabello rojo sangre, labios igual de rojos, ojos dorado y un cuerpo por el que cualquier hombre y mujer babearían se acercó, era el aspecto que Lilith, reina de los súcubos, había tomado para estar en el mundo.

- Harold, ha llegado la carta de Hogwarts.

- Gracias por todo Lilith, gracias por tu ayuda durante todos estos años.

- Sabes que no tienes que dar las gracias, estoy al servicio del maestro de la muerte, cada vez que me pidas ayuda, cada vez que me llames sea en el mundo que sea allí estaré.

- Es increíble como el número aumenta, cuando acepté la carga de ser el maestro de la muerte sabía que iba a visitar muchos mundos, vivir muchas vidas, pero siempre creí que lo iba a tener que hacer solo, pero nada más empezar mi viaje se unió Ginebra y ahora tú, desde luego no me voy a aburrir.

- ¿Qué crees que pasara cuando Dumbledore sepa sobre tu título?

- No me importa, ese hombre en esta vida ha sido verdaderamente cruel, 2 veces me ha golpeado brutalmente Vernon y en esas 2 veces Dumbledore en vez de hechizarlos para que no fueran tan crueles ha aplaudido sus actos para que cuando regresara al mundo mágico fuera su marioneta perfecta, pero le ha salido mal, ese último ataque iba a matar al Harold de este mundo, por lo que tuve que intervenir para salvarme o haber dejado las cosas y que el mundo mágico se destruyese a si mismo en una guerra con los no mágicos.

- Aunque esa opción hubiera sido divertida, los resultados para la magia hubieran sido aterradores, quien sabe lo que hubiera pasado.

- Cierto, debo reconocer que estaba tentado de dejar que pasara, para que de esa manera este mundo sufriera por los actos de Dumbledore y el hombre fue denigrado de gran manera, pero cuando vi mi cuerpo, tendido en el suelo, sangrando y a punto de morir no podía dejarlo así.

Dado que sabía lo que la carta ponía de las veces que la había recibido fue a escribir una carta de respuesta para la profesora McGonagall. La carta llego a la mujer la cual estaba preparando las visitas a los primeros años nacidos de muggles. Cuando vio la carta supuso que era una aceptación, pero cuando vio el escudo de la familia Potter estampado en el sello la mujer se alegró, habían pasado años desde que había sabido del hijo de sus alumnos, años desde que había tenido lugar el terrible suceso donde la casa donde vivía el joven había sido consumida por las llamas.

Estimada profesora McGonagall:

Le escribo como respuesta a su invitación a la escuela de magia y hechicería de Hogwarts para informar de que acepto y estoy de acuerdo en asistir al colegio al que asistieron mis padres. Estoy dispuesto a reunirme con usted y las autoridades pertinentes junto con mi tutora legal el día 1 de agosto delante del banco de Gringotts, me imagino que tienen muchas preguntas sobre mi desaparición y estoy seguro de que la persona que me salvo podrá explicarle. Si el director Dumbledore quiere estar en la reunión que tenga en cuenta que no va a ser bien recibido, fue el responsable de dejarme con unas personas que me odiaban y estuvieron a punto de acabar con mi vida, sé que mi estallido de magia fue lo que acabo con la vida de la familia Dursley y aunque lamento su muerte no voy a llorar por unas personas que me han tratado como un esclavo y decían que era un monstruo. Le deseo un feliz verano.

Harold James Peverell Potter, heredero de la antigua y noble casa Peverell y de la antigua casa Potter.

La mujer tenía lágrimas en sus ojos, había fallado a James y a Lily, había fallado a unos muchachos a los que había apreciado no solo como alumnos, sino como hijos, pero también estaba furiosa, furiosa con ella misma por no haber luchado más por evitar dejar al muchacho con esa horrible familia y furiosa con Dumbledore ya que todo lo que había pasado era culpa suya. Tras calmarse cogió la carta y se dirigió al despacho del director, no sabía quien había salvado al muchacho, pero lo que si estaba segura es que estaría eternamente agradecida y ayudaría a esa persona en todo lo que necesitara. Cuando llegó al despacho vio que el director estaba con Severus Snape.

- ¿Deseas algo Minerva? ¿estás bien?

- Lee.

Dumbledore estaba sorprendido de la brusquedad de su profesora, pero al leer la carta se dio cuenta del verdadero motivo de su enfado, aunque para el leer los títulos de los que decía ser heredero eran un gran problema, hacia siglos que un Potter no se hacía llamar heredero Peverell, eso solo quería decir que la magia del muchacho era tan fuerte y poderosa que había provocado que las antiguas leyes de la magia para salvar al joven despertaran el poder de la casa Peverell en él, ahora estaba seguro de que la desaparición de la varita de sauco y de la capa de invisibilidad era debido a que estaban en manos del muchacho, no solo eso, si el poder que había despertado había llamado a esas 2 reliquias que poseía seguramente la tercera reliquia, la piedra de la resurrección estaban en manos del joven. Necesitaba controlarlo, pero ahora veía que para hacerlo tendría que encargarse del guardián que tuviera el joven, no debía ser muy complicado y con los movimientos necesarios no solo tendría al muchacho bajo su control, sino que poseería el poder de las reliquias de la muerte y se convertiría en el maestro de la muerte.

Severus Snape miraba al director y a la mujer con cautela, sin decir una palabra, se limitó a leer la carta, ahora podía comprender el enfado de la subdirectora, Minerva había sido siempre muy reacia a que el mocoso Potter estuviera con sus parientes, era normal, Petunia era una mujer envidiosa y desagradable y sabía a la perfección que el muchacho no sería bien cuidado. Vio como la letra y la forma de escribir denotaban ya dos cosas claras, la primera era una madurez impropia de un muchacho de la edad de Potter y la segunda era el claro desagrado y odio hacia Dumbledore. Tendría que ver como era el muchacho, no iría a la reunión, pero vigilaría al joven durante su estancia en Hogwarts.

Amelia Bones era una mujer seria, fiable y poderosa, una mujer que solo deseaba una cosa, proteger a la familia que le quedaba, su sobrina Susan, como jefa del DLME, el departamento de las leyes mágicas había sido una de las primeras personas en llegar a lo que antes había sido Privet Drive número 4, el estallido de magia había sido de un poder increíble y los riesgos de romper el estatuto secreto eran altos por lo que había movilizado a todos los aurores disponibles y todo el equipo de obliviadores para modificar la memoria de los muggles, por suerte gracias a que Dumbledore ya estaba allí el daño no fue tan grave, pero el estatuto había estado a punto de romperse debido a la cantidad de personas que habían presenciado los acontecimientos y la falta de medios que tenía su oficina. Había sido un duro día, donde Dumbledore la había convencido de que no se hiciera pública la desaparición de Harry Potter, para que de esa manera no cundiera el caos en el mundo mágico, aunque escéptica había estado de acuerdo sobre todo como su oficina no contaba con los recursos necesarios para poner orden. Pero todo cambio cuando regreso a casa aquel día, la mujer aun recordaba como al llegar a su casa y tras cenar con su sobrina sucedería algo que cambiaría su vida.

- Flash Back -

El día había sido agotador, hacía tiempo que el ministerio no tenía tantísimo trabajo, pero por hoy lo único que quería es tumbarse en su cama y dejar que el sueño le llegara para poder descansar. Todo hubiera sido de esa manera si en ese momento una poderosa luz negra comenzara a brillar en su habitación formando un portal, Amelia estaba sorprendida, la magia para crear portales era muy pocos los que aun la dominaban, pero que además esa magia fuera capaz de atravesar las barreras de la casa Bones quería decir que se trataba de alguien de gran poder. Levanto su varita, pero de pronto una ola de poder emergió y la dejo inmóvil, la mujer tuvo que ver con preocupación y miedo como el portal se completaba y de él aparecía una mujer que debido a su aspecto y rasgos Amelia no pudo evitar sentirse atraída por la figura a pesar de ser heterosexual.

- Disculpe mi forma de entrar regente Bones, mi nombre es Lilith Peverell y soy la regente de la casa Peverell, así como la guardiana del conocimiento de la magia Peverell - dijo la mujer con voz sensual y que escondía un gran poder - lo primero es que no vengo a causar daño a la casa noble Bones de ninguna manera, lo segundo es para hablar sobre los sucesos que han tenido lugar en el Privet Drive número 4 y la desaparición del joven Harold James Potter.

- ¿Harold?

- En efecto, su verdadero nombre, no ese diminutivo que hace que su aura y su magia sean más débiles.

- No entiendo.

- Es normal, le explicaré más adelante, pero ahora le pido que me acompañe para ver al joven.

Amelia atravesó el portal, estaba claro que si la mujer le quería causar algún daño podría hacerlo a la perfección dado su poder, pero por evitar daño a su sobrina se fue con ella. Vio que se encontraban en una sala duende, era obvio que en Gringotts, pero nunca había estado en esa zona, la reconoció ya que era la zona de sanación que usaban los duendes para curarse o para curar a quien contratara a los sanadores duendes, de los mejores que había en el mundo mágico.

- El joven Harold ahora mismo está descansando, los sanadores de la nación duende han estado toda la tarde sanando al joven del grave daño causado por sus parientes, aquí están los informes del daño que ha detectado los sanadores y de como era la salud del joven.

Amelia procedió a leer los informes, huesos rotos, desnutrición, pérdida de visión, enfermedades mal curadas, ausencia absoluta tanto de vacunas mágicas como muggles, todo ello desde que tenía año y medio, desde la muerte de sus padres y desde que había sido dejado con sus parientes muggles. Era horrible, como alguien podía tratar a un niño de esa manera no cabía en su imaginación.

- Es por eso que he contactado con usted de esta manera, no podía permitir que Dumbledore supiera donde está el joven Potter, fue ese hombre el que dejo al muchacho con sus parientes y estoy segura de que sabía como era tratado.

- Ya veo - dijo Amelia llegando a la parte del informe donde se detallaba que el joven también tenía bloques mágicos de gran poder y hechizos de olvido - dado lo que leo y que no tienen firma mágica de la gente que puede hacer eso y que ha sido el primer mago en llegar al lugar Dumbledore está detrás de todo esto.

- En efecto, lamentablemente Dumbledore es una persona de gran poder y contactos, por lo que aún no puedo ni tengo pensado ir contra él, pero llegado el momento ese viejo caerá, no solo por sus crímenes contra el heredero Peverell, sino por sus actos y crímenes contra la magia.

Entonces Lilith procedió a hablar con Amelia sobre como las formas de enseñar de Dumbledore estaban destruyendo la magia, como sus formas de ir contra los antiguos conocimientos y saberes debilitaban el mundo mágico.

- En otros países aunque están más avanzados que nosotros siguen siendo fieles a la magia antigua y a las tradiciones, pero aquí desde que Dumbledore llego al poder se han ido reduciendo las clases y los conocimientos, el argumenta que es por el bien común y para integrarnos con los muggles, pero en verdad es para que nadie supere sus conocimientos y poder, Dumbledore solo busca ser el mago más grande de todos los tiempos y el poder absoluto a costo de cualquiera que se interponga en su camino.

- ¿Entonces qué planes tienes?

- Ir con calma, lo primero cuidar y encargarme de que el joven Harold esté preparado para su regreso al mundo mágico, lo llevare al castillo Peverell donde me encargare de enseñarle, cuidarle y lo que sea necesario.

- Lo que necesites ayudare, ahora sé que Dumbledore no es de fiar y aunque me mantendré alerta tendré cuidado.

- Bien, lo primero es que tomes una copia de los informes médicos del joven Harold, cuando llegue el momento será una de las pruebas que presentaremos contra Dumbledore.

- Comprendo.

La mujer entonces procedió a atravesar el portal para regresar a su hogar, sabía que las cosas serían diferentes, pero por algún motivo que no entendía tenía grandes esperanzas en Lilith. Así fue como comenzó el trabajo de Amelia Bones para llegado el momento derrocar a Albus Dumbledore.

- Fin Flash Back -

Desde aquel momento Amelia había usado su poder para aumentar su departamento, antes hubiera sido difícil, pero los acontecimientos en Privet Drive habían hecho ver que hacían falta más medios para su departamento y le fueron asignados más fondos, el miedo a la ruptura del estatuto secreto había causado que incluso las casas oscuras tuvieran que aceptar el aumento de fondos del DLME.

De esa manera y lentamente Amelia había agrandado su red de influencias y contactos que consistían en magos de origen muggle o mestizos a los que lo sangre pura menospreciaban, ella no, se sabía que era una mujer justa y eso hizo que esas personas estuvieran de acuerdo en ayudarla, por consejo de Lilith todos hicieron un juramento de fidelidad, creado por la mujer, para que no pudieran divulgar la información y si eran interrogados de cualquier manera el juramento actuaría de protección. Durante ese tiempo Amelia también se enteró de que Lilith había contactado con otros miembros importantes del mundo mágico, miembros de la facción neutral o gris como era conocida, uno de los miembros más importante era Marcus Greengrass, jefe de la casa antigua Greengrass y líder de la facción neutral, era curioso que se hubiera acercado a ese hombre ya que era conocido por planear y pensar a la perfección sus alianzas y negocios. Para ella el motivo era obvio, durante años Greengrass a pesar de su poder había estado siendo atosigado para que su familia se uniera permanentemente a la facción oscura, gran parte de ellos eran antiguos seguidores de Lord Voldemort, pero de momento el hombre había conseguido rechazar los movimientos y si tenía la ayuda de la antigua y noble casa Peverell estaría protegido, ir en contra de una casa antigua y noble era como saltar al vacío desde la torre más alta de Hogwarts, un auténtico suicidio, solo gente como Dumbledore debido a su increíble poder mágico y poca gente más tendría esperanzas no solo de sobrevivir, sino de salir victorioso, aunque a decir verdad estaba deseando ver la reacción del viejo director cuando el heredero Peverell regresara al mundo mágico, que todos sus planes se estaba derrumbando de golpe.

Cornelius Fudge estaba aquel día en su despacho tranquilamente, estaba siendo un principio de verano bastante calmado, el hombre adoraba su posición, una posición que le permitía tener gran cantidad de lujos ya no solo por sus ganancias, sino por los regalos que aquellos que le habían apoyado para subir al poder le entregaban de vez en cuando, si luego tenía que contentarlos con algunas leyes que podrían ser cuestionables no le importaba, el poder lo tenían en gran parte la facción de sangre pura del lado oscuro en muchos ámbitos. Las leyes que se impulsaron tras la guerra en vez de favorecer al lado de la luz favoreció más al lado oscuro, lo más irónico fue que todo había sido gracias a Dumbledore, el líder de la luz había decidido dar una segunda oportunidad a aquellos del lado oscuro que con sus actos ayudasen a la reconstrucción del mundo mágico, lo que hizo que esos magos que deberían haber sido encarcelados por sus terribles actos recuperaran el poder, entre eso y aquellos que se habían librado de la justicia argumentando haber sido maldecidos y controlados por el hechizo Imperius todo había sido relativamente fácil para la facción oscura. Estaba sumido en sus pensamientos cuando vio como entraba Dolores Umbridge, su subsecretaria y gran aliada.

- ¿Pasa algo Dolores?

- Vengo a informarle de una noticia que debe saber ministro, por lo visto Harry Potter ha contactado con McGonagall.

- ¿De veras? - la desaparición del muchacho había sido un duro golpe, por suerte había sido escondido antes de que hubiera problemas - ¿se sabe dónde ha estado?

- No se sabe nada, según Dumbledore ha decidido reunirse con la profesora el 1 de agosto en Gringotts, por lo visto se reunirá con la subdirectora y con las autoridades pertinentes es lo que dice, es obvio que para hablar sobre su desaparición y sobre donde ha estado todo este tiempo.

Dolores Umbridge era una mujer que odiaba a Harry Potter y a Lily Potter con todo su ser, una mujer que se había fijado en James Potter en su juventud y quería al hombre dado su linaje y poder, que fuera rechazada por una sangre sucia era una ofensa para ella, por lo que cuando Lord Voldemort apunto a los Potter estaba contenta y así de esa manera se extinguiría una línea de sangre que había sido contaminado por los ladrones de magia que eran los nacidos de muggles según ella, lo que no se esperaba fuera que de alguna manera el mocoso Potter además de sobrevivir destruyera al señor oscuro, era una ofensa, era por eso que desde el suceso tras la desaparición del mestizo había intentado encontrarlo por todos los medios para acabar con él y hacerse con a fortuna Potter.

En ese momento la puerta del despacho de Fudge se abrió y por ella entro Amelia Bones, odiaba a la mujer con todo su ser, ya que a pesar de ser una sangre pura tenía las estúpidas ideas de la integración de los sangre sucia y mestizos además de haber combatido contra el señor oscuro.

- Ministro, Dolores, vengo a informar de que Harry Potter ha contactado conmigo.

- Entonces por fin tendremos la oportunidad de saber donde ha estado estos últimos años, me imagino que tú serás una de las personas con las que quiere reunirse.

- En efecto ministro, el heredero Potter además de mi presencia ha solicitado que también este presente McGonagall y el director del Profeta junto con un periodista, es obvio que tiene pensado hacer un anuncio para que salga en la prensa, lo curioso es que al director ha informado que le dará la entrevista a él y al periodista mientras no sea Rita Skeeter.

- Puedo entenderlo, esa odiosa mujer usara el regreso al mundo mágico de Harry Potter para sus medios sensacionalistas, lo curioso es que sepa sobre Skeeter, eso quiere decir que a pesar de que no hemos sabido donde estaba el muchacho está al corriente del mundo mágico.

- Cierto, también ha informado que vendrá con una persona que dice ser su tutora legal.

Amelia mientras hablaba con Fudge tuvo que contenerse de reírse a carcajadas de Umbridge, detestaba la mentalidad y forma de ser de la mujer, además, que era conocido que durante algún tiempo estuvo detrás de James Potter, entre eso y el odio que tenía por los nacidos de muggles y los mestizos el regreso de Harold Potter iba a ser memorable ya que sabía sobre que tenía planeado para el futuro.

En el condado de Devon, a las afueras de una pequeña ciudad llamada Ottery St. Catchpole se encuentra un edificio bien escondido conocido como La Madriguera, este era el hogar de la familia Weasley. En la casa Molly Weasley estaba en la chimenea hablando con Dumbledore, la mujer planeaba con el director como atraer a Harry Potter a su bando en cuanto lo encontraran.

- Entonces el 1 de agosto se va a reunir con McGonagall, además de con Amelia Bones y el director del Profeta junto con una periodista.

- En efecto Molly, sé que ya habéis hecho las compras para el curso, pero sería bueno que estuvieseis por la zona, para de esa manera comenzar a acercarse al muchacho, yo mientras investigare a su supuesta guardiana.

- ¿No sabes quién es?

- Aun no, además, si investigo puede que se enteren y primero quiero tener a esa mujer cara a cara, estoy seguro de que sería mejor acercarse con aparentes buenos deseos.

- Bien, hablare con mis hijos, pero sobre todo con Ron y Ginny para que sepan que tienen que hacer, necesitamos que Ron se haga amigo del joven Potter para de esa manera acercarlo a nuestra familia y que luego sea más fácil acercar a Ginny para que se convierta en su esposa, ya no solo el poder y la fortuna Potter, si es verdad lo de la casa Peverell debemos obtener todo ese poder para nosotros.

- Cierto, bueno, es hora de que sigamos con nuestros planes, debemos ser cuidadosos hasta que sepamos quien protege al joven Potter.

Toda la conversación estaba teniendo lugar sin que ninguno de los dos adultos supiera que estaban siendo espiados, invisible para ellos y para cualquier persona en ese momento en la casa Ginebra Weasley vigilaba todos los movimientos de su madre, desde que había despertado en este mundo, en esta realidad había trabajado sin que nadie lo supiera para seguir ayudando a su compañero eterno, Harold Peverell, el maestro de la muerte, era cierto que no le gustaba mucho el mundo en el que ahora tenían que intervenir, pero ambos sabían que llegado el momento tendrían que ser los malvados para evitar el caos y la destrucción. Decidió regresar a su habitación para estar tranquila y contactar con Harold y Lilith.

- Ha sucedido tal y como esperábamos Harold.

- Era obvio Ginebra, en cuanto se ha anunciado mi regreso sabíamos que Dumbledore contactaría con tu madre, ya no solo por la fortuna Potter, sino que ahora se le suma la fortuna Peverell el viejo tendrá mayor ambición.

- Entre eso y la perdida de las reliquias algo me dice que este Dumbledore va a ser muy peligroso.

- Bueno, estoy seguro que de veremos pronto sus primeros actos, algo me dice que Dumbledore va a intentar controlar a Lilith.

Ginebra entonces se rio con fuerza, si el viejo se pensaba que podía controlar al demonio iba muy mal encaminado.

- Por cierto, dentro de poco sucederá mi primer despertar del núcleo, mi primer impulso estabilizador de la magia, necesito a Lilith para mis planes.

- No hay problema, Lilith está preparando el ritual necesario para cuando suceda.

- Bien, entonces ya nos veremos, si hay alguna novedad te informo, también te deseo que tengas un feliz cumpleaños Harold.

- Gracias Ginebra.

Cancelo la conexión mental y deshizo el hechizo que había en su habitación para que nadie escuchara, la joven ya sabía que miembros de su familia estarían a favor del director y cuales podían alejarse del hombre y que no estarían de acuerdo con sus planes. Cuando estaba con su familia solía fingir ser la muchacha inocente, enérgica y obsesionada con Harry Potter que su madre quería que fuera, pero de vez en cuando aprovechaba para ir a la localidad cercana donde obtenía dinero y recursos para su futuro, también iba a casa de su tía Muriel, aunque era una mujer muy estricta también era una fuente de conocimientos, era cierto que ya conocía lo que la mujer le contaba, pero de esa manera podía fingir a la perfección que los había aprendido por medio de una tercera persona, una persona a la que nadie cuestionaría a pesar de que la mujer no era una de las fieles de Dumbledore, lo respetaba por sus conocimientos ciertamente, pero no era de esas personas para las que todo lo que hacía el director era sagrado. Al final había informado a sus padres de como de vez en cuando ayudaba a su tía Muriel e iba a la localidad cercana a ganar algo de dinero, la muchacha le había dicho que era no solo para estar preparada para Hogwarts, sino que cuando tuviera que ir al colegio dado el dinero que estaba ganando poder de esa manera comprarse su propia ropa y varita, su padre lo acepto, pero al principio su madre no, la muchacha le indico en privado a su madre que si parecía ser de buena familia, trabajadora y de buen porte, cuando estuviera en Hogwarts podría acercarse no solo a Harry Potter, sino a aquellos miembros del mundo mágico con los que podría obtener beneficio para la familia Weasley. Eso hizo que la mujer cambiara de parecer y cuando lo hablo con Dumbledore aún más, ya que al viejo le parecía buena idea, de esa manera estarían mejor preparada para supuestamente encandilar a Harry Potter aunque no fuese como quería. Ginebra estaba deseando ver que pasaba con Dumbledore y sus socios cuando no solo sus planes no funcionaran, sino que fueran condenados por sus actos.

El cumpleaños de Harold paso tranquilo, el día lo paso entrenando su magia y su cuerpo, preparando su regreso al mundo mágico y disfrutando de torturar a sus tíos y a su primo. Pero ese día a pesar de que fueran torturados por su magia tenía pensado algo distinto, algo que sobre les haría sufrir de forma diferente al dolor físico.

- Bueno, bueno, espero que disfrutéis de mi cumpleaños número 11, yo en verdad lo estoy disfrutando.

Tanto sus tíos como su primo lo miraron con odio, como siempre, pero sobre todo con suplica, con esperanzas de que todo terminara.

- Debéis saber que el día 1 de agosto regreso al mundo mágico y vengo a informaros que ese día tanto en mi mundo como en el vuestro se dará la noticia de que moristeis siendo unos maltratadores y abusadores de niños, vuestra reputación será destruida completamente e incluso Marge será castigada por sus actos contra mi cuando iba a Privet Drive.

- ¡Nooooo! - gritaron Petunia y Vernon a la vez, Dudley intento con las pocas fuerzas que tenía abalanzarse sobre su primo, pero este de un golpe lo aparto y lo tiro al suelo.

- Deberíais estar contentos de al menos estar vivos, Lilith quería arrancar vuestras almas y que fueran torturadas por toda la eternidad por vuestros crímenes.

Petunia pedía piedad, Vernon lo miraba con furia y Dudley sollozaba y gritaba mientras un par de demonios lo arrastraban a las mazmorras del castillo, allí sería castigado durante todo un día antes de que volviera a sus labores. Petunia y Vernon tuvieron que escuchar los gritos de dolor y de angustia de su hijo desde las mazmorras, gritos agónicos pidiendo ayuda y piedad.

El día 1 de agosto llego, un cielo despejado, buena temperatura y un ambiente agradable era lo que había en Londres, en el Callejón Diagon la gente compraba tranquila sin darse cuenta de que en Gringotts se estaban reuniendo varias personas importantes, la primera en llegar fue Amelia Bones la cual se dirigió al primer duende que vio libre y hablo en perfecto idioma duende.

- Estimado Grapuk, que tus riquezas aumenten y que la sangre de tus enemigos fluya por tu espada.

- Saludos cordiales señora Bones, bienvenida a Gringotts, el director Ragnok ha preparado la sala donde se reunirá con el joven Harold, su regente y las demás personas que están permitidas en la reunión, permítame que la acompañe.

En el camino siguieron hablando, el duende estaba contento de poder hablar en su idioma con una mujer a la que respetaba, era obvio que había estudiado las tradiciones duendes y no lo que se daba en historia de la magia en Hogwarts. Amelia estaba feliz, desde que se había aliado con la casa Peverell había obtenido grandes beneficios, no le había importado entregar su cuerpo para que Lilith disfrutara, más bien era ella quien disfrutaba del sexo que tenía con Lilith como nunca antes había disfrutado, también había conocido la verdadera naturaleza de la mujer y lo que pensaba hacer Harold Peverell en el mundo de la magia, no le importaba, se daba cuenta de que o cambiaban o estarían en problemas, no solo por el mundo no mágico, sino que la propia magia juzgaría sus actos con dureza. Tras Amelia llegaron la profesora McGonagall y el director del Profeta junto a una periodista, la subdirectora reconoció a la mujer por ser una de las periodistas del periódico del mundo mágico que era el enlace con el mundo muggle cuando una noticia debía salir en ambos mundos solo que con diferentes puntos. Al cabo de unos segundos la puerta se abrió, por ella entro primero un sequito de duendes armados como si fuera para asegurar la sala, tras ellos entro el director y líder de los duendes Ragnok, por último y era a quien más ganas tenía de ver la profesora hicieron aparición el joven Harold y la que debía ser su guardiana, el joven se notaba saludable, lleno de magia, claramente más fuerte que cualquier mago de su edad, pero el poder que irradiaba la mujer era increíble, un poder que solo había sentido en gente como Albus Dumbledore o Lord Voldemort e incluso los dos magos no llegaban al poder que irradiaba la mujer.

- Bienvenidos a Gringotts, como bien saben soy Ragnok, director del banco y soberano entre los duendes, hoy estamos aquí reunidos yo en mi casa para dar la bienvenida a la antigua y noble casa Peverell después de tantos años, las viejas amistades no se han olvidado es por eso que Gringotts desea volver a establecer la amistad con la casa Peverell.

- Lord Ragnok XIV, yo Harold James Peverell Potter, heredero de la casa Peverell deseo lo mismo, el enemigo de Gringotts será mi enemigo, el amigo de Gringotts es mi amigo.

La periodista procedió a realizar una foto de como Harold Peverell estrechaba la mano del director de Gringotts, como la antigua alianza se volvía a forjar, el mundo mágico estaría muy expectante, el regreso de Harry Potter al mundo mágico no iba a pasar para nada desapercibido.

- Antes de dejarles con su reunión una última aclaración para el mundo mágico - dijo Ragnok de forma seria y contundente - cualquier ataque, ya sea de cualquier tipo, será considerado un ataque contra Gringotts y mi nación entonces responderá con severa dureza.

En ese momento los duendes salieron de la sala dejando solos al grupo de magos junto con el único duende que se quedó en la reunión, Grapuk gerente de las cuentas Peverell y Potter.

- Buenos días a todos, lo primero es entregar a la jefa del DLME los informes de salud que hemos realizado al señor Peverell, estos informes muestran como se encuentra ahora de salud, también hemos adjuntado el informe de salud de cuando fue traído antes de su séptimo cumpleaños, este informe es un duplicado y el original está guardado en Gringotts.

- Guardare el informe, veo que la salud del joven Peverell es perfecta, no hace falta leer los informes, se hace evidente con un solo vistazo.

- Gracias por sus palabras regente Bones - dijo Lilith - estoy segura de que ahora un trabajo perfecto.

- Bien, ahora señor Cuffe, me imagino que se pregunta que hace usted aquí.

- En efecto Lady Peverell.

- Dado el regreso al mundo mágico de mi protegido estoy segura de que habrá mucha expectación, pero hay varios asuntos que debo informar y he decidido que se debe dar una entrevista a su periódico para aclarar varios asuntos.

- Lo comprendo.

Procedieron a realizar la entrevista, fueron una gran cantidad de preguntas que Harold respondió en gran parte, aquellas preguntas más personales o que podrían provocar problemas al muchacho no fueron respondidas, Barnabas Cuffe no se indignó ante que ciertas preguntas no fuesen respondidas, ahora comprendía el motivo por el que Rita Skeeter no había sido invitada a esa reunión, la mujer seguramente se inventaría algo y no comprendería la gravedad de antagonizar con una casa antigua y noble, desde luego cuando la noticia saliera tendría gran impacto y repercusión en el mundo mágico, Lilith Peverell también le entrego un documento para un artículo que esperaba que se publicara en los noticiarios y medios muggles, ahora entendía la presencia de su ayudante allí, la joven comprendía mucho mejor que cualquier periodista que tenía el mundo no mágico y sabría que debía hacer.

Minerva McGonagall estaba incomoda, la entrevista que había dado el joven iba a ser algo que no gustaría a mucha gente, cuando salieron el director Cuffe y su reportera supo que ahora le tocaba a ella, fue el duende quien hablo.

- Bueno subdirectora, espero que haya traído la llave de la bóveda de confianza del señor Peverell.

- En efecto, el director Dumbledore me hizo entrega de la llave.

- Bien, el señor Peverell ha aceptado asistir a Hogwarts como bien sabe, pero antes de todo quiere dejar varios asuntos en orden.

- Puedo entenderlo, pero antes de todo me gustaría decir unas palabras - la mujer espero el permiso para hablar - señor Peverell, Harold, siento mucho no haber luchado más para que no fueses con esos horribles muggles, confié en Dumbledore y es algo de lo que me arrepentiré hasta mi muerte.

- Profesora McGonagall, no se culpe, es cierto que podía haber hecho más, pero usted no será la primera y última persona que confié ciegamente en Dumbledore.

- Entonces solo queda salir a comprar lo que el joven Peverell va a necesitar para sus clases, pero veo que varita ya tiene.

- En efecto, es una varita familiar, iré a Ollivander para comprar una funda, pero solo eso - Harold se dirigió al duende - Grapuk me gustaría solicitar una bolsa de oro para de esa manera no tener que llevar el dinero encima, quiero que esté preparada para que solo yo pueda usarla, con todos los extras posibles de seguridad.

- Sin problema heredero Peverell, si me da un momento estará la bolsa lista.

Grapuk no tardo ni un minuto en tener la bolsa de oro lista, McGonagall sabía que ese método de llevar dinero solo era usado por los clientes más ricos debido al impuesto que tenía el mantenimiento de la bolsa, pero luego la mujer se dio cuenta de que este cliente no tendría que pagar, al ser amigo de los duendes sería gratis debido a los términos que Gringotts tenía con sus alianzas, era cierto que hacía tiempo que no se sabía de una alianza de este tipo, pero los sangre pura sabían bien la historia de lo que significaba una amistad con los duendes. Cuando fueron a salir del banco McGonagall hizo una mueca, en la entrada de Gringotts, como si fuesen a esperar algo estaba la familia Weasley, sabía perfectamente que ya habían realizado sus compras por lo que sabía que era un plan de Dumbledore para atraer al joven Harold a una familia aliada suya.

- Heredero y regente Peverell, debo comunicarles que esperen un momento y salgan de otra manera del banco, en la puerta se encuentra una familia que no debería estar aquí por lo que sospecho que la madre de la familia está aquí por orden de Dumbledore.

- Gracias por el aviso profesora McGonagall - tanto Harold como Lilith habían visto a los Weasley y se esperaban una leve conversación, pero ahora sabían que esta versión de McGonagall estaba de su lado - nos veremos en Flourish y Blotts.

La profesora McGonagall se acercó a Molly.

- Señora Weasley, Molly, me sorprende ver que estáis aquí, alguien tan previsora como tú me imagino que ya habrá realizado sus compras.

- Me alegra verla profesora McGonagall, debido a que Percy ha sido nombrado prefecto quería recompensarle comprando algo extra para él por lo que hemos aprovechado a venir a dar un paseo por el callejón.

- Es una buena idea, Percy ha demostrado ser un estudiante ejemplar, estoy muy orgullosa de que sea alumno de Gryffindor.

La profesora mantuvo a la mujer el tiempo suficiente para que Harold y Lilith salieran por un lateral del banco, no hubiera hecho falta en verdad, ya que el aspecto de Harold no tenía nada que ver con el que pensaba Dumbledore que era y la información que había transmitido a Molly Weasley era inexacta. La profesora se unió a ellos cuando iban a entrar en la librería.

- Veo que Molly Weasley no le ha dado mucho trabajo.

- Para nada, cuando he visto a la mujer he podido comprender los motivos por los que estaba allí, no saben donde estáis, estoy segura de que se dedicaran a andar por el callejón para buscar al joven Peverell.

Entraron en la librería y Lilith habló.

- Deseo un lote completamente nuevo y entero de los libros necesarios para el primer curso de Hogwarts - el librero asintió - también deseo comprar un lote de los libros complementarios para cada una de las materias del primer año.

- Por supuesto señora, deme un momento.

El hombre uso su varita para ir convocando los libros, el lote de libros complementarios, aunque no eran obligatorios antes se informaban en la carta para que de esa manera los alumnos nacidos de muggles pudieran ponerse al día con el resto de alumnos y tener las mismas oportunidades, pero los cambios impuestos por la facción sangre pura oscura y por Dumbledore habían hecho que esa ley se cambiara, cada uno con un propósito, pero cada uno para obtener beneficios y cumplir sus objetivos. Tras eso Lilith pago el dinero pedido por el dependiente y tras guardar los libros en un baúl con el escudo de la casa Peverell salieron de la tienda.

Su siguiente parada fue Madame Malkin, la tienda de ropa, en ella Lilith fue la primera en entrar como en la librería, para de esa manera ver quien había en la tienda y que no supusiera ningún problema, por suerte no había nadie y pudieron dirigirse a la mujer.

- Buenos días Madame Malkin, deseo un juego de túnicas escolares y de ropa hecho a medida para el joven, que sean de la mejor calidad que su tienda posea, en las túnicas quiero que vaya el escudo de la familia Peverell y el escudo de la familia Potter.

- Comprendido señora, debo entonces tomar medidas al joven.

- Una cosa, cuando tome medidas al joven Harold va a ver algo que puede que la horrorice y le haga querer llamar a las autoridades, le puedo asegurar que el DLME ya está trabajando en ello.

La señora Malkin miro interrogante y confundida, pero cuando Harold comenzó a quitarse la ropa comprendió lo que le habían dicho, aunque Lilith había ayudado a curar el cuerpo del joven debido a su estancia como los muggles, aún quedaban los signos del brutal maltrato que le habían infringido con el paso de los años, las señales de cicatrices eran aun visibles en el joven cuerpo y como había dicho Lilith horrorizaron a la dependienta y la profesora.

- Sé que es abrumador, pero deberíamos continuar.

- Lo siento señora, comenzaremos enseguida.

Tardaron unos minutos en medir al joven, McGonagall a pesar del horror se dio cuenta de que el joven estaba muy bien cuidado, su cuerpo estaba sano y fuerte, la mujer podía notar que el joven ya había pasado su primer impulso mágico y que no era reciente, seguramente había sido causado cuando se había tenido que defender del ataque de sus familiares, eso tenía que ser lo que había provocado la tremenda explosión de magia y que había provocado la destrucción de la casa y de los muggles. Cuando toda la ropa estuvo lista fue guardada en el baúl, McGonagall vio que el baúl era de varios compartimentos, en uno de ellos había una pequeña biblioteca con una mesa de escritorio donde ya se habían colocado los libros del primer año y varios estantes para conservar ingredientes de pociones, el otro era un armario ropero bastante amplio, el tercer compartimento era lo que parecía un gimnasio muggle con diversos aparatos de ejercicios junto a una sala de duelo con maniquís parecidos a los que usan los aurores en su entrenamiento, estaba claro que Lilith quería al joven fuerte tanto física como mágicamente, que si fuera necesario no dependiera de su varita para defenderse, el último compartimento era un dormitorio bastante amplio donde el joven podría descansar si fuera necesario con un cuarto de baño con plato de ducha y bañera.

Tras la tienda de pociones donde compro todo lo necesario para el curso y la tienda de mascotas, donde Harold se reunió con su lechuza Hedwig y se unió a él en forma de familiar, fueron a Ollivanders donde el hombre estaba esperando.

- Bienvenidos a la tienda de varitas Ollivander, profesora McGonagall espero que su varita este en perfectas condiciones.

- Lo está señor Ollivander, traigo a un nuevo alumno que requiere de sus servicios.

- Ya veo, esos ojos brillantes y llenos de vida me recuerdan a los de su madre señor Potter, el resto es James Potter casi al completo salvo el pelo que parece que ha conseguido domarlo.

- Gracias por sus palabras señor Ollivander, pero en verdad ahora es Peverell, sigo teniendo Potter en el apellido, pero mi primer apellido es Peverell debido a ciertas circunstancias.

- Entonces es obvio que tu magia es fuerte joven Peverell, han pasado siglos desde que un Potter pudiera reclamar el apellido Peverell, tengo entendido que algunos de tus antepasados han estado cerca, por lo que estoy seguro de que estarán orgullosos de ti joven Harry.

- En verdad es Harold señor Ollivander, Harry es un diminutivo solo usado por familia y amigos cercanos que tengan mi confianza, usted siendo tan erudito como es con la magia sabrá lo que pasa cuando se llama a una persona por su diminutivo si no es por cariño y afecto.

- Bien dicho Harold Peverell, puede que Dumbledore y yo estemos de acuerdo en varias cosas, pero no en estas, las viejas costumbres solo son peligrosas según se usen y olvidar esas costumbres lo único que hace es dañar nuestro mundo.

- Unas palabras magníficas señor Ollivander - dijo Lilith interviniendo en la conversación y convocando un orbe - yo Lilith Peverell, regente de la casa Peverell y sacerdotisa mayor de la magia convoco a los espíritus de la madre magia para que otorgan a este hombre el título de maestro de conocimientos.

Una poderosa luz brillante recubrió el cuerpo de Ollivander, una luz llena de magia y poder que sorprendió a McGonagall por la energía que desprendía, la luz duro solo unos segundos, pero sería suficiente para dejar ciego a alguien si se quisiera.

- Gracias por este honor Lady Peverell, le puedo asegurar que no le defraudare.

- Estoy segura, ahora queda comprar a mi protegido una funda de varita, él ya está usando una varita familiar por lo que necesita una funda y un juego de mantenimiento y limpieza.

- Enseguida señora Peverell.

Harold tuvo que mostrar la varita, el hombre la reconoció como la varita de sauco, pero no dijo nada, más bien mentalmente se comunicó con Lilith para asegurar que guardaría el secreto de quien tenía la varita legendaria. Tras obtener la funda y el juego de mantenimiento salieron de la tienda. La profesora McGonagall hablo.

- ¿Qué vais a hacer ahora?

- Aún quedan varios sitios que debemos visitar en el Callejon Horizont, el Mercado Carkitt y el Callejón Knockturn.

- Si fuese otra persona te diría que al último lugar no fueseis, pero sé que allí hay tiendas donde venden libros que complementaran la educación del joven Harold y que solo las familias de sangre pura y pocos más saben que existen, además, también hay diversos negocios abiertos por nacidos de muggles o mestizos que son recomendables.

- Bien cierto profesora.

- Bueno señor Peverell, nos veremos en el colegio, espero que sea alumno de Gryffindor como sus padres, pero si no es así le puedo asegurar que puede contar conmigo para lo que necesite.

- Gracias por su apoyo profesora McGonagall, no sé en que casa quedare, pero le puedo asegurar que lo haré lo mejor que pueda.

Tras eso la profesora se dirigió hacia el punto de aparición más cercano para regresar a Hogwarts, Lilith y Harold se dirigieron a seguir con sus compras, el último lugar fue el infame Callejón Knockturn, era cierto que casi la mitad de sus negocios eran de productos de magia oscura o magia prohibida, pero una parte de los negocios estaban allí debido a que no podían o querían pagar las cláusulas abusivas o seguir las reglas que imponía el ministerio de magia para establecerse en el Callejón Diagon. Llegaron a una librería que estaba al principio del callejón, esta librería era dirigida por un joven hijo de muggles que atendió a sus clientes al momento.

- Buenos días señora, joven, bienvenidos a mi tienda ¿qué desean?

- Mi protegido empieza Hogwarts este septiembre, me gustaría adquirir los siguientes libros.

Lilith entregó una lista en pergamino al joven, el dueño vio la lista de libros, era una lista larga lo que decía que la mujer se tomaba muy en serio la educación del muchacho, eran alrededor de una veintena de libros que según sacaba iban guardando en el compartimiento de baúl, cuando vio el resto de libros que había tenía claro que se trataba de alguien con mucho potencial, la mirada del muchacho denotaba inteligencia y poder, era increíble ver una mirada así en alguien tan joven.

- Bien señora, todo listo, serán 56 galeones.

- Ten 60, haces un gran trabajo y debes ser recompensado como tal.

- Se lo agradezco.

La siguiente tienda a la que fueron era para ingredientes de pociones que no estaban reguladas por el ministerio y eran usadas para pociones oscuras, prohibidas o de naturaleza ilegal según los actuales estándares ministeriales.

- Bienvenidos ¿qué desean?

- El muchacho va a comenzar el primer año de Hogwarts, ya tenemos los ingredientes y pociones necesarios para el curso, pero quiero que su educación mejore y por eso vengo a comprar un set básico de ingredientes de pociones de los que a día de hoy no se dan en Hogwarts.

- Comprendido señora ¿tienen me imagino los libros complementarios para pociones?

- En efecto.

- Bien, entonces si me dan un momento le tendré todo preparado.

- Comprendido.

El hombre tardo unos minutos en traer todos los ingredientes, estos fueron guardados en el baúl en el estante preparado para conservar ingredientes.

- Veo que tienen una zona bien preparada para la conservación de pociones, si quiere que el muchacho tenga un laboratorio le recomiendo que vaya 3 tiendas más abajo, es un socio mío que tiene todo tipo de mobiliario de pociones y puede preparar una sala perfecta para un laboratorio.

- Gracias por su recomendación, la tendremos en cuenta.

Tras pagar lo establecido más un pequeño extra se dirigieron a la tienda que les habían dicho, allí añadieron al baúl un nuevo compartimiento que sería un laboratorio de pociones, lo estantes se cambiaron al laboratorio y se acondiciono para que los vapores de las pociones fueran eliminados al momento para no haber problemas.

- Bien, el laboratorio está completo, pero si quieren añadir algo más al baúl díganmelo.

- Pues ya que estamos así es, quiero que se añada una sala ritual y una piscina climatizada, además, quiero comprar para el baúl y que se ponga en la habitación un pensadero.

- Me temo señora que ahora mismo no poseo ningún pensadero, debería solicitar uno.

- Lo entiendo son objetos caros que requiere gran trabajo mantenerlos y si no se venden pierde dinero.

- En efecto, necesito que me de media hora y tendré aquí un pensadero con un juego de libros para su uso.

- Me complace, por cada minuto por debajo de media hora estoy dispuesta a pagar un extra de 5 galeones al precio total.

Mientras el dependiente trabajaba para conseguir el pensadero Lilith y Harold se pusieron a hablar sin que el hombre les escuchara.

- Aún nos está siguiendo.

- Es obvio que se trata de alguien enviado por Dumbledore, pero en cuanto salgamos me encargare.

- ¿Qué le vas a hacer Lilith?

- Ya veré, depende de lo que sepa y porque lo hace.

En la entrada de la tienda cubierta por una capa de invisibilidad había una joven alumna de origen muggle que iba a Hogwarts a la que Dumbledore había mandado para espiar al joven Harold, el director sabiendo que McGonagall no la apoyaría y pensando que los Weasley no tendrían éxito había ideado ese plan de contingencia para saber sobre el joven y poder usarlo a su favor. Le había dicho a la joven que sería bien recompensada con libros a los que los nacidos de muggles no tenían acceso y con una pequeña cantidad de galeones para sus gastos. La muchacha encantada había aceptado, no solo por espiar a Harry Potter, también como muchos que idolatraban a Dumbledore pensaba que lo que hacía el director era correcto.

Al cabo de 27 minutos contados el dependiente tuvo el pensadero y los libros, Lilith entonces pago el extra tal y como había dicho, se instaló en la habitación y tras eso salieron de la tienda tras pagar el total de la cuenta.

- Espero que todo sea de su agrado.

- Ha sido todo perfecto, desde luego tendremos en cuenta su tienda y la de su socio para próximas compras.

Tras salir de la tienda fueron al punto de transporte, se prepararon para marcharse y la muchacha que los seguía pensó que ya no tenía sentido seguirles, fue un error grave, en realidad fingieron desaparecer, pero en verdad estaban bajo un hechizo de invisibilidad, la joven les dio la espalda y en ese momento fue hechizada para que no se pudiera mover y hablar, ahora con la muchacha a su disposición fue cuando se marcharon del callejón sin que nadie se diera cuenta de lo que había pasado.

El castillo Peverell era inmenso, un lugar lleno de esplendor y poder, si la gente visitara el lugar disfrutaría e un gran ambiente a no ser que tuvieras que ir a las mazmorras de la fortaleza. Las mazmorras estaban equipadas con todo tipo de aparatos de tortura, salas rituales para hechizos y magia de todo tipo, la prisión del castillo era terrible, las runas en las paredes impedían usar todo tipo de magia a los prisioneros e incluso les hacían revivir sus peores miedos y recuerdos para causarles más sufrimiento, hasta ahora los únicos que habían estado en una de las prisiones fueron los Dursley desde que el castillo había sido vuelto a ser ocupado, Harold y Lilith llevaron y ataron a la muchacha en una mesa de piedra con símbolos rituales, la muchacha miraba con miedo y terror el lugar, deseando esperanzada ser salvada por Dumbledore de alguna manera.

- Bueno mocosa - hablo Lilith mientras Harold tomaba asiento tranquilamente - a pesar de que no hemos nada malo nos has estado siguiendo, pero como es obvio alguien que venera tanto a Dumbledore creerá que lo que ha hecho está bien.

- Pues claro que si, además ahora has probado que eres un peligro para Harry Potter.

- En realidad Lilith sigue mis órdenes y mi verdadero nombre no es Harry, mi nombre real es Harold Peverell Potter y a partir de ahora serás mi esclava.

La muchacha vio aterrada como el niño que vivió se dirigía hacia ella con una daga con extraños símbolos en la hoja y en el mango.

- ¿Lilith, la muchacha es virgen?

- Así es Harold, no solo va a ser castigada, sino que nos va a ser muy útil dada su condición.

La muchacha aterrada miraba la daga con los ojos llorosos, su mente no podía imaginar lo que le iban a hacer, pensaba que la iban a violar de alguna manera, pero sabía que la daga y su virginidad estaban relacionadas. El joven entrego la daga a Lilith y luego movió un espejo para que quedara justo enfrente de ella, el espejo tenía en el borde los mismos símbolos que la daga lo que hizo que la muchacha pensara que se trataba de un ritual de algún tipo.

- Bien zorra, ahora tienes dos opciones, la primera es que un demonio genere un cuerpo con la sangre que vas a verter, ese cuerpo será igual que tú por lo que el demonio te sustituirá en el mundo real para que sea nuestros ojos y oídos contra Dumbledore, por cierto, antes de que preguntes, tú te quedaras aquí en las mazmorras siendo torturada todos los días.

La muchacha del terror comenzó no solo a llorar, sino que su cuerpo perdió el control de su vejiga expulsando orina.

- Por otro lado, con la sangre que verterás puedo crear un ritual que te convertirá en mi esclava, volverás a tu vida, pero controlaremos todo aspecto de ella, ahora tienes que elegir, tienes un minuto que no va a ser agradable.

Lilith convoco un reloj de arena y le dio la vuelta para que comenzara la cuenta, Harold fue a la muchacha y agarro la daga. La dirigió a la piel de la muchacha como si jugara con ella, la deslizo suavemente por todos los rincones sin hacerla sangrar, solo causándole miedo y terror, cuando el reloj llego casi al final con un hábil giro de muñeca clavo la daga en el coño de la muchacha como si se la fornicara. El grito fue desgarrador, la joven nunca se hubiera imaginado que su himen, su virginidad fuera a ser rota por una daga, el arma entro completamente y sintió como el puño del muchacho golpeaba sus labios vaginales, tras eso saco la daga y la sangre comenzó a fluir, la piedra ritual al sentir la sangre comenzó a brillar, la sangre fluyo hacia el espejo que comenzó a iluminarse dejando ver una zona de fuego, azufre, dolor y sufrimiento.

- Se acabó el tiempo, dentro de poco los demonios sentirán la conexión y uno de ellos usara el espejo para entrar, convertirse en ti y devorar parte de tu alma, tú eliges.

- No quiero eso, quiero vivir mi vida, no quiero ser torturada.

- Bien, entonces lo primero es detener el sangrado - dijo Lilith - pero te puedo asegurar que yo voy a divertirme, pero tú vas a sufrir.

Lilith entonces se quedó completamente desnuda y mostro como en su entrepierna aparecía un enorme, grueso y venoso pene, un miembro que de una sola embestida introdujo en la vagina de la muchacha que grito de dolor ante la brutal penetración.

- Eso es zorra, grita, vas a ser mi juguete, mi esclava, vas a desear la muerte, pero no te la concederé hasta que yo lo desee.

Las embestidas prosiguieron durante varios minutos, la joven estaba al borde de la inconsciencia, pero la misma piedra ritual en la que estaba atada impedía que quedara inconsciente, cuando acabo expulso grandes cantidades de semen dentro de la muchacha y al terminar saco el enorme pene haciendo que la muchacha jadeara de alivio. La joven no vio como de su vagina la sangre y el semen que tenía dentro se iban vertiendo en una vasija, en ella Harold sumergió la daga con la que había robado la virginidad de la joven, el arma absorbió la energía en forma de sangre y semen que había en la vagina y cuando termino se ilumino con una tétrica luz negra.

- Ahora es el momento de terminar el ritual - dijo Harold haciendo que la muchacha mirara con miedo la daga - normalmente ya serías esclava de Lilith, pero alguien como tu merece algo mucho peor.

Harold se puso encima de la muchacha, esta inmóvil, solo pudo ver como la daga se acercaba a su frente, la hoja comenzó a rasgar su piel, el dolor era atroz, al terminar vio en el espejo como en su frente tallada con el arma cortante, creyó que había terminado, pero no era así. Las runas cubrieron el cuerpo de la muchacha, talladas lentamente y causando un gran dolor estas se extendían por el cuerpo de la joven para deleite de Harold y Lilith, la garganta, las mejillas, las orejas, los brazos, las manos, el pecho, incluso en el interior de la vagina de la joven para su horror, no había zona libre de runas.

- Todo listo, ahora solo nosotros dos podemos ver las runas, tú también las puedes ver para que recuerdes cada día que te mires al espejo tu nueva vida, cada runa tiene su función y las iras descubriendo con el tiempo.

- Si amo Peverell - la muchacha hablo comprendiendo que estaba completamente a merced del niño que vivió - ¿qué debo hacer ahora?

- Volverás con Dumbledore y le informaras en las tiendas que hemos estado, dado que o ha sido nada ilegal sé que no estará contento, pero conociendo al viejo seguro que te recompensa por tu trabajo.

La muchacha entonces fue liberada de la tabla de piedra y nada más ponerse en pie vio como su cuerpo destrozado por las runas recuperaba toda la salud que tenía de antes de la tortura, se fue el cansancio y el dolor, pero no la sensación de todo lo que había tenido que padecer.

- Vuelve con el viejo, las runas se encargarán de que digas lo que debes.

- Si amo.

Lilith le abrió un portal al callejón Diagon, allí la joven se dio cuenta de que en tiempo real solo habían pasado unos minutos, cuando en verdad para ella había sido la hora más terrible de toda su vida, uso el traslador que le había dado Dumbledore y se apareció en la sala que el director había habilitado para cuando regresara, al cabo de unos minutos Dumbledore apareció, la muchacha sintió un fuerte deseo de confesar todo lo que le había pasado, pero las runas se lo impidieron.

- Bueno señorita Smith, puede hablar.

- Profesor Dumbledore, como usted me dijo seguí a McGonagall, la profesora fue con el joven Harry Potter durante todo el trayecto por el callejón Diagon, tras eso fueron a realizar varias compras extras a los callejones adyacentes incluido el callejón Knockturn, debo señalar que los negocios que visitaron en ese lugar son aquellos que no ofrecen nada ilegal.

Dumbledore mientras escuchaba a Hannah Smith miraba en la mente de la muchacha, un sutil escaneo con Legeremancia le hizo ver que la joven decía la verdad, los negocios que habían visitado eran negocios legales, puede que no estuvieran sujetos a las leyes del ministerio de magia, pero si al ICW, no le gustaba, por las compras que habían realizado se demostraba gran poder y el deseo de conocimiento del joven, tenía que hacer algo, necesitaba un arma maleable contra Voldemort y que siguiera todas sus directrices, para luego casarlo con Ginevra Weasley y poseer la fortuna Peverell y Potter además de obtener las reliquias de la muerte de nuevo, entre la información que había obtenido de la muchacha y lo que le había dicho McGoganall sabía que debía ser cuidadoso, por lo el tiempo hasta que el muchacho llegara a Hogwarts se dedicaría a planificar sus siguientes movimientos, ya se encargaría de Lilith Peverell de una manera u otra.

- Bien señorita Smith, aquí tiene su recompensa.

La joven cogió una bolsa llena de galeones, tras eso activo el traslador y se fue a su casa, allí fue a la ducha para intentar con la caída del agua caliente olvidar el sufrimiento del día, tras salir de la ducha se miró en el espejo y vio las runas, todo el alivio que había sentido mientras le caía el agua es como si se hubiera esfumado, volver a ver su cuerpo mutilado le hizo recordar el horror que había pasado, el sufrimiento que había tenido que experimentar, tras eso se fue a su habitación y se dedicó a leer un libro de runas para ver si podía identificar lo que le habían causado y para que eran cada una de ellas.

Aquel 1 de agosto el mundo mágico en su mayoría era ignorante de todo lo que iba a pasar, el regreso del niño que vivió al mundo mágico saldría en las noticias del día siguiente, serían unas noticias que no pasarían inadvertidas para nadie y que cambiarían muchos aspectos de la vida de muchos miembros de la sociedad mágica, eso provocaría una revolución y unos cambios como nunca antes se hubiera visto desde la creación de Hogwarts.

Bueno, hasta aquí el primer capítulo. Viento25 y yo queremos agradecer que hayan leído el capítulo y esperamos muchos reviews con opiniones, críticas y cualquier comentario que ayude a que la historia pueda mejorar. Intentaremos tener el siguiente capítulo en como mucho dos meses, pero Viento25 es enfermera y con la crisis del Coronavirus esta hasta arriba de trabajo, yo es verdad que tengo menos al ser camarero y venir menos gente al bar por lo que seguramente avance más rápidamente con la otra historia de la saga. A continuación, informaré de futuros proyectos que tengo en mente y de los que están en proceso.

- Las aventuras del inmortal Harry Potter: El rey sabio de Poniente: el capítulo 7 de esta historia está en proceso, es la historia que más trabajo cuesta ya que la geografía y cantidad de personajes que tiene la saga de Canción de Hielo y Fuego es inmensa, pero intentare tener el capítulo para el mes que viene.

- Las aventuras del inmortal Harry Potter: La mano de la muerte: este es un crossover que con Juego de Tronos que constara de como mucho 3 capítulos y en el que añadiré otro personaje extra a la saga.

Estos dos más esta historia son lo único que de momento hay en proceso, hay otras muchas ideas claro, pero si me pongo a intentar plasmarlas todas al final no escribo de nada. Un placer escribir y que disfruten de las historias.