DISCLAIMER: Los personajes principales de esta historia pertenecen a la autora original de la saga "Crepúsculo": Stephenie Meyer, yo solo estoy jugando con ellos por diversión y por amor a la escritura, así que la historia es completamente MÍA. Prohibida la copia total o parcial de la historia sin mi autorización.
Summary: Él tratando de aferrarse a la vida que lleva. Ella tratando de encontrar su pasado. Lo que nadie se imagina es que las heridas abiertas en él, harán que a ella se le dificulte encontrar pistas de su pasado.
Capítulo 1: Renacer
POV Rosalie
Aovillada en el suelo percibí que todo estaba luminoso a mi alrededor… Tal vez demasiado, no pude aguantar la necesidad de pestañear unas dos o tres veces por segundo. Mis ojos podían percibir cada detalle de cada cosa en aquel bosque: El color de las holas, la textura de los troncos, las diferentes tonalidades de las rosas.
Me levanté lentamente del suelo que me acunaba entre hojas secas de otoño y raíces ásperas de los árboles. Por alguna razón, no podía recordar nada y tenía una sensación agridulce en mi pecho. Toda mi piel estaba expuesta, excepto mi cara y cada vez que el sol se colaba por entre los árboles, me ardía levemente — ¿Estaba desnuda? ¿Me estaba quemando en el infierno? ¿Qué había hecho para estar en esta situación? —. Miré mi cuerpo, no estaba realmente desnuda, estaba usando un top negro de tiritas en mis hombros y ni siquiera alcanzaba a tapar mi ombligo completamente, llevaba un short de jean que casi no cubría mis muslos y estaba descalza. — ¿Qué había pasado? —
Desorientada en un bosque a mediados de otoño. Nombre: Rosalie Hale. Edad: Dieciocho años. Eso era lo único que tenía en mente porque no poseía la más mínima idea del lugar en el que me encontraba o siquiera sabía lo que me había ocurrido. La soledad me oprimía el pecho y a medida que pasaban los segundos no me hallaba en ningún lugar, estaba perdida, no tenía memorias de mi vida o de las personas que, seguramente, conocía.
Me puse en pie, sentí mis piernas débiles como las de un niño cuando da sus primeros pasos y, como era de esperarse, me caí esperando por el dolor que nunca llegó, más bien estaba frustrada por seguir atada al suelo. Me llamó la atención que pude escuchar el sonido de dos ramas quebrándose. Luego llegó a mí una voz masculina, no entendía nada de lo que decía pero mi cuerpo se sintió expuesto y a pesar de que no pude ni levantarme la primera vez, de alguna forma, corrí hasta esconderme detrás de un árbol.
— Espera aquí… Alguien está cerca, puedo sentirlo.
Escuché una voz femenina. Pasaron diez segundos, nada se movió y no había ningún sonido diferente al de las aves. Mis manos se aferraban con más fuerza a la corteza del árbol, el cual estaba empezando a deshacerse. No me importó el hecho de que quizá alguna astilla pudiera herir mis manos o dedos, cosa que tampoco sucedió: Yo estaba sin un rasguño o molestia en mi cuerpo completamente petrificado.
— Vamos, Bella. Nos están esperando y tú siempre andas diciendo que alguien nos sigue, justo cuando terminamos de cazar — Sonó una cansina voz masculina.
— Ya te debe estar afectando algún delirio de persecución, hermanita — Le siguió otra voz masculina pero un poco más burlona.
— Hey, muchachos -silencio-. Déjenla, saben que ella tiene ese instinto mejor desarrollado que cualquiera de nosotros, es muy cercano al de Alice. Compórtense — Esta voz era otra voz masculina más autoritaria.
Pronto, algo me rozó el hombro y me asusté, eché a correr sin rumbo, sin embargo en un parpadeo ya estaba rodeada por cuatro "personas" — ¿Qué eran ellos? ¿Qué era yo? — Los miré y me miré a mí alternadamente. Estábamos en un claro rodeado por árboles. Ellos brillaban igual que yo, la diferencia era que a ellos parecía no molestarles -como a mí-, o seguramente ya estaban acostumbrados. El ardor en la piel expuesta se me hizo más agudo y opté por pasar mis brazos alrededor de mi cuerpo, pero claro, eso nunca funcionaria. Pronto vi que ellos llevaban ropa más cubierta que la mía.
Una mujer, tres hombres. Todos hermosos brillando por la luz del sol ante mis ojos, completamente inmóviles. Yo estaba asombrada, cada uno era tan diferente y tan parecido al otro, coincidían en la misma tonalidad de sus ojos dorados y la piel pálida que parecía un diamante brillando ante el sol. El hombre que cabello rubio medio rizado que estaba en el centro dio un paso hacia mí, casi a los dos segundos sentí la paz corriendo por los músculos de mi cuerpo y pude tomar un suspiro, pero no por eso dejé de sentirme asediada y nerviosa.
Un segundo después del cambio tan abrupto -nerviosismo/tranquilidad- mis sentidos se pusieron alerta: Mi vista era tan asombrosa que podía ver más allá de las cosas que me rodeaban, escuchaba cosas que probablemente podían estar a kilómetros de mí, ni hablar de mi sentido del olfato. Escuché a un animal y se me antojó probar la sangre del ciervo que estaba en la zona — ¿En qué tipo de demonio me había convertido? — quería probar la sangre de aquel animal y no me tomó más de cinco minutos atacarlo y drenarlo con mis — ¿Qué tenía en mi boca? ¿Colmillos? — hasta dejarlo completamente inerte. Me puse una mano en el pecho, mi cuerpo no me pedía respirar pero yo estaba tan asustada que inhalaba y exhalaba aire constantemente — ¿Me había metido en algún tipo de secta sin darme cuenta? — mientras veía con horror al ciervo que había asesinado.
— Puedes quedarte tranquila — Escuché la voz de un muchacho detrás de mí, se mantenía junto a su grupo pero conservaba su mirada en mí.
— ¿Qué me hicieron? — A penas pude preguntar poniendo una mano en mi garganta.
Los tres hombres dieron un paso hacia mí al mismo tiempo que hablaban, me daban explicaciones y preguntas que se me hacían confusas. Yo retrocedía tímidamente, no entendía a ninguno de ellos, todo era muy difuso y algunas imágenes que no distinguía empezaban a vagar por mi mente. Ya me estaba mareando y la luz que había distinguido se estaba desvaneciendo. Cerré los ojos aterrada. No pude retroceder más porque me topé con el tronco de un árbol. Lo miré y luego solo pensé en salir corriendo como lo había hecho anteriormente, solo me importaba sobrevivir. Excepto por la cruel realidad de que ya no servía de nada huir, aquellos seres parecían igual de extraños a mí y me encontrarían donde quiera que me ocultara.
— ¡Basta! — Dijo la muchacha y en un parpadeo se situó a mi lado — La están asustando. Todos se quedaron en silencio, la mujer volvió su mirada a mí y me sonrió — Mi nombre es Isabella Cullen, pero dime Bella. Estos dos idiotas que te lanzaron una respuesta tras otra, son mis hermanos Alec y Jasper.
Señaló a un muchacho rubio y otro castaño, ambos asintieron con la cabeza y una sonrisa. Todos parecían tener la misma edad supongo, excepto el castaño que se veía un poco más joven. La muchacha y el joven rubio debían estar entre los dieciséis o diecisiete años y el castaño parecía más de quince.
Entonces -sin querer- miré al otro hombre rubio que se veía mayor y más maduro, de unos veinticinco o treinta y tantos a lo mucho. Bella notó que le faltó presentarme al último hombre y… si fuera posible… ayudarme a saber lo que había pasado conmigo. Terminé con mis pensamientos en cuanto Bella señaló al último hombre.
— Él es Carlisle Cullen, nuestro padre adoptivo… Nosotros somos algo así como sus hijos dentro de una familia que los humanos catalogan como "especial"… Pero, si lo deseas, eres bienvenida a formar parte de ella — Todos sonrieron, en especial el que decía ser el patriarca de la familia.
Habían muchas preguntas en mi cabeza, todavía no tenía la menor idea cómo había llegado al bosque o lo que era, porque definitivamente no me caracterizaba como un humano común. Ellos eran la primera especie que veía y se parecía a mí, tenía que preguntarles si ellos sabían lo que me había pasado. Desconocía si ellos me habían hecho daño o la razón por la que estaban en el bosque conmigo y ayudándome tan amablemente, en pleno siglo XXI ya no se sabía en quién se podía confiar, pero no tenía nada más entonces solo me quedaba mantenerme alerta.
— ¿Qué somos? ¿Qué me pasó? ¿Por qué maté a ese ciervo? ¿Por qué me siento tan anormal? ¿Dónde estamos? No sé si me di un golpe en la cabeza, ni siquiera sé de dónde vengo y mi piel se siente distinta... yo me siento distinta — Una palabra salió tras otra, divagué por mucho tiempo y luego empecé a recordar algo sobre una guerra: Yo estaba tratando de protegerme de alguien en ese lugar al intentar matarlo — Esto debe ser un sueño… Yo no podría herir a alguien.
Levanté mis manos temblorosas y las miré con miedo. Recuerdos de guerra y "personas" sin rostro e imágenes de sombras llenaron mi mente y cuerpo de miedo. En mis recuerdos era una mujer inquebrantable, odiosa, mandona, que no se doblegaba ante nadie y tampoco recordaba amar a alguien, no obstante tampoco recordaba tener la fuerza física o la velocidad que me había ayudado a escapar.
En mi despertar frente a los individuos, esas emociones y características habían salido de mi cuerpo como alma que lleva al diablo. Quizá no estaba temblando pero si tenía miedo de los individuos con los que me había topado — Voy a morir — pensé.
Todos a mi alrededor se miraban entre ellos. Alec asintió con la cabeza a su "familia" y salió corriendo con velocidad en dirección opuesta a la que yo me encontraba — ¿Estaban buscando ayuda por mí? ¿Por esa razón Alec se había ido? — Por lo menos ya me sentía menos indefensa porque algo en aquel grupo me daba confianza. Me mantenía cerca de Bella, a pesar de que creía que Jasper y Carlisle tampoco me iban a dañar; confiaba en el dicho de que entre mujeres nos cuidábamos.
— ¿Cómo te llamas? ¿Lo recuerdas? — Preguntó Carlisle con voz amable.
Asentí — No sé si estoy equivocada, pero en cuando estuve consciente supe que me llamaba Rosalie Hale y tenía dieciocho años. Es lo único que tengo realmente claro en mi mente, lo demás está muy borroso, veo algo así como una guerra y tinieblas.
Bella y Jasper se pusieron rígidos, incluso creo que Carlisle también llegó a tensarse en un punto cuando dije mi nombre y lo que recordaba. Se enviaban miradas íntimas entre ellos y se me hacía que estaban manteniendo una conversación con su mirada de la que yo era del todo ajena. — ¿Qué tenía mi nombre para que fuera un tema de debate entre ellos? — Ya llevaban unos buenos segundos con las miradas, llegué a sentirme incómoda, por suerte Carlisle rompió el contacto y volvió a mirarme.
— Bueno, Rosalie, todos nosotros somos vampiros, incluyéndote — Solté un suspiro y me quedé pensando en lo que decía.
Abrí mis ojos de par en par y una sonrisa burlona se plantó en mi rostro — Esto debe ser una broma ¿Yo? ¿Vampira? — Yo no creía que nada de esto existía, ni hadas o sirenas, duendes, mucho menos vampiros y ahora resultaba que era una de ellos -un chiste-. Todos se quedaron en silencio notando el estado de shock en el que yo me encontraba. Deje de sonreír en el momento que me di cuente que ellos estaban serios y me decían la verdad. No tenía idea de lo que había hecho para que me convirtieran en eso, ni siquiera recordaba que lo hubieran hecho o lo que yo había sido en mi vida pasada, pero estaba segura de que era algo malo ser un vampiro. Tal vez no había sido mi elección. Todos pusieron un gesto amable como si supieran lo que yo estaba pensando y Carlisle continuó hablando.
— Normalmente nuestro cuerpo nos pide sangre humana pero dadas las circunstancias tú te alimentaste de un animal. Algunos de nuestra especie se alimentan de humanos, no obstante estamos muy lejos de la civilización como para que haya personas rondando por aquí. Nosotros queremos convivir con los humanos de la mejor manera posible y por eso nos alimentamos de animales. Como te habrás dado cuenta poseemos fuerza y velocidad sobrehumana y somos casi indestructibles. Cada vampiro posee una característica especial y diferente, la cual es desarrollada durante su transformación y se convierte en su don para la eternidad.
— Además, tu apariencia no cambiará. Ante los ojos de los demás tienes y tendrás dieciocho años -o menos-, a pesar de que tengas cien o mil años de existencia — Sonrió Bella aligerando el ambiente — No sabemos cómo llegaste aquí, quizás fuiste convertida por voluntad propia o como última medida para salvar tu vida — Continuó — Si estás de acuerdo, puedes venir con nosotros, los de nuestra especie presentan algunos "cambios" a la hora de la transformación como dijo Carlisle.
— Yo soy el vampiro más viejo en nuestro clan, tengo ciento setenta y cinco años. Te podemos ayudar a recordar. No te asustes — Dijo Jasper. Luego me sentí plena y calmada como por arte de magia.
Qué raro, Jasper no se veía como el más viejo, a lo mucho podía tener diecisiete años. Bella hizo un gesto con su cabeza para que la siguiera y en seguida comenzó a correr. Rápidamente y sin pensarlo mucho, la seguí y entonces todos corríamos increíblemente rápido, aun así yo percibía hasta el más mínimo detalle del entorno que me rodeaba. No había un rastro de sudor en mi cuerpo y tampoco me sentía cansada físicamente. Podía esquivar fácilmente cualquier obstáculo que se presentara en mi camino.
Varios kilómetros después llegamos hasta una hermosa casa blanca, de tres pisos y grandes ventanales que le daban mucha luminosidad; fue entonces que percibí la presencia de por lo menos cinco vampiros más, no sabía si esa era la familia de la que me habían hablado o simplemente me estaban llevando a mi propia destrucción pero por mi salud mental preferí creer en la palabra de la vampira y me aferré a ella. Bella bien podía ser mi salvavidas y no sé cómo no se había incomodado por mi cercanía, yo estaba corriendo a unos dos centímetros de ella.
La casa era más grande por dentro de lo que se veía por fuera. Un grupo de vampiros estaba acomodado en la sala hablando tan rápido que se me hacía imposible entender una palabra. Jasper caminó hasta donde estaba una sonriente y menuda chica con cabellos cortos, oscuros y desordenados, y la abrazó por la cintura, sin embargo no se alejó del todo de mí. Paseé mi vista por el lugar y reconocí a Alec sentado en un sofá de tres puestos abrazado a una muchacha de pelo largo y castaño. Uno de los vampiros de cabello cobrizo desordenado, alto y con cuerpo bien formado se acercó sonriente a Bella con intenciones de abrazarla, lo que hizo que yo me alejara un poco sin saber lo que pasaba o qué esperar con ese gesto y aun así Bella se puso a mi lado y me sonrió dándome confianza. El vampiro alto retrocedió un poco no sin dejar completamente el lado de Bella. Quedaba una vampira en la sala, de cabellos ondulados color caramelo y mirada dulce, me sonreía cariñosamente y entonces Carlisle tomó su posición en el centro del semicírculo.
— ¿Y Emmett? — El patriarca preguntó confundido mientras daba una vista rápida a su alrededor y fruncía el ceño a todos en general. Todos se encogieron de hombros excepto el vampiro que había intentado abrazar a Bella.
— Bueno — Continuó el patriarca alzando el tono de la voz — Esta es nuestra familia. Ella es mi esposa, Esme. Ya conoces a Jasper y Alec, sus respectivas esposas son Alice y Heidi. El esposo de Bella es Edward. Por desgracia, mi otro hijo, Emmett no está con nosotros pero seguramente debe estar cazando, de todas formas no tienes nada de qué preocuparte.
Esme se acercó a mí con los brazos abiertos — Es un gusto conocerte, querida. Alec ya nos informó de la situación. Ahora puedes decirnos en qué podemos ayudarte. ¿Qué tanto de tu vida como humana recuerdas? — Se quedó pensativa y volvió a su actitud amable y cariñosa — Emmett puede detectar los dones de otros vampiros y viajar al pasado. Con eso podríamos responder algunas de tus preguntas. Hasta que él llegue, estarás segura con nosotros.
— ¿Podré utilizar mi "don" para protegerme de lo que sea que me ataque? Hablando de eso ¿Cuál se supone que es mi habilidad especial?
Miré a Carlisle quien parecía estar más enterado de ese tema pero todos se acercaron a mí con la intención de responder a mi pregunta. Él no supo decirme nada acerca de mi don, "Emmett" era el único que podía reconocer los dones además de viajar al pasado o tener vistazos de éste.
Me puse nerviosa de pronto. Jasper habló diciéndome que él podía sentir y controlar las emociones de las personas que tenía a su alrededor. Así fue como todos me hablaron de sus dones y de la forma en la que los habían convertido en vampiros, excepto Alice que al igual que yo no tenía memorias de su vida pasada, más sentía un dolor en el pecho al intentar recordarlo, por esa razón se limitó a dejarlo y vivir en el presente, además de hacer uso de su don que era ver el futuro.
Estaba completamente emocionada y asombrada. Confiaba en esta especie de familia, en la dieta tan humana que llevaban y la manera en la que se apoyaban entre ellos… Creaban imagen de la familia adoptiva perfecta frente a los humanos, en los diferentes lugares donde iban a vivir: Con Carlisle y Esme como padres y el resto como sus hijos adoptivos, por eso nunca les ponían problema porque hubiera relaciones amorosas entre ellos: Como que Edward y Bella fueran "novios" o Alice y Jasper, incluso Heidi y Alec que parecían un poco menores. A pesar de que ellos ya tenían cientos de años viviendo juntos y estaban casados con sus respectivas parejas.
Me intrigaba saber del vampiro que no conocía. Edward y Alice rodaban los ojos con una sonrisa madura cada vez que Carlisle o Esme preguntaban por él, nunca decían nada. Bella se acercó un poco a Edward y empezó a hablarle en susurros.
— ¿Por qué no ha aparecido el oso? — Preguntó ella frunciendo el ceño.
— Está en el bosque, terminando de cazar — Edward sonrió con malicia — Tienes que estar atenta, esto se va a poner muy divertido en cuanto llegue a casa y te vea — Él sostuvo su mano y la acercó tomándola delicadamente por la cintura para, finalmente dejar un beso en su frente.
Edward y Bella eran una pareja tan hermosa y armoniosa, al igual que todas las que llenaban la habitación. Todas derrochaban amor por el otro de diferentes maneras, fuera con miradas cómplices o contacto físico simple. Me pregunté si en mi vida pasada yo había tenido una relación así con alguien o al menos si tenía algún amigo por el cual me sintiera atraída. Incluso quería saber sobre mi familia. Si tenía alguna relación seria, a qué me dedicaba para ganarme la vida y todo en general. Me relajé un poco pensando que cuando llegara el tal "Emmett" podría responder algunas de mis dudas.
Este ha sido el primer capítulo de mi nueva historia. Al principio, iba a ser un One-Shot puesto que nunca había trabajado con estos personajes como protagonistas de una historia, pero luego se me hacía más y más larga. Así fue como llegamos a esto.
Espero que les guste mucho… Algunas veces, las personalidades de los protagonistas no son ni de lejos las que tienen en los libros originales, pero hice lo más que pude para apegarme a las que los describen.
Por último, actualizo todos los lunes y estaré subiendo adelantos en el grupo de Facebook -Élite Fanfiction-
Gracias por leerme. Saludos desde Colombia.