Cuando despertó ya era de día, la luz se filtró por las ventanas. Restregó sus ojos con sus manos involuntariamente, intentando aclarar su vista, pasó su mirada por la habitación con lentitud encontrando a Rin durmiendo.

—Y se supone que me está vigilando —eso le hizo bastante gracia. Issei extendió su conciencia alrededor, logró sentir a algunos Hechiceros fuera de su habitación, aunque Rin dormía no le había quitado los ojos de encima hasta que se quedó dormida en algún momento—. Bueno, hoy es el día.

Levantándose de la cama fue directamente al baño donde estaba su cepillo de dientes, primero lo primero. Luego de lavarse la cara y cuidar su higiene dental, miró su cuerpo en el espejo, las heridas estaban cerradas afortunadamente pero su carne estaba sensible todavía así que solo por precaución se los pondría después de ducharse. Lo siguiente era ver sus circuitos mágicos, cerró sus ojos y canalizó prana en su cuerpo.

—Bien, ahora me siento un poco mejor —sonriendo aliviado caminó hasta llegar a Rin—. Oye, Rin-san, despierta.

La sacudió tres veces, haciendo que despertara.

—Sí… te oí —gruñó.

Ella bosteza mientras él le daba la espalda con el teléfono en mano, la Tohsaka menor solo pudo escuchar algo relacionado con comida.

—No sé que van a hacer ustedes pero iré a desayunar pronto, me voy a bañar así que si eres tan amable…

—No tienes que pedírmelo dos veces —ella se levantó rápidamente del sofá—. Ya he cumplido con mi parte. Ve a la entrada de la torre del reloj, ahí nos vas a encontrar.

—Entendido.

Una vez que ella salió se aseguró de que Rin se alejara lo suficiente como para tener la certeza de que no volvería sino hasta más tarde o que de plano no regresara, era mejor para él de todos modos.

Fue entonces cuando Issei miró su reflejo en el espejo del baño hasta que su imagen se fue distorsionando hasta mostrar un rostro familiar, Edmund estaba escondido en el espejo.

—Nadie te ha detectado, bien. Sellaré todas las entradas y salidas con magia, pero como ahora no estoy en el mejor estado te quedarás aquí y si alguien entra utiliza una ilusión demoníaca para sacarlo de aquí —Issei le ordenó—. Si eso no funciona noquealo, no lo mates porque si no me detendrán y por lo tanto a tí igual, si intentas usar esto a tu favor voy a hacerte sufrir…

El demonio no se atrevió a mirarlo, sin embargo la rabia era notable pero no podía hacer nada.

—Sí, señor…

Edmund se quedó en el espejo, en espera de que algo pasara.

Afortunadamente para Issei, la ducha estaba separada, definitivamente no quería ducharse con otro hombre ahí mismo… la idea le dio escalofríos.

Una vez que terminó de ducharse fue corriendo a desayunar. no quería ir con el estómago vacío a cualquier lugar, por fortuna era lo suficientemente normal como para pasar desapercibido con facilidad… si tan solo no llevara un portafolios que o no quedaba para nada con su ropa casual, aunque recibió miradas extrañadas de la gente nadie le dijo nada.

Cuando terminó de comer salió del hotel con dirección a la Torre del Reloj.

Justo como Rin dijo ahí se encontraban ella y Tokiomi, lo curioso es que no estaban solos, justo al lado del Tohsaka estaba parado un hombre, él tiene el cabello largo y espigado, viste con un traje verde, pantalones negros y botas del mismo color, era elegante al punto de que utilizaba un sombrero, ese hombre tiene una sonrisa perpetua y sus ojos parecen estar cerrados… Issei no sabía por qué pero sintió que aún así podía ver.

—Joven Hyodo, quiero presentarte a Leiv Uvall, es el director del edificio de Investigación Universal —el ahora llamado Leiv acercó su mano a Issei que no tardó en responder el saludo—. Señor Leiv, este joven de aquí es Hyodo Issei, es el hijo de Anneliese Ambrosius.

Leiv pareció sorprendido por lo que el Tohsaka dijo.

—Ya lo veo, realmente no me había fijado muy bien en este joven, ahora entiendo por qué me parecía familiar —al menos el tipo era tranquilo—. Ciertamente veo los rasgos de ella en su rostro, especialmente sus ojos, igual eran rojos.

Issei realmente no sabía qué decir, era un poco incómodo hablar de ella con gente con la que él no estaba familiarizado.

—Ahem. El joven Hyodo es capaz de abrir la oficina de Anneliese, vengo precisamente porque recuerdo que ustedes estaban buscando unos tomos recopilatorios de investigación… Sé que mi difunta amiga habría deseado dejarlos a su cuidado —Issei se abstuvo de gritarle a Tokiomi por tal mentira, aunque seguramente hay algo de verdad en sus palabras—. Desafortunadamente encontrar al muchacho no fue una tarea sencilla, para ser solo un chico es bastante escurridizo.

—Bueno hago lo que puedo, la verdad es que prefiero no meterme en problemas con nadie —Issei estaba seguro de haber escuchado un resoplido en su mente—. Además, es posible que mi madre haya dejado cosas de nosotros aquí ya que le gustaba venir aquí cuando tenía tiempo.

Leiv parecía contento, pero internamente tenía muchas preguntas que querían respuesta, pero estos no eran sus asuntos y no quería verse involucrado con los Tohsaka en una pelea, la reputación del Camino de Rocas debe ser preservada así. Con darle una mirada al hijo de Anneliese, Lev pudo saber que el chico al menos sabía defenderse, su aura y postura delataban que estaba siempre alerta, si era por nervios, miedo o simplemente por desconfianza era incierto. Hyōdō no parecía buscar problemas y eso era un buen indicio.

—Entonces no perdamos más tiempo, síganme —el hombre en traje verde guió a los tres por la zona. Tokiomi no recordaba muy bien esta sección, pero una vez estuvieron cerca pudo ver que el lugar aunque viejo estaba bien preservado, todo el camino estaba hecho de rocas y las paredes de los edificios aledaños eran de ladrillos, pudo ver entonces por qué le decían el Camino de Rocas.

Habían llegado a lo que parecía ser un castillo pequeño, ya sea para su buena o mala fortuna, pasó un tiempo en el inframundo y los castillos allí eran… solo podía decir que dejaban en vergüenza a este en comparación. Afortunadamente Leiv era quien los guiaba, así que llegaron rápidamente a su destino.

Alguno que otro estudiante les echaba una mirada curioseando, aunque los chicos miraban a Rin como era de esperarse, ella no los vio o simplemente los ignoró.

—Hemos llegado. Si puedes hacerlo, este es tu momento.

Issei se acercó un poco a la puerta que estaba frente a él.

La puerta había sido hecha especialmente para un tipo de flor especial que desactiva el hechizo puesto sobre ella, una puerta que solo Anneliese Ambrosius podría abrir y por ende Issei también podía ya que era su hijo. El moreno analizó la puerta durante un momento, habían muchas hendiduras que brotaban justo del centro de la puerta, lugar en el que había un agujero del tamaño de una pelota de béisbol. Una puerta mágica que sólo podía abrirse al llenar todas sus hendiduras con un hechizo específico.

Issei podía reconocer la flor que debería ir ahí, ya que solo ciertas raíces eran así de grandes. Abrió su portafolios y tomó una rosa pálida, que si bien no tenía su tallo, no era necesario. Colocó la flor en la agujero del centro y recitó.

—Crescere, dimittere et aperire —con su voz tranquila y su poder mágico siendo transmitido a la flor, él realizó el encantamiento.

De la rosa pálida brotaron muchas raíces que fueron guiadas por todas las hendiduras hasta llegar a los puntos especiales donde permitirían la liberación del encantamiento en la puerta.

Una vez que todas las raíces llegaron a su lugar, él volvió a hablar.

—Floret —de los puntos en las raíces comenzaron a brotar nuevas rosas, solo que estas eran totalmente rojas y llenas de vida, que se iluminaron por unos instantes y luego solo se volvieron menos que polvo, pues su función estaba hecha.

Con ello, la puerta se abrió finalmente. El aire dentro de la habitación había estado encerrado durante muchos años, como es de esperar estaba llena de suciedad y olía a viejo. Allí había muchos artefactos, rocas extrañas, libros viejos y gruesos, trozos de mapas y todo tipo de cosas de muchas partes del mundo. Todo lo que tenían en común estos artefactos es que eran parte de la historia de la humanidad, además de que muchos parecían emitir un pulso de energía pequeño.

El primero en entrar fue Issei, quien veía el área con cierta solemnidad. En el escritorio había algo que le llamó la atención. Se tomó la libertad de tomarlo.

—... —su expresión tensa se suavizó, esbozó una triste pero nostálgica sonrisa.

Era una foto enmarcada de la primera vez que Issei había hecho un hechizo. Ahí estaba un pequeño Issei, acompañado de su madre quien sonreía con orgullo al ver como su hijo lograba con éxito hacer crecer un brote.

En la pared frente al escritorio se encuentra una puerta de madera, afortunadamente no estaba bloqueada. Tokiomi y Leiv entraron finalmente, directamente se dirigieron a dicha puerta, el director había llegado a buscar los tomos que dijo Tokiomi y los tomó en brazos.

—Caballeros, señorita, iré a dejar estos en mi oficina, volveré en un momento.

Todos asintieron en silencio mientras el director del edificio se iba con una sonrisa alegre plasmada en su rostro. La salida de Leiv fue algo que Tokiomi no se esperaba, pero el director les dio el tiempo para hacer sus asuntos.

Mientras buscaba

—A todo esto, hay algo que no he preguntado ¿Hay noticias sobre los otros Master? —Issei preguntó a los Hechiceros.

—La iglesia, que actúa como árbitro en esta guerra, nos dio la información de que hay dos Master que han sido localizados y llamados.

—Ya veo, ¿Algún nombre?

—Una joven exorcista y un sacerdote, Xenovia Quarta y Kotomine Kirei.

Issei se quedó estático, esos nombres…

—Esto es demasiada coincidencia ¿Por qué ella de todas las personas? —aunque habló solo, los demás escucharon atentos.

—¿Conoces a la señorita Quarta?

—Algo así —su respuesta vaga, como siempre.

Tokiomi se acercó a Issei con un papel que estaba doblado, él le extendió la mano para dárselo.

—Aunque vas a delegar tus Hechizos de Comando y no intervendrás en todo esto, es mejor que sepas quién fue el que robó el Santo Grial —Issei tomó el papel, aunque miró a Tokiomi confundido—. Si llegas a ver a esta persona, deberás de informarme de inmediato, este hombre es nuestra prioridad máxima.

Issei desdobló el papel con calma, solo para encontrar un rostro familiar dibujando. Issei se quedó completamente inmóvil, el tiempo pareció detenerse en ese momento para todos en la habitación, para desgracia del director que ya estaba ahí también le sucedió.

¡Puedes lograrlo Issei!

Algo dentro de Issei comenzó a arder.

Soy Vincent Levan, será un placer enseñarte a usar tus poderes.

La habitación comenzó a crujir, todos los Hechiceros sintieron ganas de vomitar, respirar se había vuelto casi imposible. Había una fuerte cantidad de poder mágico inundando el área, su cuerpo nuevamente parecía estar gritando de dolor y no le importaba.

Eres un buen niño, no pierdas ese brillo.

Tokiomi, normalmente calmado y elegante, se encontraba protegiendo a su hija de la presencia de esa... cosa.

Nadie de los presentes había sentido una sed de sangre tan grande como esta, lo hizo dudar de si podían contra eso.

La cara de Hyōdō comenzó a deformarse, escamas brotaron, sus ojos dejaron de tener esclerótica para volverse totalmente verdes, su pupila ahora era una rendija vertical igual que los ojos de una serpiente, estaban rodeados de un rojo diabólico.

El escritorio se partió, el suelo solo de milagro no se rompió pues estaban reforzados, pero todo temblaba bruscamente.

Grrrrrr...—como si fuese un sonido emitido desde el abismo, él gruñó.

Pronto todos comenzaron a sentir calor, el aire se estaba calentando a una velocidad alarmante.

—¡Tenemos que salir ahora!

—¡Hyōdō, reacciona ya!

Te mataré...

¡Flash!

Boosted Gear apareció en el brazo de Issei.

—[Compañero... es suficiente, recobra tu control] —la voz del dragón galés llamó a su usuario—. [Si no te calmas vas a hacer algo de lo que te arrepentirás].

Y eso fue todo.

Aquella horrible sensación desapareció, sus pulmones les obligaron a respirar su preciado oxígeno. Todos miraron el origen del terror que pasaron.

Todos esos rasgos peligrosos habían vuelto a la normalidad, sin embargo había una sombra perpetua en su rostro y se encontraron con una mirada con ansias de asesinar.

—Tengo que hacer unas llamadas.

Con eso dicho, él salió en silencio. Nadie se atrevió a decirle nada ni fueron capaces de seguirlo.

El Tohsaka mayor habló, cuando dejó de sentir la presencia de Issei.

—Nunca más luego de esto, volveremos a relacionarnos con esa cosa, Rin…

Rin no dijo ni hizo nada, solo se quedó mirando a la nada, meditando si lo que acababa de suceder había sido real.

Su aura naturalmente había llamado la atención de todos los estudiantes, probablemente las personas encargadas de la seguridad estaban detrás suyo, aunque no era demasiado probable pues solo fue un aumento en su aura, ojalá lo dejaran pasar, no había dañado más que el escritorio de su madre.

Issei había salido corriendo lo más tranquilo que pudo, toda su mente estaba en conflicto por lo que acababa de ver, pero para su mala fortuna estaba lleno de recuerdos que él trataba de evitar a toda costa.

—Esto... esto no puede estar pasando ¿Por qué él...? ¿Por qué no puede ser alguien más?

J̡͇͌ų̶̭̜͓̣ͨ̓͑ͬ͝͞g̷̨̢͓̥̪ͪ́̀g̡ͯ̐͂̽҉̸̨̫͘͢͞͝e̵̢̢̡͓̣̰͓̹̤͖͍̠̣̥͈͈ͬ̋̾͂̌̓̾̏̔͐̑̑̕͞r̶̴͊̿̆̀̉͗ͤͣ̎ͤ̈̈͟͏̸͚̞̦̥̥̟̰̗̠̲̙̩̝͈̼̀ͅň̸̏ͧ̑̏̒ͫ̎͐ͮ̉͛͌͊̈̏ͨ͘͝҉̶̷͚̫̝͙̳̖̼͈̬͕͉͕̳̭̹͢a̺͍ͦ̈́͑ͤ̇͊ͯ̏̃ͫ͌͛̆̿͋̓̾́ų̴̷ͤͬ͂̈ͤ͆̈̎̈́̇̔̌͛ͦ̍̃̎̕͜͢҉҉̡̛̛̀͜͏̢͏̡͉̲̱͓͎͖͎̠͈̮̥̠̠̗̦͢ͅͅt̸̸̴̢̧̛̤͖͎̬̬͔ͮ̒ͧ͆̓͛ͭ͘͞ ̵̶ͤ̐̀͡҉̸̵̵̷̴̢̛̩̖̙̪̮̫̹̭͙͘͘͜͢͜͝ͅD̨̢͖̞͈ͭ̃͗̂ͅŗ̶̨̡̹͕̦͍̖͎̌͂͆ͩ͑ͣ̾͑̐͊ͤ̀͞î̎̾̐ͪ̓͂҉̸̶̛̜͓͇̀͟͠v̵̨̢̯̝͎ͩ̀͋̂e̢̩̜͉ͮ

Hyōdō había perdido la noción del tiempo, solo recordaba estar sentado en la banca de un parque cercano, había erigido una barrera que hace que la gente común no se acerque o simplemente eviten el área lo que era útil para este momento. Su mente era un caos que no parecía controlarse, estaba demasiado tenso y estresado, aunque lo que dominaba su ser era simple y llanamente odio.

Y̌̈́̎̅̉̏ͧ҉̧͟͏̶͉̲̗̰̠̰͔͟o̧̼ͬͬͣͧͯ̾ͣ̕͢͟.̧̘̯̃̃ͭͬ̽̍̃̐̑.̵̷̡̧͓̬̹̙̬̳̣̽͌ͤͬͭ̄̌͆̾͂̎̀͠.̸͐͒ͦ͂̐ͥ͗͑̑͝҉̜̳͙̳͎͔̰ ̸̢͒͌͒ͨ̅́̀́͘͝҉̵̮̱̞̬̣̻̘̯͔ạ̷̸̸͓͕̓̈́̊̃q̴̷̢̡̛͚̪̦̳ͭ̅͌̍ͣ̀͘͢͝͞ư̷̯͆ͤ̿̉̿͗ͨ͘̕͝͡ȩ̵̶̢́̄̆̑̌ͣ̄́́͘͟҉͟͏̜̱l̷̤̼̻̤̯̐̔ͬ͛̃͒̉̀͜͝ ̶̷̡ͯͥͯ̉͋̍̓̎ͮ̀̚̚̚͘̕͜҉̶̢̗̹͔͚̫̙̫͉̻̙̭͟͞ͅq̷̟̘͉̺͈̦̊̾͂ͧu̡̡̾ͭ́ͪͪ͑̇͏͚̲̼̞͚͓̮̪̜̠̦͢ͅͅè̷̶̛̟̺̜͙̲̼̘͕̠̔̈́͌͌̓̄ͯ͑̇ͮ́̀͘͝͞͠͠ ̷̋͐̿ͦ̒ͬ̚҉̴̷͞҉̸͜͞͏̵̸̝̘͚͔̠̺͝d̸̨̯̖͑̆̓ͣ̋͂ͩͥͦͬ̋͡ė̸̡̮̩͎̙̗̠̳̲̦̟͙̋̉̅͒ͭ̃́̇̋̏ͧ̄́͠͡ͅs̢ͬ͆ͩ̏͋̌͆̾ͣ͛͗́͏̛̛̦̻̻̣͖̫͟͝͝p̛̌ͫͬ̎̄̊ͥͣ͢͏̶̪̞̣̗̳̟͖͉͎́́͜͜͟͞e̽͛͗͢҉̶̶̸̧̡̡̢̢̧͉͍̳̳̺͖̖̼̣̟́͘ͅr̹̳͎̍͛͊̐ͭ̊ͪͨ͗͝ͅt̸̸ͥ͆͂͛̉́͘͟͠͝͏̻͎̩̭̱͓̣̬͔͟a̜̪̘͈͈̮͂͝ŗ̷͉̹̂̕á̺͔̱̮̲̹̺̫̘̮̮͍͆̉͆̽ͦ̕͞͞͠ͅ

—Aún si trato de dejar esos recuerdos atrás... te las arreglas para aparecer nuevamente... Rizevim —Issei miró sus manos temblorosas fijamente, por un instante estuvieron manchadas de sangre y tuvo que cerrar sus ojos y abrirlos nuevamente para ver que solo era una alucinación—. No, eso ya pasó... no voy a ser controlado otra vez... nunca más.

Le tomó un par de respiraciones cortas calmarse, porque estaba empezando escuchar esas voces en lo más profundo de su Sacred Gear, eso era verdaderamente un mal presagio, nada bueno sale de lo profundo de ese lugar.

—Azazel... él sabría qué hacer, sí, llamaré a Azazel primero —rápidamente conjuró un hechizo para comunicarse con el susodicho, que apareció como una especie de holograma.

Allí estaba él, el hombre que lo había recogido cuando no tenía nada y era solo un niño perdido. Justo como lo recordaba, esa apariencia de tipo despreocupado y a veces descarado, necesitaba hablar con él.

—Oh, Ise. Hace tiempo que no me has hablado —aquella jovialidad refrescante con la que fue recibido, fue un poco nostálgica para Issei—. ¿Por qué tan de repente?

—Azazel, yo eh… tenemos un enorme problema —la forma en la que escuchaba su voz hizo que Azazel cambiara su tono a uno mucho más serio—. Alguien decidió aparecer después de años.

—Pero no pareció así como si nada ¿Verdad? —Azazel ya tenía sus sospechas, solo con alguien en específico Issei se pondría así de mal.

—Es Rizevim.

Y eso fue todo lo que Azazel necesitó para enfriarse.

—¿Qué hizo?

—¿Sabes algo acerca de las Guerras del Santo Grial?

—Un conflicto generado por humanos, en los que ni siquiera los seres sobrenaturales se han querido meter debido a estos familiares, Servant, ya que son peligrosos incluso para nosotros... Y ahora él es un Master —para una mente como la suya no fue difícil encontrar la respuesta—. Esto sí es grave.

—¡Rizevim robó el Grial, Azazel…! Afortunadamente un Hechicero que colaboró con los Tohsaka logró activar algo como un sistema de emergencia, así que ahora en vez de siete son catorce Masters —el doble de problemas, perfecto—. Según tengo entendido, hay dos facciones que tratarán de luchar por el Santo Grial para pedir un deseo... si él se hace con ese poder... todos estaremos acabados.

—Esto es algo que va más allá de mis límites, incluso con mi gente no creo que seamos capaces de hacerles frente a los Héroes del pasado, menos si dices que habrán seis personas más al lado de Rizevim.

—Pero bien podrían oponerse a él…

Azazel lo negó rotundamente.

—No. Rizevim tiene algo más que esos seis... hay otro asunto que debemos tomar en consideración, porque él también está involucrado, pero no solo nosotros dos. No. Es tiempo de convocar una reunión de todos los líderes de las Facciones bíblicas.

—¿Aceptarán? —preguntó Issei dudando totalmente de lo dicho por su—. Azazel, eres la persona en que menos confían ellos y lo sabes.

El Caído suspiró mientras susurraba "exagerados".

—Puede que no en mí, pero sí en ti, al menos Sirzechs y Serafall lo hacen.

—Bien... tendré que ir directamente, pero no puedo ir como si nada al inframundo, tengo que hacer algo rápido y no puedo usar mi Boosted Gear por ahora.

—Ambas hermanas pueden hacerte el favor —dijo casualmente.

—¡No quiero tener más deudas por favores!

—Es endeudarte o jodernos todos, no veo más elección.

—¡Tch...! Está bien, te avisaré tan pronto lo consiga.

—Mantenme informado. Ojalá me llamaras en otras condiciones, recuerda que soy tu padre adoptivo que necesita molestarte a veces para divertirse, cuida tus espaldas mocoso.

—Tú igual, viejo.

La comunicación finalmente había terminado, el moreno no pudo evitar sentirse un tanto reconfortado por el apoyo de Azazel y eso le quitó un gran peso de encima.

—Rias-senpai… diablos, no creí tener que volver a negociar con un demonio otra vez —Issei apretó un poco su mano derecha mientras miraba su teléfono, justo estaba el contacto de Rias Gremory registrado—. No hay opciones ¿verdad?

Y así con un solo toque llamó a Rias, la hermana de Lucifer.

—Hola… uh, Rias-senpai ¿Puedo pedirte un favor?

Mientras el moreno estaba fuera, Leiv estaba calmando a los alumnos que sintieron el estallido de poder y los Tohsaka, luego de haberse tranquilizado comenzaron a investigar la zona donde Tokiomi esperaba encontrar los catalizadores. Estaban objetos que formaban parte de la historia de la humanidad, desde armas viejas hasta pedazos de estatuas… pero esos no eran los objetos que él estaba buscando.

Tokiomi notó un trozo de una hombrera de armadura, era plateado con detalles elegantes y emitía un pulso mágico interesante, estaba en un estante separado al lado de otros objetos más. Debajo decía, un recuerdo del Ciclo de Ulster y la maestra implacable.

Es este… definitivamente.

Tokiomi tomó el objeto entre sus manos, sintiendo ahora sí un aura que él no era capaz de reconocer emanando de ella.

Estaba tan concentrado que no se había percatado de la presencia de Hyōdō.

—Tohsaka-san, hay un cambio de planes —el moreno sentenció, no dejando espacio para discutir.

Tokiomi frunció el ceño ligeramente, estaba molesto.

—¿Cómo que hay cambio de planes? Nos diste tu palabra de no intervenir en esto. No puedes simplemente decir que no y hacer lo que te plazca.

Issei se masajeó la sien, claramente molesto y ansioso por terminar esto de una vez.

—Sé lo que dije. Y se los dije porque no estaba en mis planes meterme en sus asuntos, no me gusta tratar con Hechiceros.

—¿Disculpa? ¿Qué eres tú?

—Lo que nos diferencia es nuestra moral, las cosas que hacen muchos Hechiceros no las haría ni de chiste solo por poder... Pero esto no tiene que ver con ustedes si no lo que sucede alrededor —Issei se acercó a él mirándolo a los ojos muy seriamente—. Lo diré claramente. Ustedes dos no pueden vencer a este tipo, ni siquiera yo puedo... este tipo se llama Rizevim Livan Lucifer, es literalmente el hijo del diablo.

Tokiomi se puso a pensar.

Si Issei hablaba totalmente en serio y realmente las cosas eran así ¿Cuáles serían sus posibilidades de obtener la victoria?

—Y antes de que digan algo, este tipo es parte de los diez seres más fuertes del mundo. Felicidades, un maldito top diez está jugando a la guerra con un artefacto que puede conceder CUALQUIER deseo.

Y eso definitivamente no fue la respuesta que esperaban.

—¿Y cambiar de opinión nos dará la victoria?

—No, ni siquiera un uno por ciento... así de malas son las cosas. Rizevim por poder puro es capaz de eliminar un país grande entero... pero disfruta de jugar, así que por ahora no hará nada.

—En el hipotético caso de que estemos de acuerdo contigo ¿Qué nos beneficia a nosotros? Quiero decir, según lo que dices el mundo entero estaría en peligro si le damos el Santo Grial a este Rizevim.

—Ahí está la cosa —Issei miró a Tokiomi fijamente—. Nosotros solos no tenemos ninguna oportunidad, pero esto ya es un conflicto sobrenatural mayor, porque hay un Demonio mayor de por medio... las llamadas que hice fueron para tomar cartas en el asunto, aunque esto solo será posible si acepta, Tohsaka-san

Tokiomi suspiró, totalmente resignado del destino.

—Confiaré en tu palabra, Hyōdō, si esto es una mentira... —esta amenaza no fue nada sutil, definitivamente Tokiomi estaba al límite si no mantenía su elegancia.

—Hablé con los líderes de los Ángeles Caídos y el Actual Lucifer, el Gobernador Azazel y Sirzechs Lucifer —Rin y Tokiomi se quedaron petrificados ante lo que acaba de decir—. Ambos están dispuestos a cooperar y pactar una alianza formal con la familia Tohsaka para ayudar con este problema.

—Una alianza...

—Solo los mejores Hechiceros o aquellos con gran potencial son los que logran hacer un contrato con un Demonio, ciertamente esto es intercambio... pero una alianza es diferente —Tokiomi estaba totalmente escéptico—. Eres prácticamente un fantasma para todos, no puedo creerte.

Issei suspiró.

—Comprensible ¿Por qué un tipo al azar como yo tendría contacto con alguien como él?

Issei creó una espada con ayuda de Blade Blacksmith con la que se cortó la palma de su mano. El líquido vital cayó al suelo, pero cuando hubo cierta cantidad de sangre en el suelo fue manipulada por Issei con ayuda de su poder mágico formando un varios círculos con letras demoníacas y líneas de apariencia ominosa que sorprendió a Tokiomi.

—¿Sabes hechicería demoníaca?

—Algunas cosas.

Cuando finalmente el círculo terminó, Issei habló.

—Qui gehennam dominaris, dominum tenebrarum sic dictum attende.

La sangre pronto comenzó a evaporarse y poder mágico comenzó a inundar el área, un brillo cegó a los Hechiceros hasta finalmente se apagó.

El vapor disperso reveló un par de figuras fueron reveladas. Una hermosa mujer con un vestido negro de mangas largas muy recatado y elegante, su hermoso cabello azul resaltaba su belleza que no era poca, su ojos rosados eran algo hipnotizante y su rostro más que hermoso, digno de una belleza sobrenatural.

Al lado de ella estaba un hombre, él llevaba puesto una armadura y capa que cubría la mayor parte de su vestimenta, pero todo en él gritaba poder. Su cabello era carmesí, justo como la sangre que Issei había dejado en el suelo y que se esfumó, sus penetrantes ojos azules eran dignos de los suspiros de las mujeres.

—Sirzech-san.

—Ise-kun, es agradable verte, lástima que sea en estas circunstancias tan problemáticas.

Sirzechs le dio al moreno una sonrisa de disculpa, solo para hacer una pequeña reverencia hacia los dos humanos frente a él.

—Disculpen la intromisión tan abrupta. Me presento formalmente, yo soy Sirzechs Lucifer uno de los cuatro grandes reyes demonios —dijo él—. Esta persona a mi lado es Artaith Aim, mi consejera personal y mi esp...

La dura mirada de la Demoniza hizo callar al Rey del infierno.

—Ahem... Ise-kun aquí presente me dijo que posiblemente no le creerían, y estoy aquí por ello. Normalmente en estas situaciones no me presentaría tan de repente sin programarlo formalmente, porque como verán soy un hombre ocupado, sin embargo la situación lo requiere ya que Rizevim también es mi problema —Sirzechs habló monótono—. Formar una alianza es lo más sensato, ya que necesitamos intercambios de información de todas las partes posibles para lograr averiguar el paradero de Rizevim. Sigo sin creer que hayan sido capaces de activar ese sistema de respaldo. Ese error nos ha otorgado una oportunidad, oportunidad que no se debe desaprovechar.

Por un momento hubo silencio.

—Retomando el motivo por el que vine aquí personalmente, Rizevim Livan Lucifer, ese hombre no es algo que los humanos puedan enfrentar sin más, él es lo que nosotros llamamos un Súper Demonio —dijo el rey del infierno—. Ni siquiera los cuatro reyes demonios hasta ahora hemos sido capaces de derrotarlo las veces en las que nos hemos topado, demasiado escurridizo e indudablemente poderoso.

Sirzechs caminó hacia la ventana más grande de la habitación y miró el campus de la instalación, donde la gente caminaba tranquilamente y convivían en paz.

—Si Rizevim se hace con ese poder, el mundo entero está condenado y definitivamente comenzaría el final de los tiempos. Sin embargo, tenemos la oportunidad de detenerlo, Ise-kun me habló sobre ello y vine aquí formalmente a solicitar una alianza con la familia Tohsaka —concluyó mirando directamente a los ojos de Tokiomi—. Si bien es cierto que muchos Hechiceros de diferentes instituciones han hecho contratos con los Demonios y nuestras relaciones son por estatus, poder y en distintas ocasiones económicas, siempre han sido estrictamente de negocios. Debemos adaptarnos y dar un paso adelante haciendo primero una alianza con una familia de Hechiceros de renombre como los Tohsaka ¿Cuento con su apoyo?

Tokiomi por primera vez en muchos años sintió como si tuviese un agujero en el estómago, tan solo mirar la mano extendida del rey de los demonios le daba una sensación de peligro pero a la vez cierta incertidumbre… la propuesta era demasiado tentadora, los Tohsaka se volverían aún más que antes una familia de renombre.

Demasiado bueno para no aceptar.

Tokiomi Tohsaka le extendió su mano para aceptar la propuesta del diablo.

—Agradezco su confianza en mi familia, señor Sirzechs Lucifer.

La sonrisa de Sirzechs se expandió aún más.

—Le enviaré un mensaje a su residencia, no se preocupe lo encontraremos lo más pronto posible. Por ahora mi palabra es lo único que puedo ofrecerle, sin embargo pronto lo haremos formalmente —Artaith se acercó a su señor y le susurró algo al oído—. Lo lamento, pero ya no puedo estar más tiempo aquí, tengo otros asuntos que atender… Ise-kun, fue un gusto verte de nuevo, te dejaré un mensaje con Rias. Nos veremos pronto.

La mujer creó un círculo de teletransporte y ambos desaparecieron sin dejar rastro alguno, como si nunca hubiesen estado ahí.

—Joven Hyōdō… ¿Cuál es ese cambio de planes? —preguntó más tranquilo.

—Déjeme ser un Master en esta guerra… tengo un poco de experiencia trabajando en equipo y tengo la fuerza suficiente como para invocar a un Servant poderoso. Con la ayuda de ellos, la suya y mi fuerza podemos ser capaces de hacerles frente —dijo el Hyōdō—. Si duda de la veracidad de mis palabras le puedo enviar un informe detallado diario y…

—Te daré la confianza de palabra, pero tengo una idea que podría ser de ayuda —Tokiomi miró a su hija—. Rin, te daré una tarea importante por la que habías estado esperando. Como Tohsaka, una de las familias creadoras de la Guerra del Santo Grial tenemos la responsabilidad de evitar que el grial caiga en manos equivocadas… fallamos, pero todavía tenemos la posibilidad de redimir el orgullo de nuestra familia.

Rin estaba sorprendida por la decisión, pero estaba emocionada por lo que sería.

—Has aprendido lo suficiente de todo lo que está relacionado con ello, por lo que te pido que vigiles que Hyōdō haga lo correcto como Master y que lo guíes. Lo haría yo mismo, pero con los sucesos recientes me temo que no tendré el tiempo suficiente como para encargarme de Fuyuki y todo lo demás.

El rostro de Rin cambió a uno decepcionado, pero se había resignado a hacerlo.

Tokiomi le dio a Issei el trozo de armadura que tenía en su mano izquierda.

—Utiliza esto como creas conveniente, es recomendable que invoques a tu Servant lo antes posible, no sabemos cuando va a atacar y solo un Servant puede detectar a otro.

Issei lo miró detenidamente y asintió en silencio.

—Ahora, si nos disculpas, ha sido un extraño día por lo que nos retiraremos —solo con eso ambos Tohsaka salieron de la habitación.

Solo cuando salieron Issei puso su mano en su pecho, le estaba costando respirar y le dolía todo el cuerpo. Tomó lo más rápido que pudo las cosas de valor y la metió en su portafolios, pero se llevó en mano unos tomos que se veían recientes que estaban en uno de los estantes, decía "una secta perdida", fue extraño, pero si eran cosas que su madre escribió para él eran importantes.

—Creo que voy a vomitar...

—[Te lo dije idiota, no uses tus poderes, pero nooo, el niño tuvo un berrinche y uso mucha aura y ahora se está casi muriendo]

—Cállate —las manos de Issei estaban temblando sin control—. Jaja... siento que me falta el aire... otra vez.

—[Necesitas descansar tu cuerpo, regresando a Japón no entrenarás tu cuerpo]

Issei extendió su consciencia alrededor con su aura, intentando verificar que nadie lo estaba siguiendo. Tuvo que desabrochar el abrigo que cargaba porque no podía respirar adecuadamente y cada momento que pasaba solo parecía agravar la situación.

Tragó saliva con esfuerzo y comenzó a sudar profusamente. La charla con Azazel realmente lo había hecho sentir aliviado de cierta manera, pero ese sentimiento de insuficiencia no desapareció en absoluto.

De pronto hubo un destello negro afectando su visión, estaba por pasar a la inconsistencia. Su aura comenzó a disminuir y dejó de sentir todo a su alrededor, estaba en un país extranjero y debido a este ataque no estaba bien orientado.

—Mierda... Ddraig.

La voz de Ddraig dejó de sonar, entonces no quería despertar sin dinero o sin las llaves del hotel.

—¡HYŌDŌ-KUN...! —una voz femenina fue lo último que logró escuchar antes de desmayarse.

XXXXX

Rin Tohsaka tuvo la fortuna de que el idiota de Hyōdō no se había alejado demasiado, todavía no le había dicho el lugar donde se suponía que debía reunirse… con él. En la sede habían acordado que ella, una Hechicera de la familia Tohsaka, debía asegurarse de que él fuera un Master cuanto menos decente, lo que también significaba que bajo ninguna circunstancia Hyōdō Issei debía hacerse con el Santo Grial.

Ella sentía el aura del chico a lo lejos, aunque todavía en su margen de detección, pero lo que no se esperó fue que de repente su aura, que no era precisamente débil o ligera, fuese a disminuir en densidad, eso la consternó demasiado. Rin no estaba precisamente preocupada por él, apenas lo conoció hace dos días y el tipo era aterrador, pero no podía dejarlo así nada más, si no lo ayudaba ¿Qué clase de gente sería ella?

Cuando por fin lo divisó lo vio sosteniendo su pecho y con hiperventilación, lo más preocupante fue esos espasmos que parecía tener.

—¡HYŌDŌ-KUN! —ella gritó ahora sí asustada, no esperaba que se derrumbara así como si nada.

Rin se acercó a él para ver si reaccionaba, todavía tenía pulso lo que era algo bueno, solo estaba inconsciente. Ella echó un suspiro aliviada, pero pronto se dio cuenta de que estaba en público y definitivamente no quería que nadie se acercara a verlo así… así que solo se le ocurrió una idea.

—Más te vale que aprecies esto Hyōdō… —ella frunció su ceño, aunque estaba avergonzada por eso.

Una hora y veintidós minutos más tarde.

—Mmmnu... —Issei abrió los ojos lentamente, había mucha luz—. ¿Qué me pasó...?

Intentando esclarecer su mente y su vista intentó abrir los ojos todavía más, pero una sombra lo ayudó esta vez.

—Un minuto, las sombras no son así de bonitas... —cuando por fin logró divisar algo, solo pudo ver un sedoso cabello castaño grisáceo y un par de ojos azules enojados—. ¿Rin-san...?

Rin agrió su expresión y cerró sus ojos molesta.

—Hasta que por fin despiertas, ya casi era una hora y media, deberías estar agradecido de que no te dejé botado como a un vagabundo.

Escuchó las palabras de Rin con calma, sin embargo su mente se detuvo cuando dijo "hora y media". Issei estaba sintiendo algo carnoso y suave bajo su cabeza... Issei se rompió.

—¡La... La legendaria almohada de regazo!

Issei miró a Rin seriamente, mientras lágrimas masculinas brotaban de sus ojos.

Ella se sorprendió al ver tan penetrante mirada, pero no se iba a disculpar.

—Tohsaka-san... ¿¡PUEDO DESMAYARME OTRA VEZ!?

Esa sorpresa no duró nada, pronto su rostro se volvió frío y sin emoción alguna. Rin se levantó de la banca y dejó caer a Issei al suelo.

—¡Ack!

—Me voy.

Rin comenzó a caminar hacia algún lado, todavía no estaba orientado. Issei se recompuso rápidamente y fue hacia la chica.

—¡Oye espera! ¡No dije muchas gracias por eso!

—¡Muerte! ¡Lárgate! ¡Desaparece!

—Oye... Eso es cruel.

—¡Te dejé en mi regazo para que la policía no pensara que estaba con un cadáver al lado!

—¡Oh! Eso tiene sentido.

—Como sea, me voy.

—¡Espera por favor!

Rin, cruzada de brazos, esperó lo que ella se merecía por ser tan considera con este idiota.

—Está bien, está bien... lo siento ¿Si? ¡Era mi primer almohada de regazo! Al menos ponte en mi lugar… tomaste mi primera vez.

—¡No me compares contigo, marrano! ¡Y no lo digas así que suena horrible!

—¡Oye! Yo al menos tengo gustos, no soy un marrano... al menos dime cerdo.

Rin estaba comenzando a desesperarse por la idiotez de Issei.

—Bueno ya me detengo... Shesh, ¿Por qué no eres divertida? —Issei se acomodó un poco la ropa—. Bueno, gracias por no dejarme tirado en el pavimento.

Con eso, Rin al menos ya podía hablar con él.

—No es por ser entrometida, pero ¿Qué fue eso? Tanto tú como yo sabemos que no eres una persona normal —Rin fue directo al grano—. Ese tipo de reacciones no deberías tenerlas, especialmente alguien como tú.

—Mi cuerpo resiente lo del avión, mi culpa.

—¿De quién otra persona sería la culpa sino la tuya? —la Tohsaka señaló incriminatoria a Issei—. Vine a preguntar por el lugar de reunión para acordar el sitio donde me voy a quedar a vivir dentro de este periodo de tiempo.

—Cierto, estaba tan preocupado por esto que se me olvidó por completo jajaja —el moreno rascó su cabeza nerviosamente—. Bueno ¿Conoces Kuoh verdad?

—Es una ciudad que está cerca de Fuyuki.

—Bien, ve en cinco días a partir de hoy a la estación de trenes, estaré allí esperándote.

—¿Eso era todo?

—Eh... ¿Sí?

—¡Tú...! ¡Por tu culpa estuve sentada por hora y media perdiendo el tiempo solo por esto! —Rin intentó golpear a Issei en un estallido de enojo, el moreno debido a la sorpresa casi termina con un puñetazo en la cara—. ¡No sabes cómo las personas malinterpretaron la situación!

—¡Espera! ¡Whoa! ¡Una chica no debería poder golpear como un luchador profesional! ¡Y no levantes tu brazo, es un chiste! ¡NO EN LA CARA!

Él disfrutó de estos momentos solo porque ella le había dado una almohada regazo ¿Eso significaba algo? Su mente voló mientras sonreía como idiota. Naturalmente se llevó un puñetazo de Rin.

Antes de que la chica se fuera Issei la detuvo, su rostro parecía realmente dolido.

—Rin-san... perdóname por haberte asustado allá, no fue realmente mi intención —Hyōdō estaba arrepentido—. Te lo compensaré de alguna manera, solo... no me odies.

Rin quería gritarle y reprocharle por haber hecho eso tan aterrador... pero se encontró con que no podía, él se estaba disculpando genuinamente y ella no era mala, así que le dio el beneficio de la duda.

—Espero que valga la pena —ella se giró para no verlo a la cara—. Nos vemos.

Issei sonrió ligeramente, al menos no quedaron en malos términos.

XXXXX

Acostado en la suave cama del hotel con su brazo derecho alzado sobre sí mismo, Issei contemplaba las marcas en el dorso de su mano, intentando encontrar algo de significado en aquellas marcas carmesí.

¿Qué significado oculto estaba tras aquellas marcas? Era esa pregunta la que no lo dejaba dormir.

Sabía con total certeza que esos Hechizos de Comando eran su conexión con el supuesto Servant, ese espíritu de la antigüedad que viene a prestar su poder para la Guerra del Santo Grial, pero ¿De dónde venía ese espíritu? ¿Para qué fin? ¿Por qué luchaban estos espíritus?

Los Hechiceros de esta época definitivamente siempre estaban investigando y proponiendo cada avance mágico que venía para quedarse, pero ¿Un milagro en forma de Deseo? Algo había ahí que no estaba bien, se siente como si esto fuera el catalizador para algo más aunque no estaba seguro de qué.

¿Por qué son siete los Hechiceros? ¿Por qué nunca fueron más?

Issei dispersó esos pensamientos más profundos moviendo su cabeza, dejó de mirar su mano y simplemente se levantó, viendo la lluvia caer desde lo alto del hotel donde se hospedaba.

—Un Master...

Frunció el entrecejo mientras la imagen de Rizevim volvía a su mente, pero esta vez el odio y la ira no salieron a flote en esta ocasión. Tenía que analizar la situación de forma más centrada, sabía que Rizevim debía tener un plan sobre esto, escogiendo a personas interesantes para causar estragos.

Si algo conocía Issei de Rizevim perfectamente era que él es y será siempre un agente del caos, el terror y la destrucción, siendo un ser que vive por y para sus ambiciones tan mundanas, que usar a unos cuantos miles para su disfrute es su más grande gusto.

¿Para qué Rizevim, de todas las personas, querría el Santo Grial? Ese pensamiento le dio un escalofrío que recorrió toda su espalda, el mero hecho de pensarlo era...

—Huf... —sintió su corazón acelerarse peligrosamente gracias al miedo que lo inundó, necesitaba aire fresco—. Necesito despejar mi mente.

Tomó su abrigo, las llaves que estaban en la cómoda junto a su móvil y salió caminando, no sin antes verificar que nadie lo estuviera siguiendo expandiendo su conciencia alrededor. Al no notar alguna firma de prana siguió con su camino, suprimiendo su aura al nivel de un humano común.

...

Sosteniendo una caja llena de Donuts esponjosos y cubiertos de chocolate y otros glaseados, Issei se dirigía a algún lugar donde pudiera sentarse, la lluvia se había convertido en llovizna así que no tuvo muchos problemas para salir. No quería regresar a su habitación de hotel por el momento, así que simplemente buscaría otro lugar.

Habiendo despejado su mente gracias al calor del café que sostenía en su otra mano libre ya podía estar más tranquilo, aunque todavía preocupado por el ataque de ese día. Eran las nueve de la noche y las farolas iluminaban las calles por las que transitaba pacíficamente, miraba la humedad impregnada en el asfalto y las aceras además de aquel aroma característico de la lluvia.

Su hotel estaba "cerca" de la plaza de Trafalgar, así que pensó que sería bueno ir allí a sentarse a ver cómo la gente caminaba pacíficamente mientras comía sus deliciosos Donuts.

Una vez allí se sentó, la lluvia se había detenido por completo y simplemente se sentó en uno de los asientos con mesas y comenzó a comer tranquilo, mirando a las parejas y gente en general, riéndose de vez en cuando al ver niños siendo regañados y novios siendo reprendidos.

Por un instante Issei se olvidó de que todo, en ese momento no existió la Boosted Gear, no era un elegido por el Grial, no existía lo sobrenatural y él no era una abominación. Simplemente era Hyōdō Issei, un adolescente hormonal que deseaba una vida tranquila llena de cosas eróticas sin que gente rara lo molestara, disfrutando de un café fuera de casa, riéndose de las cosas divertidas y saboreando aquellos dulces Donuts.

—Un Master ¿Eh...? —por desgracia, la realidad era decepcionante y era inevitable. Alguien como él no podía más que soñar con vivir en esa bonita ignorancia y envidiar esa vida, aunque fuera solo un poquito.

La imagen de sus amigos llegó a su mente, de pronto la realidad no parecía tan mala, sí… no la cambiaría.

Con eso dicho, Issei simplemente siguió ignorando sus problemas y degustó su aperitivo. Hoy era uno de esos días en los que intentar ser optimista no le servía de nada.

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Bueno, me ha costado eh. Bueno Feliz año nuevo tardado, espero que todo estén bien y con salud.

Antes que nada, me tomaré la libertad de modificar los capítulos anteriores para que la historia quede mucho mejor con lo que en este capítulo he establecido. Así que si quieren saber qué cosas cambio estense pendientes la semana que viene.

Sin más, un saludo, Dr. Gauss.