Qué tal, subo otro capítulo, aquí Shaun, Neil y Jared trabajan juntos para curar al pequeño Gabriel, el niño que tenía un corazón con mucha energía. Pero lo que quiero enfatizar aquí es un poco sobre cómo trabaja Elaine, aunque ella en un futuro lo explicará. Es algo corto, pero espero les guste, ya casi llegamos a la parte de SHAUN Y OC.

Espero les guste. Buenas noches y no olviden comentar.

Día 3. Conocí a Gabriel y a dos sexys doctores.

Me levanté temprano, a la misma hora del día anterior, claro que ya tenía un poco de comida en mi refrigerador, saliendo del hospital no hice caso a los consejos de cuidado de la Doctora Lim y Mohan, sabía que me aburriría en casa, así que fui al super más cercano y compre algo de comida para una semana. Después me bañé y limpié la ropa de la buena doctora Lim para regresárselo.

-bien, recuerda, escuchas algún problema, NO vayas directo a ayudar, no eres Spiderman o supergirl- me dije mirándome al espejo con mis fieles lentes puestos y riéndome ante el apodo de Lim.- tendré que preguntarle su nombre completo, odio tener que hablarle a la gente con apellidos.

Agarre mi bolso negro, metí mi Tablet, una caja con tapones para los oídos, mi cartera, llaves, ropa de Lim y un libro el cual probablemente no tenga tiempo para leer porque milagrosamente wattpad o fanfiction me recomendará un fanfic mucho mejor que el libro de Game of thrones 1.

-Debería dejar de leer fics y realmente dedicarme a terminar los libros- traté de convencerme mirando el libro en mi mano- hoy no fanfic, hoy libro.

¿no les pasa que leen un libro, o ven una serie o película y apenas sale un personaje super cool, atractivo, sexy, inteligente, el ideal de hombre que toda mujer desearía, y dejas a medias todo para leer un fic sobre ÉSE personaje donde pueda involucrarte a ti lectora o lector?, ¿No?

-realmente debo dejar de enamorarme tan rápido de los personajes, quizás eso me impide encontrar el verdadero amor….pufff- me reí de mí misma- ¿Quién querría estar conmigo?

Antes de salir de mi departamento, agregué una manzana a mi bolsa, y me puse mis audífonos blancos inalámbricos, puse un poco de música, obviamente al nivel mínimo, dos rallitas era tolerable, a partir de 3 sentía que me quedaría sorda, por eso uso tapones industriales o audífonos como los que tengo, o ambos, depende del lugar en el que esté, y eso me ha ocasionado muchos problemas, a veces la gente cree que no la escucho, y como psicóloga debo tener escucha activa.

Ya sabrán cómo es presentarme siempre ante un paciente.

"hola, soy la psicóloga Elaine, y tengo oídos hipersensibles, por eso uso estos tapones o audífonos, para enfocarme en lo que dice y no en otros ruidos"

-mamá, es que no entiendes…por favor escúchame…mamá….¿mamá?-escuchaba a la chica sentada a mi lado en el camión que me llevaría al hospital- aaghh… te odio.

Ella obviamente pensaba que no la estaba escuchando, agarré mi celular he hice como si estuviera leyendo algo y escribiendo, utilicé mis habilidades de actuación.

-¿por qué nunca me haces caso?- pregunté al aire y frustrada guardé el celular, y me quité los audífonos.

-¿tu mamá?- escuché que la chica se dirigía a mí, ¡bingo!.

-sí, justo cuando tengo que decirle algo importante, simplemente me ignora- subí mis hombros como restándole importancia, pero obviamente la chica no lo percibió así, sutilmente me puse mis tapones de oídos, a esta distancia la escuchaba como si hablara por un megáfono.

-la mía es igual-

-¿en serio?- la volteé a ver.

-sí, hoy es su cumpleaños y fue a desayunar con mis tías, iba a ir, pero me llamarón de una empresa donde fui a hacer una entrevista de trabajo, ¡me aceptaron!, tenía 6 meses sin trabajo.- mientras narraba podía ver todas las emociones reflejados en su rostro y voz, tristeza, frustración, felicidad y esperanza.

-esa es una buena noticia, felicidades- le di mi mejor sonrisa, y ella me la regresó-

-gracias, realmente estuve a punto de perder mis esperanzas, nunca fui muy buena en la escuela, pero realmente quería este puesto- juntó sus manos besándolas-

- pero has demostrado algo que la escuela y estudios no te enseñan y es no rendirte para conseguir lo que quieres, ¿de qué sirve tener siempre una buena calificación si no te mueves para alcanzar tus metas?- toqué un poco su hombro en señal de apoyo- debes estar muy orgullosa de ti.

- sí, pero creo que mi mamá no lo ve así.- tocó mi mano como en necesidad de apoyo, tenía su confianza.

-¿necesitas de la aceptación de tu mamá?-

-sí, creo que sí…. En realidad, no, pero, sí ella por una vez me dice que está orgullosa de mí quizás deje de verme como un fracaso-

-¿por qué crees que tu mamá te ve como un fracaso?

- porque solo ha visto mis fracasos-

- ¿y tus logros?

-no los sabe, fui campeona en tenis en mi segundo año de prepa, fui jefa de grupo en el tercer año de prepa, en universidad gané junto con mis amigos un rally deportivo, siempre me han gustado los deportes, ¿sabes? - ahora me miraba y sonreía, pero no llegaba su sonrisa a sus ojos.

-¿y porqué tu mamá no lo sabía?

-nunca le dije, creo que ella no los tomaría como logros- bajó la mirada a sus manos.

-¿ella nunca jugó un deporte?-

-sí lo hizo, ella me enseñó tenis, pero creo que esperaba más de mí en lo académico.-

-¿cómo sabrías que ella no estaría orgullosa de ti al saber que su hija ganó en tenis, un deporte que ambas compartían?

-diciéndole, quizás. - me miraba confundida como esperando que aceptara su respuesta.

-¿Cuál sería el mejor regalo de cumpleaños para tu mamá?

-decirle que tengo el puesto y un trabajo y todo gracias a su apoyo, sin su apoyo no hubiera ido a la entrevista- no respondí a nada, solo la miré sonriente, ella había resuelto todo, ella se dio cuenta de lo que dijo y en ese momento agarró su celular marcando a un número-

-mamá, ¡Me han contratado!, gracias por siempre motivarme a hacer esas entrevistas, te amo muchísimo-

Otro trabajo bien hecho y justo a tiempo, había llegado a mi parada, me levanté de mi asiento y la chica me llamó-

-oye…gracias-

-de nada, y mucho éxito- asentí con la cabeza antes de bajarme del camión.

No soy un héroe, no busco fama, ni reconocimiento, o quizás no mucho, pero creo que, si sabes hacer algo, si estudiaste algo que puede ayudarle a la gente, utiliza tus habilidades y ayuda a una persona necesitada de la manera más desinteresada, esos momentos son donde más aprendemos a ser humanos. En lo personal me hubiera gustado ser escuchada por una persona en el pasado.

"el tío Ben tenía razón, un gran poder conlleva una gran responsabilidad"

-¿ahora a dónde? – me dije mirando el interior del hospital, no recordaba a donde ir, ¿Lim o Mohan?. Me preguntaba, hasta que escuché unos pasos familiares y me llegó un aroma familiar, giré a mi derecha y ahí está- ¿Doctora Lim?

-Dios, me asustaste- dio un brincó cuando escuchó que le hablaba, no había mucha gente.

- suelo ocasionar esa reacción en la gente- le sonreí con burla mientras estiraba la bolsa con su ropa, y ella la agarró.

-le ocasionarás un paro cardiaco a alguien algún día- dijo mientras pagaba su café.

-sí, por eso tomé un curso de primeros auxilios y RCP-

-¿en serio has ocasionado paros cardiacos?- me miraba con ojos y boca abierta.

-sí, bueno, creo que la gente no está acostumbrada a ver un ángel en la tierra- así o más humilde.

-puff ja ja ja ja, buena autoestima, ¿acaso llevas una clase de autoestima personal en tu carrera? - caminaba hacia emergencias.

-no, de hecho, la universidad se enfoca en hacer que te identifiques en todas las patologías habidas y por haber, en la maestría sacas toda esa frustración y lo canalizas para transformarlo en herramientas de ayuda hacia el paciente. – expliqué mirando cómo una enfermera atendía una niña con dolor de estómago, era amable con la menor y la niña parecía sentirse bien al instante sin medicamento.

-¿y con qué patología te identificaste?

-además de la que tengo, con el trastorno de personalidad narcisista- crucé mis brazos recostándome en la pared mientras la doctora Lim veía expedientes.

-¿por qué no me sorprende?

-quizás porque mi genialidad celestial es demasiado evidente- hice un movimiento hacia arriba con mis hombros.

-bien, chica celestialmente genial con alto autoestima, tengo un trabajo para ti, solo prométeme no desbordar tanta genialidad y ocasionar un paro cardiaco. -

-ok, me controlaré, ¿qué tengo que hacer? –

- El doctor Melendez fue seleccionado para hacer una operación de corazón, al parecer traerá complicaciones, el niño se muestra estresado y la madre preocupada, ¿crees que pudieras ayudarnos?

-quieres que ayude a bajar el estrés para que el niño pueda estar tranquilo en la operación, el estrés puede aumentar el cortisol, el cual a su vez afectará más al corazón, y podría traer complicaciones.

-así es, te llevaré con Melendez, solo deja veo a un paciente aquí abajo, espera- se fue antes de que yo pudiera darle una respuesta, así que cerré mis ojos y me concentré en los ruidos de emergencias, llamándome la atención una conversación.

-ayer comencé con las clases de flirteo- esa voz me era familiar.

-¿clases de flirteo?, ojala las hubiese tenido- esta voz era más vieja, al parecer era una conversación entre alguien joven y alguien mayor. Puse atención, "yo también quiero esas clases".

-sí, aprendí sobre la trifecta del coqueteo- interesante, me dije- tenemos la risita pretenciosa…

-¿a dónde quieres llegar?- "No interrumpa señor, hay solteras que sí queremos saber sobre cómo amarrar a alguien" me quejé en mi mente.

-el coqueteo, requiere de 3 interacciones sociales no verbales, ser perceptivo en una dimensión social se transfiere a otras habilidades sociales- "denle un Oscar a ese chico, resumió mi materia de psicología social de 4 meses en esa frase"

-¿estas estudiando el flirteo?, ¿te sientes solo, Shaun?- pregunto la voz más vieja, "¡Shaun!, es él. Ahora lo recuerdo. ¿solo?, porqué se va a lo complejo, quizás quiere conquistar a alguien y no sabe"

-¿lista?- escuché que me hablaban.

-La sigo- le dije a Lim- por cierto, ¿Cuál es tu nombre?

-Audrey, puedes llamarme así, si gustas.

-Sí gusto, gracias, Audrey. Odio hablarle de Usted a la gente.

-y yo agradezco que lo odies, odio que me digan Lim, me hace sentir vieja- nos reímos de ello, o ella, yo en mi mente me decía, "pues más que yo sí, amiga".

Cuando llegamos a la zona de pediatría, Audrey fue con Melendez y yo me dirigí a la habitación del pequeño Gabriel. En el camino Audrey me habló un poco de su situación.

-hola, ¿puedo pasar? Soy Elaine- me presenté mirando a la mamá que estaba tocando un tambor.

-Adelante, soy Georgieta y él es Gabriel- el niño me saludó con un señor cara de papa-

-hola Gabriel, ¿cómo estás? – me acerqué a él sentándome en una silla a un lado de su cama.

-bien- se escondió tras su muñeco en señal de vergüenza.

-¿tu lo armaste?- señalé al pobre señor cara de papa.

-sí, es divertido ponerle su cara chueca y luego arreglarlo- dijo quitándole todo y volviéndolo a poner en su lugar.

-vaya, eres un buen cirujano plástico, seguro ahora sí conquista a la señora cara de papa- él se rio y su mamá junto con él.

-Gabriel, me dijeron que tienes un corazón muy alegre- él asintió con la cabeza, sin mirarme.

-cuando estaba en mi vientre, los espíritus malignos entraron en su cuerpo-

-¿ellos son los que mueven tu corazón así de rápido?

- sí, pelean dentro de mi corazón y duele- me dice mirándome con sus ojitos tristes. Escuché pasos tras de mí, quizás unos 4 pares de pies.

-¿y cómo le has hecho para controlarlos?, porque creo que le haces honor a tu nombre Gabriel, fortaleza de Dios- le dije agarrando su mano.

-¿fortaleza de Dios?- preguntó mirando a su mamá.

-eso significa tu nombre- le sonrió agarrando su otra mano y luego me volteo a ver.

-sí, y sabes, creo que tienes tanta fuerza y tanto amor en tu corazón que mantienes ahí a los espíritus malos para que no lastimen a otras personas, y quiero agradecerte, eres un héroe. – él empezó a llorar y asentía con la cabeza, igual que su mamá.

-debe ser muy cansado, por eso te quiero ayudar, y los doctores atrás de mí también quieren hacerlo- vi como Gabriel miraba hacia la puerta- solo si tú quieres.

-Pero los espíritus. – dijo preocupado.

-descuida, aquí tenemos una máquina que los absorbe, quedarán atrapados y no podrán lastimar a nadie-

-¿en serio?- volvió a mirar a tras de mí, al parecer alguien le hizo una señal.-quiero hacerlo, ¿qué tengo que hacer?

-vas a cerrar tus ojos y vas a imaginar que estas frente a esos espíritus malignos- él cerró sus ojos- ¿Cómo son?

-negros, feos, como humo- dijo con miedo.

-bien, ellos son humo, no pueden hacerte nada, ahora están encerrados, ¡grítales que están feos!-

"ja ja ja me sentí como Barbara de Regil gritando ¡sonríe, que nadie te lo quite!"

-¡están feos! Y ¡huelen mal!- gritó con los ojos cerrados, escuché unas pequeñas risas tras de mí.

-¡bien hecho!, eso hará que se calmen, ahora ellos te tienen miedo, ¿lo sientes?- él abrió los ojos y escuché a alguien diciendo "su presión disminuyó y su ritmo cardiaco está controlado"

-sí, se hicieron como bolitas pequeñas- miró feliz a su mamá.

-exacto, recuerda, tú puedes hacerlos chiquitos, tú tienes el poder.- le acaricié la cabeza, giré a ver a las personas tras de mí y vi a Shaun con el doctor Melendez y otro chico alto y moreno.

El doctor Melendez susurró un "gracias", me levanté de la silla.

-te dejo con los atrapa espíritus, puedes confiar en ellos-

-gracias- el niño agarró mi mano derecha.

-cuando necesites una compañera de lucha, estaré aquí- le sonreí a él y a su mamá, quien lloraba, pero parecía feliz.

-con permiso- me despedí de todos saliendo de la habitación, pasé a un lado de Shaun quien me miraba y cuando se encontró con mis ojos dejó de verme.

15 minutos después.

-eres muy buena en esto- Escuché al doctor Melendez, supongo que se dirigía a mí.

-lo sé- le sonreí, "humildad, humildad", me auto decía- perdón, hem… gracias.

-La doctora Lim me habló de tu narcisismo, además de otras cosas, pero enfatizó que tenías un nivel exagerado de autoestima. Eso es envidiable.

-sí, creo que usted entiende el exhausto trabajo que es tener que repetirse lo perfecto que es uno.

-¿cada hora?

-cada media- le sonreí-

-trabajas más que yo entonces, un placer conocerte Doctora Ackerman.- estiró su mano hacia mí.

-No soy doctora, preferiría que me diga por mi nombre, Elaine- miré su mano- y no lo hago lo siento.

Los hombres suelen apretar fuerte las manos, y mi cuerpo puede sentir la presión con más intensidad, me siento sofocada si alguien me abraza o si aprietan mis manos.

-oh entiendo, lo siento, Audrey me contó de eso. - acercó su mano a mi hombro izquierdo- y de esto, gracias por salvar a mi residente.

En eso señala a Shaun atrás de él.

-El doctor Murphy estuvo muy preocupado ayer por ti, ¿Verdad Murphy?- En cambio Shaun no miraba a Elaine, ni respondía, en eso captó un movimiento del brazo del otro doctor, pegándole un poco en el brazo a Shaun, quien pareció despertar.

-Tu ….tu hombro, deberías descansa y revisarte que no tengas infección- él se acercó un poco mientras señalaba mi hombro con su dedo y luego volvía a cruzar las manos.

-descuida, en la mañana antes de venir me lo veía bien, la doctora Audrey hizo un buen trabajo, ¿tu estas bien? - toqué sus manos levemente con mi mano derecha tratando de tranquilizar su ansiedad y sin invadir su espacio ni apretar, solo un toque.

-s…sí- le sonreí por un momento-

-me alegro.- solté sus manos y me dirigí al chico de atrás- ¿eres el salero?

-eso parece, soy el Doctor Jared Kalu, solo dime Jared. – levantó su mano a modo de saludo, era guapo, no puedo negarlo, pero no mi tipo.

-y a mi dime Doctor Shaun- dijo rápidamente el ojo azul asintiendo con la cabeza varias veces.