Bleach y sus personajes no me pertenecen, son creación del gran Tite kubo, yo solo tome a los personajes para hacer esta historia.

Hola! Gracias a todas (os) los que entran a leer el fic, a los que dejan review, y a los que lo ponen en fav o follow

Primero, espero que todos se encuentren bien en relación a la pandemia que ha acontecido, sé que mucha gente ha perdido a seres queridos y se ha visto afectada en sus ingresos y eso es horrible, pero aunque duela en este momento, hay que esperar que pase y cuidarse para que puedan levantarse una vez que esto acabe. Mucha fuerza y ánimos para todos!

En realicón a esto, es para el Mes Ichiruki, me retrasé en algunos días, pero quise participar, este es un pequeño extracto que me surgió en un momento que reflexionaba sobre que escribir, es muy cortito, pero lleno de sentimientos, y espero que les guste.

Frase: "estar enamorado es estar en completo peligro y plenamente salvado" - Cartas de amor a los muertos.

Capítulo

Mientras caminaba por el pasillo, mantenía su mirada en el piso, se veía hermosa con el kimono blanco, se había tomado su tiempo en decidir si debía usar un vestido o un kimono, al final se había decidido por la segunda opción, supongo que mantener las tradiciones era más importante. El trayecto hasta el altar se me estaba haciendo eterno, pero por fin había llegado al lugar que estaba designado para la novia, solo en ese momento levantó su mirada, entonces la miré, estaba embelesado, se veía completamente irreal, cada vez que había visto alguna película, serie o anuncio de novias, solían estar sobre arregladas, con mucho maquillaje para verse perfectas en su gran día, sin embargo Rukia no tenía nada en su cara, y aun así su tersa piel parecía brillar, se veía tan suave como bien sabía que era al tacto, solo sus labios parecía tener un poco de labial, haciendo que se vieran completamente besábles ¿sería de esos con sabores? Podría ser, una vez me había dicho que se había puesto uno sabor a frase, en ese momento pensé que lo había hecho solo para mi, regocijándome en mi interior, ahora que lo recordaba me hubiera encantando haber comprobado si de verdad tenían sabor sus labios, pero supongo que ya era demasiado tarde, esa había sido una de esas oportunidad únicas en la vida, que si no la aprovechas, nunca vuelven a presentarse, sobre todo porque en este preciso momento estaba jurándole a amor eterno a otro hombre. Cuando el sacerdote pronunció la pregunta decisiva, sus ojos voltearon por un segundo en mi dirección, y vi el momento exacto en que estos se iban apagando, y ella decía: si, acepto. Una vez los declararon marido y mujer caminaron por el pasillo mientras todos les daban gritos de ánimos y felicidades. Cuando estaban a punto de subirse al vehículo los detuve para tomarles la última fotografía, posaron felices, y antes de irse él me tendió dio la mano, mientras me agradecía por todo lo que había hecho, entonces fue el turno de ella, cuando se me acercó me paralicé un poco, hasta que sentí como sus brazos me rodeaba, dándome uno de los abrazos más suaves que había recibido en mi vida, sintiendo como me destroza por dentro, al soltarme me dijo nos vemos luego, entonces ambos subieron y el vehículo arrancó, mientras lo veía irse ella volteo a verme, nuestro ojos se encontraron y casi comienzo a desmoronarme ahí mismo, porque ya no fui capaz de ver las estrellas en el profundo violeta, sus ojos estaban casi tan vacío como yo me sentía en este momento.