Nota del autor: Si alguien ha leído esta historia antes, pues quiero aclarar que era mía. No la he robado. Cree otra cuenta para este tipo de "historias". Sin embargo ya estoy en un momento de la vida en el que me da igual que todo el mundo sepa que he escrito esto. Son tres capítulos en total que iré liberando durante la semana. Sinceramente, no sé en que estaba pensando cuando escribí esta historia y no creo que vuelva a escribir algo parecido, pero bueno, que sea lo que Dios quiera.


Noche de bodas al limón

Era la noche de bodas. Ambos estaban semidesnudos y muy nerviosos. Se encontraban de pie, en mitad de la habitación de aquella casa de vacaciones de la familia Aether.

Llevaban un rato evitando mirarse, hasta que no pudieron más y se voltearon al mismo tiempo.

Ambos se rieron para después mirarse a los ojos. Tras varios segundos de perderse en la mirada del otro, comenzaron a besarse.

Ash la abrazó y la levantó del suelo, llevándola hasta la cama sin deshacer el beso y dejándola suavemente encima de ella. Situándose encima de ella, comenzó a besarla, haciendo que sus lenguas realizasen una primitiva y apasionada danza.

La mano derecha de Lylia acariciaba el pecho de su marido mientras que su mano izquierda acariciaba su azabache pelo. Las manos de Ash acariciaban los suaves costados de su esposa, aumentando por segundos su excitación.

Pronto su apasionada actividad fue detenida y ambos separaron sus labios. Sus respiraciones estaban algo agitadas y se miraban algo avergonzados. Sin darse cuenta las manos de Lylia estaban en proceso de quitarle la camiseta a Ash, mientras que las de Ash estaban cerca de sus pechos.

—…Ash… ¿Quieres seguir?

Ash soltó una pequeña risa.

—Yo iba a preguntarte lo mismo —replicó él, haciéndola sonreír en el proceso—. No tenemos que hacerlo si no quieres. No es una obligación, puedo esperar lo que sea necesario. Te amo y haré cualquier cosa por ti.

Lylia le acarició el rostro con su mano izquierda.

—Gracias por ser así. Yo también te amo, y estoy dispuesta a cruzar esta línea si es contigo.

Ash sonrió y le dio un suave beso en la frente. Lylia levantó la cabeza y volvió a unir sus labios con su marido. Poco a poco Lylia fue incorporándose hasta obligar a Ash a tumbarse en la cama, siendo esta vez ella quien estaba encima.

Lylia, de forma sugerente y lenta, comenzó a quitarse su camiseta, revelando su sujetador de color blanco con bordes dorados y su tonificado cuerpo. Se sonrojó al ver como la lujuria invadía la mirada de Ash al verla en ese estado.

Justo antes de que Lylia se desatase el sujetador, Ash la detuvo.

—¿Estás totalmente segura?

—Sí… ¿y tú?

—Te aseguro que hacerte el amor es lo que más deseo en estos momentos. —respondió sin ocultar el amor y la lujuria en su voz.

Ambos se sonrojaron y Lylia terminó de quitarse su sujetador, dejando al descubierto sus pechos, los cuales eran firmes y de un tamaño más que perfecto.

Tras esto Lylia se quitó sus bragas dejando expuesto su redondo trasero, que unido a sus largas y delgadas piernas la hacían parecer una modelo.

—Woah. —Ash no pudo evitar soltar un sonido de admiración, haciendo que la sonrisa de Lylia se iluminase aun más—. Tendría que ser ilegal que una científica fuese tan sexy.

Lylia rió al oír sus palabras mientras murmuraba un gracias.

Sin perder el tiempo, Ash se quitó sus boxers, revelando su miembro semierecto. Ash se rascó la cabeza algo nervioso, mientras su rostro se tornaba rojo. Lylia lo observó algo sonrojada, nunca se imaginó que fuese a ser de ese tamaño.

¿P-podré meterme eso?...—pensó algo preocupada.

No tuvo tiempo para seguir pensando, pues Ash la besó mientras juntaba sus cuerpos. Los pechos de Lylia acariciaron el pecho de Ash, haciendo que ambos amantes compartiesen su calor corporal.

Cuando sus lenguas, volvieron a chocar, las manos de Ash subieron por el cuerpo de Lylia hasta agarrar sus pechos. Lylia soltó un pequeño suspiro de placer y sorpresa, pero siguió besándole con pasión.

Al ver que a Lylia no le molestaba aquello, Ash comenzó a jugar con sus pechos, acariciándolos, agarrándolos y jugando con sus pezones de forma cariñosa y gentil. Sin duda estaba disfrutando de aquella maravillosa sensación de tener entre sus manos los pechos de su esposa.

Lylia sentía que se iba a ahogar del placer al sentir las manos de Ash sobre sus pechos, pero no quería ser la única que disfrutase de aquello, así que deslizó su mano derecha hasta el miembro de su amado y comenzó a acariciarlo.

Ash soltó un pequeño suspiro de placer al sentir aquella suave mano y aquellos largos y delgados dedos sobre su miembro. Sus caricias hicieron que su miembro se pusiese completamente erecto en cuestión de segundos.

Sin poder aguantar más, Ash cogió a Lylia e intercambió posiciones, colocándose encima de ella. Desde sus nuevas posiciones, ambos se observaron. Lylia pasó la lengua por sus labios de forma inconsciente al ver el atlético cuerpo de su marido encima de ella.

—Eres preciosa. No se cómo he tenido tanta suerte. —dijo Ash, haciendo que Lylia se sonrojase aún más.

—…Lo mismo digo. —dijo Lylia con tal lujuria en su voz que Ash se excitó aún más. Excitación que Lylia notó al ver como su miembro, para su sorpresa, crecía un poco más, haciendo que esta vez se preguntase de verdad si cabría en su interior.

Ash se inclinó y comenzó a besar su rostro para ir descendiendo poco a poco hasta llegar a sus pechos, mientras que Lylia usó sus manos para acariciar de nuevo el miembro de Ash.

Sin detener la lluvia de besos, Ash comenzó a chupar y saborear los pechos de Lylia, haciendo que esta temblase de placer mientras notaba como la temperatura de su cuerpo aumentaba por momentos.

Sin detener su asalto, Ash chupó su pecho izquierdo, mientras que acariciaba su pecho derecho con su mano izquierda. Su mano derecha recorrió la cintura de Lylia hasta llegar a su zona íntima, acariciando los pliegues que la formaban.

Lylia pensó que iba a volverse loca al sentir sus pechos y su zona íntima siendo atacadas al mismo tiempo. Sus gemidos de placer se escapaban de su garganta sin que ella pudiese evitarlo.

Notando como aquella zona se iba humedeciendo, Ash decidió introducir un dedo. Al sentir aquello Lylia casi gritó de placer. No pudiendo soportarlo más garró la cabeza de Ash y lo besó apasionadamente. Ash no tardó en reaccionar y la besó con la misma pasión.

—Seamos uno, mi amor. —dijo Lylia con cierta fiereza. Ash sonrió y comenzó a colocar su miembro en posición para que se alinease con la zona íntima de su amada.

Justo antes de que la punta entrase, Ash volvió a mirar a Lylia, quien estaba algo preocupada.

—Sé gentil, por favor…

—Lo prometo. —respondió él enseguida. Su miembro fue introducido lentamente en el interior de su esposa para no hacerle daño.

Llegó un punto en el cual Ash notó una barrera que le impedía seguir. Miró a Lylia y esta le indicó que siguiese. Ash así lo hizo y su miembro destruyó la barrera que indicaba la virginidad de su esposa.

El dolor que sintió Lylia fue indescriptible. Soltó un pequeño grito, pero Ash la abrazó y la besó con cariño, intentado hacerla olvidar el dolor del momento. Mientras la besaba no se movió e incluso le susurró palabras de cariño y amor al oído.

Tras varios minutos Lylia comenzó a sentirse mejor. Ash aun la miraba con preocupación, pero ella le sonrió y usando sus piernas y brazos empujó a Ash hacia ella, haciendo que el miembro de su marido entrase por completo en su interior.

Ash soltó un gemido de placer al notar como su miembro era envuelto por completo en aquellos húmedos y calientes pliegues. Lylia sintió una extraña sensación al tener algo duro y caliente en su interior. Podía notar las palpitaciones de su miembro y aquello la excitaba bastante.

Ambos se miraron con cariño, sintiéndose un solo ser en aquellos momentos. Enseguida Ash comenzó a moverse y el dolor de Lylia fue desapareciendo gradualmente. El dolor fue sustituido por un placer que la llenaba poco a poco y la hacía sentirse mejor que nunca.

La velocidad de las embestidas de Ash fue aumentando mientras ambos soltaban gemidos de placer.

—…Increíble…Estás muy estrecha…nunca había sentido algo así…—comentó Ash mientras la abrazaba con fuerza.

—….Nunca pensé…que el sexo…sería algo así…—dijo Lylia, intentando no perder la cabeza.

Tras varios minutos Ash comenzó a embestirla con fuerza a gran velocidad, mientras volvía a chupar sus pechos y usaba sus manos para acariciar el cuerpo de su esposa.

Todas aquellas sensaciones al mismo tiempo hicieron que Lylia gritase de placer. Sus gritos incentivaron a su marido, haciendo que este aumentase aún más la velocidad de sus embestidas sin dejar de atender sus pechos.

Las uñas de Lylia se clavaron en la espalda de Ash, dejándole varias marcas con cada embestida.

—¡A-Ash! ¡Voy a correrme! —gritó Lylia al sentir una enorme ola de calor y placer formándose en su zona íntima.

—Yo tampoco voy a aguantar mucho más, Lylia…—dijo Ash tras dejar de chupar sus pechos y reducir un poco su velocidad.

—¡No pares!

Reuniendo las fuerzas que le quedaban, Ash la embistió a un velocidad superior a la que había llevado hasta ahora. La fuerza de sus embestidas se oyó por toda la habitación.

—¡Me corro! —gritó Ash, incapaz de contenerse por más tiempo.

—¡Hazlo! —gritó Lylia.

Ash consiguió en aquellos últimos segundos ir más rápido y fuerte, haciendo que Lylia chillase de placer al sentir su miembro golpeando una zona específica en su interior.

Con una última embestida, Ash sufrió el mayor orgasmo de su vida y liberó su esencia en el interior de su amada. Al sentir aquel líquido caliente en su interior Lylia se corrió, liberando su esencia sobre el miembro de su marido.

Ambos soltaron gritos y gruñidos de placer al sentir el clímax de su expresión de amor, mientras se abrazaban con fuerza y apretaban sus cuerpos, buscando estar aun más unidos. Ash dio un par de débiles embestidas más, intentando prolongar aquel inmenso placer. Tras terminar dejó caer su rostro encima de los pechos de Lylia, con su miembro todavía dentro de su esposa.

Lylia le acarició la cabeza mientras miraba al techo algo somnolienta, intentando recuperar la cordura. Tras varios minutos en los cuales solo se oían sus respiraciones agitadas, ambos se miraron, rieron y compartieron un largo beso lleno de amor.

Finalmente se separaron y Ash deslizó su miembro fuera de Lylia para poder colocarse a su lado. Lylia rodeó con sus brazos el cuerpo de Ash y apoyó su cabeza en su pecho.

—Te amo, Lylia. —dijo Ash mientras la abrazaba y le besaba la frente.

—Yo también te amo, Ash.

Ojos castaños miraron con amor a aquellos ojos verdes mientras el sueño les invadía. Compartieron un último beso y se durmieron.