Los personajes de esta historia pertenecen tanto a S. Mayer y LJ Smith, solo la historia es creación mía y queda extrictamente prohibida toda copia parcial o completa de ella sin mi autorización o consentimiento.


Inteligentes como para saber que el primer amor nunca es para siempre, pero suficientemente valientes y desesperados como para intentarlo.

Eleanor & Park, de Rainbow Rowell.


CAPITULO 1

El Comienzo.

Esta es la última vez que me veras. No voy a volver. Puedes seguir con tu vida sin ninguna interferencia. Será como si nunca hubiera existido. Lo prometo.

Desperté sobresaltada, algo desorientada, la respiración muy agitada y el corazón latiendo desbocado. Mis ojos no veían absolutamente nada debido a la completa oscuridad de la habitación. Sentí correr las gotas de sudor desde mi frente y deslizarse por mi rostro. Tenía la camiseta de dormir empapada, algo normal por así decirlo debido a las pesadillas que aún siguen invadiendo mis sueños de vez en cuando. Tratando de normalizar mis sentidos agitados, llevé el dorso de mi mano para quitar de mi frente el molesto sudor, sin embargo pronto corrieron lágrimas por mi mejilla y mordí mi labio para evitar el gemido del llanto que estaba por explotar.

Odiaba sentirme tan voluble por las pesadillas, los sentimientos que despertaba mi inconsciente luego de todo lo vivido, solo hacían un remolino en mis pensamientos y me frustraba no tener el control completo.

Habían pasado tres años desde aquel fatídico día. Aquel día después de mi cumpleaños número décimoctavo. El día en que terminó un lindo sueño que fue maravilloso mientras duró. El día en que él vampiro del cual estaba absoluta, irrevocable y completamente enamorada me dejó de la forma más cruel, destrozando mi corazón y haciéndome sentir como una basura burlándose de mí amor por él. Ese día me dejó en el bosque sin ningún tipo de remordimiento luego de decir que el tiempo curaría mis sentimientos. Eso era lo mejor del ser humano, el lograr superar las abversidades. Según él, con el correr del tiempo se curarían todas las heridas y me olvidaría de ellos. Sin importarle nada, Edward me dejó.

Aún recuerdo ir tras de él, entendiendo que era inútil, en un abrir y cerrar de ojos él se había desvanecido del lugar. Mis torpes pasos no eran nada en comparación a su velocidad de vampiro. Sin embargo no estaba dispuesta a dejarlo ir, me negaba a ser dejada de esa manera y tenía la estúpida esperanza de que solo era un mal sueño. Esperaba que logrando darle alcance despertaría de esa pesadilla. Una pesadilla de mis más recónditas inseguridades que se estaban filtrando a la superficie. Estaba saliendo a la luz esa vocecita interior que me recordaba que yo era una simple humana sin ningún tipo de habilidad y que era de los más aburrida para ellos. Mal que mal, los vampiros se aburrían rápido, Edward lo había dicho antes. La eternidad era simplemente aburrida si no hubo algo interesante en lo que desperdiciar su eterno tiempo.

Todo el tiempo que pasamos juntos, siempre sentí que era tan poca cosa para él, pero me negaba a verlo. Por ello siempre trataba de hacer todo lo que querían sin importar lo molesto que era para mí. Fui todo lo que ellos querían y creían que debía ser y cómo debía comportarme. Ahora me daba cuenta de que fue estúpido.

Cuando me di cuenta de que llevaba quizás horas caminando sin rumbo por el bosque y que estaba perdida, finalmente me rendí y abrace el dolor. Recuerdo haber quedado varada en medio de la nada llorando por un amor imposible y aceptando su final. Solo quería terminar con el dolor y si eso terminaba conmigo muriendo en medio del bosque por el frío, lo aceptaba. No contaba con que Charlie tenía una patrulla buscándome y que un nativo Quileute me encontrase. En un principio había estado decepcionada de seguir con mi vida, pero con el correr de las semanas y aclarando mis pensamientos cambie de opinión. Independiente de todo, aún era importante para los demás y odiaba que mis padres sufrieran por mis acciones estúpidas. Fueron días complejos, dónde, él aparecía en mis sueños. Mi inconsciente seguía repitiendo aquellas crueles palabras. Será como si nunca hubiera existido. Ya no eran tan recurrentes, pero, cuando pensaba que lo había superado y olvidado, algo en mi interior hacia click invocando los insistentes de ese día. Meses más tarde, comprendí que ese preciso día fue el comienzo del fin en mi vida.

Después de varias respiraciones tranquilizadoras y olvidadas las lágrimas, busqué a tientas sobre la cama el teléfono móvil para revisar la hora. Eran las cinco de la mañana, suspire. ¡Qué frustrante! Estaba segura de que no podría dormir más, lo mejor era comenzar mi día. Levantándome caminé al baño para tomar una ducha rápida y luego debia continuar con mi viaje.

Llevaba poco más de un año recorriendo diferentes estados sin rumbo fijo. Sin quedarme demasiado tiempo en ningún lugar, tratando de pasar lo más desapercibida posible. Fue una elección para salvar a Charlie, Renée y no incomodar más a la manada.

No quería bajo ninguna circunstancia que ellos quedaran en medio de mis problemas vampiricos. Mis padres no sabían del mundo sobrenatural y tampoco planeaba contarles nada. La ignorancia era la mejor vida para ellos.

Si eso significaba que debía desaparecer de sus vidas, bien estaba dispuesta alejarme, aunque eso me devastó emocionalmente. Los amaba demasiado para perderlos. Mientras no encontrara una solución definitiva respecto a Victoria estaría viajando sin rumbo y tratando de mantenerme con vida.

El problema con Victoria, comenzó una vez que los Cullen se fueron. Según Edward todo volvería a la normalidad en mi vida. Los dramas sobrenaturales acabarían ya que la vampira segada por la ira seguiría a los Cullen para acabar con ellos, porque su familia era lo más importante para él.

Yo solo fui un pequeño juego para su fachada de ser humano a los ojos de los demás, era su pequeña entretención, pero después de ver que era deseada por otros vampiros, aquello lo molesto y se aburrió del pequeño juguete humano.

Finalmente, lo que gatilló su decisión definitiva de salir de Forks, fue el desastroso cumpleaños, la torpe humana ya no tenía arreglo y era una completa molestia.

Por algunos meses estuve a la deriva, sintiéndome patética, ultrajada en todos los sentidos y deprimida con la vida por no ser lo suficientemente buena para ser tomada en serio. Pensé que por una vez era algo importante para alguien y eso llevó a que fuera completamente dependiente de ellos y hacer lo que quisieran por querer complacerlos de alguna manera.

Ahora esos pensamientos me asqueaban, me odiaba por dejar que me dominaran, por ser usada y llegar a ser su pequeña mascota.

Los Cullen tomaron todo de mi y eso me molesto una vez que logre procesar todo lo vivido con ellos. Nunca más en lo que quedará de mi vida volvería a ser dominada por ningún ser sobrenatural.

Con esa resolución después de lo que fueron casi seis meses de su partida, volví poco a poco a ser la Isabella antes de los Cullen. Fue un gran descanso para todos a mi alrededor, Charlie ya estaba planeando enviarme con Renée y solo cambió de parecer cuando conseguí hacer ver que estaba mucho mejor y prometer encontrar ayuda psicológica.

En aquel entonces el tiempo pasó sin mayores problemas, poco a poco retome mi último año escolar y dos veces por semana tenía sesiones con mi loquera. Personalmente era una pérdida de tiempo, ya que no podía hablar sinceramente con ella ¿Quien en su sano juicio creería que salí con un vampiro? Mencionarlo solo tendría consecuencias desfavorables y particularmente no tenía intenciones de ser llevada y encerrada en alguna institución de salud mental, por que obviamente la decisión médica seria que estaba más chiflada que otra cosa.

La historia en su mayor parte fue omitida y me centré en contar cómo me sentía con respecto a mis padres, era una solución más práctica que permitirme desperdiciar el dinero en sesiones calladas.

Así pasó el año, me gradué sin problemas, las relaciones con mis padres mejoraron por así decirlo y fui dada de alta por mi loquera. Como no tenía planes sobre qué estudiar opte por un empleo a medio tiempo en Port Angeles y el resto lo pasaba en su mayoría con la manada.

El secreto de los cambiaformas fue algo que descubrí solo de casualidad. Ellos no tenían la intención de revelarlo, pero fue imposible debido a la vampira. No me había dado cuenta que Victoria estaba rondando cerca, de hecho ese problema había desaparecido de mi mente.

Un día, luego de volver de la reserva con Jacob, él me detuvo antes de entrar a mi casa. Indico que me quedara tranquila afuera mientras él revisaba dentro. En ese momento todo paso rápido, de la nada Victoria saltó sobre mi, lista para acabar con mi vida. Mi amigo se lanzó sobre ella pero la vampira fue ágil y lo mandó a volar algunos metros hacia el bosque. Esperaba que Jake estubiera bien, rezaba por que así era, no quería involucrarlo en este problema y feliz estaba dispuesta a morir a manos de la vampira si eso dejaba que mi amigo viviera.

Vi su rostro lleno de placer por finalmente agarrarme y dijo que tenía planes de torturarme lentamente. Yo solo pedía que me matará rápido y dejará a Jacob tranquilo, pero no tuvo tiempo de responder ya que un gigante lobo salió desde el bosque por dónde había caído mi amigo.

Sin previo aviso el lobo rojizo se abalanzó sobre Victoria y rodaron por el suelo con rugidos ensordecedores. No pude ver mucho, todo pasó rápido y estaba en estado de shock. Después de algunos minutos el lobo volvió y fue ahí cuando recordé a Jacob, como pude salté hacia el bosque gritando su nombre. Algunos metros detrás de mi la gigante bestía me seguía, me detuve en seco para enfrentarlo. El lobo volvió a observarme luego retrocedió unos metros hacia un arbusto y a los pocos segundos apareció Jacob como si nada. Mi reacción fue correr para abrazarlo, llorar por qué estaba terriblemente asustada. Una vez calmada fuimos a casa y me contó todo sobre los Quileutes, como eran metamorfos y protectores de la tribu. Por mi parte le conté todo sobre los Cullen y Victoria.

Desde ese momento fui incluida en la manada, una especie de humana honoraria que entendía lo sobrenatural. Me llevaba bien con casi todos a excepción de Leah quien era algo complicada y se aislaba la mayor parte del tiempo. Supongo que ser la única chica de la manada hacía complicado compartir con los demás. Sumando a ello, cuando estaba en fase lobo, todos compartían una sola mente y se comunicaban viendo sus pensamientos y sentimientos sin filtro. Era imposible tener un secreto, todos podían ver hasta los más oscuros deseos.

De cierta manera comprendía a la chica lobo, entendía como podía sentirse y más cuando su ex novio y líder de la manada la dejó por su prima. Jacob me había contado sobre la impresión y que era algo que ellos no podían controlar, si aparecía tu otra mitad o alma gemela no había absolutamente nada que hacer. En resumen era cosa de lobos, pero no lo hacía menos horrible. Todos esperaban que Leah pudiese imprimirse lo más pronto posible para dar terminó a la rivalidad y mal humor que traía consigo, aunque los mayores no daban tantas esperanzas, así como la chica fue un suceso extraño registrado, sería aún más extraño que pudiese encontrar a su otra mitad. Por mi parte quería tener esperanzas por ella, por qué si ella no podía ¿Que quedaba para mí?

Una vez que todo fue dicho, que me aceptaron a mis problemas y a mi, el líder de la manada Sam, instruyó a los chicos para realizar rondas por mi casa y los alrededores, para evitar cualquier tipo de peligro vampirico. Si bien la manada trató de cazar a Victoria los últimos años, no hubo mucha suerte con ello. Independiente de toda la protección, un par de veces estuve a punto de morir ya que la vampira burlaba a la manada y encontraba formas muy metódicas para aparecer frente a mi. Tuve mucha suerte y en aquellas ocasiones alguien me salvaba no sin antes dejarme con herida y moretones, a veces alguno que otro hueso roto que me llevaban a estar semanas en el hospital o con yesos.

Se había vuelto tan reiterativo los ataques, que estaba a punto de llegar a una crisis existencial. No tenía ganas de seguir con eso, no me gustaba que los chicos lobos se lastimaran por mi culpa y mucho menos el constante peligro en el que colocaba a Charlie, por qué tenía la convicción que Victoria pronto tomaría represalias en contra de mi padre al ver que no podía acercarse a mi. Eso era algo que debía evitar a toda costa.

Luego del tercer mes de intento de ataque en el primer año, hablé con Sam para que me entrenará, no me gustaba sentirme indefensa y odiaba que los chicos se enfrentarán al vampiro ya que un par de veces salieron mal heridos por pelear, no solo con rasguños superficiales como en los primeros meses, con el tiempo Victoria se volvía cada vez más sádica y hambrienta de venganza.

Después de indicar los pros y los contras, logré convencer a Sam, así que desde ese entonces salía en las mañanas hacia la reserva para trotar, ejercitarme y practicar ataques con los chicos. El entrenamiento fue duro las primeras semanas, me agotaba fácil y mi falta de coordinación era terrible. Pero poco a poco fui superando los obstáculos solo a fuerza de voluntad. Seis meses después Sam dijo que ya había completado el entrenamiento y mi coordinación había mejorado mucho. Pero sentí que aún me faltaba en defensa así que decidí tomar clases en Karate, Aikido, Jiu Jitsu, Krav magá y Kung fu. Los que deje una vez que complete los entrenamientos y adquirí los cinturones negros.

La decisión de huir de Forks la tomé a mitad del segundo año, después del último ataque planeado por Victoria. Esa vez logré defenderme hasta que apareció otro vampiro quien me golpeó enviándome lejos y quebrando mi tobillo. Sam que andaba patrullando cerca sintió a los vampiros y fue en mi ayuda. Sin embargo al ser dos vampiros contra un lobo, mi amigo salió herido ya que debió hacer tiempo hasta que los demás llegaron. Fue terrible, la mitad de mi casa estaba destrozada, Sam tenía un horrible tajo en su muslo derecho, un ojo morado y mordiscos en su hombro y espalda. Por mi parte además del tobillo tenía moretones por todo mi cuerpo. Gracias a Dios, luego de diez minutos que para mí se sintieron cómo horas, llegaron los demás lobos que pudieron acabar con el otro vampiro y darle un par de mordiscos a Victoria, pero ella fue rápida y salió corriendo. Algunos lobos la siguieron hasta el acantilado cerca de la reserva, pero la perdieron cuando ella saltó por el precipicio.

Cuando todo estuvo relativamente más tranquilo, Jacob junto con Embry tomaron a Sam y lo llevaron a la reserva. Paul me ayudó una vez que acordamos la tapadera para Charlie. No se me ocurrió nada más que decir que entraron a robar a la casa, ya que el lugar era un completo caos, vidrios quebrados, la cocina y el salón completamente revueltos, la mayor parte de las cosas fuera de lugar como si estuviese buscando algo pero sin encontrarlo, para hacerlo más creíble indique a Seth que revolviera la habitación de Charlie y la mía. Después de eso limpiaron las manchas de sangre que dejamos tanto Sam como yo y que estaban esparcidas por diferentes lugares de la casa. El truco final fue quebrar la ventana principal y la puerta. Con eso listo, Paul me cargó hasta el hospital y Seth fue avisar a los mayores sobre la tapadera.

En parte esperaba que Charlie lo creyera, él creía que estaba en la reserva, había enviado un mensaje en la mañana avisando que pasaría el día con Jacob y una vez que llegase al hospital avisaría a Charlie sobre mi mala suerte y torpes pies. Cuando llegara a casa una vez que me dieran el yeso, debería que actuar sorprendida por el estado de la casa. Fue una suerte que el jefe Swan creyera toda la tapadera.

No obstante, puedo decir que ese fue el detonante para tomar la decisión de salir de ahí, debía correr, no quería seguir mintiendo y ver qué otros resultarán heridos por mi maldita culpa. Además escuché a Victoria sobre matar a mis padres si no la enfrentaba. Analizando todo, había llegado a la conclusión que la única forma de terminar con todo era con alguna de las dos muerta, y sinceramente con la sobreprotección de la manada, no había ninguna opción de terminar las cosas con la vampira sedienta de venganza.

Una semana después de ese incidente, hablé con Charlie, inventé que tenía ganas de viajar y tomar un par de años antes de ver qué estudiar o qué hacer con mi vida, quizás eso ayudaría a encontrar mi vocación. Él estuvo de acuerdo y luego de ordenar y preparar todo me despedí de Forks.

Ahora estaba de camino a Virginia, antes de salir del motel en el que pase la noche llame a Charlie como cada lunes solo para que no se preocupara por mi.

Llevaba al menos tres horas conduciendo mi vieja camioneta y hasta el momento el viaje transcurría tranquilo. Con los mismos paisajes monótonos y muy poco tráfico. Tenía planeado realizar una pequeña parada para descansar un poco, comprar algo y colocar combustible.

Al poco tiempo divise una gasolinera, me desvíe de la avenida principal y entre en el camino para aparcar el coche.

Una vez apagado el motor, bajé del coche y me dirigí hasta la tiendita para comprar algo y cargar combustible.

Con un escueto hola pase al vendedor de caja y caminé hasta el primer estante que tenía galletas, seleccione unas pocas y también tomé algunas frituras, al levantar la vista observé que en el fondo, un chico tomaba algunos refrescos. Aquello llamó mi atención porque afuera solo estaba aparcado mi coche.

Considere ir por algún refresco, estaba a medio camino cuando sentí un pequeño escalofrío recorrer mi espalda, ese tipo de señal, llámalo sexto sentido, me había salvado últimamente. Rápido di media vuelta y me dirigí a la caja para pagar lo que tenía en mis manos esperando no tener ningún tipo de problema. Sin decir nada deje las cosas para que el vendedor cobrase, pase mi tarjeta y una vez listo salí prácticamente corriendo. Por sobre mi hombro verifique que aun el chico estaba en los bebestibles.

Tire todo dentro del coche para subir y continuar el viaje, cuando sonó el móvil, era Jacob.

ー ¡Hola Jake! A qué se debe ... no pude seguir hablando porque me interrumpió. Mi amigo sonaba desesperado.

ー ¡Bella! Que alivio que sigas viva. Acabamos de terminar con un grupo de vampiros cerca de la casa de Charlie y como realizó un ataque pensamos que también podrías tener problemas. Indicó preocupado.

ー ¿Sabes de Charlie? Pregunte con los nervios a flor de piel.

ー Sam lo acaba de encontrar. Está bien en la comisaría, algunos de la manada están haciendo guardia cerca. Me preocupas tú, ¿Dónde estás? Consultó apremiante.

ー Sabes que viajo sin rumbo fijo. Estoy a mitad de camino hacia Virginia y hasta el momento no he visto a ningún vampiro. Respondí ya más tranquila al saber que mi papá estaría bien.

En ese momento, de la nada apareció Laurent al otro lado del coche con una sonrisa de auténtica suficiencia. Maldije internamente ya que no estaba preparada, sentí como Jacob me hablaba pero no procesaba lo que me decía.

ー Jake no te preocupes estaré bien. Ahora tengo que colgar, debo seguir manejando. Te llamaré pronto, adiós.

Diciendo esto corte la llamada di media vuelta y salí corriendo tratando de ganar algo de distancia y pensando que podría hacer.

Debía encontrar algo con lo que defenderme y que dañara un poco al vampiro, pero mis opciones eran prácticamente limitadas porque frente solo estaba el bosque.

Corría a todo lo que tenía, pero no fui tan rápido, de pronto sentí un jalón en mi cabello, él me había alcanzado. El tirón fue tal que impactó con un árbol, el golpe cortó un poco mi respiración. Sentí un dolor terrible en la espalda y brazo izquierdo.

ー¡Si es la pequeña mascota! No pensé que podría encontrarte por estos lados. Victoria me envió a buscarte. —Hablo de manera fría y caminando lento hacia donde me encontraban. Tome posición defensiva, si debe morir no se lo haría fácil. Ya no era la misma chica de hace tres años indefensa. Pasará lo que pasará pelearia sin importar el resultado, pero rezaba para que no fuera mi fin.

Me dolía como el infierno el cuerpo y mi brazo tenía un corte del que comenzaba a salir sangre. Pude ver como él se relamía los labios y sonreía.

ー¡Tu sangre huele tan exquisito, estoy seguro que es dulce! Es una lastima que tenga tanta sed, tú muerte rápida será. Victoria tiene otros planes para ti. Pero si me dejas matarte no sufrirás tanto. —Habló antes de aparecer frente a mí, trató de cogerme por el cuello, pero intercepté su mano y en un movimiento defensivo lo gire, lleve mi otra mano hacia su cabeza haciendo que se estrellase contra el árbol. Lo tenía firme agarrado, él quedó sorprendido por el movimiento pero comenzó a reír. ー¡No tienes oportunidad contra mi! Y no tengo tiempo para juegos de mascota. —Gruño molesto.

Vi como dio un salto haciendo cambio en nuestras posiciones, ahora era yo la que se encontró ahora contra el árbol. Sentí un golpe en mis costillas, Laurent golpeó con su rodilla ahí, causando otro punto de dolor agudo, pero estaba firmemente decidida a pelear con todo y tratar de no morir en el proceso. Aún no era mi hora. Haciendo acopio de mi fuerza y aguantando el dolor que sintió mi brazo, lo impulse hacia atrás con toda la fuerza contra la costilla del vampiro haciendo que soltara un poco su agarre, era un mal movimiento por que ante el impacto estaba segura que mi codo quedaría fracturado, no me importo el dolor, necesitaba tiempo para cambiar de posición, luego entrelace nuestras piernas para volcarnos al suelo, el movimiento lo sobresaltó, él quedó debajo de mi, sujete sus manos cuando trato de voltearnos. Sin embargo, la diferencia de fuerza era obvia y no tuve por mucho tiempo el control de la situación. Laurent sin mucho esfuerzo me lanzó nuevamente hacia el otro extremo, sentí como volaba por algunos metros debido a la fuerza que usó para soltarse, caí al suelo sobre mi brazo herido, no pude evitar soltar un quejido agudo de dolor pero debería levantarme pronto para no perder la poca ventaja. Estar en el suelo sería mi fin.

El vampiro estaba algunos metros de distancia con una sonrisa de suficiencia y pude ver que de su cinturón tomaba un cuchillo, lentamente lo paso por su costado hasta llegar a su cuello y hacer la insinuación de contarlo. Se estaba jactando para que sintiera terror. El tenía una idea equivocada y eso solo me daba ventaja. No me dio miedo ver el gesto, todo lo contrario, de hecho sentí esperanzas. Si lograba quitarle el cuchillo podría llegar a protegerme de mejor manera y causarle algo de daño, sin embargo no contaba que él correría a velocidad vampiro para estar a segundos sobre mí clavando fuerte el cuchillo sobre mi estómago.

ーVez mascota, esto fue solo por tratar de escapar, con la herida ya no tendrás fuerza y te sentirás mareada. Ahora disfrutaré de beber tú dulce sangre. —Susurro en mi oído.

Todo se veía mal, si bien el impacto de sentir clavado el cuchillo no causó dolor, comprendía que fue debido a la situación, a la adrenalina que comenzaba a sentir. Solo esperaba que no hubiera perforado algún órgano interno, aun tenia la esperanza de poder dar una pelea y correr a un centro médico antes de morir.

Empuje a Laurent solo para ser yo la que retrocedía, separándome por unos pocos metros, pronto con mi mano derecha quite el cuchillo y con mi mano izquierda tape la herida para hacer presión y retrasar en algo el sangrado. En parte el olor de la sangre era un distractor bienvenido, el vampiro no parecía tan concentrado en mis movimientos, el óxido salino que emanaba de mis heridas hacían que el ser sobrenatural aspirarará el olor como una droga, el se veía lleno de éxtasis, volcado en su propio mundo de satisfacción y placer.

Tomando posición defensiva espere a que él arremetiera nuevamente contra mi. No se hizo esperar, quizás pensó que la mascota solo estaba jugando y no tenía oportunidad alguna. Una vez que abrió los ojos que se veían más oscuros debido a la sed, el vampiro estuvo en un instante frente a mí. El movimiento fue tan rápido que quizás no consiguió registrar lo sucedido. Levanté el cuchillo y lo clavé en su ojo izquierdo, lo bastante rápido para luego clavarlo en su cuello y lo empuje al suelo para tratar de cortar su cabeza. Su mano fue a mi cuello, que poco a poco quedaba sin oxígeno debido al agarre. No me importó, estaba segura que alcanzaría a cortar su cabeza antes de caer desmayada por la falta de aire. Para terminar más rápido solté mi herida y agarre con las dos manos el cuchillo que se deslizó hasta la mitad. La expresión del rostro de Laurent fue de absoluto pánico, soltó su agarre de mi cuello y trató de empujarme, pero fui mas rapida. Levantando un poco mi peso, logre pisar sus brazos con mis pies, al hacer eso tuve el impulso suficiente para terminar por rebanar su cabeza que salió rodando como una pelota por algunos metros.

Un alivio me inundó, suspire soltando el aire contenido. Podría estar relativamente segura por unos pocos minutos, sin embargo debido a la herida no tenía tiempo que perder. Tenía que apresurarme y llegar a un hospital si no quería terminar muerta en medio del bosque. Con mis manos agarré del cabello la cabeza y la levanté, caminé algunos metros poniendo distancia entre su cuerpo para que no lograra ensamblarse.

Quizás había podido de alguna manera retrasar mi muerte, pero al sentir que la adrenalina del momento ya terminaba, el dolor y los cortes estaban pasando factura. Me apoye contra un árbol al sentir un mareo, la vista comenzo a nublarse. No era buena señal, estaba llegando a mi limite, quizas ya estaba a pasos de mi muerte debido a la falta de sangre y su olor no mejoraba la situación. No me había dado cuenta antes pero se estaba formando un charco rojizo en el lugar sobre el que estaba parada. Con mis últimas fuerzas lance la cabeza del vampiro lo más lejos posible para ganar algo de tiempo en caso de que pudiera escapar. Suponiendo que alcanzara a llegar a mi coche y dar con algún hospital.

Idealmente hubiera querido cercenar el cuerpo para luego quemarlo, solo eso daría fin a Laurent, pero dada la situación no lo creía posible. Al sentir otro mareo no tuve más opción que deslizarme por el árbol y quedarme sentada tratando de tapar la herida de mi estómago. Mi respiración se volvió más frenética y sentí mi corazón bombear cada vez más rápido. Era una muy mala señal. Estaba entrenando en crisis de pánico o estado de shock.

ー¡Mierda! —Exclame entre jadeos al sentir que ya pesaban mis ojos, estaba haciendo un esfuerzo enorme por no cerrarlos. Si me daba por vencida y los cerraba terminaría desmayada y luego muerta en el bosque. Sin embargo en este momento de mi vida, no quería morir, presentía que aún faltaban cosas por lograr.

ーNo puedo morir aquí. —Dije tratando de levantarme, pero mis piernas no respondieron.

ー¡Vamos se que puedo! —Grite para darme ánimos. Pero fue inútil, ya no tenía fuerza suficiente para levantarme.

ーNo quiero morir aquí. —Volví a repetir y las primeras lágrimas comenzaron a deslizarse por mi rostro. No eran de pena, dolor o miedo. Eran de frustración, eran de rabia por la situación, de que a tan poco no pudiera seguir, de saber que me esforcé en defenderme pero aun así no fue suficiente.

ーEs bueno saber que no quieres morir, amor. —Escuche que hablaron a mi lado, giré mi cabeza para ver quien dijo aquello, a mi derecha estaba el mismo chico que observe antes en la tienda. Antes no lo había detallado bien, pero ahora, observando más de cerca podía decir que era un hombre en sus veintitantos, alto, de contextura delgada, pecho ancho, sus brazos se veían con los músculos justos. Vestía de manera informal, vaqueros, camiseta blanca y una chaqueta negra.

Debi pestañear para dar enfoque y ver bien su rostro, ya que aún estaba al borde del colapso. Tenía una cara delicada pero masculina, su piel era de un blanco perla que hacía resaltar sus ojos azules oscuros y su cabello rubio ceniza. Físicamente era un hombre apuesto, me resultaba muy atractivo a pesar de mi complicada situación, estaba segura de que si fuese otro tipo de situación, mi sonrojo por aquel chico sería muy notorio. Él se acuclilló para estar a mi altura.

ーEs una suerte que me pusieras de buen humor, amor. Solo por eso no te dejaré morir ... aun. —Comentó observando fijamente mis ojos. Pude escuchar un leve acento británico por lo que tarde un poco en respondedor.

ーAgradeceria mucho tu ayuda. Mi coche está a unos pocos metros de aquí. ¿Puedes tratar de levantarme y llevarme hasta el? —Pregunté un poco esperanzada, él inclinó un poco su cabeza hacia un lado con una expresión incrédula, luego sus ojos recorrieron mi cuerpo observando todas las heridas. Quedaron fijos en mi mano que estaba sobre la puñalada, luego vio el charco de sangre que se formaba a mi alrededor y levantó una de sus cejas haciendo su expresión un poco burlona. No supe cómo interpretar aquello. Estaba por hablarle nuevamente pero el se adelanto

ーDiste un buen espectáculo de lucha. Algo increíble para una pequeña humana. —Expuso para luego indicar con su cabeza un punto más allá. Seguí con mis ojos la dirección que indico para encontrar el cuerpo sin cabeza de Laurent. Fue en ese instante cuando entró en pánico. Debido a mi dolor había olvidado completamente que el vampiro aún estaba a la vista.

ーNo es lo que parece. ¡Puedo explicarlo! —Exprese casi gritando.

ーTranquila amor, la verdad, el espectáculo fue impresionante. —Contestó con una linda sonrisa. Aquello me tomó desprevenida, esa no era la reacción que esperaba por parte del chico. Lo que me hacía preguntar ¿Quién era él? ¿Conoce a Laurent?

Un escalofrío recorrió mi espalda, pero no fue por miedo, fue debido al pequeño contacto que el chico realizó al colocar un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Fue solo un instante y algo rápido, pero al parecer a él le recorrió el mismo escalofrío.

ーBueno, si no quieres morir es mejor que bebas. —Después de decir aquello que llevó su muñeca a su boca y vi como salían unos colmillos y sus ojos se transformaban un poco.

ーQue ... No pude continuar la frase al ver que él mordió su muñeca y después la acercó hasta mis labios.

ーComo dije antes, es mejor que bebas de mi sangre si no quieres morir, pequeña. —Expuso mientras levantaba los hombros en un claro gesto de restar importancia al asunto que de por sí era bastante extraño. No entendía qué clase de mal juego era este. Al ver que no reaccionaba de la mejor forma y tampoco hacía nada por beber, él volvió a hablar.

ーTe prometo que te curaras en breves minutos, amor. También estoy dispuesto a responder tus preguntas. Sin mencionar que te ayudaré a terminar con el frío. —Aún no podía procesar sus palabras, tenía varias preguntas pero la más importante era ¿Podría confiar en él? Algo interno me dijo que sí. Quizás estaba loca o quizás estaba delirando, puede ser que hasta ya estaba desmayada y apunto de morir y lo que estaba sucediendo era solo un juego de mi mente que no se quería rendir ante la muerte.

ーConfiare en ti. —Susurre finalmente observando sus ojos rojos. El chico asintió y acercó más su muñeca para que bebiera de su sangre.

La sangre en sí nunca me había gustado, su olor a oxido me mareaba, siempre lo había asociado como algo repugnante así que ceder tan fácil a la petición del extraño chico fue un comportamiento extremadamente inusual en mi. Por alguna loca y extraña razon sentia que podia confiar en él, y lo fascinante fue que la sangre que corría por su muñeca no olía a oxido, mas bien tenia un particular aroma dulzón.

Sin pensar mucho más y con valor tome el primer trago. La primera succión fue reveladora, al tragar un poco sentí un sabor dulce y revitalizante, podría compararlo cómo el chocolate más dulce y sabroso que había probado, incluso podría asegurar que sería algo adictivo. Sin darme cuenta, mi mano fue automáticamente aferrada su brazo para poder succionar más fuerte. Poco a poco me sentí mucho mejor, ya no me dolía la espalda ni la garganta, pude sentir que el corte de mi estomago ya no corría sangre.

Fue algo divino, la sensación más placentera que había tenido hasta entonces. Después de algunos minutos no pude evitar soltar un pequeño gemido de satisfacción, había mantenido los ojos cerrados debido al placer, pero al escuchar aquel sonido proveniente de mi, abrí mis ojos para encontrar al chico quizás con la misma expresión placentera que yo podría tener. Si bien la situación era extraña, no quitaba que fuera de lo mas erotica. El chico tenía los ojos cerrados y una sonrisa expectante, ver su placer me dio una extraña sensación de disfrute y pude sentir un extraño fuego recorriendo por mi cuerpo. No pude aguantar y volví a gemir, fue casi como un gemido orgásmico. Con aquel sonido el abrió los ojos y nuestras miradas se encontraron, pude notar que sus pupilas estaban dilatadas y el color de sus ojos se apreciaban más oscuros. Además de que pequeñas venas rodeaban parte de su cara y podía distinguir sus filosos dientes en su expresión sonriente, fue una hermosa sonrisa, ningún chico me había mostrado una parecida, era una mezcla de felicidad, placer y satisfacción con la promesa de algo más. Era única y aquello aceleró mi corazón.

A pesar de toda esta situación extraña. Entendía que él era un ser sobrenatural ¿De qué tipo? Era una buena pregunta. ¿Debía de tener miedo? ¡Seguro que sí! Las personas normales se alejaban del peligro desconocido. Pero a fin de cuentas nunca fui una persona normal. Muchos me han dicho que era un imán para el peligro y a esta altura de mi vida, lo que tenía más que claro. Sin embargo nunca me había importado atraer lo diferente, tenía esa extraña sensación de pertenencia con lo sobrenatural.

ーCreo que ya es suficiente o terminaré haciendo algo para lo que aun no estas preparada amor. —Diciendo eso retiró suavemente la muñeca y se levantó para ofrecerme su mano. Fue como un instinto, no pensé nada solo acepte su apoyo y rápidamente me levante sin problemas ni dolor, quede frente al chico a solo unos centímetros.

ー¿Cómo es posible? Estoy perfectamente bien. —Consulte asombrada. Levanté mi camiseta descubriendo que la puñalada hecha por Laurent ya no se encontraba, no había ningún rastro de ese incidente, ni siquiera una cicatriz.

ー¿Que eres tú? —Pregunte llena de curiosidad. Él me observaba sin borrar su linda sonrisa, después de algunos minutos respondió finalmente.

ーPensé que lo sabías dado que conoces a su clase. —Indicó señalando el cuerpo del vampiro.

ー¿Estas diciendo que eres un Vampiro? ¡Es imposible! No tienes ningún parecido a ellos. —Argumente como si fuera algo obvio, de hecho en mi mente estaba llevando a cabo una exhaustiva comparación entre los vampiros y aquel chico. Solo podía encontrar diferencias entre ellos. La más obvia era que se veía completamente humano, hasta podía sentir su calor corporal y estaba segura que latía su corazón.

ーDigamos que soy otra clase de vampiro. La clase original. Se que puedes tener varias preguntas, pero ahora no es el momento para eso. Podemos conversar en algún lugar más privado, amor —Diciendo eso comenzó a caminar hacia el cuerpo de Laurent. Lo seguí algunos pasos por detrás.

ーEres una chica impresionante, no conoci a nadie que haga frente a un frío y viva para contarlo. —Habló, en sus palabras se filtraba un poco de fascinación.

ーSupongo que fue más suerte que otra cosa. —Conteste restando importancia, no me sentí especial por aquello, lo sentia como un método de supervivencia. Al fin y al cabo era él o yo. Al escuchar mi respuesta él me miró con incredulidad, negó con la cabeza y una vez que llegamos al cuerpo tendido del vampiro él lo tomó. En un pestañeo había despedazado su cuerpo separando brazos y piernas del torso. Lo hizo con tanta facilidad y tan rápido que aún lo estaba procesando. Vi como a velocidad vampiro fue en busca de la cabeza al otro extremo y volvió para tirarla junto al resto de sus partes.

ーDejó los honores a la ganadora. —Saco de su bolsillo un encendedor zippo plateado ofreciendo la pequeña cosa que daría fin a Laurent. Lo tomé y sin pensarlo mucho, encendí la llama y lo lance a la pila de partes que en ese momento era el vampiro.

Observe cómo poco a poco comenzaba a incendiarse, las llamas púrpuras en un instantes lo estaban quemando y un horrible olor dulzón comenzaba a picar mi nariz.

No podía creer que después de tres largos años, sólo bastarán unos pocos segundos para que finalmente todo termine. Sentí un alivio incomprensible, junto con una sensación de realización inexplicable.

El saber que una humana sin ningún tipo de habilidades podía matar a un vampiro sin ayuda, era algo fascinante y muy gratificante. Finalmente todo el entrenamiento tuvo frutos y estaba bastante seguro que podría matar sin problemas a Victoria o cualquier otro vampiro que me tuviera en la mira.

Todo había terminado, aquella parte amarga de mi vida, aquella etapa de dolor, finalmente completaba su cierre. Al ver que el vampiro era polvo sentí que todos mis recuerdos sobre los Cullen y sobretodo mis sentimientos por Edward también se volvían cenizas. Ya no me dolía pensar en ellos, ya no sufriría más por un desamor adolescente, finalmente estaba completamente libre y en paz y eso me encanto, me alegré de saber que estaba sin ese peso amargo y que de ahora en adelante debería tener una vida.

De ahora en adelante estaba dispuesta a disfrutar y vivir.