—A ver si entendí —dijo Percy con su rostro totalmente en blanco—, ¿tu madre, la prima de mi madre, era en realidad la encarnación de una Diosa esquizofrénica de la mitología celta con el suficiente poder como para aterrorizar naciones, y te tuvo bajo una forma mortal debido a la maldición de su malvado ex-marido que también es su hermano?

—Sí —asintió Harry.

—¿Y es la misma Diosa que quería que te convirtieras en un rey que conquistase el mundo para vengarla?

—Aja

—¿Y ahora tienes un nuevo [Sirviente] y una transformación rotísima?

—Básicamente.

—…

—…

—…

—…

—«¡Digan algo, demonios!»—gritó Harmusp de repente.

—Bueno… —Percy siguió con el rostro en blanco—. Okey.

—Esperaba más palabras de tu parte —confesó Harry.

—Bueno, es que es algo un poco complejo y difícil…

—«Ya, ya. Todos sabemos que tu cerebro no soporta cosas complejas y difíciles —lo interrumpió Harmusp, ganándose una mala mirada de Percy que ella ignoró—. Mejor pasemos a cosas más importantes. Como mi opinan, por ejemplo»

—Claro, Harmusp —asintió Harry—. Dime lo que piensas

—«Bueno… —Harmusp carraspeó unos segundos. Luego gritó: —. ¡QUETZACOALT BENDITO! ¡ESTAMOS JODIDOS! ¡AAAAAAAAAAAAAAAAH!»

—¡Por los Dioses, cállate! —le ordenó Percy, lanzándole un chorro de tinta en la boca. Ofendida, Harmusp saltó hacia Harry y se volvió a refugiar en su espíritu.

—Aunque no estaba equivocada… —susurró Harry.

—Tú cállate también —le ordenó Percy, haciendo que lo mirara con impacto ante su repentina agresividad—. No hacemos nada siendo pesimistas. Que tu madre sea el diablo mujer o lo que sea no cambia nada. Nuestro objetivo sigue siendo el mismo: hacernos tan fuertes como para rescatar a mamá y luego hacernos incluso aún más fuertes como para que nadie vuelva a molestarnos.

—Tienes razón —admitió Harry, aunque sin poder evitarlo frunció el ceño un momento—. Es solo que…

—Te entiendo —confesó Percy, poniendo su mano sobre su hombro—. Pero no haces nada preocupándote. Recuerda: somos familia. Iré hasta el fin del mundo si hace falta para rescatarte.

Harry hizo un gran esfuerzo con [La Mente del Jugador] para que sus ojos no se aguaran.

—Gracias —dijo en susurro. No estuvo seguro o no sobre si Percy alcanzó a escucharlo.

—Bien, ahora deberías presentarnos a tu nuevo [Sirviente], ¿no? —sugirió Percy, aunque Harry sintió que era más por distraerlo que por verdaderamente tener interés de conocer a Diarmuid.

Pese a eso, como tenía razón, Harry asintió e invocó la ventanilla [Sirvientes]

¡Ping!

[Asterios * — LV 1. Costo: 75]

[Diarmuid * — LV 1: Costo 82]

¡Ping!

[¡Has invocado al [Sirviente Diarmuid!]

—A tu llamada, respondo —Con un destello, el hombre inusualmente atractivo aterrizó sobre su rodilla, mostrando el respeto de un caballero para su rey ante Harry—. ¿Qué desea que haga, mi lord?

—Hmn… —Harry no pudo evitar mirar un poco raro a Diarmuid. Ahora que no estaba siendo corrompido por la influencia divina de los Avatares de Morrigan, toda esa cosa del caballero y su rey le parecía bastante difícil de digerir—. Pues quería hablar contigo. Conocerte y eso.

—Sus palabras me honran, mi señor —respondió Diarmuid, siguiendo en su incomoda pero respetuosa posición.

—No me dijiste que tenía tendencias M —le susurro Percy en el oído.

—No sabía que las tenía —le respondió

—«A mí no parece que tenga nada de malo. Por el contrario, yo lo veo bastante bueno»—opino Harmusp, y Harry casi adivinó que se estaba comiendo a Diarmuid con los ojos. Lo que era muy raro, porque estaba compartiendo la visión con los ojos de Harry.

—A todo esto, ¿qué son tendencias M? —le susurró a Percy con curiosidad de repente—. ¿Es un trastorno como el THDA?

Percy lucio repentinamente incómodo.

—Creo que deberías hablar con el tipo. Parece que está esperando que le des permiso para estar de pie —dijo señalando al todavía arrodillado Diarmuid.

—Cierto —susurró. Luego miró a Diarmuid y carraspeó—. Em… Te puedes levantar.

—Su amabilidad es digna de alabanza, mi rey —dijo Diarmuid en respuesta, levantándose y por fin poniéndose de pie como una persona normal.

—Sé que eres un caballero, pero, ¿no crees que estás exagerando un poco? —le cuestionó Harry.

—Es la costumbre, mi lord. He pasado mucho tiempo actuando a consciencia bajo el mando de su Señora Madre

—Ya… —Recordando la actitud de Morrigan, Harry sintió pena por Diarmuid —. Pues puedes relajarte un poco conmigo. Yo no soy mi… madre —dijo la palabra casi como si le pareciera de un idioma extranjero—. No te voy a lanzar láseres ópticos de oscuridad pura si dejas un poco de lado el protocolo.

—¿Láseres de qué? —preguntó Percy de repente.

—De nuevo, su amabilidad es digna de alabanza, mi rey —Diarmuid le sonrió. Pareció un poco menos tenso—- Supondré que el joven a su lado es un noble de su corte y me presentaré. Soy Diarmuid Ua Duibhne, antiguo caballero de Fianna y actual [Sirviente] de mi amo. Estoy a su servicio.

—Hombre, relajate un poco. Estamos en el siglo 21 —soltó Percy ante su diatriba—. Mi nombre es Percy Jackson, y también es un gusto conocerte.

Percy y Diarmuid luego se quedaron en silencio después de eso. Harry suspiró ante eso, captando el obvio mensaje de «¿y ahora qué?»

—Bueno, ya entendí. Solo nos entendemos cuando matamos algo juntos…

—«Como todos los hombres civilizados»—comentó Harmusp.

—… así que conjuraré una [Mazmorra] y probaremos tus habilidades —siguió Harry ignorando ese comentario.

Diarmuid asintió. Percy tampoco pareció tener problemas con esa idea. Con un suspiro, entonces Harry pronunció:

[Deshacer Mazmorra]

[Fallo en el sistema]

—«¿Eh?»—Harry se quedó mirando con duda la ventanilla.

—¿Pasa algo, Harry? —Percy, que también podía ver la ventanilla, miró a Harry con duda.

—No lo sé —susurró —«Aissi, ¿Qué está pasando?

Una falla de sistema.

—«¿Y qué significa eso?»

Una falla de sistema.

Harry suspiró, irritado. Se preguntó si Aissi de verdad estaba teniendo problemas o simplemente lo estaba troleando como siempre.

Fue la repentina observación de que todo a su alrededor parecía distorsionarse lo que hizo que se agitara mientras salía de sus pensamientos.

—Bueno, bueno. Parece que estás teniendo problemas —le comentó una voz que le era familiar. Y de repente se encontró viendo a una etérea adolescente de pelo negro con un celular en su mano.

—¡Laquesis! —se asombró Harry—. ¿Qué sucede? ¿Por qué estas interviniendo? ¿Una amenaza extradimensional está amenazando el curso de todas las líneas de tiempo y requieres mi ayuda?

—Oh, no. Por Ananké no —Laquesis se rió como si su idea fuera extremadamente estúpida—. Todavía no.

—Oh, gracias al cie… Espera, ¿«todavía no»?

—Vine a consultarte con tu problemita —Laquesis ignoró totalmente sus preocupaciones—. Pero primero tenemos un asunto más importante que hacer: tomarnos una selfie.

Y siguiendo con lo que dijo, Laquesis alzó su teléfono —su Vara del Tiempo que le permitía medir el Hilo de la Vida y el Destino— y se tomó una selfie con Harry.

—#LaquesisyHarryPotter —dijo sonriendo mientras tecleaba su símbolo divino que por alguna razón insistía en convertir en un teléfono—. Ahora, ¿en que estaba?

—¿Explicándome eso de que «todavía no»?

—No, tonto, eso no —negó Laquesis mirándolo como si fuera estúpido—. Vine a hablarte de tu pequeño problemita.

Harry la miró confundido unos segundos, antes de entender.

—¿Hablas de Aissi?

—Si —Laquesis asintió, aunque sin mirarlo. Estaba muy ocupada tecleando algo en su celular, tal vez el destino de un mortal en el mundo, tal vez una respuesta a un cometario sobre su foto—. Verás. Harry, últimamente has estado conviviendo con muchas fuerzas más allá del entendimiento humano.

—Lo sé —susurró Harry—. No es como si lo hiciera apropósito.

—Las estrellas no brillan porque quieran y a pesar de eso deslumbran a muchos —contestó Laquesis, levantando solo unos segundos la mirada de su celular—. Así es la Vida, Harry. No siempre podemos controlar lo que nos pasa, solo podemos reaccionar ante las consecuencias.

—¿Y contra que consecuencias tengo que reaccionar? —preguntó con algo de confusión.

—Las que hacen que tu [Juego] deje de funcionar

El cerebro de Harry se paralizó ante esa declaración.

—Creo que escuché mal. ¿Dijiste algo de que el [Juego] deja de funcionar?

—Fue exactamente lo que dije —asintió Laquesis, guardando su celular por un momento. Harry se asustó ante eso. ¡Laquesis debía estar siendo extremadamente seria! —. Pero tranquilo, solo es temporal.

—Por favor explicame que está pasando —suplicó con algo de miedo. Y de repente, notó: no había nada a lo que aferrarse para atenuar sus emociones. Ya no había [Mente del Jugador]

Por un momento, sintió su respiración fallar. De repente, se sentía débil y expuesto. Podría tener cero [MP], podría estar enfrentándose a un oponente mucho más fuere que él o hasta conocer a las Moiras mismas. Pero siempre había tenido la [Mente del Jugador]. Era su lugar seguro, lo que permitía atenuar todo lo que no le gustaba: la ira, el odio, la tristeza, la alegría desenfrenada, la vergüenza… Desde hace un mes, la capacidad de tener siempre compostura era algo que se había vuelto una segunda naturaleza en él.

Y ya no estaba.

—«Y entonces tampoco debe haber [Cuerpo del Jugador] »—concluyó Harry, y otra oleada de pánico lo asaltó, hasta que sintió un par de brazos rodeándolo afectivamente

Calmate —ordenó Laquesis, porque aunque sus palabras fueron amables estaban llenas de poder, un edicto de una diosa que gobernaba sobre el aspecto del Tiempo llamado Presente. Y ante eso Harry simplemente sintió que pasaba de «tener» a «tenia» y que el miedo era cosa del pasado, algo que no estaba en su presente.

Suspiró ante eso, y Laquesis se alejó de él. Internamente agradeció eso, porque de repente notó que el vestido de Laquesis dejaba demasiada piel al descubierto y que su baja estatura ponía su cabeza justamente debajo de sus senos.

—Oh, mi —Laquesis lo miró mientras su cara se ponía extrañamente roja—. ¡Pervertido!

—«Pero si tienes como un millón de años más que yo»—se dijo Harry, pues en todo caso la pervertida seria otra.

Laquesis lo miró con mala cara. Sacó su teléfono y empezó a teclear rápidamente. Si estaba escribiendo una serie de acontecimientos terribles para él o estaba hablando de su persona en redes sociales, Harry no sabía, y tampoco quería averiguar que era peor.

—Voy a ser rápida —dijo Laquesis, su tono neutral, aunque obviamente seguía molesta—. Has estado creciendo a un ritmo muy acelerado, tanto que el [Juego] ha tenido problemas para evaluar tu crecimiento adecuadamente. Debes haber notado desde hace un tiempo que a cada rato cosas del [Sistema del Juego] están cambiando, ¿no?

—Si —asintió Harry—. Pero pensé que era normal. Digo, ¿el [Juego] no era algo que me daba la capacidad de evolucionar? Pensé que él también estaba evolucionando.

—No te equivocas, pero he ahí el problema —Laquesis proyectó una lucecita en frente de él—. Una chispa de Vida, un toque de Muerte y una bendición de Destino. Son cosas muy grandes; pero para este caso fueron pequeñas. Un mortal explotaría incluso si un Dios menor le inyecta mucho poder divino, ahora imaginate si Primordiales, seres que gobiernan Múltiversos con la punta de sus dedos, lo hicieran. Tu cuerpo habría sido triturado en más de cinco dimensiones y habrías probablemente colapsado varias realidades en una explosión

Harry ni siquiera pudo imaginar completamente la escala de lo que Laquesis estaba diciendo, pero se imaginó a si mismo hinchándose desde adentro para luego explotar causando un big bang. No fue algo particularmente divertido, sobre todo ahora que no tenía [Mente del Jugador]

—Por eso, los Señores de la Realidad, hicieron que sus poderes convergieran en una pequeña semilla que iría extrayendo poco a poco el poder extradimensional de sus dones —continuó Laquesis—. De esa manera, no solamente el poder crecería, sino que tú mismo te convertirías en ese poder. En un escenario optimo, una vez que el don estuviera aclimatado, tú mismo emitirías el mismo tipo de energía que ellos, y podrías hacerla crecer al rango que quisieses. Si ellos te dieron un diez, tú fácilmente podrías luego generar tu propio millón.

Laquesis suspiró.

—El problema es que todo fue muy experimental. La entidad conocida como Aissi nació de tu deseo de respuestas, el [Sistema Sirvientes] de tu piedad por los monstruos y tus constantes quejas de que atacar y defender estaban desequilibrados crearon muchísimas evoluciones. El [Sistema de Juego] trataba de adaptarse a tu situación, pero la situación cambiaba demasiado rápido. Su respuesta entonces fue detenerse y analizar.

—¿Analizar qué? —preguntó Harry.

—La Realidad —respondió Laquesis—. Probablemente fue nuestra culpa por darte regalos y así, pero que empezaras a canalizar la energía de una Ex-Diosa Primigenia también tuvo que ver. El ser que conoces como Aissi está analizando cada aspecto de la Realidad, desde las líneas de tiempo hasta los universos paralelos y alternos, y está creando un sistema conceptual-numérico que pueda entender todo.

—Básicamente… —Harry parpadeó—. ¿Aissi está teniendo un power up?

—Si —asintió Laquesis—- El problema es que mientras está mejorándose si misma, se encontró desconectándose temporalmente de ti. Sigue en ti, así que realmente no has perdido nada; pero cosas como la [Mente del Jugador] u [Observar] no van a estar disponibles.

—¿Y cuánto tiempo va a ser así?

Laquesis se encogió de hombros.

—¿Recuerdas que interfieres con Ananké y Destino? Soy muy buena entendiendo lo que pasa, pero no puedo ver tu futuro, Harry. Ni yo ni mis hermanas podemos. Pero tomando en cuenta la evolución que está sufriendo tu poder, probablemente tome algo de tiempo. Si son veinticuatro horas, una semana o un mes, no puedo decírtelo.

—Ya —respondió Harry, sintiéndose especialmente mal. Sin el [Juego], de repente se sentía extrañamente débil—. Me sorprende que hayas detenido el tiempo y hayas aparecido ante mí solo para decirme eso.

—Mis hermanas y yo temimos de que te mataras por accidente haciendo una tontería —reveló Laquesis—. Y necesitaba una selfie contigo. ¿Sabías que tu foto vestido de conejo trascendió en la OmniNet? Eres famoso en las redes de más diez universos.

—«Genial, diez universos en los que nunca voy a poder dar la cara»—se dijo Harry con malestar y humillación.

—Ahora, escucha atentamente, te voy a brindar algo de mi sabiduría de diosa —Laquesis tomó un tono un poco arrogante y jactancioso. Harry solo espero que no le fuera a dar un consejo de cómo ser influencer en el múltiverso—. Podrás estar un poco debilitado y durante un tiempo limitado a no crecer; pero eso no quiere decir que no puedas hacer nada. Hay un cierto poder en la admiración de los demás, y mira que te lo dice una diosa. Aprovecha la ocasión para abrirte y conectar con los demás.

Y con un parpadeo, Laquesis desapareció y el tiempo volvió a su curso normal.

—En serio, Harry, ¿pasa algo? —escuchó preguntar a Percy.

Él cerró los ojos un segundo, antes de asentir.

—Dame un momento —miró hacia Diarmuid—- Se ha presentado un inconveniente, así que más tarde hablaremos. Por ahora, quisiera saber si… ¿te molestaría enseñarnos a Percy y a mi algunas de las cosas que sepas sobre pelear?

La cara de Diarmuid brilló en felicidad como si una mujer extremadamente hermosa le estuviera proponiendo una relación.

—Por supuesto, mi rey. ¡Para mí sería un honor!

—Bien —Harry lo miró unos segundos, preguntándose qué hacer con él, antes de suspirar y concentrarse. Deseó que, de alguna manera, Diarmuid regresase a ser un espíritu que vivía en su sombra como Asterios. Sorpresivamente, lo logró, aunque el «sorpresivamente» solo era un decir. Dado que Diarmuid se mantenía en pie gracias al [Juego] y pese a eso seguía materializado ante él, supuso que de alguna forma aun y con la falla en el [Juego] algo del [Sistema Sirviente] seguía en pie.

—«Sin embargo, lo mejor será no arriesgarme a llevarlo en una pelea»—se dijo. Luego miró a Percy y le dijo: —. Tenemos que hablar.

Percy lo miró con confusión.

—Pero si acabamos de hacerlo.

—Esto es serio —le respondió—. El [Juego]… el [Juego] ha fallado. Por un tiempo ya no vamos a poder contar con muchas de sus funciones.

—Oh —exclamó Percy—. ¿Y?

—¿Cómo que «y»? —Harry lo miró con la boca abierta—. ¡No vamos a poder usar el [Juego] quien sabe cuánto tiempo! ¡¿No te parece eso grave?!

—Amigo, hace unos minutos me constate que tu mamá es una diosa esquizofrénica de poder insondable. Ya después de eso nada me sorprende —Percy se cruzó de brazos—. Además, ¿qué? El [Juego] nos ha ayudado, pero no es como si seamos nada sin él. Todavía posees tu magia y habilidades, ¿no?

Recordando las palabras de Laquesis, Harry asintió. Todavía había limites que probar, pero probablemente casis todas sus habilidades estuviesen intactas.

—Pero aun así…

—Pero nada —lo cortó Percy—. Sigo siendo el hijo de Poseidón y todavía puedo lanzar tinta, rayos laser y muchas cosas más. No somos el [Juego], Harry. El [Juego] es nosotros. La vida no se acaba simplemente porque no lo tengamos un tiempo.

Harry se le quedó mirando unos segundos, antes de asentir.

—Siempre es tan raro cuando no eres un sesos de algas —dijo, haciendo a Percy hacer un mohín—. Bueno, entonces… ¿ahora qué?

—Ahora regresamos al Campamento, entrenamos con Semidioses y nos fortalecemos sin ayuda del [Juego] —Percy le sonrió.

Mientras se concentraba para usar [Deshacer Mazmorra] sin ayuda del [Juego], Harry asintió.

El [Juego] podría no estar, pero eso no quería decir que todo iba a ser como antes de tenerlo. Percy y Harmusp seguían con él. Y mientras eso pasase, podía con todo. Laquesis tenía razón.

Tenía que confiar en el poder de los lazos.


Nota de Autor

Bueno, pues primero que nada: discúlpenme. Ha sido un año difícil y escribir ha sido complicado. De hecho, hace apenas una semanas que he podido volver a escribir como antes. Y bueno… Lo siento. La verdad me cae peor a mi que ustedes porque tengo un montón de planes y ver qué no siquiera he podido terminar el Ladrón del Rayo es frustrante.

Pero bueno, continuamos esperando que el siguiente año terminemos este arco.

Originalmente esto iba a ser el triple del largo, iba a incluir una pelea, un nuevo [Sirviente] y un montón de cosas. Pero mientras escribía algo —de lo que ya les voy a hablar— noté algo:

Lo arruiné bien feo con el sistema del juego.

Hey, esta es mi primera historia y he mejorado muchísimo desde ese prólogo extraño que está al principio. No pueden culparme por mis errores del pasado.

Pero si pueden culparme si no tomo medidas para corregirme, así que hice esto. Básicamente, explicación de la gran cantidad de cambios que van a haber en el próximo capítulo y una transición suave. No lo alargué mucho porque realmente no había tanto que decir, pero sirve para su propósito. El próximo será de una longitud más normal.

No sé si lo publique el 24 o el 31, pero prometo publicarlo antes de que se acabe el año junto al omake navideño. Aprovechó entonces para decirles:

¿Qué Santas Deidades quieren ver?

Y bueno, auto-promoción. La razón de que mejore el sistema es que voy a escribir otra historia gamer que es un crossover Marvel x DC dónde ambos universos son uno solo. Habrá elementos de High School DxD, Naruto, Ben 10 y prácticamente cualquier cosa que encaje. El protagonista es un OC basado en Issei Hyodou y Naruto Uzumaki; o puede decirse que es Issei Hyodou OOC. Cómo sea, no tiene mucho que ver aparte del nombre y un poco del diseño. Les dejo una sinopsis…

«Con la desgracia tocando a su puerta, Issei Hyodou-Namikaze, el único heredero de la dinastía Hyodou-Namikaze, se encuentra naufragando en una misteriosa isla desierta después de un trágico accidente en su yate. A medida que lucha por sobrevivir como náufrago, acompañado de sus guardaespaldas, Sasha Bordeaux y John Díglee se ve envuelto en una serie de emocionantes aventuras que le revelan que la isla no está tan deshabitada como parece a simple vista, descubriendo que el mundo en el que siempre ha vivido no es tan simple ni predecible como había imaginado.»

Dentro de poco la publicaré y entenderán mejor. Por aquí les avisaré, pero síganme para estar atentos a mi perfil.

Y bueno, pronto les traigo el siguiente capítulo.

¡Feliz diciembre!