Autor Original: usagi-mono
ID: 3157433
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Nezumi no había estado particularmente de acuerdo con mudarse a su nuevo hogar. Como es obvio por la falta de motivación al desembalar todo; las numerosas pilas de cajas con etiquetas, apiladas aleatoriamente por toda su sala de estar, podían dar fe de ellos.
Se mudó solo unos días antes, y apenas se está acostumbrando al nuevo vecindario, con toda su singularidad y calidez y pequeñas calles adoquinadas que conducen a la ciudad, y el lugar donde está su nueva escuela. Habiendo vivido en el Bloque Oeste la mayor parte de su vida, esta sensación de tener un hogar es nueva para él. La amabilidad en los extraños también es difícil de encontrar de donde viene; tropezar con la persona equivocada puede hacer que termines sin una extremidad en cuestión de un minuto. Lost Town es mucho menos animada, pero todos aquí tienen un aire amigable. Bueno. Quizás con el gato del arrendador como excepción. Ese es el diablo.
Ha pasado cuatro días, ocho horas y cuarenta minutos, y no ha sido asaltado ni ha sido testigo de que alguien lo haya sido. Esta es la buena vida, piensa.
Sonríe con ironía y se pregunta si esta racha de suerte continuara durante el período escolar. Las clases para su curso de literatura inglesa comienzan el próximo mes y ni siquiera ha encontrado todos los libros que necesitará. Ya tiene algunos en su poder, ya que ha acumulado suficientes como para tener su propia biblioteca privada, pues la lectura era su único pasatiempo durante mucho tiempo. Ojalá ahora pudiese sacarlos de sus cajas.
Nezumi suspira con cansancio mientras regresa de su escapada por el vecindario.
La mierda tiene que ser hecha. No tiene sentido posponerlo para más tarde.
Entra y sale con facilidad de las estrechas calles, con las manos bien metidas en los bolsillos de su chaqueta, como es su costumbre. Justo cuando dobla una esquina, con la esperanza de descubrir un nuevo atajo de algún tipo, una campanilla llama su atención. No hay muchas tiendas que se encarguen de otra cosa que no sea comida cerca de su casa, por lo que la pequeña librería ahí lo hace sentir un poco de curiosidad. La ventana dorada junto a la ventana muestra un interior acogedor, de tonos magenta, donde las filas de estanterías están llenas hasta el borde con una decente colección de tomos.
Vaya suerte. Los labios de Nezumi se alzan ligeramente. Quién sabe, es posible que encuentre los libros que necesitará para clase.
La campana suena, señalando su entrada. El lugar es un poco cálido, pero acogedor de todas maneras. Incluso hay un rincón amueblado donde los clientes pueden sentarse y leer con una taza en la mano. Echando un vistazo a los estantes, es obvio que la mayoría de estos libros son de segunda mano, algunos imposiblemente deshilachados o pegados en los bordes en un intento de restaurarlos. También hay un ligero aroma a café y pergamino viejo en el aire, y a Nezumi no puede evitar que le guste.
Lo que viene después, le gusta aún más.
"Ah… ¡Bienvenido!"
Una voz alegre brota desde algún lugar tras la torre de libros. Nezumi mira a su alrededor brevemente antes de discernir que el saludo es para él. El que ha hablad emerge, con una pila de libros en la mano, y una sonrisa preparada que lo tranquiliza casi de inmediato. Nezumi cree que podría perfectamente preparar unas palas para cavar su propia tumba. Los brillantes ojos que se dirigen a él están brillando con sinceridad. Ha pasado mucho tiempo desde que se ha encontrado con algo remotamente tan benevolente como esto, y hace una pausa para llegar a una conclusión sobre estos absurdos pensamientos que está teniendo.
Me alegro de haberme mudado a esta calle.
Se queda ahí de pie, momentáneamente congelado y su cerebro de repente olvida todas las palabras que alguna vez aprendió.
No, no es porque sea la primera vez que ha visto el pelo blanco en un joven de su edad, ni tampoco porque difícilmente haya sido receptor de tanta amabilidad. No es ninguna de esas cosas y, sin embargo, no sabe de qué.
El chico es un poco más bajo que Nezumi. Mientras parpadea mirándole, Nezumi observa distraídamente lo mucho que sus facciones parecen las de una muñeca. Qué ojos tan grandes. Enmarcados con densas pestañas blancas que revolotean tímidamente. ¿Ojos morados…? Aunque brillan rojos con el sol de la tarde. Su rostro es pequeño y redondo, y aunque seguramente no es mucho menor de dieciséis años, la mera seriedad en esa mirada refleja lo contrario. Los labios también son pálidos y hacen pucheros, y Nezumi se condena a sí mismo por esos pensamientos distraídos, haciendo que su corazón salte y su respiración se acelere un poco. Si Nezumi ha estado mirándole fijamente, el chico no le ha prestado mucha atención; en su lugar, le dedica una sonrisa aún más amplia.
"Es un recién llegado, ¿verdad? Siéntase libre de echar un vistazo; si hay algo en particular que esté buscando, me encantaría ayudarle, señor" y se inclina cortésmente.
Señor. A Nezumi le gusta bastante eso.
Como la persona resuelta que es, echa un vistazo rápido a la pequeña etiqueta en el delantal del chico con el nombre. 'Shion'. Shion. Bonito nombre. Nezumi lo guarda en su memoria y rápidamente se olida de los libros que ha venido a buscar aquí.
Durante la siguiente hora, pasa su tiempo ahí, pasando de una estantería a otra, fingiendo leer Un Cuento de Dos Ciudades pero sin haber pasado a la segunda página. Sus ojos siguen algo mucho más atractivo que simples líneas de palabras. ¿Qué soy ahora, un acosador? Reflexiona Nezumi con temor. Técnicamente no, no está siguiendo al chico a casa ni nada. Solo mirándole inocentemente por el rabillo del ojo. Solo eso. Sin pensamientos implícitos, sin fantasías cuestionables, nada de esa mierda, nada en absoluto.
Parece que este Shion ha estado trabajando aquí por algún tiempo. Los clientes que van y vienen lo llaman por su nombre, y él los saluda a cambio. Nezumi se pregunta si su relación alcanzará ese tipo de nivel pronto. Esperará por ello. Las cosas buenas llegan a los que esperan, ¿verdad? Pero es buena información; al menos ahora Nezumi sabe que siempre encontrará a Shion trabajando aquí.
Intenta no reírse en voz alta cuando se da cuenta de hacia dónde va esto.
… ¿Qué narices acaba de pensar? Dios, con tantas jodidas esperanzas como una colegiala enamorada. Estoy loco.
Sacude la cabeza y se queja sobre nada por lo bajo.
Nezumi no cree en el amor a primera vista. De verdad que no. La noción en sí misma es extraña; no es posible saber cómo es la otra persona con solo mirarla. Solo te enamoras de la percepción de lo que crees que son. Un libro es solamente tan bueno como su contenido. Él tampoco es de los que juzgan por las apariencias. El pelo blanco y el rostro de muñeca podían haber sido un cebo, pero eso es todo lo que eran. Quién sabe, lo que está afuera podría no ser una verdadera representación de interior. De todos modos, había peces ahí fuera con mejor aspecto. ¿Por qué poner su mira en solo uno, cuando hay un océano entero en el que puede lanzar su cebo? Deja el libro en un espacio abierto y está a punto de irse cuando Shion se acerca. Ugh. ¡Piensa, estúpido! Se regaña a sí mismo, cogiendo otro libro al azar del estante opuesto y entierra su cara en él.
Mientras la garganta de Nezumi empezaba a secarse, Shion, que está de frente al estante opuesto, realiza su tarea sin ninguna pista.
Arriesgarme a echar un solo vistazo me meterá en problemas.
Escucha que los libros se desplazan y cambian de lugar tras él y, de todos modos, va en contra de su conciencia. A la mierda todo.
De cerca, Shion es delgado y de piel clara bajo su chaqueta de punto; va bien con su llamativo pelo blanco y ojos rubí y, ¿era esa una cicatriz rodeándole la parte posterior del cuello? Nezumi se pregunta si continúa su camino hacia abajo. Eso sería bastante sexy, para ser sinceros. Shion tiene una mano alzada hacia el estante más alto, dirigida a una copia de Cumbres Borrascosas, aunque ambos saben que tendrá problemas para llegar sin un taburete o una escalera. Tiene que estirarse un poco más debido a su altura y la acción expone una franja estrecha de piel justo por encima de la cintura de sus vaqueros. Nezumi olvida por completo el libro en su mano y procede a ladear la cabeza ante el pequeño y encantador esfuerzo. La pequeña espalda de Shion parece increíblemente adorable, ya que se pone de puntillas y hace todo lo que puede.
Después de que ha tenido suficiente con el espectáculo, Nezumi decide sacarlo de su apuro. Mira a su alrededor para ver si alguien está mirando antes de extender una mano hacia el libro deseado, sacándolo para que la esquina sea visible desde su hueco.
"¿Este es el que quieres?" pregunta de manera indiferente, aplaudiéndose en secreto por ser un héroe.
Shion deja salir un extraño sonido agudo, obviamente sin esperar la mano amiga "A-Ah… Sí, es ese. Perdona por molestarte" dice, finalmente capaz de atraparlo con sus dedos "Gracias" Ahí, se da la vuelta y Nezumi nota fuertemente lo cerca que están.
El chico sonríe dulcemente y las mejillas de Nezumi comienzan a arder.
No es justo. No es nada justo.
No puede recordar la última vez que se sonrojó, si alguna vez lo hizo. Esto no es algo normal para él, eso seguro. Sin embargo, en realidad no quiere dar un paso atrás. Esta posición está bien. ¿Pero para qué? No va a hacer nada a corto plazo. Shion parece un poco incómodo, pero no se queja. No es como si tuviese derecho, frente a un cliente. Nezumi se siente mal por usar esto como ventaja. Pero Shion lo mira con esos ojos húmedos imposiblemente grandes, y es necesaria una gran fuerza de voluntad por parte de Nezumi para no inclinarse y besarlo mientras aún no se da cuenta.
Shion arrastra los pies "Mmm… ¿Hay algo en mi cara?" pregunta, aturdido por las interminables miradas.
Nezumi está a punto de alejarse y murmurar una disculpa, pero se detiene. Esta es una oportunidad. Ni de coña la dejará pasar.
"Si" responde, felicitándose por soltar la mentira con tanta facilidad "En realidad no es nada. Solo…" Alza la mano para retirar suavemente la mancha imaginaria de la mejilla de Shion, y su toque continúa desplazándose por el frágil hueso, empujando el cabello blanco a un lado para poder ver más de esa desconcertada mirada. Ahora le toca a Shion sonrojarse, y Nezumi se siente un poco recompensado.
"Oh" es todo lo que sale de los labios abiertos de Shion mientras se mantiene perfectamente quieto.
"Ya está" Nezumi aprovecha la oportunidad para pasar los dedos sobre la rosada oreja antes de retirarlos.
"Ah… G-Gracias" murmura el otro, bajando la mirada.
Nezumi sonríe para sí mismo por el trabajo bien hecho. Pero no pasa mucho tiempo antes de que Shion se dé cuenta del libro que ha estado fingiendo leer hasta hace un momento, y todo empieza a ir cuesta abajo desde ahí.
"Oh, guau" dice, de repente con los ojos brillantes de nuevo "¿También te gusta Harry Potter?"
Nezumi palidece y mira hacia abajo. Si. De hecho, en su mano sostiene una inocente copia de Harry Potter y el Prisionero de Azkaban.
De todas formas, ¿qué narices es Azkaban? Piensa con una ceja alzada. ¿Alguna prisión mágica donde las criaturas de capucha negra protegen las celdas de sus locos internados? Este es ciertamente un libro que aún no ha tocado. Suena como algo para niños. Tal vez Shion es un niño de corazón. Un niño al que le gustan los duendes, los castillos mágicos y las cosas así. Nezumi puede arreglárselas con eso.
Bueno, ¿qué debería decir? ¿Decir o callar?
"Sí" elige lo segundo "Por qué no"
Cualquier cosa para mantener esa mirada de alegría iluminando el rostro de Shion.
"¿Cuál es tu libro favorito?"
¿Hay más? Tienes que estar de coña.
Este gesticula con una de sus manos "Este, supongo" Y no puedo decir nada más. No es que pueda visualizar toda la historia con solo mirar la portada.
Shion se ríe. Es un sonido que Nezumi quiere escuchar más "Con mi primera impresión, nunca habría adivinados que eres del tipo de personas que lee cosas así. Pareces más de esas personas que leen… algo como Macbeth. Pero esa es solo mi opinión. Bueno, ¿quién es tu personaje favorito? Es Snape, ¿verdad?"
¿Sigue con eso? Nezumi suprime el impulso de apretar los dientes. Intenta recordar un nombre de la página que miró "Hagrid. Es Hagrid"
No importa que este Hagrid fuese un hada encabritada o un ogro feo; escuchar a Shion reír de nuevo valía la pena ponerse en ridículo. Al menos esta vez.
"¿Hagrid?" se emociona "¡También me gusta a mí! Estás lleno de sorpresas, ¿no es así…?"
A estas alturas, Nezumi casi no capta la indirecta "Nezumi" extiende una mano.
"Shion" el chico la toma, sonriéndole con calidez.
Y este tal Harry Potter puede tirarse por un precipicio por lo que a él respecta – este es un gran progreso. ¡Qué casualidad resultaba ser todo esto! A Nezumi le gusta lo cálida y suave que se siente la mano de Shion en la suya. Casi se olvida de soltarle.
"Shion, ¿eh? ¿Cómo la flor?" Nezumi sigue la actuación como un artista experimentado.
"A mi madre le gustaban las flores" explica.
"Es un nombre bonito"
Como esperaba, esto hace que Shion se sonroje un poco, y es exactamente ese tipo de reacción lo que esperaba Nezumi.
La campana de la tienda suena en mitad de su intercambio, y Shion se sobresalta, como si se hubiese olvidado de que todavía está en el trabajo. Rápidamente se disculpa con Nezumi con una pequeña reverencia antes de dirigirse a saludar al recién llegado "¡Ah! ¡Rikiga! Ha pasado algo de tiempo" Nezumi escucha a Shion exclamar, y desde ese momento no encuentra la oportunidad de hablar con él de nuevo durante el resto del día.
La primera hora se funde con la siguiente y la de después, y continúa observando (y disfrutando de una lectura mientras está en ello; Shion no se va a ir, de todos modos). Ya está consiguiendo mucho de eso. Se entera de que hay un dispensador de café en algún lugar en la parte trasera, donde cualquiera puede servirse una taza cuando lo desee. Se entera de que los libros en exhibición se pueden comprar o pedir prestados por un pequeño precio. Cuando se acerca la noche, se entera de que Shion se toma su tiempo en leerle a un grupo de niños mientras estos están acomodados en un acogedor rincón de la tienda, mucho después de que su turno haya terminado. Incluso a ojos de Nezumi, eso era bastante admirable.
La chica que ocupa su lugar después parece ser una amiga íntima suya. Nezumi capta las miradas que le lanza a Shion cuando cree que nadie está mirando, y se pregunta si hay algo entre ellos. No se preocupa mucho por eso; él mismo conseguirá suficiente información para descubrirlo eventualmente.
Durante el resto de la semana, Nezumi se compromete a la tarea. Cuando realmente debería estar en casa sacando las cosas de sus cajas, por el amor de dios.
Ha sido bastante interesante hasta ahora, por lo que decide quedarse para observar el desarrollo de las cosas.
Lleva a cabo el mismo ritual de ir a la tienda en la noche siguiente, con el pretexto de continuar donde lo dejó con The Sandman. Escucha a Shion leer a los niños más tarde ese día, y se va antes de que empiece a parecer demasiado sospechoso.
El miércoles, una niña con jersey morado (uno de los niños a los que Shion lee, sin duda) educadamente le pregunta si es el esposo de Shion, de todas las cosas, y se precipita rápidamente a algún tipo de ira. Nezumi acaba comprándole un helado para que se calme.
"Pero te gusta, ¿verdad? Le pones ojitos" tal es su idea de un argumento válido.
"No, no es así. Así que cállate y come" per está empezando a preocuparse de si está siendo demasiado obvio.
Pfff, esposo, ¿eh? Creo que puedo vivir con ello.
El jueves, Shion no está allí. Se asoma por la ventana y ve a la amiga de pelo corto en su puesto, dando vueltas sistemáticamente. Decide no entrar. Es lo mismo el viernes. Y durante el fin de semana, Sion solo aparece después de las cinco. Incluso ha esperado hasta el anochecer por esto, y su propia persistencia lo asombra. No recuerda haber sido tan espeluznante en el pasado.
En la segunda semana, evoluciona hasta un nivel superior de arrastre.
Shion no está allí por la mañana cuando entra en la librería. Es la chica quien lo saluda en su lugar.
Bueno. Qué narices. Tendría que pedir los libros para el curso tarde o temprano.
"Me preguntaba si por casualidad tenéis aquí Red Sky in the Morning e Historias Cortas del Siglo XX"
Su consulta se encuentra con una mirada impasible y un breve asentimiento "Sí. Creo que tenemos Red Sky in the Morning, pero tendré que comprobar el otro. Por favor, espere un momento" y se fue para revisar las existencias.
Mientras no está, Nezumi mira furtivamente alrededor de las paredes tras el mostrador en busca de una lista de algún tipo, indicando cuales eran los días en que Shion tenía turno. Ahí no hay nada más que un viejo póster, pintura descascarillada y un cactus achaparrado.
"Aquí tiene, señor"
La tranquila voz casi lo sorprende. La chica está de vuelta, más rápido de lo que habría previsto. Esta extiende los dos libros con sus manos, y él lo recibe con un breve agradecimiento. 'Safu' es el nombre impreso en su etiqueta. Mientras saca su cartera para pagar, se pregunta si debería haber esperado que Shion le atendiese. Eso hubiera mejorado la experiencia.
"Trabaja de lunes a viernes, de las once de la mañana a las cuatro de la tarde. Tiene turno completo los sábados. La semana pasada fue la única excepción, pero mañana todo volverá a la rutina"
Nezumi deja que la información se hunda al principio, antes de darse cuenta de que la voz monótona pertenecía a Safu. Parpadea una vez, dos veces, preguntándose qué será lo apropiad a decir en este momento. ¿Es algún tipo de adivina? ¿Dijo accidentalmente algo que exponía su exterior? Sea lo que sea, Safu solo comienza a trastear la caja registradora como si todo fuese jodidamente normal.
"¿Qué?" dice Nezumi tontamente.
"El horario de Shion" responde ella, sin problemas "Sin embargo, en otras dos semanas se irá a la escuela. Así que es posible que desee considerar su propuesta cuidadosamente antes de que eso suceda. Si eso no era lo que quería saber, me disculpo. Pero me enorgullece mi capacidad para deducir el lenguaje corporal y los gestos de mis clientes. Te he visto antes por aquí.
Los últimos días te vi mirando por la ventana. Solo concluí que estabas esperando a Shion porque te fuiste una vez que me viste. ¿Estaba equivocada?"
Esta situación parece se me hace familiar… ¿La intuición de las mujeres?
Nezumi siente como si su mente estuviese siendo golpeada sin piedad. La chica es fascinante pero también peligrosa. Planea escapar en cuanto sea posible.
"No deberías entrometerte" dice, mirando a otro lado, no queriendo mentir directamente frente a la amiga de Shion.
"Lo siento" le responde, pero hay una mirada de complicidad en sus ojos cuando le pasa sus libros cuidadosamente envueltos.
Este sentimiento… ¿Es lo que algunos llaman vergüenza?
Nezumi se va sin mirar atrás. Solo cuando llega a la puerta principal se molesta en sentirse un poco nervioso por la situación.
Es miércoles antes de que se atreva a volver de nuevo. Decide que este es el mejor momento para hacer más evidentes sus avances.
Le lleva a Shion chocolate caliente de la cafetería de enfrente – porque es de donde vienen los suministros de café – y un café con leche a la mañana siguiente, antes de descubrir que la bebida favorita de Shion es en realidad el té verde moca. Una elección extraña, pero de todos modos encaja con él. Shion no cuestiona los obsequios; actúa como si estuviese acostumbrado a recibir muestras similares a diario; pero Nezumi se niega a calificar sus esfuerzos como un maldito gesto de caridad (Joder, ¿qué tan obvio tengo que ser?).
Se asegura de que el momento sea el correcto (léase: que Safu no esté cerca como para leer su maldito lenguaje corporal), antes de entrar hoy. Está bastante seguro de que Shion está ahí ahora, y se ha probado estar en lo cierto de la mejor manera posible, cuando el chico se acerca a saludarlo por su nombre. La sonrisa en el rostro de Shion muestra lo encantad que se siente por su llegada. Eso hace que algo en el pecho de Nezumi se tense, haciéndolo retorcerse agradablemente en su interior. Todavía no está seguro de si le gusta esa sensación.
Va directamente a buscar un área tranquila entre los muchos estantes y selecciona un viejo favorito, Hamlet, para pasar el tiempo. No será pillado con otro libro extranjero esta vez. Mientras revisa las páginas con familiaridad, se siente algo aprensivo. ¿Esta es la manera correcta? ¿Sus acciones realmente parecen desesperadas? Todos saben por qué viene a la librería, y no es por los libros o el café gratis. Lo último que quiere es comportarse como un idiota frente a alguien que parece ser bastante cabeza hueca.
Pasa media hora, antes de que la suerte vuelva a estar en juego y su atención se centre nuevamente en Shion.
El chico de pelo blanco lleva una pequeña pila de libros bajo un brazo, y los coloca clasificados en sus respectivas secciones. Nezumi se inclina contra un estante adyacente para darle más espacio. Después de unos buenos cinco minutos o así, encuentra a Shion parado directamente frente a él, mirando a algún lugar por encima de su cabeza, con expresión perdida.
Nezumi alza los ojos de su libro "¿Mm?"
Shion da un pequeño salto que Nezumi encuentra divertido "Oh. Mm" comienza nerviosamente "Hay un libro allá arriba que necesito. Si no fuese una molestia para ti…" va bajando la voz, esperando que Nezumi reciba el mensaje y se aleje para dejarle espacio.
Nezumi no es tonto. Lo sabe desde el principio. Decide dejar que algunas bromas salgan de sus labios.
"¿Puedes llegar esta vez?" preguntó lo suficientemente inocente.
"Sí, creo que puedo" continúa insistiendo Shion "Pero estás en medio"
"No, no lo estoy. Puedes verlo, ¿verdad? ¿Por qué no simplemente extiendes la mano y lo coges?"
Shion no pica "¿Eh? ¿Estás bien, Nezumi? ¿No puedes moverte?"
"No es que no pueda. Simplemente no quiero"
Shion se sonroja; Nezumi no puede saber si es por la molestia de que esté en medio o por la perspectiva de lo que está a punto de hacer. Shion no le cuestiona a él ni a sus objetivos, simplemente suspira y se acerca con valentía, con cuidado de no pisar los pies de Nezumi. Se encuentran casi a unos centímetros de distancia. Eso mismo le hace tragar saliva, pero Shion no retrasa su maniobra más de lo necesario. Nezumi solo puede sonreír maliciosamente cuando Shion se pone de puntillas y se acerca a cualquiera que sea el libro que esté sobre su cabeza. Tensa su cuerpo en un esfuerzo por no caer sobre Nezumi mientras lo hace.
Todo es innegablemente adorable. Mechones del marfil cabello de Shion le hacen cosquillas en la nariz.
Mm. Y hueles muy bien también.
Nezumi está listo, cuando el rostro de Shion está al nivel del suyo. Planta un beso firme en esos labios con os que ha soñado la semana anterior. Sin mirar, sabe que el rostro de Shion prácticamente se está sonrojando por el repentino ataque. Se queda quieto por la sorpresa, dejando involuntariamente que Nezumi se salga con la suya durante los siguientes cinco segundos.
¡PUM!
"¡Mierda!" maldice Nezumi, mientras una pila de libros cae sobre su cabeza.
Shion solo entra en pánico, olvidando la jugarreta anterior de Nezumi "¡Ah! ¡Lo siento mucho! ¡Lo siento mucho! No quise que pasase eso – ¿Te has hecho daño, Nezumi?" pone sus libros en el suelo y dirige toda su atención al chico más alto, con los ojos llenos de preocupación.
Qué idiota. ¿Acabo de aprovecharme de ti y te disculpas?
Nezumi solo lo mira con asombro y luego se echa a reír "Lo que sea. Supongo que me lo merecía" se ríe "Pero para que conste, eres un cabeza hueca por caer en la trampa"
"¡Hey! No es frecuente que los clientes vengan y me acosen" se defiende "Puedo denunciarte por eso, ya sabes"
"Por supuesto que no lo harás" dice Nezumi con confianza. Su encanto cae sobre el otro chico.
Shion hincha las mejillas en un intento de parecer más enojado de lo que realmente está. Nezumi quiere pellizcar esas mejillas sonrojadas.
"¿Por qué estás tan seguro?"
"Porque estoy listo para compensarte" Nezumi le dedica una sonrisa honesta esta vez y Shion relaja visiblemente su mueca. Tan confiado "Sales de trabajar a las cuatro, ¿verdad?"
Shion se frota la cicatriz en su cuello con ansiedad "Mm, sí. ¿Por qué?"
"Te compraré algo de beber. Moca de té verde, ¿cierto?"
Shion está todavía rojo por el beso anterior. Se palmea las mejillas para evitar el renovado calor en estas "Eso no será suficiente. Tendrás que hacerlo mejor"
A Nezumi le gusta el desafío "Está bien. Si me dejas invitarte, te daré un beso aún mejor que el de hace un momento. Te gustará tanto que no podrás dejar de pensar en mí"
Como si no hubiese podido dejar de pensar en ti.
"Eres terriblemente arrogante, Nezumi" regaña ligeramente Shion, pero se ríe contra su manga. Se inclina para recuperar los libros que están esparcidos por el suelo alrededor de ambos.
Nezumi se arrodilla para ayudar "¿Eso fue un sí?"
Shion suspira burlonamente "Lo pensaré. Y sabes, ya que también te gustó Harry Potter, tienes puntos positivos. Eres seguramente la única persona con la que puedo hablar de ello"
Nezumi resiste el impulso de reír nerviosamente y agacha la cabeza. El Karma hace cosas extrañas últimamente.
Pero las cosas buenas les llegan a quienes esperan.
Cinco días después, mientras Shion le da un sorbo a su bebida fría y rara, y le dedica la sonrisa más dulce como recompensa, Nezumi no puede evitar pensar que todo esto vale la pena. ¿Quién necesita todo el océano? Un pequeño pez es ya tanto problema. Sí, el chico de pelo blanco y rostro de porcelana sin duda llama su atención, pero eso no es nada en comparación con las cosas más allá del exterior. Por una vez, se alegra de que lo que ve en el exterior sea un reflejo de la belleza del interior.
Y no hace falta decir que Nezumi va a la biblioteca de la ciudad al día siguiente y se termina de leer los siete libros de Harry Potter de una sola vez.