Capítulo 1.- El León de Mar.
Mayo del año 268 d.C., Casterly Rock…
Tywin Lannister era un hombre frio y calculador, en ningún momento de su vida había sentido miedo, no durante la Guerra de los Reyes Nueve Peniques ni cuando pasaba tiempo con su antiguo amigo y ahora loco el Rey Aerys, sin embargo, mientras escuchaba los gritos de su amada Joanna solo podía temer por su vida, pues el parto ya llevaba tiempo y los gritos de Joanna solo aumentaban.
Hasta que al fin los gritos de su amada se detuvieron y el llanto de un bebe se dejó escuchar, sin perder tiempo entro a la habitación encontrándose con el Maestre cargaba un pequeño bulto.
"MI señor, felicidades, tiene usted un segundo hijo varón de salud perfecta" aceptando el pequeño paquete que le mostro se encontró viendo un pequeño con algunos mechones dorados lo cual lo hizo sonreír levemente.
Mirando a Joanna la encontró inconsciente en la cama lo cual lo preocupo, mirando al Maestre este parecía darse cuenta porque no dudo en hablar.
"Lady Joanna solo está descansando mi Lord, el parto fue difícil, pero se recuperará sin problemas" caminando a ella noto que efectivamente solo dormía lo cual le hizo soltar un suspiro.
"Gracias por su trabajo Maestre, puede retirarse" el hombre le dio una reverencia para salir de la habitación.
"-Otro León para la casa mi amor-" mirando a su nuevo hijo un nombre llego a su mente "Damon Lannister un nombre antiguo pero fuerte" sabía que su legado estaba más seguro que antes.
Al día siguiente cuando Joanna despertó decidió que Jaime y Cercei debían conocer a su hermano quienes al ver al bebe solo sonrieron con felicidad.
Teniendo un deber con el reino Tywin salió para King's Landing unos días después para no tener la oportunidad de regresar a Casterly Rock hasta habiendo pasado dos años.
Pasando esos dos años en cuanto Tywin llego a su hogar busco a Joanna encontrándola en el jardín de la fortaleza con un pequeño jugando a unos metros de ella.
"Joanna" ella al verlo le sonrío mientras se levantaba para recibirlo con un abrazo y un beso, separándose miro al pequeño que jugaba con un juguete.
"Damon, amor ven saluda a tu padre" el niño los volteo a mirar cuando escucho a Joanna sorprendiendo a Tywin en cuanto el hombre vio sus ojos.
"¡¿Son dorados?!" arrodillándose miro al pequeño que se detuvo a unos pasos de su rostro mientras se examinaban.
"Igual me sorprendí cuando vi el color, tú tienes vetas doradas, pero él los tiene completamente dorados" aceptando el abrazo de Joanna el pequeño sonrió ignorándolo.
"Tiene los ojos de un verdadero León" escuchándolo el pequeño lo miro sonriendo.
"¡Soy un León!" la exclamación del pequeño lo hizo reír levemente mientras se lo pedía a su madre para cargarlo algo que el pequeño acepto.
"Así es Damon, eres un León, eres mi hijo" tomando a Joanna con su mano libre ambos entraron a la fortaleza para buscar a sus hijos mayores mientras Tywin disfrutaba de su felicidad.
Durante el tiempo que Tywin estuvo con su esposa e hijos noto que Damon parecía haber heredado la mente de su esposa pues con solo dos años era propenso a pedir que se le leyera lo que fuera, y así como Joanna le gustaba sonreír por cualquier cosa que lo hiciera feliz.
Sin embargo, los dioses fueron crueles pues tres años después mientras Joanna el amor de su vida daba a luz a un bebe enano ella falleció y con ella la felicidad en Casterly Rock.
Febrero del año 273 d.C. Casterly Rock…
Caminando con calma por la fortaleza que era mi hogar desde que había nacido hace cinco años no pude evitar mirar todo con mucha atención pues tan solo hace dos días Joanna mi madre había fallecido en el parto de mi hermano Tyrion, sin embargo, eso no había sido lo más impactante.
Pues al dormir ese día mi mente se llenó de recuerdos y conocimientos de una antigua vida en la cual había leído y visto sobre diferentes mundos sabiendo de inmediato donde había despertado.
Al despertar todo se veía nuevo pero familiar, desde mi cama hasta la comida lo cual me hacía mirar todo con atención lo cual imagine que llamaría la atención de alguien, sin embargo, con lo sucedido con mi madre nadie parecía notarlo sobre todo Tywin Lannister mi padre, uno de los hombres más peligrosos del mundo de Poniente.
Gracias a mis recuerdos sabía que el continente estaba a unos años de sufrir un gran cambio, lo cual crearía el campo para un juego, uno letal y al que no quería pertenecer por lo cual debía encontrar una forma de alejarme de todo esperando con suerte llegar a la vejez.
Deteniéndome frente a una gran puerta mire al soldado Lannister que me abrió asintiéndole levemente como agradecimiento.
En la gran sala donde había entrado ya se encontraban algunas personas siendo las más llamativas las de piel color bronce.
"Sobrino me alegra que llegaras tan pronto, tenemos invitados importantes" mirando a mi tío Kevan levemente asentí antes de volver a ver a los invitados.
"Buenas tardes, soy Damon Lannister es un placer conocerlos" haciendo una pequeña reverencia con la cabeza espere que se presentaran.
"Veo que Joanna no exageraba con sus alabanzas sobre tu inteligencia pequeño Damon" escuchando el nombre de mi madre mire a la mujer mayor sin embargo hermosa "Soy la Princesa Nymeros Martell, y me acompañan mis hijos Elia y Oberyn"
El joven Oberyn Martell ya mostraba indicios de futuro atractivo con su piel bronceada y sonrisa traviesa, sin embargo, la que se llevó mi atención por completo fue su hermana.
Elia Martell era una joven hermosa aun con sus pequeñas proporciones corporales, el color de su piel resaltaba aún más que la de su madre y hermano con el vestido color naranja oxidado que usaba, su cabello negro caía de forma perfecta alrededor de su rostro opacando la tiara que portaba y sus ojos, aunque de color café como muchos otros proyectaban una belleza que atraía.
"E-Es un honor conocerlos Princesa" obligándome a dejar de ver los ojos de Elia mire a su madre con calma, sin embargo, mi mente estaba en pánico "¡Por los dioses, es muy hermosa!"
La Princesa Nymeros solo me sonrió de una forma que me trajo recuerdos de mi madre antes de mirar a mi tío.
"Nos gustaría descansar un poco si es posible Ser Kevan, sin embargo, mientras antes hable con Lord Tywin mejor" mi tío asintió mientras le pedía que lo siguieron lo cual los tres hicieron, sin embargo, note que mientras se despedían la Princesa Elia me miraba con atención lo cual sabia no sería bueno.
Una semana después…
"¡Por los dioses, esto es difícil!" lavándome el rostro en la palangana de agua de mi habitación solo podía soltar un suspiro profundo algo impensable en un niño de cinco años.
La semana que los Martell habían estado como invitados en Casterly Rock había hecho todos los intentos por ser cortes, pero distante con Elia Martell algo que tanto su Madre como su hermano notaron y evitaron.
Sabía cuál era su futuro así que lo mejor era no hacer amistad con ella sin embargo el mayor obstáculo había sido la misma Elia, quien al igual que su hermano se había sorprendido por mi intelecto tomando el hecho de que para ellos solo tenía cinco años, sin embargo, en cuanto la sorpresa paso llego emoción pues tenía alguien con quien hablar de diversos temas además de su hermano.
En una plática me demostró que aparte de su belleza era una mujer muy inteligente sabía desde matemáticas hasta política algo que tanto ella como yo debíamos tener presentes como hijos de nuestras casas.
Sin embargo, el momento en el que me di cuenta de que era imposible evitar relacionarme con ella fue durante una pequeña platica con su madre.
Flashback…
"Tu padre parece estar demasiado ocupado para poder atender a una visita tan importante pequeño León" acostumbrado a que la Princesa Nymeros usara el apodo creado por mi Madre intente escusar la falta de respeto de mi Padre.
"Lamento mucho las acciones de mi Padre, pero estoy seguro de que es una decisión que debe pensar con mucho cuidado" sentado frente a Elia la mire levemente antes de continuar "Aunque como hijo segundo probablemente yo sea propuesto por el".
Mentalmente hice una mueca al terminar de hablar pues mis palabras hicieron que los tres Martell me miraran con atención y diferentes emociones, Nymeros y Oberyn me miraban con diversión sin disimular, y Elia, ella me miraba con una emoción que no podía descifrar.
"No me molesta la idea" parándose Elia camino hasta estar frente a mí y sorprendiéndome tomo mi rostro obligándome gentilmente a mirarla a los ojos "Estos son unos hermosos ojos que me gustaría mirar cada mañana" terminando de hablar solo me sonrió levemente.
En cuanto el calor de sus manos desapareció de mi rostro un nuevo calor lo invadió mientras mi boca se habría levemente por la sorpresa, en ese momento sabía que mi cara estaba roja y que mi corazón había sido robado por Elia.
Fin del Flashback…
Sonriendo levemente termine arreglar mi camisa para ir a buscar a Elia, mientras salía mire levemente a los guardias de mi habitación.
Desde la muerte de mi Madre solo los Martell habían sido testigos de mis pequeñas sonrisas pues el dolor por la pérdida seguía muy presente.
Llegando al comedor me sorprendió levemente no encontrar a nadie por lo que caminando al soldado más cercano le hable.
"¿Dónde están nuestros invitados?" sin importar mi edad todos los soldados se ponían firmes en cuanto me escuchaban algo que me divertía.
"Su hermana vino hace unos minutos para invitarlos a ver al r-recién nacido" había notado la vacilación en las palabras del hombre, pero tenía cosas más importantes que reprenderlo por lo que sin decir nada empecé a caminar en dirección al cuarto de Tyrion.
Caminando con rapidez llegué a la habitación en el mismo momento que se escuchaba un chillido por lo que abriendo con fuerza la puerta me hice notar viendo como la mano de Cercei salía de la cuna de Tyrion.
"¿Qué crees que haces Cercei?" Cercei ya sabía reconocer cuando estaba de mal humor pues según mis ojos brillaban.
"D-Damon, ¿no deberías estar desayunando?" caminando hacia la cuna ocasione que ella se alejara para ir con Jaime quien solo me miraba preocupado por Cercei.
"Buscaba a nuestros invitados" mirando a Tyrion note que su pene estaba un poco rojo por lo que mire con ira a mi hermana.
"Sal de aquí" ella sin decir nada salió de la habitación seguida por Jaime como un perro.
"Así que es verdad que tus ojos brillan si te molestas" escuchando a Elia la mire perdiendo la ira que me había provocado Cercei.
"Si querían conocer a Tyrion solo debían pedírmelo" mirando al pequeño bebe que sollozaba en voz baja lo acaricie levemente en el rostro intentando calmarlo.
"No queríamos que te molestaras, sabemos que sufres por la pérdida de tu Madre" Oberyn casi siempre era burlón sin embargo en sus palabras no podía escuchar nada más que sinceridad.
"Puede ser, pero es mi hermano y puede que sea la única persona que lo apoyara en la vida" un golpe en la puerta quito mi atención de Tyrion.
"Adelante" abriendo la puerta se encontraba la Matrona de Tyrion quien hablo.
"Lord Damon, la Princesa Nymeros llama a sus hijos al jardín del ala norte" asintiendo le dije que entrara.
"Alimenta a Tyrion, y si Cercei vuelve dile que no demoro en regresar, acompañare a nuestras visitas con su madre" haciendo una seña les pedí a los adolescentes que me siguieran.
En cuestión de minutos llegamos al jardín encontrándonos con la Princesa Nymeros que parecía molesta
"Elia, Oberyn nos vamos, no habrá matrimonio entre las casas Lannister y Martell" sabiendo que mi padre la había ofendido no me sorprendía que ni siquiera me hubiera visto, sin embargo, Elia se había robado mi corazón y no quería perder la comunicación con ella.
"Princesa Nymeros, si me permite" escuchando mi voz los tres me miraron "Puedo suponer que mi Padre la ofendió, me gustaría ofrecerle mi más sincera disculpa y espero que esto no deje una mala relación entre nuestras casas" rogando por que la amistad que había existido entre ella y mi Madre me diera una oportunidad espere.
"Pequeño León" escuchando el apodo la mire a los ojos viendo cómo me sonreía con leve tristeza "Joanna siempre te alabo en sus cartas y esta semana lo entendí muy bien, por la amistad que me unió a tu madre puedes esperar que no habrá mala relación entre nuestras casas" soltando un pequeño suspiro le sonreí con gratitud.
Dos horas después me encontraba frente a la puerta principal de la fortaleza notando como todos los soldados Dornienses esperaban a sus Princesas y al Príncipe para irse.
"Damon" escuchando la hermosa voz de Elia gire encontrándola muy cerca de mi lo cual me puso levemente nervioso "Esperare con ansias tus cartas, estoy segura de que cuando tus estudios avancen tendremos más temas de que hablar".
"Por supuesto Elia, en cuanto pasen los días de viaje a tu hogar la primera de mis cartas llegara" sonriendo me sorprendió al abrazarme levemente por lo que titubee un segundo en regresarle el abrazo.
Después de unos segundos nos separamos sin embargo Elia me dejo algo para recordarla, tomándome del rostro me dio un pequeño beso cerca de mis labios ocasionando que Oberyn quien nos veía del caballo soltara una carcajada y que su madre desde su carro de viaje soltara una pequeña risa, la razón era sencilla, podía sentir como mi rostro se ponía rojo por la vergüenza.
"Cuídate pequeño León" y con esas palabras se despidió para entrar al carro al lado de su madre dejándome solo con mi vergüenza y con la risa de su hermano.
"Juro en nombre de todos los dioses que la salvare, de una forma u otra" viendo a los soldados desparecer por el túnel de la fortaleza di media vuelta para regresar a mi habitación, era hora de armar algunos planes.
Abril del año 278 d.C. Casterly Rock, Boca del león…
Montando un caballo marrón me encontraba mirando la caravana que iría con mi Padre y Cercei a Desembarco del Rey.
Ya que Jaime había sido enviado como escudero de Summer Crakehall durante los próximos años me quedaría con Tyrion al cuidado de mi Tío Kevan.
Mirando a mi tío dejarme a solas con mi padre saque a relucir el tema que me había tenido en mente desde que el día de mi nombre había pasado meses atrás.
"Padre, ya sé que deseo como obsequio por mi día de nombre" desde que Madre había muerto mi obediencia hacia él había sido absoluta lo cual parecía satisfacerlo por lo que no dude en que aceptaría mi pedido.
"Bien, dime que deseas" mirándolo a los ojos hable.
"Deseo oro para mandar a construir un barco que sea solo mío" mi pedido lo sorprendió pues parpadeo un segundo antes de responder.
"¿Que puede hacer un niño con un barco?" su tono de voz indicaba que era una prueba, por lo que sentándome derecho hable.
"Comercio, he leído varios tomos sobre barcos y creo que con ayuda del Maestre podré hacer un gran barco que beneficie nuestra casa mediante el comercio" el me miro varios segundos antes de hacer algo que no había hecho en años.
"Sin duda, tienes el cerebro de tu madre" su voz se volvió melancólica mientras me sonreía levemente "Le diré a Kevan que te proporcione diez mil dragones de oro, creo que será suficiente para que tu negocio empiece" feliz le regrese la sonrisa la cual duro unos segundos mientras el regresaba a ser el mismo de siempre.
"Cuida nuestro hogar…y mantén en control a tu hermano" aceptando le di un movimiento de cabeza permitiendo que fuera con Kevan.
Días después de que se fueran me encontraba cabalgando a Lannisport acompañado de algunos soldados quienes trasportaban un cofre de oro.
Mi destino fue el muelle donde pidiendo indicaciones llegué al astillero de la ciudad donde fui recibido por el carpintero jefe.
"Lord Damon, ¿en qué puedo ayudarlo?" tomando el papel donde el Maestre Themare había dibujado mi diseño se lo mostré.
"Quiero que construya este barco, será tan grande como una galera de comercio sin embargo quiero que tenga tres mástiles" mi pedido parecía sorprenderlo lo cual era comprensible, el diseño era algo nunca visto, una combinación de dos barcos famosos que solo yo conocía.
"¡N-Nunca había visto tal diseño mi Lord!" dejando que lo estudiara espere a que me dijera algo "¡Es increíble mas no imposible, usaremos la mejor madera!" recordando el barco al que más se parecería recordé de que estaba hecho.
"Pino, quiero que sea construido de pino" el parecía sorprendido por mi elección de madera, pero no dijo nada.
"¿En cuánto tiempo estará lista y cuanto oro necesita para hacerla?" el carpintero se disculpó un segundo mientras tomaba un papel y empezaba a escribir números.
"Lo tendría listo en medio año si empiezo en seguida, en cuanto al oro…creo que cinco mil dragones serían suficientes" haciendo números acepte por lo que les hable a mis soldados.
"Aquí hay seis mil dragones, sé que sabe que a un Lannister no se le roba, volveré en cuatro meses para ver su avance" terminando di la vuelta para salir del lugar sin embargo el me detuvo.
"Mi señor, sabe que nombre quiere para tan hermosa nave" pensando un segundo le respondí.
Vi que el nombre lo sorprendió al igual que los soldados a mi lado, pero no dijo nada mientras se despedía para empezar a gritar órdenes.
Regresando a la fortaleza busque a Tyrion encontrándolo en la biblioteca escuchando al Maestre Themare leerle un libro.
"Lord Damon, bienvenido" saludando al viejo Maestre atrape a Tyrion quien me abrazo sonriendo lo que me hizo regresar la sonrisa.
"Maestre Themare puede ir a descansar yo le leeré a mi hermano" el Maestre se despidió entregándome el libro mientras cargaba a Tyrion y nos acomodaba cerca de la ventana de la biblioteca.
"Bien, veamos donde se quedó" con Tyrion recargado en mi pecho empecé a leer esperando que el tiempo pasara con rapidez para ver mi nuevo barco
Tres meses después de que mis planes se pusieran en marcha me encontraba entrenando con el Maestro de armas quien para mi fortuna sabia usar tanto una espada larga como la corta a la cual tome preferencia.
Había descubierto durante mi primer entrenamiento que mi cuerpo era más fuerte, más rápido y resistente que el de otros chicos de mi edad por lo que el Maestro no me pregunto por mi gusto en armas mientras aprendiera todo lo que me enseñara.
Moviéndome con rapidez no podía evitar sudar mientras detenía con dificultad los rápidos movimientos de Ser Sart Lannys.
Izquierda, derecha, arriba, abajo, su espada me obligaba a retroceder con rapidez mientras intentaba descubrir de donde vendría el próximo golpe el cual resultó ser un puñetazo a mi rostro el cual me mando al suelo.
Cuando levanté la vista de la tierra me encontré con la punta de la espada entre mis ojos.
"Mejora mi Lord, pero aún debe aprender a no mirar solo la espada, recuerde usar una espada corta no es igual que una espada bastarda" ofreciéndome su mano me ayudo a levantarme "Una corta permite mover sus dos brazos con libertad" aceptando sus palabras le agradecí mientras limpiaba mi rostro.
Algo que me había puesto como condición para aprender a usar una espada corta era que recibiría su entrenamiento sin quejarme de cualquier daño el cual apenas sentía para mi alivio.
Escuchando uno grito de ánimo mire a donde sabia estaba sentado Tyrion quien con una gran sonrisa me animaba.
"Ser Sart, ¿está bien si terminamos por hoy?" el me concedió la petición mientras se retiraba entregándole la espada de entrenamiento me dirigí a Tyrion quien me miraba sonriendo.
Con solo cinco años el ya mostraba la inteligencia que le salvaría la vida más de una vez en el futuro.
"¿Qué te parece si vamos a comer?" tomando mi mano el acepto mi sugerencia mientras caminábamos a la fortaleza.
Minutos después nos encontrábamos dentro de la habitación que había tomado como un pequeño estudio mientras esperábamos que los sirvientes nos llevaran la comida.
Sabiendo lo listo que era había decidió empezar a enseñarle los números lo cual aprendía con facilidad.
Un golpe en la puerta me obligo a detener la lección.
"Adelante" abriendo la puerta el Maestre entro con una pequeña carta y un soldado "Maestre tome asiento, soldado ¿qué sucede?" mientras el Maestre aceptaba mi ofrecimiento mire al soldado reconociéndolo.
"Mi Lord, según su orden la vigilancia del Carpintero de su barco hoy dio un resultado" sacando un pequeño paquete de su bolsa me lo entrego para que lo abriera "En cuanto vimos que lo entrego al mensajero de la ciudad lo detuvimos sin que lo notara y le preguntamos hacia quien era dirigido, era para la Ciudadela"
Dentro del paquete había un dibujo exactamente igual al del Maestre con todas las especificaciones que yo había pedido, junto a las notas había una corta carta donde el carpintero se adjudicaba el diseño y lo proponía para uso del reino.
Terminando la carta se la entregue al Maestre mientras miraba al soldado con calma.
"No quiero que le pase nada al carpintero…por el momento, sigan vigilándolo, pero ahora con mayor atención, vigilen a sus ayudantes, cuando termine su trabajo aprenderá que a los Lannister no se les roba" completamente firme el soldado acepto mi orden para salir de la habitación.
"Ahora entiendo cuando me conto su preocupación mi Lord" mirando al Maestre note como dejaba el dibujo "Es comprensible de que un constructor quisiera presentar dicho barco al mundo" mirando a Tyrion quien ahora dibujaba hable.
"Si, pero dicho barco es mío, nadie me roba Maestre" sabiendo que no obtendría nada más el hombre dejo el tema un momento antes de que la comida nos fuera llevada.
Limpiando mi escritorio senté a Tyrion en mis piernas ayudándolo a comer su sopa de codorniz mientras mojaba el pan para que pudiera masticarlo sin problemas.
Mientras el masticaba yo tomaba pedazos de mi codorniz asada mientras tomaba un vaso de agua y le daba tragos a Tyrion.
Ya que el Maestre había declinado la oferta de comer le pregunte por la carta en su mano.
"Es para usted de parte de su Padre" pare de comer mientras la tomaba y la leía, un momento después se la regrese mientras ignoraba las palabras de mi Padre.
"Parece que Lord Tywin no aprecia su decisión en armas mi señor" asintiendo medio escuchándolo seguí comiendo.
Minutos después mientras el Maestre se despedía me quede con Tyrion quien empezaba a dormirse por lo que lo acomode en un mueble en mi estudio dejándolo descansar.
Tres meses después, astillero de Lannisport…
Cabalgando junto a veinte soldados Lannister llegue al astillero donde ya podía ver el inmenso barco que flotaba en el agua, su tamaño era el mismo que el de una galera de comercio, sin embargo, su forma le permitía ser usada para la batalla teniendo sus costados fuertemente blindados mientras que el espolón era de hierro negro.
El color de la madera era completamente negro por lo que me recobrada al Perla Negra, en la popa con letras doradas su nombre había sido tomado de otro famoso barco.
Para todo el mundo que conociera la historia de mi madre pensaría en ella cuando leyeran el nombre de "La Venganza de la Reina Ana"
Dos meses antes cuando había regresado para ver el avance había aprovechado para reunir a varias mujeres ofreciéndoles el trabajo de hacer las velas del barco las cuales tenían un diseño mío, blancas portaban el rostro de un león negro con ojos dorados.
Llegando al lugar donde me esperaba el constructor note a la pequeña multitud que se había reunido para presenciar el primer viaje de la nave.
En cuanto mire al hombre encargado de construir mi primera nave note sus nervios mientras parecía buscar a alguien entre la multitud, sin embargo, en cuanto me vio intento disimularlo sin lograrlo.
Llegando baje de mi caballo siendo seguido por mis soldados, las personas me abrieron paso mientras subía al pequeño estrado donde me esperaba el carpintero.
"M-Mi Lord, lo esperaba" mirando al nervioso hombre le sonreí levemente lo cual solo lo puso más nervioso.
"Me complace que todos estén aquí para el viaje inaugurar de mi nave personal, el carpintero en jefe Salas hizo un increíble trabajo" señalando con el brazo al nervioso hombre mire a la multitud que aplaudía animada "Sin embargo el cometió una falta" mis palabras silenciaron todo el ruido.
"Tres meses después de que iniciara la construcción el mando mis planos a la Ciudadela escribiendo en una carta que eran suyos" mirando al hombre lo encontré completamente pálido.
"Todos saben que a los Lannister no se les roba" haciendo una seña dos soldados subieron y lo sujetaron "El perderá la cabeza" mi decisión parecía conmocionar a algunos, pero no por el castigo, si no que fuera dado por un niño de diez años.
Mientras el carpintero que lloraba era arrastrado del lugar mire a quien sería el capitán del barco, un hombre rubio, un Lantell si recordaba bien.
"Lord Damon, su tío Lord Kevan me pidió personalmente que capitaneara tan hermosa nave, y debo decir que su nombre también es muy hermoso, un recuerdo de Lady Joanna" escuchando sus palabras asentí antes de mirar la nave.
"Si me disculpa Capitán…" él me dijo su nombre rápidamente "Capitán Oswald me gustaría ver mi nave antes de que partan" sonriendo se apresuró a dejarme subir.
Los hombres a su cargo se encontraban alistando los últimos detalles para salir, sabía que el primer viaje lo haría a Braavos donde llevarían una cantidad sorprendente de mercancía antes de partir a Pentos.
Mi gira por el barco termino en el camarote de mapas donde el capitán había estado planeando el viaje.
"Capitán déjeme solo un momento por favor" el hombre acepto mi pedido sin decir nada por lo que estando solo mire los mapas y todo lo que había en el camarote.
Terminando de mirar todo saque un pequeño cuchillo de mi cinto, cortando levemente mi dedo me arrodille, en cuanto la primera gota de sangre toco el barco note como un pequeño resplandor se originó para desaparecer antes de abarcar todo el lugar lo cual provoco una sonrisa en mi rostro.
"Así, que mi sangre es especial, tenía razón, ahora esta nave será igual, la más poderosa de todo el mundo y con la escolta Lannister estará segura hasta que pasé a mis manos" chupando mi dedo detuve el sangrado para salir.
Deseando buen viaje al capitán me quede en el puerto junto a los habitantes de Lannisport para ver como lentamente empezaba el primer viaje de mi barco acompañado de otros más pequeños y una guardia de galeras Lannister.
Agosto del año 281 d.C., Casterly Rock…
Cabalgando junto a su hija Tywin se complacía de llegar a su hogar después de los acontecimientos que lo habían hecho dejar Desembarco del Rey a manos del loco de Aerys.
Llegando a la entrada noto a su hermano Kevan esperándolo junto al Maestre, lo que le extraño y molesto fue no ver a Damon.
"Hermano, me alegra ver que tu viaje fue sin problemas" bajando de su caballo le entrego las riendas a un soldado mientras el carro de su hija pasaba a lado de ellos.
"Kevan, ¿Dónde está mi hijo que no se dignó a venir a recibirme?" su voz proyectaba seriedad por lo que su hermano no dudo en abrirle el camino.
"Damon, pasa la mayor parte de la tarde entrenando con el Maestro de Armas y los hombres que aceptan ser sus oponentes" siguiendo a su hermano tardaron poco en llegar al campo de entrenamiento de donde se escucha el metal chocar.
En cuanto el lugar estuvo a su vista vio a uno de sus soldados luchando con toda su fuerza contra un oponente más pequeño.
"¿Ese es Damon?" poco le falto para mostrar la sorpresa que sentía en el rostro pues su hijo que tenía trece años era más alto que Jaime con lo que parecía un metro setenta.
Damon presionaba a su oponente con golpes rápidos, poderosos logrando que el soldado apenas y pudiera interponer su espada y escudo entre sus ataques.
"¡Espada larga!" la voz del Maestro de armas hizo que Damon se alejara con rapidez de su oponente mientras arrojaba sus espadas para tomar el mandoble en su espalda.
El soldado intento tomar ese momento para atacar, sin embargo, Damon detuvo su ataque con la espada, ese fue su único intento de ganar terreno pues el chico era incluso más letal con la espada larga.
"Siempre entrenan igual, no importa que arma use, pareciera que Damon nació con todas en la mano" dos ataques después el soldado termino en el suelo inconsciente mientras su hijo se quedaba parado sobre él.
Sin decir nada Tywin camino hacia su hijo el cual lo noto cuando el Maestro de armas miro.
Aun a través del yelmo que tapaba su rostro logro ver los dorados ojos de su hijo quien lo veía con la misma mirada que él les daba a todos.
"Padre, es un placer tenerte en la fortaleza" quitándose el yelmo le permitió ver su pelo dorado y corto, así como su rostro casi carente de redondez.
"Veo que tomaste mi orden de aprender a usar una espada como era debido" esperaba algo menos la sonrisa desdeñosa que le mostro lo cual lo molesto.
"Fue algo de Ser Sart, si quería aprender a usar espadas cortas, debía aprender a usar todas las armas" un mozo corrió hacia su hijo entregándolo una cantimplora.
La osadía del chico lo molesto sin embargo no pensaba perder el tiempo en discutir con él.
"Padre, Hermano" escuchando una voz bajo la vista no habiendo notado cuando Tyrion llego a ellos lo cual puso una cara de molestia en su rostro lo cual parecía lastimar el pequeño diablillo.
"Tyrion, ve a mi estudio, empieza a estudiar iré en algunos minutos" la pequeña criatura obedeció a Damon alejándose con sus deformes piernas.
"¿Quieres que continuemos nuestra platica en tu estudio Padre?" mirando a los ojos dorados de su hijo le pareció por un segundo ver a uno de los leones de las jaulas bajo la roca.
Sin decir nada Tywin camino hacia la fortaleza sabiendo que el chico le seguiría, cuando llegaron a su estudio vio que Kevan los esperaba.
"¿Cómo le ha ido a tu barco en el negocio?" tomando asiento espero que el chico le respondiera.
"Muy bien, cuatro veces han sido los intentos por robarle, todos fallaron y gracias a el tamaño del barco las cantidades que puede transportar son mayores a los demás barcos mientras su velocidad no es comprometida" revisando el libro frente a él, Tywin decidió preguntar por las ganancias.
"De los cinco mil dragones gastados en su construcción se han recuperado tres mil quinientos, con una ganancia de dos mil dragones" eso lo sorprendió.
"Tu barco tiene una ganancia de cinco mil quinientos dragones en solo tres años" Damon asintió por lo que miro a Kevan esperando que le confirmara.
"Gran sorpresa, pero el negocio es fructífero" el sonido de la puerta abrirse, así como la voz de Cercei llamo la atención de todos.
"Padre, donde está el gnomo, quiero divertirme un-" en cuanto ella miro a Damon se quedó congelada por el parecido a Jaime, sin embargo, el terror floreció en su rostro al ver que se acercaba a ella.
"Hola Cercei, ¿me podrías decir a quien buscas?" Damon empezó a darle vueltas a su hermana con una mirada seria.
"D-Damon h-hermano" terminando de inspeccionarla se paró detrás de ella mientras la tomaba de sus hombros y le besaba la cabeza demostrando ser más alto que ella.
"No te preocupes hermana, ya estás en casa" Kevan percibió el peligro al igual que el por lo que decidió que la plática con su hijo seria después.
"Damon" teniendo la atención de su hijo no se inmuto en cuanto sus dorados ojos lo vieron "Seguiremos con nuestra platica después, puedes irte" el chico no dudo un segundo en soltar a su hermana y salir de la habitación.
Mientras Cercei soltaba un suspiro tembloroso Kevan hablo.
"Damon es muy protector de Tyrion, todos los hombres que entrenan con él lo insultaron en algún momento y ahora pagan por ello" teniendo esa información mando a Cercei a su habitación mientras ellos hablaban.
Enero del año 282 d.C. Casterly Rock, estudio de Tywin…
"Adelante" escuchando la voz de mi padre abrí la puerta para entrar mirando levemente como escribía algunas cartas, mientras cerraba la puerta el hablo "¿Qué necesitas Damon?"
Respirando con calma me prepare para la plática que determinaría mi futuro y el de varios más.
"Padre, estoy seguro de que el Maestre ya te comento sobre mi avance en mis estudios" parando de escribir me miro con atención "Deseo seguir mejorando mis estudios por lo que me gustaría ir a estudiar a la Ciudadela, con tu aprobación por supuesto"
Mirándolo a los ojos note como parecía analizar mi pedido, sabía que no debía apartar la mirada, se esperaba solo lo mejor de mí.
"Entiendo por qué tu petición, llevas todas tus clases con absoluta eficacia, ¿pero porque te mandaría a la Ciudadela cuando puedo solo llamar a los Maestres a la Roca?"
"Estando en la Ciudadela tendría todo lo necesario por si necesito aclarar alguna duda, además de que la Ciudadela se sentiría honrada de tenerme con ellos y no tendrías que gastar para traer a los Maestres" esperaba que mis palabras lo terminaran de convencer.
"¿Cómo manejaras las cuentas de tu barco?" notaba que se estaba quedando sin escusas.
"El Venganza está anclado en el puerto, puedo hablar con el Capitán para que sepa que nuestras reuniones serian ahora en Oldtown" levantándose de su silla mire como se acercaba a la ventana que le permitía ver toda la fortaleza por donde miro por algunos segundos.
"Tienes mi permiso, viajaras en el Venganza a Oldtown y espero que sigas dando tu mayor esfuerzo en tus estudios y en tus entrenamientos" contento me permití una sonrisa la cual tuve que borrar en cuanto el volteo a verme.
"Si noto la más mínima falla te regresare a la Fortaleza" asintiendo con seriedad acepte sus peticiones "Bien puedes irte para preparar tu viaje" escuchando su despido salí del estudio pues ahora debía despedirme de Tyrion.
Caminando a mi habitación no me sorprendió ver a Tyrion leyendo en mi cama, quien sonrió al verme, mirándolo solté un suspiro pues era hora de que le dijera que me iría.
"Tyrion, hay algo que debo decirte" subiendo a mi cama lo abrase, en los últimos años mi fuerza había incrementado mucho al igual que mi tamaño logrando pasar el metro ochenta.
"Dentro de poco me iré de viaje a Oldtown y puede que después viaje por muchos años" mirando sus ojos note el miedo y la tristeza por lo que lo abrace con más fuerza "Viviendo aquí no podré crecer como deseo, dime ¿sabes el nombre de mi barco?".
"La venganza de la Reina Ana" aun con su voz baja note su tristeza "Unos soldados dijeron que le pusiste así porque mate a Madre al nacer" molesto por eso no dude en corregirlo.
"¡No! Mi barco no se llama así por eso" mirándolo a los ojos continúe "Tiene el nombre de Madre, pero será la Venganza contra el mundo por habérnosla arrebatado, se lo que piensas, quieres ir conmigo, pero no puedes" viendo la esperanza morir en sus ojos continúe.
"En el mar existen más peligros que en tierra, si en algún momento llegas a caer al mar no habrá forma de salvarte" escuchando un pequeño quejido lo abrace nuevamente "Tyrion lamento abandonarte, sé que estando solo tu vida será dura, sufrirás la crueldad de todos, pero debes escucharme" secando sus ojos decidí darle la misma lección que le dará a un bastardo en el futuro.
"No olvides quién eres, porque el mundo no lo hará, úsalo como armadura y así no lo podrán usar contra ti" aun con ocho años él podía entender un poco de lo que decía "Usa tu cerebro como una espada y serás mejor que yo o cualquier caballero" un poco más calmado el asintió.
"Vamos a comer, será nuestra última comida juntos en muchos años" bajándolo de la cama empezamos a caminar a la cocina para pedir nuestro almuerzo.
Dos días después…
"Bienvenido a bordo Lord Damon" mirando al Capitán del Venganza lo salude levemente antes de hablar.
"¿Todo está listo para zarpar?" guiándome a la sala de mapas me respondió.
"Por supuesto, como usted lo ordeno, en cuanto llegara zarparíamos, el viaje a Oldtown nos tomara cuarenta días" contento por la velocidad del Venganza mire el Mapa del mundo sabiendo que el momento más crucial estaba llegando.
"Bien, iré a habitación, lo dejo con su trabajo" saliendo de la sala salude levemente a algunos tripulantes con los que había interactuado para sorpresa de todos.
La habitación que sería mía durante el viaje era una de las pocas que había agregado en el diseño, no eran muy grandes, pero ofrecían privacidad la cual necesitaba mientras seguía con mis planes.
Marzo del año 282 d.C., Puerto de Oldtown…
"¡Levanten velas!" escuchando el grito del Capitán ayude a los encargados de la tarea ocasionando algunas sonrisas amistosas en todos los que me veían.
Sabía que necesitaba ganarme la confianza de todos los hombres a cargo de mantener todo el orden en el barco y trabajar a su lado resulto una excelente forma, al principio todos desde el Capitán hasta el último grumete habían dudado de mi solicitud, sin embargo, como el Venganza era mío nadie podía detenerme.
Durante todo el viaje había ayudado en todas las tareas sin problemas, mi entrenamiento me había otorgado una resistencia parecida a la de los marineros, lo cual elimino las dudas la primera semana, en la segunda me había ganado a casi todos con todas mis preguntas sobre cualquier actividad la cual realizaba con facilidad una vez explicada.
Y ahora podía ver la ciudad Oldtown con toda su hermosura.
"Lord Damon" la voz del Capitán me saco de mis pensamientos "Llegaremos al puerto en una hora, le recomiendo limpiarse y preparar todo para su desembarque".
"Si, gracias Capitán" saludando al hombre me despedí de los marineros mientras iba a mi habitación.
Dos horas después, Entrada de la Ciudadela…
Acompañado de algunos guardias que habían viajado en los barcos escoltas del Venganza mire levemente las esfinges que custodiaban la entrada a la Ciudadela, siguiendo mi camino entre al edificio que parecía ser algún tipo de recepción donde algunos ciudadanos esperaban en filas en varios puestos.
"Lord Damon" escuchando mi nombre giré encontrándome con un hombre algo mayor usando un atuendo que me recordaba al Maestre de la Roca "El Maestre Carlyk lo espera en la biblioteca, su escolta será guiada a su habitación en la Ciudadela" asintiendo hice que los soldados obedecieran mientras yo lo seguía.
La caminata no duro más de dos minutos en los cuales me dediqué a observar la arquitectura del lugar, sin embargo, al llegar a la biblioteca me sorprendí por el inmenso tamaño del lugar, así como la gran colección de libros ahí almacenados.
"Maestre Carlyk aquí esta Lord Damon" el maestre era un hombre alto algo fornido, aunque mayor su cabellera aún era de un color negro, así como su barba.
"Bien, vuelve a tus tareas Acólito" sin responder el hombre se alejó dejándome solo con el maestre "Mi Lord, podría decirme el nombre de esta constelación" acercándome mire el dibujo que estaba revisando.
"Es la constelación del Uro" la primera vez que había revisado las constelaciones del mundo me había sorprendido reconocer nombres algo familiares, señalando otra me miro "Esa es la de la serpiente marina".
"Bien, las cartas del Maestre de la Roca decían la verdad, son pocos los que reconocen las constelaciones, prepárese Lord Damon su estudio será riguroso" asintiendo lo mire mientras empezaba a hablar sobre la Astronomía.
Tres meses después…
Respirando el aroma del mar mire con alegría mientras el Venganza empezaba a anclar en los muelles de Oldtown, notando un movimiento a mi lado sonríe levemente.
"Ansioso por abordar Maestre Gibbs" el hombre que me recordaba con exactitud al personaje que había visto me respondió con ánimo.
"Pero por supuesto Capitán, el Venganza es uno de los barcos más famosos que navegan actualmente y según los rumores el más veloz" algo que me divertía era que me llamara Capitán, aunque le había explicado que no lo era aún.
"Pues lo descubrirá personalmente" viendo que el barco estaba completamente anclado empecé a caminar sabiendo que me seguía, llegando al barco subí sin problema saludando a algunos tripulantes que parecían reconocer a Gibbs pues parecía tener fama entre los marineros.
"Lord Damon, un placer verlo y con compañía" sonriendo el Capitán saludo a Gibbs algo que el imito.
"Gracias Capitán y me alegra que conozca a mi acompañante ya que me gustaría que fuera parte de la tripulación, la reputación del Maestre Gibbs me convenció de tenerlo en el Venganza" todos los marineros nos miraron mientras esperaban ver que haría el Capitán.
"Lord Damon no podría oponerme, aunque quisiera, el Maestre Gibbs es un hombre con conocimientos que cualquier Capitán desearía tener en su barco, será un honor tenerlo abordo" sonriendo el hombre ofreció un apretón de manos el cual Gibbs devolvió ocasionando que todos celebraran.
Varios minutos después me encontraba regresando a la ciudadela con los informes de viaje del Venganza cuando un niño me detuvo, no era mayor a ocho años sin embargo sabía bien el motivo por el que me había detenido.
Caminando a él quedamos levemente cubiertos de miradas indiscretas para que me diera un pergamino sujeto por un sello muy familiar.
"Gracias" terminando su tarea el niño desapareció por lo que seguí con mi camino mientras nuevamente me preguntaba porque Varys la Araña facilitaba la comunicación entre Elia y yo.
Llegando a la entrada de la ciudadela no me sorprendió ver a un Acólito esperándome.
"Acólito Damon, el Archimaestre Vaellyn lo espera en su estudio para su examen" asintiendo me apresure pues el viejo Archimaestre era muy impaciente.
Julio del año 282 d.C., Biblioteca principal de la Ciudadela…
Mirando a todos los miembros de la ciudadela caminar apresurados por todo el edificio no pude evitar notar que la mayoría estaban nerviosos por los acontecimientos que habían tenido lugar.
La noticia sobre el secuestro de Lyanna Stark, así como la partida de su hermano Brandon Stark a Desembarco del Rey habían llegado esa misma mañana lo cual era alarmante para todos, sin embargo, yo tenía otros acontecimientos en mi mente.
El Venganza debería de llegar a la ciudad en dos semanas, tiempo suficiente para que la Rebelión de inicio al mismo tiempo que el año llegue a su fin.
Jugando con la cadena que llevaba sujeta en mi brazo apenas y note como algunos Acólitos me miraban asombrados lo cual no era para más.
Mi primer examen con el Archimaestre Vaellyn me había otorgado mis dos primeros eslabones de color bronce, así como la atención del hombre pues casi siempre me buscaba para platicar de las constelaciones.
El siguiente eslabón era de Oro Amarillo, el Archimaestre Ryam había decidido otorgarme el examen por las alabanzas del Archimaestre Vaellyn, lo cual le agradeció cuando le demostré mis conocimientos matemáticos.
Los últimos tres eslabones eran de Hierro otorgados con gran entusiasmo por el Archimaestre Gallard por mis ideas en el arte de la guerra.
Había sido una sorpresa el saber que si uno lo merecía los Archimaestre podían otorgar más de un eslabón por examen, aunque más sorprendido había estado el Senescal Zarabelo al probarme personalmente y saber si me merecía mis eslabones.
Gracias a mis conocimientos futuros y de otra vida el estudio era sumamente sencillo, así como recordar lo que aprendía.
"Acólito Damon" volteando mire a un novicio mirarme nervioso "el Archimaestre Ebrose lo espera para su examen" asintiendo le agradecí mientras caminaba a las enfermerías de la ciudadela.
Algunos minutos después entre a la habitación que se encontraba ocupada viendo como el viejo Archimaestre preparaba todo para el examen, aunque se detuvo al escucharme llegar.
"¡Perfecto, nuestro Acólito estrella está aquí!" sonriendo me invito para que me acercara "Espero que me dejes sorprendido al igual que mis compañeros Lord Damon" asintiendo me prepare pues de todas las especificaciones esta era la más complicada.
Horas más tarde, Taberna El Calamo y el Pichel…
"Dame una botella de tu sidra Emma, quiero celebrar que gane mi eslabón" Emma una de las pocas mozas que me atendía con mucha atención solo me sonrió mientras iba por mi bebida.
El examen había sido complicado sin embargo mis conocimientos fueron lo suficientemente buenos para que Ebrose me otorgara el eslabón, algo que me alegro pues no faltaba mucho para que abandonara la Ciudadela.
Recordando momentos antes de entrar a la taberna sabía que mi carta para Elia y mi mensaje para Varys me otorgarían una respuesta inmediata con el mismo niño que había visto antes.
"Aquí tiene" escuchando la voz de Emma la mire mientras sutilmente me tocaba la mano "Si necesita algo más, estoy para servirle" sonriendo levemente note como se sonrojaba mientras la miraba con mis ojos dorados antes de huir con una risita.
Emma era una simple moza en palabras de mi Padre, sin embargo, su gran pecho había llamado la suficiente de mi atención para que pasáramos algunos momentos divertidos solos, todo sin pasar al acto completo ya que no quería que mi Padre la desapareciera.
Una pequeña multitud llego a la Taberna por lo que gire levemente en mi asiento para sonreír al reconocer a varios tripulantes del Venganza siguiendo a Gibbs.
"¡Maestre Gibbs!" escuchando mi grito todos los marineros me saludaron mientras Gibbs se acercaba a mi mesa.
"Capitán un gusto verlo" sonriéndole le pedí a Emma otra botella y un vaso mientras él tomaba asiento frente a mi "Veo que tiene nuevos eslabones" levantando mi brazo le conteste.
"El arte de la guerra Gibbs, dime que tal el último viaje" dejando lo que le pedí Emma se alejó mientras Gibbs me empezaba a contar todo lo que había sucedido durante el viaje.
Una hora después mientras asimilaba todo lo que me había contado le hice una pregunta importante.
"Dime Gibbs ¿todos los hombres apoyan al Capitán?" mi pregunta parecía tomarlo levemente por sorpresa sin embargo se recuperó con rapidez.
"Bueno…hay muchos hombres que no lo apoyan, pero como saben que usted lo aprueba no dicen nada" alzando las cejas lo mire esperando una explicación "Parece ser que durante el viaje de su hogar a la ciudad usted se ganó una buena reputación, todos lo aprecian y debo admitir que yo ayude contando que esperaba en algún momento que usted nos capitanee".
Tomando un trago asimile la información contento, pero sin demostrar nada en mi rostro, ahora tenía una ventaja a mi favor, ahora solo faltaba que Aerys actuara dándome una razón para parar el Venganza.
"Agradezco la sinceridad Maestre Gibbs y créame es posible que pronto sea el Capitán del Venganza" mis palabras lo animaron sin embargo solo lo invite a tomar evitando que preguntara algo más.
Octubre del año 282 d.C., Inicia la Rebelión…
"¡Atención a todos!" mirando a todos los marineros desde el balcón del timón espere a tener la completa atención para seguir hablando "Como saben el Valle de Arryn, el Norte y las Tierras de la Tormenta se han alzado en rebelión contra la corona, muchos pueden pensar que eso no afecta al Venganza, pero se equivocan, como podrán notar los barcos que escoltaban al Venganza regresaron a Lannisport".
"Además desde este momento el Venganza se quedará anclado en el puerto hasta que la guerra pase o yo lo decida" eso provocó que se agitaran sobre todo por su paga "Sin embargo eso no significa que ustedes se queden sin paga" haciendo un movimiento dos marineros se hicieron notar mientras cargaban un cofre.
"Por su lealtad al Venganza y a mi todos recibirán un pequeño incentivo para que no decidan ir a otro barco" tomando un pequeño costal de mi costado se los mostré "Cada uno recibirá un costal de monedas, cada uno contiene diez dragones de oro" mis palabras ocasionaron que todos gritaran de emoción y alegría.
Mientras todos animaban yo solo sonreía ignorando la mirada desaprobatoria del Capitán pues sabía que era una inversión para mis planes, sobre todo con las ganancias del Venganza.
Notando que Gibbs había logrado calmar a todos continúe.
"Les recomiendo que no lo gasten de golpe en prostitutas y alcohol" la mayoría rio nerviosos pues esos eran sus planes "Recuerden tienen donde dormir en el Venganza, pero nada más, no se sabe cuánto dure la guerra así que manejen su dinero y no viajen solos" todos aceptaron mis consejos sonriendo sin preocuparse que fueran dados por un chico de casi quince años.
"Maestre Gibbs deles su paga y que todos firmen aceptando que la obtuvieron" obedeciendo el hombre empezó con su tarea mientras yo caminaba a la sala de mapas siendo seguido por el Capitán, tomando asiento en la mesa abrí el libro de cuentas sabiendo que el hombre tenía algo que decir "Puede hablar Capitán"
"Mi Lord no me parece una buena idea pagarles a los hombres, como sabemos que no irán a otro barco en cuanto tengan el oro en sus manos" ok ahora empezaba a notar porque no era tan querido.
"En estos casi cuatro años ellos han estado lealmente al servicio del Venganza y creo que es bueno hacerles notar que eso vale y que son necesitados" anotando el movimiento del oro me detuve al escuchar un pequeño resoplido.
"Son marinos, su única lealtad es para el licor y las mujeres, además cada uno de ellos es remplazable" sin mirarlo espere que terminara sin embargo el cometido un error "Me temo que debo informar a Lord Kevan y a Lord Tywin de su decisión".
Dejando la pluma lentamente alce la mirada sin demostrar molestia encontrándome con sus ojos, por varios segundos solo me dedique a verlo notando el pequeño estremecimiento que recorrió su cuerpo.
"Capitán, usted tiene el derecho a informar a mi tío y mi padre, después de todo Lord Kevan le pidió ser el Capitán" entrecerrando levemente los ojos continúe "Ahora si me permite necesito terminar de documentar el movimiento de dinero" soltando un leve suspiro el hombre acepto mi pedido y salió sin mirar.
Levantándome camine a la ventana de la sala mirando el movimiento en el muelle y en la ciudad escuchando como alguien entraba a la habitación.
"Maestre Gibbs, necesito de un favor" volteando lo mire notando que al igual que el Capitán se estremeció levemente "Necesito que alguien se encargue del Capitán, parece que su lealtad no es conmigo y el Venganza"
"P-Por supuesto, solo dígame cuando desea que se haga" tomando un costal de oro de la mesa se lo lance.
"Son treinta dragones de oro, quiero que parezca un robo, esta noche cuando salga para mandar una carta a Lannisport" aceptando mi orden Gibbs se despidió para completar mi orden.
Mirando el pequeño espejo en el escritorio me sorprendí levemente por el cambio en mis ojos, el brillo hacia remarcar el color dorado, sin embargo, lo más llamativo en ese momento era el cambio en mis pupilas las cuales se habían vuelto más pequeñas de lo normal.
"Al igual que un León" terminando de revisar mis ojos continúe con mi tarea olvidando que había ordenado una muerte pues tenía planes más importantes en los cuales pensar.
Marzo del año 283 d.C., Dos días después de la Batalla de las Campanas…
Llegando al muelle note con calma que el Venganza era el único barco con movimiento, lo cual no era sorprendente pues el sol estaba a unas horas de salir.
Sabiendo que este día llegaría había mandado a hacer una vestimenta que me parecía funcional para lo que estaba por vivir.
Usaba una cota de malla en el pecho sobre una camisa color negro, unos pantalones igual negros acompañados de unas botas del mismo color.
Sobre la cota de malla usaba una camisa de manga larga, sobre ella un Jubón negro con correas color gris en mi cintura un pedazo de tela lo mantenía cerrado mientras dos espadas largas iban sujetas una a cada lado.
Mis manos iban cubiertas por un par de guantes los cuales facilitarían el uso de mis espadas, dejando la Ciudadela con una sola carta para el Senegal todos mis libros de estudios habían sido poco a poco llevados al Venganza.
En cuanto me acerque al Venganza lo aborde esperando que todo estuviera listo para salir de la ciudad.
"Buenas noches Capitán" escuchando a Gibbs note que al igual que los marineros estaba ansioso por salir al mar después de tres meses de inactividad
"Maestre Gibbs, ¿todo está listo?" caminando hacia el timón espere su respuesta
"Si Capitán, los hombres están ansiosos por navegar, todo está listo y en perfectas condiciones" complacido mire a los hombres notando que todos me miraban con atención esperando que hablara.
"Escuchen bien, sé que el Capitán Oswald aun es recordado, así como su terrible asesinato" el hombre había pagado por su deslealtad "No espero que me acepten así nada más como el nuevo Capitán, me ganare su respeto poco a poco y todo con la ayuda del Maestre Gibbs".
Mis palabras se ganaron la aprobación de todos por lo que continúe.
"Nuestro primer viaje es a Dorne" eso genero algunos murmullos sin embargo los silencie "Su paga será igual que siempre" la promesa de oro los calmo.
"Ya escucharon al Capitán, a los remos llego el momento de que el Venganza navegue el mar de nuevo" teniendo sus órdenes todos empezaron a moverse con eficacia mientras yo entraba en la sala de navegación.
Tomando asiento saque dos cartas del morral de mi costado.
La primera carta si es que se podía llamar así era la respuesta de Elia a mi último mensaje.
Prepárate, iré por ti, debes estar con quienes les importas.
Su respuesta había sido simple.
Gracias, te espero.
La segunda carta era la respuesta de Varys a mi pedido de ayuda para realizar el rescate.
Península sur del Aguas Negras, Caballo esperando en cinco meses.
Si todo marchaba como esperaba estaría en el lugar en el momento exacto.
El leve movimiento del barco me hizo notar que habíamos logrado salir del muelle de la ciudad, sacando una libreta de pasta negra guarde las cartas mientras anotaba mis conocimientos sobre las batallas que estarían por suceder, necesitaba tener todo en orden o podría perder a Elia.
Julio del año 283 d.C., Puerto de Lanza del Sol, Dorne…
"Capitán, la entrega de las mercancías y la compra de suministros se completó sin problemas" complacido le sonríe levemente a Gibbs por su buen trabajo mientras me entregaba el costal con la paga "Sin embargo los hombres desean descansar un poco en la ciudad".
Perdiendo la sonrisa analice el pedido de los hombres, sabía que se merecían el descanso, además el Venganza estaba navegando más rápido de lo normal.
"¿Hubo alguna pregunta sobre quien es el nuevo Capitán del barco?" sabía que sería sospechoso que no me vieran, pero no podía permitirme ser descubierto.
"Los hombres no dijeron nada y la excusa de que se está reponiendo de una enfermedad fue aceptada" sabía que eso me daría una mala imagen, pero no importaba.
"Dales su paga y dos días, no más" aceptando Gibbs salió teniendo sus órdenes mientras yo me quedaba a hacer números.
Un mes después de salir de Lanza del sol había estado aprendiendo algunas cosas de los marineros, sobre todo insultos en diferentes idiomas, sin embargo, el primer desafío en el mar llego mientras viajábamos cerca de la isla de Tarth.
"¡Capitán, piratas a babor, parece que atacan una Galera Dorniense!" tomando el catalejo que se me presento vi como la pequeña Galera empezaba a ser atacada por arqueros piratas.
"Los ayudaremos, los bienes de los piratas servirán" dándole el timón me dirigí a los hombres "¡Hombres prepárense acabaremos con esos piratas, y sus tesoros serán para todos!" aun siendo marinos acostumbrados al comercio la idea de tesoros les llamó la atención.
"¡Arqueros prepárense, en cuanto estén en puntería disparen!" tomando nuevamente el timón empecé a guiar el inmenso barco.
Estando lo suficientemente cerca los hombres empezaron a disparar mientras que los piratas respondían pues habían notado nuestra llegada.
"¡Recojan velas!" estando lo suficientemente cerca el Venganza se detuvo al lado del barco pirata "¡Preparen el abordaje!" siendo cubiertos por los arqueros algunos hombres se prepararon para subir al barco al momento que le entregaba el timón a Gibbs.
Tomando una cuerda la use como apoyo para saltar hacia el barco, moviendo la cabeza evite una flecha mientras otra apenas y me rozaba el costado.
Cayendo en la cubierta del barco saque mis espadas en el momento exacto en que me atacaron.
El primer hombre en atacarme recibió un corte que le arranco el brazo desde el codo; al segundo le atravesé la cabeza, al tercero le bloqueé su hacha con mi espada para después cortarle el cuello.
Mis hombres habían saltado con la misma rapidez y furia, parecía que algunos habían perdido amigos y familiares con piratas pues les gritaban cuando los mataban.
Los muertos se acumulaban a mis pies mientras mi ropa presentaba algunos cortes y pellizcos, nada letal, hasta que escuche un rugido y voltee solo para ser embestido por un hombre tan alto como yo, pero más grueso.
Su embestida nos llevó hasta el mástil más cercano donde mi espalda recibió todo el daño lo cual me hizo gruñir por el golpe, mirando al robusto atacante note que su ropa parecía más limpia y elegante que los otros piratas.
"El capitán probablemente" soltándome el sujeto me ataco el rostro con un golpe, habiendo dejado caer mis espadas en su ataque solo pude cubrirme con mi brazo mientras escuchaba sus gritos en un idioma que desconocía.
Usando el mismo brazo ataque con un codazo habiéndome recuperado del ataque sorpresa, su mandíbula giro, pero el volvió a verme con odio mientras gritaba algo, evitando que se recuperara ataque su inmensa barriga con dos golpes antes de que detuviera mi tercero tomando mi brazo y me lanzara.
El vuelo duro poco mientras me estrellaba contra unos barriles, sacudiendo la cabeza apenas me dio tiempo detener su patada regresando su pierna con mis brazos, aprovechando su leve perdida de equilibrio ataque con fuerza su rodilla escuchando con alegría como se quebraba y el sujeto caía entre quejidos.
Levantándome ataque su rostro con golpes seguidos, viendo que se empezaba a recuperar lo rodee hasta quedar detrás de él y tomarlo del cuello con mi brazo izquierdo y apretarlo con fuerza.
Mis golpes lo habían aturdido lo suficiente para permitirme ganar el tiempo para apretar su cuello y antes de que pudiera hacer algo se lo rompí terminando con su lucha soltando el cadáver.
Escuchando el silencio gire encontrándome con mis hombres y algunos Dornienses mirarme con asombro pues entre todos yo era el único con el tamaño del ahora Capitán pirata muerto.
"¡Buena pelea Capitán!" ese grito basto para que todos inclusos los Dornienses gritaran animados por la lucha que parecía habían visto todos.
Escuchando alguien caer a unos metros de mí vi como Gibbs era seguido por varios hombres más de mi barco para empezar a revisar a los muertos.
"Maestre Gibbs, que los hombres revisen las bodegas del barco, de todo el oro y comida que se encuentren una pequeña porción sea para los Dornienses como buena fe" Gibbs acepto con una pequeña sonrisa "Y quiero saber si perdimos algún hombre y los heridos" teniendo sus órdenes Gibbs se alejó con un saludo dejándome para que pudiera buscar mis espadas.
Después de una pequeña búsqueda encontré mis dos espadas en el suelo a unos metros de la embestida del pirata por lo que guardándolas empecé a subir al Venganza por la escalera que mis hombres habían colocado.
Varios minutos después mientras veía a mis hombres subir y bajar mientras llevaban barriles y cajones de comida vi como Gibbs subía seguido de un hombre Dorniense con un sombrero muy al estilo de Capitán.
"Capitán, este es el Capitán Othys de Dorne" el hombre me miro serio antes de mirar a todos mis hombres trabajar.
"Debo decir que cuando vi el famoso Venganza Lannister, no creí que me ayudarían a proteger a mi Corcel de las olas y mucho menos que el mando lo tuviera un niño ¿Qué paso con Oswald?" levantándome del cajón donde descansaba camine hacia el notando que lo superaba por mucho en altura.
"Mi nombre es Damon Lannister, no niño y además el nombre es Venganza de la Reina Ana mi barco no tiene nada de Lannister más que yo, en cuanto a Oswald, fue asesinado en un robo" el hombre me miro a los ojos antes de perder toda seriedad y sonreír.
"Lamento mi actitud, pero Oswald era conocido por su desdén con otros Capitanes, le agradezco Capitán Damon por tomarse la molestia de salvarnos a mis hombres y a mi" mirando al hombre me releje un poco.
"No hay de que Capitán Othys, mientras menos piratas en el mar mejor" Gibbs me llamo la atención por lo que me disculpé con el hombre mientras lo dejaba solo "¿Tienes la información que pedí?".
"Si Capitán, no perdimos a ningún hombre, solo tres heridos quienes ya están siendo cosidos por los encargados de eso, encontramos diez barriles de vino, diez cajas con frutas, especias y siete cofres con piedras y metales valiosos" contento sonreí mientras regresaba con Othys.
"Capitán Othys, mis hombres le darán un cofre con piedras de valor, y dos barriles de vino acompañado con uno de frutas" el Dorniense se mostró muy sorprendido por mi generosidad para luego mirarme con un poco de sospecha.
"¿Y puedo saber exactamente por qué?" entendiendo su sospecha hable.
"Solo una muestra de buena fe, para que cuando regrese a Dorne sepan que el Venganza tiene un Capitán amigo de los comerciantes y asesino de piratas" el me miro al rostro buscando algo, sin embargo, sonrió cuando no encontró nada mientras me abrazaba feliz.
"¡Capitán Damon, usted es un hombre del que cualquiera quera ser su amigo!" cuando me soltó les pedí a mis hombres que les entregaran mis obsequios a sus hombres, terminando el Corcel de las olas se alejó hacia Dorne mientras nosotros los veíamos partir.
"Capitán, ¿qué quiere que hagamos con el barco pirata?" mirando el barco note su estado el cual era optimo mientras analizaba su diseño y madera.
"Maestre Gibbs, ¿sabe de dónde viene ese barco?" el no demoro en responder.
"Según recuerdo ese diseño es de Qarth, lo cual confirmo el Capitán pirata quien gritaba en su idioma mientras peleaba con usted" les preguntaría a mis hombres si alguno sabia esa lengua.
"El barco parece estar en buenas condiciones, ¿Cree que es buena idea tomarlo como segundo barco?" el me miro sorprendido, pero lo pensó.
"…Suena como una buena idea Capitán, con los suministros que obtuvimos en Lanza del sol y los que encontramos en las bodegas no habrá problemas" contento de que apoyara mi idea le ordene que juntara a unos hombres para que lo abordaran y nos siguieran mientras algunas raciones eran bajadas al barco.
Septiembre del año 283 d.C., Bahía del Aguasnegras…
"¡Atención todos!" todos los hombres tanto del Venganza como del ahora nombrado Sol rojo me escucharon con atención "¡Necesito ir solo por lo que vinimos a buscar, el viaje durará una semana a lo mucho, durante ese tiempo el Maestre Gibbs estará a cargo, todos deberán estar alerta a mi regreso!" escuchando mis ordenes todos asintieron.
"Maestre Gibbs, mantenga todo en orden, intentare regresar lo más pronto posible" completamente serio el hombre me prometió que así seria.
Bajando al bote que se había preparado solo podía estar agradecido por el viento favorable que nos había permitido llegar más pronto de lo esperado al punto de reunión.
Llegando a tierra firme me complació ver que había un anciano esperándome con un caballo.
"Buenas noches mi Lord" llegando al anciano note que el caballo estaba listo para un viaje largo "Se me ordeno contarle que una batalla reciente en el Tridente le otorgo la victoria a la Rebelión".
Eso lo confirmaba, me quedaba poco tiempo para sacar a Elia de esa ciudad.
"Alguien lo estará esperando cerca de la Puerta del Rio y lo introducirá a la ciudad" tomando las riendas del caballo lo mire.
"Gracias" montando el caballo no dude un segundo más antes de empezar a viajar hacia Desembarco del Rey.
Varys había arreglado todo de forma tan precisa que un camino había sido creado atravesando el bosque sin que nadie lo notara logrando que el viaje a la puerta fuera solo de dos días, aunque conocía la fama de la ciudad por su olor no estaba preparado para el espantoso olor que emanaba de ella aun en la noche.
Mirando la orilla del rio me encontré con otro anciano que me esperaba junto a un bote.
"Mi Lord" siguiéndolo subí al bote mientras empezaba a navegar a la ciudad, o mejor dicho a una vieja reja casi indetectable "Adelante" viéndolo note como me apuntaba a la entrada por lo que soltando un suspiro entre.
La reja parecía haber sido limpiada hace poco pues se abrió sin ruido dejándome entrar en un pasillo completamente oscuro, pero no deshabitado.
Mis ojos funcionaban al igual que el animal de mi casa permitiéndome ver en la oscuridad como si fuera de día permitiéndome ver al bajo y obeso hombre oculto entre la oscuridad.
"¿Varys, supongo?" la única advertencia de miedo en el hombre fue el pequeño cambio en su respiración.
"Lord Damon, debo decir que su vista es espectacular, ahora entiendo su apodo" sacando una antorcha lo mire mientras la encendía sin preocuparme por el cambio súbito de iluminación "Es un honor conocerlo en persona" asintiendo levemente le hice una seña con mi mano.
"Podemos seguir con nuestra tarea" sonriendo levemente el hombre me hizo una pequeña reverencia.
"Por supuesto, sígame" caminando frente a mí el eunuco me empezó a guiar sin embargo no en silencio "Es casi de fantasía como arriesga todo por salvar a una dama Lord Damon y parece que los Dioses lo favorecen, cuando recibí una carta sobre su temprana llegada supe que era una señal"
"Puede ser, pero es comprensible los hombres siempre seremos capaces de todo por una mujer importante" mirándolo e ignorando sus palabras sobre una señal decidí descubrir algo que me molestaba "Sin embargo me pregunto ¿Qué motivo tiene usted para ayudarme a sacar a Elia de aquí?" un pequeño suspiro fue lo primero que escuche antes de que hablara.
"El Rey no me escucho cuando le supliqué que no matara a los Starks, en ese momento me di cuenta de que sus oídos estaban fuera de mi alcance, con la rebelión y con cada batalla vi que la dinastía Targaryen llegaba a su fin" tomando un momento mientras cruzábamos una puerta continúo hablando.
"Conociendo la historia de su familia con los Martell es lógico que la Princesa no estará segura en cualquier lugar que no sea Dorne, y si algo le sucede ocasionará que Dorne se aleje más de la corona" ahí estaba, el sirviente del reino "Y para salir de la ciudad quien mejor que usted, el único capaz de protegerla de su Padre".
"Ya veo" notando que el camino empezaba a volverse de pura piedra roja asumí que ya estábamos en la fortaleza, nuestro viaje siguió en silencio mientras caminábamos con rapidez.
Habitaciones de la Princesa Elia…
Elia Martell, Princesa de Dorne solo podía mirar con tristeza a sus pequeños hijos, su Padre los había abandonado por otra mujer solo para morir a manos del prometido de dicha mujer, su abuelo los mantenía como rehenes y su única esperanza era el pequeño niño que pudo haber sido su esposo, Damon Lannister.
Cuando el viaje con su hermano y madre había iniciado no esperaba encontrar a alguien que pudiera ser un pretendiente aceptable algo que Oberyn compartía con ella.
Y así fue después de varias visitas se dirigían a conocer a la amiga de su madre y a sus posibles últimos pretendientes, cuando la noticia de la muerte de Joanna Lannister los alcanzo, su madre dudo en ir a Casterly Rock conociendo al ahora viudo Tywin Lannister sin embargo ella aun deseaba unir ambas casas.
Desgraciadamente nada más al llegar el hombre los insulto al no presentarse mandando a su hermano, sin embargo, en ese momento fue cuando conocieron a Damon, cuando lo vio no podía creer que solo tuviera cinco años, su cuerpo parecía el doble de su edad, pero su mente era la de alguien más cercano a ella.
Sus ojos color oro miraban a todos y todo con curiosidad, pero cautela, su madre había comentado que eran como los ojos de un cachorro de león algo muy interesante sabiendo la casa a la que pertenecía.
El tiempo que había pasado conociéndolo logro descubrir que efectivamente Damon tenía la mente de alguien mayor a cinco años, sin embargo, era tan honesto como un niño por lo que cuando declaro que no le importaba casarse con ella decidió divertirse, burlándose levemente, esperaba todo menos que se pusiera rojo y que sus dorados ojos brillaran con alegría algo que la había fascinado.
Sin embargo, los insultos que su madre podía soportar llegaron a su fin cuando el hermano enano de Damon había sido propuesto por su padre para casarse con ella, cuando estaban por irse Damon la sorprendió nuevamente al disculparse en nombre de su casa por lo que dándole una promesa de seguir en contacto le dio algo para que no la olvidara.
El recuerdo de su rostro completamente rojo le ocasionaba una sonrisa, las cartas que compartían habían sido escritas siempre con esa sonrisa, no importaba que hablaran de pequeñas cosas o de asuntos de sus casas, como por ejemplo cuando le comento el plan de su padre de casar a su hermana con el hijo del Rey Aerys.
Nunca se imaginó que esa información la uniría a Rhaegar en matrimonio, sin embargo, estaba algo triste y alagada cuando Damon en lugar de demostrar su descontento la felicito, aun recordaba el pequeño párrafo de su carta.
Me alegro por ti Elia, no hay mujer más hermosa que se merezca ser la futura Reina de Poniente, Rhaegar deberá estar honrado de poder pasar su vida acompañándote como tu esposo.
Aún podía recordar que cuando Oberyn leyó esa parte solo mascullo algo en valyrio y la dejo sola, aun después de varios años nunca le había dicho el significado de sus palabras.
Cuando su matrimonio con Rhaegar se dio, ella le conto de su amistad por sugerencia de Damon, él lo había tomado con calma y una sonrisa mientras la alentaba a seguir en comunicación con él, el tiempo que habían vivido en Rocadragon su comunicación había sido igual que siempre, el problema surgió cuando se mudaron a Desembarco del Rey.
La paranoia del Rey había ocasionado que todos los mensajes fueran leídos por el antes de ser enviados, ella y Damon no tenían nada que ocultar, pero el odio del Rey por Tywin era suficiente para que hubiera problemas por su comunicación, sin embargo, la solución llego en Varys la Araña.
La fama del eunuco era conocida en Dorne, sin embargo, después de preguntarle el motivo de su ayuda el solo le respondió una simple frase.
"El reino necesita que todos estén unidos para sobrevivir"
Sin otra opción había aceptado su ayuda mandando pequeñas cartas que le eran contestadas y leídas solo por ella, por lo que de alguna forma confió en la Araña.
Sus últimas cartas antes de lo ocurrido con Rhaegar habían consistido en hablar sobre sus estudios en la Ciudadela, así como de su pequeña Rhaenys y su pequeño Aegon, sin embargo, en cuanto Rhaegar la abandono las cartas pararon por parte de ella.
Y en cuanto la Rebelión demostraba ser un problema para la corona el mensaje de Damon era lo único que mantenía la esperanza de que pudiera ver a sus pequeños crecer, y ahora solo podía esperar y confiar que el pequeño niño fuera su salvador.
"Princesa" la suave voz de Varys la regreso a la realidad "Encontré un felino que quiere verla" desconcertada iba a responderle cuando una voz levemente familiar se escuchó.
"¿Debería ofenderme?" esa voz y las palabras de Varys hicieron que supiera quien había llegado.
"A-Adelante" en cuanto la puerta se abrió se olvidó del pequeño tartamudeo, sabía que Damon ya no sería un niño sin embargo no esperaba la figura que estaba frente ella.
Damon había crecido de forma acelerada, con solo sus quince ya tenía la altura de un hombre de veinte, su cuerpo era delgado, pero en forma, aun con su ropa era fácil notarlo, sus ojos y cabello seguían siendo del mismo color dorado que tenían cuando lo había conocido
"-Damon-" al escucharla noto como sus ojos brillaban de la misma forma que cuando la miro la última vez.
Escuchar la suave voz de Elia después de tantos años me había obligado a usar toda mi fuerza de voluntad para no tomarla en mis brazos y nunca soltarla.
"Elia" caminando con calma llegue hasta estar frente a ella sonriendo levemente al notar que era más alto que ella "Me alegra verte, pero no podemos perder más tiempo, debemos irnos".
"¿I-Irnos? ¿Pero cómo?" viéndola note que aún estaba un poco desconcertada.
"Varys nos sacara de la ciudad y yo me encargare de llevarte a Dorne" mirando a los dos niños dormidos en la cama continúe "No podemos llevar mucho, te sugiero un poco de ropa para tus hijos y algo para ti" Elia salió por fin de su sorpresa asintió mientras caminaba hacia un baúl.
"Aquí tengo varias mudas para los niños y para mí" acercándome a ella revise el baúl notando que su peso no era demasiado para mí.
"Ok, toma a tus hijos, necesitare las sabanas" haciéndome caso cargo a sus hijos sorprendiéndome ya que no se despertaron "¿Están bien?, no se mueven" caminando a la cama tome dos sabanas mientras esperaba una respuesta.
"Los dormí con una cantidad mínima de sueñodulce" atando las sabanas asentí recordando las propiedades de la sustancia "¿Qué haces?".
"Algo que aprendes primero en un barco es hacer nudos resistentes, con estas sabanas hare una cuerda improvisada para llevar el baúl" terminando camine hacia el baúl para empezar a atarlo con rapidez.
"Bien" sujetando la cuerda improvisada logre levantarlo sin problemas "Debemos irnos, te ayudo" caminando a ella tome a su hija con cuidado algo que me permitió sin dudar "Varys recuerdo el camino, ilumina a Elia para que no tenga un accidente" asintiendo el eunuco se apartó levemente de la puerta.
Caminando con calma salí de la habitación notando un segundo después que Elia se había quedado en la entrada insegura.
"Elia mírame" gracias a la luz de la antorcha ella podía verme a los ojos "Todo saldrá bien, tú y tus hijos estarán con tus hermanos" soltando un suspiro lento ella empezó a caminar por lo que continúe.
Gracias a mi gran memoria y mis ojos el camino estaba tan claro como si lo hubiera usado toda mi vida.
"Lord Damon" escuchando a Varys gire levemente el rostro para hacerle notar que lo escuchaba "Mis pajaritos me cantaron que Lord Tywin está a una semana de la ciudad, el rey piensa que, para protegerlo, ¿usted comparte la idea?"
"No, mi padre nunca se uniría al bando que perdió la guerra" mirando levemente a la pequeña Rhaenys continúe "Mi padre no debe entrar en la ciudad, si lo hace solo será una tragedia" soltando un leve suspiro Varys hablo.
"Eso me temía, gracias por su sinceridad Lord Damon" teniendo su respuesta Varys quedo en silencio el resto del viaje hasta que llegamos a las afueras de la ciudad donde el viejo del bote nos esperaba "Yo llego hasta aquí, Princesa Elia le deseo lo mejor a usted y sus pequeños".
"Gracias por toda su ayuda Lord Varys, lamento haber dudado de su generosidad" Varys solo sonrió levemente.
"No se preocupe, nadie confía en las arañas" terminando de despedirse desapareció en el túnel mientras nosotros cruzábamos el rio.
Tres días después, ubicación del Venganza…
"Ahí esta princesa, el Venganza" la pequeña Rhaenys solo podía mirar fascinada mi barco mientras era firmemente sostenida por su madre la cual era sostenida por mí.
El peso extra en el caballo nos había obligado a viajar un poco más lento sin embargo parecía que aun estábamos a salvo pues en ningún momento fuimos seguidos.
Elia había tenido momentos algo difíciles para tranquilizar a su pequeña cuando me había visto, al parecer mis ojos y el lugar desconocido habían sido demasiado para ella en cuanto había despertado.
Por el momento la niña confiaba en mi voz sin llorar por lo que su atención estaba completamente en el inmenso barco.
Media hora después nos encontrábamos a bordo del Venganza por lo que mirando a Gibbs ordene que el barco empezara el viaje a Dorne mientras llevaba a Elia al camarote del capitán donde podrían pasar el viaje en calma y cómodas.
"Es muy hermosa" dejando el baúl mire a Elia que miraba todo con atención.
"Aquí estarán cómodas y tendrán privacidad, si necesitas algo estaré a una puerta" un leve movimiento me hizo notar que el Venganza está saliendo del Aguasnegras "Ya estamos saliendo"
Un pequeño sollozo me hizo mirar a Elia notando que las lágrimas llenaban sus ojos mientras se cubría la boca.
"-Hey, calma-" acercándome a ella la abrace con gentileza ocasionando que escondiera el rostro en mi pecho mientras murmuraba algo.
"-Estamos a salvo-" apenas podía escucharla, pero fue suficiente para entenderla.
"Si Elia, ahora están a salvo, yo te mantendré a salvo" Rhaenys solo nos miró mientras yo abrazaba a Elia haciéndole saber que no debía preocuparse más por ella y sus hijos.