Disclaimer: Shaman King y sus personajes no me pertenecen. Son del gran Hiroyuki Takei. Sólo la trama de este one-shot es de mi autoría.

Tags: Mankin Weeks, #YOHAOWEEK21, Crimes & Criminals, Police, Good vs Evil, Drama, Hurt/Comfort.


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Evil!twin


Miraba el cadáver de su víctima con asombro, sonriendo de manera irónica. ¿Ese era el hombre que, minutos atrás, fanfarroneaba con que lo asesinaría por haber descubierto los planes de su grupo delictivo? Pobre bastardo. Trató de infundir temor, pero únicamente logró demostrarle lo lamentable que era.

—Qué patético eres, no duraste ni cinco minutos —rio por lo bajo, contemplando el sai que sostenía en su mano derecha—. Quizá me pasé un poco contigo. Ni siquiera te di tiempo para que pronunciaras tus últimas palabras… Aunque, si te soy sincero, no es algo que me interese.

Situó dicha daga frente a él, disfrutando del espectáculo que le brindaba el resplandor de la luna. Un brillo intenso rodeaba al arma, permitiéndole que pudiera observarla mejor a pesar de encontrarse en un sitio oscuro. Un líquido carmesí cubría gran parte del objeto, goteando un poco en el suelo. Acercó sus labios a la punta del mismo y pasó la lengua por el filo, con el fin de probar la sangre de aquel hombre.

—Qué diminuto. Incluso tu sangre tiene un sabor asqueroso —opinó, dejando el sai sobre la mesa.

La penumbra y el intenso calor del verano lo estaban hartando. Por ello, decidió acercarse al interruptor más próximo, revelando el lugar en el que se había llevado a cabo el homicidio.

No era tonto, sabía que sus trabajos sucios no podía realizarlos en cualquier lugar que estuviera a la vista de todos. Siempre buscaba lugares deshabitados para hacer sus fechorías, como esa vieja fábrica abandonada. El olor era un poco desagradable por la falta de limpieza, y había un desorden increíble por todas partes, pero era suficiente para convertirse en la tumba de ese tal Yosuke Kamogawa.

No era la primera vez que tenía que deshacerse de sujetos como ese. Desde hace un par de años, se había convertido en su nuevo estilo de vida. Un terrible sentimiento de culpa lo invadía en las primeras ocasiones, sin embargo, luego de un tiempo dejó de sentirse así… Incluso comenzaba a gustarle lo que hacía. Le pagaban una buena cantidad de dinero por arrebatarle la vida a personas como Yosuke: ratas asquerosas que arruinaban a la sociedad con sus actividades ilícitas.

¿Había tenido que matar a gente inocente? Sí, cuando presenciaban la escena y amenazaban con denunciarlo ante la policía. Pese a ello, a veces se consideraba un héroe, ya que lidiaba con la escoria que habitaba en la Metrópolis de Tokio. Aunque sabía muy bien que nadie lo veía de esa forma… Ni siquiera su hermano menor.

Estaba tan concentrado en lo que hacía que no se dio cuenta que alguien había ingresado a la edificación, hasta que empezaron a patear la puerta del área de Producción con fuerza. Ni siquiera se tomó la molestia de intentar escapar. Era consciente de que no lo lograría. Sujetó el arma blanca firmemente, lamentando no tener una pistola para poder defenderse.

La puerta finalmente fue derribada, dejando ver a tres miembros de la fuerza policial. Ignoraba quiénes eran los hombres que estaban a los costados, sin embargo, al joven castaño que se encontraba en el centro lo conocía a la perfección.

—Hao, por favor —le pidió, tratando de que la inseguridad no se apoderara de él—. No hagas esto más difícil.

El susodicho retiró la máscara negra que cubría su rostro, mostrando su verdadera apariencia a los policías. Ellos se sorprendieron al ver el parecido entre su colega y el criminal que tanto buscaban.

El mayor de los gemelos observaba cómo su hermano sostenía la pistola con ambas manos, mas no era capaz de levantarla tanto como sus compañeros de trabajo. ¿No iba a dispararle? Por la expresión que tenía en ese instante, estaba seguro de que no podría provocarle daño con ella.

—¿Hacerlo más difícil? —repitió, empleando un tono de voz irónico—. ¿Qué se supone que harás? ¿Me llevarás a la cárcel?

Empezó a reír al ver que Yoh fruncía los labios, sin saber qué hacer.

—¿Me matarás?

—Hemos investigado el caso desde hace unos meses, pero no podíamos encontrar al culpable. Al sospechar que podrías estar involucrado en esto, decidí participar en la investigación —confesó él, deseando con toda su alma que no tuvieran que emplear la fuerza—. Sé que alguien tiene una red de asesinos bajo su control y les paga por cada homicidio que comenten. Si pudieras decirnos quién está detrás de todo esto…

—¿Por qué habría de creerte? —inquirió Hao, sintiendo que el dolor se agolpaba en su pecho—. ¿En serio tengo que creerte a ti, después de todo lo que has hecho?

—Hao…

—¡Es tu culpa que nuestra madre esté muriendo! —vociferó, completamente desolado. Quiso reír cuando notó que Yoh ni siquiera sabía sobre el estado de salud de Keiko; no obstante, no pudo hacerlo—. ¿Dónde estabas cuando ella enfermó de gravedad, a tal punto que quedó postrada en cama? …Así es, estabas jugando a los policías.

Le dio una patada al cuerpo que yacía inerte delante de él, para descargar su ira.

—No has ido a verla ni una maldita vez, porque estabas "ocupado" con tu trabajo. Siempre decías la misma estúpida excusa, y no me dejabas explicarte lo que estaba pasando. Hay un tratamiento que podría curarla, aunque ni siquiera es seguro que funcionará —lamentó Hao—. Aun así, quise intentarlo… El problema es que cuesta muchísimo dinero. Dinero que nuestra familia obviamente no tiene.

—Hao… —quiso volver a interrumpirlo. Sentía que la voz se le quebraría en cualquier momento.

—Por esa razón tuve que buscar alguna forma para reunir esa cantidad. No importaba si tenía que hacer el peor de los trabajos. Mientras me pagaran lo suficiente para salvarle la vida a mamá, haría cualquier cosa.

Levantó un poco más su arma. Si alguno de los policías trataba de dispararle, se defendería como pudiera.

—Así que no vuelvas a insinuar que soy igual que esta basura que asesiné. No tienes derecho a juzgar mis acciones, cuando tú también has cometido cosas despreciables —habló con rabia—. Es tu culpa que ella esté muriendo… ¡Es tu culpa que yo haya terminado en esta situación de mierda!

—Hao, escúchame un momento. Te lo suplico —le interrumpió Yoh. Una lágrima resbaló por su mejilla—. Tienes razón, me equivoqué al prestarle más atención a mi trabajo que a nuestra familia. No sabes cuánto me arrepiento de ello. Quisiera volver el tiempo atrás y evitar que haya sucedido, pero no puedo hacer eso.

Para sorpresa de los presentes, el muchacho de cabellos cortos colocó su pistola en el suelo.

—No podemos retroceder el tiempo, pero si podemos corregir nuestras acciones. Te prometo que nunca volveré a fallarle a nuestra familia, y eso te incluye a ti —se frotó el rostro, secándose las lágrimas en el proceso—. No tienes por qué seguir haciendo esto. Tú no eras así, me duele ver en lo que te has convertido… y, antes de que lo malinterpretes, eso no significa que no quiera ayudarte. Necesitarás ayuda profesional para que volver a ser el de antes. No puedes seguir haciendo esta clase de encargos. Eso no está bien.

Los ojos de Hao tenían un brillo muy extraño, mas Yoh lo conocía muy bien. En el fondo se encontraba su querida otra mitad. Sabía que sus cálidas y sinceras palabras le estaban llegando al corazón. No obstante, no pudo decir nada más, debido a que uno de sus compañeros fue más rápido que él y le disparó.

Hao cayó al suelo, con una herida en su muslo.

—¡NO!

Corrió hacia su hermano, completamente aterrado. Hao trataba de contener una mueca de dolor, aunque no lo lograba del todo.

—¡Basta! ¡No sigas, Porf!

—Es un criminal, Yoh…

—¡ES MI HERMANO! —exclamó él, a punto de perder los estribos.

Desesperado, rasgó su propia camiseta para obtener un trozo de tela de tamaño considerable. Se apresuró a presionar la zona con suavidad, deseando con toda su alma que la hemorragia se detuviese.

—No te preocupes, estarás bien —afirmó. Dio un rápido vistazo a sus compañeros, pues quería asegurarse de que estuvieran llamando a la ambulancia—. La ayuda vendrá pronto.

—Me encerrarán en prisión —dijo débilmente Hao—. Me condenarán a cadena perpetua o pena de muerte.

—No dejaré que hagan eso —intervino Yoh, frunciendo el ceño—. No permitiré que vuelvan a alejarme de ti… Sin embargo, si cooperas con la Oficina de Investigación Criminal, podrían reducir tu castigo. Pase lo que pase, estaré ahí para ti. Te lo prometo.

Hao no quería creer ciegamente en su hermano, pero algo le decía que lo hiciera. ¿Una corazonada? No lo sabía y no importaba. Luego de mucho tiempo, por fin haría lo que consideraba correcto. Confiaría en él, como solía hacerlo cuando eran más jóvenes. Esperaba que tuviera razón y que todo saliera bien. Juntos buscarían una solución para salvar a la mujer que les obsequió la vida.


Son las cinco de la mañana y yo no he dormido nada… (8).

Jajaja de hecho, si estoy escribiendo esto a esa hora xD Este one-shot en particular me costó bastante escribirlo… No sabía cómo desarrollarlo. Tenía varias opciones con este prompt, aunque ninguna me convencía. Y cuando más o menos decidí lo que quería incluir, no me fluía la narrativa. Pero bueno, así pasa a veces n.n; No sabes cómo hacerlo, y luego terminas escribiendo hasta casi las seis de la mañana porque te emocionaste.

Espero que les haya gustado. Es la primera vez que escribo sobre policías y criminales. Tenía miedo, pero se logró… o eso creo, ustedes dirán que tal quedó x)

¡Gracias por leerme! También les agradezco sus lindos reviews :3 Si tienen alguna duda o comentario respecto a esto, no duden en hacérmelo llegar.

¡Nos vemos! ^^