Fanart de la portada por Faty M. Love.

Espero que disfruten de la lectura.


Taiora Week 2021.

Extra: Pasión.


2018.

Taiora de 30 años.

.

Habíamos celebrado el segundo cumpleaños de nuestra pequeña Hanae, y la reunión había sido en casa de los padres de Taichi. Al final del día nuestra hija decidió que quería quedarse a dormir en casa de sus abuelos.

Así que Taichi y yo nos encontrábamos completamente solos en nuestro hogar. El silencio era bastante notorio, pues hacía falta nuestra pequeña Hanae corriendo y riendo por toda la casa.

—Extraño a mi bebé —le dije a Taichi, una vez me hube recostado a su lado en nuestra cama.

—También yo. Me siento extraño sin ir a leerle antes de dormir.

Sonreí cuando lo vi fruncir el ceño. Mi esposo solía ser en ocasiones un papá muy celoso.

Llevé una de mis manos a su mejilla.

Nuestros ojos se encontraron, y nos quedamos mirándonos durante unos momentos.

—Te amo —susurré.

Taichi se acercó todavía más. Sentí su cálido aliento chocar con mi rostro, luego sus suaves labios besándome.

Me besaba con tanta dulzura, que por un instante simplemente me dediqué a disfrutar de cada uno de los movimientos que hacían sus labios sobre los míos.

Lo sentí moverse, y un momento después se encontraba sobre mí, sosteniéndose con sus antebrazos para no lastimarme con su peso.

Comencé a mover mis labios con lentitud, deleitándome de la suavidad de los suyos y de lo que cada roce me hacía sentir.

Se alejó un poco de mí, y abrí mis ojos. El hermoso café de su mirada me observaba.

—Te amo muchísimo —susurró, luego volvió a besarme.

Él únicamente se encontraba en bóxer, así que mis manos viajaban con libertad a través de su abdomen, pasaban por sus brazos, y terminaban acariciando la suave piel de su espalda.

Una de sus manos se metió debajo de la blusa de mi pijama. Disfruté del cálido roce de su mano mientras subía, llegaba a mi pecho y lo acariciaba, pues yo no tenía puesto el sostén.

Sus labios se deslizaron a mi cuello. Dejó un camino de besos hasta que llegó a mi clavícula.

La ausencia de su mano en mi pecho dejó de importar cuando tomó el borde de mi blusa y comenzó a sacarla. Me moví un poco para facilitarle el trabajo, y una vez que la prenda estuvo totalmente fuera, los labios de Taichi volvieron a mi cuerpo.

Pero no fueron mis labios los que lo recibieron.

Mis manos se apretaron en sus brazos cuando sentí su boca sobre uno de mis pechos. Su lengua jugó con mi pezón, y terminó dando una ligera mordida que sacó un gemido de mis labios.

Cerré mis ojos un momento, y cuando volví a abrirlos me encontré con el hermoso café de su mirada.

Su pulgar acarició con dulzura mi mejilla.

—¿Taichi?

—¿Sí?

—Bésame —pedí.

Mi boca lo recibió con urgencia, mordiendo sus labios e introduciendo mi lengua para encontrarse con la suya.

Sentí su sonrisa, y también sonreí en medio de nuestro beso.

Moví mis caderas hacia adelante, pues quería que supiera que estaba desesperada por sentirlo por completo.

La dureza de su entrepierna me hizo notar que él también lo estaba esperando.

Su boca se movió, transformando nuestro beso en una mezcla de mordidas, lamidas y succiones.

Mis manos, que se habían mantenido en sus caderas, comenzaron a deslizarse hacia abajo. Sentí el borde de su bóxer, y, sin pensarlo, comencé a tirar de él hacia abajo. Taichi me ayudó, y no tardamos en deshacernos de él.

Mis manos se posaron en sus nalgas a las cuales les di un apretón al mismo tiempo que volvía a empujar hacia adelante mis caderas.

Eso pareció funcionar pues Taichi llevó sus manos a mis caderas, bajó hasta mis bragas y comenzó a deslizarlas fuera de mis piernas.

Lo observé.

Regresó gateando hasta volver a posicionarse sobre mí.

Dio un beso en mi cuello, y yo bajé mi mano.

Escuché el gemido que dejó su boca justo cuando tomé su miembro entre mis dedos.

—Me conoces muy bien —lo escuché decir con su voz ya ronca.

—Te conozco perfectamente —respondí, dando un ligero apretón con mi mano.

Reí. Él gimió.

—Y me encanta —dijo.

No hubo más palabras.

Mis manos regresaron deslizándose hacia sus hombros mientras Taichi se encargaba de lo demás.

Lo sentí. Ese cosquilleo que me invadía todo el cuerpo cuando se acercaba ese momento.

Se adentró en mí. Con dulzura, con suma suavidad y murmurándome lo mucho que me amaba, como siempre lo hacía.

Mis ojos se cerraron y me dejé disfrutar de ese momento.

Comenzó a moverse, primero lento, luego aumentando ligeramente el ritmo.

Mis piernas se enredaron en sus caderas, y mis manos apretaron sus hombros.

En un momento, solo éramos Taichi, yo y nuestros gemidos. Llenábamos la habitación de suaves ruidos que me encantaba disfrutar.

Nuestras respiraciones comenzaron a agitarse. Podía escuchar sus roncos gemidos y mis suplicas de que fuera más rápido.

Taichi dejó varios besos en mi rostro, y yo me permití disfrutar de las caricias que sus manos dejaban en mis pechos desnudos.

Lo sentía. Cada movimiento que daba, cada momento más cerca.

Apreté mi cabeza contra él cuando la oleada de placer me alcanzó. Era dulce, deliciosa y sumamente placentera.

Sabía que había dejado marcas de mis uñas en su piel, así que al mismo tiempo que me permitía disfrutar de la hermosa sensación, mis manos acariciaban la piel de su espalda.

Taichi se movió un poco más, y descansó su frente en la mía cuando su orgasmo lo alcanzó.

Nos quedamos así unos momentos, con nuestras respiraciones mezclándose, nuestros cuerpos compartiendo la unión más hermosa, y nuestros corazones palpitando con fuerza.

Cuando nuestras respiraciones se encontraban más tranquilas, levantó su cabeza y me miró. Dejó un beso en mis labios y salió de mí.

No habíamos usado protección, pues hacía unas semanas que estábamos trabajando en darle un hermanito o hermanita a Hanae.

Taichi se recostó de lado con su mano rodeándome por la cintura. Giré un poco mi cabeza para mirarlo.

Sus ojos brillaban, y su sonrisa traviesa adornaba su rostro.

Con solo una mirada me hacía sentir tanto. Ternura, dulzura, amor…

Me permití disfrutar de su cercanía, de su roce y de su contacto.

Debía ir a asearme, pero ya sabía que ambos terminaríamos dentro de la ducha volviendo a hacer el amor.

Me deleité de ese momento.

De su mirada.

De tener al amor de mi vida a mi lado.

Mi Taichi Yagami.


Notas de la escritora:

Nunca había escrito algo así, esta es la primera vez, así que me siento como muy extraña jaja.

Y con este extra finalizo mi aporte para la Taiora Week 2021.

Me encantó escribir cada capítulo. Lo disfruté muchísimo.

Espero que les haya gustado este pequeño fanfic.

Muchas gracias por leerme.

Los espero en mi longfic "Reinicio", que apenas va en el capítulo 1.

¡Nos leemos!

Faty.