Descargo de responsabilidad: la serie de Pucca no es mía, le pertenece a su creador Boo Kyoung Kim. Pero esta historia sí es mía, así que no copias, plagios y adaptaciones o traducciones sin mi respectivo permiso.

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"Jamás podré amar a alguien más que no seas tú, pero por mi familia fingiré amar a quien tenga que amar para hacerlos feliz, porque ellos me importan más que tú"_perlapuccabf

🎶No puedo,

Dar un paso,

Sin su mirada,

Sobre mí.🎶

Pucca no podía decir que su vida era mala, ya que, de hecho, tenía un buen esposo, vivía en la mansión de los King, aun trabajaba en el Ching Dooda nada más por diversión, sus tíos aun vivían y lo hacían en su misma casa y tenía a dos preciosos hijos. Que obviamente amaba con gran locura y que con su esposo les había llamado Kami y Reng, aunque en realidad a ella le hubiera gustado ponerles Xiang y Haneul.

Sin embargo, ella nunca le dijo a su esposo que deseaba llamarles a sus hijos así. Y no porque no quisiera a su esposo Ronnie, sí no que esos nombres los había pensado para ponérselos a los hijos que según tendría con Garu.

Más eso nunca pasó, porque eran sueños de niña chiquita e ingenua que creía que el mundo era de color rosa. Pero la vida le hizo ver que nada era así, separando la vida de ella y de Garu drásticamente.

No obstante, Pucca no se quejaba y era muy feliz con su actual matrimonio. Entonces, ¿Cuál era el problema? Pues bien, el problema era que todo lo que se decía era una gran mentira.

Palabras a lazar de autoconvencimiento para no sentirse mal, porque sí bien quería a su esposo con todo su ser. La verdad es que no lo amaba como alguna vez amó, ama y amará a Garu, sí no que solamente lo quería y nada más.

Por eso mismo, entrando a hurtadillas a su casa con aquellos pensamientos en su cabeza. Se topó con su esposo en las orillas de las escaleras, que la miró con atención y preguntó con seriedad.

–¿En dónde estabas?

–Fui a dar una vuelta en los jardines de la mansión.

Mintió una vez más, sin molestarse a mirar a su esposo. Pues desde que se casó y empezó todo esto, mentir se le estaba haciendo muy sencillo, aunque nunca le habían inculcado eso.

Mas ninguno de los dos le tomó importancia a eso, subiendo por las escaleras de la mansión y así continuar con su vida. así como sí lo que hubiera dicho Pucca fuera la verdad y nada más que la verdad, dejando a un lado que llevaba dos horas fuera del Dong King.

🎶Atento a mis deseos,

Solo vive para mí,

Su amor por mí es inmenso,

Es tan dulce, bueno y tierno,

Y siento que muero en sus brazos,

Fingiéndole deseo.🎶

–Pucca, Pucca, Pucca linda.

Canturrió Ronnie con alegría, llamando la atención de su mujer, que aburrida leía el periódico. Ya que desde que se casó con Ronnie, ella no tocó la cocina de la casa ni del Ching Dooda por los múltiples sirvientes que su esposo insistió en contratar.

Así que sólo se dedicaba a leer y atender a los hijos, conviviendo con ellos y haciendo una que otra actividad fuera de casa. Aunque ahora mismo, 6:00 a. m. se encontraba leyendo ese periódico medio aburrida y esperando que sus hijos se levantaran de su cama.

Bajando el periódico hacia sus piernas, para después voltear a ver a su esposo con un gesto expectante. Observando la gran sonrisa que Ronnie tenía, sin decirle nada y oyendo lo que él le diría.

–¿Recuerdas aquel vestido rojo pación que te gustó?

–Sí, me acuerdo, pero dijiste que era demasiado.

Respondió Pucca a su vez, extrañada por esa pregunta que vino de la nada. Observando como su marido sonreía ampliamente, quitándose sus cotidianas gafas negras y decirle con alegría inmensa.

–Exacto, ese mismo.

Y con la misma sonrisa, sacó de su chaqueta blanca una bolsa naranja que le extendió a Pucca. Tomándola Pucca con las manos temblorosas y una gentil sonrisa, abriéndola con curiosidad e intriga por el contenido de la bolsa.

Sacando un bello vestido rojo con una caja azul que contenía unas zapatillas rojas a juego, guardándolo todo con rapidez, poniéndolo en el suelo y sonreír felizmente para decir que estaba emocionada. Aventándose a los brazos de su esposo Ronnie Kim King, para expresar con inmensa alegría.

–Oh Ronnie, no debiste.

Pucca sabía que tanto el abrazo como las palabras que soltó eran solamente cortesía, porque luego luego que lo tocó, comparó como se sentían los brazos de Ronnie y como se sentían los brazos de Garu. Y por más que no quisiera admitirlo, sabía que estar en los brazos de Garu era tan diferente que estar en los brazos de Ronnie.

Y eso mismo le molestaba, porque no quería herir a Ronnie en ningún sentido de la palabra. Mas no podía hacer nada, porque esos eran sus sentimientos y no podía cambiarlos, así que sólo oyó lo que Ronnie le dijo felizmente.

–Tonterías, verte tan contenta lo vale, Pucca querida.

Y sin soltarse del abrazo, Ronnie empezó a besar en el cuello a su azabache esposa. Haciendo gemir a Pucca con éxtasis, pues el cuello era la zona que el de pelo azul sabía que a la de chongos le gustaba que la besara.

🎶No, no, no puedo soportar un día más,

Su cuerpo sobre mí,

Sus labios inundando mis rincones,

No quiero triturar su corazón,

Es por compasión cuando digo su nombre.🎶

Después de dejar a los hijos a la escuela, Pucca y Ronnie terminaron haciendo el amor. que, aunque por dentro de Pucca no quería, terminó accediendo porque Ronnie la ama.

Claro que antes de hacerlo, Pucca miró a los ojos a Ronnie y le preguntó con una gran sonrisa. Llamando la atención de su esposo peli-azul, que la miró con devoción y la escuchó con atención.

–Eh, Ronnie querido, no es que no quiera estar contigo ni mucho menos. Pero créeme que tengo que preguntar, ¿no tienes alguna sesión de fotografía, entrevista, gira internacional de semanas o alguna sacada de disco por la que tengas que dejarme?

–Hoy no, mi amor, pedí un descanso de 6 semanas para estar contigo y con los niños. Y sí de casualidad tengo que hacer algo de eso de improvisto, me los llevaré conmigo así tenga que pelearme con todo el mundo por ello.

Habló Ronnie con dulzura, empalagando demasiado a Pucca que quería hacer un gesto de disgusto. Pero que en lugar de hacer eso tan grosero, sólo sonrió más de lo que podía y supuestamente alagada se aventó a sus brazos, exclamando fascinada.

–Oh Ronnie, eres el mejor.

Y de ahí, la tortura para Pucca inició. Ya que empezaron a besarse una y otra vez, verificando que cada beso durara el menos tiempo posible para no tener que ver frente a frente a su marido.

Tornándose los besos cada vez más apasionados, hasta que la ropa empezó a sobrar en la actividad que estaban haciendo. Quitándose la ropa tan rápido como podían, para comenzar lo que se decía que para los dos era hacer el amor.

Estando en la cama que compartían, Pucca de espaldas y Ronnie sobre ella. Pues cuando se casaron hace 2 años atrás, Pucca le había dicho que esa era su posición favorita y Ronnie nunca la contradijo ni preguntó el porqué.

Sólo acató la orden sin rechistar, pues la amaba y nunca la contradiría ni desconfiaría de ella. Sin saber que lastimosamente Pucca le había dicho eso, porque así podía pensar en que Garu se lo estaba haciendo, aunque dijera Ronnie en cada gemido que emitía.

🎶No quiero mentir más, Esto es traición,

Intento huir y cierra con un beso mis salidas,

No puedo amarlo como te amo a ti,

Más si lo dejo, seré su asesina,

Yo soy su vida.🎶

Al siguiente día de aquella vez, Pucca iba a salir de la casa por un rato. Pero lastimosamente se topó con su esposo Ronnie en la sala, que la miró con fijación y le preguntó interesado en ella.

–¿A dónde vas?

Vio que estaba hermosamente arreglada, acaso ese vestido, ¿era nuevo? No recordaba que se lo hubiera comprado, porque el de ayer que le trajo era rojo pasión y no azul marino.

Sin embargo, él no le tomó demasiada importancia. Pues, al fin y al cabo, ella tenía una tarjeta para lo que quisiera comprar para ella o para los niños.

Por lo que mejor dejó ese detalle insignificante a un lado, mirándola de arriba abajo con adoración. Esperando la respuesta de su flamante esposa, que no tardó ni un segundo más en responder.

–Tenía que verme con Ching y se me olvidó, no tardo, te lo juro.

Luego de caminar un poco hacia la puerta, no tardó en sentir a su esposo sobre ella. Besándola en el cuello, labios y todo el rostro, para después rogarle suplicante.

–No vayas, quédate.

–R-Ronnie.

Protestó Pucca con seriedad, para que de esa manera la dejara ir de casa. Oyendo la voz de Ronnie, que se aferraba más a ella para insistirle.

–Por favor, sólo hoy. Pucca, no me dejes.

🎶Respira,

Me molesta,

Él me ve y me dice bella,

Sonrío.

Por compromiso,

Y el de verdad se alegra.

Me callo este rechazo,

Pero crese en mi algo más,

No merece que yo le haga daño,

Solo por amarme tanto.🎶

Pucca se resignó y terminó quedándose con él, suspirando dócilmente y caminando hacia la habitación que compartían. Cambiándose ambos de ropa para ponerse un pijama de color amarillo para Pucca y verde para Ronnie King, acostándose ambos en la cama para acurrucarse juntos.

Gracias al cielo, sus niños ahora estaban dormidos en sus respectivas camas. Y eso le aliviaba, porque así no verían su debilidad, mientras estaba con su esposo y padre de sus hijos.

Y acurrucados como estaban, había algo que le molestaba. Pues su esposo Ronnie no dejaba de mirarla y eso realmente la estaba fastidiando, así que sonriendo para fingir felicidad preguntó interesada.

–¿Qué?

Esperando la respuesta de Ronnie, mientras este le seguía mirando y le decía enamorado.

–Mi belleza, eres una verdadera belleza.

Él se sintió tan aliviado, al ver que Pucca le sonreía dulcemente como respuesta, aunque no identificaba que solo era por cortesía más que por amor o cariño. Sin embargo, que importaba sí en ese momento él estaba feliz junto a ella, que importaba sí su Pucca, su bella Pucca era perfecta y era sólo suya.

🎶No, no, no puedo soportar un día más,

Su cuerpo sobre mí,

Sus labios inundando mis rincones,

No quiero triturar su corazón,

Es por compasión cuando digo su nombre.🎶

Ronnie, espera. Por favor, espera.

Y como siempre desde hace un buen tiempo atrás, Pucca se giró hacia la almohada con rapidez para sujetarse de las sábanas, cerrando los ojos con fuerza y pensando un tanto desesperada.

(Es Garu, es Garu, es Garu.?

Se lo repetía mentalmente para auto-convencerse, pues en realidad no quería estar así y mucho menos con Ronnie. sin embargo, no diría nada porque no quería lastimarlo. Pues, al fin y al cabo, él era su marido y no Garu. Así que sólo se detuvo a escucharlo, continuando con el acto sexual que estaban haciendo.

–Belleza.

Ronnie estaba feliz, pues Pucca era suya y nada más de él y eso nunca cambiaría. Pues él la amaba y ella lo amaba, nada podría ser mejor porque el amor de Pucca por Garu había quedado atrás desde hace tiempo, ¿verdad?

O por lo menos, eso era lo que pensaba Ronnie. no obstante, Pucca no sentía lo mismo que su marido, porque en un momento de descuido gimió un tanto excitada.

–Gar… ¡RONNIE!

Y por ese descuido suyo, tuvo que compensar su error de inmediato, rompiendo sus propias reglas y besarlo en los labios.

🎶No quiero mentir más, esto es traición,

Intento huir y cierra con un beso mis salidas,

No puedo amarlo como te amo a ti,

Más si lo dejo, seré su asesina,

Yo soy su vida.🎶

Ronnie había llegado rápido de dejar a los niños, mientras que de lado de Pucca, ella tenía que ver a Ching en su casa de nuevo. Y de nueva cuenta, él la besó en los labios y le pidió que se quedara.

Y a pesar de que la azabache se negó en un par de ocasiones, Ronnie siguió rogando con insistencia, hasta que Pucca aceptó y se quedó en casa otra vez. Y así mismo, volvieron a hacer el amor como los esposos que son.

🎶Sé que sabe que me arreglo,

Para venir a tu encuentro,

Casi, casi, que lo reto para terminar con esto.

Él me abraza y me desarma,

Siento que le tiembla el alma,

Él me esperará, una eternidad.

–luego de hacer el amor, Pucca se levantó y le dijo seria.

–No Ronnie, ya cancelé una vez.

Se bajó de la cama y con rapidez se volvió a vestir, alejándose de Ronnie para mirarse en el espejo. Ella debía verse perfecta para Garu, sexi y atrayente como a él le gustaba, aunque con el Sanada la ropa no durase mucho tiempo.

–Pucca, sólo una vez más, por favor.

La abrazó con gran fuerza, luego de suplicarle de nueva cuenta, esperando que aceptara su petición. Por qué no y no, Ronnie no quería que se fuera, ya que la sentía dudar y eso no le gustaba.

Más, Pucca no le volteó a ver y sólo se dirigió a la puerta. Respondiéndole con firme gentileza, para que de esa manera le entendiera que ya no podía cancelar.

–Lo siento, pero no, Ronnie.

No podía decir que no le dolió la negativa que le dio a Ronnie, pero sabía que Garu se enojaría sí lo dejaba plantado de nuevo. Así que salió por la puerta sin mirar atrás, oyendo el suspiro de su esposo y una voz que decía resignado.

–Vuelve.

Y con eso soltado, Ronnie dejó que Pucca partiera de la casa, mirando cabizbajo a su mujer y esperando que no lo dejara.

🎶En cambio, tu tan inestable,

Como nitroglicerina,

Tóxico como insaciable,

Clandestino y me fascinas.

No voy a quedarme,

No sigas, no insistas.

Acéptame con él,

O sí puedes déjame,

Yo soy tu vida.🎶

Quedaron de verse en una habitación de hotel a lazar, así que como rayo Pucca corrió a su encuentro, pues era más que obvio que no vería a Ching sí no a Garu. Pero ni siquiera terminó de entrar al cuarto de hotel, cuando Garu le abrió la puerta completa, jalándola a dentro de la estancia y cerrando la puerta a su vez.

–S-Sin marcas, po-por favor.

Pidió tímidamente, como nunca había hecho en su vida, pegada ya a la pared del cuarto de hotel. Haciendo que Garu gruñera, frunciera el ceño molesto y la mirara posesivamente, para callarla con una pisca de enojo.

–Cállate, Pucca.

La mordió con fuerza, no para lastimarla, pero sí para dejarle marca. Porque así le mostraría que ella era suya y tenía que dejárselo en claro, ya que la condenada de Pucca se había atrevido a dejarle plantado.

–Ga-Garu.

Ni siquiera pudo reaccionar Pucca como debía, porque de un momento a otro entre besos, gemidos, jadeos y carisias, él la hizo gritar por piedad. Y no porque quisiera que parara, sí no porque le gustaba tanto que no creía que podría más con el ritmo de Garu.

Ya que en ese mismo cuarto de hotel, Garu la hizo suya en la pared, en el suelo y por último en la cama. Subiéndola al cielo en múltiples ocasiones, hasta hacerla sentir que estaba en el lugar correcto junto a él.

–Pucca.

Al final de los encuentros y del último orgasmo de ambos, Garu los tapó a los dos con delicadeza, permitiéndose ser más cariñoso ahora que habían terminado de hacerla suya.

–Garu, ¿qué hora es?

Se levantó bruscamente, Pucca bien sabía que debía irse, no por ella ni por Ronnie sí no por sus hijos. Así que se vistió a tiempo record, caminando hacia la puerta mientras escuchaba la petición de Garu.

–Quédate, Pucca.

Acercándose hacia ella un tanto rápido, pero aun completamente desnudo, para besarla en la marca que él le hizo en el cuello con dulzura.

–No puedo, Garu, tú lo sabes.

Se negó, aunque le dolía en el alma. Pero sabía que tenía que ser fuerte por sus hijos, aunque no engañaba a nadie, pues Garu la derretía desde siempre.

🎶No, no, no puedo soportar un día más,

Su cuerpo sobre mí,

Sus labios inundando mis rincones,

No debo triturar su corazón,

Es por compasión cuando digo su nombre.🎶

Al llegar a su casa, vio que los niños ya estaban en casa junto a su padre y la estaban esperando. Así que se sentó junto a ellos, conviviendo como si nada de lo que hizo hubiera pasado.

Pasando el tiempo con rapidez, hasta caer la noche y estar todos en sus respectivas habitaciones. Volviendo hacer el amor con Ronnie una vez más, para después terminar llorando ligeramente. Pues no podía evitarlo, Garu y Ronnie eran tan diferentes entre sí.

🎶No quiero mentir más, esto es traición,

Intento huir y cierra con un beso mis salidas,

No puedo amarlo como te amo a ti,

Más sí lo dejo, seré su asesina,

Yo soy su vida.🎶

–Pucca, no te vayas.

Se aferró Ronnie a las piernas de su esposa, pues creyó que así Pucca no lo abandonaría. Sin embargo, eso sólo irritó a Pucca, que le dijo suplicante.

–Ronnie, no hagas esto más difícil.

Se dejó besar, ya que sabía lo desesperado que Ronnie estaba, pero no le correspondió como las otras veces. Temía por él, claro que sí.

Pues Pucca no quería que hiciera una tontería, pero al mismo tiempo ella quería ser feliz. Sin embargo, ella no lo dejaría, ¿verdad?

🎶Yo soy,

Tu vida.🎶

Tomó valor y tocó la puerta de la casa de Garu en el bosque de bambú, en esa posición todo se veía incierto, pero Pucca sabía lo que estaba haciendo. Esperó por unos largos minutos, hasta que la puerta se abrió, Garu se asomó y dijo alegre por la llegada de Pucca.

–Pucca.

Intentó abrazar y besar a Pucca, para invitarla a pasar a su casa. Pero ella lo detuvo, hablando funestamente, a pesar de que a ella también le doliese.

–Déjame detenerte ahí, Garu, temo decirte que no vine para quedarme.

–Pe-Pero, ¿po-por qué? Sí yo te amo, aún más que Ronnie.

Soltó con seriedad, extrañado por la actitud de Pucca. Haciendo que ella se diera la vuelta y le dijera seria, a pesar de que por dentro deseara estar con él.

–Sí fuera así, yo estaría contigo y no con Ronnie. pero estoy con él y esto no se trata de ti, de él o de mí, se trata de mis hijos y de los tuyos, que no soportarían que te separaras de su madre y yo de mi esposo.

–Pe-Pero, ellos son fuertes, podrán soportarlo.

Dijo apresurado, negando Pucca con la cabeza, para soltar molesta.

–Entiende Garu, esto no se trata de ti. Es de tus hijos y de mis hijos y nada más, sí no lo puedes entender. Entonces te daré una solución simple, o me aceptas con él y nos seguimos viendo a escondidas o te alejas y seguimos con nuestras vidas.

Con eso dicho, Pucca se alejó de ahí y se regresó a su casa, siendo recibida por su esposo y siguiendo con su vida.