Descargo de responsabilidad: la serie de Pucca no es mía, le pertenece a su creador Boo Kyoung Kim. Pero esta historia sí es mía, así que no copias, plagios y adaptaciones o traducciones sin mi respectivo permiso.

000

"Recuerda, en algún momento las situaciones se pueden volver a repetir."_perlapuccabf

🎶Amigo mío, esta noche,

Te invito a brindar por ella,

Que los amores se marchan, y los amigos nos quedan.🎶

Pucca maldecía por dentro de ella unas cuantas veces, incluso cuando el doctor la miró serio y preguntó firme, aunque parecía más una afirmación que una interrogante.

–Y entonces, ¿lo cuidarás?

–N-No lo sé, no he curado ni cuidado a alguien así en años, además de que debo de avisarle a mi esposo y a la señora Sanada no le gustaría.

Lo intentó de nuevo, rogando Pucca por dentro a que el doctor recapacitara y dijera que estaba bromeando, que en poco tiempo vendría su verdadera enfermera. Pero eso no pasó, porque el doctor la miró mal y dijo secamente.

–Eso no importa, tú has sido mi mejor enfermera en el tiempo que has estado aquí y sé que contigo no le va a pasar nada al cuidador de la aldea. ¿Y sí tu esposo te ama y la esposa de Garu lo ama, entonces entenderán que sólo lo cuidarás para que esté bien y nada más, cierto?

–Cierto, doctor, lo haré. Pero entonces, voy a avisarle a mi esposo.

Soltó resignada, maldiciendo su idea de niña sobre e (cuidados amorosos de Pucca). Para salir por la puerta de entrada, a pesar de que las 2 chicas que estaban dentro la miraban con odio y le reclamaban al doctor por ello.

Más, a ella no le importó en absoluto, pues sólo el doctor, Garu y ella sabían el significado de esas iniciales. Ah, y Ronnie también lo sabía, pero por (otras) razones que no platicaría.

Así que se salió del cuarto de hospital sin mirar atrás, cerrando la puerta y marcándole a Ronnie por celular para hablar con él. Mientras esperaba que no estuviera trabajando, para no molestarlo con estos estúpidos inconvenientes de hospital.

Oyendo el pitido de espera del teléfono, sólo tres veces seguidas por el celular. Hasta que Ronnie respondió con una voz ronca, como si estuviera dormido y lo hubiera despertado.

–¿Qué pasa, mi amor? ¿Garu está bien?

–Ay, ¿te desperté?

Contestó apenada, a pesar de que fue con otra pregunta y eso no estaba bien, disculpándose de inmediato.

–L-Lo s-siento, e-es so-sólo….

–Tranquila, no pasa nada, yo también respondo con una pregunta cuando alguien me pregunta algo. Y sí querías saber, así es, me acabas de levantar. Ahora dime, cielo, ¿qué te pasó? ¿estás bien? ¿qué le pasó a Garu?

–¡JI JI JI! Esas son muchas preguntas, de hecho, una más que las que ya me habías hecho. Pero tranquilo, te las responderé todas y cada una de ellas, aunque creo que no te va a gustar una de ellas.

Soltó lo último con seriedad, haciendo que Ronnie se desconcertara y cuestionara confundido.

–¿Por qué lo dices, Pucca?

–Bueno, no me pasa nada, yo estoy bien, Ring Ring, mis tíos y yo llegamos bien a Sooga y Garu sí está mal de salud. Pero antes de que te asustes, él está bien, sólo tiene unos cuantos rasguños, algo de moretones y unos cuantos huesos rotos.

Expresó tranquilizadoramente Pucca, desconcertando aún más a Ronnie King, que preguntó serio.

–Y entonces, ¿Cuál es el problema?

–El problema, mi amor, es que para que Garu se recupere como estaba antes. El doctor me dijo que Garu necesitaba un poco d sí no, él no se recuperaría pronto.

Comentó Pucca con pesar, sobresaltando a Ronnie y saliera de la cama, sin que Pucca lo pudiera ver por el celular y sólo escuchara lo que Ronnie decía intranquilo-

–N-ni hablar, no, no y no. Eso no va a pasar mientras seas mi esposa y sabiendo lo que pasó entre él y tú, ¿por qué no le asignan otra enfermera y ya?

–No sé por qué el doctor me eligió a mí, lo que sí sé es que debo de ayudarlo y no es nada de lo que piensas, Ronnie. sólo lo hago porque él es mi amigo, ¿entiendes?

Ella estaba apenada, no sabía que Ronnie se molestaría con eso, ya que nunca le había hablado fuerte. Pero se molestó y eso le entristeció, soltando sin querer un punto que no debía tocar.

–Deberías entenderme, Garu también era tu amigo, ¿lo recuerdas?

–Claro que lo recuerdo, Pucca.

Soltó molesto, asombrando a Pucca al oír que se calló, para entonces intentar hablarle para disculparse.

–Ronnie, Ronnie, Ronnie.

Pero él no reaccionó, pues si bien no había colgado el celular que tenía en la mano derecha, no contestó más porqué se quedó pensando en el pasado.

[Flash Back]

Hace 18 años atrás, Dong King, Ring Ring y Ronnie King se habían ido a Sooga de vacaciones. Aunque en realidad sólo había sido un viaje de negocios para ver sí podía crear ahí un nuevo restaurante, revisando cada lugar y pensando sí de verdad sería rentable un lugar ahí.

De hecho, era una época en la que ni siquiera había llegado Pucca. Así que era una aldea muy tranquila, por lo que Ring Ring y Ronnie le dijeron a su padre que sí podían ir a jugar. Una respuesta que llegó de inmediato, pero sin mirarlos en ningún segundo.

–Está bien, pero mantente siempre con tu hermano, ¿entiendes, Ring Ring?

–Sí papi.

Respondió molesta Ring Ring, haciendo un pequeño puchero por lo que dijo su padre. Pues no le agradaba mucho esa idea, pero no podía hacer nada porque apenas tenía dos años y tenía que acatar las órdenes de su padre.

Así que se fue en los brazos de su hermano, después de que él la cargara con la diminuta fuerza de sus apenas 4 años. caminando hacia el parque que vieron hace dos calles, sosteniendo al mismo tiempo a Ring Ring, un muñequito de él y el perrito de peluche de su hermana.

Llegando al parque de Sooga un tanto cansado, para sentarse en una banquita roja del lugar y poner a su hermana a su lado. Volteando a ver a su hermanita Ring Ring y notar que estaba dormida, para empezar a cantar como tanto le gustaba sin que nadie le molestara.

–🎶Tu, no sabes quién soy yo,

No sé quién eres tu,

Y en realidad,

Quien sabe que somos los dos.🎶

–Vaya, Vaya, ¿qué tenemos aquí? Un molesto cantarín, dime, ¿quién te dijo que cantabas?

Molestó un chico de coleta y ojos amenazantes, asustando a Ronnie que se abrazó a si mismo con su hermana a un lado de él, para contestar tímidamente.

–M-Mi mami me lo dijo.

–Pues se equivocó, no eres más que un niño tonto, que canta horrible y que cree tonterías, por qué no cantas bien y por eso mismo romperemos tus juguetes.

Sentenció el chico amenazante, asustando más a Ronnie, que sólo pudo soltar nervioso.

–N-no lo hagas, u-uno de esos juguetes no es mío, e-es de mi hermana Ring Ring.

–No me importa, los romperemos y así no volverás a cantar.

Soltó el chico de nuevo, acercándose a Ronnie con intimidación. Haciendo que el peli-azul se hiciera bolita en su lugar, esperando que el abusivo no lo lastimara ni le quitara sus juguetes.

Espera que se terminó de cumplir, porque el chico nunca llegó a acercarse a él. Quitándose de la posición de bolita en la que estaba, para así escuchar una voz seria que decía con firmeza.

–Tobe, deja de molestar al niño nuevo. Y mejor busca a tu novia, parece que se perdió de nuevo en los campos de flores.

–Estas me las pagarás, Garu, te lo juro. Y Chief no es nada mío, sólo es una chica que me molesta.

Dijo el niño de coleta larga, corriendo lejos de ahí con la ropa enlodada, junto con varios niños más. Mirando Ronnie al niño que lo salvó, notando las coletas pequeñas que tenía, los ojos grandes negros y una ropa completamente negra, para decirle con cortesía.

–muchas gracias por salvarme, como podría pagarle.

–No es nada, pero no me hables tan cortés, sí soy un niño al igual que tú. Mejor dime Garu, es es mi verdadero nombre, ¿y cuál es el tuyo?

Sonrió Garu amigablemente, haciendo que Ronnie se sintiera en confianza y le dijera feliz.

–Está bien, Garu, yo me llamo Ronnie King.

–Pues Ronnie, me caes bien, podríamos ser muy buenos amigos.

En ese momento, Garu y Ronnie se estrecharon las manos e inició su amistad. El padre de Ronnie no le gustó la idea, pero cuando su esposa llegó le dijo que estaba bien.

Pasó el tiempo en la aldea con tranquilidad, Ronnie, Garu y Abyo eran un tercio de amigos bastante unidos. Hasta que un día en el que Garu cumplió nueve, Ronnie y Abyo tenían 8 años, Ronnie se fue porque Dong King se lo llevó a Francia para que entrara a una escuela de música. Y ahí, la amistad de Ronnie con Garu se alejó, pero eso no parecía ser lo último de su amistad.

[Fin Del Flash Back]

–Ronnie, Ronnie, Ronnie, amor mío, ¿estás bien?

–S-Sí, pero no puedo permitirlo. No por ti, sí no por Garu, yo no confío en él.

Dijo con la voz áspera, molesto de recordar eso y de que Pucca tuviera que hacerle de enfermera con Garu, suspirando Pucca comprensiva y decir seria.

–Lo entiendo, tranquilo, no pasa nada. Yo comprendo que no confíes en mí y mucho menos en Garu, ambos te hicimos daño y no quiero seguírtelo haciendo, pero te juro que no pasará nada. Créeme, por favor.

–Está bien, Pucca, en unos días iré para allá para confirmar el estado de Garu.

I sin más palabras, Ronnie bastante molesto colgó la llamada. Tenía que beber o fumar algo rápido, nunca lo había hecho por más mal que estuviera.

Pero hoy más que nunca, necesitaba hacerlo para bajarle la molestia y la culpabilidad de hablarle a Pucca tan seco. Porque en esa fría noche de parís Francia, ir a un bar a desahogar sus penas y brindar por su (examigo), Pucca y él mismo le vendría bastante bien.

Pues realmente lo requería urgentemente, luego de recordar su (amistad) con Garu y lo mentiroso que este era con sus palabras y su actitud sobre que una mujer jamás separaría su amistad. Hecho que ahora Ronnie se decía que era una gran falacia, pues desde que se enamoró de Pucca la (amistad) con Garu se había disuelto.

Sin saber que dejaba a Pucca un tanto triste, para guardar el celular y regresar al cuarto de Garu mientras Ring Ring y Jenny salían de la habitación. Entrando sin saber que había pasado para que ambas chicas se salieran, pero avanzando rápidamente para entrar a la habitación y cerrar la puerta pensativa.

Ya que se regañaba así misma, por ser una doble cara, sínica, descarada, mentirosa e hipócrita. Pues ni ella misma sabía que pasaría con Garu, pero procuraría avisarle todo a Ronnie para no caer en tentaciones otra vez.

Pues ahora se sentía entre la espada y la pared con dos hombres que la imponían y amaba a la misma vez, al fin y al cabo, dicen que el primer amor no se olvida y mucho menos a uno que perseguiste durante años. Así que, suspirando pesadamente, se dio el valor de levantar la mirada. Viendo al doctor a los ojos seriamente, diciéndole con gran sequedad.

–Ya le dije a mi esposo y él me dijo que está bien, ¿Cuándo empiezo?

–Ahora mismo, sí puedes.

Dijo el doctor serio, asintiendo Pucca con la cabeza y diciendo automáticamente.

–Sí, está bien, sólo voy por mi ropa y vuelvo en seguida.

–Vale. Pero antes de que te vayas, dime, ¿qué te pasó? Tú no pedías permiso, ¿por qué ahora sí?

Arrojó esa pregunta el médico, deteniéndose Pucca en la puerta para decir sin voltear.

–¿A qué se refiere, doc.?

–A qué has cambiado y ahora le pides permiso a tu marido, Pucca, te vez más seria, ya no sonríes tanto, no ríes a carcajadas como antes y ahora usas ropa más formal o provocativa cuando eso no te gustaba. Yo te conocí a ti y a Garu de niños y no son ni….

Se expresó el doctor preocupado, siendo interrumpido bruscamente por Pucca, al medio gritarle molesta sin voltear a verlo.

–¡TODOS CAMBIAN, SÍ! Quiero decir, estoy casada y maduré, eso es todo. La gente no se queda como lo que eran hace tiempo, las vuelve más tontas, frías, tercas o malvadas, ¿algo más?

–No, ya puedes pasar a retirarte.

Informó el médico, mirando a Pucca con seriedad, que asintió con la cabeza sin decir nada y se fue de ahí. Aunque el médico no le gustaba la actitud de Pucca, pues creía que Ronnie la había cambiado y para mal, por eso mismo a él nunca le gustó el matrimonio de Pucca con ese cantante molesto y se perdiera la oportunidad de estar con Garu.

🎶Pero quien iba a decirlo,

Que cosas tiene la vida,

Habiendo tantas mujeres,

Nos hizo amar a la misma.🎶

Luego de cambiarse de ropa en su casa, Pucca se regresó al hospital con un traje de enfermera un tanto provocativo para su parecer. Esperando que Garu no estuviera despierto, para no tener que brindarle explicación alguna sobre su atuendo.

Entrando al hospital de la aldea de Sooga con miradas puestas en ella, unas eran de curiosidad, otras eran de duda, otros la miraban sonrientes y saludaban y otros más la veían con repulsión. Detalle que a Pucca no le afectaban en lo más mínimo, pues desde niña le pasaba eso y siempre llamaba la atención de una manera o de otra.

Así que ignoró y saludó a unas cuantas personas, hasta que llegó a la recepción del hospital central de la aldea de Sooga. Mirando a una de las tantas recepcionistas del lugar, preguntándole con seriedad a la joven frente a ella.

–Dime, Mimi, ¿en qué habitación se encuentra Garu?

–Oh Pucca, que bueno verte, la habitación del señor Sanada se encuentra en la 410. Lo pusimos en ese cuarto privado, porque sí bien no está mal, el doctor dijo que así tendrán más privacidad y nadie molestará al señor Sanada y a usted mientras lo cura.

Le respondió la chica con alegría, diciéndole Pucca muy agradecida.

–Gracias, Mimi, te esperamos Ronnie y yo en casa para comer cuando quieras.

–Vale Pucca, saluda de mi parte a Garu y a Ronnie.

Contestó la chica con alegría, asintiendo Pucca con firmeza para así alejarse. Tomando el ascensor del hospital y apretar la planta cuatro, en donde se ponían todos los cuartos de los pacientes grabes o que necesitaban atención especial.

Suspirando profundamente, pues sabía que podía haber llegado por las escaleras y llegaría a tiempo por sus poderes sobrenaturales

. Más, no quiso hacerlo, porque quería respirar, meditar y hacerse a la idea de que sería enfermera de Garu.

No obstante, la vida, el tiempo, el destino y el mismo doctor la odiaban profundamente. Pues más temprano que tarde llegó a la planta del hospital que quería, abriéndose las puertas del ascensor y no dejándole de otra que salir de él con gran pesar.

Caminando por aquella planta blanca del hospital, mientras sus tacones de sus zapatillas blancas resonaban por todos los pasillos cubiertos de gente que iba de aquí para allá. Hasta que llegó a la puerta de la habitación de Garu que tenía abajo un ramo de margaritas blancas, desconcertándose un poco por ello, pero aun así tomándolo en sus brazos y verificar quien las envió al leer la pequeña nota que venía en las flores.

Lamento lo que te pasó, Garu, espero que te recuperes pronto, viejo amigo.

Con estima, Ronnie King.

Sonriendo Pucca de lado a lado, al ver lo lindo y comprensivo que era su esposo Ronnie con el que alguna vez fue su primer amigo. Tomando con eso el baló que necesitaba para entrar a la habitación de Garu, diciendo modestamente mientras ingresaba al cuarto.

–Hola, perdón por interrumpir, pero aquí viene la enfermera del paciente Sanada.

–Oh, hola, que bueno que ha llegado. El paciente ya está listo para que lo cuide, por lo que le dejé sus pastillas y todo lo que debe hacer para cuidarlo en la mesa junto a la cama, ¿okey?

Informó una enfermera regordeta, con la que hace años había trabajado antes de casarse, contestando sonriente.

–Entendido, yo me ocupo desde aquí.

–Claro. Adiós, señor Sanada, recupérese pronto.

Caminó la otra enfermera hacia la puerta, oyendo la voz que Garu, que decía amable.

–Sí, gracias. Pero espere, ¿usted no era quien me iba a cuidar?

–No, señor Sanada, su enfermera no soy yo. Sólo estaba yo mientras su enfermera llegaba y ya llegó, así que ya me voy, buena suerte y llévese bien con su enfermera oficial.

Con eso explicado, la enfermera sustituta se fue y los dejó solos. Haciendo que Pucca suspirara, maldiciendo por dentro que Garu estuviese despierto. Para después acercarse hacia Garu con firmeza, sosteniendo el ramo de margaritas que Ronnie mandó y preguntando amable, esperando que no identificara que era ella.

–¿Cómo se encuentra?

–La verdad es que me duele todo y no recue…. Pucca, ¿qué haces aquí? ¿viniste por mí? Y hasta me trajiste flores, que linda eres, sabía que sí me seguías amando. Además, ¿de adonde sacaste ese traje de enfermera sexi?

Soltó Garu asombrado, mirando de arriba abajo a una sexi Pucca enfermera que mostraba piernas, cuello, brazos, espalda y tenía un escote en v que le hacía ver extremadamente ardiente. Dejándolo anonadado por la apariencia de Pucca, que sólo lo miró roja como tomate, que tomaba las flores, bufaba y decía seria.

–En primera: estas flores no te las traje yo, las trajo mi esposo Ronnie King para que te mejores. En segundo lugar: vine de hacerte de enfermera, ¿no es obvio? En tercera: Sí vine por ti, pero no es lo que crees. Sólo me preocupé por ti, porque somos amigos y nada más. Cuarto: no te equivoques, yo amo a mi esposo Ronnie. Quinto: este traje lo saqué de mí casa, es uno de los que uso para curar a Ronnie cuando está enfermo. Y sexto: aquí no soy Pucca, soy la enfermera King, ¿entendido? Así que dime, ¿Dónde te pongo tus flores?

–Lo que digas, Pucca. Y tíralas de una vez, sí son de él, yo no necesito su lástima ni quiero nada de él.

Soltó con enfado, molesto por lo que Pucca le dijo, regañándolo Pucca por lo que dijo.

–No voy a hacer eso, las pondré en la ventana para que adornen la habitación y verás que se miraran hermosas allí.

–¿Qué decía la nota que seguramente venía en las flores?

Cuestionó Garu con sequedad, distrayendo a Pucca de su tarea, que volteó a verlo y dijo medio atontada.

–¿Eh?

–¿Qué decía la nota que Ronnie me mandó junto a las flores?

Repitió la pregunta Garu, pero modificándola un poco para que ella la entendiera, algo que Pucca captara la pregunta y repitiera las palabras de la nota de Ronnie.

–Lamento lo que te pasó, Garu, espero que te recuperes pronto, viejo amigo. Con estima, Ronnie King.

Después de ahí, Garu dejó de escuchar a Pucca y recordó un momento atrás en su vida.

[Flash Back]

Hace 7 años atrás en la aldea de Sooga, exactamente cuando tenía Garu 16 años, Pucca 14 años y Ronnie King tenía 15. Había pasado un mes de que Ronnie había llegado a la aldea, retomando todo lo que había dejado atrás cuando se fue.

Y conociendo a gente nueva que lo sorprendió, aunque la que más caló en lo profundo de su corazón era Pucca, esa niña de chongos, mejillas sonrosadas, ojos rasgados negros, figura delgada y menuda, de pelo largo, negro y lacio, piel güera, ropa roja y negra y mesera del Ching Dooda competencia del Dong King. Pero no podía confesarle a la chica lo que sentía por ella, pues había notado que esa linda chica seguía a su amigo Garu de un lado a otro por toda Sooga.

Así que supuso que Garu y esa chica eran novios, por lo que se dirigió tempranísimo a la casa de Garu en el bosque de bambú para que su amigo se lo confirmara o lo negara. Estando Garu meditando en el bosque de bambú, hasta que llegó Ronnie y lo interrumpió diciéndole serio.

–Oye, amigo. Lamento interrumpirte en tu entrenamiento, pero tengo que preguntarte algo, ¿puedes bajar?

Abriendo los ojos con lentitud, para asentir y bajar del árbol en el que estaba meditando con un poderoso salto ninja, llegando enfrente de su amigo firmemente, alzándole una ceja y haciéndole una seña para que continuara.

~Dime, ¿qué pasa, Ronnie?~

–Hmmm, bueno, está bien. mira Garu, esta pregunta es algo personal. Pero la haré porque así puede sacarme de dudas, ¿está bien?

Respondió Ronnie con seriedad, pues si bien había llegado a Sooga hace un mes y se había enterado que su amigo había hecho un voto de silencio para recuperar el honor de su familia. Él le entendió porque cuando vino se forzó en aprender a entenderle a su amigo y a esa hermosa chica llamada Pucca, para no quedarse atrás y mostrar así que le importaba esa aldea y la amistad con su amigo. Viendo como Garu alzaba los hombros sin importancia, moviendo Garu la palma de arriba abajo para indicar que continuara.

~Sí, sí, sólo continúa.~

–Vale, he visto que por toda la aldea de Sooga te persigue una chica de chongos con la que yo me caigo bien. y bueno, ¿yo quería saber sí ella y tú son novios?

Esa pregunta desconcertó a Garu, pues no esperaba que Ronnie fuera a visitarlo por Pucca. Pero lo hizo, tenía cualquier motivo para visitarlo e incluso su amistar.

Pero eligió ir a su casa por Pucca, un hecho que no le gustaba para nada ni entendía. Ya que de todas las mujeres de la aldea que había, tenía que preguntar por la niña a la que él amaba desde quien sabe cuánto tiempo ya.

De verdad, ¿Quién iba a decirlo? La vida parecía complicarle toda la existencia, pero no podía precipitarse en pensar que Ronnie está enamorado de Pucca.

Podría ser otra cosa diferente y él sólo se estaba precipitando, así que Garu miró a Ronnie con atención. Alzando la otra ceja inquisitivamente, para preguntarle cautelosamente a su amigo peli-azul.

~¿Por qué lo preguntas?~

–Bueno, es que nadie debería perseguirte así, sí no es tu novia. E incluso así, eso no es correcto. Al menos que te guste, claro. Sí es así, entonces no debería meterme.

Explicó Ronnie serio, aliviando a Garu a lo extremo, bajando sus defensas y pensar aliviado.

(Ay, qué bueno, no es lo que pensé.)

De todas maneras, siguió mirando a Ronnie con cautela, expresando con sus ojos frio.

~agradezco tu preocupación, pero sé que hay más. Así que dime, Ronnie, ¿qué es? ~

–Bueno, es que me gusta Pucca y mucho, es por eso que te pregunté sí era tu novia. Porque sí no lo es, ¿puedo salir con ella? Y sí lo es, entonces me retiraré. Pero dímelo de una vez, Garu, te lo pido por favor.

Esa confesión de Ronnie le calló como agua fría a Garu, sorprendiéndolo demasiado por lo que dijo, aunque no lo demostró a pesar de la molestia que le invadió en el pecho. En definitiva, algo tenía la vida contra él para hacer que Ronnie se enamorara de Pucca.

Porque habiendo tantas mujeres, niñas y chicas tenía que enamorarse justamente de Pucca, ¿por qué demonios Ronnie tenía que enamorarse justamente de la chica a la que él amaba? Esto parecía un juego del destino, uno cruel en el que dos buenos amigos se transforman en rivales por una chica mesera y bonita.

Pero su orgullo no permitió que dijera la verdad de lo que sentía, sólo rodó los ojos con fastidio. Para después alzar los hombros con desinterés, haciéndole entender que no le importaba Pucca para nada.

~Ah, es eso. pues no, Pucca no es mi novia. Así que lo que hagas o dejes de hacer con ella, es sólo tu problema y a mí no me importa en absoluto. ~

–Qué bien, eso es una buena noticia. Gracias, amigo.

Con eso dicho, Ronnie se fue de ahí muy alegre, aunque Garu sabía que se arrepentiría después por decir esa mentira. Sin embargo, en ese momento no le importo y mejor se fue a entrenar.

[Fin Del Flash Back]

(Sí claro, amigo, como no. Un (amigo) no se enamora y se queda con la chica que su (amigo) quiere, pero tú lo hiciste, Ronnie.)

Saliendo Garu de sus pensamientos, al sentir y oír la vos de Pucca y el cómo lo agarraba suavemente.

–Garu, Garu, Garu, ¿estás bien?

–Ahora sí, lo estoy, Pucca.

Mencionó coquetamente, luego de parpadear un tanto aturdido. Para después fijar su vista en los pechos de Pucca, al estar tan cerca de él preguntando por su bienestar.

🎶Estoy entre la espada y la pared,

Amando a los dos a la misma vez,

No sé qué es lo que quiero ni debo hacer,

Porque yo estoy viviendo un amor de tres.🎶

Otro día más en el hospital, Pucca estaba agotada de ir todos los días a ese lugar para estar a solas con Garu. O sea, nos que Garu le hiciera nada malo a ella o la ofendiera.

Pero era muy cierto que él era un peligro para ella, pues tenerlo tan cerca en algunos momentos le tentaba a que lo volviera a besar y tener algo más con Garu. Sin embargo, Pucca no era tonta, no volvería a caer en los brazos de él y menos teniendo a Ronnie en todo momento en su cabeza.

Dejándola entre la espada y la pared, queriendo besar a Garu como cuando era niña y llegar más allá como cuando eran amantes, pero no haciéndolo al recordar que tenía esposo y a él también lo quería.

Sin embargo, estaba dudando otra vez y eso definitivamente no era bueno. A pesar de que su corazón estaba dividido en dos chicos muy importantes en su vida, parecía que la balanza se inclinaba a favor de Garu Sanada.

Ya que después de que le estuviera quitando las vendas del torso con cuidado, para cambiárselas por unas nuevas vendas que le pudieran servir para sus heridas y que estuvieran limpias. Pucca se resbaló con la alfombra blanca del cuarto de hospital de Garu y se iba a caer de bruces contra el suelo, pero Garu la cachó con sus brazos a pesar de su estado y sumándole a su torpeza de estar en el hospital sin hacer nada. Acercándola hacia él con cuidado, para preguntar con un tono seductor.

–¿Estás bien, Pucca?

–S-Sí, e-es sólo que me resbalé con esta tonta alfombra blanca del cuarto de hospital. N-No sé quién se le habrá ocu…

Callando Pucca sus quejas, al sentir las (grandes) manos de Garu en su cintura. Mientras ella miraba sus pendida en el aire al suelo alfombrado del hospital, sintiendo como Garu acariciaba lentamente su cintura.

Haciéndole sentir mucho calor en todas partes y aún más en su parte más baja y prohibida, provocándola, tentándola, confundiéndola y poniéndola ansiosa y completamente roja. Aún más, porque ella no se quedó atrás y subió las manos a los brazos desnudos de Garu.

Sintiendo los brazos fornidos de Garu, esas cicatrices de batallas anteriores, esos codos duros, los hombros firmes, el pecho bien formado, el estómago de lavadero y esos bises que la enloquecían, ¿cómo diablos podía tener Garu ese cuerpo tan perfecto? Ni Ronnie tenía ese cuerpo así, por más gimnasio que hiciera diariamente en casa o en uno fuera. Escuchando la voz de Garu, mientras ella alzaba la vista hacia su musculatura dura como la roca.

–¿Te gusta lo que ves?

–S-Sí, m-me encanta.

Relamiéndose Pucca los labios por lo que veía, besándola Garu en los labios con ardor en todo su ser. Pues se había perdido en la pación momentánea que a los dos les invadió y que Pucca sólo siguió, porque ya no sabía lo que quería y mucho menos lo que debía de hacer.

Sintiendo como Garu bajaba por su cintura, alzándole un poco la falda del uniforme de enfermera con la mano derecha e introduciendo la izquierda por debajo de su falda. Llegando al elástico de las bragas blancas que Pucca tenía, porqué hasta en eso tenía que ser bien organizada como antaño.

Para meter su mano dentro de esa diminuta tela femenina, escarbando en la parte íntima de Pucca sin dejarla de besar. Encontrando lo que él quería y sabía que a Pucca le enloquecía, haciendo que ella gimiera ahogadamente entre los labios mojados de ambos.

Con eso parecía que los dos iban a caer en la alta traición de nueva cuenta, ya que ninguno de los dos podía parar ni querían parar de besarse y llegar a más. Pero un golpe en la puerta los distrajo, haciendo que Pucca reaccionara y se separara de Garu, alisándose el traje y dejando en su lugar correcto cada parte de su vestimenta e incluyendo su cabello.

Mientras Garu se enfadaba por la interrupción que hicieron, jalando un libro que estaba en la mesa junto a su cama y comenzar a leerlo con aburrimiento. Hablando con seriedad hacia la puerta, en el mismo momento en el que Pucca rebuscaba más vendas limpias para ponérselas a Garu en el torso.

–Pase, está abierto.

–Gracias Garu, eres muy amable.

Esa voz tierna, dulce y comprensiva, era la de Ronnie, ¿verdad? Bueno, eso en realidad no importaba, lo que sí importaba es que esa voz irritó a Garu e hizo que Pucca flaqueara. Resbalándosele unas cuantas cosas, pero cachándolas rápidamente sin siquiera voltear.

🎶Estoy entre la espada y la pared,

Entre el amor de amigo y el de mujer.🎶

–¿Qué haces aquí, Ronnie?

Habló Garu molesto desde la cama, sonriendo Ronnie con cinismo como nunca lo había hecho. Pues ahora entendía por qué su hermana Ring Rin miraba por encima del hombro a todas las personas, pues había gente como Garu que se lo merecía a pulso.

Ya que sí quería pelea por Pucca, él la tendría y le demostraría que con un King no se mete nadie. Obvio no lo hacía porque creyera que Pucca era un trofeo, lo hacía porque ese ninja de pacotilla le estaba quitando lo único que tenía aparte de su familia.

Así que con lo buen actor y cantante que era, sabiendo de paso que su mujer estaba de espaldas a ellos. Fingió una voz dulce, que contrastaba con la sonrisa cínica que mostraba su boca.

–Vine a ver a un viejo amigo, ¿no puedo?

–Pues ya me viste, ahora lárgate por donde viniste, Ronnie.

Exigió Garu con el entrecejo fruncido, haciendo que Pucca interviniera y regañara molesta a Garu por la actitud que estaba tomando con su esposo. Mientras ella se auto-regañaba por lo que hace unos instantes atrás estaba haciendo con Garu, sabiendo de sobra que eso estaba mal.

–Garu, no seas grosero, Ronnie sólo vino a saber cómo estabas y tú le pagas a sí. Que mal agradecido eres, ¿verdad, mi amor?

–Yo no se lo pedí, así que se puede ir.

Soltó aún más molesto, pues Pucca no defendió mucho a Ronnie cuando se estaban besando con pación hace un rato. Sin embargo, ahora sí que lo defendía y hasta le llamaba mi amor. y eso así que le hirviera la sangre, oyendo sólo la respuesta del cínico de Ronnie.

–Así es, sólo vina por eso. pero dime, cielito, ¿qué hace Garu sin camisa?

–Bueno, es que le quité la camisa y las vendas para ponerle unas nuevas, eso es todo.

Explicó con seriedad, volteando hacia Ronnie cuando su rubor había bajado. Mirando la sonrisa gentil que este le dedicaba, mientras Garu pensaba un tanto ardido.

(Y casi tenemos sexo en esta cama, pero nada más.)

Sonriendo triunfante, hasta que Ronnie habló serio, regresándolo a la fastidiosa realidad.

–Está bien, mi amor, te creo. Y dime, Garu, ¿qué te parecieron las margaritas? Te envié esas flores, porque recordé que te gustaban, viejo amigo.

–Pues creo que no le gustaron, porque Garu las iba a tirar hace tres días atrás y sigue igual.

Informó Pucca seria, en lugar de Garu que estaba presente, enfadándole por eso y diciéndole a Pucca con firmeza.

–Pucca, No tenías que decir eso.

–Pero es la verdad y yo no puedo mentirle a mi esposo.

Debatió Pucca segura, para después maldecirse así misma porque había algo que no le estaba contando ahorita a Ronnie. así que se dijo que lo haría, pero no hay para que Garu se burlara.

Aun así, Pucca siguió mirando a Garu con seguridad. Mientras este alzaba una ceja, diciéndole con su mirada (¿en serio?) en forma de burla. Interrumpiendo Ronnie ese ataque de miradas, al decir un tanto adolorido, pero comprensivo con Garu.

–Es una lástima, esas flores eran bonitas y caras. Pero no importa, traeré otras, tal vez llegue a dar en el clavo la próxima vez.

–Oh no, Ronnie, no te molestes. Mejor cómprale algo bonito a tu esposa, pásate la bien con tu dinero.

Mencionó Garu con desprecio, interviniendo Pucca, que le preguntó a Ronnie rápidamente.

–Ronnie, mi turno en unos segundos termina, ¿podrías ayudarme a ponerle estas vendas a Garu antes de irme?

–Claro, primor.

Le respondió a Pucca orgullosamente, llegando hasta ella y nalguearla un tanto fuerte. Así le demostraría a Garu y a ella que ya no se iba con rodeos, a pesar de que nunca había hecho eso porque la respetaba y no dejaba de hacerlo.

Pero Pucca se le estaba alejando y ya no podía permitirse eso, pues estaba desesperado y ya no sabía qué hacer. Además, ya no era un niño o adolescente para estar a tras de Garu y dejar que él tuviera todo lo que quería, mientras que él debía seguir las ordenes de su padre y dejar todas las oportunidades pasar.

Así que, luego de que le hiciera eso a Pucca. Beso el cuello de ella delicadamente, susurrándole en el oído con sensualidad.

–Te amo, Pucca, pero ese traje que estás usando no es apropiado para estar aquí.

–Pe-Pero, ¿p-por qué lo dices?

Dijo nerviosa, pues Ronnie nunca había actuado así con ella. No obstante, a Pucca no le molestaba para nada y hasta la había encendido más de lo que Garu le había encendido. Así que sólo escuchó la voz de Ronnie, sin fijarse que Garu estaba ardiendo de celos, por verlos tan acaramelados frente a él.

–Porque ese traje es para que a mí me hagas C A P, sí sabes a lo que me refiero. Así que sí vas a cuidar a Garu, entonces te compraré otro traje de enfermera más decente y ese los dejamos para nuestros juegos. Bueno, ¿sí quieres? Tampoco te voy a obligar a nada, ¿está bien?

–S-Sí, está bien, amor.

Respondió encantada con la idea, sosteniendo las vendas en las manos con firmeza. Para después sentir que Ronnie se las quitaba, ronroneándole sensualmente por último a Pucca.

–Qué te parece sí tú te adelantas al auto y yo le pongo las vendas a Garu, así podré terminar con el trabajo y podremos hacer otras (cosas) tú y yo.

–M-Me parece genial, pero deja le aviso a Garu.

Aceptó alegre Pucca, pues de esa manera podía librarse de Garu, comentarle a Ronnie lo que pasó con Garu y ella y así olvidar para siempre ese tema. Así que se separó de su esposo bastante sonrojada, hablándole a un Garu furioso, que había escuchado todo por su oído súper desarrollado y lleno de celos por la conversación de la parejita.

–Garu, tengo que irme, así que Ronnie te pondrá las vendas por mí.

–Has lo que quieras, de todas formas, tenía que hablar con Ronnie.

Dijo groseramente, asintiendo Pucca con firmeza para después retirarse. Sonriendo Ronnie descaradamente hacia Garu, mientras este le decía serio.

–Ya no te vas a ir con rodeos, ¿verdad, Ronnie? ¿Qué pasó con eso de que los amigos vienen primero que las mujeres? ¿o es qué ya se te olvidó lo que alguna vez me dijiste?

–No te equivoques, Garu, fuiste tú quien me dijo eso.

Acercándose a Garu para proceder a ponerle las vendas, mientras continuaba de hablar.

–Además, no fui yo quien se acostó con tu esposa, sí no que fuiste tú quien se acostó con la mía. Tú me faltaste al respeto cuando me enteré que Pucca me era infiel contigo y hace años también cuando me mentiste a la cara y dijiste que ella no te gustaba, ahora me vienes a reprochar lealtad cuando fuiste tú quien la rompió primero, hasta parece burla. Así que sí, yo no andaré con rodeos, no perderé a Pucca por ti. Porque, al fin y al cabo, tu y yo ya nos somos amigos desde hace mucho tiempo.

–Con que así va hacer, Ronnie. Pues bien, entonces juguemos, viejo amigo.

Escupió Garu con rencor, viendo como Ronnie terminó de vendarlo, para después despedirlo con ojos llenos de fuego.

–Bueno, ya terminaste, Ronnie. así que ya vete, tu (esposa) te está esperando allá en el carro.

–Tienes razón, Garu, ya (terminé) de vendarte y de hablar contigo. Y como dices, mi (mujer) me está esperando en mi carro. Pero te daré la última advertencia, Garu, ya deja en paz a Pucca de una vez. porque sí tu sabes jugar sucio, yo se jugar peor, no por nada soy hijo de los King.

Con eso advertido, Ronnie salió de la habitación de Garu y azotó la puerta con fuerza, dejando un Garu furioso que quería destruir todo.

🎶Si ya no vuelvo a verla

la perderé,

sí sigo junto a ella,

lo pierdo a él. 🎶

Luego de una hora de que Pucca y Ronnie se fueran, Garu se encontraba maldiciendo su suerte una y otra vez. Las enfermeras de noche ya habían llegado y lo cuidaban como si fueran un príncipe por órdenes del doctor, pero ninguna de esas enfermeras eran Pucca y eso le frustraba. Aún más, porque en su mente recordaba lo que Ronnie le dijo secamente.

(–No te equivoques, Garu, fuiste tú quien me dijo eso. –Además, no fui yo quien se acostó con tu esposa, sí no que fuiste tú quien se acostó con la mía. Tú me faltaste al respeto cuando me enteré que Pucca me era infiel contigo y hace años también me mentiste a la cara y dijiste que ella no te gustaba, ahora me vienes a reprochar lealtad cuando fuiste tú quien la rompió primero, hasta parece burla.)

Eso que dijo no era cierto, ¿verdad? Pero al intentar recordar, se dio cuenta que era cierto lo que el imbécil dijo.

[Flas Back [

Un mes antes de que Garu confesara que amaba a Pucca, un Garu de 18 años y un Ronnie de 17 años se encontraban hablando en el bosque de bambú con nadie más que ellos dos.

–Garu, voy a confesarle mi amor a Pucca. Pero antes de eso dime, ¿te gusta Pucca?

–Ronnie, eso me lo has preguntado desde hace años atrás e incluso cuando tenía vigente mi antiguo voto de silencio. Pero mi respuesta sigue igual, yo, no, la, quiero. A quedado claro, ¿o tengo que repetírtelo? Recuerda siempre que primero va nuestra amistad, antes de cualquier chico.

Dijo Garu serio, diciendo Ronnie alegre.

–Bueno, pero no te pongas tan serio, sólo fue una pregunta.

–Vale, está bien. pero dime, sólo por curiosidad, ¿Cuándo le confesarás lo que sientes a Pucca?

Cuestionó Garu un poco más animado, respondiéndole Ronnie con seguridad.

–Ahora que sé que no te gusta, le diré dentro de un mes en la fiesta de Ring Ring que pronto va a realizar.

–Ya veo, Ronnie. Pues te deseo suerte, espero que Pucca no lo tome como un amor de tres.

Ambos rieron, pero Garu tenía un plan para no perder a Pucca.

[Fin Del Flash Back]

Sí, tal vez había sido un tanto egoísta y tramposo con Ronnie. pero, ¿qué ninja no era así? Todos tenían las manos sucias, por lo que su honor no tenía nada que ver con el amor.

🎶Estoy entre la espada y la pared. 🎶

Pucca y Ronnie ya estaban en casa, luego de dos horas de haber salido del hospital. Ambos estaban acostados en su cama y Pucca ya le había contado lo que pasó en el hospital, pidiéndole disculpas por decaer de nuevo.

–Lo siento, Ronnie. sé que juré no volverlo hacer, pero lo hice y no tengo escusa. Así que, si me quieres dejar, hazlo y ya. Que ya no quiero hacerte daño, pero te pido que no me dejes sin mis hijos.

–Pucca, no voy a dejarte y mucho menos sin tus hijos. Te dije de verdad que te amaba y no lo dejaré de hacer, confío en que cambiarás porque me lo dijiste. Pero es irónico, parece que de nuevo estoy en una especie de triángulo amoroso que a los tres nos está lastimando.

Soltó Ronnie con amargura, acariciando a su esposa en el cabello, mientras ella preguntaba seria.

–Y entonces, ¿qué pasará con nosotros?

–Seguiremos igual, pero yo pelearé con el mundo por ti.

Respondió seguro, besando a su pequeña mujer en sus labios para dormir abrazados. Mañana le compraría un nuevo uniforme de enfermera y hablaría con en el que tuviera que hablar para pedir descanso, por ahora dormiría y descansaría de este largo día que sólo le traía desgracias.

🎶Amigo mío, no quiero,

Luchar contigo por ella,

Dejemos que el tiempo pase,

Que sea lo que dios quiera. 🎶Amigo mío, esta noche,

Te invito a brindar por ella,

Que los amores se marchan, y los amigos nos quedan.🎶

Pucca maldecía por dentro de ella unas cuantas veces, incluso cuando el doctor la miró serio y preguntó firme, aunque parecía más una afirmación que una interrogante.

–Y entonces, ¿lo cuidarás?

–N-No lo sé, no he curado ni cuidado a alguien así en años, además de que debo de avisarle a mi esposo y a la señora Sanada no le gustaría.

Lo intentó de nuevo, rogando Pucca por dentro a que el doctor recapacitara y dijera que estaba bromeando, que en poco tiempo vendría su verdadera enfermera. Pero eso no pasó, porque el doctor la miró mal y dijo secamente.

–Eso no importa, tú has sido mi mejor enfermera en el tiempo que has estado aquí y sé que contigo no le va a pasar nada al cuidador de la aldea. ¿Y sí tu esposo te ama y la esposa de Garu lo ama, entonces entenderán que sólo lo cuidarás para que esté bien y nada más, cierto?

–Cierto, doctor, lo haré. Pero entonces, voy a avisarle a mi esposo.

Soltó resignada, maldiciendo su idea de niña sobre e (cuidados amorosos de Pucca). Para salir por la puerta de entrada, a pesar de que las 2 chicas que estaban dentro la miraban con odio y le reclamaban al doctor por ello.

Más, a ella no le importó en absoluto, pues sólo el doctor, Garu y ella sabían el significado de esas iniciales. Ah, y Ronnie también lo sabía, pero por (otras) razones que no platicaría.

Así que se salió del cuarto de hospital sin mirar atrás, cerrando la puerta y marcándole a Ronnie por celular para hablar con él. Mientras esperaba que no estuviera trabajando, para no molestarlo con estos estúpidos inconvenientes de hospital.

Oyendo el pitido de espera del teléfono, sólo tres veces seguidas por el celular. Hasta que Ronnie respondió con una voz ronca, como si estuviera dormido y lo hubiera despertado.

–¿Qué pasa, mi amor? ¿Garu está bien?

–Ay, ¿te desperté?

Contestó apenada, a pesar de que fue con otra pregunta y eso no estaba bien, disculpándose de inmediato.

–L-Lo s-siento, e-es so-sólo….

–Tranquila, no pasa nada, yo también respondo con una pregunta cuando alguien me pregunta algo. Y sí querías saber, así es, me acabas de levantar. Ahora dime, cielo, ¿qué te pasó? ¿estás bien? ¿qué le pasó a Garu?

–¡JI JI JI! Esas son muchas preguntas, de hecho, una más que las que ya me habías hecho. Pero tranquilo, te las responderé todas y cada una de ellas, aunque creo que no te va a gustar una de ellas.

Soltó lo último con seriedad, haciendo que Ronnie se desconcertara y cuestionara confundido.

–¿Por qué lo dices, Pucca?

–Bueno, no me pasa nada, yo estoy bien, Ring Ring, mis tíos y yo llegamos bien a Sooga y Garu sí está mal de salud. Pero antes de que te asustes, él está bien, sólo tiene unos cuantos rasguños, algo de moretones y unos cuantos huesos rotos.

Expresó tranquilizadoramente Pucca, desconcertando aún más a Ronnie King, que preguntó serio.

–Y entonces, ¿Cuál es el problema?

–El problema, mi amor, es que para que Garu se recupere como estaba antes. El doctor me dijo que Garu necesitaba un poco d sí no, él no se recuperaría pronto.

Comentó Pucca con pesar, sobresaltando a Ronnie y saliera de la cama, sin que Pucca lo pudiera ver por el celular y sólo escuchara lo que Ronnie decía intranquilo-

–N-ni hablar, no, no y no. Eso no va a pasar mientras seas mi esposa y sabiendo lo que pasó entre él y tú, ¿por qué no le asignan otra enfermera y ya?

–No sé por qué el doctor me eligió a mí, lo que sí sé es que debo de ayudarlo y no es nada de lo que piensas, Ronnie. sólo lo hago porque él es mi amigo, ¿entiendes?

Ella estaba apenada, no sabía que Ronnie se molestaría con eso, ya que nunca le había hablado fuerte. Pero se molestó y eso le entristeció, soltando sin querer un punto que no debía tocar.

–Deberías entenderme, Garu también era tu amigo, ¿lo recuerdas?

–Claro que lo recuerdo, Pucca.

Soltó molesto, asombrando a Pucca al oír que se calló, para entonces intentar hablarle para disculparse.

–Ronnie, Ronnie, Ronnie.

Pero él no reaccionó, pues si bien no había colgado el celular que tenía en la mano derecha, no contestó más porqué se quedó pensando en el pasado.

[Flash Back]

Hace 18 años atrás, Dong King, Ring Ring y Ronnie King se habían ido a Sooga de vacaciones. Aunque en realidad sólo había sido un viaje de negocios para ver sí podía crear ahí un nuevo restaurante, revisando cada lugar y pensando sí de verdad sería rentable un lugar ahí.

De hecho, era una época en la que ni siquiera había llegado Pucca. Así que era una aldea muy tranquila, por lo que Ring Ring y Ronnie le dijeron a su padre que sí podían ir a jugar. Una respuesta que llegó de inmediato, pero sin mirarlos en ningún segundo.

–Está bien, pero mantente siempre con tu hermano, ¿entiendes, Ring Ring?

–Sí papi.

Respondió molesta Ring Ring, haciendo un pequeño puchero por lo que dijo su padre. Pues no le agradaba mucho esa idea, pero no podía hacer nada porque apenas tenía dos años y tenía que acatar las órdenes de su padre.

Así que se fue en los brazos de su hermano, después de que él la cargara con la diminuta fuerza de sus apenas 4 años. caminando hacia el parque que vieron hace dos calles, sosteniendo al mismo tiempo a Ring Ring, un muñequito de él y el perrito de peluche de su hermana.

Llegando al parque de Sooga un tanto cansado, para sentarse en una banquita roja del lugar y poner a su hermana a su lado. Volteando a ver a su hermanita Ring Ring y notar que estaba dormida, para empezar a cantar como tanto le gustaba sin que nadie le molestara.

–🎶Tu, no sabes quién soy yo,

No sé quién eres tú,

Y en realidad,

Quien sabe que somos los dos. 🎶

–Vaya, Vaya, ¿qué tenemos aquí? Un molesto cantarín, dime, ¿quién te dijo que cantabas?

Molestó un chico de coleta y ojos amenazantes, asustando a Ronnie que se abrazó a si mismo con su hermana a un lado de él, para contestar tímidamente.

–M-Mi mami me lo dijo.

–Pues se equivocó, no eres más que un niño tonto, que canta horrible y que cree tonterías, por qué no cantas bien y por eso mismo romperemos tus juguetes.

Sentenció el chico amenazante, asustando más a Ronnie, que sólo pudo soltar nervioso.

–N-no lo hagas, u-uno de esos juguetes no es mío, e-es de mi hermana Ring Ring.

–No me importa, los romperemos y así no volverás a cantar.

Soltó el chico de nuevo, acercándose a Ronnie con intimidación. Haciendo que el peli-azul se hiciera bolita en su lugar, esperando que el abusivo no lo lastimara ni le quitara sus juguetes.

Espera que se terminó de cumplir, porque el chico nunca llegó a acercarse a él. Quitándose de la posición de bolita en la que estaba, para así escuchar una voz seria que decía con firmeza.

–Tobe, deja de molestar al niño nuevo. Y mejor busca a tu novia, parece que se perdió de nuevo en los campos de flores.

–Estas me las pagarás, Garu, te lo juro. Y Chief no es nada mío, sólo es una chica que me molesta.

Dijo el niño de coleta larga, corriendo lejos de ahí con la ropa enlodada, junto con varios niños más. Mirando Ronnie al niño que lo salvó, notando las coletas pequeñas que tenía, los ojos grandes negros y una ropa completamente negra, para decirle con cortesía.

–muchas gracias por salvarme, como podría pagarle.

–No es nada, pero no me hables tan cortés, sí soy un niño al igual que tú. Mejor dime Garu, es es mi verdadero nombre, ¿y cuál es el tuyo?

Sonrió Garu amigablemente, haciendo que Ronnie se sintiera en confianza y le dijera feliz.

–Está bien, Garu, yo me llamo Ronnie King.

–Pues Ronnie, me caes bien, podríamos ser muy buenos amigos.

En ese momento, Garu y Ronnie se estrecharon las manos e inició su amistad. El padre de Ronnie no le gustó la idea, pero cuando su esposa llegó le dijo que estaba bien.

Pasó el tiempo en la aldea con tranquilidad, Ronnie, Garu y Abyo eran un tercio de amigos bastante unidos. Hasta que un día en el que Garu cumplió nueve, Ronnie y Abyo tenían 8 años, Ronnie se fue porque Dong King se lo llevó a Francia para que entrara a una escuela de música. Y ahí, la amistad de Ronnie con Garu se alejó, pero eso no parecía ser lo último de su amistad.

[Fin Del Flash Back]

–Ronnie, Ronnie, Ronnie, amor mío, ¿estás bien?

–S-Sí, pero no puedo permitirlo. No por ti, sí no por Garu, yo no confío en él.

Dijo con la voz áspera, molesto de recordar eso y de que Pucca tuviera que hacerle de enfermera con Garu, suspirando Pucca comprensiva y decir seria.

–Lo entiendo, tranquilo, no pasa nada. Yo comprendo que no confíes en mí y mucho menos en Garu, ambos te hicimos daño y no quiero seguírtelo haciendo, pero te juro que no pasará nada. Créeme, por favor.

–Está bien, Pucca, en unos días iré para allá para confirmar el estado de Garu.

I sin más palabras, Ronnie bastante molesto colgó la llamada. Tenía que beber o fumar algo rápido, nunca lo había hecho por más mal que estuviera.

Pero hoy más que nunca, necesitaba hacerlo para bajarle la molestia y la culpabilidad de hablarle a Pucca tan seco. Porque en esa fría noche de parís Francia, ir a un bar a desahogar sus penas y brindar por su (examigo), Pucca y él mismo le vendría bastante bien.

Pues realmente lo requería urgentemente, luego de recordar su (amistad) con Garu y lo mentiroso que este era con sus palabras y su actitud sobre que una mujer jamás separaría su amistad. Hecho que ahora Ronnie se decía que era una gran falacia, pues desde que se enamoró de Pucca la (amistad) con Garu se había disuelto.

Sin saber que dejaba a Pucca un tanto triste, para guardar el celular y regresar al cuarto de Garu mientras Ring Ring y Jenny salían de la habitación. Entrando sin saber que había pasado para que ambas chicas se salieran, pero avanzando rápidamente para entrar a la habitación y cerrar la puerta pensativa.

Ya que se regañaba así misma, por ser una doble cara, sínica, descarada, mentirosa e hipócrita. Pues ni ella misma sabía que pasaría con Garu, pero procuraría avisarle todo a Ronnie para no caer en tentaciones otra vez.

Pues ahora se sentía entre la espada y la pared con dos hombres que la imponían y amaba a la misma vez, al fin y al cabo, dicen que el primer amor no se olvida y mucho menos a uno que perseguiste durante años. Así que, suspirando pesadamente, se dio el valor de levantar la mirada. Viendo al doctor a los ojos seriamente, diciéndole con gran sequedad.

–Ya le dije a mi esposo y él me dijo que está bien, ¿Cuándo empiezo?

–Ahora mismo, sí puedes.

Dijo el doctor serio, asintiendo Pucca con la cabeza y diciendo automáticamente.

–Sí, está bien, sólo voy por mi ropa y vuelvo en seguida.

–Vale. Pero antes de que te vayas, dime, ¿qué te pasó? Tú no pedías permiso, ¿por qué ahora sí?

Arrojó esa pregunta el médico, deteniéndose Pucca en la puerta para decir sin voltear.

–¿A qué se refiere, doc.?

–A qué has cambiado y ahora le pides permiso a tu marido, Pucca, te vez más seria, ya no sonríes tanto, no ríes a carcajadas como antes y ahora usas ropa más formal o provocativa cuando eso no te gustaba. Yo te conocí a ti y a Garu de niños y no son ni….

Se expresó el doctor preocupado, siendo interrumpido bruscamente por Pucca, al medio gritarle molesta sin voltear a verlo.

–¡TODOS CAMBIAN, SÍ! Quiero decir, estoy casada y maduré, eso es todo. La gente no se queda como lo que eran hace tiempo, las vuelve más tontas, frías, tercas o malvadas, ¿algo más?

–No, ya puedes pasar a retirarte.

Informó el médico, mirando a Pucca con seriedad, que asintió con la cabeza sin decir nada y se fue de ahí. Aunque el médico no le gustaba la actitud de Pucca, pues creía que Ronnie la había cambiado y para mal, por eso mismo a él nunca le gustó el matrimonio de Pucca con ese cantante molesto y se perdiera la oportunidad de estar con Garu.

🎶Pero quien iba a decirlo,

Que cosas tiene la vida,

Habiendo tantas mujeres,

Nos hizo amar a la misma. 🎶

Luego de cambiarse de ropa en su casa, Pucca se regresó al hospital con un traje de enfermera un tanto provocativo para su parecer. Esperando que Garu no estuviera despierto, para no tener que brindarle explicación alguna sobre su atuendo.

Entrando al hospital de la aldea de Sooga con miradas puestas en ella, unas eran de curiosidad, otras eran de duda, otros la miraban sonrientes y saludaban y otros más la veían con repulsión. Detalle que a Pucca no le afectaban en lo más mínimo, pues desde niña le pasaba eso y siempre llamaba la atención de una manera o de otra.

Así que ignoró y saludó a unas cuantas personas, hasta que llegó a la recepción del hospital central de la aldea de Sooga. Mirando a una de las tantas recepcionistas del lugar, preguntándole con seriedad a la joven frente a ella.

–Dime, Mimi, ¿en qué habitación se encuentra Garu?

–Oh Pucca, que bueno verte, la habitación del señor Sanada se encuentra en la 410. Lo pusimos en ese cuarto privado, porque sí bien no está mal, el doctor dijo que así tendrán más privacidad y nadie molestará al señor Sanada y a usted mientras lo cura.

Le respondió la chica con alegría, diciéndole Pucca muy agradecida.

–Gracias, Mimi, te esperamos Ronnie y yo en casa para comer cuando quieras.

–Vale Pucca, saluda de mi parte a Garu y a Ronnie.

Contestó la chica con alegría, asintiendo Pucca con firmeza para así alejarse. Tomando el ascensor del hospital y apretar la planta cuatro, en donde se ponían todos los cuartos de los pacientes grabes o que necesitaban atención especial.

Suspirando profundamente, pues sabía que podía haber llegado por las escaleras y llegaría a tiempo por sus poderes sobrenaturales

. Más, no quiso hacerlo, porque quería respirar, meditar y hacerse a la idea de que sería enfermera de Garu.

No obstante, la vida, el tiempo, el destino y el mismo doctor la odiaban profundamente. Pues más temprano que tarde llegó a la planta del hospital que quería, abriéndose las puertas del ascensor y no dejándole de otra que salir de él con gran pesar.

Caminando por aquella planta blanca del hospital, mientras sus tacones de sus zapatillas blancas resonaban por todos los pasillos cubiertos de gente que iba de aquí para allá. Hasta que llegó a la puerta de la habitación de Garu que tenía abajo un ramo de margaritas blancas, desconcertándose un poco por ello, pero aun así tomándolo en sus brazos y verificar quien las envió al leer la pequeña nota que venía en las flores.

Lamento lo que te pasó, Garu, espero que te recuperes pronto, viejo amigo.

Con estima, Ronnie King.

Sonriendo Pucca de lado a lado, al ver lo lindo y comprensivo que era su esposo Ronnie con el que alguna vez fue su primer amigo. Tomando con eso el baló que necesitaba para entrar a la habitación de Garu, diciendo modestamente mientras ingresaba al cuarto.

–Hola, perdón por interrumpir, pero aquí viene la enfermera del paciente Sanada.

–Oh, hola, que bueno que ha llegado. El paciente ya está listo para que lo cuide, por lo que le dejé sus pastillas y todo lo que debe hacer para cuidarlo en la mesa junto a la cama, ¿okey?

Informó una enfermera regordeta, con la que hace años había trabajado antes de casarse, contestando sonriente.

–Entendido, yo me ocupo desde aquí.

–Claro. Adiós, señor Sanada, recupérese pronto.

Caminó la otra enfermera hacia la puerta, oyendo la voz que Garu, que decía amable.

–Sí, gracias. Pero espere, ¿usted no era quien me iba a cuidar?

–No, señor Sanada, su enfermera no soy yo. Sólo estaba yo mientras su enfermera llegaba y ya llegó, así que ya me voy, buena suerte y llévese bien con su enfermera oficial.

Con eso explicado, la enfermera sustituta se fue y los dejó solos. Haciendo que Pucca suspirara, maldiciendo por dentro que Garu estuviese despierto. Para después acercarse hacia Garu con firmeza, sosteniendo el ramo de margaritas que Ronnie mandó y preguntando amable, esperando que no identificara que era ella.

–¿Cómo se encuentra?

–La verdad es que me duele todo y no recae…. Pucca, ¿qué haces aquí? ¿viniste por mí? Y hasta me trajiste flores, que linda eres, sabía que sí me seguías amando. Además, ¿de adonde sacaste ese traje de enfermera sexi?

Soltó Garu asombrado, mirando de arriba abajo a una sexi Pucca enfermera que mostraba piernas, cuello, brazos, espalda y tenía un escote en v que le hacía ver extremadamente ardiente. Dejándolo anonadado por la apariencia de Pucca, que sólo lo miró roja como tomate, que tomaba las flores, bufaba y decía seria.

–En primera: estas flores no te las traje yo, las trajo mi esposo Ronnie King para que te mejores. En segundo lugar: vine de hacerte de enfermera, ¿no es obvio? En tercera: Sí vine por ti, pero no es lo que crees. Sólo me preocupé por ti, porque somos amigos y nada más. Cuarto: no te equivoques, yo amo a mi esposo Ronnie. Quinto: este traje lo saqué de mí casa, es uno de los que uso para curar a Ronnie cuando está enfermo. Y sexto: aquí no soy Pucca, soy la enfermera King, ¿entendido? Así que dime, ¿Dónde te pongo tus flores?

–Lo que digas, Pucca. Y tíralas de una vez, sí son de él, yo no necesito su lástima ni quiero nada de él.

Soltó con enfado, molesto por lo que Pucca le dijo, regañándolo Pucca por lo que dijo.

–No voy a hacer eso, las pondré en la ventana para que adornen la habitación y verás que se miraran hermosas allí.

–¿Qué decía la nota que seguramente venía en las flores?

Cuestionó Garu con sequedad, distrayendo a Pucca de su tarea, que volteó a verlo y dijo medio atontada.

–¿Eh?

–¿Qué decía la nota que Ronnie me mandó junto a las flores?

Repitió la pregunta Garu, pero modificándola un poco para que ella la entendiera, algo que Pucca captara la pregunta y repitiera las palabras de la nota de Ronnie.

–Lamento lo que te pasó, Garu, espero que te recuperes pronto, viejo amigo. Con estima, Ronnie King.

Después de ahí, Garu dejó de escuchar a Pucca y recordó un momento atrás en su vida.

[Flash Back]

Hace 7 años atrás en la aldea de Sooga, exactamente cuando tenía Garu 16 años, Pucca 14 años y Ronnie King tenía 15. Había pasado un mes de que Ronnie había llegado a la aldea, retomando todo lo que había dejado atrás cuando se fue.

Y conociendo a gente nueva que lo sorprendió, aunque la que más caló en lo profundo de su corazón era Pucca, esa niña de chongos, mejillas sonrosadas, ojos rasgados negros, figura delgada y menuda, de pelo largo, negro y lacio, piel güera, ropa roja y negra y mesera del Ching Dooda competencia del Dong King. Pero no podía confesarle a la chica lo que sentía por ella, pues había notado que esa linda chica seguía a su amigo Garu de un lado a otro por toda Sooga.

Así que supuso que Garu y esa chica eran novios, por lo que se dirigió tempranísimo a la casa de Garu en el bosque de bambú para que su amigo se lo confirmara o lo negara. Estando Garu meditando en el bosque de bambú, hasta que llegó Ronnie y lo interrumpió diciéndole serio.

–Oye, amigo. Lamento interrumpirte en tu entrenamiento, pero tengo que preguntarte algo, ¿puedes bajar?

Abriendo los ojos con lentitud, para asentir y bajar del árbol en el que estaba meditando con un poderoso salto ninja, llegando enfrente de su amigo firmemente, alzándole una ceja y haciéndole una seña para que continuara.

~Dime, ¿qué pasa, Ronnie? ~

–Hmmm, bueno, está bien. mira Garu, esta pregunta es algo personal. Pero la haré porque así puede sacarme de dudas, ¿está bien?

Respondió Ronnie con seriedad, pues si bien había llegado a Sooga hace un mes y se había enterado que su amigo había hecho un voto de silencio para recuperar el honor de su familia. Él le entendió porque cuando vino se forzó en aprender a entenderle a su amigo y a esa hermosa chica llamada Pucca, para no quedarse atrás y mostrar así que le importaba esa aldea y la amistad con su amigo. Viendo como Garu alzaba los hombros sin importancia, moviendo Garu la palma de arriba abajo para indicar que continuara.

~Sí, sí, sólo continúa.~

–Vale, he visto que por toda la aldea de Sooga te persigue una chica de chongos con la que yo me caigo bien. y bueno, ¿yo quería saber sí ella y tú son novios?

Esa pregunta desconcertó a Garu, pues no esperaba que Ronnie fuera a visitarlo por Pucca. Pero lo hizo, tenía cualquier motivo para visitarlo e incluso su amistar.

Pero eligió ir a su casa por Pucca, un hecho que no le gustaba para nada ni entendía. Ya que de todas las mujeres de la aldea que había, tenía que preguntar por la niña a la que él amaba desde quien sabe cuánto tiempo ya.

De verdad, ¿Quién iba a decirlo? La vida parecía complicarle toda la existencia, pero no podía precipitarse en pensar que Ronnie está enamorado de Pucca.

Podría ser otra cosa diferente y él sólo se estaba precipitando, así que Garu miró a Ronnie con atención. Alzando la otra ceja inquisitivamente, para preguntarle cautelosamente a su amigo peli-azul.

~¿Por qué lo preguntas? ~

–Bueno, es que nadie debería perseguirte así, sí no es tu novia. E incluso así, eso no es correcto. Al menos que te guste, claro. Sí es así, entonces no debería meterme.

Explicó Ronnie serio, aliviando a Garu a lo extremo, bajando sus defensas y pensar aliviado.

(Ay, qué bueno, no es lo que pensé.)

De todas maneras, siguió mirando a Ronnie con cautela, expresando con sus ojos frio.

~agradezco tu preocupación, pero sé que hay más. Así que dime, Ronnie, ¿qué es? ~

–Bueno, es que me gusta Pucca y mucho, es por eso que te pregunté sí era tu novia. Porque sí no lo es, ¿puedo salir con ella? Y sí lo es, entonces me retiraré. Pero dímelo de una vez, Garu, te lo pido por favor.

Esa confesión de Ronnie le calló como agua fría a Garu, sorprendiéndolo demasiado por lo que dijo, aunque no lo demostró a pesar de la molestia que le invadió en el pecho. En definitiva, algo tenía la vida contra él para hacer que Ronnie se enamorara de Pucca.

Porque habiendo tantas mujeres, niñas y chicas tenía que enamorarse justamente de Pucca, ¿por qué demonios Ronnie tenía que enamorarse justamente de la chica a la que él amaba? Esto parecía un juego del destino, uno cruel en el que dos buenos amigos se transforman en rivales por una chica mesera y bonita.

Pero su orgullo no permitió que dijera la verdad de lo que sentía, sólo rodó los ojos con fastidio. Para después alzar los hombros con desinterés, haciéndole entender que no le importaba Pucca para nada.

~Ah, es eso. pues no, Pucca no es mi novia. Así que lo que hagas o dejes de hacer con ella, es sólo tu problema y a mí no me importa en absoluto. ~

–Qué bien, eso es una buena noticia. Gracias, amigo.

Con eso dicho, Ronnie se fue de ahí muy alegre, aunque Garu sabía que se arrepentiría después por decir esa mentira. Sin embargo, en ese momento no le importo y mejor se fue a entrenar.

[Fin Del Flash Back]

(Sí claro, amigo, como no. Un (amigo) no se enamora y se queda con la chica que su (amigo) quiere, pero tú lo hiciste, Ronnie.)

Saliendo Garu de sus pensamientos, al sentir y oír la vos de Pucca y el cómo lo agarraba suavemente.

–Garu, Garu, Garu, ¿estás bien?

–Ahora sí, lo estoy, Pucca.

Mencionó coquetamente, luego de parpadear un tanto aturdido. Para después fijar su vista en los pechos de Pucca, al estar tan cerca de él preguntando por su bienestar.

🎶Estoy entre la espada y la pared,

Amando a los dos a la misma vez,

No sé qué es lo que quiero ni debo hacer,

Porque yo estoy viviendo un amor de tres.🎶

Otro día más en el hospital, Pucca estaba agotada de ir todos los días a ese lugar para estar a solas con Garu. O sea, nos que Garu le hiciera nada malo a ella o la ofendiera.

Pero era muy cierto que él era un peligro para ella, pues tenerlo tan cerca en algunos momentos le tentaba a que lo volviera a besar y tener algo más con Garu. Sin embargo, Pucca no era tonta, no volvería a caer en los brazos de él y menos teniendo a Ronnie en todo momento en su cabeza.

Dejándola entre la espada y la pared, queriendo besar a Garu como cuando era niña y llegar más allá como cuando eran amantes, pero no haciéndolo al recordar que tenía esposo y a él también lo quería.

Sin embargo, estaba dudando otra vez y eso definitivamente no era bueno. A pesar de que su corazón estaba dividido en dos chicos muy importantes en su vida, parecía que la balanza se inclinaba a favor de Garu Sanada.

Ya que después de que le estuviera quitando las vendas del torso con cuidado, para cambiárselas por unas nuevas vendas que le pudieran servir para sus heridas y que estuvieran limpias. Pucca se resbaló con la alfombra blanca del cuarto de hospital de Garu y se iba a caer de bruces contra el suelo, pero Garu la cachó con sus brazos a pesar de su estado y sumándole a su torpeza de estar en el hospital sin hacer nada. Acercándola hacia él con cuidado, para preguntar con un tono seductor.

–¿Estás bien, Pucca?

–S-Sí, e-es sólo que me resbalé con esta tonta alfombra blanca del cuarto de hospital. N-No sé quién se le habrá ocu…

Callando Pucca sus quejas, al sentir las (grandes) manos de Garu en su cintura. Mientras ella miraba sus pendida en el aire al suelo alfombrado del hospital, sintiendo como Garu acariciaba lentamente su cintura.

Haciéndole sentir mucho calor en todas partes y aún más en su parte más baja y prohibida, provocándola, tentándola, confundiéndola y poniéndola ansiosa y completamente roja. Aún más, porque ella no se quedó atrás y subió las manos a los brazos desnudos de Garu.

Sintiendo los brazos fornidos de Garu, esas cicatrices de batallas anteriores, esos codos duros, los hombros firmes, el pecho bien formado, el estómago de lavadero y esos bises que la enloquecían, ¿cómo diablos podía tener Garu ese cuerpo tan perfecto? Ni Ronnie tenía ese cuerpo así, por más gimnasio que hiciera diariamente en casa o en uno fuera. Escuchando la voz de Garu, mientras ella alzaba la vista hacia su musculatura dura como la roca.

–¿Te gusta lo que ves?

–S-Sí, m-me encanta.

Relamiéndose Pucca los labios por lo que veía, besándola Garu en los labios con ardor en todo su ser. Pues se había perdido en la pación momentánea que a los dos les invadió y que Pucca sólo siguió, porque ya no sabía lo que quería y mucho menos lo que debía de hacer.

Sintiendo como Garu bajaba por su cintura, alzándole un poco la falda del uniforme de enfermera con la mano derecha e introduciendo la izquierda por debajo de su falda. Llegando al elástico de las bragas blancas que Pucca tenía, porqué hasta en eso tenía que ser bien organizada como antaño.

Para meter su mano dentro de esa diminuta tela femenina, escarbando en la parte íntima de Pucca sin dejarla de besar. Encontrando lo que él quería y sabía que a Pucca le enloquecía, haciendo que ella gimiera ahogadamente entre los labios mojados de ambos.

Con eso parecía que los dos iban a caer en la alta traición de nueva cuenta, ya que ninguno de los dos podía parar ni querían parar de besarse y llegar a más. Pero un golpe en la puerta los distrajo, haciendo que Pucca reaccionara y se separara de Garu, alisándose el traje y dejando en su lugar correcto cada parte de su vestimenta e incluyendo su cabello.

Mientras Garu se enfadaba por la interrupción que hicieron, jalando un libro que estaba en la mesa junto a su cama y comenzar a leerlo con aburrimiento. Hablando con seriedad hacia la puerta, en el mismo momento en el que Pucca rebuscaba más vendas limpias para ponérselas a Garu en el torso.

–Pase, está abierto.

–Gracias Garu, eres muy amable.

Esa voz tierna, dulce y comprensiva, era la de Ronnie, ¿verdad? Bueno, eso en realidad no importaba, lo que sí importaba es que esa voz irritó a Garu e hizo que Pucca flaqueara. Resbalándosele unas cuantas cosas, pero cachándolas rápidamente sin siquiera voltear.

🎶Estoy entre la espada y la pared,

Entre el amor de amigo y el de mujer.🎶

–¿Qué haces aquí, Ronnie?

Habló Garu molesto desde la cama, sonriendo Ronnie con cinismo como nunca lo había hecho. Pues ahora entendía por qué su hermana Ring Rin miraba por encima del hombro a todas las personas, pues había gente como Garu que se lo merecía a pulso.

Ya que sí quería pelea por Pucca, él la tendría y le demostraría que con un King no se mete nadie. Obvio no lo hacía porque creyera que Pucca era un trofeo, lo hacía porque ese ninja de pacotilla le estaba quitando lo único que tenía aparte de su familia.

Así que con lo buen actor y cantante que era, sabiendo de paso que su mujer estaba de espaldas a ellos. Fingió una voz dulce, que contrastaba con la sonrisa cínica que mostraba su boca.

–Vine a ver a un viejo amigo, ¿no puedo?

–Pues ya me viste, ahora lárgate por donde viniste, Ronnie.

Exigió Garu con el entrecejo fruncido, haciendo que Pucca interviniera y regañara molesta a Garu por la actitud que estaba tomando con su esposo. Mientras ella se auto-regañaba por lo que hace unos instantes atrás estaba haciendo con Garu, sabiendo de sobra que eso estaba mal.

–Garu, no seas grosero, Ronnie sólo vino a saber cómo estabas y tú le pagas a sí. Que mal agradecido eres, ¿verdad, mi amor?

–Yo no se lo pedí, así que se puede ir.

Soltó aún más molesto, pues Pucca no defendió mucho a Ronnie cuando se estaban besando con pación hace un rato. Sin embargo, ahora sí que lo defendía y hasta le llamaba mi amor. y eso así que le hirviera la sangre, oyendo sólo la respuesta del cínico de Ronnie.

–Así es, sólo vina por eso. pero dime, cielito, ¿qué hace Garu sin camisa?

–Bueno, es que le quité la camisa y las vendas para ponerle unas nuevas, eso es todo.

Explicó con seriedad, volteando hacia Ronnie cuando su rubor había bajado. Mirando la sonrisa gentil que este le dedicaba, mientras Garu pensaba un tanto ardido.

(Y casi tenemos sexo en esta cama, pero nada más.)

Sonriendo triunfante, hasta que Ronnie habló serio, regresándolo a la fastidiosa realidad.

–Está bien, mi amor, te creo. Y dime, Garu, ¿qué te parecieron las margaritas? Te envié esas flores, porque recordé que te gustaban, viejo amigo.

–Pues creo que no le gustaron, porque Garu las iba a tirar hace tres días atrás y sigue igual.

Informó Pucca seria, en lugar de Garu que estaba presente, enfadándole por eso y diciéndole a Pucca con firmeza.

–Pucca, No tenías que decir eso.

–Pero es la verdad y yo no puedo mentirle a mi esposo.

Debatió Pucca segura, para después maldecirse así misma porque había algo que no le estaba contando ahorita a Ronnie. así que se dijo que lo haría, pero no hay para que Garu se burlara.

Aun así, Pucca siguió mirando a Garu con seguridad. Mientras este alzaba una ceja, diciéndole con su mirada (¿en serio?) en forma de burla. Interrumpiendo Ronnie ese ataque de miradas, al decir un tanto adolorido, pero comprensivo con Garu.

–Es una lástima, esas flores eran bonitas y caras. Pero no importa, traeré otras, tal vez llegue a dar en el clavo la próxima vez.

–Oh no, Ronnie, no te molestes. Mejor cómprale algo bonito a tu esposa, pásate la bien con tu dinero.

Mencionó Garu con desprecio, interviniendo Pucca, que le preguntó a Ronnie rápidamente.

–Ronnie, mi turno en unos segundos termina, ¿podrías ayudarme a ponerle estas vendas a Garu antes de irme?

–Claro, primor.

Le respondió a Pucca orgullosamente, llegando hasta ella y nalguearla un tanto fuerte. Así le demostraría a Garu y a ella que ya no se iba con rodeos, a pesar de que nunca había hecho eso porque la respetaba y no dejaba de hacerlo.

Pero Pucca se le estaba alejando y ya no podía permitirse eso, pues estaba desesperado y ya no sabía qué hacer. Además, ya no era un niño o adolescente para estar a tras de Garu y dejar que él tuviera todo lo que quería, mientras que él debía seguir las ordenes de su padre y dejar todas las oportunidades pasar.

Así que, luego de que le hiciera eso a Pucca. Beso el cuello de ella delicadamente, susurrándole en el oído con sensualidad.

–Te amo, Pucca, pero ese traje que estás usando no es apropiado para estar aquí.

–Pe-Pero, ¿p-por qué lo dices?

Dijo nerviosa, pues Ronnie nunca había actuado así con ella. No obstante, a Pucca no le molestaba para nada y hasta la había encendido más de lo que Garu le había encendido. Así que sólo escuchó la voz de Ronnie, sin fijarse que Garu estaba ardiendo de celos, por verlos tan acaramelados frente a él.

–Porque ese traje es para que a mí me hagas C A P, sí sabes a lo que me refiero. Así que sí vas a cuidar a Garu, entonces te compraré otro traje de enfermera más decente y ese los dejamos para nuestros juegos. Bueno, ¿sí quieres? Tampoco te voy a obligar a nada, ¿está bien?

–S-Sí, está bien, amor.

Respondió encantada con la idea, sosteniendo las vendas en las manos con firmeza. Para después sentir que Ronnie se las quitaba, ronroneándole sensualmente por último a Pucca.

–Qué te parece sí tú te adelantas al auto y yo le pongo las vendas a Garu, así podré terminar con el trabajo y podremos hacer otras (cosas) tú y yo.

–M-Me parece genial, pero deja le aviso a Garu.

Aceptó alegre Pucca, pues de esa manera podía librarse de Garu, comentarle a Ronnie lo que pasó con Garu y ella y así olvidar para siempre ese tema. Así que se separó de su esposo bastante sonrojada, hablándole a un Garu furioso, que había escuchado todo por su oído súper desarrollado y lleno de celos por la conversación de la parejita.

–Garu, tengo que irme, así que Ronnie te pondrá las vendas por mí.

–Has lo que quieras, de todas formas, tenía que hablar con Ronnie.

Dijo groseramente, asintiendo Pucca con firmeza para después retirarse. Sonriendo Ronnie descaradamente hacia Garu, mientras este le decía serio.

–Ya no te vas a ir con rodeos, ¿verdad, Ronnie? ¿Qué pasó con eso de que los amigos vienen primero que las mujeres? ¿o es qué ya se te olvidó lo que alguna vez me dijiste?

–No te equivoques, Garu, fuiste tú quien me dijo eso.

Acercándose a Garu para proceder a ponerle las vendas, mientras continuaba de hablar.

–Además, no fui yo quien se acostó con tu esposa, sí no que fuiste tú quien se acostó con la mía. Tú me faltaste al respeto cuando me enteré que Pucca me era infiel contigo y hace años también cuando me mentiste a la cara y dijiste que ella no te gustaba, ahora me vienes a reprochar lealtad cuando fuiste tú quien la rompió primero, hasta parece burla. Así que sí, yo no andaré con rodeos, no perderé a Pucca por ti. Porque, al fin y al cabo, tu y yo ya nos somos amigos desde hace mucho tiempo.

–Con que así va hacer, Ronnie. Pues bien, entonces juguemos, viejo amigo.

Escupió Garu con rencor, viendo como Ronnie terminó de vendarlo, para después despedirlo con ojos llenos de fuego.

–Bueno, ya terminaste, Ronnie. así que ya vete, tu (esposa) te está esperando allá en el carro.

–Tienes razón, Garu, ya (terminé) de vendarte y de hablar contigo. Y como dices, mi (mujer) me está esperando en mi carro. Pero te daré la última advertencia, Garu, ya deja en paz a Pucca de una vez. porque sí tu sabes jugar sucio, yo se jugar peor, no por nada soy hijo de los King.

Con eso advertido, Ronnie salió de la habitación de Garu y azotó la puerta con fuerza, dejando un Garu furioso que quería destruir todo.

🎶Si ya no vuelvo a verla

la perderé,

sí sigo junto a ella,

lo pierdo a él. 🎶

Luego de una hora de que Pucca y Ronnie se fueran, Garu se encontraba maldiciendo su suerte una y otra vez. Las enfermeras de noche ya habían llegado y lo cuidaban como si fueran un príncipe por órdenes del doctor, pero ninguna de esas enfermeras eran Pucca y eso le frustraba. Aún más, porque en su mente recordaba lo que Ronnie le dijo secamente.

(–No te equivoques, Garu, fuiste tú quien me dijo eso. –Además, no fui yo quien se acostó con tu esposa, sí no que fuiste tú quien se acostó con la mía. Tú me faltaste al respeto cuando me enteré que Pucca me era infiel contigo y hace años también me mentiste a la cara y dijiste que ella no te gustaba, ahora me vienes a reprochar lealtad cuando fuiste tú quien la rompió primero, hasta parece burla.)

Eso que dijo no era cierto, ¿verdad? Pero al intentar recordar, se dio cuenta que era cierto lo que el imbécil dijo.

[Flas Back [

Un mes antes de que Garu confesara que amaba a Pucca, un Garu de 18 años y un Ronnie de 17 años se encontraban hablando en el bosque de bambú con nadie más que ellos dos.

–Garu, voy a confesarle mi amor a Pucca. Pero antes de eso dime, ¿te gusta Pucca?

–Ronnie, eso me lo has preguntado desde hace años atrás e incluso cuando tenía vigente mi antiguo voto de silencio. Pero mi respuesta sigue igual, yo, no, la, quiero. A quedado claro, ¿o tengo que repetírtelo? Recuerda siempre que primero va nuestra amistad, antes de cualquier chico.

Dijo Garu serio, diciendo Ronnie alegre.

–Bueno, pero no te pongas tan serio, sólo fue una pregunta.

–Vale, está bien. pero dime, sólo por curiosidad, ¿Cuándo le confesarás lo que sientes a Pucca?

Cuestionó Garu un poco más animado, respondiéndole Ronnie con seguridad.

–Ahora que sé que no te gusta, le diré dentro de un mes en la fiesta de Ring Ring que pronto va a realizar.

–Ya veo, Ronnie. Pues te deseo suerte, espero que Pucca no lo tome como un amor de tres.

Ambos rieron, pero Garu tenía un plan para no perder a Pucca.

[Fin Del Flash Back]

Sí, tal vez había sido un tanto egoísta y tramposo con Ronnie. pero, ¿qué ninja no era así? Todos tenían las manos sucias, por lo que su honor no tenía nada que ver con el amor.

🎶Estoy entre la espada y la pared. 🎶

Pucca y Ronnie ya estaban en casa, luego de dos horas de haber salido del hospital. Ambos estaban acostados en su cama y Pucca ya le había contado lo que pasó en el hospital, pidiéndole disculpas por decaer de nuevo.

–Lo siento, Ronnie. sé que juré no volverlo hacer, pero lo hice y no tengo escusa. Así que, si me quieres dejar, hazlo y ya. Que ya no quiero hacerte daño, pero te pido que no me dejes sin mis hijos.

–Pucca, no voy a dejarte y mucho menos sin tus hijos. Te dije de verdad que te amaba y no lo dejaré de hacer, confío en que cambiarás porque me lo dijiste. Pero es irónico, parece que de nuevo estoy en una especie de triángulo amoroso que a los tres nos está lastimando.

Soltó Ronnie con amargura, acariciando a su esposa en el cabello, mientras ella preguntaba seria.

–Y entonces, ¿qué pasará con nosotros?

–Seguiremos igual, pero yo pelearé con el mundo por ti.

Respondió seguro, besando a su pequeña mujer en sus labios para dormir abrazados. Mañana le compraría un nuevo uniforme de enfermera y hablaría con en el que tuviera que hablar para pedir descanso, por ahora dormiría y descansaría de este largo día que sólo le traía desgracias.

🎶Amigo mío, no quiero,

Luchar contigo por ella,

Dejemos que el tiempo pase,

Que sea lo que dios quiera.🎶

Al día siguiente, Ronnie se levantó de la cama en la que estaba acostado con Pucca. Miró al frente y su preciosa mujer seguía ahí, así que la arropó bien para que descansara apropiadamente.

Mientras él se salía del cuarto de ambos, arreglando cosas de la casa sin preocuparse por los niños. Pues ayer había dejado a sus hijos con Ching y Abyo, así que podía pensar a solas sin ninguna interrupción.

Y lo que ahora pensaba con tristeza, era que había sido un grosero con Garu. Pues, aunque Garu se había portado mal con él todo este tiempo, Ronnie aun lo consideraba su primer y único amigo junto con Abyo.

Y nunca de los nunca quiso, quiere y querrá pelear con Garu por una mujer, pero no podía entender porque Garu nunca le dijo que amaba a Pucca y mucho menos porqué vino hasta penas a quitársela. Si en varias oportunidades le preguntó que sí la amaba, pero él siempre repetía que no la amaba, que nunca la amaría y que podía hacer lo que quiera con ella.

Entonces, ¿qué podía hacer? Sí él de verdad creyó que Garu no amaba a Pucca, por lo que a sus 17 años continuó con su plan de decirle a Pucca que la amaba y así conquistarla.

El tiempo pasó y el día de la fiesta llegó, Ronnie estaba dispuesto a contarle a Pucca lo que sentía por ella. Pero cuando llegó al cuarto en donde Pucca estaba para dejar su abrigo mientras seguía en la fiesta, ´el vio como Garu y Pucca estaban besándose y a punto de hacer sexo.

Eso le dolió y cerrando la puerta del cuarto se retiró, lloró mucho por Pucca ya que de verdad la amaba, pero lloró más por el mentiroso de Garu que siempre dijo que jamás la amaría. Más nunca le dijo nada a Pucca, porque ella contaba con su amistad, no podía fallarle y no quería dejar de ser su amigo.

Pero del que sí se alejó fue de Garu, ya que él era un mentiroso, un traidor y un mal amigo. Así que no se enteró que Garu había engañado a Pucca con Jenny, hasta que Pucca llegó un día a llorar en su hombro y le confesó que Garu la abandonó a pesar de que estaba embarazada.

Eso pasó tres meses después de la fiesta, aun Pucca y él eran amigos cercanos. Así que también le contó que no sabía qué hacer, por lo que le comentó que era una buena idea decir que él era el padre y que ya llevaban tiempo saliendo.

Claro que le aclaró que sólo era sí quería y que sí no Ronnie sólo la cuidaría, Pucca no dudó y aceptó sin pensar la propuesta. Y así empezó su relación, aunque nadie más que ellos dos supieron la verdad del asunto.

Ronnie luchó por ella nueve meses enteros completos, estando con ella en todo momento y confesándole por fin cuando ella tuvo a la niña que la amaba y siempre lo había hecho. Pucca aceptó sus sentimientos y se los correspondió, desde ahí creyó que su vida era perfecta y que no podía cambiar su vida ideal.

Pero Garu volvió y estaba despedazando su vida, detalle que Ronnie no permitiría porque no quería que su familia se dividiera. Así que sólo suspiró harto, pues no permitiría otra vez que el tiempo pasara o que fuera lo que dios quisiera, ya no lo permitiría otra vez.

🎶No hay quien pueda en el mundo,

Callar a los sentimientos,

Él que prometa olvidarla,

Seguro que está mintiendo.🎶

Tiempo después de arreglar la casa, Ronnie fue por un nuevo traje de enfermera y uno de enfermero para él, pues ayudaría a su mujer a cuidar a su (viejo amigo) Garu Sanada. Pero cuando llego a su casa para darle el traje, Ronnie vio una nota en el refrigerador de su casa que decía.

Amado Ronnie:

Los maestros de Kami y Reng me mandaron a traer, así que iré a verlos y luego iré al restaurante Ching Dooda para hacer unas cosas nuevas en el lugar. Por lo que te pido que tomes mi lugar como enfermera/enfermero de Garu, por favor te lo pido.

Posdata.

Te pido de favor que no se peleen, con amor, tu esposa Pucca.

Eso hizo sonreír a Ronnie cínicamente, porque siempre defendía a Garu Sanada antes que a él. Pero no se enfadó, sólo acató la orden y fue al hospital como el enfermero sustituto de Garu.

Obvio que llegó a tiempo récor al hospital con su carro último modelo, así que le informó al doctor de Garu que Pucca no vendría porque tenía cosas que hacer y él se encargaría de Garu el día de hoy. Y aunque el doctor se negó en un par de ocasiones alegando que él no era profesional, aceptó cuando Ronnie le dijo que Pucca le había dejado muchas instrucciones y que por si las dudas, trajo un robot enfermero que lo ayudaría por sí no sabía algo.

Y al tener eso cubierto, Ronnie subió con su robot a la planta de Garu y fue a la habitación 410 en donde estaba ubicado con rapidez. Abriendo la puerta y observando como Jenny besaba a su esposo, ignorando ese detalle porque no era su problema y por lo menos no era su azabache que besaba así a Garu.

Entonces sólo se encargó de poner las cosas en su sitio, pues había notado que la habitación era todo un desastre a comparación de ayer. Obvio todo lo hizo en silencio para no molestar, hasta que aparentemente Garu dejó de besar a su esposa y soltó alegre.

–¡PUCCA, VOLVIS…!

Gracias a que su esposa se hizo a un lado, pudo notar que quien estaba en su cuarto no era Pucca sí no Ronnie. detalle que a Garu enfadó y por eso detuvo sus palabras, preguntando al mismo tiempo que su esposa.

–¿Y en donde está Pucca? ¿no se supone que ella es la enfermera? ¿por qué tú estás acá?

–Señores Sanada, no se pongan tan exigentes, Pucca sí sigue siendo enfermera del paciente Sanada Garu. Pero como también tiene una (vida) allá afuera, tuvo que ir a atender algunos asuntos importantes, por lo mientras hoy yo atenderé al paciente Sanada Garu por unas horas o unos días.

Explicó Ronnie formalmente, usando el tono profesional que utilizaba para las reuniones de trabajo familiar, gira mundial, entrevistas o cualquier cosa que tenga que ver con lo profesional. Un tono que a Garu le desagradó profundamente, pues sabía que era el tono que usaba para aparentar lo que no era. Más, no pudo decir nada de nada, porque su esposa se adelantó a hablar con alegría.

–Ya veo, agradezco su molestia, señor King. Jamás creí que el cantante de los King llegara a ser enfermero de mi Garu, pero es todo un privilegio para la familia Sanada, eso se lo juro.

–Me imagino que sí, pero sin a fan de ofenderla, debo de hacer mi trabajo provisional y la hora de visitas ya acabó. Así que, ¿podría retirarse, señora Sanada?

Le pidió Ronnie con tanta formalidad, que a Garu le asqueo en demasía. Aún más, porque él sonrió gentilmente, pero sabía Garu que esa sonrisa era falsa. Sin embargo, su esposa no la identificó y sólo dijo feliz.

–Tranquilo, yo entiendo, haga lo que tenga que hacer.

Con eso dicho, Jenny se retiró y dejó solos a Ronnie y a Garu. Que se quedaron en un gran silencio, hasta que Ronnie lo rompió soltando sin temor.

–Así que optubiste lo que querías, ¿cierto, Garu?

–No sé de qué habla, enfermero King.

Arrojó Garu con sequedad, negando Ronnie con la cabeza lentamente, para decir serio.

–No te hagas el tonto, Garu, sabes bien de lo que hablo. Yo te pedí que te alejaras de Pucca, tú esposa seguramente te lo pidió también, mi mujer te lo pidió y yo volví a pedírtelo, pero tu seguías insistiendo como un acosador y ahora estás aquí en el hospital (herido) supuestamente de gravedad y expensas a que mi mujer te cuide.

–¿Estás sugiriendo que yo lo planee todo?

Preguntó Garu desafiante, volviendo Ronnie a negar con la cabeza, para expresar sarcásticamente.

–Oh no, yo no estoy insinuando nada. Es sólo que se me hace muy raro que tu hayas terminado aquí por estar viendo tu celular en el perfil de Facebook de mi esposa, cuando tienes reflejos (muy) desarrollados y con eso pudiste haber esquivado el carro por tu buena velocidad. Pero resulta que no lo hiciste porque estabas distraído, ¿no es una coincidencia? Justamente unos días después de que mi esposa y yo nos fuimos, así que me supongo que obtuviste lo que querías.

–No me está gustando lo que dices, pero supongamos que lo hice. Dime entonces, ¿eres feliz con esa conclusión?

Retó de nuevo Garu, enfadando a Ronnie con eso y soltándole seco a Garu.

–No estoy feliz con eso, aunque siempre supe que los ninjas eran los malos en todas partes, a pesar de que en series o películas te los colocaran como los buenos. No obstante, creí que tú eras diferente a pesar de que eras un ninja.

–No me vengas con sermones, Ronnie, todo el mundo sabe que los ninjas nunca están limpios. Pues tienen las manos sucias de sangre o de lo quesea, incluso yo y Pucca estamos sucios.

Contratacó Garu furioso, pareciendo esto una pelea de iguales, aunque sólo fueran a palabras. Haciendo que Ronnie gritara molesto, perdiendo un poco el juicio que tanto lo caracterizaba y saliéndole las mismas marcas rojas que le salían a Ring Ring cuando se molestaba.

–¡ERES UN ESTÚPIDO EGÓLATRA, GARU! ¡YO NO ESTOY HABLANDO DE PUCCA, YO MISMO SE LO QUE ELLA HIZO Y LO QUE NO? ¡PORQUE ELLA A DIFERENCIA DE TI ME LO CONTÓ TODO, INCLUYENDO QUE TE AMABA A TI Y QUE HABÍA LASTIMADO A MUCHA GENTE POR ESO MISMO? ¿TAMBIÉN ME DIJO QUE SE ARREPENTÍA Y NUNCA SE ESCUDÓ EN EL HECHO DE QUE ERA KUNOICHI! ¡COMO TÚ SÍ LO ESTÁS HACIENDO! ¡INCLUSO YO LA ACOMPAÑÉ A PEDIR PERDÓN A QUIEN HIZO DAÑO POR TI? ¡Y SÍ BIEN MUCHOS ASEPTARON, NO ES CULPA DE ELLA QUE ELLOS NO LE HABLEN! ¡ESO SÓLO ES COSA DE ELLOS! ¡PERO YO ESTUVE AHÍ! ¿Y TÚ, GARU! ¡¿ESTUVISTE ALLÍ CON ELLA?

–No, no lo estuve. Pero, ¿a qué quieres llegar con eso?

Cuestionó Garu serio, pues no sabía a qué quería llegar Ronnie con eso. así que vio como el respiraba y regresaba a la normalidad, soltándole con frialdad, casi como sí se quisiera controlar.

–A lo que quiero llegar, es que Pucca sí fue, es y será una buena amiga, pero tú nunca lo fuiste conmigo. Eso me hizo comprender por qué Tobe te odiaba, pero no por qué no dejas a Pucca en paz.

–Porque la amo, Ronnie, tú deberías entender eso. amo a Pucca desde que era niño y aunque quise callarlo, no había nada en el mundo que me permitiera hacerlo. te mentí conque no la amaba, pero tu debiste saber que era una mentira, porque toda Sooga sabía que Pucca y yo nos amábamos. Así que ahora no te puedo decir que la olvidaré y la dejaré en paz, cuando a estas alturas sabes que también sería una mentira.

Explicó sin rastro de culpa, enfadan a Ronnie que sólo le dijo serio.

–Egoísta.

Después de ahí, ninguno de los dos se habló, al menos que fuera para saber sobre el estado de Garu y nada más.

🎶Estoy entre la espada y la pared,

Amando a los dos a la misma vez,

No sé qué es lo que quiero ni debo hacer,

Porque yo estoy viviendo un amor de tres.🎶

Luego de hablar con la maestra de kínder de Reng y los maestros de Kami, Pucca terminó por hablar con su mejor amiga Ching, que era la maestra de artes marciales de Kami y Reng.

–Pucca, no es por molestar. Pero necesito saber, ¿hay algún problema en casa?

–Con mis hijos no, Ching, pero conmigo sí.

Confesó Pucca con pesar, haciéndole una seña Ching para que continuara, asintiendo Pucca para seguir hablando.

–Es que desde que Garu volvió, le fui infiel a Ronnie, él lo supo tiempo después y yo le di todas las explicaciones completas. Me perdonó sorpresivamente y le prometí que no recaería y estaría con él, pero Garu sigue insistiendo conmigo y ya no sé qué hacer, porque amo a los dos.

–Ya veo, las situaciones se repiten. Pero tienes que arreglarlo rápido, recuerda que los niños escuchan, aunque creamos que no.

Le dijo Ching seria, asintiendo Pucca, pero preguntando dudosa.

–¿A qué te refieres con eso de que las situaciones se repiten?

–A que antes de casarte, tú ya estabas en un triángulo amoroso con Garu y Ronnie y ahora lo estás de nuevo, pero esta vez sabiéndolo.

–¿A qué te refieres?

Volvió a preguntar dudosa, suspirando Ching para proceder a explicarle la situación.