Capítulo 3

Cuando Gwendolyn acabo de leer, se miró reflejada en un estanque cercano…En vez de ver a una pelirroja sexy de ojos verdes, vio a una anciana que se alejaba de la figura de una heroína…

-No.

La mujer se llevó una mano a la boca, sin comprender lo que pasaba.

Gwendolyn la gente que pasaba la miraba como si fuera una loca y no le importaba. ¡Hace tan solo un rato era una mujer joven y ahora era esto!

Se sentía asustada, enojada y confundida… ¿Qué villano sería tan despiadado de hacerle esto?

-mamá…

Aquel extraño hombre gordo semi calvo, se acercó a ella con cuidado….

-¡¿Quién es usted?!

-…Tranquila…todo va a estar bien.

Este gordo, era imposible que fuera su hijo con Kevin…¡solo mírenlo!, ¡parece sacado de ese meme donde la tía le pregunta por el novio al gordo otaku!...

Gwen enojada comenzó a quejarse a viva voz, mientras el hombre con toda calma, saco una flor, la mujer al oler aquella planta, la transporto a aquella vez en que no pudo llegar a su baile de graduación.

Podía escuchar la música, ver la luz de aquel auto que la alumbraba y sentir la flor que Kevin uso para arreglar su vestido…Del mismo tipo de flor que el hombre gordo le entrego.

Su corazón latía con emoción a cada paso de aquel vals, mirando aquellos ojos chocolate.

Gwen ya no prestaba atención a la gente que la miraba en el parque.

Tampoco al hombre que a pesar de no recibir el apoyo de parte de su familia por elegir un empleo de escritorio en vez de ser plomero, la llevaba con calma y afecto hacia el auto volador para ir a casa.

Lo que le importaba, lo único que veía…Eran aquellos ojos de color chocolate que la miraban con todo el amor del mundo, mientras bailaban en el desierto.

Era todo lo que le importaba.

Asi era, hasta que en una noche, durante un sueño…Su amado fue a buscarla, para ir a bailar en un lugar mucho más hermoso que un desierto.

Fin.