HISTORIA DE UNIVERSO ALTERNO, LOS PERSONAJES DE RANMA 1/2 NO ME PERTENECEN, SINO A RUMIKO TAKAHASHI
¡Hola!
Acá les traigo un ONE SHOT, algo diferente a los que ya he hecho antes. =O
Espero sea de su agrado =D
Pdta: Disculpen cualquier error que se me haya podido escapar…
Sin más disfruten…
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"Entre tinieblas"
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Era tan bella…
Era sólo mía…
Ella era el amor de mi vida. Con ella aprendí a amar.
La conocí una tarde de verano, luego de que mi padre comenzara a golpear a mi madre, defenderla de él y que luego nos abandonara a mi madre y a mí, por irse detrás de una prostituta.
Fuimos mi madre y yo a vivir en la hacienda donde ella trabajaba años.
Lastimosamente, mi madre no me duró mucho, pues resulta que tan precoz era mi padre que en una de esas, la contagió a mi madre con una enfermedad de transmisión sexual, esa llamada sífilis y del virus del papiloma humano.
Con ella, nos conocimos a la edad de dieciséis años de ella y a los diecinueve de edad míos. Esa edad en donde las hormonas están más alborotadas que nunca, pues ya uno está en plena adolescencia. Cuando ella después de estar años de viaje con sus hermanas, regresó a la hacienda, a su hacienda y la de su padre.
Era realmente bella…
Era como un ángel, con piel tan tersa y tan blanca como de la nieve…
Con ojos grandes y expresivos…
Su cabello tan sedoso, corto y color negro azulado…
Y un cuerpo de ensueño, pequeño y delgado pero muy lindo…
Tan delicada, pero terca a la vez…
Al comienzo nos caíamos mal, pues realmente solo yo cumplía mi trabajo y no quería más al saberme solo en este mundo al vivir entre tinieblas, luego, comenzamos a llevarnos mejor. Con el pasar del tiempo, nos volvimos amigos, posteriormente nos volvimos mejores amigos, hasta que en cuestiones de tiempo y por el tiempo juntos, nos comenzamos a gustar.
Realmente no entendía mucho como es que se fijó en mí, pues tenía muchos pretendientes detrás de ella, aunque viéndome bien, no era en ese tiempo exactamente feo, es más ahora cayendo en cuenta, ere muy atractivo. Solo que mi estatus social, dejaba mucho que desear.
Con mi cabello negro como la noche, trenzado (algo raro en esos tiempos), de buen porte, delgado pero con musculatura por el trabajo diario y ojos azul grisáceos, algo inusual entre la gente en Japón.
Sentí que por fin mi vida tenía algo de luz, después de mucho tiempo.
Ese gusto al ser mutuo, algo que me alegró la vida, lo que nos llevó a entablar una relación amorosa. Dicha relación amorosa fue en secreto. En secreto, pues éramos de diferentes estatus social. Ella toda una chica de clase acomodada y yo… pues yo un peón de su padre.
Un día lluvioso de verano, consumanos nuestro amor en el granero de su hacienda.
Habíamos tenido ciertos besos y roces, pero lo de esa vez fue… exquisito.
Quedamos atrapados en el granero de propiedad de su padre. No había nadie en casa, pues su padre y su madrastra, salieron de viaje por asuntos de trabajo. Sus hermanas acudieron a donde sus abuelas y ella… pues ella se quedó para ayudar y presenciar en el nacimiento de un ternero, pues una vaca estaba a poco para dar a luz.
Por azahares del destino, yo fui el encargado a esa misión, misión que realicé gustoso, pues estaba en compañía de mi amor.
Luego de eso y por curiosidades de la vida, la puerta del granero no cedía a abrirse, motivo por el cual nos vimos obligados a quedarnos y resguardarnos de la lluvia torrencial de afuera.
Al comienzo, ella estaba incómoda, pues hacía frío, incluso hasta no sé por qué exactamente, pero comenzamos a pelearnos. A ya recuerdo… todo a causa de su terquedad… como siempre, pues ambos tenemos el genio fuerte.
Así que aprovechando su estado, el cual me excitaba, pues se le veía muy sexy molesta, es que la besé apasionadamente evitando así también que saliera en plena torrencial lluvia.
Esa noche nos entregamos.
Fui de ella y ella fue mía.
Esa noche de lluvia nos pertenecimos en cuerpo y alma.
Esa noche nos hicimos uno y fuimos los primeros en la vida de cada uno de ese modo, pues tanto ella como yo, nunca habíamos estado con nadie de esa manera.
Ella tenía 18 y yo 21 años.
Al día siguiente, todos regresaron a la hacienda, salimos como pudimos del granero, pues teniendo sol, las cosas fueron más sencillas y sin dejar rastro de nada.
Pensé en hablar con su padre para hacerme responsable por la toma de su honra además de que ya quería formalizar lo nuestro pese a lo que pudieran decir todos, pero al querer hacerlo, me di con la horrible sorpresa de que esa salida de negocios que habían tenido, fue nada más y nada menos que para entregar la mano de la menor de sus hijas en matrimonio con un empresario, pues estaba entre su costumbre, armar matrimonios ventajosos y según su estatus social.
Acordaron que contraería matrimonio con un tal Taro, dentro de dos meses.
Ella sólo tenía que obedecer, pues de lo contrario sería desheredada y desterrada, además de un posible homicidio, ya que al estar deshonrada, sería ese su condena al ser lo peor por el tiempo en el que vivíamos, teniendo en cuenta de que yo sólo soy un peón, motivo mayor para que eso pasara. Además de que no solo sería su muerte, sino la mía también.
¡Yo no quería que ella muriera por mi culpa!
Yo simplemente… daba igual.
¡Pero ella no!
Cuando me enteré de eso, sentí como si mi vida se me fuera de este mundo, como si me convirtiera en un muerto en el mundo de los vivos, pues ella era mía, había sido mía y no quería que eso dejara de ser eso para mí.
Nuevamente sentí que vivía entre tinieblas. Poco me duró esa felicidad que sentía estando con ella.
Al hablarlo con ella, se lanzó a llorar en mis brazos. Esa noche hicimos el amor nuevamente, pero ahora en pleno bosque, aunque ya no una, ni dos veces, sino por tres veces seguidas.
Esa vez le propuse huir juntos, pero ella, al igual que yo, no quería que yo muriera por su culpa.
Cosas de la vida… yo no quería que ella muriera por mi culpa y ella no quería que yo muriera por su culpa.
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Los dos meses pasaron y llegó el día de mi muerte en vida, pues eso sentí literalmente y hasta quise hacerlo realidad, pero me contuve por lo que ella me dijo, luego.
Llegó el día de su boda, con ese tipejo mucho mayor que ella, pues le llevaba aproximadamente diez años de diferencia.
Yo mantenía mi postura de huir con ella, pero ella me dijo que viviera, por ella, por mí… le dije que no podía vivir sin ella, pero ella me lo hizo jurar por lo más importante que yo tenía… y ese alguien era ella, así que lo cumplí, aunque yo quería morirme en ese mismo instante.
Una semana antes de ese fatídico día, fue la última vez que ella estuvo entre mis brazos como me hubiera gustado que estuviese siempre. Hice ese pequeño momento eterno como pude.
Ese día me fui de la hacienda, pues no pude soportar ver como el gran amor de mi vida, se unía a otro hombre.
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Han transcurrido ya treinta años de todo eso.
Treinta largos y tristes años.
Todo este tiempo he estado solo. Solo pues no concebía una vida sin ella, sin mi amor…
Treinta años de edad que tiene su único hijo actualmente. Hijo que sé que vive en la hacienda, solo con la que parece ser su esposa e hijo, pues ella, mi eterno amor y él o ese… se fueron de este mundo hace muchos años atrás.
Ella se fue cuando su heredero vino a este mundo. Él cuando se enteró de que el heredero de ella, no era también de él.
Taro se suicidó, disparándose un tiro en la cabeza ante tremenda deshonra, después de que el bebé cumplió un mes de nacido.
Cuando me enteré del deceso de mi amada, aunque algo tarde, pues me enteré hace aproximadamente cinco años atrás solamente, nuevamente morí en vida, pero esta vez quise hacerlo realidad pese a que incumpliría el juramento que le hice a ella; sin embargo, cuando supe más a fondo la historia, tuve una esperanza para seguir viviendo.
Una pequeña esperanza dentro de las tinieblas entre las que me encuentro viviendo desde hace años.
Resulta que ella estaba embarazada cuando se casó con ese hombre. Estaba embarazada de mí, de esa última vez que nos hicimos uno, amándonos.
Sí, tengo un hijo… un hijo de ella y mío. El cuál tiene mis ojos y nuestra sangre combinada. Algo evidente, pues mis ojos son color azul grisáceo, algo que ni ella ni su… marido, tenían, ya que ella tenía los ojos color chocolate de ensueño y el otro… color verde.
Su nombre es, contra todo pronóstico, Shigiro Saotome Tendo, ya que al parecer el supuesto padre, no quiso reconocerlo, así que por mandato de mi amada antes de morir, es que el padre de ella, cumplió su último deseo.
Hoy ya con cincuenta y un años, siendo un hombre adulto, quizá no adinerado, pero con moral y dignidad, aunque enfermo tanto físicamente como mentalmente por una enfermedad inmunológica y degenerativa que los médicos no reconocen, y la depresión, vuelvo a la hacienda en donde fui feliz en algún momento gracias a ella… a Akane, mi gran amor, pues quiero y me presentaré ante mi hijo, hijo que también ya es un adulto y hasta ya tiene una familia… además de que debe saber la verdad de todo, pero aún así tengo el temor de ser rechazado por él… por ellos, pues… al estar entre tinieblas en las que he vivido todo este tiempo… hacen que mellen en mí pensando solamente en negativo.
Pese a ello, sé que Akane donde sea que esté… me ayudará y estará conmigo aunque sea para poder ser feliz un instante en esta vida llena de nostalgia, pena y dolor que he tenido a lo largo de mi vida.
Quizá amor nos volvamos a ver pronto, pues esta enfermedad que me aqueja desde hace años atrás cada vez se hace más resistente en mí. Sinceramente no creo que me deje vivir por mucho tiempo más, cumpliéndose así, mi deseo finalmente de morir para poder verte… una vez más.
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Ha trascurrido una semana desde que me presenté ante mi hijo y su familia.
Curiosamente, todo resultó bien… como nunca lo pude haber imaginado.
Mi hijo y su familia, me recibieron y acogieron como si nunca hubiera pasado nada y desde siempre me hubieran conocido, pues resulta que Akane le dejó para leer, cuando tuviera edad mi hijo, nada más y nada menos que su diario.
Ese día lloré de felicidad, como nunca la había hecho antes, pues al estar rodeado entre tinieblas desde casi siempre, que algo bueno que sucediera, era casi como un milagro.
Pero tan solo una semana tuve de felicidad, pues ahora estoy postrado en una cama, ya que mi corazón está cada vez peor… una enfermedad más sumada a las que tengo.
Creo que hasta tanta felicidad me hizo mal.
Estoy mirando a la nada… hasta que veo a mi eterno amor… Akane… con un vestido largo y claro…
¿Debe ser porque estoy a punto de irme de este mundo?
¿Será eso?
Sonrío, pero… noto como mi hijo, mi nuera y nieto lloran, pero no sé por qué no puedo decirles nada…
Aun así, noto como Akane me estira su mano, la tomo y nos vamos de ahí sonrientes… pese al dolor de nuestra familia… lo que provoca que me duela dejarlos, pese a que pasé pocos momentos pero de calidad con ellos… pero creo que ha llegado mi hora…
Sonrío por cuarta vez en toda mi vida de verdadera felicidad… hasta que noto una luz muy brillante, lo cual no me preocupa, pues estoy al lado de mi amada, de la cual ya nadie me separará ya…
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Pensé que demoraría más en hacerme presente después de terminar mi último fic pendiente, pero esto se me ocurrió. Estaba ya con ideas nuevas para nuevos fics, pues como saben me gusta innovar y sorprenderlos con temas diferentes al igual que los géneros… aunque solo estaba en ideas y pensamientos con algo escrito pero muy poco… luego mi amigo Manucho- Sama me dijo que quería leer un drama mío pero de los sad y bueno este fue el resultado xD
Hasta casi pongo las célebres frases de César Vallejo, un famoso escritor peruano… "Yo nací un día… en que Dios estuvo enfermo" de su poema "Espergesia", el cual es muy melancólico o de su obra "Heraldos Negros" que dice "Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!". Este Ranma encaja perfectamente con esas frases creo yo xD
Ojalá les haya gustado este ONE SHOT que se me ocurrió y fluyó =D
Espero sus reviews, pues quisiera saber qué tal les pareció, además de que me encanta leerlos =D, además de que soy curiosa xD
Creo que tengo más ideas para Halloween y otras para antes y/o después de esa fecha xD.
Gracias por leerme…
Abrazos de oso y cuídense mucho!
Saludos desde Perú!
=)