CAZADORA DE MONSTRUOS (PILOTO)

Buenas noches, tardes o días caballeros y damas (saludo de modo al revés para variar lo de siempre XD) ¿Cómo han estado en estas vísperas navide… ¡DIGO! ¿De Noche de Brujas? ¿Se han disfrazado y hecho locuras y payasadas por ahí y por allá o pedido dulces como si de niños chiquitos se tratasen? Porque yo tenía planeado volver a disfrazarme del Guasón y causar un desmadre por ahí y por allá o tomarme fotos con toda aquella persona que quede maravillada por mi genial Cosplay marcándoles las caras para que estén sonriendo siempre XD

Pero, no puedo ir a repartir risas e histeria por todos lados sin antes llevar a cabo una de mis más antiguas y sagradas tradiciones, que he hecho desde que puse el primer pie en Fan Fiction hace ya más de 10 años atrás y eso es por supuesto hacer un fic de terror ¡BUUUU! (Suelto un para nada aterrador grito fantasmal XD)

Bueno, en verdad no sería propiamente un fic en sí, sino un Piloto tal y como lo dice el título, uno de los que prometí el año pasado y que solo hasta ahora me digno en hacer. Iba a ponerlo en las votaciones que postule hace poco en mi fic Interactivo de "PREGUNTAS Y RESPUESTAS" pero que mejor decidí hacer de una buena vez por esta fecha que solo se da una vez al año.

Siendo esto protagonizado por una de las Chicas Loud que deberá lidiar con el peor de los males. ¿Quién será y contra qué deberá combatir? Pues léanlo aquí… ah, pero advierto, que esto puede que contenga escenas fuertes, gráficas con sangre y violencia por doquier, así que léanlo bajo su propio riesgo y no me hago responsable de daños psicológicos ni de ropa interior sucia.

CAPÍTULO UNO: EL TRABAJO JAMÁS TERMINA

En una fría y oscura noche de Luna Llena, una pareja caminaba cargando varias bolsas de víveres cuyo contenido casi se les cae debido al paso apresurado que usaban.

-Por eso te había dicho que hiciéramos las compras en la mañana, Marlon, pero no, ¡Debías irte temprano de parranda por ahí con los vagos que tienes por amigos!- reclamó la mujer.

-Pero era por el cumpleaños de Richard, Amanda. ¡No podía decirles que no! En especial porque fuimos a celebrarlo en ese burdel en dónde algunas chicas… ¡NO, OLVIDA QUE DIJE ESTO!- muy tarde se dio cuenta de que soltó información que más, lo que empeoró el humor de su esposa.

-Vamos a tener mucho de qué hablar una vez lleguemos y Andy esté durmiendo- estuvo tentada en soltarle una bofetada, pero como por poco suelta una de las bolsas, tuvo que contenerse.

Pero un fuerte ruido detuvo su andar. Provenía de un callejón que no podía verse su interior aún por más que los rayos del Astro Nocturno recubrían la zona y del que salió una lata vacía de gaseosa que rodó hasta chocar con uno de los pies de Amanda.

Lo que realmente los asustó fue que una fuerte brisa pareció salir de esa zona, una muy fría que logró estremecerlos y retrocediesen juntando sus cuerpos para darse calor, siendo Marlon el que optó instintivamente por una pose protectora.

-Dis… disculpen, jovencitos. Po… ¿Podrían ayudarme con algo de comer?- pero el temor que se había apoderado de sus corazones desapareció cuando de la oscuridad salió un anciano.

Un mendigo que claramente se puede apreciar que ha vivido mucho tiempo en las calles debido a su andrajoso aspecto, con prendas que podrían deshacerse en cualquier momento, huesudas manos con largas uñas parecidas a las de pezuñas de un animal iguales a las de sus pies por no usar calzado alguno y una larga y desarreglada barba y bigote gris que se agitó cuando empezó a toser desesperadamente siendo un claro indicio de mala salud y que podía corroborarse por la mirada cansada que les dedicaba y su postura encorvada.

-Oh cielos… pero pobre hombre. Déjeme ayudarle- Amanda tenía un corazón tan grande, que no dudó en acercársele y ponerle una mano en la espalda porque daba la sensación de que iba a colapsar en cualquier instante.

-Marlon, no te quedes ahí como auto mal parqueado y ven a darle uno de los emparedados que compramos- llamó a su marido que solo se había limitado a ver al viejo de modo despectivo, por no decir asqueado, pero de todas maneras les acercó.

-Muchas… muchas gracias, jovencitos. Ya no recuerdo la última vez que comí tan bien- agradeció el mendigo sonriendo levemente después de comer lo que ellos le habían ofrecido, pero otra vez tosió con tanta fuerza que estuvo a punto de caer.

-No se ve para nada bien…- la mujer lo vio de lo más afligida, temiendo que no pudiera sobrevivir hasta ver el día de mañana -no podemos dejarlo aquí. ¿No desea venir a nuestra casa? Ahí podrá descansar mejor que en estas frías y sucias calles.

-¡¿Disculpa?!- a su esposo le desagradó por completo tal ofrecimiento -¿Cómo se te ocurre ofrecerle a este vago inmun… señor quedarse con nosotros? No sabemos si podía contagiarnos de alguna enfermedad o intente hacerle algo a nuestro hijo- esto se lo dijo susurrándole al oído.

-Algunas veces me pareces increíble. Tanto que mis padres nos apoyaron cuando me embarazaste dándote varias oportunidades, ¡¿Y nunca lograste aprender algo de su enorme humanidad?!- lo regañó inconforme con tal actitud tan poco altruista.

-Solo será por esta noche y luego llamaremos a Servicios Sociales para que vengan y se hagan cargo de él. No nos vamos a morir si ayudamos a este pobre anciano que quién sabe cuántas penurias ha sufrido.

Personas así de consideradas, que son capaces de ofrecerle la mano a un extraño, hacen falta en este mundo en dónde varias veces los que tienen mucho tratan como basura y denigran a los que no tienen nada.

-Venga, señor. Síganos por aquí- volviendo a ponerle una mano en la espalda, Amanda lo guío.

-Mil gracias, jovencitos… ustedes… son unos ángeles del Cielo…- debido a su pose encorvada y descuidado vello facial, ninguno de los dos pudo apreciar la tétrica sonrisa que esbozó dejando un poco al descubierto sus pútridos dientes que fueron recorridos por algunas cucarachas.

Una vez que llegaron a su hogar, lo dejaron sentado en uno de los sillones de la sala cubriéndolo con una acogedora sábana y entregándole una humeante taza de café que tomaba de a sorbos mientras miraba con discreción el acogedor entorno.

-Tienen una casa muy bella, jovencitos…- halagó y le dio un sorbo a su bebida.

-Es lo que muchos dicen- fanfarroneó Marlon, ganándose un codazo de Amanda.

-Puede quedarse aquí hasta mañana, señor… ¿Nos puede decir su nombre?- solo hasta ese momento se dieron cuenta de que no les había dicho cómo se llama.

-… George… pueden llamarme así- extrañamente, se demoró en decirles su nombre.

-¿Y cuánto tiempo lleva viviendo en las calles?- el hombre de la casa preguntó esto sin tacto.

-Oh, mucho tiempo, podría decirse que prácticamente toda mi vida- la mujer se le quedó viendo con mucho más pesar que antes, preguntándose qué clase de tormentos ha pasado alguien que por tantos años ha sido un malviviente.

George iba a decir algo más, pero cuando por una ventana vio que la Luna Llena estaba en su punto más alto, esbozó una sonrisa ladina afilando la mirada.

-En verdad les doy las gracias por todo lo que han hecho por mí, jovencitos. Ojalá todos tuviesen su mismo corazón- Marlon desvió la mirada sintiéndose mal consigo mismo debido la renuencia que tuvo de traerlo a casa -y por eso, trataré de ser lo más rápido y menos doloroso posible.

Marido y mujer no entendieron lo que trató de decir con esta última frase, pero no pudieron preguntar algo al respecto debido a lo que pasó a continuación.

De un salto, George se incorporó haciendo tronar cada una de sus vértebras al enderezar su espalda generando el mismo sonido que causarían huesos siendo reventados a martillazos.

Soltó un rugido gutural al que no se le puede comparar ni los bestiales gruñidos de los depredadores más salvajes cuando su ropa comenzó a humear hasta desintegrarse volviéndose cenizas una vez que en su pecho se creó un extraño símbolo que ardía al rojo vivo como un fierro caliente pulverizando también el sofá en dónde había estado sentado y demás muebles cercanos.

Por último, su deteriorado cuerpo de anciano empezó a transformarse al aumentar de altura, masa muscular y de color volviéndose gris plomo siendo rodeado por un aura de fuego negro desarrollando grotescos atributos conformados por alas de murciélago que salen de su espalda, garras de águila en sus pies y manos, cuernos estriados de carnero de su frente, larga cola de lagarto con punta de flecha, colmillos de su boca tan filosos como un sable y poseedor de ojos de serpiente que podrían ver a través del alma de cualquiera que lo viese directamente.

Era literalmente un demonio que salió de las entrañas del Infierno.

-¡SANTO DIOS!- gritó aterrada Amanda retrocediendo unos pasos junto con Marlon, que debido al espanto, tropezó con una pequeña mesa cayendo sentado no pudiendo levantarse por el horror desmedido que recorría por sus venas como un veneno.

Comportamiento que le causaba mucha gracia y placer a "George"

-No exageré cuando les dije que estoy agradecido por ayudar a este pobre desvalido- con voz acorde a su monstruosa apariencia, se les aproximó levitando sin tener la necesidad de agitar sus alas -desde hace mucho tiempo que no me topo con un alma tan noble y pura como la tuya, linda.

Al posar su vista en la mujer, con tan solo hacer brillar sus ojos, hizo que también flotase y la mandó contra una pared sacándole ahora un alarido de dolor solo para enseguida cerrarle la boca con su grotesca mano derecha sacándole sangre de la cara al incrustarle sus letales zarpas.

-¡AMANDA!- el amor de Marlon por su esposa superó el terror que sentía y con gran valor se puso de pie para ir a salvarla.

-Silencio- con tan solo darle un suave golpe con su cola, el diablo lo mandó al otro lado de la sala y chocase contra una repisa llena de varios adornos de cristal que se rompieron.

-Como odio que me interrumpan cuándo estoy a punto de comer- habló con falsa molestia y sin verse afectado por el forcejeo de Amanda que le sujetó la muñeca con ambas manos tratando de liberarse llorando a caudales, orando internamente para que alguien la salvase.

-Así que… ¿En qué estábamos?- se relamió los labios con una larga lengua de culebra y abrió de modo antinatural sus letales fauces para darle una letal dentellada.

-¿Mami? ¿Papi? ¿Qué es todo ese ruido?- preguntó de repente un pequeño niño de 10 años bajando las escaleras del segundo piso muy soñoliento usando una linda pijama del dinosaurios.

Volviéndose enseguida el nuevo foco de atención del monstruo demoniaco.

-Vaya, vaya, vaya. ¿Pero qué tenemos aquí? ¡Un alma aún más pura todavía!

De un rápido movimiento, atrapó al jovencito con su larga cola igual a como lo haría una serpiente con su desafortunada presa atrayéndolo a su grotesca cara sacándole un agudo grito de espanto y perdiese todo rastro de sueño al ser metido en la peor de las pesadillas.

-Los niños sin dudas son las almas más jugosas de todas, en especial los inocentes como tú- extendió su larga lengua para lamerle las lágrimas que el infante no demoró en soltar.

-Les prometí a tus padres que los mataría rápido por su hospitalidad, pero, no dije nada sobre ti. Así que… por favor, grita con todas tus fuerzas y no te contengas.

Volvió a abrir su mortífera boca, dejando a la vista no solo a sus filosos dientes y a asquerosas cucarachas y gusanos que se removían en su interior, sino expulsando su fétido y nauseabundo aliento compuesto por la carne de las innumerables víctimas que han caído ante él acompañado de los alaridos de agonía de cada una de ellas.

-¡HUM, MHMMU UUHHH!- Amanda extendió hacia su hijo una mano en un intento desesperado por salvarlo, no importándole lastimarse aún más la cara al agitarse con violencia por ser todavía sujetada por las zarpas del demonio.

-Amanda… Andy…- murmuró Marlon también extendiendo una mano, pero tan herido está que no podía moverse y lo único que podía hacer era observar lo que ocurriese.

Ambos padres miraban impotentes como las espadas en la boca del que creyeron eran solo un pobre anciano vagamundo se cerraban lentamente alrededor de la cara de su inocente hijo que gritaba a todo pulmón su ayuda no pudiendo liberarse mientras que en sus verdes ojos bañados con lágrimas se reflejaron los colmillos que le iban a dar un destino peor que la muerte y del que nada ni nadie podría salvarlo.

-¡KRANK!- inesperadamente, una de las ventanas fue rota por un objeto que se movía a una velocidad tan alta que no podía apreciarse de que se trataba.

Hasta que chocó contra el engendro, siendo en verdad, un enorme arpón que le traspasó el costado izquierdo y saliendo por el derecho con tanta fuerza que lo incrustó contra la misma pared en dónde antes había aporreado a Amanda obligándolo a soltarla y al niño y que ahora fuese quién gritase de agonía.

El arpón estaba unido a una cuerda de metal y quién sea que estuviese del otro lado lo jalón con una fuerza tan tremenda que logró sacarlo de la casa de un solo tirón y traspasara la ventana por la que ingresó y cayese en el patio delantero de la vivienda.

-¡Lo tengo, procedo a alejarlo de posibles víctimas colaterales!- dijo alguien dentro de una furgoneta negra de cuya parte trasera salió disparado ese arpón mediante una ballesta.

Esa persona pisó el acelerador para que en menos de un parpadeo el vehículo se desplazara a máxima velocidad por las calles, alejándolo de los suburbios, arrastrando consigo al demonio que antes se veía tan poderoso e imponente y ahora era tratado como pañuelo sucio siendo dañado tal y como un muñeco de trapo al que también arrastran por una irregular superficie.

-¡SUFICIENTE!- furioso de ser agredido de ese modo, el monstruo desplegó sus alas y alzó vuelo sujetando el cable del arpón deteniendo a duras penas el avance de la furgoneta que comenzó a derrapar alzando humo con las ruedas.

-Quién se atreva a interrumpirme mientras me alimento, ¡EXPERIMENTARÁ TODA LA FURIA DEL…!

Detuvo su amenaza porque una descarga recorrió el cable electrocutándolo, aumentando más su sufrimiento a tal punto que no pudo mantenerse en el aire y se desplomó retorciéndose soltando alaridos equiparables a los que seguramente él les ha sacado a todas sus víctimas.

-Y contigo ya son siete los que elimino este año- volvió a hablar el conductor del auto al bajarse.

Se trataba de una mujer que usaba una larga gabardina negra que tiene tejidos varios símbolos, que contrario al que ese monstruo posee en el pecho, los suyos son de temática religiosa tanto del cristianismo, judaísmo, islam, budismo y muchas más, poseyendo una máscara blanca con la que emula a una santa recubierta de varios relieves.

El resto de su conjunto eran ropas grises junto con un cinturón tanto alrededor de su cintura, como alrededor del torso teniendo guantes con metal en los mudillos al igual que la punta de sus botas siendo al parecer plata que tienen grabados más de esos símbolos religiosos.

-¿Algo que decir antes de enviarte de regreso al inmundo agujero del que saliste?- recargo una escopeta y le apuntó a su grotesca cara.

-¡RUUAARRG!- el diablo al soltar otro rugido infernal se incorporó y rápidamente la agarró del cuello alzándola del suelo manteniendo extendido su brazo derecho cuando nuevamente esas oscuras brasas recorrieron su cuerpo.

-¡¿QUIÉN DIABLOS ERES TÚ?!- meneó su cola con la intención de traspasarle la cabeza.

-La que ha acabado con la miserable existencia de muchos como tú.

No solamente no mostró señal de miedo alguno, sino que esas llamas no la lastimaban en lo más mínimo y sacó de su manga derecha un raro dispositivo para volver apuntarle al rostro y expulsar chorros de agua.

Parecía ser Agua Bendita, porque apenas tuvo contacto con su piel, empezó a derretirla tal y como un ácido lo haría con una persona corroyendo primero la superficie dejando al descubierto muscular y demás tejido interno que también comenzó a disolverse hasta llegar a los huesos, teniendo como resultado, que media cara ahora fuese una calavera casi totalmente limpia.

Siendo una agonía peor que la que sintió antes, la bestia se llevó sus mortíferas zarpas a lo que quedaba de su rostro y retrocediese caminando erráticamente soltando agudas exclamaciones.

-Se nota que eres del tipo que está tan acostumbrado a lidiar por personas inocentes e indefensas, que no sabe qué hacer cuando eres tú al que lo invade un terror y dolor desmedido, ¿Verdad?

La mujer no se limitó únicamente a ver el espectáculo bizarro que ofrecía y recuperó su escopeta para dispararle dándole en las partes traseras de sus piernas haciéndole caer de rodillas, luego en sus alas para que no pudiese huir volando y después en la cola para poder acercársele sin peligro de recibir un ataque sorpresivo.

Sea cual sea el tipo de munición que usaba, no era convencional porque las extremidades heridas también empezaron a corroerse hasta dejar expuesto el hueso y creando un charco negro burbujeante de lo que parecía ser su sangre.

De un puntapié lo tumbó de espaldas y le pisó el cuello volviéndole a apuntar a la cabeza, pero primero vio el símbolo demoniaco que él tenía en el pecho y que todavía brillaba al rojo vivo.

Lo que le hizo soltar un gruñido de descontento.

-Este no es el que busco… ¡Solo es otro de sus putos hermanos!- ejerció más presión con el pie contra su garganta ahora siendo ella la que rugía como animal endiablado.

-Bueno, al menos le haré otro favor al mundo- recargó su arma e iba a jalar el gatillo.

Siendo potenciado tanto por el dolor como por una ira igual de desmedida, "George" se incorporó y sujetó en cañón del arma desviando el disparo para arrebatársela de un jalón y mandarla a volar al golpearle en el pecho con el dorso de la mano izquierda.

-¡MORTAL INSIGNIFICANTE!- con mucha dificultad pudo pararse y sobándose la mano con la que la agredió porque tenía impresos los símbolos religiosos que ella tiene en su ropa.

-¡ACABARÉ CONTIGO!- comenzó a correr a cuatro patas como felino para tirársele encima.

-Lo mismo que han dicho los anteriores; ¿No te sabes otra canción?

De su cinturón, sacó shurikens para arrojándoselos con ambas manos y que se incrustasen contra la parte delantera de su cuerpo y estos se derritieron volviendo a generarle graves quemaduras, pero no bastó para detenerlo en seco y continuó avanzando.

Por lo que rápidamente, desenfundó una espada recta y de doble filo que tenía oculta para echarse a un lado y moverla hacia arriba cercenándole la mano derecha que casi le rasguña la máscara causando que se desplomase y rodase varios metros mientras que esa extremidad, antes de caer al suelo, empezó a desintegrarse hasta volverse cenizas.

Eso seguía siendo insuficiente para matarlo, porque de nuevo se levantó y trató de despedazarla usando únicamente las garras izquierdas y la cuchilla en su cola.

Ella volvió a demostrar una increíble habilidad de lucha porque fue capaz de defenderse de cada agresión con la espada mientras retrocedía y caminaba de espaldas, y no solo eso, sino que las zarpas al chocar contra el filo, aparte de producir chispas, se desquebrajaban casi pareciendo tan frágiles como un cristal cuando se supone serían capaces de hacer trizas a cualquier humano.

Ese duelo se detuvo cuando el demonio le enrolló una pierna con la cola y la mandó a volar contra una gran piedra sacándole por fin un grito de desmedido dolor antes de caer bocabajo.

Sonriendo al creer que ya la tenía a su merced, usó las pocas fuerzas que le quedaban a sus piernas para dar un largo brinco con la intención de aplastarla con sus pies, pero ella rodó incorporándose y moviendo hacia arriba la espada creándole un profundo tajo en el torso en un ángulo que comenzaba desde el costado derecho y finalizaba en la clavícula izquierda.

Al chocar contra esa roca, quedó muy lastimada por lo que tuvo que alejarse casi a tropezones gimiendo y sacando de un bolsillo un control remoto del que presionó varios botones dirigiéndose hacia la furgoneta.

-¡NO HUYAS DE MÍ, COBARDE!- el diablo tuvo que apoyarse contra esa piedra para levantarse, ya que sus piernas no daban para más y le temblaban al borde del colapso.

-Y quién te dijo… ¿Qué estoy huyendo?- pudo apreciarse cierto tono burlón en su voz cuando presionó el último de los botones.

Al mismo tiempo que se echó pecho tierra, de los costados y del techo de su vehículo salieron varias ballestas, pero más pequeñas que la que usó anteriormente, y cada una tenía una mira láser que le apuntaron a su letal oponente.

Que no tuvo tiempo de reaccionar cuando les dispararon varias flechas metálicas con tanta potencia que lo dejaron incrustado en la roca contra la que esa mujer chocó antes quedando totalmente inmóvil no pudiendo moverse por más que lo intentaba sufriendo más quemaduras.

-Descuida, pendejo. Aunque me encantaría prolongar de modo indefinido tu bien merecida agonía, no puedo correr riesgo alguno y debo acabarte de una vez por todas.

No desperdiciando tiempo en monólogos innecesarios o ese tipo de cosas, ahora sacó un arma que tenía en el extremo una gran cruz y se le acercó para apuntarle otra vez a la cabeza y disparó al estar a tan solo unos pocos centímetros de distancia.

El artilugio religioso apenas dio contra su frente con la fuerza un puñetazo se fundió echando raíces haciendo que abriese la boca con tanta fuerza que se la dislocó dando vistazo total a las alimañas que la habitaban y que empezaron a pulverizarse.

No solamente ellas, sino que todo su cuerpo lentamente empezó a hacerse añicos cayéndose trozo a trozo volviéndose también cenizas antes de tocar el suelo siguiendo gritando con una potencia tan grande que quebrarían los vidrios de una casa y los tímpanos de cualquier persona que lo oyera hasta que únicamente quedó su esqueleto que finalmente se desmoronó al convertirse en polvo y arena que fue dispersada por una fría brisa como si jamás hubiera existido para nunca más volver a lastimar a cualquier ser inocente que ingenuamente le ofrezca ayuda.

Por último, unos puntos brillantes salieron de dónde antes estaba ese símbolo demoniaco en su pecho. Se quedaron levitando un momento en el aire antes de revolotear mientras se elevaban hasta las nubes también desapareciendo por completo emitiendo una energía, un aura, que distaba mucho de la esencia maligna de ese demonio.

Ya que se trataban de las almas de todas sus desafortunadas victimas que vitoreaban alegres al ser por fin liberadas e ir al lugar que les corresponde en el Más Allá.

Todo eso ante la fría mirada de su verduga que no dijo nada en lo que duró el proceso hasta que suspiró pesadamente y alzó levemente la cabeza para ver fijamente la Luna Llena que pareció ser el único espectador de lo que acaba de orquestar.

-"Lori, Lori, ¿Me oyes? ¿Estás bien? ¿Acabaste con ese monstruo? ¿Es el que buscábamos?"- la llamaba alguien desde una radio en la furgoneta.

-Descuida, Lucy. Estoy bien, ya todo terminó. Pero, no es el que buscábamos- contestó cuando entró al vehículo quitándose la máscara y así poder respirar libremente.

Esa mujer es hermosa y posee un abundante cabello rubio, pero, su semblante podía ser casi tan intimidante como el demonio que acaba de exterminar porque posee cicatrices de anteriores luchas igual o incluso más intensas que está y una mirada con la que decía que ha visto los peores horrores que esté mundo puede ofrecer y que no son orquestados por manos mortales.

Toda una guerrera curtida que no le tiene miedo a nadie, ni siquiera a la muerte misma.

Pero ¿Quién es? ¿Por qué se empeñó tanto en acabar con ese diablo arriesgando su vida? ¿Qué quiere en verdad y qué es lo que busca?

-"Suspiro… me alegra escuchar eso, ¿Ya vas a volver para descansar?"- siguió preguntando la otra persona del otro lado de la radio cuando ella sacó un cigarro y lo prendió para fumar y arquear su espalda hacia atrás haciendo una notoria mueca de dolor.

-No, primero… debo asegurarme de algo- luego de expulsar una intensa humareda, miró la forma del cuerpo de ese monstruo que quedó impregnada en la roca siendo el único vestigio de su parte.

Con disimulo regresó a la casa de Amanda y Marlon en dónde ya se habían juntado varias patrullas y una ambulancia. Fingió ser una de las muchas personas que se amontonaron para ver que pasó y afiló la mirada cuando unos paramédicos ayudaban a caminar a la pareja y a su hijo.

Esa dura expresión se invirtió en una pequeña sonrisa de satisfacción al comprobar que más allá de tal terrible experiencia y de algunas heridas menores, no sufrieron grave daño a largo plazo y podrán seguir viviendo sus vidas sin mayores repercusiones.

Así que asintió para dar media vuelta y retirarse con toda calma a la vez que comenzó a llegar los medios de comunicación para cubrir tal noticia que no se da todos los días.

(…)

Condujo hasta llegar a una vieja fábrica abandonada a las afueras de la ciudad en la que venció al demonio y escondió la furgoneta en una zona rodeada de grandes maquinarias oxidadas.

-Al fin regresaste, Lori. ¿Te aseguraste de que nadie te haya seguido?

Fue recibida por otra mujer, pero muy diferente a ella debido a que su pelo es negro y le tapa la parte superior de su cara, su piel es casi fantasmal al ser muy pálida y si bien también usa ropas oscuras, las suyas tienen cierto toque de elegancia también llevando consigo anillos, collares y amuletos y caminaba con un fuerte cojeo en su pierna derecha teniendo que apoyarse en un bastón cuyo pomo es una calavera plateada.

-Siempre lo hago, Lucy- apenas afirmó esto, manifestó una expresión de dolor tan intenso que apretó los párpados y los dientes viéndose en la necesidad de apoyarse en un contenedor.

-Déjame revisarte- no se lo pidió, fue una orden.

La ya conocida como Lori no puso queja alguna y tomó asiento después de despojarse de sus prendas dejando al descubierto su espalda, que al igual que su cara, posee las cicatrices de luchas antiguas junto con las que ese demonio les causó cuando la azotó contra esa roca.

-De milagro no quedaste paralítica, ¿Cuántas veces te he dicho que nunca te confíes en una lucha cuerpo a cuerpo aún por más herido que esté tu enemigo?- bufó ante su regaño para enseguida soltar un grito adolorida cuando comenzó a echarle pomadas junto con vendas y gazas.

-Hago lo mejor que puedo con la limitada visión que esa máscara me da. A la próxima crea una que me dé una mejor visión periférica y con la que pueda respirar mejor; casi asfixiarme no me ayuda en nada a la hora de pelear contra pobres diablos como ese.

-Respirarías un poco mejor si no fumases como locomotora; ese tabaco te va a matar antes que cualquiera de los monstruos con los que pelearás más adelante- contrapuso la pelinegra, y a modo reprimenda, le dio una fuerte palmada en el centro de la espalda -¿Mejor?

-¡AUCH, MALDITA SEA!- masculló cerrando con fuerza los ojos y la boca nuevamente -¡¿Lo hiciste adrede, verdad?!- hizo un ademan de golpearla cuando se puso de pie.

-¿Me crees capaz de eso?- hizo una muy pequeña sonrisa de burla empeorando su mal humor -pero ya ve a descansar. Yo me encargaré de revisar que las armas estén operables y luego contactaré con los Espíritus Guías para que nos digan a qué lugar ir ahora, ¿Te parece bien?- colocó una mano en su hombro derecho.

-Me parecería bien si la próxima vez realmente damos con el hijo de puta que hemos buscado por tantos años. Ya me estoy cansando de dar vueltas por ahí y por allá aniquilando a fenómenos que no me corresponden, ¿Es que acaso tus amigos invisibles creen que soy el conserje que debe limpiar la mierda y el desorden de los demás o qué?

Ofuscada, se volvió a vestir y yéndose a sus aposentos a pasos atronadores. Lucy agachó la cabeza y susurró "Suspiro" para irse cojeando a una sala en dónde había en el suelo un enorme círculo gravado, que al igual que las prendas de la blonda, tiene una enorme diversidad de símbolos al igual que en las paredes junto con más artilugios religiosos, pinturas, estatuas y otras representaciones de seres divinos.

Se sentó en el centro teniendo delante suyo una pequeña mesa que encima lleva un viejo libro abierto, cuatro velas y otros amuletos y puso sus manos en posición de meditación para respirar hondamente y recitar conjuros y rezos cuando un murciélago se postró en un hombro.

-Oh, grandes Espíritus Guía y Protectores, les vuelvo a dar las gracias porque mi hermana mayor pudo completar exitosamente otra de las muchas misiones que les han reservado y regresar con vida. Nuevamente les pido que le den a ella y a mí su protección y las fuerzas que requeriremos para los desafíos que nos traerá el mañana…

Al mismo tiempo que Lucy decía sus plegarias y pedía el apoyo de seres que están por encima del entendimiento humano, Lori llegó a la sección de la fábrica que había vuelto su habitación, que aparte de tener esos elementos religiosos, también poseía una también basta diversidad de armas colgadas en las paredes.

Tanto pistolas y demás armas de fuego estándares que han sufrido alguna modificación, como aquellas que son de su invención y de la pelinegra al igual que las múltiples municiones echas para lastimar a algún ente maligno en específico y que jamás podría ser herido por herramientas de muerte promedio.

Se tiró en la cama primero quitándose sus botas y ropa negra quedando en prendas ligeras para volver a sacar otro cigarro y deleitarse viendo fijamente el techo teniendo un brazo derecho cruzado tras su cabeza pudiendo descansar como se lo tiene merecido.

Pensando, reflexionando, meditando, recordando lo que la llevó a ser lo que ahora es, y que muy a diferencia de la pelinegra, no dándole las gracias a ninguna deidad superior por haber logrado salir con vida de su lucha contra uno de los miles de esbirros que posee las letales Fuerzas del Mal.

Porque no tiene nada que agradecer, porque no eligió esta vida, porque no eligió ser una cazadora de seres sobrenaturales malignos que se deleitan con la agonía de las personas, porque no ha encontrado a aquello que al parecer ha buscado por mucho tiempo.

Porque perdió lo que más atesoraba y que jamás podrá recuperar, sin importar lo que hiciese y cuánto rezase para conseguirlo tampoco pudiendo encontrar paz aún por más seres malignos elimine.

Primera parte del Piloto completado el 24/10/2022.

Y eso fue todo ésta ocasión. Sé que me quedó algo corto y tuvo más acción que horror en sí, pero es que si ponía todo lo que pensaba poner me habría salido mucho más grande.

De todas formas, espero que le gustase la corta pero encarnizada lucha que Lori tuvo contra "George" y como salvó a esos padres de familia y a su hijito.

Si les gustan las películas de horror inclinadas a la aventura y a la acción, habrán notado que para esta versión de ella me inspiré tanto en Van Helsing (de Hugh Jackman) Blade, el Cazador de Vampiros (de Wesley Spines) y en Selene de Underworld (Kate Beckinsale) por lo que es toda una experta en el arte de cazar monstruos teniendo por supuesto el apoyo imprescindible de Lucy que a su vez es toda una experta en temas de seres sobrenaturales.

Pero entonces, ¿Por qué son así? ¿Por qué hacen lo que hacen? ¿Qué buscan en verdad? ¿Y dónde están las otras Chicas Loud y Lincoln? Eso lo sabrán en el siguiente capítulo que espero poder subir el lunes 31 de Octubre ;D