Descargo de responsabilidad: Ya saben que los personajes de Pucca no son míos, ya que le pertenece a su creador Boo Kyoung Kim. Yo sólo los uso para entretener, dándoles historias que les aterren y que por cierto sí son mías, así que no copias, traducciones, adaptaciones o plagios.
Advertencia: paranoia, acoso, locura, un poco de oc, algo de ua y clasificación t para que no me funen, así que sí eres sensible no lo leas y también sí eres menor de edad. Sí lo les es por tu propia responsabilidad, así que yo no me hago responsable de nada.
000
"No es que yo sea obsesivo, pero eres tan perfecta. Que sí no estás conmigo, no estarás con nadie."_perlapuccabf
Oh, bella mujer de brillantes cabellos celestes. Que ingenua vez una película con dos de tus empleados, no te das cuenta que ansioso estoy de estar contigo toda una vida.
Es probable que no te des cuenta, pero pronto lo harás. Mientras que yo veo como actúas todos los días, mostrándote imponente, bella, brillante, millonaria, exquisita y un poco despistada incluso viendo una película con dos de sus empleados.
Estando sentada elegantemente en el sofá de tu sala con Ayo y Casano a tus costados, prestándole atención a la película de terror que tu tele de pantalla plasma proyectaba enfrente de todos. Observando con lujo de detalle como mataban a la millonaria rubia del grupo de una manera sexualizada, notándose tu enfurecimiento por aquello al transformarte en la diosa de los vientos y gritar con furia.
–¡NO PUEDO CREERLO! ¡¿POR QUÉ SIEMPRE MATAN A LA RUBIA BONITA Y RICA?! ¡SÉ NOTA QUE LO HIZO UN HOMBRE FANÁTICA DE LAS POBRETONAS SIN GRACIA!
Provocando que los ojos de tus acompañantes rodaran de fastidio, hablando serio Ayo por tu acertado comentario.
–Es sólo una película, señorita Ring Ring, así que ya bájele y póngale atención a la cinta.
–Sí, sólo es una película, a usted no la van a agarrar como a la chica rubia. Por qué no está en la cinta y no es rubia, ese tipo de gente no agarra a nadie que no sea de pelo claro como su piel.
El último comentario de Casano te hizo enojar aún más, pues tu tenías el pelo claro como tu piel y eras más bella que cualquier rubia. Por lo que el que hayan dicho eso a esas alturas de la película, no te ayudaba absolutamente en nada para tranquilizarte.
Sí no que, por lo contrario, eso hizo que te diera miedo todo y ya no quisieras ver la película que se proyectaba en frente tuyo. Así que te levantaste engreídamente, diciendo con una seguridad que en realidad no sentías.
–Saben que, yo ya me aburrí, así que me voy a mi habitación a dormir porqué mañana tengo clases. Sí ustedes se quieren quedar a ver la película, sólo no hagan ruido, ¿queda entendido?
–Sí, señorita Ring Ring, que tenga dulces sueños.
Respondieron los dos castaños al unísono, ignorando por completo tu estado de humor enojado y temeroso. Sin enterarse también de que tenías toda la razón de temer, porque sabías el potencial de tu belleza, tu piel tersa y tu perfección.
Lastimosamente ellos no lo apreciaban, mucho menos el idiota de Garu que te tenía tan cerca. Ya que ninguno de ellos te merecía, yo era el único que te podría hacer feliz como tú te lo merecías.
Pero tú no lo sabías o preferías ignorarlo, aunque eso muy pronto cambiaría en unos días. Sólo tenía que esperar, mientras tú te dirigías a tu habitación que te ofrecía el Dong King molesta de que te ignoraran tus empleados.
Empezando a sentir más miedo que cuando veías la película, cerrando la puerta de tu habitación y mirando para todos lados. Pues te comenzabas a sentir vigilada por alguien, aunque no sabías por quien o porque te vigilarían.
Decidiendo acostarte en tu cama rápidamente, segura de que nadie te tocaría sí estabas en tu casa con las puertas cerradas y tus empleados haciendo guardia. Comenzando a temblar de miedo en tu misma cama, mientras te repetías como un mantra para poder dormir con tranquilidad.
–Estaré bien, nadie me vigila. Estaré bien, nadie me vigila. Estaré bien, nadie me vigila.
Fue así que te quedaste dormida, mientras yo me alejaba de tu casa con cuidado. Esperando que nadie se diera cuenta de mi estancia en el lugar, aunque sabía que nadie sospecharía de mí por ser el don nadie de la aldea y sólo una burla para todos.
000
Luego de días de estarte vigilando, me atreví a ir por ti. Pero primero tenía que esperar a que se hiciera noche, mientras te vigilaba en todo momento para encontrar la hora indicada.
Observándote hablar con Chief durante la salida del colegio, detalle que a mí no me gustaba porque te quería solo para mí. Pero no lo sabías, no te querías percatar, no me notabas y cuando de casualidad me veías te burlabas de mí, aun así, no te guardo rencor porque tú eres perfecta y yo no lo soy.
Y consiente de ese hecho, por eso mismo hice mi plan infalible. Pues una vez que estuvieras conmigo, jamás podrías rechazarme y verías mi valía de una vendita vez.
Pero mientras eso pasaba como quería, escuchaba lo que Jing Jing te decía desconcertada. Paradas ambas enfrente de la pared a lado de la puerta, mientras todos salían de la escuela de Sooga poco a poco.
–¿Crees que alguien te está vigilando?
–Sí, yo lo siento y sé que está pasando.
Respondiste con una seguridad que te daba miedo, mirando a Chief con el ceño fruncido, volviendo hacer ella una pregunta seria.
–¿Está bien, Ring Ring, ¿desde cuándo lo sientes?
–Desde hace cinco días atrás, luego de que Ayo, Casano y yo viéramos una horrenda película de terror, en donde matan a la rubia tonta y millonaria de una forma sexualizada.
Volviste a responder con firmeza, cruzando los brazos en tus perfectos pechos, mientras esa horrenda vagabunda te soltaba indagando en tu persona.
–Ah, ya veo. ¿y no serán tus nervios los que te tienen así?
–No, Jing Jing, yo sé que me están vigilando, lo siento en cada paso y en cada lugar en el que yo voy.
Moviendo tus manos en nerviosismo, después de soltarle aquello con un toque de pánico. Pues ya era inútil intentar ocultar el miedo que sentías, a esas alturas ya no te importaba lo que la vagabunda dijera de ti.
Aunque querida Ring Ring, tu no tenías por qué tener miedo. Ya que sólo era yo quien te vigilaba, aquel niño torpe que no se podía acercar a ti, que sólo podía mirarte desde lejos, que por su timidez sólo temblaba, que no era suficiente para ti y que era tan pobre como para llegar a tu altura.
Claro que tú no lo sabías ni lo sabrías pronto, pero cuando lo supieras te llenarías de alegría al igual que yo lo estoy. mientras tanto, yo escuchaba lo que Jing Jing te decía con seriedad y resignada por tu terquedad.
–Está bien, Ring Ring, ¿y por qué no le dices a Garu para que te cuide? ¿Además, ¿Quién podría seguirte y vigilarte como dices?
–¡JING JING, VAMONOS, QUE NOS ESPERAN NUESTROS NINJAS!
Vociferó Tobe con autoridad, haciendo que los ojos de Chief brillaran de emoción y anhelo. Dando un brinquito de emoción, mientras tu fruncías el ceño aún más y le cuestionabas molesta.
–Chief, ¿qué pasará con mi asunto?
–Piensa en lo que te dije y dile a Garu para que sea tu guarda espalda.
Te mencionó Jing Jing alegre, corriendo hacia Tobe con enorme velocidad y emoción inmensa. Abrazándolo y besándolo en los labios con mucho amor, para después irse con él tomados de las manos.
Suspirando tú por la escena romántica que viste frente a ti, tornándote triste porque tú y Garu no eran los que protagonizaban esa escena de noviazgo tan hermosa que habías visto. Un detalle que a mí me molestaba de verdad, pues yo era el único que merecía estar contigo y demostrar esas escenas de amor de noviazgo.
Pero que esta vez dejé pasar como si fuera nada, ya que pronto serías mía y jamás volverías a pensar en ese odioso ninja. Así que por ahora yo dejaría que pensaras quien te vigilaba y soñaras con ese imbécil, mientras caminabas por la calle hacia tu casa y te decías reflexiva.
–Eso es verdad, para quejarme de alguien tengo que pensar quien podría ser el que me vigila. Aunque bueno, soy tan popular que quien sea podría espiarme.
Empezando a enlistar los que te podrían vigilar, mientras tus tacones seguían repiqueteando por el lugar en donde pasabas.
–Ayo: podría ser una posibilidad, pero a él le pagan bien y jamás tendría buen gusto como para vigilarme a mí.
Poniendo una mano en tu mentón para pensar mejor, observando con temor a cada lado en donde pasabas, al volver a sentir que alguien te vigilaba.
–Casano: él es otra posibilidad, pero él está loquito por la insulsa Pucca, que jamás tendría ojos para una belleza como yo.
Parpadeando una y otra vez con confusión, para decir seria con el ceño fruncido.
–Garu no podría ser, porque eso no sería honorable y casi no tiene tiempo para él por culpa de Pucca. Y sí lo hiciera, su presencia no sería desagradable, como la que siento ahora mismo al caminar.
Lo último que dijiste me había puesto triste, pero sabía que cuando estuvieras conmigo no pensarías eso, así que te seguí escuchando con completa atención.
–Abyo: no, no, ese chico tampoco sería, porque es muy idiota y sólo le interesa el kun-fu.
Golpeándote la barbilla con desesperación, al no tener idea de quien podría ser. Continuando con tu sugerencia interminable, que no parecía llevarte a ningún lado.
–Soso: na, él es muy pacifista para eso. Dada: Ay, no, el sólo es un perdedor. Dandy: él es raro, pero no se atrevería a tanto. Pucca: aunque me tiene envidia, no haría eso porque solo piensa en mí amado Garu. Ching: ella tampoco, ¿cómo podría hacerlo sí sólo es una campesina tonta? Hwayo: no, ella sólo es una florista, así que no podría hacer eso. Tobe: él tampoco podría ser, ya que sólo piensa en derrotar a Garu. Y Chief tampoco podría ser, porque ella es muy torpe, al igual que Payaso y Shaman.
Entrando a tu casa con nada en concreto, hecho que te hizo enojar, entristecer y tener mucho más miedo de lo que ya tenías. Pero disimulaste para seguir con tu día normal, continuando con tus actividades diarias hasta que llegó la hora de dormí.
Y de la misma manera de cuando empezaste a tener miedo de todos y de todo, cerraste las puertas, ventanas y cualquier abertura que pudieran usar para meterse a tu casa a secuestrarte. Lo único que no pensaste, es que aquel chico que creías que era un perdedor don nadie.
Era el mismo que vendría por ti en la noche, tocando la puerta del Dong King con fingida timidez. Siendo recibido por Ayo con grandiosa gentileza, aunque estaba sorprendido por mi visita nocturna y se notaba a leguas.
–¿Tú que haces aquí?
–Oh, pe-perdón por molestar, A-Ayo. Pe-Pero es que le presté unos apuntes a Casano de la escuela y necesito que me los regrese, s-sé que es tarde para eso, pe-pero es que luego se me olvida. A-Así que, ¿pu-puedo pasar a verlo en su cuarto?
Tuve que mentirle a Ayo, porque no tenía otra solución para ir a verte y mentir de esa manera era la única forma que encontré para ejecutar mi plan. Y bueno, como era yo Ayo me creyó al instante.
Sonriéndome de lado a lado convencido de mis palabras, para así hablarme con seguridad y abrirme la puerta del Dong King de par en par. Ya que a un (perdedor y tonto) como lo era yo siempre había que creerle. Porque jamás podría mentirle a nadie, aunque deseara hacerlo con todas sus ganas, ¿verdad, Ring Ring?
–Ah, es eso, entonces sí puedes pasar. El cuarto de Casano está subiendo las escaleras hasta el fondo, porque los primeros tres cuartos son de Dong King, Ronnie y Ring Rin, aunque dudo que te pierdas porque cada habitación tiene el nombre de los que viven aquí.
–En-Entiendo, gra-gracias, A-Ayo.
Dije nerviosamente, fingiendo una vez más para que siguieran creyendo que era el mismo de siempre. Que ingenuos eran en verdad, creer que yo era el mismo de siempre era una ventaja para mí y una estúpida desventaja para ustedes.
Así que pasé con vergüenza fingida al Dong King, caminando hacia las escaleras con paso inseguro bastante ensayado. Mirando hacia todos lados con mis ojos negros, mientras pasaba mis manos nerviosamente por mi cabello rubio que ya estaba bastante despeinado.
Un detalle también parte de mi actuación, que dejé de hacer cuando terminé de subir las escaleras del restaurante Dong King y ya nadie me veía. Soltando de mis labios una sonrisa que se podía decir que era psicópata y enfermiza, para así proceder a tirar una bomba que dormiría a todos los que estuvieran en el restaurante con excepción mío.
Entrando a la habitación tuya que estaba en medio de tu padre y tu hermano, oyendo el rechinar de tu puerta mientras la habría con cuidado. Tomándome mi tiempo para estar contigo de una vez, sabiendo de sobra que nadie me lo impediría y que tú no te despertarías por la bomba que lancé.
Abriendo la puerta de tu habitación por fin, para llegar a tu cama con una rapidez impresionante. Tocando desde tu cabello azul suelto, hasta todo tu perfecto y bello cuerpo, diciendo con devoción por tenerte tan cerca de mí.
–Oh, Ring Ring, por fin te tengo solo para mí con tu perfecta figura, tu bello cabello y reluciente personalidad. Que, aunque nadie te aprecia, yo se lo genial que eres y el potencial que tienes dentro y fuera de ti.
Cargándote en mis brazos con rapidez, pues yo era fuerte, aunque nadie me lo creía y dudaban de mí por ser un simple lavador de platos. Aun así, aquellas horrendas ofensas ya no me afectaban.
Solo me importaba tenerte conmigo y esa tarea ya la había cumplido, por lo que sonreí con alegría y apretándote contra mi pecho. Llegué a mi hogar en el que nadie sabía su localización, metiéndote en el sótano de mi casa, acostándote en una cama que había comprado para ti, tapándote los ojos con una venda blanca y así esperar a que te despiertes.
Aunque en realidad no tuve que esperar mucho, pues de un momento a otro te levantaste rápidamente y empezaste a gritar. Haciendo que diera un brinco por el susto, mientras me deleitaba con tu figura envuelta en un pijama rosado con azul.
–¡AAAAAAAAAHHHHHHHHH! ¡¿DONDE ESTOY?! ¡¿Quién ME TRAJO AQUÍ?! ¡¿QUIEN ES EL QUE ESTÁ ALLÍ?!
–Ay, Ring Ring, soy yo, ¿no me recuerdas?
Pregunté burlón, sabiendo de sobra que distinguirías la voz del que considerabas un completo perdedor. Viendo como ponías las manos en tus apetitosos labios, tartamudeando por primera vez por mi presencia.
–Da-Dada, ¿E-Eres tú?
–¡BINGO, RING RING! Has adivinado, soy tu querido Dada. Pero hay un detalle, no se responde una pregunta con otra pregunta. Ya que eso es para tontos y tú no lo eres, primor.
Te solté sonriendo, sujetando tu barbilla con delicadeza. Mientras tú te ponías más nerviosa y temerosa, riendo forzadamente ante mi contacto y creer que todo era una broma.
–¡JA, JA, JA! Está bien, Dada, perdón por responderte con otra pregunta. Pero esta broma se está pasando de lanza y esto ya no me está gustando, así que, que tal sí mejor me sueltas y olvidamos todo esto.
–No lo creo, Ring Ring, hoy y siempre serás toda mía.
Acercándome a ti alegre de tenerte, mientras se dejaba oír tu angelical voz gritando por piedad.
–¡N-NO, DA-DADA! ¡N-NO ME HAGAS NADA! ¡P-POR FAVOR, N-NO ME TOQUES? ¡AAAAAY! ¡A-ALEJATÉ! ¡A-ALEJATÉ! ¡A-ALEJATÉ!
.
.
.
30 de octubre de 2022.
Nota de la autora.
Relato de terror número 3, ya está subido para todos ustedes. Y aunque este tampoco tiene mucha sangre, de verdad espero que lo disfruten y sí les gustó pónganlo en sus favoritos, comenten y síganlo sí Gustavo.
Con esto dicho, adiós gente desconocida de fanfiction, nos vemos mañana con un relato nuevo