HISTORIA DE UNIVERSO ALTERNO, LOS PERSONAJES DE RANMA 1/2 NO ME PERTENECEN, SINO A RUMIKO TAKAHASHI
¡Hola!
Acá les traigo una historia nueva para mi participación en la página de Facebook Mundo Fanfics Inuyasha y Ranma para la #Dinámica_del_amor #Nuestra_primera_vez
Por cierto, gracias por la invitación =D
- Los personajes hablan: aaaa
Pdta: Disculpen cualquier error que se me haya podido escapar…
Sin más disfruten
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CAPÍTULO XII
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Pasó lo que tanto sospechaba.
Suspiro de camino al trabajo de Akane, es decir a mi ex trabajo.
Ayer en la noche Akane comenzó a estornudar mucho más y aunque la señora Mey con sus mates y a regañadientes, Akane se abrigó más, debo decir que ya era algo tarde, pues Akane ya realmente estaba para poco.
Vuelvo a suspirar, pues le dije a Akane que se quedara hoy en casa a guardar reposo, ya que hoy en la mañana despertó aun peor de lo que estaba anoche; sin embargo, y sabiendo lo terca que es, además de mencionar de que tan solo le faltan menos de cuatro días, casi tres, en su pasantía, fue de todos modos a trabajar hoy y ahora yo aquí yendo a recogerla durante el horario de trabajo, pues el resfrío se puso mucho peor en el transcurso del día.
Ya casi es medio día y normalmente Akane llega al trabajo para las ocho de la mañana que es su ingreso.
Lo más incómodo de todo, es que me llamó la persona menos pensada, es decir, su recién llegado jefe, el que está ahora en mi ex puesto.
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Al llegar, pregunto inmediatamente por el actual jefe de Akane… ese tal abogado Shisosuke o Shinuke, Eunuco mejor o lo que sea, pero de apellido Sao…
No sé por qué me suena ese apellido… sé que es mi actual apellido ante Akane, pero aun así, tiene algo que me llama la atención y no sé por qué… solo espero que no me traiga problemas, ya que por mi mentira… no pensé que alguien llegara con ese apellido inventado o mejor dicho, recortado por mí.
Pregunto por ese abogado, se comunican con él por teléfono y me autorizan ir hasta su oficina… mi ex oficina y despacho.
Intentan indicarme cómo llegar; sin embargo, les agradezco y comienzo a caminar solo, pues no por nada estuve trabajando casi diez años en este lugar.
De cierta forma, siento nostalgia, pero eso no me quita mi pensamiento principal, el cual es recoger a Akane y llevármela a casa, ya que según me contó ese abogado por teléfono, es que está muy mal, lo cual me preocupa demasiado, aunque no me quita el mal sabor de boca que me hizo pasar ese abogado, ya que pensó que Akane era mi… mi hija.
Suspiro frustrado.
Ya que al parecer, con lo poco que me dijo el mismo, justo antes de que Akane no pudiera hablar… ella misma marcó mi numero para que el hablara conmigo.
Realmente fue desagradable, pues pude sentir en sus palabras algo muy extraño y más aun en mi posición como supuesto padre, aunque lamentablemente no desmentí eso, ya que…
¿Qué más podía decir?
Oh no… no soy su padre… yo soy… soy… emmm soy un viejo que se está comenzando a enamorar de una linda joven….
¡¿Pero qué rayos estoy pensando?!
Aunque sea verdad y suene completamente absurdo, sinceramente… cada vez pienso y siento que es cierto… es cierto… pues me estoy enamorando de ella… de Akane…. Suspiro de nuevo. Me doy pena yo mismo, ya que eso no es posible… ya que Akane no me ve de esa forma… y tampoco lo hará… pienso apenado y no sé qué más ya que todo es extraño, pero a punto de llegar a mi ex oficina.
Estoy loco y desesperado, en serio.
Eso está mal…
Mejor dejaré que Akane diga que soy lo que ella estime por conveniente, pues no quiero hacerla pasar un mal rato o dejarla mal a ella.
Suspiro tocando la puerta de la que era mi oficina, la cual de pronto se abre mostrándome al sujeto que me llamó y no me agrada… para notar a Akane echada sobre el sofá de cuero blanco al parecer… con fiebre y con los ojos cerrados.
Parece estar muy mal… pienso sumamente preocupado.
Espero estarme equivocando…
¡Demonios!
¡Yo le dije que mejor se quedara en casa!
¡Pero esta mujer es tan terca!
Ay Akane…
- ¿Qué le sucedió? – le pregunto al abogado acercándome a Akane, la cual está echada boca arriba sobre el sofá de tres cuerpos marrón dentro de la oficina.
Su llamada fue realmente corta, en la que solo me dijo "Buen día, señor Tendo habla el abogado Shiosuke Sao,Akane está muy mal, por favor venga por ella y pude llamarlo porque ella le marcó para luego pasarme con usted. No demore, adiós."
Y yo solo pude coger las llaves de la camioneta y venir rápidamente.
- Pues Akane estaba recibiendo algunas notificaciones y de ahí comenzó a decir que se sentía mareada, hasta que casi se cae al suelo, posteriormente la ayudé a echarse sobre este sofá y luego comenzó a decir cosas a mi parecer inteligibles, ya que no las pude escuchar o entender bien, tomó su celular y marcó a alguien, el cual resultó ser usted señor. Ahora al parecer según nos dijo el del tópico, Akane tiene fiebre muy alta, lo cual genera que esté así media ida aunque al parecer dormida… debió quedarse en casa… - termina de decir el abogado este, aunque ahora le agradezco algo y con el que hasta ahora coincido en algo… Akane debió quedarse en casa hoy.
- Lo sé, se lo dije, pero ella quiso venir de todos modos… es tan terca… - digo resignado ya queriéndola cargar para llevármela a casa.
- Entiendo… eso es bueno y malo… pero ahora debe guardar reposo para que se mejore… seguro quiso venir, ya que según tengo entendido, esta es su ultima semana de su pasantía antes de que termine… - dice este abogado Shiosuke o lo que sea.
Bueno no me cae tan bien, ya que tiene algo que no me agrada, pero no parece ser un mal tipo o eso creo… aunque esto de leer a las personas muy pocas veces me ha fallado.
- Bueno, disculpe las molestias, gracias por la atención y la llamada, nos retiramos… - le digo con Akane en brazos.
- Ojalá Akane se recupere pronto… hoy es miércoles… - suspira y nos despide.
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Llegando al estacionamiento del Estudio, abro la camioneta y acomodo a Akane en el asiento del copiloto.
Le coloco el cinturón de seguridad, cierro su puerta y me dirijo a mi asiento.
Ya en el volante, enciendo la camioneta con la fe de que lleguemos pronto, ya que hacer cama es lo que necesita ahora mi terca copiloto.
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Ya en su habitación, la señora Mey me hace retirar de la misma, indicándome que tiene que cambiar a Akane para poder acostarla en su cama.
Incluso descaradamente me preguntó si quiero ayudar, a lo que solo creo que me sonrojé furiosamente cual adolescente y obtuve una risa por parte de la señora Mey.
¡¿Qué rayos fue eso?!
Ahora estoy acá esperando que me abran la puerta para poder pasar.
Al poco tiempo, la señora Mey abre la puerta y encuentro a Akane enfundada en su pijama amarillo de cerditos negros, con una compresa de hielo sobre su frente. Me doy cuenta de que solo queda una más.
La señora Mey me indica que se retirará para traer más compresas, ya que le colocó una compresa antes, la cual se derritió por su alta temperatura corporal, la cual, es de 39 grados centígrados.
Me siento muy preocupado, por lo cual llamo al médico de siempre; sin embargo, no responde mis llamadas. La señora Mey regresa al poco tiempo y me indica que es un fuerte resfriado y que esté tranquilo, ya que solo con uno o dos días de cama, ella estará mucho mejor, algo que sabe pues un tiempo muy lejano atrás, yo resfriaba de forma parecida.
Vuelve a retirarse la señora Mey, dejando más compresas de hielo, diciendo que le cocinará una sopa para Akane, dejándonos solos.
Al quedarnos solos, yo solamente puedo velarle el sueño sentado al costado de su cama sobre un pequeño banco de su habitación, además de cambiarle las compresas para cuando noto que se van derritiendo, aunque al parecer, la fiebre ha bajado un poco.
Solo puedo respirar un poco aliviado, pero aun así, preocupado por ella, por Akane.
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Ya siendo de noche, y ya habiéndose despedido la señora Mey, aunque a regañadientes, pues no quería retirarse, sigo aquí velando el sueño a Akane y vigilando sus compresas, las cuales ahora duran más felizmente, ya que la fiebre de Akane cedió según el termómetro, bajó de 39 a 37 y medio grados, lo cual es un alivio.
Pese a ese alivio, debo estar pendiente de Akane, pues no vaya a ser que se le vuelva a subir la fiebre.
Aunque ahora que le cambie las compresas de hielo cada cuatro horas, es un gran avance.
La observo y parece estar mejor. Suspiro más aliviado aun, pues hasta su respiración está más regular; sin embargo, le llamaré la atención al médico, aunque pensándolo bien… él no sabe de lo sucedido… expresamente mejor dicho, lo que me ha sucedido… me creería loco, creo que alguien allá arriba previo eso, por eso es que felizmente no tomó mi llamada.
Observo más detenidamente a Akane y me doy cuenta de que pese a lucir decaída y hasta algo pálida, sigue siendo igual de hermosa… hermosa… ese adjetivo nunca lo había usado de esta forma… aunque es gracioso que hasta ahora realmente lo note, o quizá solo lo ignoraba o no lo sé… pues Akane… Akane siempre ha sido hermosa… con esos enormes ojos chocolates expresivos, adornados por espesas y largas pestañas oscuras… que se encuentran debajo de estas delineadas cejas oscuras, esas mejillas ahora pálidas pero en ocasiones con algo de rubor, esa nariz respingada… y esos labios rosas carnosos…
Estoy por cambiarle nuevamente la compresa que tiene casi derretida por una nueva, cuando se la retiro la que tiene y sin poder evitarlo, le doy un beso en la frente. Quizá fue algo atrevido, pero… es que Akane pese a sacarme de quicio con su terquedad… también me provoca… ternura y algo en mí que provoca querer protegerla…
Le coloco la nueva compresa sobre su frente y sin pensarlo…, sucede algo más… algo… que no pensé que sucedería… o ¿Sí? Al menos quizá así no… no lo sé… ya que atraído como un imán al polo opuesto de otro o una abeja a la flor la buscar el néctar y luego tener miel… sin poder evitarlo… bajo mi rostro un poco más abajo del suyo, aunque exactamente no sé en qué momento me acerqué así a ella… cuando me acerco a sus apetitosos labios… y dejo un fugaz y suave beso sobre ellos.
Mi primer sentimiento es de felicidad, pero luego caigo en cuenta de la triste y cruel realidad…
Rápidamente me separo de Akane, pero sin despertarla, sintiéndome culpable, pues…
¡¿Cómo pude ser tan ruin de hacerle esto a Akane?!
¡Akane jamás sentiría algo así por mí!
¡Fue en contra de su voluntad!
¡Ella está inconsciente!
Soy de lo peor…
Aun así… aunque solo haya sido un breve contacto… y siento que esto estuvo mal… no puedo quitarme el sabor de sus labios y el recuerdo de los mismos…
Definitivamente... soy despreciable… lo soy.
Bajo la cabeza adormilado apoyándome sobre su cama, ya que es algo tarde y me siento cansando, además y sobre todo culpable… aunque curiosamente sin arrepentimiento… lo cual es muy contradictorio…
Akane… ojalá algún día pueda decírtelo… pero ahora con el sabor de un beso tuyo… o mejor dicho de tus labios… puedo confirmar mis sospechas… sospechas que tenía miedo de confirmar… aunque pese a ello, me hace sentir eso bien… pero a la vez mal y culpable…
Ay Akane… poco a poco me fui enamorando de ti… no soy consciente del momento exacto… pues creo que me daba cuenta o mejor dicho creo que no me quería dar cuenta de las cosas… pero ahora si estoy seguro, lástima que… eso sea malo, pues… no quiero arrastrarte a esto… no puedo obligarte a que me ames… no puedo obligarte a nada… aunque que te haya besado así… me hace sentir muy culpable… pues no era la forma… aunque no puedo regresar el tiempo atrás…
Sin querer e inconscientemente con esos pensamientos de culpa, miedo y hasta algo de enojo, entre otros sentimientos negativos… cierro mis ojos al menos por un momento.
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Abro los ojos y noto que es de noche y que estoy en la que es mi habitación desde hace unos meses.
Me siento algo extraña, pues últimamente he estado teniendo sueños muy raros y a veces, aunque hoy más, hasta vívidos, algo muy curioso, pese a ello, solo son sueños agradables y algo extraños a la vez.
Solo espero no hablar de dormida, pues puede ser algo vergonzoso.
No recuerdo mucho la verdad, solo que fui al estudio, aunque ya no me sentía muy bien que digamos, pero aun así, fui, ya que el señor Ra y la señora Mey no querían que fuera, pero aun así lo hice, pues ya es mi ultima semana en la pasantía, lastima que luego recuerdo haberme sentido mal estando ahí mismo.
Luego de eso, no sé como pero ahora estoy en casa, aunque algo más temprano tengo recuerdos borrosos de haber comido algo ligero, caliente, pero rico y ahora ya es de noche.
Me siento sobre la cama y siento la presencia de alguien más.
Algo asustada volteo y noto al señor Ra acomodado como pudo al parecer entre un banco y apoyado sobre mi cama.
Me siento completamente mal de verlo así.
¡Cuantas molestias le estoy provocando la señor Ra!
Me siento muy culpable.
¿Qué hace el señor Ra a estas horas aquí?
Aun pese a ello, me dedico a mirarlo… pese a su edad… es un hombre atractivo…
¡¿Pero qué rayos estoy pensando?!
Me asusto de mis pensamientos… aunque… realmente esa es la verdad… tendría que ser ciega para no notarlo…
Graciosamente estoy comenzando a pensar de que me gustan las personas mayores que yo… ya que mi primer y único novio… era mayor que yo en dos años… luego me gustó un maestro… posteriormente me gustó mi ex jefe… el idiota, ogro mujeriego del abogado Saotome y ahora… ahora… no, no, puede ser…
O ¿Sí?
¡¿Pero qué rayos están pensando Akane?!
Creo que estoy confundiendo las cosas… eso creo… no sé por qué pero…. Pero me siento algo confundida… sobre todo desde esa vez cuando fuimos a ver a mi padre… cuando evitó que me cayera al suelo … cuando me sostuvo entre sus brazos y nos quedamos viéndonos… realmente sentí muy extraño…
O ¿Serán solo ideas mías?
¿Qué hubiera pasado si mi padre no hubiera llegado en ese momento?
¿Qué hubiera pasado?
Lo muevo tenuemente, tomándolo de los brazos que ahora son como su almohada, hasta que reacciona y me mira…
¿Asustado?
- Señor Ra… ¿Está bien? ¿Por qué no está en su habitación? – le digo preocupada, pues es tarde.
- Akane… ¿Cómo estás tú? ¿Te sigues sintiendo mal? Dime como te sientes – me pregunta y dice rápidamente y preocupado al parecer.
- Yo… me siento mejor… ay señor Ra… qué pena con usted… discúlpeme… ¿Me puse peor no es así? Perdónenme por no hacerles caso… es que yo… - digo totalmente apenada.
- Tranquila… sé que querías disfrutar tu última semana de pasantía… pero no debes exponerte si te sientes mal… me… nos tienes muy preocupados… tenias una fiebre muy alta… el abogado con el que trabajas habló conmigo… - me dice preocupado y algo alejado de mí ahora.
- Lo siento… - digo mirando mi regazo.
Sigo mirando mi regazo, cuando siento que me toma del mentón y levanta mi cabeza para que lo mire al parecer.
- No te preocupes Akane… a veces son solo cosas que pasan… más bien yo… yo… olvídalo… ¿Segura que te sientes mejor? ¿Necesitas algo? - dice algo atropellado.
¿Qué me habrá querido decir?
O quizá… ¿Era algo que no vale la pena escuchar?
Mejor no lo molestaré al señor Ra con preguntas que puedan ser tontas… se le nota cansado… y seguro es mi culpa…
- Yo… ya me siento mejor… aunque al parecer algo débil… - le respondo.
- Entiendo… creo que todo el día de mañana harás cama… quizá para el viernes puedas ir…es algo necesario Akane… eso te ayudará… pues tenías la temperatura muy alta… debes cuidarte al menos mañana más… - me dice apaciblemente.
- Sí… creo que si… - digo resignada y algo triste, pues planeaba que seria una buena semana, no contaba con que me enfermaría justo en esta semana y faltaría, además de lo de hoy.
- Tranquila… - me dice levantándose del banco en donde se encontraba sentado.
- Vaya a descansar… - le digo, pues necesita dormir. Son más de las dos de la madrugada.
- Pero… Akane… puedes necesitar ayuda…- me dice preocupado.
- Pero nada…prometo llamarlo desde mi celular de ser así… ahora vaya a su cama y descanse algo… ya que por mi culpa no pudo hacerlo… - le digo realmente sintiéndome culpable.
Después de tanto insistir… me levanté despacio para ir al baño, ahí sentí realmente lo débil que me sentía y regresé a mi cama cayendo rápidamente en los brazos de Morfeo.
Solo espero no seguir siendo una molestia para el señor Ra.
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Abro los ojos y me percato de que ya es un poco más de medio día, exactamente son las dos de la tarde.
¡Nunca antes había dormido tanto!
Me levanto algo asustada y avergonzada.
Lo malo que al hacerlo, me siento algo mareada, lo que me obliga a sentarme sobre mi cama de nuevo.
Al poco siento un golpe en la puerta, por lo que digo adelante, dándome con la sorpresa de que es la señora Mey con lo que parece ser mi almuerzo y detrás de ella el señor Ra, al cual no sé pero noto algo extraño.
¿Será por lo que no ha podido dormir bien por mi culpa?
Eso me ace sentir nuevamente culpable…
- Buenas días señorita Akane… - me saluda la señora Mey.
- Buen día señora Mey y muchas gracias… - le digo algo avergonzada y agradecida.
- Oh, no se preocupe… en realidad solo le hago la comida… el cuidado prácticamente lo hace el joven Ra… - dice la señora Mey amablemente, lo curioso es que creo…
Que el señor Ra está… ¿Sonrojado?
Ok… creo que estoy viendo mal… o ¿No?
- Ejem… Buen día Akane… ¿Te sientes mejor? – pregunta el señor Ra preocupado, pero insisto… algo extraño.
- Si… y todo gracias a ustedes… disculpen por preocuparlos… y muchas gracias por los cuidados… - digo muy agradecida y avergonzada a la vez.
- Me alegro…- dice el señor Ra.
- No es nada… - quiere decir algo más la señora Mey, pero suena el timbre de la casa indicando que alguien ha venido, por lo que se retira rápidamente disculpándose, dejándonos solos al señor Ra y a mí.
Al mirarlo… no sé, pero no puedo aguantarle la mirada… ya que vienen a mí los pensamientos de la madrugada…
¿Qué me sucede?
Creo que estas confundiendo las cosas… me reprendo mentalmente a mí misma.
Levanto la mirada con temor y noto que el señor Ra mira por la ventana de mi habitación hacia el jardín.
Lo miro algo curiosa, cuando a raíz de mis sueños locos vienen a mí preguntas… preguntas que considero quizá imprudentes, pero que igual quiero hacer…
- Señor Ra… - le digo logrando que me mire, aunque no sé. Pero los siento algo incómodo.
- Dime Akane… - me responde.
- Yo… yo tengo algunas preguntas… curiosidades… - le digo de pronto, pensando que puede tomarlo a mal, pero en su lugar, noto que se tensa o eso creo.
Creo que quizá mis pensamientos no estaban tan alejados ocmo realmente pensé que podría tomarlo o ¿No?
¿Será una forma de demostrar el desacuerdo o desagrado?
Al parecer se tranquiliza… y me dice…
- Claro… pregúntame lo que desees… ¿Ya nos tenemos confianza no? - dice al parecer más tranquilo que hace un rato.
- Si… es que… yo quería…
Quiero decir algo más cuando de pronto la señora Mey toca la puerta y hace su aparición.
- Oh… disculpen, pero han venido visitas…
¿Visitas? Dice mi mente…
Esto es extraño… después de estos viviendo aquí… nadie nunca había venido de visitas cayendo en cuenta… lo cual igual es algo raro…
No sé si esto sea bueno… o malo… después de todo… que alguien vea esta situación seria muy extraño…
Me siento nerviosa…
- La acompaño señora Mey… - dice el señor Ra saliendo de la habitación, quedándome solo con mi sopa de pollo y con más preguntas dentro de mi cabeza.
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¡Actualización!
Cosillas, cosillas y más cosillas… =O ¿Qué tal les pareció? Cuéntenme… =D amo leerlos a ustedes =D Espero lo hayan disfrutado.
Las cosas van tomando más forma ¿No creen...? o ¿No? xD
Muchas gracias por sus reviews, por seguir y agregar a favoritos este nuevo fic mío =D, especialmente a: Benani0125, gatopicaro831, Noriitha, Guest, Sandy, XXlalalulu, SARITANIMELOVE y Gyggicats, así como a todos los que me leen pero no me entero xD
Les cuento que estoy participando del #Sextember4 con mi ONE SHOT lleno de su limoncillo respectivo con una dosis extra de misterio y suspenso xD, se llama "UNA AVENTURA ES MÁS DIVERTIDA SI HUELE A PELIGRO…".
Actualizaré ni bien pueda…
Gracias por leerme… =D
Cuídense mucho y abrazos de oso virtuales!
Saludos desde Perú!
=)