Capítulo 5

-Wow, nada mal-

-Se ve desgastada, pero nada que no pueda arreglar la magia-

-El jardín es muy amplio, me gusta-

Mientras Venelana, Yasaka y Grayfia hablaban, Naruto dejó de escuchar y se centró en la estructura que se alzaba frente a ellos.

Una casa.

Una casa antigua, de grandes dimensiones, baja y ancha. Los muros estaban recubiertos de enredaderas que se enroscaban sobre sí mismas, y en algunas partes ya no se veía la piedra de la fachada; las plantas la habían recubierto prácticamente toda.

Cada objeto alrededor de la casa también había sido atrapado por las redes de la naturaleza, cubriéndolos con enredaderas y algunos otros tipos de vegetación, además de variados tipos de musgo en hermosos tonos verdosos. Cada minúscula parte del jardín había sido invadido de forma elegante y detallada, como quien crea una obra de arte.

La puerta principal estaba estreabierta, y más allá solo había polvo y tinieblas.

La casa era de Grayfia, y se hallaba en una parte del vasto territorio que los Maou le habían regalado como muestra de gratitud por su ayuda en la guerra civil.

-(Hmm)- Naruto cerró los ojos durante un largo rato y oyó el suspiro y el siseo de las hojas, el chirrido agudo de los insectos, y la distante conversación de los pájaros.

Era un ambiente muy relajante, a pesar del pésimo aspecto de la casa.

En eso sintió el toque caliente de una mano en su hombro. Abrió los ojos y vio a Venelana señalando hacia delante.

-Grayfia y Yasaka ya han entrado a la casa, vamos-

El ojiazul asintió y la siguió.

Naruto debía admitir que la impresión que daba la casa por dentro no era mejor que su exterior. El piso estaba todo cubierto de insectos muertos haciéndose pedazos de quitina iridiscente bajo los tapices de telaraña, y de polvo, tanto que no se escuchaban sus pasos, y las maderas de la escalera y del piso parecían tan viejas que un solo golpe podría destruirlas. Había una lámpara colgada de la pared, cerca de la puerta, que en otro tiempo habría debido alumbrar muy bien. A los pasamanos de la escalera les faltaban varias partes y algunos escalones estaban rotos.

Naruto sintió un escalofrío recorriéndole la espalda -(Este sitio se ve espeluznante...)-

Venelana sonrió mientras generaba en su mano derecha una pequeña bola flotante de fuego para iluminar los alrededores. Sabía perfectamente lo que estaba pasando por la cabeza de Naruto -Tranquilo, Naruto-kun, no tengas miedo, aquí no hay fantasmas-

El rubio se sonrojó de vergüenza y volvió la cabeza bruscamente hacia ella -¿Yo miedo a los fantasmas? Jajajaja, por favor...-

Venelana levantó una ceja, dándole a entender que no le creía.

Naruto suspiró internamente, y apartó la mirada de Venelana. En su intento de salvar su orgullo se había olvidado de que ella sabía todo de él, conocía su fuerza, su debilidad, sus secretos, y sus miedos más claros... Eso era algo que todavía le costaba asimilar. -De acuerdo, lo admito, tengo miedo a los fantasmas porque no puedo defenderme contra ellos, son incorpóreos... mis puños no servirían de nada-

Venelana sabía muy bien que también había otro motivo por el que Naruto tenía miedo a los espíritus. El rubio había crecido solo, sin cariño, sin padres, sin familia. En su niñez, cada vez que tenía una pesadilla o en una noche de tormenta, nadie estaba allí a su lado para consolarlo. No había nadie que lo abrazara, nadie que alejara el terror de él y le dijera que todo estaba bien. De ese modo es muy difícil que alguien supere sus miedos. Pero por suerte para Naruto, él logró superar un poco su temor desde que comenzó a vivir junto a Hinata.

-(Hinata)-

Pensar en la ojiperla la hizo fruncir el ceño. Naruto y Hinata eran inseparables. Los dos estaban siempre tan unidos que era imposible encontrar a uno sin que el otro estuviera al lado.

-(Ahora mismo ella debe de estar muy preocupada por la desaparición de Naruto)-

Estaba emocionalmente confusa. Por una parte estaba triste por Hinata, pero por otra estaba feliz y enormemente agradecida por tener la oportunidad de estar con Naruto. Se sentía una mala persona, como si hubiese sido ella la causante de todo.

-(Ahora no es el momento para pensar en eso)- Venelana negó mentalmente con la cabeza, y le dio una pequeña sonrisa al ojiazul, que estaba haciendo un mohín, completamente ajeno a sus pensamientos -No te preocupes, como te dije antes, en esta casa no hay fantasmas-

El Uzumaki iba a decir algo, pero se sobresaltó al escuchar el ruido de unos pasos. Era Grayfia, que ahora se acercaba hacia donde ellos se encontraban.

-(Qué susto. Casi se me sale el corazón por la boca-ttebayo)-

La Lucifuge les hizo una señal para que la siguieran -Yasaka nos está esperando en la cocina, comenzaremos a revisar la casa por ahí-

Venelana cerró la puerta de entrada tras de sí, y alcanzó a Grayfia, caminando a su lado mientras iluminaba con la bola de fuego sus pasos -Grayfia, tu casa no está tan mal, con un poco de mano de obra volverá a lucir con todo su esplendor-

-Yasaka y yo, pensamos lo mismo. ¿Sabes?, esta casa la mandé construir hace unos cien años, y es la primera vez que vengo aquí desde entonces- Grayfia le dio una inperceptible sonrisa, y luego miró hacia atrás sobre su hombro, encontrándose con la mirada curiosa del Uzumaki -Naruto-sama, ¿te sientes cómodo con la nueva ropa que te traje?-

El rubio asintió mientras apartaba su mirada de ella, era incómodo que le llamara con ese honorífico. Se miró a si mismo. Su vestimenta anterior que no recordaba haber comprado jamás le quedaba muy grande y estaba hecha jirones como trapos, así que tuve que cambiarse de ropa. Ahora llevaba puesto una camiseta de algodón naranja sin mangas y un short negro.-Sí, es cómoda- Se llevó una mano al pecho y acarició un anillo que colgaba de un collar alrededor de su cuello, golpeteándolo con la punta de los dedos. Había encontrado ese anillo en el bolsillo trasero de su pantalón antiguo. Al principio no tenía idea de cómo había llegado a sus manos; no recordaba haberlo recibido o comprado; ni siquiera tenía recursos para hacer eso último. Pero, luego Venelana le dijo que esa sortija le pertenecía a una persona muy importante en su vida, y que tenía que tener mucho cuidado de no perderla. Confundido por sus palabras, hizo varias preguntas, pero ella sólo le respondía "que no era el momento".

-(Venelana se tomó la molestia de unir el anillo a un collar para llevarlo siempre conmigo... Me pregunto a quién pertenecerá-ttebayo)- El Uzumaki dejó de mirar el anillo y se centró de nuevo en las dos mujeres. De ahora en adelante iba a tener que convivir con ellas. Le parecía absurdo porque no había pasado ni dos días desde que las conoció...pero no tenía otra opción, estaba solo, en un lugar desconocido, en otra dimensión donde no conocía a nadie -(Si no fuera por ella, ya me habría escapado)- Fijó sus ojos en la espalda de Venelana. Por lo que había entendido, ella lo conocía gracias a unas visiones que tenía desde niña. Normalmente, habría estado reacio a creer y a hablar con una extraña, pero había algo en esa chica que lo hacia confiar en ella, sin contar que ahora, extrañamente, podía percibir de manera directa las emociones y sentimientos de la gente.

Venelana desprendía un desmesurado amor hacia él, Yasaka una devoción completa y absoluta hacia él, y Grayfia emitía gratitud y devoción hacia él.

No había rastro de ninguna emoción negativa hacia su persona.

-(Quizá no sea tan malo quedarse aquí... ellas no me miran con desprecio como los aldeanos)-

-Es aquí-

Los tres siguieron avanzando hasta el final del pasillo, a la derecha estaba una puerta cerrada, y a la izquierda la cocina que era sorprendentemente espaciosa: había una mesa de madera maciza en el centro de la pieza, pero no había sillas. Las hornallas se encontraban todas cubiertas de polvo y de telarañas. Refrigerador no había, y arriba en lo más alto se extendía toda una alacena vacía.

-Yasaka- Grayfia entró a la cocina, siendo seguida por Naruto y Venelana.

La rubia estaba parada delante de un ventanal que daba al jardín trasero, donde se filtraba la luz permitiendo que se vieran infinitas partículas de polvo flotando en el ambiente de la cocina, suspendidas como vías lácteas de estrellas titilantes.

Ella se giró hacia ellos, y sonrió -Naruto-sama, Venelana, ¿qué les está pareciendo la casa?-

El ojiazul se cohibió de nuevo por el honorifico, y desvió la mirada -No está mal...-

-Es mucho más grande por dentro de lo que parece por fuera- Venelana se acercó a Yasaka -¿Cuántas habitaciones hay en ella?-

-Once habitaciones en total- Grayfia se unió a ellas -Cinco arriba y seis abajo, sin contar el sótano y el desván-

En eso las tres mujeres comenzaron a hablar sobre los arreglos que le harían a la casa.

Naruto estuvo largo minutos apoyado junto a la mesa de la cocina, escuchando la conversación, hasta que se aburrió. Soltó un bostezo, y se dirigió hacia la entrada de la cocina -Iré a explorar la casa por mi cuenta-

-Espera Naruto-sama. Llévate esto contigo- Yasaka le sonrió y con un simple movimiento de su mano apareció una pequeña llama celeste que flotó rítmicamente hacia él -Con ella podrás ver mejor en la oscuridad-

El rubio la miró por unos segundos, y luego le dio una débil sonrisa -Gracias..-

Las tres lo siguieron con los ojos hasta que desapareció de sus vistas.

Yasaka exhaló un suspiro, y bajó la mirada al suelo con las orejas aplanadas contra su cabeza -Naruto-sama no parece sentirse cómodo conmigo...creo que no le gusto-

Venelana le dio una mirada tranquilizadora -No te preocupes... Solo dale tiempo, todavía eres una extraña para él. ¿Ya te olvidaste de cómo reaccioné yo cuando las vi por primera vez?-

-Sí, supongo que tienes razón- Yasaka exhaló otro suspiro, y miró de reojo a Grayfia -¿Cuánto falta para que lleguen?-

Grayfia entrecerró los ojos, pensativa -Deberían estar aquí en unos pocos minutos-

Venelana no pudo evitar ponerse nerviosa. Habia dos motivos por los cuales habían venido a este lugar: el primero, comprobar si la casa era aún habitable, y el segundo, encontrarse con el actual Lucifer.

El despertar de Naruto había generado un fuerte caos y miedo en el inframundo. Al momento de salir de su prisión de cristal, por unos breves segundos su chakra habia alcanzado un pico inimaginable, tan grande que la barrera que lo había estado protegiendo durante los últimos cientos de años no pudo hacer nada para ocultar su presencia.

Esa manifestación de chakra había durado tan solo unos pocos segundos, pero fue más que suficiente para que todo el inframundo fuera conciente de su presencia.

De la noche a la mañana, el bosque, un sitio ignorado por todos, se había vuelto el centro de atención de todo el inframundo. Pero ningún demonio tuvo las suficientes agallas de ir al bosque, ni siquiera los actuales Maous, ya que temían provocar la ira de quienquiera que fuese que había expulsado ese poder descomunal, un poder que eclipsaba con facilidad los suyos.

Grayfia no tuvo más opción que comunicarse con ellos para calmar la situación. Les explicó de forma muy vaga lo que había sucedido, y luego llegó a un acuerdo con Sirzechs y Ajuka de encontrarse en este lugar. Esos dos querían conocer a Naruto...querían comprobar en persona que el rubio no era una amenaza real para su especie.

-(Espero que no intenten hacerle daño)- Venelana no pudo evitar fruncir el ceño internamente ante aquella posibilidad -(Si intentan pasarse de listos con Naruto... los mataré, aunque me cueste la vida)-

En ese instante dos sellos de teletransportación se materializaron en el suelo de la cocina, brillaron intensamente y dos demonios aparecieron, uno tenía el cabello rojo y el otro verde.

Eran Sirzechs Lucifer y Ajuka Beelzebub.

El pelirrojo sonrió y levantó una mano a modo de saludo -Hola, Grayfia, cuánto tiempo sin vernos-

Grayfia se inclinó respetuosamente -Lord Lucifer, Lord Beelzebub, bienvenidos-

Ajuka respondió a su saludo con un movimiento de cabeza.

-Veo que sigues siendo muy formal- Sirzechs soltó una risita y miró a Yasaka -Hola, es un placer conocerte-

-Lo mismo digo-

El pelirrojo iba a saludar también a Venelana, pero se calló cuando vio su cara, su rostro se parecía mucho al de su madre -(¿Pero qué...?)-

Ajuka empezó a mirar a su alrededor -Entonces, ¿dónde esta él?-

Yasaka ladeó la cabeza -¿Con "él" te refieres a Naruto-sama? Está arriba, explorando la casa-

Los dos demonios levantaron la mirada y estrecharon sus ojos.

-Puedo sentir una fuerte energía, pero no es nada comparado con el estallido de poder que percibimos hace unos días-

-Sí...- Sirzechs se llevó una mano a la barbilla -Es como si su poder estuviera durmiendo o sellado- Miró a Grayfia -¿Podrías explicarme lo que está pasando?-

Grayfia observó a Venelana -Venelana..-

La joven asintió y dio un paso parándose frente a los dos demonios -Yo le explicaré todo lo que ha pasado, pero, primero, me gustaría presentarme, mi nombre es Venelana Bael-

Los ojos de Sirzechs se agrandaron cómicamente al escuchar su nombre.

...

...


-Un minuto antes con Naruto-

El ojiazul volvió sobre sus pasos, llegando al vestíbulo. -(Veamos qué hay arriba)- Se tomó del pasamanos de la escalera, y comenzó a subir con mucho cuidado, la llama estaba flotando delante de él a pocos pasos, iluminando el camino.

En la planta alta se encontró con solo un pasillo largo completamente devorado por la oscuridad. El papel de las paredes parecía muy degastado, dejando al descubierto la madera.

-(Creo que no ha sido buena idea explorar solo la casa)-

Observó por un segundo la infinidad del pasillo que se abría ante sus ojos. No había signo de ninguna ventana, y por lo tanto de luz.

-(¿Qué somos, leones o ratones?... Vamos a explorar esta planta)- Se animó a sí mismo mentalmente, y se internó en el oscuro pasillo, inclinando la cabeza y escuchando a medida que pasaba junto a cada habitación, intentando ver a través de las puertas medio cerradas. Siguió caminando hasta llegar al final del pasillo.

A su frente estaba otra puerta. La abrió, y se encontró con una escalera de madera.

-¿Otra escalera? Me pregunto adónde va-

Sin perder tiempo subió los escalones que crujían tanto que parecían gemir de soledad o de aburrimiento. Había que ir con mucho cuidado, porque a la baranda le faltaban algunos tramos. Los que permanecían en pie no eran de fiar.

Cuando llegó al último escalón, llevó la mano hacia la manija de la única puerta que había en el pequeño rellano, y empujó. La puerta rechinó y se abrió en un ángulo de cuarenta y cinco grados. Movió el interruptor que había en la pared pero la luz no se encendió. Lo movió un par de veces más sin conseguir resultados; la bombilla seguramente se había fundido. Sin embargo, la luz de la llama alcanzaba a iluminar el lugar.

Naruto dio unos pasos.

El desván era realmente espacioso. Disponía de una única ventana, un enorme tragaluz en el tejado que estaba tapado completamente por enredaderas; la estancia estaba casi vacía, salvo por una capa de polvo y algunas telarañas.

Naruto dio unos pasos por el desván mirando a su alrededor, la bola de fuego flotando detrás siguiendo sus pasos. -(No está mal. Me gusta. Más tarde le preguntaré a Grayfia si puedo quedarme con esta estancia y utlilizarla como mi dormitorio)- Se acercó al tragaluz para intentar abrirlo, pero en eso la bola de fuego se apagó de golpe.

En el desván reinó la oscuridad más absoluta.

-¡Oh, no. No me hagas esto-ttebayo!- Miró a su alrededor, asustado, pero apenas podía ver más allá de la punta de la nariz.

Entonces, un lamento desgarró la oscuridad. Sonaba como si alguien estuviera muriendo de alguna manera horrorosa en algún rincón del desván.

Naruto dio un paso atrás, y su espalda chocó contra la pared -(¿Q-qué fue eso?..)- El lamento se escuchó de nuevo, pero esta vez fue un llanto. Era un llanto desconsolado -(M-mierda)- Respirando con dificultad a causa del miedo, se dirigió a trompicones hacia donde pensaba que se encontraba la puerta -(¡T-tengo que salir de a-aquí!)- Tras dar varios pasos más en la oscuridad pudo escuchar nuevamente el llanto, pero esta vez a su lado, como si estuvieran llorando junto a él -Q-qué...- En eso, un ruido estático invadió de golpe su cabeza, similar al ruido de una radio con mala recepción o sin sintonizar. -(¡Tch!)- Cayó de rodillas y se tapó las orejas con las manos, mientras un intenso dolor le estrujaba los sesos. Cerró los ojos y apretó los dientes para soportar el dolor. -Joder...-

De pronto una brisa salida de no sabía donde arremolinó su cabello rubio, y luego una voz aguda y gutural le susurró casi justo en su oreja, arrastrando las palabras.

-No ereeees más que mi maaaarionetaaaa-

Y después de eso el dolor y el sonido estático desaparecieron de golpe. Naruto abrió los ojos despacio y vio frente a sí la bola de fuego flotando tranquilamente en el aire y brillando en la oscuridad, como si nunca se hubiera apagado.

-¿Qué rayos...?- Se irguió y se tapó la cara con las manos -¿Fue todo imaginación mía?- Estuvo un rato indefinido quieto y en silencio, tratando de tranquilizarse -(¿Qué me está pasando?)-

-¡Naruto!-

La voz de Venelana, llamándolo desde la planta baja, lo sacó de sus pensamientos.

-¡Naruto, ven aquí, hay alguien que quiere conocerte!-

-Eh..- El rubio dio una última mirada alrededor y se dirigió hacia la puerta -¡Y-ya voy!-

...

...


-¿Así que tú eres Naruto Uzumaki?-

El anterior nombrado sintió que una de sus cejas comenzaba a temblar con molestia bajo el escrutinio de las miradas de Sirzechs y Ajuka.

-Mucho gusto en conocerte, me llamo Sirzechs Lucifer- El pelirrojo le tendió la mano amistosamente -Grayfia y las demás nos han hablado mucho de ti-

El rubio dudó por unos momentos, pero estrechó la mano del pelirrojo.

Sirzechs observó fijamente sus ojos azules por unos largos segundos, y luego le sonrió, sacudiéndole el cabello con su mano libre. -Venelanatenía razón, no puedo ver dentro de ti ni una chispa de maldad-

Naruto lo miró confundido -¿Eh?-

Sirzechs soltó la mano de Naruto y miró a Venelana -¿Estás segura de que no es un ángel?-

-Él es 100 por ciento humano-

Sirzechs asintió para si mismo y palmeó las manos para llamar la atención de todos -Como muestra de amistad y de bienvenida a nuestra comunidad, me gustaría arreglar esta casa-

Los ojos de las tres mujeres se agrandaron, e inclinaron levemente la cabeza en señal de agradecimiento -Muchas gracias..-

-De nada- Sirzechs empezó a mirar a su alrededor -Esto no tomará mucho tiempo. En menos de un día este sitio volverá a su viejo esplendor. Ahora acérquense a mí, les llevaré a un lugar donde puedan estar hasta que esta casa vuelva a ser habitable...-

-Un momento Sirzechs- Ajuka interrumpió a su amigo, luego de estar un largo rato en silencio -Si me permiten, me gustaría llevar a Naruto a mi laboratorio para darle un chequeo-

Apenas terminó la frase, la temperatura bajó de golpe. Al instante, en un solo segundo, el piso se cubrió de escarcha blanca bajo los pies de los dos demonios.

Sirzechs agrandó los ojos alarmado, y miró a Grayfia -H-hey, t-tratemos de mantener la calma-

Grayfia ignoró al pelirrojo y se centró en Ajuka -Lord Beelzebub, espero que no tenga malas intenciones hacia Naruto-sama- Su voz era fría y a pesar de su tono tranquilo, denotaba enfado.

Al contrario de Grayfia, Venelana no tenía ningún problema en manifestar abiertamente su enfado, y actualmente todo su cuerpo estaba envuelto en un aura oscura y rojiza -No dejaré que ninguno de ustedes le ponga un dedo encima a Naruto-

Yasaka había reaccionado deprisa y se había colocado delante de Naruto, para protegerlo.

Sirzechs se puso pálido de miedo, y miró de reojo a su amigo -Mira lo que has hecho-

-Ah..- Ajuka parpadeó varias veces, dándose cuenta de que todos los presentes habian entendido mal sus palabras -Me temo que ha habido un malentendido. No quiero hacer ningún experimento con él. Sólo quiero saber los efectos que su cuerpo ha sufrido al viajar entre otras dimensiones-

Ninguna de las tres bajó la guardia. Naruto soltó un suspiro y dio un paso adelante -Chicas, tranquilas, él está siendo sincero, no percibo ningún sentimiento negativo-

Los dos demonios enarcaron una ceja al escuchar aquello. Al parecer el niño era capaz de sentir la hostilidad, odio y otras emociones negativas de cualquiera a su alrededor... una habilidad interesante.

Venelana entrecerró los ojos peligrosamente sin dejar de mirar a Ajuka -¿Qué piensas hacer exactamente?-

-Lo acabo de decir antes, también quiero averiguar el motivo de su rejuvenecimiento-

Naruto ladeó la cabeza -(¿Rejuvenecimiento?)-

Venelana exhaló un suspiro y bajó la guardia. Grayfia y Yasaka siguieron su ejemplo. -Está bien, pero nosotras iremos también, no lo vamos a dejar solo contigo-

Ajuka se encogió de hombros -No tengo ningún problema con eso-

...

...


Unos minutos después - Laboratorio de Ajuka

Naruto estaba sentado sobre la mesa del laboratorio, con las piernas cruzadas, mirando hacia Ajuka quien estaba parado frente a él. El demonio llevaba en su mano derecha un extraño aparato de pequeño tamañano, era dorado, tenía grabados extraños símbolos, y emitía constantemente agudos pitidos.

Estaba escaneando su cuerpo usando ese objeto.

-Hmm..- Ajuka acercó el aparato al pecho de Naruto, y empezó a hacer más ruido -Vaya, vaya, extraño pero interesante-

Venelana, Grayfia y Yasaka estaban apoyadas contra una pared del laboratorio, observando atentamente la escena para intervenir si el demonio intentaba hacer algo raro.

-¿Ese tipo todavía no está satisfecho? Ha estado inspeccionando a Naruto durante veinte minutos- Venelana soltó un suspiro de fastidio y reclinó la cabeza en la pared -No me gusta este sitio, quiero irme de aquí-

-A mí también no me gusta este lugar- Yasaka sintió un desagradable escalofrío en su espalda mientras miraba de soslayo el escritorio donde descanzaba una cabeza de zorro disecada, cuyos ojos inmóviles brillaban como si estuvieran vivos -(Espeluznante)-

-Tengan paciencia- Los labios de Grayfia se curvaron en una sonrisa sutil al escucharlas -Ya no debe faltar mucho-

-De hecho, acabo de terminar- Ajuka se encaminó hacia ellas, tenía una expresión feliz, como cualquier científico cuando descubre algo nuevo e interesante.

Yasaka se acercó a él -Entonces, ¿descubriste algo?-

-Sí... Tengo el placer de informarles de que Naruto no es 100 por ciento humano-

-¿Qué?- Venelana agrandó los ojos sorprendida y dio varios pasos hacia Ajuka -Eso... Eso es imposible. Estoy absolutamente segura de que Naruto es humano-

Ajuka negó con la cabeza -En su cuerpo he encontrado los mismo señales que tienen los humanos al transformarse en demonios... Aunque en su caso sería más exacto decir una transformación fallida-

Grayfia frunció el ceño -¿Podría ser más claro, por favor?-

-No sé exactamente cómo sucedió esto, pero alguien invadió su cuerpo..- Ajuka cruzó los brazos, y empezó a caminar de un lado a otro -Y en plena fase de su transformación, cuando su cuerpo estaba cambiando y moldeando, algo interfirió, interrumpiendo bruscamente su metamorfosis- Ajuka dejó de caminar y miró a Venelana -Si no fuera por mi invento, quizás nunca lo habría notado... Es muy tenue, pero Naruto tiene un aura demoniaca muy similar a la tuya-

Venelana sintió que una gota de sudor frío descendía por su sien. Volvió la mirada hacia Naruto que estaba ojeando una enciclopedia sobre dinosaurios que había encontrado en la pequeña biblioteca del laboratorio.

-De algún modo, cuando quedaste atrapada con él en el pilar, su cuerpo comenzó a absorver tu aura, y ese suceso, detuvo la transformación- Ajuka encendió el aparato y comenzó a inspeccionar a Venelana -Como lo sospechaba, tu aura también ha sufrido cambios, interesante-

-Entonces... su rejuvenecimiento se debe a eso-

Ajuka apagó el aparato y observó a Yasaka -Sí... Al fallar la transformación, su cuerpo rejuveneció para adaptarse mejor a toda esa cantida de energía, y no explotar como una bomba atómica- Se acercó a su escritorio y comenzó a escribir todo lo que había descubierto -Ahora Naruto es 40% humano, 40% de lo que sea que haya invadido su cuerpo, y 20% demonio, o sea es un híbrido-

Yasaka y Venelana se quedaron en silencio, asimilando las palabras de Ajuka

-¿Su amnesia también tiene algo que ver con esto?-

Ajuka dejó de escribir un momento para responder a la pregunta de Grayfia -Puede ser, pero normalmente la amnesia sucede por una lesión en el área cerebral, por el abuso de determinadas drogas; o por motivos funcionales, es decir, por factores psicológicos, como un mecanismo de defensa-

Venelana se mordió el labio inferior con inquietud, y miró de nuevo a Naruto -(Naruto, ¿qué diablos te ha pasado en la cuarta guerra ninja?)-

En eso, sin previo aviso, la puerta del laboratorio se abrió y entró Sirzechs -Ajuka, ¿terminaste lo que tenías que hacer?-

-Sí. He hecho varios descubrimientos interesantes, más tarde te mandaré el informe, ah y también tendremos que hablar con Zekram Bael, él nos ayudará a encontrar un modo para integrar a Naruto en el inframundo- Normalmente él no se esforzaría en ayudar a un desconocido, pero no tenía ninguna duda de que en el futuro Naruto se volvería una de las entidades más poderosas del mundo. Lo mejor para su especie sería tenerlo como aliado que como enemigo -(Este es sólo el primer paso para cimentar una sólida base sobre la cual erigir una fecunda alianza con él)-

El pelirrojo asintió a su amigo, pero luego enarcó una ceja al ver los preocupados semblantes de las chicas -¿Pasa algo?-

-No- Venelana negó con la cabeza y se encaminó hacia el rubio -Ven, Naruto, es hora de irnos de aquí-

El susodicho dejó de leer la enciclopedia, y miró a Venelana -Ya voy-

-¡Esperen! Antes de irnos quiero presentarles a alguien- La frase de Sirzechs estaba dirigida a todos, pero sus ojos estaban centrados en Venelana -Mi madre-

-¿Qué?-

-Ya puedes entrar, mamá-

Se escucharon unos pasos y una figura femenina entró al laboratorio. Era delgada, con pocas curvas, pechos pequeños, y su cara era una versión adulta de Venelana.

La anterior nombrada sintió su corazón detenerse -V-vivian...-

La madre de Sirzechs sonrió, mientras las lágrimas se formaban en sus ojos -Cuando mi hijo dijo que tenía una sorpresa para mí, no me imaginaba algo así- Ahora estaba llorando abiertamente -Venelana... Me alegra mucho de que sigas viva... hermana-

...

...


En el próximo cap habrá un salto de tiempo.