Respuesta a Reviews:
Dilan97: ¡Hola, muchas gracias por tu Review! Sobre lo que dices, pues la idea no es concentrarse en Godou. De hecho, es imposible. Un punto vital en la lógica de Campione es que dos Campiones en el mismo sitio es como sacarle el dedo medio al Destino. La primera parte de este fic (que involucra a Harry alzándose cómo Campione) son las aventuras de Doni ahora siendo las de Harry, y ya de ahí lo que a llegue al canon probablemente sea completamente diferente. Es decir, si Harry se involucra con Atenea, Lancelot y Circe antes del canon, es obvio que no van a tener los mismos roles.
Sobre Circe, pues lo pensaré. Creo que la mayor amargura de nosotros los fans de Campione fue que a un personaje como ella y Atenea no les pudieran dar el mismo trato que a Lancelot.
Espero que la historia te siga gustando, ya que lo mejor apenas está por empezar
(Perdón si me pasó un error, por cierto)
Espada II
El sexto Campione.
—¿Estoy en otro mundo?
— De hecho, lord Potter, está en otro mundo. He pedido la ayuda de una colega mía para que comprobase su origen usando Visión Espiritual, señor.
— Por favor, no me llames así. Me incomoda.
— Uff, a mí también, la verdad. Solo te digo así para tratar de acostumbrarme a llamarte así. Después de todo, como caballero tengo que enseñarle a mis estudiantes e invitados como se deben de comportar frente a un Rey Demonio.
Harry gimió.
—¡Por favor no me llames así!
Había pasado una semana desde que San Raffaello, la retirada y legendaria caballero había recibido al que ella supuso era el nuevo Sexto Campione, y desde ahí su tranquila y afable vida había cambiado brutalmente. No en un mal sentido, sino porque el chico que cuidaba era todo un enigma.
Todo comenzó después de que el chico conocido como Harry James Potter se hubiera hartado en comida y hubiera dormido por un buen par de horas. El chico comenzó a hacerle preguntas extrañas y curiosas. ¿Qué demonios era Hogwarts? ¿Quién diablos era Albus Dumbledore? ¿Qué clase de nombre tonto era lord Voldemort? Esas y más eran las dudas que le embargaron mientras el chico le pedía ayuda para ir a Inglaterra.
San Raffaello era una mujer que había vivido por muchísimas décadas, y en toda su vida ella jamás había escuchado alguno de los términos usado por aquel chico. Inicialmente, creyó que era un imbécil. Pero la situación se puso seria cuando el chico creía sin lugar a duda que era de hecho el año 1995, cuando en realidad era el 2011. San Raffaello tenía igual la disposición de ser una Hime-Miko, aunque no era tan capaz en ese sentido como podría esperarse de su renombre. Con su sentido místico pudo detectar que en verdad el joven Campione estaba diciendo la verdad, pero no pudo poner el dedo en la llaga sobre su identidad.
Así que usó sus contactos con las Organizaciones Cruz de Cobre Negro, Cruz de Bronce Negro y el Monasterio San Gilardino para que investigaran todo sobre el Sexto Campione, sin decirle obviamente que estaba mandando investigar a un Campione. La respuesta a esa búsqueda fue una: todo lo que el chico creía no existía en el mundo. Así que Raffaello había pedido ayuda a su amiga, la Gran bruja de Cerdeña, Lucrecia Zola, para ver mejor el problema con ayuda de sus vastas habilidades. Y después de cuatro días de estudio intenso con su Visión Espiritual ella fue capaz de encontrar la respuesta: Harry Potter, el Sexto Campione, vino de otra dimensión.
— Bien, Harry, cuéntame más exactamente cómo fue que ocurrió esa batalla de la que no quieres hablarme —pidió ella—.Te aseguro que te explicare más a fondo lo que te sucedió.
Había estado intentado que Harry hablara con ella de cómo y a cual Dios Hereje había asesinado; pero el chico había demostrado ser terco como una mula. No confiaba realmente en ella, así que no estaba dispuesto a decirle cómo fue que terminó en aquella ciudad y todo lo relacionado.
Pero ya habían pasado cuatro días en los que Raffaello había sido amable y paciente con él. Incluso hasta le había comprado calzones nuevos. Harry pensó que quizás había llegado el tiempo de ser cooperativo.
Soltó un suspiro.
—.Bien —dijo finalmente—. Pero es largo de explicar, así que siéntate. Todo comienza hace cuatro años atrás…
Así, Harry le conto la historia de su vida; o más bien de los únicos cuatro años de los que memoria. Aun le afectaba reconocer el hecho que no tenía memorias de su niñez, incluso aunque pudo analizar que tal vez era lo mejor. Los recuerdos de los veranos pasando el tiempo en la casa de los Dursley le hicieron darse cuenta que quizás su infancia no fue buena.
En fin. Le contó todo lo que pudo a Raffaello. Sus aventuras, sus pérdidas y victorias; el como terminó en el Velo de la Muerte y aterrizó en el Mundo Astral para después ser lanzado por quien sabe qué al Territorio de las Hadas cerca de la Puerta de las Hadas, terminando enfrentándose contra aquel que se hacía llamar San Jorge y posteriormente despertar en el medio de la nada, terminando en Florencia.
Raffaello asintió al escuchar la extensa historia del joven Potter, y, después de una larga pausa meditativa, comenzó a hablar.
— Ya veo. Así que el Dios Hereje que asesinaste era San Jorge. Hmn, de verdad eres un caso único entre los Campiones.
—¿Eh?
Ante sus palabras, Harry se confundió.
Raffaello hizo una mueca ligeramente divertida.
—Oh, chico. Lo que vas a aprender va a volar tu imaginación.
Así, San Raffaello, la mujer que portaba con orgullo el título del Caballero del Santo Grial, le explicó básicamente la mecánica de su mundo al joven de mundo alterno. Tardó horas en explicarle a Harry sobre la mecánica de los dioses, Campiones, magia y demás temas. El joven fue terco al principio en no aceptar tal locura sobre Dioses y Matadioses; pero cuando Raffaello señaló sobre sus Autoridades usurpadas, aquellas esencias que Harry podía sentir en su ser, las esencias de la Espada Santa , Infecciun Draconis y el Caballo Blanco, no le quedó más remedio que aceptar que esas eran sus autoridades usurpadas y que él era ahora un Rey Diablo, gobernante supremo: un Campione.
Y cuando lo hizo, comenzó a maldecir fuertemente.
— Qué raro, otro en su situación habría reaccionado diferente…. — murmuró sin darle importancia la mujer latina, observando cómo Harry agitaba sus brazos gritando al aire. Al parecer, resultaba que el chico había usado un hechizo de silencio de nombre Silencius a su alrededor para poder gritar cuanto quisiera y que nadie le escuchara.
Siendo sinceros, Raffaello estaba intrigada sobre el sistema mágico de aquel joven, porque era más fácil de manipular que el que usaban ella y otros magos al no necesitar de tanta palabra de encantamiento para ser efectuado. Las posibilidades de crear grandes encantamientos y hechizos con su poder mágico único eran tremendas.
Mientras ella fantaseaba con entrenarlo hasta al cansancio, Harry deshizo el hechizo de silencio y aspiró aire fuertemente.
—Es oficial, mi vida está jodida —dijo con desanimo—. ¿Por qué yo tuve que terminar en esta situación? Mi único deseo en la vida era tener una vida normal y formar una familia; pero ahora jamás tendré eso
Y es que con pesar, lamentaba su situación. Él deseaba vivir en la normalidad y experimentar un poco de amor de una familia; pero ahora él tendría que lidiar con Dioses Malignos y tal, y además ahora era considerado como un Rey Supremo por todo el mundo y era temido solo por ser quien era. No era justo. Era como la situación del Niño-Que-Vivió, pero mil veces peor.
— Bueno —Raffaello tomó la palabra—, no pienso comprender lo que piensan o sienten los Campione; pero tú eres mi responsabilidad ahora. Te he acogido y cuidado durante esta semana, así que te aseguro que tú no estarás solo en este momento de pesar.
Raffaello nunca había tenido hijos. Como caballero, habían sido contadas las relaciones que había tenido con otros hombres. Con la edad que tenía, lo más cercano a relación habían sido los momentos calenturientos de su juventud. Se la pasaba sola cuidando de tesoros y entrenando jóvenes. Pero era precisamente por eso último que tenía cierto aire materno en su ser. Era, a fin de cuentas, un Caballero. Era simplemente demasiado noble a pesar de lo que su personalidad indicaba. Por eso puso una de sus manos en la cabeza de Harry y acarició su pelo como si fuera un niño, viendo como él se dejaba ser.
—«Definitivamente este chico es diferente a los otros Campione. ¿Quizás sea algo bueno?»—se preguntó Raffaello, pensando en la actitud tiránica de los otros Campiones, antes de recordar algo importante —. Un momento, ¿no dijiste que alguien te retó después de derrotar a San Jorge?
Recibió un asentimiento.
—Creo que sí. ¿Por qué?
—¿Cuál era su nombre? —inquirió
— Eh… — Harry forzó su memoria—. No me acuerdo mucho. Solo recuerdo que todo se escuchaba como si fuera un eco lejano… Pero creo que escuché algo de Danann.
—¿ Danann? —El gesto de Raffaello se llenó rápidamente de conocimiento—. ¿ Tuatha de Danann? ¿Fue eso lo que escuchaste?
Al sonarle, Harry asintió.
— Eh… ¡sí! ¡Creo que era eso! Aquel que me llamé dijo ser rey de no sé qué Danann, y que pelearía conmigo en un mes…. ¿Por qué lo dices?
—¿Rey….? — La expresión de Raffaello se agravó. Eso no significaba nada bueno—. Creo que estas refiriéndote al Dios Celta Rey de los Tuatha de Danann, Nuada del Brazo de Plata. Ese es un Dios Hereje, chico.
—… eh…
— Significa que tendrás una pelea a muerte contra un poderoso Dios Hereje en menos de tres semanas —señaló Raffaello—. Y recuerda lo que he mencionado: no importa cuánto preparativos preventivos se hagan, la presencia de un Dios Hereje siempre causará una anormalidad tremenda a la zona en donde aterriza… Quizás la población de toda Florencia sufrirá las secuelas de la presencia de ese Dios Hereje.
—…
—…
—…
Se hizo el silencio.
—… Sabes que tendrás que pelear, ¿no?
Harry lloriqueó.
—¡JODER, LO SÉ! ¡AAAAHHHH! ¡ESTO ES UNA CAGA….!
Un par de días después…
—¡Esquiva más rápido! ¡Un Dios no te dejará descansar y te matará en un segundo! —gritó San Raffaello, golpeando a Harry con una espada sin filo—. ¡Esquiva y ataca al mismo tiempo: esa es la clave! Ahora, ¡levanta tu espada! ¡Comenzaremos de nuevo! — instruyó, mirando a Harry, que respiraba entrecortado sosteniendo una espada sin filo en su mano derecha.
Debido a que Harry tendría un enfrentamiento notable contra una fuerte Deidad en menos de tres semanas, San Raffaello decidió entrenarlo en el viejo arte de la espada para así poder tener una oportunidad de salir victorioso de su primera batalla debut como Campione. Harry no tenía ningún talento en el manejo de la espada; pero él era un Campione al final de todo. Ahora era una existencia fuera de lo común, así que en menos de cuatro días había logrado tener una base intuitiva en cómo actuar como un espadachín. Su talento era nulo, pero sus sentidos e instintos eran finos, los mejores que San Raffaello había visto en su larga vida, tal vez incluso mejores que los suyos que habían sido cultivados con muchos años de respaldo. Era como se esperaba de aquel que había matado a un Dios. Aún no había dominado las técnicas de clase media de un espadachín, pero San Raffaello sabía que era cuestión de tiempo para que el chico manejase correctamente una espada.
—«Aunque en cuanto a lograr llegar al nivel de un experto…»
Agitando la cabeza, San Raffaello terminó el entrenamiento después de una intensa hora de entrenamiento
—Creo que es suficiente por hoy. Ahora te tocan tus lecciones de magia.
Harry la miró con confusión.
—¿Pero no que dijiste que esos Dioses Herejes son inmunes ante la hechicería?
—De hecho —Ella asintió en reconocimiento—; pero una herramienta es al final de todo una herramienta. Podría ser útil para uno en cualquier momento. ¿Qué pasa si el Dios Hereje es rápido? ¿Cómo reaccionaras a eso? Aparte de una Autoridad, el uso de Hechizos, Palabras de Hechizo, Hechicería y demás podría ser la clave de la victoria o la derrota para un Campione. Una herramienta más, aunque no útil en combate directo, no es inútil.
Recordando como asesinó a San Jorge, Harry asintió, en acuerdo.
—Ya veo. Tienes razón.
—Claro que eso no define por completo a un Campione —continuó San Raffaello—. El Campione más viejo, el Marques Voban, no usa esencialmente artes marciales, Hechicería o armas. Él usa plena y exclusivamente sus Autoridades; pero él es el más o uno de los más fuertes Campiones del mundo junto a la eminencia del reino marcial, Luo Hao. Por otro lado, tenemos el ejemplo del Cuarto Campione, el Príncipe negro Alec, en donde es un prominente mago.
—No sé quiénes son —señaló Harry.
San Raffaello lo miró feo.
—¡Obvio que no lo sabes, idiota! ¡Eres un chico de otro mundo, así que no esperare que sepas sobre ellos!
—Ay, ¿por qué tienes que gritarme así? —preguntar Harry, haciendo un puchero, para luego caminar detrás de San Raffaello hacia el hogar de la mujer mayor y así comenzar su estudio de Hechicería.
Harry no tenía sus recuerdos de su infancia; pero si los de Hogwarts, y él recordaba cómo eran los regaños y comentarios maliciosos de Draco y Snape cuando le hablaban. Podía reconocer que San Raffaello no lo había ofendido, sino que le dijo una rotunda verdad. Básicamente, así era su personalidad. Le recordaba un poco a la profesora McGonagall
Por su parte, San Raffaello sacudió la cabeza. Ese chico era raro. Él era un Campione, ella ya lo comprobó al 100%, y aun así se comportaba como un chico tímido y retraído. Su normalidad era en sí misma una anormalidad típica de un Campione, porque Campiones son Reyes Demonios, gobernantes supremos: seres superiores. Ellos tenían una presencia sin igual que les hacía superior a los otros y como tal tenían manías que causaban confusión y problemas a los otros de su alrededor. Eran seres bestiales sin sentido común.
Harry era normal. Pero debido a que él era un Campione, su actitud era paradójicamente muy anormal, porque no era lo esperado de un Campione. Era la ironía más grande, si San Raffaello se ponía a pensarlo, porque al romper las expectativas, Harry demostraba ser un verdadero Campione: un ser al que el sentido común no se le podía aplicar.
Ella estaba interesada en ver cómo sería su reinado como Rey.
—Bien, no puedo enseñarte artes místicas de alto grado debido a que toma tiempo para aprenderse los cantos, por lo que te enseñaré las cosas más útiles y sencillas: Hechizos de vuelo, mensajería y mejoras de sentidos. —explicó luego de salir de sus pensamientos—. Te enseñaría curación o algún hechizo ofensivo; pero como el enfrentamiento será entre un Campione y un Dios Hereje, entonces esa clase de magia no sirve. De apoyo será lo mejor.
—Pero mi poder mágico es diferente al tuyo —señaló Harry—. Solo necesito exclamar el nombre del hechizo. Y además uso una varita.
—Te he dicho ya varias veces que el uso ese de varita es una estupidez Y es peor cuando vas a pelear contra un Dios Hereje —regañó la Caballero—. Vas a aprender hechicería sin varita, o como sea que le digan a esa tontería en tu mundo… Además —San Raffaello afiló la mirada, de una manera que habría intimidado a cualquier que no fuera un Campione—, ¡no te atrevas a dudar de mi experiencia como maestra! He tenido un centenar de estudiantes notables a lo largo de mi vida. Averiguar la forma de educarte no será un problema. ¡Volveré de ti una existencia digna del nombre de Rey Demonio!
Harry sintió un escalofrió al oírla. Eso sonaba como que la iba a pasar muy mal en su entrenamiento.
—Por cierto —continuó la mujer—, tendrás que dominar esa habilidad tuya de teletransportacion. Y sobre todo tendrás que averiguar que hacen tus Autoridades.
—Ugh, que molesto.
—¡No digas eso, tonto! —lo regañó San Raffaello. A Harry le dio la impresión que la mujer solo estaba a un paso de empezar a golpearlo con su espada—. Es una pelea contra un Dios la que tendrás en dos semanas. Así que deja de quejarte como un niño. ¡No pierdas el tiempo y lee esos libros que dejé en mi estudio!
Harry asintió rápidamente, sin querer que lo regañara más.
—Sí, señora….
Así, Harry siguió su camino para comenzar sus estudios, dejando atrás a San Raffaello, quien se detuvo y se dirigió hacia una de las ventanas de su hogar privado. Ahí, ella encontró a un pájaro de papel que se convirtió en una hoja de papel.
La mujer latina tomó la hoja y comenzó a leerla, para después mostrar una cara de leve sorpresa.
—Oh, si, se me había olvidado, tenía que recibir a las niñas prodigios enviadas por las espadas gemelas Cuore Di Leone y Il Maestro . Parece que tienen problemas en encontrarme —Lo último lo dijo de una manera que resultaba descarada. En casi toda Europa, nadie sabía realmente cuál era su ubicación. El mero hecho de encontrarla era en sí mismo una prueba digna de su renombre—. Hmn, bueno. Parece que tienen determinación. Les daré unos días más y así veré si valen la pena como merecedoras de mis espadas.
Tres días después. Dos semanas antes de la batalla contra Nuada...
—Me equivoqué. De verdad eres un Campione… —murmuró San Raffaello en tono plano, pegándose en la frente al ver el resultado del entrenamiento de práctica de magia con el joven Harry.
El resultado era anormal. La magia de Harry a diferencia de la de los magos de ese mundo estaba centrada en sus emociones. Si él estaba verdaderamente furioso su magia adquiría un abrupto aumento de poder caótico en donde podría causar efectos al alzar, la mayor parte a beneficios del usuario. Esto era llamado como Magia Accidental.
Harry ahora era un Campione. Por lo tanto, sus niveles de energía mágica eran muchísimo mayores que los de su nivel anterior. Así que ahora cuando intentó el Hechizo de Vuelo el joven Potter terminó chocando contra varios árboles hacia adelante debido a la velocidad en la que salió disparado. Y cuando probó un simple y mundano Hechizo de Fuego… Todo el campo fue incendiado. En resumen, su poder mágico ahora era demasiado potente, además de ser muy descontrolado. San Raffaello ya podía ver cuánto caos causaría el joven pelinegro en batalla.
—Bien, olvida tus hechizos ofensivos —dijo San Raffaello suspirando—. Mejor concéntrate en el Encantamiento de Vuelo y en tu habilidad de tele transportación, lo demás será para después… Ah, y por cierto, ¡en hora buena! Has logrado dominar la Magia sin Varita. Y mira lo tanto que decías que no podrías hacerlo.
—Pues es que siempre me habían dicho que no se podía hacer Magia sin Varita.
—Pues quien te dijo aquello era un imbécil sin sangre —opinó la Caballero sin pelos en la lengua—. Para empezar, dijiste que esta cosa de la Magia Accidental ocurre con alta concentración de emociones ¿no? Bueno, solo tienes que controlar el nivel de tus emociones al desear hacer magia y listo. ¿Qué clase de subnormal diría algo sobre que la Magia sin Varita no funciona? [1]
—…Me siento insultado sin saber el porqué.
—Da lo mismo, es tiempo para que aprendas a controlar la Magia de Vuelo. Practica dando saltos medianos y recuerda, la clave es visualizar en donde deseas ir
Al oírla, Harry asintió, para después ser cubierto por un aura azul y comenzar dar saltos que incluso un mono habilidoso no podría dar; pero estos eran descoordinados y algunas veces Harry tropezaba o saltaba de más. No obstante, él no se rendía y seguía entrenando.
Fue entonces que San Raffaello sintió la presencia de dos personas
—«Oh, ¿conque finalmente llegaron? Para ser un par de prodigios, estas chicas se habían tardado demasiado»
La mujer observó como de los arboles surgían dos jovencitas de doce años: una de cabello rubio y otra de cabello plateado. Las reconoció como las descendientes de los clanes Blandelli y Kranjcar: Érica y Liliana. Ellas eran las jóvenes prodigios que iban a recibir las espadas gemelas Cuore di Leone y Il Maestro .
San Raffaello estaba algo molesta y decepcionada, sobre todo lo último. Esas chicas habían tardado dos semanas en poder encontrarla. Considerando que todos los que hicieron la misma búsqueda con excepción de Salvatore Doni se rindieron, eso quería decir que ellas tenían determinación y ambición. Pero eso no las salvaba por completo en la mente de San Raffaello.
—«Solo espero que no sean unas idiotas como ese imbécil de Salvatore Doni —rogó para sí misma, para luego hacer una expresión curiosa—. Y hablando de ese idiota… ¿Dónde demonios estará?»
(En Turquía, Salvatore Doni estornudó)
Sacudiendo la cabeza, San Raffaello se dirigió hacia sus invitadas.
—Érica Blandelli, sobrina del renombrado Diavollo Rosso Paolo Blandelli, y Liliana Kranjcar, hija de la casa Kranjcar, las saludo…, pero llegan tarde. ¿Qué les ha sucedido? —preguntó descaradamente la mujer mayor a las dos niñas. Ambas tenían la ropa sucia y usada. Se veían cansadas, muy cansadas; pero sus ojos brillaban en determinación y ambición, denotando que habían sacrificado sueño y hambre para poder completar su iniciación y obtener las espadas gemelas hecha por San Raffaello, la legendaria Caballero del Santo Grial que era el Caballero Más Fuerte de Europa.
Ella reconocía el valor de esas niñas; pero eso no quitaba el hecho que tardaron dos semanas en encontrarla. Ahora no estaba tan decepcionada sino más bien curiosa. ¿Qué hizo que esas niñas se hubieran retrasado tanto? Ella sabía qué hace tiempo que habían arribado a la ciudad.
Por su parte, Érica y Liliana se pusieron en posición y le hicieron una leve reverencia a Raffaello.
—Saludos a usted, San Raffaello, Caballero del Santo Grial —habló Érica con majestuosidad, aunque sin poder evitar sonar cansada—. Hemos venido a usted en la búsqueda de las dos espadas gemelas del león y el maestro; pero tuvimos un problema en el camino. Aparentemente, desde hace dos semanas se ha detectado una presencia en lo más alto del cielo por estos lares y ha habido una intensa horda de calor aleatoriamente.
San Raffaello centró su mirada sobre ella
—¿Calor aleatorio?
Érica asintió.
—Sí, algunas veces en el pueblo había un aumento tremendo del calor que hizo que incluso magos salieran y ayudaran a soportar el problema, ya que hubo muchas personas afectadas fuertemente. Aquí Liliana pudo ver con su Visión Espiritual que tales sucesos eran obra de un Dios Hereje; pero no pudimos ubicar en donde se encontraba y por ello tardamos en nuestra búsqueda.
—Niñas precoces —San Raffaello las miró duramente—. ¿Creyeron que era lo indicado averiguar por sí mismas algo relacionado con un Dios Hereje? Son jóvenes así que se los perdonaré esta vez; pero para la próxima, ¡sean más cuidadosas!
Su tono fue tan autoritario que las cansadas Érica y Liliana apenas y pudieron evitar temblar.
—Sí, madame. Yo, Érica Blandelli, reconozco mi habilidad prodigiosa; pero incluso yo se lo peligroso que es el tema de los Dioses Herejes. Solo pensábamos en confirmar si de hecho había un Dios Hereje aquí o no para así informar a la organización mágica del país.
—Hmn, bien, puedo suponer que era la mejor opción. Entonces, ¿qué fue lo que les hizo seguir con su viaje?
—La presencia del Dios Hereje se ha desvanecido, como si estuviera comprobando algo para después irse —dijo Liliana, entrando a la conversación—. Así, la situación se ha calmado. Creíamos que debíamos seguir con nuestra tarea principal e informarle de lo que encontramos a usted, madame… — Por alguna razón, le lanzó una mirada agria a su compañera tras decir eso.
Al hacerlo, la joven peli plateada tomó nota del otro presente en la zona: un chico de cabello negro y ojos verdes de quince años que usaba Magia de Vuelo a una velocidad notoria, además de que estaba usando una buena cantidad de poder mágico en ello.
Liliana no pudo posar su mirada en aquel joven, y más cuando él se detuvo y de todas las cosas se quitó su camisa mostrando una musculatura que ningún adolescente debería de tener. Para colmo, luego agarró una botella de agua, tomó un buen sorbo y se la echo encima para después refrescarse mientras agitaba su pelo algo alborotado, causando que la cara de Liliana se pusiera roja como un tomate. No fue la única, porque las las mejillas de Érica también estaban intensamente sonrojadas; pero al menos ella lo disimuló y desvió la mirada. Liliana se quedó mirada con impacto a aquel joven de manera embobada,
San Raffaello se golpeó en la frente con su mano derecha al ver eso. —«De todos los momentos para hacer una rareza, tenías que hacerlo en este momento»—se quejó.
Harry, por otro lado, en realidad no estaba agitándose en un involuntario aunque sexy striptease. En realidad estaba cómicamente saltando por el pánico y el dolor debido a las notables quemaduras en su piel.
—«¡Mierda, mierda, mierda! —gritaba en su mente —. ¡Menos mal que tengo agua a la mano, porque si no esto habría ardido todavía más!»
Siguió tirándose agua encima. Usar mucha Magia de Vuelo había puesto su piel caliente, quizás porque usó demasiada energía en un movimiento simple, o tal vez por la fricción del aire. Fue por eso que se echó agua encima para disminuir la quemadura.
Ajena a eso, San Raffaello tosió, llamando la atención de las chicas, que saltaron para verle las caras, avergonzadas. Sobre todo Liliana.
—Bueno, entonces, déjenme preguntarles: ¿cómo fue que encontraron mi hogar privado?
Fue Érica, la más compuesta, la que respondió.
—Simplemente usando el Ojo de Bruja de Lily fuimos capaces de detectar la cantidad de energía mágica usada en esta zona.
—«Así que sintieron al chico»—comprendió San Raffaello—. Hmn, vale. Está bien… Y en otro punto, ¿han podido discernir la identidad o alguna faceta del Dios Hereje que causó este suceso?
—Bueno… —Liliana carraspeó, tratando de controlarse. ¿Hacia calor o era solo ella?—. No. Pero pude ver la causa del calor en toda Florencia. La Deidad Hereje poseía un arma de Acero y Luz
—¿ Acero y Luz? Ya veo eso explica porque sólo aumento el calor —San Raffaello asintió, para luego analizar en su mente —«Una espada de esos atributos… Como esas hay varias. Pero considerando que tengo a un Campione que tendrá una batalla con una Deidad en específico no tengo que deducir mucho la identidad de este Dios Hereje. Ese definitivamente era Nuada manejando su espada Claiomh Solais. Sin duda está ansioso por su batalla contra Harry…»
—Eh, ¿Madame San Raffaello…? —Liliana la miró con duda.
—Tranquilas, niñas —Ella les sonrió—. Ya he deducido la identidad del Dios Hereje. Me encargaré de ello después. Ahora lo más importante es sobre su prueba para obtener las espadas gemelas del león y el maestro….
Con esas palabras, San Raffaello comenzó a instruir a las dos jóvenes prodigios en el reto que debían de hacer si deseaban obtener sus espadas. El reto era simple: ir a las catatumbas bajo tierra que les permitieron a los originales Caballeros Templarios refugiarse, catacumbas en las cuales residía un tomo místico resguardado. La misión de las chicas era trapazar las trampas y recoger sus espadas para volverse sus dueñas.
—Entonces— San Raffaello las miró con seriedad—, última oportunidad para negarse. ¿Aceptarán el reto o no?
Las dos niñas la miraron con fuego en sus ojos
—Es un insulto sugerir tal afirmación, Madame San Raffaello. He venido desde muy lejos para cumplir mi prueba de iniciación y obtener el honor de portar unas de sus magníficas espadas. ¡Yo, Liliana Kranjcar, no me echare atrás y saldré victoriosa en esta prueba!
—El negarse luego de haber llegado tan lejos es algo que yo, Érica Blandelli, jamás haría. Madame San Raffaello, ¡aceptaré este reto con honor y gracia para resolverlo satisfactoriamente y ser bendecida con una de sus místicas espadas!
Ambas chicas dieron palabras llenas de determinación que hicieron que San Raffaello sonriera complacida, y que Harry detuviera lo que estaba haciendo y las mirara con curiosidad.
Seguidamente, ambas jóvenes hicieron una leve inclinación de respeto hacia la mujer y se prepararon para comenzar su búsqueda. Era obvio que no sabían dónde estaba la catatumba; pero eso era parte de la prueba: averiguar por sí mismas en donde estaba dicho lugar.
Así, ambas jovencitas salieron del lugar.
Pero antes Liliana, no pudo evitar detenerse y mirar con extrañeza e interés a Harry. En parte fue porque estaba entrando a la pubertad y sintió interés en el cuerpo esculpido de un joven mayor que además tenía un rostro guapo que era justo de su tipo, pero también había una razón más profunda:
Liliana había percibido gracias a su Visión Espiritual que en aquel joven había algo: una esencia de poder sin igual. Por eso, ella posó sus ojos sobre aquel chico que le parecía tan atractivo, chocando miradas con él. Y cuando sus miradas se encontraron, ella inconscientemente tembló. Aquel chico tenía unos hermosos ojos esmeraldas, y aunque a plena vista parecían los ojos de alguien tímido y calmado, para Liliana esos ojos mostraban…
Poder.
Absoluto y abrasador poder.
—«¿Quién es este chico?»— se preguntó Liliana, intrigada. Pero a la final decidió dejarlo para después. Érica, su rival, ya iba muy por delante de ella.
Y así, partió con seriedad de inmediato para alcanzarla.
Harry parpadeo después de ver a la niña de cabello plateado irse. Ella lo había mirado raro, causándole curiosidad; pero al verla marcharse decidió no darle importancia. Reconocía que era una niña muy linda y exótica; pero era muy joven. Pensar en ella de esa forma lo hacía sentir como una especie de pervertido.
¡POW!
—¡Ouch! ¡Oye! ¡¿Por qué hiciste eso?! —grito adolorido Harry. ¡Acababa de recibir un tremendo golpe de San Raffaello de la nada! Quiso protestar, pero terminó farfullando asustado al ver la cara demoniaca de la mujer que alzaba su espada en contra suya.
—¡Tú, tonto sin remedio! ¡¿Cómo se te ocurre desvestirte frente a niñas de doce años?! —gritó con enojo, cargando poder mágico en su espada—. ¡¿Qué no tienes consciencia?! ¡¿Sabes qué traumas les formarás?!
— ¡Óyeme, yo no lo hice nada malo! —gritó Harry con el ceño fruncido, esquivando un espadazo de Raffaello que partió un árbol en dos. Podía parecer exagerado, pero como un Campione Harry no iba a sentir dolor si no se usaban ataques de ese nivel—. Además, ¡no exageres! ¡¿Cómo quitarme la camisa en frente de ellas puede causarles algún trauma?!
San Raffaello lo miró con la rabia de una madre que veía a su hijo desvergonzado con una chica en su cama. Y tenía razón para hacerlo. Harry no lo sabría, pero sus simples acciones causarían que Liliana escribiera en el futuro unos candentes libros donde los chicos terminarían quitándose las camisas sin pena para luego hacer marranadas indescriptibles, y que Érica terminara teniendo un par de fetiche de chicos descamisados echándose agua encima mientras bailaban sensualmente, lo cual con la personalidad manipuladora de la mencionada solo hacía que uno sintiera lastima por su posible futuro marido. {2}
Si, definitivamente Harry tenía la suerte de un Campione.
San Raffaello, respiró, calmándose. Ella era una Caballero, maldición. Tenía que dar el ejemplo.
—«Además, ya sé cómo hacer que la pague»
Dando una sonrisa que hizo que la espalda de Harry se erizara, ella dio un paso hacia atrás y apuntó a Harry con su espada.
—Es tiempo de un combate simulado en donde solo usarás magia. Mantén en alto tus sentidos y usa solos hechizos de apoyo, ¿vale? ¡Bien, allá voy!
Y con esas palabras la mujer se lanzó en picado hacia Harry, moviendo su espada a alta y gran velocidad.
Sintiendo que sus instintos de combate de se encendían, Harry usó un Hechizo de Vuelto y saltó hacia el cielo. Después se movió hacia abajo, apuntando con su espada para lanzar un golpe similar a un meteoro en caída; pero San Raffaello lo evadió con facilidad y contratacó con toda una barra cortante de su espada. Harry evadió su golpe y siguió atacando con sus simples movimientos.
Así se pasaron toda la tarde y noche, ambos enfrentándose y entrenando.
Un par de días después…
¡POW!
—¡Tonto! ¡¿Cómo se te ocurre sugerir aquello?! ¡Podrías asustar a todos en Florencia además de atraer la atención de todos los magos del país! ¡No seas necio!
—¡Lo siento, lo siento! —se disculpó Harry, sobándose su cabeza cómicamente—. ¡Solamente era una sugerencia! Además, pensaba en ir a una zona vacía. ¡No quería causar problemas!
Viéndolo así, San Raffaello dio una risa irónica.
—El mundo tiene que ser un lugar raro si yo te estoy educando —comentó—. Quien viera. ¿Una vieja decrepita enseñándole modales a un Campione? Sin duda esto es cosa de risa.
—Bueno… —Harry la miró sin comprender muy bien sus palabras—. No me gusta ser regañado; pero sé que tú lo haces por mi bien. Eres una de las pocas personas adultas que he conocido que es confiable.
Para Harry los únicos adultos confiables en su vida habían sido Hagrid, Sirius, Dumbledore, Molly y Arthur Weasley. Los otros con los que él se había topado eran básicamente conocidos o le habían defraudado de alguna manera u otra. Odiaba el abuso y la calumnia; pero sabía que San Raffaello no lo hacía con mala intención. Después de ser regañado por Raffaello y pensar bien en sus palabras podría encontrar que había un error que sí merecía ser regañado, incluso aunque pensaba que la Caballero era un poco intensa con sus métodos.
Un ejemplo era este caso. Harry tenía en mente lo que sus Autoridades podían hacer, y sugirió sin pensarlo a Raffaello ir a algún lugar para poder experimentar con sus Autoridades. Ella hizo que lo pensara bien: le dijo que era una mala idea. El uso de una Autoridad era la invocación de una gran cantidad de energía mágica que daría resultado al poder o dominio que se le había sido otorgado. Incluso la Autoridad de apariencia más débil podría afectar profundamente toda la ciudad.
—Además, no se puede entrenar con las Autoridades —añadió San Raffaello—. Los Campiones adquieren compresión de sus Autoridades únicamente en la batalla contra un ser divino, ya sea un Dios Hereje o un Campione. Por ejemplo, el Príncipe Negro Alec entreno por un año su Autoridad del Rayo Negro; pero no logró absolutamente nada, y solo fue capaz de manejarla con maestría después de cuatro años de extensos combates contra enemigos poderosos.
—Ya veo—asintió Harry—. Es solo que quisiera saber más de este problemático poder.
—Por cierto, es curioso que haya obtenidos tres Autoridades en vez de una —señaló San Raffaello—. Lo usual seria adquirir una sola. ¿Qué fue lo diferente contigo?
— ¿Quizás sea porque vengo de otro mundo? ¿Quizás sea porque no sé nada de Dioses? ¿Quizás sea porque peleé contra San Jorge simplemente para sobrevivir? ¿Quizás porque no quería poder en cualquier clase?
—Hmn, podría ser… Pero no importa de todos modos.
En realidad, la razón del porque Harry recibió tres Autoridades Divinas en vez de una era sencilla: la gran compatibilidad de Harry con San Jorge.
Harry era un héroe para un pueblo que fue subyugado y aterrorizado por un hombre maligno que tenía atributo de Serpiente. Con el sacrificio de su madre, el infante Harry había logrado derrotar a ese hombre maligno a la edad de un año, solo para posteriormente y a su doce años derrotar con una espada santa a un basilisco para salvar a una niña inocente. No solo eso, sino que al año siguiente el surcaría los cielos montando de un hipogrifo orgulloso y valeroso, y luego al otro año siguiente se enfrentaría al a un temible Dragón y a su enemigo maligno que renació como si fuera una Serpiente.
Básicamente, si se tenían en cuenta todos esos detalles y la historia de San Jorge, entonces se vería que eran muy parecidas; demasiado, en realidad. Por ejemplo, la similitud de San Jorge y Harry salvando a una damisela, en el caso de Harry con Ginny y de San Jorge con la princesa Sabra. Por todo ese paralelismo, Harry recibió dos Autoridades en lugar de una. La otra la ganó al haber apuñalado y matado al caballo místico de San Jorge, Bayard, que había sido invocado en su lucha.
Bayard era más que una bestia divina. Era un ser divino propio por haber estado en las leyendas de muchos héroes y santos como Renaud, Carlomagno, Maugris y otros más. San Jorge había sido capaz de manejar a Bayard en el cuento «Los siete campeones de la Cristiandad», en donde se le fue dado por una bruja que intentaba hechizarlo, pero que terminó enamorada de él.
Aunque un caballo divino simple, Bayard de hecho era un Dios Subordinado por sí mismo. Después de todo, sus otras identidades —facetas— eran Veillantif y Pegasus. Pues como Dioses Herejes que salvaban a la princesa y venían del oeste, San Jorge estaba relacionado con Perseus en sus aventuras, por ello la relación de Bayard con Pegasus. Si no fuera porque era un Dios Subordinado de menor clase, entonces Harry habría enfrentado a Dos Dioses en vez de uno. De igual forma, por mero tecnicismo el haber matado a Bayard hizo que Harry obtuviera otra Autoridad.
—¿Hmm? Parece que esas niñas lo han logrado —mencionó repentinamente San Raffaello.
Y efectivamente ambas niñas, Liliana y Érica, llegaron sosteniendo sus respectivas armas: Cuore di Leone y Il Maestro . Pero pareció que el reto les tomó la última fuerza que les restaba, y cayeron desmayadas en el campo alrededor del hogar privado de San Raffaello.
Viendo eso, la mujer suspiró levemente para después salir junto a Harry
—Ayúdame a llevarlas a las habitaciones, Harry —pidió ella—. Necesitaran descanso.
Harry asintió
—Okey.
Y al poco tiempo, ambos pusieron a las niñas desmayadas en unas camas que fueron previamente preparadas por San Raffaello, ya habiendo deducido que eso sucedería.
Ya luego de eso, Harry regresó hacia la entrada de aquella casa y miró a Raffaello con curiosidad.
—Bueno, si no uso mis Autoridades… ¿Qué debo de hacer ahora? —inquirió—. He dominado lo básico de la esgrima y he dominado algunos Hechizos de Apoyo. Ahora, ¿qué es lo que sigue?
—Simple: te enseñare la habilidad Ojo de la Mente.
Harry la miró con curiosidad.
—¿Qué es eso?
—Básicamente la evolución del sexto sentido —resumió San Raffaello—. Este sentido es la capacidad de la mente o de los instintos de un ser. Ser capaz de percibir cambios en tu entorno solo con tu instinto: esa es la base de este sentido. Mientras tanto, el Ojo de la Mente es algo más. Es como la fusión de todos los sentidos para la mejora del sexto.
—¿Cómo así?
—Ya lo dije, ¿no? El sexto sentido se centra en los instintos. Te daré un ejemplo: cuando estás en un cuarto encerrado y entonces siente que viene a alguien a tocar la puerta. A primera vista, tal cosa es imposible. ¿Cómo sentiste que venía una persona? ¿Lo oliste? ¿Lo viste? ¿Lo escuchaste? ¿Lo sentiste? ¿Lo saboreaste? No, fueron tus instintos los que te dijeron esa verdad. El sexto sentido: eso es lo que es.
»Entonces imagínate esta situación en donde usas el sexto y otro sentido juntos: estás en medio de la lluvia y deseas cortar una gota de lluvia a tu espalda. Imposible, ¿verdad? Pues no. Puedes lograrlo, y tus instintos son la clave para ello. Sintiendo cuando vendrá una gota de lluvia en tu espalda podría actuar; pero, ¿cómo sabrás donde estará aquella gota? Es ahí cuando usas el sentido de la audición, olfato o tacto: así podrás cortar aquella gota de agua en específico.
—Suena imposible —señaló Harry.
—En realidad no lo es —contesto la Caballero—. Yo domino una pequeña parte del Ojo de la Mente; pero soy una mortal y una anciana, así que mi habilidad no es la gran cosa en este mundo. En cambio tú, Harry Potter, eres un Campione: una existencia de batalla, guerra, caza y destrucción. En menos de tres semanas has dominado habilidades que le tomarían a una persona normal quizás años dominar. Eres una existencia anormal.
—Por favor, no lo digas así —suplicó Harry—. Me haces sonar como un monstruo.
San Raffaello lo miró con ligera pena.
—Lamento si te lastimo al decir esto, Harry; pero la verdad es que sí, tú eres un monstruo: un monstruo de la naturaleza. Porque te enfrentaste y mataste a una Deidad, eres un Matadioses y un Rey Supremo. El sentido común jamás volverá a entenderte. Eres una existencia única y sin sentido; por tanto, eres el único que podrías dominar el Ojo de la Mente mejor que nadie; mejor que yo y cualquier otro humano en todo el mundo.
—… Entiendo.
—Bueno —San Raffaello contuvo un suspiro al ver el desánimo de Harry—, el Ojo de la Mente no es solo la combinación de los instintos, sino que es una mente clara que agudiza dichos instintos; por ejemplo, con el Ojo de la Mente podrás discernir la velocidad divina de un enemigo. ¿Cómo? Simplemente teniendo la mente, la vista y los instintos al máximo para poder discernir lo oculto en una velocidad divina, prever el movimiento del enemigo y saber atacar en el momento justo. Eso, Harry, es la clave del Ojo de la Mente.
—Es…es algo muy bueno —Recuperándose de su desanimo, Harry miró a San Raffaello con asombro—. Pero, ¿por qué deseas enseñarme algo como eso?
—Lo otro que te he enseñado es lo básico —explicó la Caballero—. No puedo enseñarte todo lo que sé en un solo mes. Estoy enseñándote solamente lo esencial; pero considero que el Ojo de la Mente quizás sea esencial en tu victoria contra Nuada y otros dioses herejes, por ello deseo enseñarte este arte antes de la batalla contra el Rey de los Tuatha de Danann.
—Me parece bien —comentó Harry, encontrando la explicación de San Raffaello muy lógica. Seria en verdad una gran ayuda para su próxima batalla.
Segundos después, él recibió de la mujer una venda negra. Siguiendo lo esperado, se la puso y saco su espada, poniéndose en posición de combate
—Bien, creo que puedo adivinar cómo va el entrenamiento, así que…
¡THOCK! ¡THOCK! ¡THOCK!
—¡AY, AY, AY! ¡OUCH, ESO DOLIO! —gritó cómicamente, corriendo sin saber a dónde ir porque no podía ver, siendo seguido por un centenar de espada de hierro que tenían la obligación de apuñalarlo. San Raffaello, con una sonrisa sádica, era quien manejaba aquellas espadas usando un Hechizo de Levitación. ¡Esa esa era su tan esperada venganza por la inocencia de aquellas pobres niñas!
—¡Ja, Ja, Ja! —rió—. Al menos sabes esquivar instintivamente unas espadas sin verla. ¡Eso es bueno, muy bueno! ¡Pero no es suficiente! ¡Tienes que esquivar cientos y cientos más al mismo tiempo! ¡Usa tus instintos juntos a tus otros sentidos y despliega tu Ojo de la Mente!
—¡Maldita loca! ¡AUCH! ¡Te juro que te hare pagar por esto!
—¡Ja, Ja, Ja ¡Calla y sigue adelante, chico tonto! ¡Vamos, soporta el poder de trescientas espadas!
—¡OUCH, AY, MALDICION!
Más tarde en la noche…
Liliana se levantó con el cuerpo adolorido de la cama en donde dormía.
Ella y Érica tuvieron que buscar en todas partes aquellas catatumbas en donde estaban sus espadas gemelas. Después, tuvieron que lidiar con unas trampas en aquella caverna, y, aunque no eran la gran cosa para las jóvenes prodigios, en su estado desgastado dichas trampas fueron un reto. Después fue cuando lograron su cometido y obtuvieron sus espadas Cuore di Leone y Il Maestro. Pero entonces Érica a su usual modo diabólico logro convencer a Liliana para leer el libro prohibido —Grimorio— de Las Alabanzas a las Grandes Obras de David , el cual contenía un montón de hechizos capaces de incluso herir a los Dioses.
Un ejemplo de ello eran las Palabras de David. Una maldición antigua y poderosa que se decía que era lo suficientemente fuerte como para causar lesiones a Dioses Herejes
O también estaba el hechizo Canción de Plegarias de Ataque, el himno sagrado de masacre que destruyó la trágica ciudad de Jericó, haciendo que los reyes madianitas y personas fueran aniquiladas de la faz de la tierra.
Claro que Érica deseaba aprender más de aquel tomo, pero este mismo se volvió a sellar en cuanto ambas leyeron y ambas jovencitas solo aprendieron lo esencial de un hechizo. Liliana estaba temerosa de que la gran paladín San Raffaello fuera a estar enojada con ellas por haber leído información que no les concernía; pero la tentación había sido demasiado alta. Además, tampoco ayudaba que Érica tuviera la disposición de un diablo para tentar a otros.
Pesando en todo eso, Liliana escuchó un sonido y curiosa fue a ver de qué se trataba.
—… Sniff… Sniff…
Eran, notó Liliana, los sonidos de lágrimas contenidas.
Se movió entre los pasillos del hogar de Raffaello. Al salir a la puerta, dando vista al patio, encontró a aquel extraño chico de quince años que estaba siendo entrenado sin razón aparente por la gran paladín. El chico estaba tratando de contener sus lágrimas; pero era obvio que estaba siendo presa de un gran dolor.
Repentinamente, este movió su mirada hacia ella, pareciendo notar su presencia
—… Oh… hola. Eh… ¿Qué hay?
—Eh… hola… —se limitó a decir Liliana con un sentimiento repentino de timidez. Después de todo, ante ella estaba el chico que se quitó la camisa hacia unos días atrás, y tampoco ayudaba que a ella, una joven entrando en su adolescencia, le pareciera increíblemente galante.
Limpiándose las lágrimas de su rostro, Harry sonrió con cierta pena a Liliana.
—Lo siento si me viste así… Solamente le estaba llorando a un familiar fallecido.
—Oh, lamento tu perdida.
Harry le sonrió de manera tranquilizadora.
—Descuida, no es nada. Es solo que… He tenido unas semanas ajetreadas. No he podido llorar correctamente. No solo eso, sino que siento una terrible tristeza. Mis amigos, mis camaradas… Todo ellos han sido separados de mí lado.
—... Oh —Un flash de tristeza combinada con lastima y pena invadió a Liliana. Se dio cuenta con pesar que había interrumpido un momento increíblemente privado—. Una vez más, lo siento. No sé lo que es experimentar una perdida; pero sinceramente, lamento tu perdida.
—… Gracias… —Harry le dio una sonrisa—. Me llamo Harry Potter, ¿y tú?
Ruborizándose ligeramente ante su sonrisa, Liliana tosió y dio su nombre.
—Liliana Kranjcar.
—Es un lindo nombre
El rostro de Liliana se puso como un tomate. Apresuradamente apartó la mirada, tomando asiento al lado del joven. Este no le prestó mucha atención, notó. Estaba muy ocupado mirando las estrellas con nostalgia y melancolía.
Siendo sincera, Liliana estaba intrigada por aquel joven. Ella jamás había escuchado de su nombre o su descripción; pero con solo estar al lado suyo podía sentir una fuerte e indomable presencia. Pensaba que debía ser una existencia bastante talentosa si era entrenado personalmente por la Caballero del Santo Grial. ¿Y para qué negarlo? Le parecía increíblemente atractivo y misterioso. Era como uno de esos chicos de las novelas que tanto le encantaba leer.
—Liliana —Al aquella voz galante, Liliana salió de su trance—, cuéntame más sobre ti. Tengo curiosidad.
—Ehm… Bueno…, okey. Pero solo si tú también lo haces.
—Vale, me parece justo —asintió Harry—. Entonces, ¿de dónde eres?
—Milán, ¿y tú? Puedo suponer que eres europeo; pero se me pierde el lugar exacto.
—Nací en Inglaterra, claro que no puedo decir correctamente que nací ahí, es complicado mi historia. De todos modos se me hace curioso: ¿qué es lo que tú y la chica rubia vinieron a hacer acá? Raffaello no me quiere decir, es una gruñona — Harry hizo un puchero que para Liliana fue divertido y adorable—. Es como una anciana.
— No seas ofensivo con la dama Raffaello, ella es una mujer legendaria que ha hecho grandes proezas —regañó repentinamente Liliana, sus modales tomando el control de ella. Luego notó que tal vez había sido un poco descortés, y dio una mirada de disculpa—Perdón. No quise sonar grosera… En cuanto a tu pregunta, la razón del porque yo y Érica hemos venido es para heredar las espadas gemelas Cuore di Leone y Il maestro . Me parece curioso que no sepas eso, considerando que eres estudiante actual de San Raffaello.
—Eh, no sé mucho de todo lo mágico, solamente estoy aprendiendo desde hace tres semanas de Raffaello y pues no sé mucho la verdad —confesó con ligera pena, sintiendo ligero asombro ante la noticia de que Raffaello fuese una mujer legendaria—. Conque Raffaello es famosa, ¿eh? Platícame más. Sería interesante saber más acerca de la magia.
—¿Conque eres un novato? —notó Liliana, algo extrañada. ¿Qué hacía alguien del nivel de San Raffaello con un novato?—. Curioso, en verdad; pero bueno. No tengo sueño, así que como mi deber es ser una buena dama entonces responderé todas tus dudas…
Así, Liliana habló con facilidad con Harry durante largas horas de la noche sin pena o molestia alguna. Había una conexión entre ellos dos que rayaba a la casual amistad.
Y una semana después…
Harry se encontraba sentado en una gran piedra en la colina en donde se podía ver Florencia. Estaba vistiendo un traje negro con una parte compuesta por una armadura encantada pues, aunque en su próxima batalla no serviría de nada, a Harry le daba seguridad.
Observó con tranquilidad como la ciudad se estaba movilizando.
San Raffaello había finalmente revelado a las organizaciones del país y fuera de esta sobre la existencia del sexto Campione y su eventual enfrentamiento contra el Dios Hereje Nuada. Y así, la organización mágica de la zona utilizó sus contactos para iniciar una operación de evacuación para la población para que así Harry pudiera pelear sin temor a herir a alguien.
Claro, muchos estaban histéricos sobre la existencia de un sexto Campione (por no decir que se estaban cagando del miedo); pero también estaban intrigados. ¿Un Campione se había pasado un mes en una pequeña ciudad sin causar un desmadre colosal? Aunque se fuera a enfrentar un Dios Hereje, no era exactamente lo típico y lo más esperado.
—Entonces, te enfrentarás al Dios que sentí hacia unas semanas atrás, ¿no, su majestad? —donó la joven voz de Liliana, manteniéndose a pie a su lado también mirando el horizonte. Ella y Érica habían sido informadas sobre la verdadera identidad de Harry como el sexto Campione en el día anterior y sus reacciones fueron diferentes a lo esperado.
Érica y Liliana habían recibido también lecciones de esgrima y magia de parte de San Raffaello. Además, fueron perdonadas cuando la mujer legendaria se enteró que las jóvenes prodigios aprendieron los hechizos prohibidos del Libro de Alabanzas de David . Claro, en represalia se empeñó en hacerlas sudar y sangrar en el entrenamiento para que fuesen dignas de tal magia. Como tal, las dos jóvenes ayudaron a Harry a mejorar su Ojo de Mente aunque al final no obtuvieron resultados instantáneos, más allá de que ahora Harry temblaba al recordar los momentos en que era atacado por tres mujeres mientras estaba parcialmente ciego.
Pero ignorando eso, Harry y Liliana se volvieron cercanos, casi como si fueran amigos. Se compartían de todo y entrenaban juntos, y aunque Liliana estaba más allá de las habilidades de espada que Harry, el joven Potter tenía unos tremendos instintos y la energía necesaria para incluso superar a la niña de doce años.
En cuanto a la relación de Harry con Érica, pues, por decirlo de alguna manera, fue… desastrosa, Harry no podía soportar los defectos de Érica: que fuera arrogante, manipuladora, llamadora de atención y lo peor de todo: rubia. Cuando la veía, no podía evitar acordarse de Draco Malfoy, y él odiaba profundamente a Draco Malfoy.
Así, se llevó terriblemente mal con Érica.
En cuanto a la mencionada, pues tampoco era que hiciese mucho para cambiar ese hecho. Simplemente no le prestó atención a Harry, creyéndole una persona de bajo rango que no lograría nada jamás en la vida —siendo sus palabras textuales— y siguió con lo suyo aprendiendo todo lo que podía de San Raffaello.
Por eso, cuando tanto Érica como Liliana se enteraron de la identidad como Campione de Harry, al principio no lo creyeron; pero cuando Harry recibió un fuerte hechizo mágico de Raffaello y sobrevivió sin ningún rasguño gracias a su inmunidad a la magia dada por su status como Campione, ambas jóvenes terminaron aceptado la identidad de Harry como Campione.
Así, Érica después de un saludo respetosamente falso, salió corriendo de aquel lugar como perro con el rabo entre las patas, no sin antes de avisarle a Harry que le avisaría a su organización Cruz de Cobre Negro sobre la existencia de un nuevo Rey Demonio. Podía ser un poco despistado a veces, pero hasta para Harry resultaba obvia que la chiquilla arrogante temió que le hiciera algo por sus palabras anteriores y partió de inmediato para no meterse en problemas como una total cobarde. Igual que lo haría Draco Malfoy.
Definitivamente, a Harry no le caía bien Érica Blandelli.
—Sí, así es —dijo, regresando a la realidad—. Por eso he estado entrenando por todo este mes para la batalla.
—¿Es así? ¿Entonces por qué no hiciste que avisaran que eras un Campione hace un mes? —le inquirió Liliana, frunciéndole el ceño—. ¡¿Qué acaso no pensaste en las consecuencias?! ¡Se pudo haber hecho…!
—Nada —la interrumpió Harry con tranquilidad—. No se podría haber hecho nada. La batalla iba a ocurrir de todos modos y llamar a otras personas haría que la situación se complicara. Por eso, Raffaello dijo que era mejor así. No importa qué cantidad de magos haya, no podrán hacer nada contra un Dios Hereje. Si hubiera permitido que mi status como Campione se revelara antes, ¿qué habrían hecho los otros magos?
Harry la miró a los ojos, y luego dio un respiro para después volver a hablar.
—Sencillo: Solamente arrodillarse y esperar que me enfrentara al Dios Hereje mientras ellos evacuaban a la población. Nada habría cambiado. Al menos por no decirles tuve un tiempo en donde podía actuar normal y sin ser juzgado antes de ser reconocido como un Rey Demonio y toda esa basura.
Liliana guardó silencio por unos minutos.
—… Tienes razón —dijo finalmente—. Disculpa si te he ofendido, su majestad.
—¿Ahora vas a llamarme así, Liliana? —Harry gimió—. ¡Por favor, no lo hagas!
—Lo siento, así me han enseñado; pero tranquilo —Una sonrisa traviesa se dibujó en la comisura de los labios de Liliana—. Para mí sigues siendo el tonto al que le di una gran paliza durante toda esta semana.
Al oírla, Harry sonrió divertido.
Si bien Liliana estuvo en shock al enterarse que el chico con el que había estado haciendo amistad (del cual además estaba secretamente atraída) era un Campione, rápidamente se adaptó y comenzó a tratar con respeto a Harry; pero en vez de ser un respeto temeroso como el de Érica, Harry noto que Liliana lo hacía como un caballero a pleno derecho. Ella sentía que ser un seguidor franco y leal a un rey supremo era lo ideal. Ella no lo hacía por temor sino porque sentía que era lo correcto. Después de todo, durante todo el tiempo que estuvieron juntos Harry no le había demostrado a Liliana que fuera un tirano. Aparte que eran amigos y no se llevaban muchos años, así que su relación no era rígida o mala. El hecho de que ella de todas las cosas hiciese una broma lo demostraba bastante.
—En dos horas será la batalla —Dejando de lados los juegos, Harry puso cara seria—. Espero que tú y Raffaello partan de inmediato y estén en un lugar seguro. Esta batalla de seguro no será ordinaria.
Liliana lo miró con cara seria.
—Disculpe mi franqueza, su majestad; pero esas palabras son estúpidas. Va a pelear contra un Dios, de ahí todo se vuelve anormal.
—… Intentaba hacer un chiste pero veo que no tienes sentido del humor.
Liliana lo miró con el rostro en blanco. No blanco del miedo o parecido. Era blanco de que había quedado sin saber cómo reaccionar.
—D-discúlpame, su majestad, tengo un buen sentido del humor, es solo que su afirmación me pareció… extraña y tonta… Pero pensándolo mejor quizás si era un chiste.
—Da lo mismo, no es como si fuera un maestro de contar chistes —Harry hizo un mohín por un momento, prometiéndose internamente trabajar en sus capacidades humorísticas. Luego quiso cambiar de tema—. ¿Dónde estará Raffaello? Tú y ella deberían de partir de inmediato.
—He llegado, chico. Te he traído un regalo—sonó la voz de Raffaello, surgiendo de entre los árboles. Por un momento, Harry se preguntó si habría estado escondida espiando su conversación con Liliana (no se le olvidaba que la mujer pensaba que había corrompido a Liliana), hasta que notó que estaba cargando entre sus manos un objeto largo bajo una sábana fina. Se sintió curioso ante eso, y con la mirada pudo ver que Liliana también lo estaba. Se acercó a la mujer mayor y retiro la sabana de aquel objeto sin que Raffaello opusiera resistencia, mostrando que se trataba de una espada claymore con un mango de color negro y una cabeza de león de color plateado en el final del mango.
—Guau… —murmuraron Harry y Liliana al ver aquella espada.
Era más grande que un brazo y un poco más extensa. Su brillo era único y su presencia la hacía más allá de lo ordinario, superior a Cuore di Leone y II maestro . De verdad era una buena espada, al punto que Harry la tomó con reverencia, descubriendo curioso que podía sostenerla con facilidad
—Esta espada… Me parece familiar. Pero nunca la he visto antes, de eso estoy seguro. ¿De dónde salió esta espada?
—Es obvio de donde —Raffaello la miró con una sonrisa—. Esta espada nació de los restos de la espada que sostenías cuando te encontré hace un mes, chico.
Harry jadeó.
—¡¿ La Espada de Gryffindor ?!
Raffaello asintió con orgullo.
—Aunque solo quedaban unos restos, esa espada estaba hecho de materiales de primera calidad. ¿Capacidad para absorber la esencia de todo lo que corta? Jamás había encontrado algo así antes, demasiado similar a la espada Ame no Murakumo no Tsurugi como para ser una simple arma mortal. Por eso, pensé que no merecía ser desperdiciada, y en mi tiempo libre usé los restos de la espada original, fundí el metal y di nacimiento a una nueva espada.
—Guau —Harry la miró impresionado—. Es… es realmente genial. Aunque se siente… ¿más fuerte?
—Así es —Raffaello lo miró con una sonrisa, pareciendo cada vez más orgullosa— . Usé algunos materiales divinos que he recolectado a lo largo de mis extensos años y he creado una original espada Dragón Slayer y con una fuerte afinidad de Acero, además de seguir teniendo la habilidad de absorber la esencia de lo que corta; aunque eso sí, de un grado menor porque si no se volverá a romper. Definitivamente esta espada será muy útil para tus futuras batallas contra los Dioses Herejes.
Harry la miró cada vez más impresionado. Y también conmovido. En su vida, habían sido contadas las ocasiones en que alguien le regalaba algo, sobre todo algo de tan gran valor. Además, no era cualquier regalo. Era algo que Raffaello había labrado con su propia mano con el único objetivo de ayudarlo.
Sintiéndose conmovido, Harry abrazó a la mujer legendaria sin poder evitarlo.
—¡Esto es genial! ¡Gracias, Raffaello! De verdad es una gran espada —De repente cayendo en cuenta de un detalle, se separó de la mujer con curiosidad—. ¿Cuál es su nombre, por cierto?
—No tiene nombre —reveló Raffaello—. Es tu espada. Tú tienes que dárselo, chico.
Harry inspiró. Nombrar una espada legendaria que sería usada para matar a los Dioses… No era tarea fácil, pero…
—Creo que tengo un nombre para ella… —dijo con confianza, para luego enunciar—: Draconis . ¿Qué tal?
—Hmn, bueno, peor es nada —Rafaello se encogió de hombros, haciendo que la confianza de Harry se fuera al garete—. De todos modos, es hora de partir. ¿Vienes, joven Kranjcar? —lo último lo dijo mirando a la callada Liliana.
Esta asintió.
—Sí, madame. Solo… solo deme un momento.
Y tras decir eso, miró a Harry con una expresión de incertidumbre antes de dar un paso y poner su mano en su hombro. Era un simple de gesto de apoyo, simplemente diciéndole sin palabra que diera lo mejor y que ella confiaba en su victoria. Solo bastó demostrar eso para que Harry sintiera su espíritu encenderse y le sonriera a Liliana, quien igual sonrió y se separó del Campione, poniéndose a lado de Raffaello.
—Gana —dijo casi en un susurro.
—Lo haré—se limitó a decir Harry.
Y así, observo como ambas mujeres eran rodeadas por un brillo azul para luego partir del lugar gracias a Magia de Vuelo, desapareciendo en la lejanía. Él, mientras tanto se quedó en aquel lugar por una media hora antes de girar y caminar por el bosque hasta llegar al hogar privado de San Raffaello. Se sentó en el suelo, usó su magia para traer un vaso y una botella de vidrio llena de agua fría, y se limitó a tomar agua de vez en cuando hasta que dos horas en totales pasaron.
Fue cuando él llego.
Toda la zona y quizás toda la región fue inundada por un intenso calor, como si alguien estuviera calentando algo a fuego vivo; como si fuera un hierro que daba paso a una espada. Los pocos humanos presentes, sin poderlo evitarlo, comenzaron a actuar como barbaros: buscando pelea y gloria como si nada, mientras que algunos pocos estaban ocupados adorando sin poderlo evitar a un ser supremo. La intensidad de tal suceso era tremenda; pero gracias a los esfuerzos de las organizaciones mágicas locales, eran pocas las personas afectadas.
—Este un saludo a usted, Rey Diablo, porque ante mí se haya presentado. Me honra que no haya huido a mi desafío—Materializándose en una onda de luz, el Dios Hereje, Nuada, sosteniendo en su mano izquierda su espada mística que respondía con el nombre de Claiomh Solais mientras su brazo derecho brillaba de plata, sonrió con magnificencia y poder: una mueca perteneciente únicamente a un Dios Rey de la Guerra, Luz y Acero—. Claramente antes cuando eras un hijo del hombre mostraste gran valor al pelear y derrotar al llamado Georgius. Te alabo por ello. Es bueno ver que tú, Rey Diablo, sigas manteniendo firme ese valor.
A Harry se le hizo difícil prestar atención a las palabras de su esperado contrincante. ¿La razón? Sencilla: sintió un aumento tremendo de poder en su ser. Su cuerpo se puso tenso y en alerta, sus sentidos se mejoraron y podía sentir a sus [Autoridades] rugir en deseo de ser liberados. Sin darse cuenta, sonrió; pero no era una sonrisa normal. Era una sonrisa maliciosa, desafiante y depredadora: una deseosa de batalla.
—«¿Qué me sucede?»—se preguntó, pardeando al sentir aquella sensación de batalla. Él no era así, Estar en alerta ante un enemigo que deseaba matarlo era una cosa, pero, ese deseo de batalla casi animalesco era simplemente… Harry miró sus temblorosas manos, confundido.
Nuada pareció reconocer lo que le sucedía a Harry.
—Oh, joven rey diablo, lo que te ha sucedido simplemente es el encendimiento del fuego y hambre de batalla que uno de tu estirpe debe de poseer —habló con gracia—. Para enfrentar a Dioses desafiantes como este Rey, tú tienes que tener el espíritu y rasgos para lograr tal locura. He visto a ti por todo este tiempo y he logrado ver tu verdadera naturaleza…
Nuada cerró los ojos tenuemente y le sonrió a Harry con aparente amabilidad, como un jocoso amigo. Pero eso era sola superficie. Su mirada delataba poder e instinto asesino. Que al igual que Harry, Nuada tenía un deseo ardiente de batalla y animosidad que simplemente no podía ocultarse.
—¡Puedes no parecer un Rey Diablo, pero es solo en la superficie! ¡Eres como el león, la bestia orgullosa y majestuosa que deja a sus leonas el trabajo y solo saca los colmillos cuando su manada es amenazada! ¡Esa es tu verdadera naturaleza!
Porque aunque Harry a simple vista no parecía un Campione, era uno en todo regla desde que mató a San Jorge. A comparación del monstruoso cazador Marques Voban, la tiránica artista marcial Luo Hao, la tonta caótica de Madame Ashia, el Príncipe negro Alec que se comportaba como un ladrón trabajador y el John Pluto Smith que era un héroe excéntrico, lo que clasificaría a Harry como un Campione seria ser un líder patriarcal. Como Nuada dijo, él era un león. Podía ser manso, amable y carismático alrededor de otras personas; pero cuando era amenazado o lo eran sus seres querido, entonces él mostraba sus colmillos y despedazaba a sus enemigos sin piedad. Así siempre había sido. Siempre había demostrado su valor y habilidad de batalla después de que él o sus amigos eran amenazados o estaban peligro. Él era un Campione a toda la regla. Diferente, pero lo era.
—Por eso, al saber yo de tu verdadera naturaleza, ¡te considero el Rey Diablo más especial de todos: la presa de colores más raros que este rey quiere como trofeo! ¡Preparate, asesino de dioses! ¡Levanta tu espada y ven a luchar! ¡ACABARE CONTIGO CON MI ESPADA DE LUZ Y TE DARE EL HONOR DE QUE TU PIEL SIRVA COMO MI TROFEO!
¡BOOOOOOM!
Y así, la tan esperada batalla inicio. Con un rugido de fuerza, ambos seres incompresibles se lanzaron a pelear.
El primero movimiento fue del Dios Hereje. Nuada bajó su espada y dividió en dos la tierra misma, haciéndole estallar. Con sus instintos avanzados heredados por su ancestro, Harry reaccionó a alta velocidad, giró a un lado y disparó a tope toda una llamarada de fuego mágico, tal que era visible incluso desde la distancia. Cualquier mago habría muerto ante su ataque capaz de prender un bosque en llamas; pero, como era lo esperado, no ocasionó nada a Nuada… Aunque el Dios Hereje se sorprendió ligeramente al sentir el calor del fuego, algo imposible considerando lo anti mágicos que eran los dioses. Sobre todos los de Acero.
Ignorando eso, Nuada corrió a alta velocidad lanzando cortadas de viento que destruían todo a su alrededor; pero Harry, usando Magia de Vuelo, lo esquivó con eficacia respondió usando el Wirguadium Leviosa para levitar árboles y lanzarlos a Nuada. No obstante, el Dios recibió aquellos arboles sin sufrir alguna clase de herida, alzando su espada Claiomh Soláis y la dejo caer.
¡BOOOOOOOMMMM!
Toda la zona estalló y miles de trozos de tierras fueron destrozados, en especial el hogar de San Raffaello. Menos de un minuto y aquel lugar ya ha sido convertido en trozos de maderas ya inutilizados, pensó el que Harry que estaba en el cielo después de usar magia de vuelo. Forzando ese pensamiento al fondo de su mente, disparó más y más bolas de fuegos acompañadas del Encantamiento Explosivo, Bombarda; pero, como era de esperar, sus ataques no surtían efecto, aunque lograban lo que Harry quería: hacer que Nuada pusiera su atención sobre él, moviendo su espada cortar el mismísimo cielo. Con rapidez, Harry usó la aparición y se tele-trasportó a una zona llena de humo. Parte de su plan en lanzar fuego mágico, para después usar Magia de Vuelo y así lanzarse a alta velocidad hacia Nuada.
—¡AAAAH! —rugió Harry, moviendo su espada Draconi s; pero el Dios Hereje no se dejó engañar por tal simple movimiento y recibió el corte de Harry con su, Brazo de Plata.
La onda expansiva golpeo duro a Harry; no obstante, no se amedrentó y disparó desde su boca un rugido de fuego mágico que cegó a Nuada, solo para aprovechar y dar un salto hacia atrás, alzando su mano libre
— ¡LUMOS MAXIMA!
Ante ese grito, toda la zona estalló de luz intensa que cegaría a un hombre inferior; pero Harry se enfrentaba a un Dios y uno de la Luz. De hecho Nuada, se sintió insultado por tal movimiento.
—¡NO ME INSULTES, REY DIABLO! ¡CON LA LUZ EN EL AMANECER DE LA GUERRA, ALZATE Y CORTA TODO A LO QUE DESEAS! ¡CLAIOMH SOLAIS!
Con palabras de hechizos, Nuada dejó suelta su Autoridad principal: la invocación de la espada de luz que era uno de los cinco tesoros sagrados de los Tuatha de Danann, Claiomh Soláis . Tal espada legendaria que era el «símbolo de la luz que guiaba al pueblo de Danu a la victoria» tuvo un efecto bastante sencillo: se convirtió en energía de luz y creció tanto en tamaño que incluso superó la altura del mismo cielo, haciendo ver su portador, Nuada, como una hormiga manejando un edificio. Nuada, entonces bajó con fuerza su espada, soltando el ataque a quemarropa.
¡ZZAAAAAAAAAAAASH!
El corte fue supremo, tal que siguió adelante y adelante, cortando literalmente en dos la ciudad de San Gimignano, estallando en una onda de luz que fue vista en el espacio exterior. Pero para sorpresa de Nuada, Harry no había sido derrotado ante tal ataque.
Fue cuando el Dios Hereje escuchó palabras de hechizos de su oponente.
—¡Andando en campo de batalla antiguo, corcel igual a la pureza jamás superada, temor de mis enemigos que en este camino yo he superado! —fueron las palabras exclamadas por Harry.
Y surgiendo desde la onda de luz destructiva, estaba el montando un caballo de energía blanca con alas de polvo sin haber recibido alguna clase de herida. El ataque de luz de Nuada había sido completamente negado por la invocación de aquel caballo místico.
Esa era la autoridad del Caballo Blanco
La Autoridad ganada por la victoria contra Bayard. La invocación de una Bestia Divina de clase baja que permitía a Harry «negar el destino» mediante la purificación del ataque enemigo por una sola al momento de ser invocado, pudiendo además golpear con la fuerza de un meteoro a velocidad divina además de ser una montura de movilidad de buena calidad.
Representaba la curiosa suerte de Harry con seres mitológicos, porque no era normal que él en cuatro años se haya encontrado con Cerberos, Unicornios, Centauros, Trolls, fantasmas y eso era solamente en su primer año en Hogwarts. Imagínate los demás cursos. También representa la ayuda que Harry tuvo con un hipogrifo y Thresthal cuando intento ayudar a su fallecido padrino Sirius, demostrando su afinidad a los caballos místicos y ser un héroe que ayuda a quienes quiere.
Como Autoridad, el Caballo blanco además de lo dicho previamente podía golpear con una fuerza anti-ejercito mientras Harry pudiera mantenerlo. Incluso le otorgaba la capacidad de moverse a la Velocidad Divina; pero solo a carga directa, pudiendo así cruzar largas distancias en instantes, incluso tratándose de viajar de un país a otro. Como era bastante simple, la única restricción que tenía impuesta era que para usarla Harry debía de visualizar al menos una persona importante que deseara proteger, quien además estuviese cerca de aquel lugar. En este caso eran, curiosamente, Liliana y su maestra temporal San Raffaello. Si no estaban presentes la persona que de corazón se deseaba proteger, entonces Caballo Blanco no podía ser usado.
Un corcel místico que brillaba como una estrella y golpeaba como la constelación del caballo, Pegaso: eso fue lo que chocó como un meteoro contra Nuada.
¡BOOOOOM!
Fue como si chocara contra acero. Hubo un extraño sonido, y Nuada se paró enfrente para recibir el ataque. Terminó retrocediendo, siendo empujado por el caballo mientras chocaban árbol tras árbol hasta impactar contra una montaña y hacerla explotar. Cualquiera habría pensado que Nuada habría sufrido un daño increíble, pero era un Dios de Acero, uno de los que tenía las más grande durabilidad entre las mismas Deidades. No bastaría con eso. Y eso el instinto de Harry se lo dijo, haciéndolo mover las riendas de su corcel y escapar del lugar rápidamente. Hizo bien, porque la zona estallo posteriormente por una fuerza de luz liberada por Nuada.
—¡DE ESTO ESTOY HABLANDO, REY DIABLO! ¡VEN A COMBATIR! —rugió el Dios Hereje, se veía parcialmente herido, pero sonreía con salvajismo y emoción.
Levanto su espada al aire, y sonrió aún más como la luz. Su aura aumento aún más, y entonces desde el suelo surgieron un ejército de guerreros hechos de huesos y armaduras de acero, soldados deseosos de conflictos sin fin. Y en aquel momento antes los ojos de Harry las heridas de Nuada comenzaron a ser curadas y el aire mismo ya de por si caliente se hizo aún más caliente, como si Nuada hubiera absorbido la humedad del mismo aire.
Harry recordó las lecciones dadas por Raffaello. Nuada tenía fuertes relaciones con varios dioses: Nodens, una deidad romano-británica asociada con el mar y la curación; la deidad de la guerra Romana Marte y a su vez con su contraparte griega Ares; con Nudd, una figura divina en la mitología de Gales y probamente también con Lludd Llaw Eraint, conocido como Lludd de la Mano de Plata haciendo una alusión al Brazo de Plata de Nuada; y finalmente estaba también el nórdico dios Tyr conocido como el dios manco, quien perdió su brazo después de una prueba que tuvo relación con el Lobo del Ragnarok: Fenrir
Así que se podía decir que Nuada era un Dios de la Guerra que pasó a ser acero después de haber sido un Dios del Mar, después un Dios Guerrero armado en armas y después un Dios relacionado con los metales como Lludd. En total era la espada de guerra reutilizada y convertida en un nuevo acero, Nuada.
Al reconocer que su oponente curó sus heridas al absorber la humedad del aire, Harry no pudo evitar sonreír monstruosamente. Era la sonrisa de ansia de batalla que Harry jamás habría mostrado como humano; pero esta vez como Campione la emoción de un reto emocionó mucho a Harry e hizo que no pudiera evitar alzar su propia espada Draconis al aire y apuntar a Nuada.
—¡¿ASÍ QUE LLAMASTE A TU EJERCITO, DIOS DE LA GUERRA?! ¡ENTONCES YO LLAMARE AL MÍO! ¡Victorioso he salido y he dominado con mi poderío a todo lo que yo he ganado, dragón de poca monta cae bajo mi mando y mi bota para que así sea mi bestia que ruge en tiránica dominación! ¡Por mi nombre, yo te considero un Dragon!
Así, Harry exclamó con voz fuerte activando su segunda Autoridad y a la vez usando su energía mágica usó Transfiguración simple para crear ratones y pájaros con los restos de la zona. Fue entonces que la Autoridad llamada hizo acción. Los seres creados lentamente fueron afectados por una maldición y comenzaron a mutar para convertirse en un ejército de dragones bestiales que rugieron sin igual ante el ejército invocado por Nuada; pero no fue lo único que hizo sino, pues los soldados de hierro se miraron con confusión al ver como venas negras aparecían en su cuerpo. Mientras tanto Nuada, siguiendo sus instintos, corto a todas partes con su espada de luz para detener lo que podría ser su perdición.
Esa era la autoridad Interfectum Draconis
Era una maldición que se podía colocar ya fuera en un enemigo, un ser vivo normal o incluso un objeto inanimado. La maldición se trataba de cambiar el atributo de lo maldecido a Dragon. A simple vista se diría que era una Autoridad simple y débil; pero en realidad era muy peligrosa. Al cambiar el atributo de alguien podría causar un montón de problema a la víctima.
Por ejemplo, el ejército invocado por Nuada ya no era de Acero sino que eran Dragones, lo que entraba en conflicto con su existencia al ser armas Matadragones. Ahora mismo estaban sufriendo dolor con su atributo original dañando al atributo actual. Y ese efecto incluso podía afectar a Dioses Herejes; en específico, a Dioses de Acero, los cuales sufrirían un dolor con su atributo original intentando exterminar al atributo extranjero.
Claro que ese efecto no funcionaría en dioses de tierra y agua debido a que el atributo Dragon está fuertemente conectado a esos dos elementos. Además que tampoco afectaba a los Dioses y Bestias o Creaciones Divinas visiblemente; pero en cosas normales la maldición hacia que los que recibían la maldición se convirtiese en dragones divinos bajo el mando de Harry, como el demostró al convertir a los animales que el transfiguró en dragones divinos.
Esta Autoridad había nacido de la historia de «San Jorge y el Dragon», en donde San Jorge se enfrentó al dragón Azdaja que intentaba devorar a la princesa Sabra para luego someterlo, controlarlo por un tiempo y después matarlo, demostrando una vez más el atributo de los dioses de acero en dominar a los dragones y algunas veces convertir a las diosas que son de atributos de Serpiente en sus mujeres, como por ejemplo con Perseus y Andrómeda y también con Susanoo y Kushinada. Cabía destacar que «San Jorge y el Dragon» era además el punto de comparación por excelencia en Occidente en lo que respectaba a Dioses de Acero, identificando al Dragon con múltiples tipos de criaturas o «volviéndolos» Dragones.
Representaba a la habilidad Parsel de Harry, un poder obtenido de lord Voldemort que Harry adquirió cuando le derroto a la edad de un año, poder que fue útil para Harry cuando se enfrentó al basilisco cuando tenía doce años, donde Harry como un héroe logro domar a una Serpiente para su beneficio.
Los únicos inconvenientes de esa Autoridad era que después de usarse no podría volverse a usar por una semana y que Harry no podía usar Autoridades de atributos Acero mientras usaba esta Autoridad ya que básicamente se suicidaría.
—¡Conque tú deseas convertirme a mí en un Dragon, Rey Diablo! ¡Astuto en verdad eres! —felicito con emoción Nuada mientras resistía con existo de la maldición. Él fue el antiguo dios Nodens, así que tenía atributos de Dios de Agua, por lo que la maldición no le afecto. Eso no quería decir que su ejército no fuera afectado, como podía verse, Pero pese a eso, Nuada no se retractó sino que sonrió aún mas
—¡ESTO ES EN VERDAD GLORIOSO, REY DIABLO! —dijo con emoción—. ¡AUN CON TAL DESVENTAJA PELEARE Y GANARE!
Y con aquel grito de desafío, Nuada y su ejército se lanzaron hacia el gran grupo de dragones que rugieron, igual siendo guiados por Harry, que desplego su espada Draconis para ser su arma de la destrucción. Su espada podía seguir siendo una espada en el ámbito de lo mortal; pero esa arma era su carta de triunfo junto a su autoridad Interfectum Draconis ya que era una espada Matadragones que sería capaz de incluso dañar a una deidad de atributo serpiente y dragón. Por ello Raffaello se tomó su tiempo en hacerla ya que sería una gran ayuda para el sexto Campione.
Siendo sinceros, Harry estaba molesto porque Nuada no recibiese la maldición; pero decidió no darle vuelta al asunto, y se lanzó a la batalla con un rugido.
¡BOOOMM! ¡CLACK! ¡SLASH! ¡CLOB! ¡POOMM! ¡CLACK!
Así, los dos grupos chocaron, enfrentándose como bestias. Harry en su corcel blanco cortaba con todo y lanzaba ráfagas de fuego mágico, siendo respaldado por sus dragones malditos mientras Nuada y su grupo despedazaban sin piedad a los dragones. La batalla básicamente era una guerra campal en donde todo se mataba a la vista. Dragones escupiendo bolas de fuegos intensas o mordiendo sin parar a los soldados con su mismo atributo mientras que los soldados de ex acero peleaban como podían, aun debilitados, pero como si fueran Berserker bestiales.
—¡ADELANTE! —rugió Harry en su corcel blanco. Y salió disparado hacia adelante como si fuera un meteoro, chocando contra un grupo de soldados y con su espada cortando espectacularmente contra los enemigos.
Fue entonces que desde el cielo cayo Nuada gritando con emoción y sosteniendo su espada Claiomh Soláis con fuerza.
—¡Corta, corta sin parar porque yo he decretado que a lo que es mirado siempre será cortado! ¡Locura, ven aquí, y trae ira a la guerra en donde todos perecerán a todo fin! —gritó Nuada, invocando dos Autoridades al mismo tiempo.
Y entonces el espacio se distorsiono y el brazo plateado de Nuada se movió como si estuviera cortando algo, y los instintos de Harry se encendieron en alarma, por lo que uso el Hechizo de Vuelo para escapar del lugar, observando como su caballo blanco era despedazado por una hoja invisible cortante mientras el ejército de Nuada desaparecía. Quiso hacer algo al ver eso, pero no pudo hacer nada porque la segunda Autoridad le dio de lleno.
Y su mente se volvió un caos.
—¡AAAAAAAAAAAAH! —gritó en agonía pura Harry al sentir la ira, envidia, odio, dolor, sufrimiento y maldad que cada persona que Harry había conocido. Sintió el odio de los Slytherin, sintió la maldad de los mortifagos, sintió el desprecio de los Hufflepuff, sintió el sufrimiento de los Dursley, sintió la envidia de los Ravenclaw: sintió cada uno de los sentimientos negativos de todas las personas con las que se había encontrado en su vida. Y cuando más sentía, el joven Campione sentía su odio e ira crecer a niveles de locura.
¡POW!
Ese fue el sonido que se escuchó cuando Harry fue golpeado por el Brazo de Plata de Nuada, haciendo que escupiera sangre y sintiera que muchos de sus huesos y órganos del pecho fueran destruidos por el golpe del Dios Hereje. Él deseaba actuar; pero lastimosamente estaba bajo los efectos de Locura e Ira de parte de Nuada, que venían de su aspecto anterior como Marte/Ares, así que no podía hacer nada. Viendo eso, sus Dragones sirvientes intentaron acercarse y despedazar a Nuada para ayudarlo; pero el Dios con un tajo cortó en dos al ejercito de Dragones con Claiomh Soláis e incluso cortó dos montañas cercanas en dos, tal era el filo invencible de su espada.
—¡Has peleado valerosamente, joven Rey Diablo; pero tu cruzada termina hoy a mano mía! —exclamó Nuada, mostrando una mirada de respeto hacia Harry; pero igual levantó su espada Claiomh Soláis con su mano izquierda, dispuesto a terminar con la batalla—¡Muere con honor porque tú has caído por el rey de los Danann, Nuada!
Harry, aún bajo los efectos de la Maldición de Locura, intentó hacer algo, ya que sus instintos le decían que iba a ser atacado y pronto. Si no hacía algo iba a morir con seguridad.
Algunas veces uno diría que en tal situación la lógica era irrefutable, y que el final de Harry era inevitable; pero había que recordar: Campiones eran existencias que rompían el sentido común y eran capaces de incluso hacer milagros.
—] … el Ojo de la Mente no es solo la combinación de los instintos, sino que es una mente clara que agudiza dichos instintos; por ejemplo, con el Ojo de la Mente podrás discernir la velocidad divina de un enemigo.
De pronto, Harry recordó las palabras y enseñanzas de San Raffaello. Aun estando en su estado de locura maldecida, él podía recordar aquella lección.
¿Combinar los instintos en uno solo? Él no tenía su mente clara en ese momento, así ¿que como agudizara sus sentidos? A menos que…
A menos que hiciera lo contrario.
—¡¿QUE?! —exclamó Nuada al ver la locura que sucedió aquel momento. Él sostenía por el cuello al joven Campione con su Brazo de Plata, teniendo la intención de cortarlo; pero entonces el joven que gritaba sin parar se detuvo y se relajó como si nada, para entonces después moverse a una velocidad normal y lanzar su espada normal hacia el brazo izquierdo de Nuada. Tal acción confundió a Nuada porque la espada no le hirió, pero…
—¡Con esta espada de justicia y batalla, yo purificaré todo mal! ¡Sea mía la victoria con esta espada en mi mano que canta la pureza que siempre brillará!
Todavía bajo la Maldición de Locura, Harry actuó aun en contra del sentido común e invocó en su mano derecha una espada; una espada que era de acero, pero a la vez estaba hecha de fuego. Fuego blanco santo.
Era la última Autoridad y carta de triunfo de Harry. Y con ella cortó en dos el Brazo de Plata de Nuada.
Sin entender, el Dios Hereje miro su extremidad cortada, anonado.
¡SLASH!
—¡AAAAAH! ¡URK! —fueron las exclamaciones de Harry y Nuada ante sus últimos ataques a sus respectivos oponentes.
La espada de Nuada, Claiomh Soláis , cortó desde el hombro hasta la mitad del pecho del lado derecho del cuerpo de Harry, mientras que Harry había traspasado con su espada el corazón de Nuada.
Incrédulo, Nuada miro la espada que le había apuñalado, y balbuceó:
—¿C-cómo?
—P-para….d-despejar ….m-mi…m-mente…..s-sacrifiquee…m-mis….o-otros….s-sentidos…..-respondioo Harry en un murmullo, escupiendo sangre debido a la espada que había cortado en dos su pecho. De igual manera, el aún mantenía su espada en el pecho de Nuada con solo pura fuerza de voluntad.
Había estado bajo una Maldición de Locura en donde recibía cada mal sentimiento de todas las personas con las que se había topado en su vida, obligándole a entrar en un frenesí de odio, sufrimiento e ira, igual que los antiguos Berserkers de Europa. Contra todo pronóstico, encontró un modo un modo de liberarse: sacrificando la percepción y atención a sus demás sentidos, dejando de escuchar, sentir, saborear, ver u oler, pudo concentrar todo su ser en su mente y así centrarse en ignorar la Maldición de Locura, pudiendo así actuar para lanzar un plan improvisado gracias a su loca nueva habilidad aprendida.
Lo llamó Vitrificación: el sacrificio temporal de los sentidos naturales para llegar a un estado de absoluta calma y dominio mental, en la que cualquier forma dañina para la mente era eliminada o ignorada, permitiendo actuar al usuario y pensar a una velocidad extraordinaria. Era una habilidad peligrosa, ya que podría costarle la vida al usuario de tal técnica dado que la acción se volvía lenta al no tener en uso los otros sentidos. Era un horror de técnica casi suicida que haría gritar a San Raffaello improperios: una técnica digna de un idiota. Pero para Harry en ese momento fue suficiente.
Con ella trazó un plan: lanzó su espada Draconis para confundir la atención de Nuada por unos segundos y permitirle activar su última Autoridad y carta de triunfo.
Espada Santa
Basada en la lanza o a veces como espada arma icónica de San Jorge, Ascalon, representaba también la Espada de Gryffindor que en otra vida mundo alternativo seria para Harry Potter una clave importante para la derrota de su mayor enemigo.
Era una Autoridad que tenía la habilidad de absorber la habilidad de una Autoridad del enemigo y convertirla en fuerza negativa para dañarlo. Si se activaba correctamente, entonces, por ejemplo, frente a un Dios del Sol crearía una espada de luz del sol que podía destruir el poder del sol de la deidad enemiga. ¿Cómo? Simple: con esencia inversa, superando la energía del Dios al que se le fue quitada la habilidad y generando un «efecto depredador». En pocas palabras, si se usaba contra un Dios del Agua, entonces se crearía una espada de agua que absorbiera el agua del enemigo, contra un Dios de la Magia se crearía una espada de magia que consumiría la magia del enemigo, entre muchos otros muchos ejemplos más. Era una Autoridad que robaba un poder del enemigo y lo volvía en su contra.
La única restricción que Harry tenía con esta autoridad era que solo podía absorber una habilidad que haya sido demostrada en combate y que lo hubiera herido de alguna manera. Fuera de eso, podría usarla las veces que quisiera y no tenía prácticamente restricciones.
En este caso Harry, podría haber tomado la Maldición de Locura, el Ejercito de Acero, Claiomh Soláis o, como escogió…. el poder cortante del Brazo de Plata de Nuada.
Con él, cortó el brazo de su oponente para estar libre. Después, logró cortar su armadura y así apuñalarlo directamente al corazón.
Claro que tal movimiento no resulto sin consecuencias terribles. Ya que sacrifico sus sentidos naturales como el tacto o el olfato o la vista, no pudo hacer nada cuando la espada Claiomh Soláis cortó desde su hombro hasta la mitad de su pecho. Por pura suerte no llego al corazón; pero si corto en dos su pulmón derecho, sus costillas derechas, su hígado y demás órganos.
Para él, incluso siendo un Campione , fue demasiado. Inmediatamente cayó al suelo escupiendo sangre. Más elegante, Nuada también dio unos pasos atrás, de igual manera escupiendo sangre y aun sosteniendo la Espada Santa en su pecho.
Al verla, Nuada no supo que decir en un principio; pero poco a poco, sus labios se comenzaron a crispar, y al final sin poder evitarlo soltó una risa de emoción y dicha, una risa que hizo temblar un poco el suelo. Él se rio con ganas y sin pena ante su obvia derrota.
Se divirtió, después de todo.
—Para ser derrotado con mi propio brazo que corta la existencia… este joven Rey Diablo sí que es una cosa interesante… Hehehehe. Susanoo, amigo mío, sí que tenías razón —Nuada miró al cielo con algo parecido al éxtasis, recordando en su tiempo en el Mundo Astral con el viejo ex dios Hereje Susanoo y su consejo de esperar la batalla contra el Sexto Campione—. ¡Este joven Rey Diablo es el más interesante de todos! —Dirigió su mirada hacia Harry, mirándolo con orgullo, respeto y un cariño extraño para el que técnicamente era su asesino—. Por esta vez acepto mi derrota, rey diablo. Pero, la próxima vez… ¡yo rey de los Danann, Nuada, regresaré y te venceré sin lugar a duda! ¡Recuérdalo! Hasta entonces… ¡Siéntete orgulloso! ¡El poder de este Rey se volverá el trofeo que asegurará tu vida hasta nuestro próximo encuentro!
Esas fueron las últimas palabras de Nuada, dichas con una sonrisa en su rostro.
Y así el Dios de la Guerra, Nuada, murió, y se convirtió en polvo que cayó sobre Harry, brillando para luego desaparecer.
Fue entonces que Harry sintió algo entrar en su ser, y en lo más profundo de su alma a lado de sus tres estatuas principales apareció una nueva. Esta estatua era de un brazo que apretaba su puño, su nueva autoridad: Brazo Cortante de Plata.
Y a Harry al instante le dio igual.
Para él, el asunto sobre sus Autoridades le daba lo mismo. Incluso en sus cincos sentidos, le daría lo mismo. Ni hablar ahora que básicamente se estaba muriendo.
—Uff, este lugar sí que es un caos
—¡Descuide, su majestad! ¡Le ayudaremos enseguida!
Repentinamente, se escucharon varias voces. A punto de desmayarse, Harry las pudo oír a medias. Y también pudo ver las siluetas de dos mujeres: una alta con una más pequeña, en donde el color marrón y plateado eran notables
No entendía muy bien que sucedía. Intento hablar; pero volvió a vomitar sangre, y, lo supo entonces: eso era lo último de sus fuerzas
Cayó desmayado.
Y no sabría por un largo tiempo que fue lo que ocurrió en ese momento.
Cuatro días después…
Lentamente, abrió los ojos, encontrándose con un techo desconocido. Tosiendo fuertemente, sacó un toque medico de su boca, y observó que tenía un líquido de color verde brillante. Se irguió, solo para ver que estaba en un hospital donde había una máquina que le estaba dando aquel liquido verde y con su instinto avanzado pudo deducir que era agua curativa.
Con lentitud, se levantó y se acercó al espejo en la habitación, y observo impasible la gran cicatriz que recorría desde su hombro hasta la mitad de su pecho. Había sobrevivido: eso era obvio. Pero, ¿cómo?
—¡SU MAJESTAD! —oyó gritar.
Y entonces vio a una joven a la que reconoció rápidamente: Liliana.
Esta tembló, antes de acercarse a él, mirarlo con preocupación y luego sonrojarse de la nada mientras hacia una reverencia. No pudo evitar parpadear al verla así. Su reacción le traía algunos recuerdos y sospechas que lo hicieron confundir. Ni cuando se acabaron de conocer, Liliana actuó así.
—Su majestad —dijo Liliana, y hubo algo en su tono que Harry no supo cómo tomar—, ¡es un gusto verlo sano y salvo! Por un momento… ¡p-por un momento temí que perecería ante la espada del Dios Hereje Nuada!
—Eh… vaya, si —murmuro Harry estúpidamente, sin saber que más decir Harry. En parte porque la reacción tan repentinamente… pasional de Liliana lo confundía. Pero también fue porque, ahora que estaba calmado, no podo dejar de pensar y recordar como actuó durante su batalla contra Nuada.
Jamás había peleado con tanta emoción y deseo de destruir a otra persona. Ni siquiera con Voldemort. Tenía que admitir que siempre fue un chico perezoso que se auto-engañaba creyendo que el problema de Voldemort no le concernía. Y muchos murieron por ello.
Pero ahora, él se enfrentó como un Dios de la Guerra contra una deidad…
—Así que es así un Campione en batalla… —murmuro Harry, sintiéndose deprimido. Raffaello tenía razón. Él de verdad se convirtió en un monstruo.
Entonces el repentinamente escucho un sonido, y miro que Liliana se sobaba los ojos, ya sin poder evitar mostrar que estaba llorando.
—S-su majestad… —dijo, temblorosa, ocultando la mirada—.D-de verdad… me preocupé tanto porque, casi muere… Y-yo, de verdad..
Fueron murmullos dichos sin querer. Ella no debería decir esa clase de cosas: era lo que pensaba. Cuando conoció a Harry, no lo pudo evitar: se sitio ligeramente atraída. Y cuando lo conoció de verdad, mas allá de aquello que físicamente le parecía atractivo, se sintió aún más atraída por su personalidad. Era el primer chico con el que trataba. Y habían congeniado también, pero…
Él era un Campione, y ella un Caballero. No era lo adecuado.
Para un Caballero, no era lo adecuado. No debía mostrar esos sentimientos. Debía ocultarlos hasta que desaparecieran. Eran solo tonterías, niñerías: pensamientos infantiles. No debía mostrarle en presencia de nadie, menos ante la de un su rey diablo.
Pero no lo podía evitar.
Ahora que lo miraba, no podía evitar recordar lo que hizo para salvarle la vida.
Se sintió sonrojar. Y entonces, ella sintió la mano de Harry en su cabeza.
—Fuiste tú quien me salvó la vida, ¿cierto? —le cuestionó. Y Liliana casi se sintió morir. ¿Lo sabía? ¡¿Sus poderes de Campione le dijeron lo que hizo para salvarlo!—. Liliana, te juro que siempre estaré agradecido contigo.
— «Aparentemente no»—se dijo Liliana con ligero alivio, aunque el exterior tartamudeaba un: «E-eh, e-eh…»
—¿Interrumpo algo, niños? —se escuchó una voz, la cual los hizo saltar a ambos
Volteándose, ambos se encontraron con San Raffaello. La mujer se encontraba recostada en el marco de la puerta, sonriendo con malicia. O más bien: sonriéndole a Liliana con malicia.
—Oh vaya, que bien que vengo, porque si no el terrible Rey Diablo habría reclamado a su caballero—dijo en un tono dramático que Harry no entendió. O más bien: que no quiso entender.
—Solo hablábamos —dijo con confusión, sintiéndose extraño al notar el nerviosismo de Liliana. Le recordaba demasiado a Ginny en su etapa de estar enamorada de él. Y, siendo sinceros, no era algo con lo que quisiese lidiar de nuevo, menos con la única amiga que tenía.
—Bueno, bueno —San Raffaello siguió sonriendo divertida, aunque por dentro algo conflictiva por Liliana al notar los sentimientos de Harry. En parte, estaba contenta con él, porque si fuera el tipo de chico que se aprovechara de los sentimientos de una niña ella misma le caería a espadazos. Pero también sabía que Liliana de verdad apreciaba a Harry, y… bueno. Sabía que un rechazo probablemente le hiciese una marca terrible.
—«Estoy muy vieja para esto»—se dijo con un suspiro. Nunca había sido de mucho lio. La mayoría de sus relaciones se habían basado en acostones ocasionales o de una noche. Siempre le había importado mucho el entrenamiento para hacerse la vida un lio con esa basura del romance adolescente.
—Dejando eso a un lado —dijo, queriendo cambiar de tema—. He venido a ver a mi último estudiante después de su debut como Rey Supremo y lo único que me queda hacer es…
San Raffaello se acercó a Harry con una sonrisa suave que hizo a Harry sonreír igual, pensando que su maestra temporal le diría que estaba orgullosa de él, lo abrazaría y le diría que era el mejor estudiante del mun…
¡POW!
—¡Auch! ¡Joder! ¡¿Por qué fue eso?! —dijo con lágrimas cómicas en sus ojos. ¡¿Dónde estaban sus palabras llenas de orgullo?!
—¡¿Crees que soy estúpida o qué?! —le gruñó San Raffaello, mirándolo con una miranda iracunda que había aprendido a reconocer: era la misma mirada que ponía cuando hacia lo que ella consideraba una estupidez—. ¡Estuve toda la batalla mirándote a lo lejos con mi magia! ¡Vi ese estúpido truco tuyo al final! ¡Dejaste que Nuada cortara tu pecho! ¡TU PECHO! ¡¿POR QUE DEMONIOS HICISTE ESO?!
—E-eh… —Harry tembló. Técnicamente, era más fuerte que Raffaello gracias a sus Autoridades. Pero daba igual. Una mujer enojada daba miedo como el infierno—. P-porque me desconecte a mis sentidos y afile mi mente para escapar de la Maldición de Locura de Nuada—dijo, tambaleante y muy temeroso. Sobre todo temeroso.
Mientras tanto, ambas mujeres presentes parpadearon en sorpresa ante su declaración. ¿Desconectarse de sus sentidos para mejorar el poder de la mente? ¿Qué clase de idea bizarra era esa? Raffaello se golpeó la frente mientras suspiraba y Liliana sintió un parpado temblar, recordando de pronto todo el tiempo que pasó llorando por temor a que Harry se muriera.
—Bueno, no importa, me desquitare contigo después… —Dijo Raffaello con un suspiro, sonriendo tenuemente al mirar a la Liliana enojada reventar un lápiz con su puño discretamente. Parecía que alguien había estado aprendiendo ciertas actitudes de ella—. Ahora eres el reconocido Sexto Campione, por lo que desde aquí tu vida no será la misma.
—Ya me has dejado claro eso antes, Raffaello. Soy consciente de todo. Tranquila, por cuatro años pasee algo similar. Creo que puedo manejarlo.
—Bien, porque decidí que no te dejare solo a partir de ahora.
—¿Qué? —Eso Harry no se lo esperó—. Pero dijiste que estabas retirada. Que habías jurado más nunca entrometerte con el mundo más allá de entrenar a las personas.
—De hecho —Raffaello asintió—, pero viendo como volviste bizarra mi lección sobre el Ojo de la Mente, veo que necesitas más entrenamiento y una guía especial en este mundo para que puedas vivir con toda la comodidad que tú deseas. Estoy retirada, y no quiero entrometerme con el mundo de la magia otra vez, pero… Si te dejara solo me sentiría culpable
Harry no pudo evitar enternecerse. ¿Su maestra lo quería tanto a ese punto?
—Quien sabe que daño causarías al hacer cuanta estupidez te pase por la mente —continuo Raffaello, haciendo desinflar a Harry. Sí, esa era su maestra—. Por eso, supongo que ahora seré tu manager: la manager del Sexto Campione… Suena mal, pero creo que podré con el trabajo.
—¿Por qué haces que suene como que será un martirio? —dijo Harry con un puchero. Él no era tan mal alumno, ¿cierto?
—Pelearás contra Dioses Herejes y otros Campione. Y además eres un idiota que si no tiene alguien que lo detenga se puede suicidar por accidente. Obvio que será difícil.
—… Eres mala —Harry hizo un puchero aún más profundo.
A Raffaello le importó un bledo.
—Sí, lo sé. Y me encanta serlo —Se volteó hacia Liliana conteniendo una sonrisa—. Ha sido más o menos un mes desde que has estado aquí en Florencia para tu iniciación y obtención de una de mis espadas, Liliana. De seguro tu abuelo estará preocupado por ti
—¿Mi abuelo? —Liliana miró a Raffaello casi como preguntando que era un abuelo, ya destruyendo su octavo lápiz. Luego cayó en cuenta de sus palabras y olvidó su enojo—. ¡Oh, sí! ¡Mi abuelo! ¡Debo de regresar a mi hogar! Hace cuatros días que me llegó un mensaje pidiendo que regresara. Pero… —Liliana miró a Raffaello con preocupación—. ¿Qué hago? Quiero decir, ¿debo de informarle a mi organización Cruz de Bronce Negro sobre su majestad?
—Hmn, espera —Raffaello miró al Harry callado—. Hey, Harry, ¿deseas ser el Campione patrocinador de la organización Cruz de Bronce Negro?
Harry la miró con confusión.
—¿Cómo para que querría yo hacer eso?
—Bueno, dijiste que deseabas tener una existencia con la mayor normalidad posible, ¿cierto? Sería lo lógico que siendo un mago aprendieras de las artes mágicas además de tener un trabajo en una organización mágica. Aprenderás de eso con calma pero al menos tendrás un lugar fijo para actuar.
—No quiero imponerme a otro, pero…. —Harry recordó cómo se tiró al Velo de la Muerte. Como se tiró sin pasaportes o básicamente nada aparte de su ropa y varita—. No tengo documentos o lugar donde vivir—Suspiró—. Quizás lo mejor sea que le de apoyo a esa tal Cruz-de-lo-que-sea. ¿Qué opinas, Raffaello?
—Si patrocinas a Cruz de Bronce Negro entonces veras seguidamente a Liliana. ¿No sería eso estupendo?
—¡Madame Raffaello! —Liliana se sonrojó como un tomate. Gracias al cielo que Harry no podía ver su cara desde la posición en la que se había movido.
—Tienes razón —reconoció Harry, sin pensar mucho. Liliana era su única amiga. Estar con ella le haría olvidar que… Bueno, que más nunca volvería a ver a sus amigos.
—Bien —Por un momento, Raffaello se preguntó si había obrado bien. Al parecer los buenos principios de Harry también podían hacerle hacer estupideces. Solo esperaba que Liliana no saliera lastimada—, entonces es mejor que regreses a la cama y tomes de esa agua curativa que hice. Tuvimos que darte por vía oral un montón de pociones y medicina curativa para poder sanar aquella tremenda herida que recibiste. El hecho que estés de pie y vivo es un verdadero milagro. De verdad que los Campione son existencias aterradoras.
—No lo digas así, que me deprimo… —dijo Harry, pero sus labios se movieron en una sonrisa, haciendo que Liliana y Raffaello sonrieran igual.
Entonces Liliana sintió su celular sonar y ella lo tomo por primera vez en cuatro días. Había estado ignorando las llamadas de su abuelo porque estuvo pendiente del Sexto Campione. En su estado debilitado no sería sorprendente que hubiera algún ataque enemigo. Y sí los hubo. Pero aquellos malhechores fueron tratados hace dos días (por no decir que entre ella y Raffaello los dejaron peor que a Harry).
De todos modos, ella abrió su celular y reviso los mensajes dejados por su abuelo. Al leer todo lo escrito, hizo una mueca confusa que llamo la atención de los otros dos presentes.
—¿Hay algo que te haya dicho tu abuelo, niña? —cuestionó Raffaello.
—Oh, nada, es solo una nota rara de parte de mi abuelo. Al parecer el Marqués Voban está en búsqueda de talentosas Hime-Mikos. Quiere usar la Visión Espiritual para buscar algo, supongo. No lo sé, mi abuelo simplemente me dijo que vaya a presentármele.
—Oh, el Campione más antiguo —Recordando al Campione anciano, Raffaello no pudo evitar sentir un escalofrió De todos los Campiones, él y Luo Hao eran los peores y más tiranos de todos—. Él es… una muy mala noticia, si te soy sincera. Es muy difícil de manejar así que…Ten cuidado, chica —dijo, algo preocupada, pero no mucho, Liliana era muy educada, y no creía que su abuelo la mandase al matadero. Probablemente solo fuese a dar una profecía para que el Campione persiguiese a un Dios o algo por el estilo.
Por su parte, Harry, que solo sabía del nombre de su hermano Campione mayor de pasada, no presto mucha atención a las palabras de Liliana. Si Raffaello no estaba preocupada, entonces probablemente no habría razón para que él lo estuviera, ¿verdad?
—Supongo que es un adiós —fue lo único en lo que pudo pensar.
—Será, su majestad; pero descuide. Nos volvamos a ver cuándo haya alcanzado la posición de Gran caballero. Por mi honor, le aseguro que así será —prometió Liliana con firmeza y determinación, lo que hizo que Harry sonriera a toda la regla.
Así, sin más, la joven de pelo plateado salió hacia la salida de la habitación. Aunque ella tuvo que moverse, pues la puerta cuidadosamente se abrió para dejar pasar a un joven alto que parecía muy mayor aunque tenía apenas diecinueve años, teniendo como distintivo un pañuelo rojo como el de un pirata en la cabeza. Lo reconoció rápidamente. Era Gennaro Gantz.
—Saludo su majestad, mi nombre es Gennaro Gantz, un miembro distintivo de la organización Cruz de Cobre Negro y he venido para saludarle en su nuevo nacimiento como un Campione y darle la opción de ser nuestro patrocinador y líder… si no es mucha molestia —murmuro el joven con cuidado y elegancia. Logró entrar a la puerta por su fama y contactos; pero no quería ofender al Rey Demonio con haber entrado sin presentarse antes.
Gantz de hecho tenía suerte, pensó Liliana. A Harry no le importaba nada de etiqueta o modales o algo así; pero incluso entonces, él farfullo un poco molesto, sentado en la cama del cuarto sabiendo bien que lo que seguiría seria la llegada de un montón de gente que desearan algo de él. Ya le había pasado antes siendo el Niño-Que-Vivió.
Viendo eso, Liliana bufo, compartiendo su molesta, y siguió con su camino, aunque luego se detuvo en el umbral de la puerta y miro a Harry sin que este se diera cuenta.
No pudo evitar sonrojarse.
Para salvar a Harry, había sido necesario usar una magia curativa muy poderosa mientras Raffaello preparaba unas pociones. El problema era que los Campiones solo podían ser curados con magia directamente desde su interior, así que… para suministrarle magia curativa, debía ser de forma oral. Y como Raffaello era, según ella, muy vieja para ir por ahí besando jóvenes, Liliana entonces…
—Le di mi primer beso —susurró—. Fue mi primer beso. Y fue con un Campione.
Liliana no pudo evitar sentirse avergonzada; pero en el fondo ella estaba orgullosa. Después de todo, le gano en algo a su amiga y rival, Érica. Que su primer beso fuera con un Rey Supremo no era algo que pueda ser replicado.
Dicho eso, sabía que esos sentimientos no podían tener lugar. Harry era un Campione, y, aunque no lo veía haciéndolo, podría llegar a tener cientos de amantes de desearlo. Ella no quería esa clase de vida para ella. Era mejor si solo era su Caballero. Seguramente, su abuelo estaría orgulloso de ella si lograba ser el Caballero de un Campione como Harry.
Pero para eso, necesitaba estudiar y entrenar. Solo un Caballero con la capacidad de pelear con Bestias Divinas como San Raffaello podía estar al lado de un Campione.
Además, debía de tratar con su abuelo ese tema sobre el Marques Voban y su deseo de obtener Hime-Mikos.
— «Solo esperó que no sea algo caótico»—se dijo.
Y mientras ella salía de la puerta de aquella habitación para ir a su hogar no pudo evitar pensar en su amigo y el pequeño anhelo de su corazón: ver de nuevo al Sexto Campione, Harry Potter, cuanto antes pudiese.
Extracto de los archivos divinos de San Raffaello. Sobre Nuada…
La Antigua Europa, Galia, está llena de Dioses Tribales.
A medida que las culturas se asientan en lugares, la necesidad de una Deidad Guardiana que los guie a la victoria se vuelve primordial. Esa Deidad es un protector, pero también es su Rey. Precisamente porque es un maestro de la guerra, es que se le da el dominio de la tribu.
El culto de Nuada puede rastrearse con base a esas ideas.
Su área de influencia abarca toda Galia. Y de ahí, es fácil distinguir porque en las distintas tribus hay tantas Deidades con atributos tan semejantes. El nombre más antiguo podría remontarse a Nodens, el Dios del Mar y la Curación. Nuada es, sin embargo, la forma en que más se le recuerda. Hijo de Danu, la Diosa de Luz, quien también se menciona como su esposa junto a Nemain, perdió el brazo en una batalla, lo cual le costó la realeza. El paralelismo con Tyr, según algunos historiadores, parece deberse a que en un punto la tribu de Nuada y la de Odín se cruzaron, y este último sobrepasó en autoridad al primero.
Los Dioses Galos, sin embargo, solo pueden rastrearse gracias a los Dioses Romanos. Y en ese sentido, Nuada, que se rastrea gracias al Dios Tribal Marte es bastante compatible con su homólogo. Aunque Marte no pierde un brazo, ser el máximo protector de su pueblo lo hace igual a Nuada, siendo ambos aquellos quienes les dan fuerza a los ejércitos, y compartiendo el punto común de haber visto su autoridad superada por otra deidad que los tomó como hijos, con el caso de Marte siendo el de Júpiter.
Cuando el cristianismo tocó la puerta, el Dios Protector de las Tribus fue retenido en los cuentos de Llud Llaw Eraint y Nudd Llaw Eraint, volviéndose simplemente una figura parecida a un hada.
Puede decirse que Nuada fue en un principio un Dios del Agua, que reflejaba su posición como Rey de Galia (un lugar lleno de agua), antes de verse sobrepasado por otros Dioses y pasar a volverse simplemente en un Dios de Acero y de la Guerra que sirve como Dios Protector.
Con esta Deidad, Harry Potter obtuvo su Autoridad: Brazo Cortante de Plata
Autoridades de Nuada
Claiomh Soláis
¡Con la luz en el amanecer de la guerra, alzate y corta todo lo que deseas!
La Autoridad Principal de Nuada. Es la Espada de Luz que es uno de los cinco tesoros de los hijos de Danu. Dado que Nuada es un Dios de Acero, parece que este es un reflejo sobre su dominio sobre su esposa, Danu. Es tan grande y maleable como la luz misma, con un filo capaz de devorarlo todo. Nuada puede cortar una ciudad con facilidad cuando usa esta Autoridad. Causa daño extremo contra los enemigos de atributo maligno, Serpiente o Dragon.
No tiene restricciones
Brazo de Plata
¡Corta, corta sin parar porque yo he decretado que a lo que es mirado siempre será cortado!
La segunda Autoridad de Nuada, el Brazo de Plata, de nombre formal, dado por Diancelt y Gobhiiu. Mientras que dotó a Nuada de poder, permitiéndole seguir protegiendo a su pueblo, le costó el título de Rey al volverse un Dios «lisiado», pasando a ser simplemente un guardián,
Como fue hecha por el Dios de los Herreros, a pesar de ser un brazo es la mejor de las armas. Al mismo tiempo, es un hecho de que gracias a este brazo Nuada fue capaz de portar su espada una vez más. Su efecto no es más que el de desatar el concepto de «corte». Si Nuada hace un movimiento simple con el brazo, entonces se genera un vacío cortante. Pero si sostiene un arma, esta vez su poder incrementado en gran medida, imbuyéndose con el poder del brazo. Puede combinarlo con Claiomh Soláis .
Su restricción es que al usar esta Autoridad pierde su Ejército de Acero, dado que perdió su posición como rey al lisiarse.
Locura e Ira.
¡Locura, ven aquí, y trae ira a la guerra en donde todos perecerán a todo fin!
La Autoridad de Nuada sobre la Guerra. Como esposo de Nemain, un aspecto de Morrigan/Danu, Nuada también trae fuerza a los hombres mediante la ira y la locura, aspecto que comparte con Tyr y más precisamente con Marte y Ares. Sirve para evocar los sentimientos negativos que generan conflicto y así generar un frenesí. Si lo usa como apoyo, se llama la Bendición de Rabia incrementando los poderes a cambio de reducir la sapiencia a cero. Si lo usa como ataque, se llama la Maldición de Locura y destroza la mente de su rival al someterlo a todos los sentimientos negativos que ha causado en su vida. Una Autoridad tan multifacética como la Guerra.
Su restricción es simplemente que no puede desatar la Bendición de Rabia al mismo tiempo que la Maldición de Locura, lo que básicamente se resume a que solo puede escoger entre apoyar a su ejército o maldecir al del rival.
Otros
Ejército de Acero: La Autoridad de Nuada como Dios Tribal. Invoca una multitud de soldados de acero para que peleen junto a él. Muy débil debido a que perdió su posición como Rey, su aspecto de Marte tiene una versión mucho más potente de esta Autoridad. No se mencionó su canto en la historia
Mar de la Curación: La Autoridad de Nuada como Nodens. Nodens es una Deidad Marina que se dice «pesca» (rescata) las almas del mar, y la esposa de Nuada tiene un aspecto de nombre Macha relacionado con la vida, la muerte y las aguas. Puede traer la vida a partir de líquido vital, restaurando la fuerza de todo lo que toca este líquido, pero es muy limitado debido a que su naturaleza como Dios Lisiado entró en conflicto con su poder de Dios de la Curación. Puede tomar la humedad de la atmosfera para auto-sanarse ligeramente, pero el verdadero efecto solo se aplica cuando entra en contacto con un líquido, pudiendo incluso sanar por completo a alguien a punto de morir. Su limitante es que, debido a su mito, Nuada no es capaz de usarlo para salvarse a sí mismo mientras su enemigo no esté derrotado totalmente. No se mencionó su canto en la historia.
Autoridades de Harry
Caballo Blanco
¡Andando en campo de batalla antiguo, corcel igual a la pureza jamás superada, temor de mis enemigos que en este camino yo he superado!
La Autoridad ganada por la victoria contra Bayard. La invocación de una Bestia Divina de clase baja que permite «negar el destino» mediante la purificación del ataque enemigo por una sola al momento de ser invocado, pudiendo además golpear con la fuerza de un meteoro a velocidad divina además de ser una montura de movilidad de buena calidad, capaz de golpear con una fuerza anti-ejército y moverse a la Velocidad Divina; pero solo a carga directa, pudiendo así cruzar largas distancias en instantes, incluso tratándose de viajar de un país a otro.
Como es bastante simple, la única restricción que tiene impuesta es que para usarla Harry debe de visualizar al menos una persona importante que deseara proteger, quien además estuviese cerca del lugar donde peleaba.
Interfectum Draconis
¡Victorioso he salido y he dominado con mi poderío a todo lo que yo he ganado, dragón de poca monta cae bajo mi mando y mi bota para que así sea mi bestia que ruge en tiránica dominación! ¡Por mi nombre, yo te considero un Dragon!
Una maldición que se puede colocar sobre un enemigo, un ser vivo normal o incluso un objeto inanimado, cambiando el atributo de lo maldecido a Dragon. No funciona en Dioses de Tierra y Agua debido a que el atributo Dragon está fuertemente conectado a esos dos elementos.
Representa a la habilidad Parsel de Harry, un poder obtenido de lord Voldemort que Harry adquirió cuando le derroto a la edad de un año, poder que fue útil para Harry cuando se enfrentó al basilisco cuando tenía doce años, donde Harry como un héroe logro domar a una Serpiente para su beneficio.
Su inconveniente es que después de usar esta Autoridad no puede volverla a usar por una semana y que Harry no puede usar Autoridades de atributos Acero mientras usa esta Autoridad ya que básicamente se suicidara.
¡Con esta espada de justicia y batalla, yo purificaré todo mal! ¡Sea mía la victoria con esta espada en mi mano que canta la pureza que siempre brillará!
Una Autoridad que tiene la habilidad de absorber la habilidad de una Autoridad del enemigo y convertirla en fuerza negativa para dañarlo, volviéndose el depredador de la Autoridad enemiga robada.
Representa la Espada de Gryffindor que en otra vida/mundo alternativo seria para Harry Potter una clave importante para la derrota de su mayor enemigo.
Como lo prometido es deuda, aquí traigo el segundo capítulo.
Resulta algo pesado, ya que tiene más de 17k palabras. Pasaron tantas cosas que a primera vista resulta un poco difícil.
Primero, Harry descubre que está en otro mundo. Acerca de porque Raffaello no parece sorprenderse antes esto, tengo dos explicaciones. La primera es que, bueno, el mundo de Campione es una locura, y la idea de otros mundos es lo menos extraño. La segunda va conectada a la primera. En Campione la idea de otros mundos es sugerida por la Autoridad Puerta de Hadas de Madame Aisha, y en Shiniki no Campione literalmente el Mundo de los Mitos choca con el mundo normal. Básicamente, el múltiverso es canon y Raffaello y algunos más aparte de los Dioses lo saben.
Segundo, Érica y Liliana.
Ya habrán visto porque dije que Érica no iba a estar en el harem. Harry y ella se llevan… bueno, ya vieron. Puede parecerles estúpido, y si son fans de Érica probablemente se enojen o que se yo. Pero vamos. En el fandom de HP le tiran mierda a todos los personajes hasta cambiarle la personalidad por completo (lo cual al principio es interesante, pero después se vuelve estúpido y repetitivo). Aquí no se hizo. Verdaderamente, debemos admitir que la personalidad de Érica no es la mejor que pueda haber y que no todos van a congeniar con ella. Si se tratara del Harry pre-canon, tal vez su personalidad no le hubiera resultado tan molesta, pero este viene de cinco años con Snape y Draco. Obvio que alguien arrogante y manipulador le va a caer mal. Precisamente por eso es que me gustan los fics de Toaneo, porque la interacción de personajes no se reduce «Érica es guapa y es mi waifu, así que va a estar en el harem de Harry porque me da la gana». No echo hate a nadie, pero admitamos que eso es lo que pasa en todos los crossovers. La mayoría lo único que hace es eliminar a uno de los protas y darle el harem al nuevo. Ni siquiera se esfuerzan en cambiar como se conocen o la manera en que se tratan.
Dicho eso, el tercer punto: el VS Nuada.
¿Qué puede decir? Me gustó, aunque no es mi estilo de narración de peleas. Siendo sinceros, la actitud de Nuada es bastante buena para ser alguien que está emparentado con Ares. No pude evitar cambiarle algunas cosas y hacer que tuviera una cierta estima por Harry. Eso no quiere decir que no trate de matarlo si vuelve a manifestarse, pero si lo ve peleando con otro Dios se sacaría un Atenea y haría una alianza con él para luego tener su batalla destinada. Dicho eso, no creo que vuelva a manifestarse en esta historia, así que no le presten atención a eso.
Ultimo: Liliana otra vez.
En el original, Liliana y Harry son inocentes y algo clichés. No está mal, pero ya manejo un Harry así y quiero diferenciarlo. Este Harry viene de haber visto a Ginny fangirleando por él. Obviamente puede darse una idea de ciertas actitudes, aunque no es un genio. Liliana es inexperta en el amor y sus emociones, y quienes conocen su personaje sabe que es bastante pasional pese a que trata de aparentar lo contrario. Obvio que su versión niña iba a sentirse atraída por el primer chico que conoce. Y obvio además que siendo tan joven dar su primer beso le va a afectar más que a su versión canon. Pero dicho eso, la diferencia de edad y de roles la voy a tomar en cuenta para algo de drama. Digo, tres años no es nada de diferencia, pero cuando uno tiene doce y el otro quince, se siente… raro. No quiero el FBI y a la ONU aquí, así que habrá que esperar a que Liliana tenga más desarrollo para verla de lleno como waifu.
Hablando de eso, a partir de este capítulo les voy a traer la impresión que las waifus tienen sobre Harry para que vean su desarrollo.
Liliana: «Mi rey. El chico al que sirvo y con el que yo, tal vez, quisiera… ¡No, no! ¡Eso no puede ser! ¡Yo soy su caballero y nada más!»
Liliana siente cosas por Harry, pero se niega a demostrarlo tanto por temer ser rechazada como por pensar que no es apropiado. Sus sentimientos además son algo infantiles, como una especie de flechazo.
San Raffaello: «Mi tonto alumno. Un idiota que puede matarse si no lo mantengo vigilado. Como es tan tonto, obviamente cuidarlo es mi responsabilidad»
San Raffaello ve en Harry un alumno tonto. Ella lo aprecia por el tiempo que han pasado juntos, pero su trato está marcado por su edad. Ella ve en Harry «un niño», y la idea de tener algo con él ni siquiera le pasa por la cabeza. Tiende a tratarlo más como una madre trata a un hijo problemático o como una hermana trata a un hermano idiota por lo mismo.
Si quieren que también ponga la opinión de Harry, me lo dicen.
El próximo capítulo tengo que hacerlo yo y promete además tener una longitud semejante a este, sino es que mayor. Así que probablemente si me tome un tiempo traerlo.
Los dejo entonces con lo que Toaneo07 dijo sobre su capítulo:
«Vaya, sí que le puse mucho a este capítulo, en total espero que les haya gustado. En el próximo capítulo Harry se enfrentara al dios hereje Siegfried y al Campione Voban en el mismo día. Harem actual de Harry: Liliana y posiblemente Raffaello»