Descargo de responsabilidad: la serie de Pucca no es mía, es de su creador Boo Kyoung Kim, así que sólo disfruten este fic sin que plagien o traduzcan.

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"¿Cómo saber sí esa chica es la indicada? Pues sí esa chica hace todo lo posible para hacerte feliz y protegerte, entonces ella es la indicada porque estará ahí incluso hasta en los peores momentos." _(jasminpucca)

Desde que Dong King le dijo que era su padre tan descaradamente que se lo creyó, Garu se sentía mal todos los días del padre, los días de la madre y los días de la familia, pero sobre todo el día de su cumpleaños por saber que era una mentira. Y aunque ya había pasado un año entero desde esa mentira, eso no había cambiado en absoluto y se había acentuado más ahora que cumplía 16 años.

Llorando toda la mañana, medio día y tarde cuando nadie lo veía, deseando conocer a su familia que de seguramente vio cuando era sólo un niño pequeño, pero que ya no recordaba tristemente a pesar de que quisiera. Pidiendo que lo dejaran sólo con el mismo, sus pensamientos y soledad, aunque no se le cumplió porque Abyo, Ching y Hwayo lo arrastraron al parque de Sooga en donde esta vez sería el cumpleaños de él.

Oyendo la música festiva para celebrarlo, mientras la gente iba de aquí para allá felicitándolo. Pasando en su mesa un rato, para después retirarse al saber que estaba bien y comiendo pastel con mirada detraída.

Estando Ching y Abyo lejos de Garu, al Notar que su amigo honorable estaba más abstraído que nunca. Hablando entre ellos dos con preocupación, sin dejar de notar que Garu se veía muy mal y Pucca Aún no llegaba a la fiesta del ninja.

–Ching, ¿Qué crees que le pase a Garu?

–No lo sé, Abyo, pero siempre se pone así en su cumpleaños, día del padre, el día de la madre y el día de la familia desde que Dong King le mintió con lo de su familia.

Respondió la chica de trenzas, soltando con simpleza el artista de Kung-Fu.

–Pero Ching, creí que su fiesta lo reanimaría, porque después de todo ya pasó un año entero de esa mentira.

–Eso es verdad, pero no creo que se le olvide nunca, pues tú tampoco olvidarías algo como eso sí alguien llegara de la nada y te dijera que es tu verdadera mamá para después descubrir que es todo mentira.

Habló Ching más seria que nunca, mirando a Abyo con una tristeza profunda, que indicaba que ella también le dolería esa mentira. Provocando que el moreno la entendiera con pesar, agachando la cabeza y decir con melancolía.

–Sí, es cierto, a mí también me dolería igual que a Garu.

–Ya vez, a eso me refería. Sin embargo, lo que se me hace extraño, es que Pucca no esté aquí para consolar a Garu por esto que siempre le pasa en estas fechas.

Se preguntó intrigada Ching, haciendo que Abyo se pusiera a pensar extrañado.

(Es verdad, ¿Dónde estará Pucca?)

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Y mientras todos los de la fiesta se preguntaban, ¿En dónde está Pucca?, incluyendo Garu que no lo admitía. Pucca se encontraba escalando una montaña para llegar al templo del maestro so, sintiendo el sudor correr por su rostro y deseando llegar pronto al templo para hablar con el maestro.

Porque después de pensarlo tanto, ningún regalo se le ocurría para Garu esta noche. Así que decidió ir con el maestro so, que tiene más ideas de lo que se piensa en un principio.

Terminando de escalar la montaña de Sooga, para brincar la nube más grande en donde estaba el palacio ambulante del Maestro So. Caminando con calma hasta allá, para llegar a la puerta del Palacio de so y tocar tres veces con fuerza.

Dejando de hacerlo con rapidez, para esperar con impaciencia a que alguien le abriera la puerta del palacio. Golpeteando la nube más grande con el talón de su pie derecho, hasta que abrieron la puerta de par en par y una doncella salía y le decía con amabilidad.

–¿Quién es?

~Soy yo, Pucca."

Contestó la chica azabache, aunque sabía que no la entendería, saludando Pucca resignada con una sonrisa. Viéndola la geisha con atención, para después sonreír alegre y decir amable.

~¡HOLA!~

–Oh, Hola Pucca.

Respondió la geisha amablemente, sonriendo más Pucca con prisa, pues sabía que la dama no la entendía. Oyendo como la mujer le preguntaba, mirándola con amabilidad y ganas de que se apurara hablarle.

–¿Cómo estás? ¿Deseas ver al maestro so?

~Estoy bien, gracias por preguntar. Y sí, deseo hablar con el maestro so.~

Asintiendo Pucca a ambas cosas que la geisha preguntó, pues era la única forma en la que la geisha le entendería, logrando que lo hiciera y la hiciera pasar la mujer al templo con gentileza amistosa. Indicándole en donde estaba el maestro que buscaba, para encaminarla al despacho que so tenía en su palacio.

Siguiéndola Pucca con paso apresurado hacia donde iban, pues sabía que ya se le hacía tarde para estar con su amado. Jugueteando con sus manos por el nerviosismo que tenía, hasta que llegaron, abriéndole la geisha la puerta a Pucca y diciéndoles felizmente.

–Muy bien, Pucca, ya hemos llegado. Puedes hablar con el maestro so y me alegra mucho que estés bien, sólo recuerda no importunarlo mucho para que te quiera ayudar.

~Está bien, muchas gracias.~

Asintiendo la niña de catorce años con alegría, dando una reverencia agradecida con las manos atrás de ella. Para después proceder a alzarse con prontitud y entrar al despacho del maestro so, caminando hacia él con las manos hacia atrás y con la barbilla levantada para mirar hacia donde estaba el maestro.

Llegando hasta donde so estaba sentado, parando de inmediato en frente del maestro que le enseñó magia para enfrentarse al maestro Kang. Inclinándose de nuevo ante él con cortesía, oyendo como el maestro la recibía alegre de verla.

~Hola, maestro so, es un gusto verlo.~

–Hola, Pucca, es un gusto volver a verte. Y dime mi niña, ¿qué te trae por aquí?

Levantándose de inmediato por la interrogante de so, para explicarle a detalle con señas y gestos lo que le pasaba y quería hacer por Garu.

~Lamento molestarlo, pero como usted sabe, hoy es el cumpleaños 16 de Garu. Y yo por más que lo pienso, no se me ocurre nada que regalarle después de la mentira que Dong King le dijo sobre su familia.~

Parando una vez de hacer todo eso al terminar de contar, haciendo que so riera por lo alto con diversión y le dijera feliz.

–¡JA JA JA! Pucca, eso no es una urgencia. Pues, aunque Garu no lo diga, cualquier regalo que tú le des lo hará muy feliz.

Frunciendo el ceño por la inconformidad que le invadió a Pucca por oír eso, diciéndole con una mirada dura al maestro so.

~Pero yo no quiero darle lo que sea, yo quiero darle un lindo regalo que lo haga recordar su cumpleaños 16 y mantenga presente el cariño paternal y maternal que los dos carecemos.~

–Ya entiendo, Pucca, eso es un lindo gesto. Y tengo el regalo perfecto para él, aunque lo estaba reservando para que yo sé lo diera. Sin embargo, en vista que lo necesitas más tú que yo, te lo daré y yo le daré otro, ¿Está bien?

Asintiendo Pucca agradecida, para empezar a brincar con alegría, poniendo sus manos enfrente de ella como si fuera a rezar y decir en silencio emocionada.

~¡MUCHAS GRACIAS! ¡MUCHAS GRACIAS! ¡MUCHAS GRACIAS, MAESTRO SOO!~

–No es nada, pequeña, lo hacemos por el ninja más honorable de Sooga, ¿verdad?

Asintiendo Pucca enérgicamente, soltando una risita confirmativa y alegre.

–¡JI JI JI!

~Sí, tiene mucha razón, maestro Soo.~

Sonriéndole el maestro Soo a Pucca, para soltarle alegre en secreto.

–Shhh. Tranquila, Pucca, lo que te voy a dar para que le regales a Garu nadie sabe que lo tengo. Así que sí alguien te lo pregunta, tú dirás que lo encontraste por allí. Al único que le dirás de donde lo has conseguido es a Garu, pero le dirás que yo aún no puedo hablar con él, ¿está bien?

~Sí, Maestro Soo.~

Le respondió Pucca con una sonrisa, oyendo el susurro serio de Soo.

–Bien, me alegra que me hayas entendido, ahora sígueme.

Saltando de su asiento con rapidez, para aparecer de la nada la nube voladora que siempre llevaba a Soo. Encaminándolo hacia donde estaba ese regalo, siendo así seguido por una Pucca alegre y emocionada por lo que sería el obsequio.

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Garu ya estaba bien extrañado, Pucca no llegaba a la fiesta de cumpleaños de él que había iniciado hace horas. Y aunque estaba ensimismado en sus pensamientos, se daba cuenta que esa pequeña molestia fanática suya aún no estaba por el parque de Sooga.

Y aunque no lo admitía ni lo admitiría por ahora, la preocupación por Pucca le invadía por dentro y por fuera de él. Viendo disimuladamente hacia todos lados para ver sí Pucca aparecía, no encontrando aun nada en el lugar donde veía o pasaban sus ojos azabaches.

Por lo menos, hasta que como siempre, Pucca aparecía magistralmente en la fiesta de él o donde quiera que fuese. Aunque en esta ocasión venía encima de una de las nubes voladoras del maestro Soo, acompañada de Soo y sus bellas doncellas que sonreían afable.

Poniéndose enfrente de la pista de baile en donde la mayoría de los invitados estaban bailando, hasta que Pucca, Soo y sus doncellas llegaron y los interrumpieron al aterrizar en la pista. Asustando a Garu por ver a Pucca con ellos, pues extrañamente él había creído que la chica de chongos se había vuelto una de las geishas del maestro y ese hecho le aterró de sobre manera.

Mirando Garu con sorpresa al maestro Soo, al igual que los demás invitados del parque de Sooga. quedándose bien quietos por sí el maestro decía algo o quería decir algo, soltando rápido el maestro para que siguieran con la fiesta.

–Tranquilos, sólo hemos venido a dejar a Pucca y festejar con todos el cumpleaños 16 de Garu.

Esa respuesta tranquilizó a todos y volvieron a lo suyo, así como si nada hubiera pasado desde un principio. Bailando todos los presentes la nueva tonada que santa ponía, mientras Pucca bajaba y hablaba con Soo, sin que Garu pudiera verlos y oírlos por ser jalado por Ring Ring a bailar.

Deseando saber de qué hablaban, pero conformándose que no lo haría y mareándose por estar bailando con Ring Ring. Mientras que Soo retenía a Pucca, diciéndole en el oído con discreción para que nadie lo notase.

–Muy bien, Pucca, dale el regalo a Garu en un lugar en donde tú y él estén solos. Así la magia sólo los absorberá a los dos y no afectará a terceros, ¿queda entendido?

~Entiendo, maestro Soo.~

Alejándose de él con rapidez, para buscar a Garu corriendo por toda la fiesta. Encontrándolo en la pista de baile con Ring Ring, danzando torpemente en el lugar en el que estaban.

Pues al parecer ella no sabía guiar a Garu ni él sabía seguirla, por lo que no había esa compenetración de parejas que todos tienen cuando bailan. O más bien, ellos dos no tenían química para bailar ni como pareja normal.

Así que Pucca decidió quitar a Garu de su tortura, tomándolo de la mano y jalándolo con ella a la máxima velocidad. Desapareciendo con él de la fiesta sin que Ring Ring y los demás se dieran cuenta. Pues todos estaban tan ocupados en divertirse que ver que el festejado seguía allí.

dándole la ventaja a Pucca para huir con Garu lo más lejos posible, llegando a un prado un poco más lejano que la fiesta. Poniendo a Garu enfrente de ella y riendo divertida, mientras que él le alzaba una ceja interrogante y sorprendido de lo que pasó.

–¡JI JI JI!

~¿Qué haces? Y, ¿Dónde estabas?~

Sonriendo Pucca ampliamente en forma de respuesta, dándole de paso un beso a Garu que hizo que se sonrojara ante ella.

~Pues te traje aquí para darte tu regalo y estaba con el maestro Soo, buscando tú regalo de este año.~

~Ya veo, ¿y no me lo podías dar enfrente de Todos? ¿Y por qué te lo dio él?~

Cuestionó Garu con las cejas arqueadas y mirando a Pucca con fijación, sonriendo Pucca nerviosa con esa interrogante y diciéndole seria.

~Bueno, el maestro Soo me dijo que te lo diera asolas. Y sobre porque me lo dio él, eso no lo sé.~

–¡JI JI JI!

Soltando inevitablemente una risita nerviosa, al darle a Garu su regalo con las manos temblorosas. Detalle que a Garu le sorprendió y tomó el regalo intrigado, pues Pucca nunca se había puesto nerviosa y menos cuando le daba regalos o se daba a ella de regalo.

Así que le dio mucha curiosidad la actitud de Pucca, por lo que decidió abrir el pequeño regalo que Pucca le dio. Viendo que adentro había dos regalos, un guardapelo en forma de corazón rojo y una peineta en forma de mariposa.

Espera, ¿Una peineta! ¿Y para qué demonios querría él una peineta? Se preguntó Garu con intriga, mirando a Pucca otra vez para alzar sus cejas y preguntar con duda.

~¿Esto es mí regalo, Pucca?~

~Sí, así es.~

Respondió Pucca con un asentimiento de cabeza, rodando los ojos resignado para decir desconforme en silencio.

~Pues gracias... Supongo.~

~Pero, ponte la peineta, Garu.~

Le pidió Pucca con ojos de cachorro, negándose Garu con insistencia con la cabeza.

~No, no, no, ni hablar.~

Dándose la vuelta para alejarse de allí, mientras se colocaba el guardapelo en el cuello y lo habría para ver que contenía. Viendo que de un lado había una foto de él y Pucca de bebé, observando en el otro lado una foto de cuatro personas diferentes que se parecían un poco a Pucca y a él.

Desconcertándole las fotos que estaban dentro del guardapelo en forma de corazón, pues no sabía quién eran las personas que estaban dentro ni porqué había una foto de Pucca y él bebés. Así que se detuvo repentinamente en medio camino de irse, mientras Pucca lo seguía para tratar de detenerlo, recordando de paso lo que el maestro Soo le dijo cuándo le pidió ayuda con el obsequio de Garu.

[Flash Back]

Cuando llegaron a otra habitación Pucca y el maestro Soo, el maestro Soo sacó de una cajonera un pequeño colgante en forma de corazón con las iniciale una peineta en forma de mariposa que tenía escrito en letras mayúsculas las letra A. Volteándose hacia Pucca cuando ella ya estaba atrás de él, dándole las dos cosas en la mano y diciéndole con seriedad.

–Mira Pucca, este es un colguije que entre tu madre y la madre de Garu hicieron para Garu, pues ellos tenían planeado que estuvieran juntos desde siempre. Y la peineta que te he dado, era de la bella madre de Garu que tiene un poder mágico para qué puedan verla, sólo procura que se la ponga y la verá como por arte de magia.

~Pero, ¿De verdad? ¿Y la mía? ¿Cómo? ¿Y por qué se la va a dar hasta apenas?~

Preguntó Pucca con las cejas alzadas y con la sorpresa de una niña que descubría un tesoro, negando el maestro Soo con la cabeza y diciendo serio.

–Por ahora no puedo responderte ninguna de tus preguntas, pero con el tiempo lo haré, así que por ahora ve a darle sus regalos a Garu y luego cuando sea el momento hablaremos.

~Está bien, maestro Soo.~

Asintiendo Pucca resignada de que no recibiría respuestas por ahora, para después inclinarse en una reverencia agradecida y después echarse a correr fuera de allí con el maestro Soo.

[Fin Del Flash Back]

Al llegar con Garu de tras, Pucca se desconcertó por verlo inmóvil y con la mirada fija en las fotos del guardapelo. Pero no se detuvo a pensar en sí estaba bien o no y sí le molestaría que le quitara la peineta para ponérsela, sólo le quitó la peineta rápidamente y se la colocó en el lado derecho de la cabeza.

Así hizo que un brillo saliera de la mariposa al estar en el pelo de Garu, envolviendo a ambos con un brillo cegador. Que hizo que ambos se desmallaran y cayeran al piso con fuerza, estando Pucca abajo y Garu en sima con su cabeza en los pechos de ella boca arriba.

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–Pucca, Garu, despierten, despierten, despierten.

Abriendo Pucca y Garu los ojos con dificultad, mientras ponían una mano en su frente para intentar disminuir el dolor y cubrir la luz cegadora del día que veían de todos lados. Entrando en cuenta que uno estaba encima de otro, haciendo que se asustaran y se pusieran nerviosos por aquello y quitarse con gran velocidad.

Poniéndose uno al lado del otro con los rostros sonrojados y muy nerviosos por la situación, preguntándose con desconcierto, intriga, duda y recelo, ¿Qué está pasando? ¿En dónde estamos? Oyendo un par de risitas masculinas y femeninas, que lo sacaron de su estupor inicial y vieron con mejor nitidez el lugar en donde estaban.

–¡JA JA JA!

–¡JE JE JE!

Observando ambos que estaban en un prado lleno de flores de varios colores y arboles realmente frondosos, que ciertamente contrastaban con el lugar nevado en el que antes estaban. Y hablando del lugar en el que antes estaban, ¿Por qué ya no estaban allá? ¿Por qué aparecieron allí? Y lo más importante, ¿Cómo es que llegaron allá?

Dejando esas preguntas a un lado, al oír la voz dulce de una mujer cercana. Haciendo que ambos se voltearan al mismo tiempo hacia la voz, para ver de quien se trataba o sí les hablaba a ellos.

–Tranquilos, están ahora con nosotros.

–Así es, Hijo, tú y tu novia estarán bien.

Secundó una vos masculina a las palabras de la mujer, notando Pucca y Garu a una mujer de cabello azul mar en dos coletas un poco largas, ojos negros como los de Garu, un vestido negro con un corazón rojo en el pecho, medias rojas, zapatos negros de tacones bajos, guantes del mismo color rojizo y listones carmesí en el pelo. Junto a un hombre alto, de gesto rudo, de cabello negro con una coleta pequeña, ojos cafés, espada en la espalda y el traje igualito al de Garu, que realmente les impactó de sobre manera y ambos se preguntaron mentalmente al mismo tiempo.

(¿Quiénes son? ¿No me digas que ellos son...?)

Acercándose la mujer a Garu con cuidado, para decirle con amor y algo de lentitud.

–Oh, Mírate Garu, has crecido tan fuerte y tan guapo como tú padre a tu edad, ¿No es verdad, Suga?

–Así es, Kana, Garu heredó tus ojos y en su cabello tiene una combinación entre tu cabello azul y mi pelo negro azabache.

Abriéndose los ojos de Garu y de Pucca desmesuradamente, para preguntar él en silencio.

~¿Ustedes son mis padres...? Mis verdaderos padres.~

–Así es, hijo, lamentamos mucho no haber estado contigo todos estos años. Pero no dudes nunca de nuestro amor hacia a ti, la vida nos separó por diferentes motivos y realmente fue muy doloroso para nosotros como para ti. Sin embargo, nunca nos hemos alejado de ti, porque siempre te hemos visto desde aquí y ahora podrás hablar con nosotros cuando cumplas años gracias a la peineta de mariposa que Pucca te dio.

Esa información alegró a Garu al extremo, que terminó llorando de felicidad y de genuina emoción por ver a sus padres. Dándole un arranque de emoción tan fuerte que hizo que tomara a Pucca y la besara enfrente de sus padres, sorprendiendo a Pucca y haciendo reír a Kana y Suga de nuevo.

–¡JA JA JA!

–¡JE JE JE!

Separándose Garu de Pucca alegre de lo que estaba pasando, para voltear a ver a sus padres y oír como Suga decía divertido.

–Al fin y al cabo, mi amigo Udong tenía toda la razón, Pucca sí sería una buena futura novia para ti. Sólo espero que se cuiden, porque ambos están hechos el uno para el otro.

–Es cierto, Pucca es la perfecta nuera para mí y la perfecta novia de mi hijo. Así que cuídense mucho entre los dos, porque ustedes son el reflejo vivo de Udong, Mina, Suga y yo. Ambos serán muy grandes y cumplirán lo que desean, yo lo sé por qué confiamos en ustedes.

Abrasándolos Kana y Suga a los dos a la misma vez, dándoles un beso en la mejilla a ambos chicos con afecto y dándoles sueño intenso para que se durmieran de nuevo. Cayendo al piso Pucca y Garu con los ojos cerrados, mientras Kana y Suga se despedían con afecto.

–Fue un gusto verlos, pero ya es hora de irnos, nos vemos el otro año.

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Despertando aturdidos uno al lado del otro, oyendo las voces de Ching y Abyo enfrente de ellos.

–Oye, Abyo, ¿Crees que estarán bien?

–Espero que sí, Ching, porque parecen dormidos.

Contestó Abyo distraídamente, levantándose Garu y Pucca del suelo con dificultad. Viéndose el uno al otro con complicidad y la pregunta de, ¿Fue real? ¿O sólo vivieron un sueño?

Alzando los hombros para preguntarse después eso entre sí, pues Ching y Abyo estaban allí y los creerían unos locos sí empezaban a preguntar. Así que decidieron dejar a un lado todas las preguntas, para oír lo que Ching y Abyo les decían al volverles a prestar atención.

–Pucca, Garu, están bien. nos habían asustado, creíamos que estaban muertos o les había pasado algo feo.

Abrasándolos Ching y Abyo con fuerza, mientras que Pucca y Garu se dejaban abrasar por ellos, debido a que se los debía por haberlos asustado.