Hola de nuevo camaradas. Ya ni he visto la fecha de la última publicación que hice (ni me lo recuerden por favor), pero como he dicho con anterioridad en la historia de "Un inicio diferente" que me ausentaría por un buen tiempo; cosa que por esa razón cree tal vez el capítulo más largo que jamás me habría atrevido. Más que nada debido que estoy realizando mi residencia universitaria y por ahí entre pausa y pausa escribía algo; incluso cree nuevas historias. Hasta que vi que este capítulo al fin lo pude terminar. Y viendo que ya tengo la semana libre (Y si, en algunas residencias no dan vacaciones). Podre publicarlo al fin.
Ok, sin más demora…
Disfruten del capítulo :D
Recuerdos e inseguridades
—Uta…
—¿Mmm? —Emite la pequeña un sonido, indicándole que continuase.
Ambos niños se encontraban sentados juntos en una colina contemplando el atardecer. Ya que hace poco la pequeña había regresado de un breve viaje con Shanks.
—¿Qué es el amor? —Pregunta el Luffy en un tono indiferente, pero volteando su vista hacia ella.
Gracias a que la brisa del mar tomase fuerza cuando la quiso mirar, ayudando que el cabello de Uta cubriese el enorme rubor que se había plasmado en todo su rostro ante tal inesperada pregunta.
—¿Qu-Qué?
"¡¿De dónde saco esa idea?!", pensó frenéticamente la niña, una explicación razonable para aquella duda. Queriendo descartar la posibilidad que no fuese consecuencia al haber tenido sexo esa vez. Esperando que ya se le olvidase. Pese a que Uta solo quería molestarlo al principio como sacarlo del bar sin ropa, pero una cosa llevo a la otra…
—¿Cómo se siente estar enamorado? —Volvió dar otra pregunta el pelinegro, esperando que esta vez sí le respondan aun observando el crepúsculo. —¿Cómo sabes que lo estás?
—¿Por qué lo quieres saber? —Entrecerró sus ojos mirándolo, esperando que no tenga relación de su última visita.
—Lo oí de Makino al hablar con Elia por el caracol y me dio curiosidad. —Respondió el niño con simpleza, ignorando el suspiro de alivio de su amiga, que ya ni le corrigió el nombre real de los Den Den Mushi. —¿Tú ya te has enamorado? —Interroga otra vez chocando mirada con la niña con un rostro genuino de curiosidad.
—No… —Responde Uta secamente encogiéndose de hombros. Nadie ha logrado llamarle la atención. Nadie era lo suficientemente digno de ella, bueno… a palabras de su padre.
—¿Por qué? —Inclina su cabeza Luffy aún confundido. —Eres más grande que yo, ya deberías de saberlo. —Asume el niño que si su amiga es mayor que él y que es una niña tendría que tener experiencia en el amor.
—¡Sí! —Exclamo Uta viendo que el chico comenzaba a dudar de ella extendiendo una de sus manos a su corazón. —Pero… todavía no conozco a esa persona especial…
—Oh… —Se expresó el niño aparentando a entender cierta parte asintiendo con la cabeza. —Y… ¿Cómo se siente?
Viendo que el chico no dejaría el tema si no respondía. Uta suspira y se estira un poco extendiendo sus piernas y se recuesta en el pasto, poniendo sus brazos cruzados por detrás de su cabeza. Medito sobre cómo explicarse según lo ha leído en libros.
—Creo… que deberías sentirte cómodo con esa persona. —Levanta Uta su vista hacia el cielo naranja. Sintiendo aún la mirada de Luffy. —Querer hacerla feliz, sonreír, sentir como tu propio pecho se llena de calidez y tu corazón late muy fuerte de felicidad al estar tan juntos. —Coloco nuevamente su mano sobre su pecho por encima de su corazón. Apretando ligeramente ese lugar mientras que sus mejillas adquirían un sutil sonrojo. —Querer protegerla, hacer lo posible para que no sufra. Siempre estar a su lado y que nada los separe. —Divago la niña de acuerdo a las palabras de Beckman. Solo que dio su propia opinión de la explicación del pirata. —Creo… que eso es lo que uno debe de sentir. —Se levanta la niña del pasto sentándose y acercando sus piernas de tal forma que sus rodillas tocasen su pecho, escondiendo su rostro para ocultar su vergüenza, pese a que sus orejas la delataban, estando igual de rojas como su cara.
—Ya veo. —Comento Luffy después de estar por un momento en silencio procesando toda la información dicha por su amiga.
Acercándose un poco a ella golpea levemente para que pudiera verlo.
—Uta… —Le llamo suavemente al tener ya su atención. —Creo… que estoy enamorado de ti. ¡Shi, shi, shi! —Se ríe estridentemente, pese el tono serio que comenzó todo aquello como si descifrase un gran enigma.
En cambio, con Uta…
El cerebro de ella pareciese que recién había captado la información dicha por su amigo, dándose cuenta de que era una confesión a toda regla.
—¡E-EEH! —Grito la niña mientras su rostro ardía por las palabras de Luffy. —¿Qu-Qué rayos dices? ¡Idiota! —Tartamudea Uta bridándole a su vez un buen golpe en el brazo de su amigo, haciéndolo caer de pleno en el pasto.
—¡EY! —Se quejó el pelinegro levantándose rápidamente del suelo para irse directamente a confrontarla. —¡Pero sí lo que dije es cierto! — Se quejó el Luffy en forma de una rabieta. —¡Me gustas Uta! Todo lo que contaste es tal como me siento contigo. —Refuto el chico acercándose aún más a ella tomando sus mejillas entre sus manos para que dejase evitar su mirada.
—¡No me salgas con eso! —Grita Uta ya con el rubor volviendo a sus orejas. —¡Tú solo amas la carne!
"¿Qué estupidez dice Luffy? Amarme, si claro…", fueron los pensamientos de la bicolor, pero al ver lo realmente serio que se encontraba la mirada del niño frente suya. Haciendo que el sonrojo que había desaparecido al intentar ser razonable, volvió con más fuerza al saber que esto va en serio. —E-En-Entonces cr-cre-creo que yo también estoy enamorada de ti. —Y de inmediato. Tras decirlo, Uta se desase de las manos del pelinegro de su rostro para alejarse así de sus grandes y expresivos ojos negros. —Me-Me gustas… Lu…
—¿Mmm? — Abre Luffy con pesadez sus parpados debido a la luz del sol de la ventana. —Tonta… —Murmura con desgana tras soñar aquello recordando amargamente lo que sucedió después de eso.
Al voltear su cuerpo un poco se percata que se encontraba solo en su propia cama.
Mueble que el mismo Franky creo junto con recámaras para cada uno de la tripulación con baño incluido. Que al final los chicos decidieran continuar usando una sola. Volviendo usar las hamacas. Utilizando las otras como bodegas. Pero desde que el Mugiwara y la arqueóloga se unieron. La mujer decidió usar el camarote de capitán para pasar mejor sus noches. Y no fue tan difícil de convencer a los demás cuando la pelinegra comento que mantendría a Luffy encerrado en la habitación y que ella misma tendría la llave consigo, cosa que eso último convenció por completo a Sanji y a Nami.
Al chico ya no le parecía molesto este tipo de trato. Podía dormir cuando quiera, Robín le traía comida, no sin antes de preguntarle si ella ya lo había hecho. Y la mejor parte para él, podía dormir con Robín. Trataba de colocar su cabeza lo más cerca en el vientre de ella. Pero sin poner todo su peso, aun preguntándose como un bebé, puede estar ahí dentro de su compañera y no verse tan gorda tal como la amiga de Makino. Sin embargo, también hubo otra cosa que no le gustaba al capitán, y eso era despertarse solo. Con tal de mantener cierto nivel de secretismo, nadie debe de saber sobre la condición actual de la pelinegra, salvo el propio médico del barco, quien se encuentra feliz no solo por el futuro miembro de la tripulación, sino también sería el primer nacimiento que efectuara como partero.
Y observando que aún faltaba para que comenzase el día, vio en la mesita de noche la comida que Robin no pudo terminarse, empezando tomarla él mismo.
Con respecto con la arqueóloga, se encontraba ahora recostada en la cama que compartía con la navegante y está le daba la espalda. Habiendo ya transcurrido un mes desde que fue revelado que sería madre, noto que el comportamiento de su compañera cambio bastante para alguien que toma en cuenta los detalles, pero a los chicos sigue siendo la malhumorada navegante que conocen.
Los primeros síntomas del embarazo comenzaban alcanzarla. Se cansaba con relativa facilidad. Y necesitaba descargar su vejiga continuamente. Pero al ver la atención que recibía por parte Luffy sacando a relucir toda su curiosidad infantil sobre su cuerpo. Desde picarle constantemente su plano vientre. Posando una oreja en su ombligo en un vano intento de escuchar algo, ignorando los comentarios de ella que el bebé aún no lo puede oír y aun así esos gestos, sin importar que hayan sido un impulso inocente, no pudo evitar que la mujer se sintiese cálida con ese tipo de trato. Recordando Robin con gracia la vez que Sanji pateo de forma limpia al capitán lanzándolo por la borda cuando este poso de nuevo su cabeza sobre su estómago estando las chicas estaban tomando el sol en la cubierta.
Pero todo aquel pensamiento sería interrumpido por el movimiento del despertar de la peli naranja que al momento de voltearse la joven volvió a su lugar al notar a la arqueóloga ya despierta. Cosa que Robin no pudo evitar sonreír un poco.
"Quizás… fui muy lejos con ella.", pensó con gracia la madura mujer.
Desde que fue a la enfermería por la confirmación de Chopper. Noto mediante su fruta de diablo la aproximación de Nami. Sin poder evitarlo, quiso jugar un poco con otra de sus bromas de mal gusto. Cuando Robin escucho la confirmación de Chopper hecho sus palmas en su rostro 'sollozando' mirando entre sus dedos a su compañera 'espiándolos' algo muy obvia. Pero tal vez eso salió demasiado… bien.
Provocando que Nami comience a tomar desvíos de forma deliberada atracando en islas que en un principio no tendrían que hacerlo. Y la mujer pescaba a la otra en infraganti con sus ocasionales miradas a su vientre.
Decidiendo que era hora de aclararlo, aunque sea un poco. Robin se acerca a ella. —Navegante-san… —Llamo suavemente a la chica notando que su cuerpo se tensó, suspiro la mujer viendo que esto no sería sencillo.
Para Nami tampoco lo fue. Al descubrir el 'secreto' de Robin decidió de forma unilateral alargar tanto como le fuese posible su trayecto al Nuevo Mundo con tal de que Robin pudiese dar a luz sin complicaciones. Por lo menos al ser la navegante, nadie de la tripulación dudaría de sus indicaciones, sobre todo si llevaba a Luffy entre islas para entretenerlo. Pero lo que le sorprendió aún más fue el actuar del capitán sobre Robin al no solo recostar su cabeza en el vientre de su amiga como si intentase escuchar algo, haciéndose la pregunta de que si Luffy también sabe sobre ello.
Y ahora tenía su respiración cortada cuando Robin la volvió a llamar, creyendo que si no le contestaba la mujer creerá que sigue dormida, pero lo que no se esperó fuera que la pelinegra se apegase a ella y la abrazase, mucho menos lo que le diría.
—Sé por qué has retrasado nuestro destino a Shabondy. —Ese pequeño comentario 'inofensivo' provoco que Nami sudase frío. Pero lo que hizo que su cuerpo se paralizase fue cuando la mano de Robin sostuvo la suya y la movió detrás de ella para después sentir la tersa piel de su compañera hasta distinguir el agujero de su ombligo. —¿Fue por él, no? —Pregunto la mujer en un tono de obviedad.
Eso fue el colmo para la chica. Con rapidez, se levanta y enciende la luz de la habitación, mirando a la pelinegra con incredulidad al confesarle de tal magnitud tan fácilmente. —¿Cómo es que tú-
—Desde siempre. —Le interrumpe Robin con su respuesta. Sin embargo, había algo que ella no entendía. —Pero lo que no comprendo es aquella mirada de lástima que me has estado dando. —Noto la mujer un pequeño salto de Nami. —¿Qué? ¿Soy demasiado mayor para ser madre?
—¡Robin! —Espeto la navegante sorprendiendo gratamente a la arqueóloga, no solo por el sorpresivo grito de ella. Si no también con la peculiar vista de sus lágrimas derramándose. —Por favor… detente… ya no estamos en Water Seven para que estés ocultando cosas. —Hablo como pudo Nami mientras abrazaba a Robin aun si saber sobre aquel actuar tan… exagerado de su compañera.
La pelinegra acepta el gesto, no sin antes intentar despegar aquella duda. —Está bien. ¿Qué quieres saber?
…
—Fu, fu, fu —Ya sin esconderse, Robin se desahoga riéndose tras escuchar la descabellada teoría de que su embarazo fuese uno no deseado por parte de algunos de los agentes del Gobierno Mundial.
—¡Oye! Por eso te dije que no te rieras. —Amonesto Nami sumamente roja de la vergüenza tras lanzar tales conclusiones. Obviamente, Robin aclaro que, si estaba embarazada, pero no de aquellos bastardos del Gobierno, primero se lanzaría al mar si planeasen hacerle algo como eso. Por lo que queda es la otra duda. —Entonces… ¿Quién es? —Especulando Nami que lo más probable se encontrase entre Zoro y Sanji. Ya que, siendo realista, Usopp ya tenía a Kaya, y con Luffy… es un misterio. Por unos momentos pareció tener efecto sobre su capitán al verla desnuda en Arabasta. Pero al final el mismo confeso que solo estaba siguiendo el juego a los demás, porque le parecía divertido ganándose un golpe demoledor por parte de una irritable navegante al creer por un momento que su capitán al fin había tomado interés en ella.
Robin dejó las burlas a un lado. Pensado por un segundo sí debería contarle o no. Dado por la forma de como mira la navegante a Luffy, pero al ver su expresión tomo una decisión. —Eso es secreto. —Guiño, la mujer. Sin embargo, antes de que la otra hablase, continuo. —Pero puedo decirte que aquello fue mutuo. —Embozo una pequeña sonrisa colaborando de que no se arrepentía de su decisión.
Suspirando con resignación al ver que no conseguiría más, decidió ir por otro tema que también tenía duda. —Bien… ¿Y qué hay de Luffy? ¿Cómo lo supo?
—Diría que Capitán-san tiene unos secretos un tanto interesantes. —Comento Robin en un tono peculiar. Cosa que no comprendió del todo Nami hasta que la mujer le contase la vivencia del chico en su isla natal con la amiga que aparecer era su cuidadora en aquel entonces.
—Sabes, ya espero lo que sea por parte de él. —Hablo Nami resignada creyendo que las veces que se abstenía de comer Luffy se trataba de un milagro para que así al menos reducirían los costos en alimentos, aun así, aquella espontaneidad del tipo salió a relucir.
—Sí, pero eso no quita que esos gestos sean algo lindos. —Comento Robin las ocurrencias de Luffy como las veces que él apartaba un poco de su comida y se lo dejaba a un lado de ella en la mesa.
—Ciertamente. —Recordando Nami las reacciones de Sanji sobre la cercanía que estaba teniendo Luffy con Robin, pero sabía muy en el fondo de su conciencia que había algo más entre ellos, cosa que averiguaría con el tiempo. Por ahora, le tomaría la palabra a Robin y retomarían la ruta que tenían previsto.
—¡Hey Usopp! Mira. —Grito Luffy a su amigo mientras probaba una extraña peluca causándole gracia al otro que por la risa dejo caer una caja de herramientas que estaba cargando en sus manos sobre sus pies dándole más gracia al capitán.
Debido a que Nami retomo la ruta para ir al Archipiélago Sabaody. Comenzaron encontrarse con otros barcos piratas que tuvieron la brillante idea de ir a por ellos creyendo que su batalla contra el gobierno mundial los había debilitado lo suficiente para cobrar la recompensa de sus cabezas fácilmente. Chocando con una terrible realidad siendo el cuarto navío que se encuentran y debido a que los dueños originales del barco no lo pensaron muy bien cuando evacuaron el lugar a la mínima que vieron que no tenían oportunidad. Dejando paso libre para que los sobreros de paja aprovechasen en tomar su tiempo en saquear lo que les plazca, dado que esta vez no tenían más paradas entre islas, haciendo que cada uno de los miembros fueron a diferentes rumbos. Usopp y Franky por las herramientas o uno que otro repuesto. Sanji inspecciono la cocina. Chopper buscaba si había alguna especie de enfermería. Las chicas hurgaron entre libros algo útil o de su interés viendo ya de antemano Nami lo poco que tienen en sus notas de navegación. Y Luffy como en las otras veces fue directo al camarote del capitán del barco buscando algo en específico, guiándose por un consejo de Zoro que le dio antes que comenzase las emboscadas de los piratas y las indicaciones que Robin le dio con su fruta de diablo y logro hallarlo junto con algo más.
Cada uno de la tripulación estaban revisando todo lo que trajeron en la cubierta del Sunny mientras que Luffy con el pecho descubierto cargaba consigo un cofre mediano y encima de este tenía su chaleco envolviendo algo que llamo la curiosidad a los demás sobre de que se trataba. Pero esa duda le sería ya revelada cuando el chico se dirigió hacia la arqueóloga.
—Oi Robin. Mira lo que encontré. —Comento Luffy bajando el cofre y tomando el bulto de su chaleco al desenvolverlo le muestra a su compañera unas polvorientas tablillas de arcilla que están tallados en un intricado idioma.
Toda la tripulación, incluyendo Robin se sorprendieron con aquel gesto. Pese a que aún no se acostumbraban de que el pelinegro se llevase las cosas de los otros capitanes a su habitación solo por haber escuchado a Usopp que 'eso es lo que hace un auténtico capitán pirata'. Ganándose el francotirador una paliza por parte de Nami, ya que ni ella puede poner sus manos sobre esos cofres donde su instinto de ladrona le gritaban que están repletos de tesoros. Y debido a que Robin cerraba la habitación solo para disfrutar aún más del espectáculo que la propia joven le proporcionaba al enfocarse en abrir la puerta. Olvidándose por completo que su amiga tenía la llave del cuarto.
—Gracias, Capitán-san. —Agradeció la arqueóloga viendo que este tomaba devuelta su chaleco para ponérselo de nuevo y cargo otra vez el cofre marchándose a su habitación sin preocupación alguna.
Bajando su mirada, Robin logra reconocer dichas tablillas regresando sus ojos a la espalda de Luffy quien desaparece al cerrar la puerta. Solo había visto esto en la madrugada en un libro que leía en la cama, mientras que su capitán estaba recostado en sus muslos, distrayéndose con la imagen de los mismos artefactos en la portada.
—¡Cierto! —De nuevo sale Luffy a cubierta atrayendo la mirada de la tripulación. —¡Oi! Zoro. —Le lanza una calabaza hueca que contenía alcohol que hallo en el baúl. Y el espadachín, aun bebiendo una copa, lo atrapo sin problemas con una mano, mientras detrás de él había otros barriles de licor apilados.
Y eso fue el colmo para Nami causándole un tic nervioso en uno de sus ojos.
"¡¿Es en serio?! A Robin lo entiendo un poco. Pero a ¡ZORO!"
Y la sonrisa socarrona que le envió el peliverde fue suficiente para que ella emanase un aura amenazadora. Haciendo que los demás se dispersasen causándole gracia no solo a Robin, sino también a Zoro siendo el único que sabe lo que su capitán está haciendo, dado que fue él quien le metió cierta idea al chico en su cabeza después de todo, sin importarle cuál sea el resultado final le causara mucha gracia.
Luego de la cena, Nami tuvo que esperar un poco ocultándose en el pasillo para ver a Luffy ser sacado por Sanji de la cocina a patadas y se dirigiese a su habitación. Asegurándose que nadie más la viese, lo siguió con cuidado y cuando él abrió la puerta lo suficiente. Con rapidez, Nami empuja a Luffy por la espalda e ingresan los dos a la habitación causando que él cayese de cara.
Cuando este se volteó y vio la causante, solo se enojó por el trato. —¡Oye, Nami! ¿Qué te pasa?
Los reclamos del chico cayeron en oídos sordos debido a que ella tenía sus ojos brillando ante el botín enfrente suyo.
Entre los barcos que saquearon cinco cofres se encontraban abiertos con su contenido disperso en el piso, pero lo que noto Nami fue que al parecer Luffy estaba clasificándolos en cada baúl con gemas, doblones y joyería.
—No… puede… ser… ¿Para qué quieres todo ese dinero?
—Oh… Es que Zoro me conto que…
"Por supuesto…". Los ojos de Nami se tornaron de ira pensando que fue el espadachín que manipulo a Luffy para que consiguiese el dinero por él y así saldar su deuda con ella.
—Esto podría valer… —Comento Nami entre murmullos regreso a su hábito con el dinero para luego hacer sus cálculos en voz alta olvidándose en donde se encontraba.
—¿125,000,000 ?
—Sí, algo así. ¿Eh?
Aquel comentario hizo que Nami regresase a la realidad para fijar su mirada con Luffy que se encontraba sentado en el suelo, continuando en separar el tesoro.
—¿Qué quieres decir? —Pregunto Nami ahora con su curiosidad picándole aún más.
—¿No lo recuerdas? —Luffy gira una su cabeza hacia ella en un tono de obviedad. —Esa fue la cantidad que le dijiste a Sanji.
Después de escucharlo ambos se quedaron en un profundo silencio y Luffy vuelve con los cofres perdiéndose el enrojecimiento de Nami recordando al fin lo que quiso decir.
Solo paso una vez en la fiesta de despedida en Water Seven. Con Sanji y los otros tipos seguían coqueteando con ella después de competir contra la 'Franky Family' en una competencia de bebidas llevándose al fin el premio gordo mencionando que en ni un millón de años se juntaría con ellos salvo que alguien le diese 125,000,000 siendo ese el precio de su corazón para luego caer dormida a un lado de Robin.
"Ciertamente, lo dije, pero…", pensó tan rápido como pudo Nami. "¿Acaso él…?"
—Creo que me gustas. —Simplemente Luffy soltó dichas palabras sin pena alguna aún de espaldas, haciendo que el rostro de Nami se descontrolase nuevamente.
—¡¿Por-Porque me estás diciendo eso ahora idiota?! —Pregunta totalmente anonadada la mujer por este desarrollo que ni sus propias piernas respondían para ir a por él y callarlo.
—Mmm… —Por un momento el chico inclina su cabeza y cierra sus ojos, tarareando un poco, tratando de recordar las palabras de su vieja amiga. —Es que… me he sentido cómodo contigo cuando te dejo mi sombrero. Me siento feliz, al verte reír cuando hacemos fiestas; deseando también querer proteger eso de ti. Hacer posible de no verte llorar otra vez como cuando me pediste ayuda con Arlong. Y que… que… nada nos separe. —Termino Luffy sumamente rojo, toda su cabeza hasta sus orejas. Sintiendo su cerebro totalmente sobre estimulado al tratar de no solo recordar las palabras de Uta, sino también, dichos eventos que compartió con la navegante durante esta travesía.
Pero para Nami es otra historia.
Fue totalmente inesperado. No sabía ni en qué momento comenzó a verlo a él, ya no como un niño que solo jugaba y se jactaba en ser un pirata, sino como un hombre que luchaba férreamente por sus sueños. Tal vez su viaje haya tenido algo que ver y se acostumbrara en aquella forma de ser tan inmadura e irritante, aceptándolo tal como es. Pero solo era eso, ella lo admitía, su compañía ya no era fastidiosa, le concedía eso.
Sin embargo, lo que escucho era algo que venía desde hace mucho enterrándolo en su interior para no darse falsas esperanzas.
Es cierto que Luffy la había rescatado de las fauces de Arlong debiéndole prácticamente la vida, solo eso. O eso creía.
Sin saber el cómo y cuándo ocurrió, empezó a verlo más que su mayor benefactor. Seguía muy de cerca sus pasos esperando que realmente cumpla con su sueño. Tan solo era un sentimiento de admiración que percibía la chica.
Pero esa percepción le hicieron ahora dudar de lo que estaba sintiendo realmente si lo que sentía era una deuda que pagar, admiración o de una simple amistad, pero no...
Ella misma lo sabía. Sabia mejor que nadie de lo que sentía, y eso era AMOR.
Claro que no admitiría dicho sentimiento. No quería que las cosas en la tripulación se complicasen y que sea la causante de ello, ya que de todas formas no era secreto de lo idiota y cabeza hueca que es él en cuanto se refiere en el departamento del amor.
Ya a estas alturas. Viendo y escuchando lo que su capitán había dicho, ya no sabía en qué pensar. A veces creía que Luffy la trataba diferente al resto, y que eso era… bueno. Ya que le mostraba indirectamente que ella era la más importante para luego darse cuenta de que no era así. Al ver que incluso con Robin hacían casi las mismas cosas. Hasta el punto que parecía que solo pasaba mejor con la arqueóloga y lo que es peor aún es que tenía una pizca de celos al verlos así de juntos.
"¿Amor? ¿Qué es eso? ¿Es algún tipo de comida? No me digas... ¿es una enfermedad? ¡¿Te vas a morir?! ¡Iré a por Chopper! ¡No mueras, Nami!"
Escenarios similares se planteó la chica cuando le hablasen a Luffy algo relacionado sobre tener pareja.
Sin embargo, su cuerpo actuó instintivamente al ver que el pelinegro se movió para mirar y está de inmediato le dio la espalda, perdiendo el valor de verle la cara.
—¿Estás enojada? —Pregunta extrañado Luffy al ver el raro comportamiento de su navegante y escuchar su resoplido.
—No… —Intenta Nami salir de esta 'peligrosa' situación. —So-Solo déjalo y ya. —Con rapidez fue por el picaporte para de la habitación, sin embargo, su muñeca fue interceptada.
—Pe-Pe… ¡¿Pero qué haces, idiota?! —Grito una sonrojada Nami sacándole en sí lo peor de ella al tener en su cabeza mil y una cosas, malinterpretando ahora las acciones de su capitán al percibir la notable fuerza de él siendo ejercida sobre ella, pero también a su vez con la intención de no lastimarla.
—Luffy…
—Oye, si hay algo que te molesta Nami. Solo dímelo. —Respondió seriamente el capitán, causando que los ojos de la pelinaranja se abriesen ante en lo dicho al no esperarse ese tipo de respuesta y mucho menos en ese tono.
—Si puedo hacer algo, lo haré. —Comento brevemente Luffy ahora un poco más calmado.
El cerebro de Nami iba a su máxima capacidad, pero solo una cosa se sobrepuso ante las demás.
—Beso… —Susurro ella como de un suspiro se tratase, lo suficiente para ser escuchado por el pelinegro.
"¡NO! Eso no es lo que quería decir. Desearlo tal vez, pero, aun así-", los pensamientos de Nami fueron interrumpidos al ser eclipsada por la sombra de su capitán y por el mero pánico cerro de inmediato los ojos con fuerza.
Ella escuchó la voz del chico ahora llamándola, aun así, se negó en ver, aún estaba muy avergonzada, pero al sentir que no pasaba nada sus parpados se levantaron de a poco encontrándose de frente el rostro sonriente de su capitán.
—Listo, ¿ahora estás feliz? —Comento Luffy de forma risueña.
Nami lentamente se llevó la mano a una de sus mejillas donde los labios del pelinegro acababan de posar sintiendo algo de su calor.
Por un momento el silencio dominaba la habitación hasta que…
—Oi Nam-
*Pow*
Se escucha un estruendoso golpe que hace mandar a volar al capitán contra la pared del cuarto aterrizando de mala manera en su cama. Y ya cuando este se reincorpora, solo alcanza ver como se cierra la puerta sin ningún rastro de Nami.
En un intento de averiguar sobre lo que ha hecho mal. Luffy escucha una risa ya familiar.
—Fu, fu, fu… Quien diría que usted tuviese 'tacto' en esos asuntos. —Se deshago Robin ante las reacciones de la navegante debido a su fruta de diablo. Saliendo del baño que tenía el camarote del capitán tras haber tomado una pequeña ducha ahora completamente desnuda solo con una toalla secándose el cabello.
Sin embargo, para Luffy no le pareció que fuera así.
—Pero… ¿yo qué hice? —Pregunto el pelinegro, frunció el ceño e hizo un puchero mirando hacia la puerta para después sentir el brazo extra de Robin brotando en su hombro y limpiarle un poco de escombro entre su cabello. Para luego la misma extremidad le diese unas pequeñas palmadas de consuelo mientras que la propia arqueóloga termina de secarse.
—Tranquilo. Solo dale tiempo. —Comento la pelinegra aun sin superar la forma 'contundente' del actuar de su capitán.
Con la cabeza gacha, Luffy ayuda a Robin en limpiar la cama para poder descansar y tal vez las cosas se vuelvan mejor.
—Haa… *Mwah* Ah… —Resoplaba erráticamente Robin mientras seguía besando el saco de bolas de Luffy como una manera de felicitarle por el 'buen trabajo' que ha hecho antes de irse de Triangle Florian siendo la prueba de ello las grandes marcas de lápiz labial que cubrían la entrepierna de este y sus muslos internos mientras que el chico se encontraba recostado en la cama y en donde deberían estar las almohadas están un par de pechos que emergieron desde la cabecera del mueble sirviéndole como sustituto y este sin desaprovechar el momento estuvo dedicando el tiempo que le brindaba su pareja en drenarle todo el contenido de ese par de bolsas de carne extras que le tienen engullendo su cuello sin tomar en cuenta las 'miradas' que la pelinegra le brindaba debes en cuando.
Tras haber zarpado de Thriller Bark y lejos de los dominios del Shichibukai Gecko Moria. Robin tomó a Luffy en el anochecer, llevárselo al camarote del capitán, aprovechando que los demás descansarían los siguientes días para reposar y más que nada con el objetivo de extinguir el fuego en su interior que no ha dejado de arder desde que descubrió su nuevo fetiche.
Debido a que en medio de la celebración Robin. Se percató que la capitana de los Piratas Rolling continuaba con sus 'propuestas de matrimonio' a los demás hombres que fueron liberados del poder de Moria. Dándole una traviesa idea a la arqueóloga al escucharla murmurar sobre la maquinación de cambiar su propuesta matrimonial a algo más marital, engendrarle un hijo.
Teniendo como resultado que en algún lugar apartado de la fiesta. Lola se hallaba totalmente inerte, bocarriba con su coño desbordado con todas las cargas que Luffy libero en su interior. Mientras que Robin se hallaba al otro lado del muro usando su fruta para contemplar el espectáculo, masturbándose furiosamente. Encantándole presenciar en como el pelinegro 'violaba' a otra mujer salvajemente. Solo basto indicarle al chico el deseo de la capitana y la confirmación de la arqueóloga para que todo el infierno de placer cayese sobre la pelirosa. Después Robin duplico el esfuerzo de su mano cuando Luffy toma a Lola ya inconsciente y la voltea fácilmente para ahora poder montarla.
Lo bueno del encuentro no fue escuchado debido al escándalo hecho en la fiesta que siguió todo el día e igual con la actividad de ambos capitanes.
Disfrutando de aquel recuerdo. Robin continúa atendiendo a Luffy limpiándole todo su eje tanto como le fuese posible, percibiendo cada pedazo de aquel encuentro debido a la descuidada higiene del pelinegro. Y ciertamente, le sorprendió que Lola tuviese una considerable resistencia antes de desplomarse.
—Mmm… *Glup* Bwa~ —Jadea Luffy tras haber aspirado la última gota de leche de ambos dispensadores.
"Aquí viene~…", se dijo a sí misma la pelinegra sabiendo lo que sucederá a continuación.
*Slap*
—¡Mmm~! —Retuvo su alarido Robin gracias a que aún tenía la polla de su capitán aún en su boca tensando sus muslos y deteniéndose un poco en su propia masturbación que recién estaba comenzando para después depositar la misma mano sobre su vientre mostrando el notable abultamiento del cuarto mes de gestación.
Uno de los puntos débiles de la Hana Hana no Mi es de que el usuario puede sentir a todo momento los daños infligidos en sus 'brotes'. Para la batalla es un inconveniente, pero en la intimidad le da un nuevo grado de estímulo más que placentero. Dicho dato nunca se le fue revelado al Mugiwara por decisión de Robin siendo eso una de las razones para apaciguar su excitación.
Aunque no le gustase admitir, las primeras noches que paso la arqueóloga con su capitán fueron más que maravillosas, pero todo eso cambio cuando en ella se le manifestaron los vómitos y rechazos a la comida. Causando que las arremetidas contundentes y salvajes pasaron a ser una simple mecedora a nada de intimidad. Pese a que sabía por qué el cambio de ritmo, una parte de ella se sentía cálida por tal detalle debido a su condición, pero su instinto deseaba nuevamente esa posesividad que cada vez Luffy la usaba y más ahora que su periodo 'inestable' ya paso.
Por ello, la mujer le contó una 'mentira blanca' de que no le sucederá nada si usaba sus 'brotes' en vez de ella. Resultando en un renovado inicio hasta el punto que Luffy ha estado jugando bruscamente con ellos. Siendo los indicativos las marcas de mordidas en alrededor de ambos pezones y las palmas rojizas que dejo tras los golpes que impuso el chico en los senos extras de su compañera de la cabecera por el simple hecho de gustarle en cómo se movían y sonaban.
—Bwa… Ahh… —Se desconectó al fin Robin de la ingle de Luffy para luego erguirse y colocarse en ahorcajadas sobre su pene, restregándolo con sus labios exteriores meciéndose por enfrente y por detrás para luego ser detenida por el fuerte agarre de su capitán sujetando sus caderas en ambos lados.
—Tranquilo… —Comento suavemente la mujer al notar su rostro de preocupación, observando que sus ojos no se despegaban de su estómago y de su recién formado bulto. Por ello tomo la mano de Luffy y lo presiono contra su montículo hinchado. Suspirando cálidamente al sentir el calor y el tacto de su capitán sobre ella. —Ahora ya es seguro.
—¿Lo dices en serio? —Pregunta con mucha duda Luffy y con una pizca de temor al recordar cuando halló a su compañera vomitando en el baño y rechazando toda la comida que este le dejaba.
—Claro. —Se inclinó Robin sobre el cuerpo de su compañero, salpicándole de besos, trazando un camino desde el cuello, mandíbula y el resto de su rostro hasta llegar a milímetros a los labios de su capitán, logrando sentir cada uno su respectivo aliento. Como si volviese ser una adolescente caliente y muy necesitada debido a todas esas hormonas que le están causando estragos en su sistema.
—Recuerda que Chopper dijo que lo que me está pasando es muy normal y las hormo-… mis emociones ya están controladas. —Se explicó Robin lo más claro posible con Luffy. Tras recordar el penoso momento cuando ella aplicó la ley del hielo a toda la tripulación debido a sus cambios de humor. Hasta que se percató de lo deprimido que se había vuelto Luffy al pensar que él tuvo la culpa de algo. —Y de hecho hacerlo ahora ayudará mucho a mí y como al bebé. —Los ojos de la pelinegra se animaron al ver la reacción positiva en su capitán.
…
El silencio reinaba en la habitación de mujeres del Thousand Sunny siendo Nami la única persona en el lugar sosteniendo temblorosamente un pedazo de papel adjuntado a ello una foto bastante comprometedora si los demás del barco lo viesen.
Siendo Luffy saludando energéticamente a lo lejos a Vivi y está devolviendo el gesto.
Todo sería normal en ese punto. Si no fuese por el tipo de ángulo que fue tomada la imagen. Siendo desde la espalda de la princesa con el pequeño detalle de que la navegante se encontraba sentada en el suelo con todo su rostro totalmente sumergida en el trasero desnudo de la princesa, mientras que la misma acentuaba su culo hacia ella. Usando una pequeña valla de la nave como una modesta 'cortina' para encubrir sus lascivos actos.
Después de arrogar al mar la imagen por la ventanilla del cuarto, ella rápidamente posó sus ojos en la carta, reconociendo de inmediato la letra de Robin, pero la creciente rabia que hervía en su cuerpo se diluyo al leer el corto mensaje.
[Es lindo lo que uno hace por amor.]
[P.D.: Me pregunto… ¿Qué dirá Luffy al enseñarle esta imagen?]
Eso último fue suficiente para sacarla de sus casillas y antes que se diese cuenta. La navegante ya se encontraba a unos pasos del camarote de Luffy. Cosa que de inmediato detuvo su avance y robóticamente miro hacia atrás, dándose cuenta de la distancia que recorrió para llegar a este punto sin percatarse de su entorno, recordando también de cierto aspecto que su hermana Nojiko le recuerda, pero a su vez le fastidia que se lo digan.
—Realmente tengo que controlar mi temperamento… —Comento levemente la peli naranja un tanto apenada sin perder nada de su vergonzoso rubor en sus mejillas al percatarse muy tarde de su impulsividad.
Al darse cuenta de su posición actual, las dudas comenzaron a inundarla.
¿Por qué Robin tendría esas fotos si ni siquiera estaba con ellos en aquel entonces?
Y más importante, ¿por qué iría con Luffy?
"No me digas que ella…", un sentimiento desconocido comenzó a pesarle en el estómago de la navegante, hasta incluso dejo de sentir sus piernas ante la más pequeña posibilidad de un absurdo escenario en su cabeza.
De inmediato, sacude esos pensamientos en un intento de disipar lo que su vívida imaginación le quiere imponer. Disponiéndose a dar media vuelta y olvidar por el momento todo lo sucedido para que más tarde interrogue a su compañera sobre Vivi y ella.
*Ruido*
—¡!
Como si se tratase de un destello, Nami apoya su oreja contra la puerta intentando conseguir escuchar de nuevo ese ruido, aunque fuese minúsculo, sin embargo, lo que ella no se esperaba es que al segundo instante se abriese la puerta y una fuerza desconocida la halase hacia dentro.
Todo fue muy rápido para la chica, dándole oportunidad de ver solo dos cosas. Una de ellas fueron la cortina de pétalos por parte de Robin al disipar el poder de su fruta y lo segundo… fue lo suficientemente vergonzoso.
Desafortunadamente, cuando llegó, no pudo vocalizar nada para que Luffy y Robin supieran que ella estaba allí, pero, en cambio, la chica escuchó más que claro de que se trataban esos… ruidos. De hecho, eran muy fuertes ahora que estaba dentro de la habitación. Y percatándose de que investigarlo fuese la acción que más se arrepiente de haber tomado. Antes de que Nami se diera cuenta, ahora aquí estaba ella, viendo en frente de la cama a Luffy como embestía rotundamente a Robin por detrás, mientras que este se recargaba en su espalda.
Fue intenso, por decir lo menos. Fue… increíble. Estaba... estaba tan… tan mal que ella estuviera viendo esto. Y, sin embargo, Nami no se atrevía a apartar la mirada, excitándose ante la vista. Todo lo que puede hacer es cerrar su boca para después pasarse un nudo de su garganta. Mientras ve a Robin correrse de nuevo y lo suficientemente fuerte, provocando que cayese de bruces contra el colchón. Teniendo ahora su cara descuidada, descansando en las sabanas, y así siguió su rostro. Deslizándose hacia adelante y atrás ante el vaivén de cada uno de los fuertes empujes de Luffy. Ella todavía expresaba su dicha mediante gemidos y uno que otro quejido, pero la visión que tenía la navegante hacia su compañera era apenas de alguien consciente, rota por el resplandor del momento mientras era follada por la cosa más grande que alguna vez había visto.
Pero ese mismo objeto retractaría ese pensamiento en Nami.
—Mnf… Nhg…
Aun en el piso de la habitación, la cara de la navegante rápidamente se tornó de un rojo brillante al sentir algo tocando su entrepierna, notando las inconfundibles manos de Robin brotando desde el piso, frotándola. Al alzar la vista se encuentra con la arqueóloga aún en merced del capitán, pero con una sonrisa cómplice que era descubierta en sus labios, ignorando su actual posición y deseándole a la navegante que disfrute de tal privilegiada vista de su indiscutible trampa que le tendió.
Por otro lado, Luffy seguía trabajando vigorosamente en Robin que no había otras formas más sucias de poder decirlo, pero Nami se niega a pensar en otra cosa. La única manera de describir tal evento entre Luffy y Robin es que ellos estaban haciendo el amor, sin importar cuán… vigoroso y entusiasta se viese hasta que una de las manos del pelinegro se dirigió a la cabeza de la arqueóloga.
De repente la espalda de la mujer se arquea y, por lo tanto, todo su frente está prácticamente a la vista de Nami. Desde la euforia de sus ojos de color azul que pueden o no estar girados hacia atrás de sus cuencas hasta su boca que forma una 'O' ante el brusco cambio de posición debido a que tirón que hizo Luffy a su cabello para 'enderezarla'. Y finalmente, sus grandes pechos, rebotando y moviéndose por todos lados sin control… mostrándole a la chica los finos rastros de leche que sus bolsas de carne emanaban.
El sonrojo de Nami solo se intensifica cuando nota eso y más específico el vientre de su compañera. Robin está embarazada, pero para ser justos, Nami ya lo sabía. Después de todo, la propia arqueóloga se lo había confirmado, por ello, decidió que su trabajo era en cuidar la salud de su compañera y su bebé. Aun así, la chica no sabía que estaba lo suficientemente avanzado la gestación al ver el tamaño actual de la barriga, pero tampoco tanto como para que necesitasen reducir sus travesuras sexuales. Pasarían un par de meses más antes de que Robin comenzara a tomar adecuadamente reposo y con calma.
Por supuesto, si bien todo eso no era técnicamente el asunto de Nami, el aquí y ahora tal vez tampoco lo era. ¿Ver a los dos hacerlo con tanto entusiasmo, y no solo eso, sino también siendo masturbada por Robin? Y lo peor, le encantaba.
Nami sentía que estaba cruzando una línea aquí, una que quizás no haya retorno. Esta era una violación muy grave a la privacidad, empeorando aún más al saber al fin sobre quién era el 'padre' de la criatura, sintiéndose la navegante algo traicionada al creer ser una persona de confianza … cosa que Robin estaba rompiendo solo por mostrarle tal espectáculo.
Al llegar al clímax con fuerza, la joven pirata se estremece y gime, subiendo abruptamente ambas palmas a su boca con tal de suprimir cualquier ruido suyo, con la esperanza de mantenerse en silencio lo suficiente como para que no lo notase Luffy. Desafortunadamente, esto resulta ser una falsa esperanza. Al final, no importó... siempre supieron que ella estaba allí.
Nami solo puede congelarse ahí mismo, cuando se percata que los ojos de su capitán ahora fijos en ella. Los dos en la cama, que ni siquiera tuvieron la consideración de parar de follar, mientras que Robin le causaba algo de gracia ante las infinitas posibilidades que podrían ocurrir ahora. Por un breve momento, Nami considera gritarles por lo descarados que son y huir... pero no, no tendría sentido. Ella es muy consciente de cómo funciona el actuar de su capitán. Él la detendría inmediatamente, por lo que incluso si de alguna manera logra salir de su agarre, lo más probable es que le preguntase que le pasaba justo en medio del desayuno.
Sin embargo, ya era tarde de actuar. La navegante se quedó dónde está, horrorizada y avergonzada más allá de lo imaginable.
—Oh, Nami, ¿no quieres venir?
De todas las posibilidades, ella no esperaba eso de los labios de su capitán, o quizás sí, pero por parte de Robin. Los ojos del chico brillaban hacia ella como si de una invitación se tratase para que entre a la cama. Nami solo se levanta de su posición del suelo y se acerca a ellos con cuidado, arrastrando los pies en un silencio incómodo. Una vez que está cerca de la orilla de la cama, los dos en la misma se concentran en ella. El sonrojo de Nami se combina con sus temblores de nerviosismo y se acobarda al bajar su mirada, pero libera un grito lo bastante femenino al sentir una palmada en su trasero, volviéndola a la realidad. Cortesía de Robin.
—Hola, Navegante-san. Me alegra que finalmente hayas venido con nosotros.
Sorpresivamente, no es Luffy quien comienza la conversación. Si no Robin. Donde momentos antes la arqueóloga pareciese como si estuvieran, follándosela hasta el olvido y sumergiéndola en un estupor de éxtasis. De repente tiene una sonrisa serena en su rostro sudorosa... mientras todavía su coño se encuentra llena con la polla del capitán por detrás.
Con el acaloramiento llegándole hasta la clavícula. Nami tiembla sobre la nueva mano clonada de la pelinegra, frotando sugerentemente una de las mejillas de su trasero para después desnudarla en ese momento desabrochando su short.
—¿E-En serio? —Nami se odió a sí misma inmediatamente por dejar salir una voz quebradiza. ¡Por dios, ella ya había estado en este tipo de situaciones antes! ¡Necesita verse con más fuerza e ímpetu! Pero esta vez se encuentra enfrente de Luffy, la razón por la cual llego aquí en primer lugar.
—Sí. De hecho, hace tiempo queríamos hablar contigo sobre algo, una 'oferta'. —Comento misteriosamente Robin.
El clon de su brazo trabajo rápido. Para cuando hizo su propuesta, Nami ya estaba completamente desnuda. Por supuesto, si se tratase del ofrecimiento por parte del Luffy con el cual ha estado soñando, la respuesta sería un abrumador 'Sí'.
"Solo... solo porque ella lo sugirió, pero eso no significa nada."
—Tranquila. No mordemos.
Robin sonríe maliciosamente en silencio ante el comentario que hizo al ver el nerviosismo de su compañera, carcomiéndola aún más al notar que vio su sonrisa. Y por extraño que parezca, eso es lo que finalmente hace que las piernas de Nami avancen en una forma un tanto robótica. Y la navegante se une a la feliz pareja en su lecho conyugal. Nunca en un millón de años Nami habría pensado que esto estaría sucediéndole, pero aquí estaba ella de todos modos.
Robin se retira lentamente de la polla aún hinchada y palpitante de Luffy con un gemido lastimero para erguirse sobre sus rodillas. Aparentando que todavía estaban por la mitad del momento, pero como si se tratase de un corcho de champaña. Un riachuelo blancuzco liberó del coño de la arqueóloga.
Robin sabía que lo que había visto con Lola no sería suficiente para saciar a Luffy, aunque parece que aún estaba listo en continuar, después de todo, estaría haciéndolo con una nueva chica. Mientras Nami se pasa por su garganta un nudo de vacilación al ver tal 'espectáculo' entre las piernas de su compañera, la arqueóloga se inclina y sorprende a su amiga con un beso profundo. Pese no ser de lengua, eso le causo a la peli naranja se congelase en su sitio, sin esperarlo. Ni mucho menos la dominancia que comenzó ejercer Robin al invadirle ahora con su lengua. Como si su cerebro buscase algo de consuelo en disfrutar de aquel beso, terminando la interacción con el pequeño miembro extendido de Robin saliendo de la boca jadeante de Nami con un hilo de baba que aun las unía, dejando a la joven con ganas de más.
Viendo aquella mirada en sus ojos. Robin se inclina hacia un poco provocando que la chica frunza sus labios otra vez, pero, en cambio, la mujer mayor simplemente se acercó a su oído para susurrarle.
—Sabes Nami… yo solo quería saciar mi deseo egoísta con este niño gracias a Luffy. Sin embargo, desde que supe tu 'secreto' tuve una 'idea', así que dime qué tal si…
Los ojos de Nami que antes fruncidos con extrañeza, cambiaron de inmediato a una de sorpresa.
"Entonces, ¿qué tenía eso que ver esa fotografía mía con Vivi?", pensó Nami para sí misma hasta que regresa a la realidad.
Obteniendo como respuesta, la repentina acción de Robin al maniobrar a la navegante, específicamente llevando su cabeza para descansar sobre su regazo. Dándole a Nami sus muslos como almohada. Sin embargo, esto tuvo el efecto adicional de poner a la joven frente a un Luffy arrodillado con su polla apuntando al aire. Mientras que las manos extras de Robin fueron a sujetar los brazos de la chica y le abrió sus piernas lo suficiente para revelar su coño empapado. Con el añadido de demostrarle sin querer al capitán su flexibilidad.
Al darse cuenta tarde de lo que está sucediendo. Nami por inercia intenta cerrar sus piernas, pero sin querer, fueron interceptadas por las firmes manos de Luffy que la sujeto por los muslos y los separa un poco más. Ganándose una sonrisa dentada de este al admirar de mejor forma su 'premio' mientras frota en círculos relajantes en su carne con sus pulgares, todo de manera inconsciente debido a sus interacciones en la cama con Robin y por ello aprendió un poco en entender las reacciones de ella. Nami simplemente jadea y se ruboriza por el sorpresivo trato suave, logrando así evitar seguir peleando con él. Ella no quiera esto al principio, aunque apenas podría dar crédito de lo que está pasando.
—Por lo que puedes notar Nami. Ahora mismo ya no soy capaz de hacerlo sola. Aunque Luffy ha sido un poco más cuidadoso por mi estado. Siento que nos hemos estancado. —Sonrió ligeramente la mujer al sentir con su mano los temblores de Nami mientras que con la otra hacía un tierno gesto de 'silencio' mirando hacia Luffy para que la dejase hablar.
Nami podría ser la mujer más soberbia del mundo debido a su naturaleza codiciosa, pero cuando llega el tema sobre el amor, uno auténtico. Ella simplemente actúa con tal escepticismo debido a su vieja forma de vida con Arlong y su gente. Porque en este momento, su primer pensamiento es que Robin y Luffy la están seduciendo, pero con el chantaje de por medio debido por la propia arqueóloga.
O eso era lo que el cerebro de Nami dedujo. Estando a punto de abrir su boca y explicarles el porqué no puede hacer eso, sin importar cuánto quieran que sea parte de su juego de dormitorio, pero la pelinegra le da más detalles.
—Así que… ¿qué piensas?, ¿aceptas mi 'oferta'?
Y eso hizo que la visión de Nami se desenfocase al recordar su trato y cerro su boca al fruncir los labios hacia adentro mientras siente un enorme diluvio de emociones recorriéndole por su cuerpo por el hecho de haber creado casi mil y un escenarios en su propia cabeza hasta el punto de sentirse algo mareada.
—Je, ahora se ve graciosa. —Comento Luffy sonriendo al ver a su navegante en una trifulca emocional al tener su cabeza y las orejas tan rojas como la carne y sus ojos tan grandes, haciéndola parecer un pequeño animalito.
Nami al fin reacciona y parpadea rápidamente, tratando de procesar lo dicho por Robin. Aunque siga siendo una oferta. Ella ciertamente no podía creer lo que la otra mujer estaba dándole. ¿Una oportunidad de… compartir a Luffy?
Cansada de esperar con el mismo silencio, Robin suspira por la falta de avance de su compañera.
—Nami, realmente necesitamos que des tu consentimiento. O Luffy no irá más lejos. Entonces dinos si-
—¡Sí!
Otro silencio inundó el cuarto, pero uno reconfortante, mientras que Nami se sonrojaba a un nuevo nivel ante su propia respuesta explosiva. Sin embargo, la pareja se limita a sonreírle, siendo Luffy quien sonrió aún más.
Respiró irregularmente Nami mientras mantenía los ojos cerrados hasta que escuchó un olfateo muy cercas de su rostro. Dudo por un momento en abrir sus parpados para darse cuenta y mirar que él estaba encima suya. Oliéndola audiblemente como si fuese un animal en el hueco de su cuello.
La navegante empezó a inquietarse al presenciar en primera fila el actuar de Luffy como si fuese un depredador y eso le puso la piel de gallina. Ella permaneció en silencio mientras se retorcía ligeramente ante la gran inhalación del chico en su cuello.
—Hueles tan bien…
Los ojos de Nami se abrieron notablemente y vio un poco hacia abajo para encontrarse con la mirada de Luffy entrecerrada mientras seguía olfateándola. Ella sintió como sus manos surcaban sobre su cuerpo hasta llegar a sus senos, tomándolos con una fuerza posesiva. Sintió como sus labios se movieron hacia su hombro, pasando con sus dientes, dándole unos suaves mordiscos. Ella tragó un nudo en su garganta al sentir ahora su polla restregándose en su resbaladiza entrada por cortesía de Robin.
—¿Por qué hueles a comida Nami? —Sin darse cuenta Luffy libera un tono ronco en su pregunta sorprendiendo mucho a la navegante, pero con Robin solo le hizo gracia que su compañera no se diese cuenta ella misma en tener la culpa en su intento de realizar un nuevo tipo de baño con algunas frutas tropicales en el agua de la tina.
—Por favor… se-se amable… —Suplico Nami tratando de aparentar seguridad, pero fallo. En vez de eso, hizo verse más linda y 'apetitosa' para Luffy.
—Que dices, yo no te voy a lastimar… —Murmura el pelinegro levantándole un poco su brazo y olisquear sus axilas.
Ella jadea ante el acto, sintiéndose prácticamente inútil gracias a las manos de Robin. Al menos el único consuelo es que sea Luffy quien le está haciendo esto dándole un poco de alivio si no fuese al tener cierta espectadora con ellos.
Luffy continúo lamiendo sus axilas para después pasarse a oler, lamer y mordisquear el resto de la piel de su navegante, bajando poco a poco hacia el ombligo. Hasta que sus ojos se abrieron por completo y los dedos de los pies de Nami se torcieron al sentir la lengua de Luffy dar una lenta lamida en su raja que no pudo evitar levantar sus caderas hacia él.
"Huele a… mandarinas, pero sabe… tan… amargo y… dulce", hablo para sí mismo Luffy mientras tiene su lengua ocupada al lamer lentamente el coño de Nami provocándole escalofríos por su espalda. Sorprendiendo inesperadamente también a Robin sobre esa interacción.
La mayor solo fue receptora de la… 'atención' de su capitán desde su boca, pechos y su vientre. Estos dos últimos, obteniendo un mayor interés debido a su embarazo, dejando solo su entrepierna para el uso 'natural' de esta. Sin embargo, al ver que la curiosidad de él se despertase una vez más al probar las 'mieles' de Nami y descubrir algo completamente nuevo.
La navegante como puede suprime sus gemidos al fruncir sus labios hacia dentro. La lengua de Luffy le estaba haciendo sentir tan rara en lugares que supuestamente no debería y eso que él solo sondeaba la orilla de su entrada, pero cuando sintió cierta intrusión ella no pudo más.
—¡Hiii! —Chillo agudamente Nami apretando fuertemente sus dientes y levanto su mirada hacia Robin, pese a que en realidad la navegante solo percibía destellos blancos en su visión.
"¿Por qué es tan… gruesa y… áspera?", se preguntó Nami tratando de recuperarse.
Mientras Luffy continuaba con lo suyo, nota con su nariz un peculiar y pequeño bulto que le llamo la atención.
—¡MIERDA! —Aúlla Nami a todo pulmón, sorprendiendo por primera vez a la pareja debido a que por su repentino arrebato casi se zafa del agarre de ambos, terminando con el cuerpo algún que otro espasmo involuntario tras la mordida juguetona de Luffy en su clítoris.
El chico solo levantó la mirada un poco sorprendido. Pero de inmediato fue remplazado por un sentimiento de logro como si descubriese una nueva técnica de combate. Por lo que con una determinación renovada fue a sumergirse otra vez entre las piernas de su compañera hasta que ella le interrumpió.
—Luffy… —Nami gimió lastimeramente llamando la atención de él, despegándose de su coño con un hilo de su jugo, aun uniéndolos viendo como ella recarga su mejilla en el tierno muslo de Robin para mirarlo tímidamente. —Por favor… ya no… más.
Por un momento el capitán no logra captar lo que su navegante trataba de decirle. Pero al notar la forma en que la entrepierna de esta se balancea contra él de una manera bastante obvia, desesperada y gimiendo en cada empuje. Tratando inútilmente de rascarse entre sus muslos que se encuentran sujetados. Preguntándose el capitán si ella está cerca de 'explotar' cosa que sería muy divertido de ver.
Eso le lleno de cierto sentimiento de realización por parte de Robin al ver que ahora su capitán conoce de mejor manera las reacciones de las mujeres gracias a sus constantes… prácticas.
—Luffy~. —Llamo Robin al chico ganándose al fin su atención. —Creo que lo que quiere Nami es aquello. —Señalo la mujer al duro eje del pelinegro.
—Oh. —Al fin comprendió el capitán.
La excitación de Luffy era tal que no perdió el tiempo, provocando que el rostro de Nami acalora cada vez más brillantes hasta casi semejarse a un neón, pero antes de siquiera comenzar este se detiene.
—¿Estás segura de esto? —Por un momento Luffy logra tranquilizar la inquietud de la navegante al verla a los ojos.
"Mierda… porque rayos tengo que compartirlo…", pensó Nami con un recelo practicante infantil al ver que ella misma tiene la última palabra, incluso llegando a este punto tan crítico, pese recordar la propuesta que le hizo Robin en 'privado', pero su boca le traiciona. —¡Hazlo! —Responde ella frenética.
Después de escuchar su confirmación, Luffy de inmediato fue a por ello, pero...
—¿Eh?
Nada sucede cuando él empuja hacia adelante y su miembro se desvía de su objetivo debido a la abundante lubricación de la chica. Y Nami simplemente seguía con ambos ojos cerrados. Cosa que no pudo evitar sonreír Robin ante tal vista hilarante. Como si se tratasen de un par de vírgenes en su primera noche 'especial', pero con la ligera diferencia de que de nuevo el pelinegro intenta contenerse con tal de no lastimar a su compañera.
—¡! —Ignorando el nerviosismo de la pelinaranja. Luffy fijándose por debajo de su pecho, y entre las tetas de Nami ve una de las manos de Robin tomando su miembro. Sintiendo su suave y cálido agarre, lo sostiene firmemente y lo prepara un poco hasta que algo de líquido pre-seminal salió de la punta. Después de eso, ella lo presiona cercas hacia la resbaladiza entrada de Nami para que ambos entren en calor y él empuja lentamente sus caderas y Robin lo suelta.
Y la navegante se convierte en un manojo de nervios al sentir su punta hasta que recordó cierta cosa al ver por primera vez el miembro de Luffy. —¡Ah!... es-espera... no creo que pueda caber…
Ella no fue capaz de terminar de hablar y deja salir un poco su voz con un chillido, acompañándolo con un ruido increíblemente húmedo cuando la pareja finalmente se une. Le toma un segundo darse cuenta de que su interior debe estar demasiado apretado para él al intentar abrirse camino meciéndose, pero antes de pensar en algo más. Cierto sentimiento emergió en ella y eso era… demasiado. Tanto así que su mente comenzó abrumarse.
Sin darse cuenta de que ya era libre de toda restricción, Nami sorprende a Luffy con un abrazo. Ella lo atrae por el cuello para brindarle un largo beso derramando ahí todos sus sentimientos sin saber si tendrá otra oportunidad como esta mientras abre más las piernas, acomodándolo entre ellas para que pueda tenerlo lo más cerca que posible hasta que él llegó… la estaba tocando... su polla la estaba tocando tan profundo que pareciese que estuviese en su...
"No…Eso es-"
—Ngh… ¡Ahhh...! —Una voz aún más nueva sale de la boca de Nami con otro aullido al imaginarse de la posibilidad de terminar igual que Robin con un vientre redondo.
El sonido del coito era demasiado delicioso para ella que le parecía imposible expresarlo con palabras. Honestamente, no podía creer lo mucho que había estado deseando que esto sucediese desde que fue liberada de Arlong que incluso se ha propuesto en ir a buscarlo y 'agradecerle en privado' durante la celebración del pueblo. Pero Genzo le arruino los planes cuando le comento que ya había charlado con su capitán y fue totalmente inútil sacarle algo de información a Luffy en el mar creyendo lo peor que el viejo del molino le haya prometido de no acercase a ella aprendiendo a la mala lo bueno que era el Mugiwara en ese apartado.
Las demás partes en su cerebro se habían silenciado, además de los pocos que le quedaba de raciocinio han estado diciéndole que lo diese todo. Y ese sentimiento que era tan diferente, tan novedoso ... Dándole una nueva y emocionante necesidad de saborear cada segundo del acto con su piel, inhalar el húmedo sudor de negro cabello hasta que sus pulmones estallen. Lo Necesitaba tanto que inconscientemente hablo. —Rápido…
Él estando en realidad a la mitad del interior de ella. Cada vez que Nami se mueve, su respiración era notable para el chico. Era tan cómodo que incluso al empezar a sentirse que tiene que comprobar su unión a pesar de la confirmación que recibió. Le pregunta sobre su bienestar, pero nomás ni siquiera ella puede oírlo más, su voz ahogada por la interminable estimulación que esta recibía como un constante asalto en su cerebro y los gemidos que ella exhalaba.
La voz de Nami sigue alta y clara a través de respiraciones entrecortadas que daban la ilusión que se terminaría esto más rápido de lo que la arqueóloga esperaba.
—¿Se siente bien? —Pregunta Robin con sinceridad ganándose algo de atención por parte del pelinegro.
—¡Sí! ¡Se siente muy… bien!
Esa podría ser la mejor noticia que Luffy haya escuchado jamás. Porque cuando se lanza hacia adelante y presiona completamente contra ella, el shock provoca algo que nunca ha sentido nada parecido, un subidón que inmediatamente sabe que seguirá anhelando, un nuevo nivel de 'hambre'. Eso lo exalta tanto que en el momento simplemente se echa a reír por haber logrado en hacer sentir bien a otra chica, lo cual es difícil con lo pesado que se ha vuelto el aire en sus pulmones. Tan apretado, tan viscoso, tan perfecto, enigmático, suave, fragante y delicioso...
Nami deseaba ver la forma de su unión, podía sentir como la parte de él completamente está dentro suyo ahora mismo, latiendo y moviéndose.
—¡Nami, esto se siente tan… bien! —Comenta el pelinegro entre pesados jadeos sorprendiendo un poco a Robin al reconocer que Luffy está cercas de su clímax debido a que la pelinaranja los había interrumpido a la mitad de su diversión.
Nami no pudo disfrutar por mucho más tiempo la sensación porque su mente se centró nuevamente en la polla de Luffy. Él comenzó a hacerlo más rápido y más fuerte al notar que tampoco había sangre al entrar en su interior dándole esté luz verde, aunque nadie se lo dijo. Pareciendo que realmente estaba comenzando a disfrutarlo. Sin embargo, a Nami todavía le costaba asimilarlo todo, ya que seguía siendo su primera vez. Gritó, tanto de miedo como de placer, mientras la arqueóloga los observaba divertirse, pero la chica le invadió cierto temor al sentir palpitaciones en la polla de su capitán.
—Ah... Espera... Luffy... Sácalo. ¡Sácalo! ¡Dentro no! ¡Dentro no! —Gritó la chica con miedo mientras sentía que toda su entrepierna comenzaba a entumecerse.
—¡L-lo siento, Nami! ¡Es que mi cuerpo se mueve solo! ¡Y quiero seguir con-! —Luffy fue interrumpido por una patada por su navegante, pese no ser dada con gran fuerza fue suficiente para desequilibrarlo y hacerle caer de la cama. Cuando el chico iba a reclamarle sobre su actuar, pero sus palabras nunca salieron de la boca al ver a su compañera.
Nami se encontraba en un estado de total confusión de sí misma, que oculto sus ojos con su antebrazo derecho, y sin poder evitarlo comenzó a respirar irregularmente, pero lo que le hizo volver ser consciente de su entorno fue la humedad que sintió en su brazo en que se estaba apoyando. Al quitarse el antebrazo de su cara lo nota, y con la mano derecha se toca uno de sus ojos, dándose cuenta de que también había soltado lágrimas.
—¿Na-Nami?
Tras escuchar su voz, la navegante movió su cabeza robóticamente hacia Luffy viendo quizás por primera vez con esa… expresión dirigida a ella.
Miedo.
Nami se levanta despacio de la cama y en un silencio incómodo toma como puede su ropa y sale de la habitación del capitán en trompicones cubriéndose con sus paños en sus manos hasta que la propia puerta rompe la tensión con el sonido de su cierre.
Robin observó todo el desarrollo con cierta sorpresa ante este inesperado resultado. O bueno, ya se esperaba algún tipo de rechazo de la joven que se percataría del posible riesgo de embarazo, pero no creía que fuese de esa forma. Con calma miro a su compañero para no alterarlo más, ya que se encuentra sumamente ensimismado. Balbuceando en busca de respuestas enfrente de la arqueóloga.
En silencio ella acunó entre sus manos las mejillas de Luffy. Logrando callarlo y llamarle la atención para luego depositarlo en su escote. Usándolo como una reconfortante almohada lográndolo apaciguar.
Robin le rascó el cuero cabelludo suavemente, entrelazando los dedos entre los húmedos mechones de su cabello, mientras con la otra mano hizo pequeños círculos en la espalda del capitán —Ya, ya. Tú no tuviste la culpa —Esas palabras de aliento provoco que Luffy comenzase a temblar en su lugar.
Sin embargo, la mujer abrió levemente sus ojos al sentir en sus senos humedad corriendo sobre ellos y lo único que necesitaba Robin para confirmar el estado de su capitán fue el sonido de su llanto ahogado que su propia carne está amortiguando.
Con un suspiro de resignación, Robin permite que su cuerpo liberase todo tipo tensión. Meramente, lo único que buscaba era solamente remover, aunque sea un poco, aquella codicia de la chica. Tras averiguar la razón detrás de la peculiar 'relación' de la navegante con la princesa del desierto, que igualmente tenía sentimientos románticos hacia el Mugiwara. Descubriendo que Nami le 'ayudase de ver su error'. Todo para que al final la navegante tuviese para sí misma a Luffy, pero…
"Bueno… solo queda esperar y ver como esto terminara", comento la arqueóloga. Acostada en forma lateral en la cama con Luffy aún en la misma posición ya dormido.
…
Mientras tanto en la habitación de las chicas. Nami se encuentra igual. Recostada en la cama que ahora le parecía muy grande hasta para ella. Se hallaba envuelta en una toalla después de ducharse con agua fría al intentar sacarse aquellas emociones que convirtieron todo su corazón en un huracán sin parangón en el momento más erróneo y que está volviendo a florecer en su pecho otra vez provocando que se recostase de lado.
Con duda lleva su mano derecha sobre donde debería está su corazón tratando inútilmente aplacarlo.
—Se sentía tan irreal… tan bueno para ser cierto. Pero… ¿realmente merezco esto? —Murmuro Nami esas palabras al sentir como las emociones comenzaron pagarle factura al agotarla mentalmente que sus parpados pesados y sin quererlo vuelve a recordar las palabras de Robin que le susurro en su oído.
["Somos piratas. Así que disfrutemos de la vida."]
Y listo.
¿Qué les pareció?
Y eso que sin darme cuenta había escrito tal cantidad en este capítulo y como había dicho al principio no quiero ni repetir eso XD
Como sea. Lo tuve que cortar hasta aquí debido que pienso también incluir lo sucedido en la película de "Strong World". Ya pueden tener cierta idea lo que se avecina.
Eso sería todo. Hasta la otra.
Panda fuera.