1ª Generación

¡Nidorino vs Gengar! ¿Será Samuel o Agatha quien se alzará con la victoria en la primera liga Pokémon?

X

¡Hola y bienvenidos al mundo Pokémon! Me llamo Samuel Oak y soy el profesor Pokémon especializado en investigar la relación entre humanos y Pokémon. Para algunos los Pokémon son mascotas y otros los usan para pelear. ¡Bueno, no importa si eres chico o chica porque te espera un mundo de sueños y aventuras con los Pokémon!

¡Adelante!


KANTO

Año 2002 - Pueblo Paleta

En una sala del ya antiguo restaurante Ketchum, se llevaba a cabo una acalorada discusión.

—¡Ni hablar Delia! ¡No pienso permitir que cometas semejante locura!

La chica dirigió sus castaños ojos llenos de ira hacia su madre.

—¡No puedes impedírmelo, ya tengo dieciséis años! —gritó Delia, cansada de aquella discusión—. Quiero ser entrenadora Pokémon y según la le-

—¡Me da igual la ley! ¡Soy tu madre y por lo tanto harás lo que yo te diga! —le interrumpió la mujer—. ¿En serio crees que voy a permitir que mi única hija camine por ahí sola? ¿Con los caminos llenos de ladrones y criminales como el Team Rocket?

—¿El Team Rocket? —Delia soltó una pequeña risa—. No son más que ladrones de poca monta, ni siquiera la policía les presta atención.

—¿Y qué me dices de todos los Pokémon salvajes que hay ahí fuera? ¡Cualquiera de ellos podría matarte con un solo golpe!

—No soy tan débil. —contestó Delia.

Su madre dio un largo suspiro y pasó su mano por su oscura cabellera. No pudiendo con la tensión acumulada, acabó por sentarse en una silla cercana.

En momentos así, Delia se sentía mal por llevar al límite a su madre. Sin embargo no iba a retroceder. Quería ser entrenadora Pokémon y nada la haría cambiar de opinión.

—Delia…este mundo es muy cruel, sobre todo con las chicas jóvenes como tú —dijo la señora Ketchum—. Ahora que las relaciones entre Kanto y Johto no son nada buenas viajar se ha vuelto el doble de peligroso.

—Ya lo sé, por eso no iré sola —dijo Delia tras abrir una Poké Ball de su cinturón—. Él me acompañará.

La señora Ketchum observó al pequeño Mime Jr. que siempre acompañaba a su hija a todas partes. Gracias a él, Delia se había coronado como la joven más fuerte de pueblo Paleta, incluso había vencido a varios viajeros que llegaban al pueblo.

Eres igual de cabezota que tu padre —pensó con cierta amargura la señora Ketchum—… De acuerdo, puedes irte.

—¡Sí! —Delia y Mime Jr. dieron un salto de alegría al mismo tiempo.

—Pero prométeme que me escribirás una carta una vez a la semana, como mínimo.


Año 2004 - Pueblo Paleta

—Debes de estar muy orgullosa de Delia —le comentó un día el profesor Oak a la señora Ketchum—. Quedar entre los 4 mejores de la liga Añil es un gran logro.

—Me alegra más saber que volverá pronto a casa —dijo la señora Ketchum—. Kanto, Johto y las Islas Sete…Esos son demasiados viajes. Con lo bien que se está en casa.

—En eso estoy muy de acuerdo —dijo el profesor Oak tras beber un poco de café—. Aun así estoy seguro de que esos viajes han sido una gran experiencia para ella.

Lo que ninguno imaginaba era que Delia volvería acompañada de sus viajes con un misterioso entrenador Pokémon.

—¿Quién es? —preguntó su madre en un tono serio. Aquel hombre…había algo en él que no le gustaba nada.

—Se llama…y es el padre de mi hijo. —soltó Delia de golpe.

ooOoo

—¡¿Cómo has podido?! ¡Te dije que tuviese cuidado con los chicos! —exclamó su madre. Se movía de un lado hacia otro de la habitación sin detenerse ni un segundo.

—Mamá, para por favor —le pidió Delia—. Me estás poniendo nerviosa.

—¿Nerviosa? ¿Tienes la osadía de decirme eso después de…? —Su madre señaló su vientre mientras gesticulaba de forma exagerada.

—No fue culpa de nadie, simplemente ocurrió. —se defendió Delia.

—Simplemente ocurrió… ¿te estás oyendo a ti misma?—Su madre se llevó las manos a la cabeza y pequeñas lágrimas comenzaron a asomar por sus ojos grises—. Delia, no tienes ni idea del lío en el que te has metido.

—Mamá, no seas tan melodramática.

Aquellas palabras fueron demasiado. Antes de que Delia pudiese darse cuenta, su madre le había dado un tortazo que le dejó una marca roja en la mejilla derecha.

Atónita, se llevó una mano a la dolorida mejilla.

—¿Mamá…?

—¿Acaso te crees que ser madre es fácil? ¿Qué no vas a tener que hacer sacrificios? ¿Qué no vas a sentirte abrumada por tener responsabilidades con las que jamás soñaste?

—Él me ayudará, saldremos adelante. —dijo Delia con lágrimas en los ojos.

—Eres muy ingenua, Delia —dijo su madre negando con la cabeza—. Os habéis divertido y "eso" es el resultado. "Él" te ayudará los primeros años pero cuando vea lo que implica ser padre…

—¿Qué quieres decir con eso?

—Sabes perfectamente lo que quiero decir, hija —dijo su madre en un tono serio y frío—. Tengo años más que suficientes como para saber quién es un cobarde nada más verlo.

—¡Él no es un cobarde! Es un buen hombre y te demostraré que estás equivocada. —dijo Delia levantándose y marchándose de allí a toda prisa.

Tras dejarla sola en el salón de su casa, la señora Ketchum cayó al suelo de rodillas mientras procesaba toda la información recibida.

—Abuela…voy a ser abuela…


Unos días después…

—Alguien está llamando a la puerta —dijo su novio con voz cansada tras oír unos ruidos.

—Ya voy yo. —dijo Delia, que estaba más cerca de la puerta.

—¿A qué has venido? —preguntó Delia en un tono más fuerte de lo deseado.

—Tan solo quería….Tan solo quería ver como estáis tú y el bebé —dijo su madre alzando la vista—. Sé que los primeros meses de embarazo pueden resultar algo complicados…Quizás, quieras la ayuda de alguien que ya ha pasado por eso.

Delia la miró con sorpresa y cierta alegría.

—Ya… ¿Ya no estás enfadada conmigo?

—Sí que lo estoy, pero no servirá de nada que sigamos discutiendo. No es bueno que una mujer embarazada tenga estrés —dijo su madre esbozando una pequeña sonrisa—. Delia, un hijo es el mayor tesoro que uno puede recibir. Has cometido un error, pero no quiero que pienses que tu hijo es ese error.

Delia tan solo pudo sonreír y abrazar a su madre. Desde atrás los observaba él, impasible y con una mirada difícil de descifrar.

Poco después en 2005 nació la leyenda de pueblo Paleta.

ooOoo

Año 2011 – Pueblo Paleta

Cuando Ash era pequeño, Delia solía contarle historias de como su abuelo paterno y su padre eran grandes entrenadores Pokémon que viajaban por el mundo.

—¿Y cuándo volverán? —preguntaba Ash con una mezcla de admiración, asombro e ilusión.

—…Cuando cumplan sus sueños. —solía decir Delia. Su tono de voz era alegre, pero su mirada transmitía una profunda tristeza que extrañaba al pequeño Ash.

Cuando tenía seis años, Ash intentó investigar sobre su padre y su abuelo paterno. Para ello usó el ordenador de la casa y tras horas de búsqueda en internet, no encontró nada.

Ni su padre ni su abuelo salían por ninguna parte. No eran mencionados por nadie como los grandes entrenadores que solía contarle su madre. Ni siquiera estaban en la lista de entrenadores Pokémon.

Tal vez debió haber preguntado más, tal vez debió haber investigado más…pero algo en su interior se había roto y su joven mente decidió enterrar las dudas y preguntas en lo más profundo de su psique.

El resto de su infancia Ash la pasó desarrollando una amistad y rivalidad con Gary, nieto del prestigioso profesor Samuel Oak. Los dos eran conocidos por ser el "terror de pueblo Paleta" a causa de las numerosas travesuras que realizaban juntos y por separados.

ooOoo

Año 2013 - Ciudad Verde

—Tenías razón, madre. —dijo Delia un día.

Madre e hija estaban sentadas en la terraza de un restaurante, tomando un té mientras Ash jugaba con un chico y una chica mayores a él.

—¿En qué? —preguntó su madre algo desconcertada.

—Es un cobarde.

—Bueno, no sabemos que pasó realmente, tal vez no deberías sacar conclusiones precipitadas. —dijo ella arrugando la frente.

Delia soltó una pequeña y amarga risa.

—¿Ahora lo defiendes?

—No, solo digo que necesitamos más puntos de vistas para entenderlo todo mejor… ¿Qué le has dicho a Ash?

Delia estuvo unos segundos en silencio, contemplando las nubes grises que se acercaban a pueblo Paleta.

—Le he dicho que su padre es entrenador Pokémon y que está viajando por el mundo.

Su madre tan solo asintió con la cabeza. Tras una pausa de varios minutos miró fijamente a su hija.

―¿Qué pasa? ―preguntó ella.

—Hay algo importante que debo decirte.

—¿El qué? —le preguntó. Por algún motivo se sentía ansiosa.

—Delia, a pesar de tu situación has criado muy bien a tu hijo —dijo su madre ignorando su pregunta—. Me alegra ver que has conseguido formar una buena familia.

—Madre, tú también eres parte de mi familia —dijo Delia dándole un suave abrazo—. Ahora entiendo cómo te sentías cuando me criaste. Ser madre es el trabajo más duro del mundo.

—Seremos buenas madres, pero no sabemos elegir a nuestras parejas. —recordó su madre con cierta tristeza

—Mamá…

—Quería decirte, que te he dejado el restaurante como herencia pero puedes empezar a dirigirlo ahora mismo si así lo deseas. Es el único decente en este pueblo así que nunca te faltará trabajo.

—P-pero mamá, no pued-

—Puedes y lo aceptarás —dijo su madre en un tono firme—. Yo ya no tengo ni la fuerza ni la pasión de antes. El negocio necesita sangre joven y la tuya es la más indicada. Además, así podré pasar más tiempo con mi nieto.

—Sabía que estabas tramando algo así —rió Delia intentando ocultar su nerviosismo.

¿Heredar el restaurante? Aquello era un gran paso pero no sabía si estaría a la altura. Era demasiada responsabilidad y ya había aprendido por las malas a no coger más de lo que se puede.

Antes de que pudiesen seguir hablando Ash se acercó corriendo a ellas.

―Mamá, Rojo, Hoja y yo vamos a ir a jugar al bosque Verde.

―¿Al bosque Verde? —les preguntó Delia algo preocupada.

Los tres chicos asintieron rápidamente con sus cabezas.

—Si es así no os alejéis mucho y jugad cerca de la entrada, por favor.

―No se preocupe, señora Ketchum, cuidaremos del enano con nuestros Pokémon. ―dijo Hoja, recibiendo una mirada indignada de Ash por el comentario sobre su altura.

Rojo sacó una Poké Ball y la abrió, mostrando a un pequeño poliwag que se puso enseguida a dar saltitos de felicidad.

Delia sonrió al verlo. Aunque era joven había demostrado un gran potencial como Pokémon de agua.

—¿Prometes protegerlos por mí, Poliwag? —le preguntó mientras se agachaba para acariciarlo.

—¡Poli! —respondió con entusiasmo el Pokémon renacuajo.

ooOoo

Ash, Rojo y Hoja volvieron malheridos del bosque y con una niña rubia en brazos. Al parecer había sido atacada por Pokémon salvajes y Ash se había lanzado a protegerla con su cuerpo. Si no hubiese sido por Rojo y Hoja, los niños prodigio, seguramente no habrían salido de allí con solo unos arañazos.

Delia los llevó al hospital y luego con el profesor Oak para que le contasen lo sucedido. Al fin y al cabo él sabía mucho sobre los Pokémon de la zona.

—Sin embargo, hay algo que me preocupa —confesó el profesor Oak tras oír la historia— ¿Desde cuándo los golem y dratini habitan el bosque Verde? Eso sin contar que los dratini no son agresivos por naturaleza y suelen esconderse de los humanos.

—¡Cierto! Estaba tan preocupada que no me había dado cuenta —dijo Delia apenada—. ¿Qué cree que significa todo esto, profesor?

—Si te soy sincero, no lo sé —reconoció el profesor con cierto pesar.

—¿No se suponía que hay varios guardabosques viviendo dentro del bosque Verde?

—Sí, ayudan desde hace años a los líderes del gimnasio Verde a vigilar el bosque. Al parecer esos guardabosques descienden de un antiguo clan con habilidades extraordinarias.

—¿Y dónde estaban hoy? ¿Cómo es que no han ayudado a mi hijo? —Delia no quería sonar rencorosa pero estaba demasiado nerviosa y triste.

—No lo sé. Es más, solo los líderes de gimnasio de ciudad Verde saben cómo son y como contactar con ellos. Son un clan con el mismo secretismo que los clanes ninja de antaño.

Delia dio un largo suspiro.

—Secreto o no, espero que la próxima vez hagan mejor su trabajo…Esa niña, podía haber sido víctima de los Pokémon si no fuese por Ash —dijo Delia cambiando de tema—. Me pregunto qué hacía perdida en mitad del bosque Verde.

Ambos miraron con cierta preocupación a los dos niños dormidos en el sofá. La pequeña niña dormía abrazada fuertemente a Ash, mientras que Rojo los observaba atentamente sentado en una silla y Hoja se paseaba por el laboratorio.


Un tiempo después…

"Están poniendo una peli... Salen cuatro niños caminando por las vías del tren... Bueno, voy a ponerme en marcha." ―Rojo, entrenador prodigio de pueblo Paleta.

ooOoo

Rojo y Hoja salieron juntos del pueblo para convertirse en entrenadores Pokémon.

―¡Espero que os convirtáis en los más fuertes! ―les dijo Ash. Los dos entrenadores sonrieron al pequeño y le acariciaron la cabeza.

―Gracia por desearnos buena suerte. ―dijo Hoja.

―Así cuando os venza yo seré el más fuerte.

―…―dijo Rojo. Aquellas palabras hicieron llorar de alegría y emoción a Ash.

Hoja le dio una fuerte palmada en la espalda a Rojo mientras intentaban evitar que las lágrimas saliesen de sus ojos.

―Siempre has tenido un don para las palabras.

Amarillo, quien estaba detrás de Ash, les despidió con un tímido saludo a ambos.

―Cuida mucho de Ash, que siempre se mete en problemas. ―le pidió Hoja a la pequeña. Esta asintió fuertemente con la cabeza mientras Ash se quejaban y decía que sabía cuidarse solo perfectamente.

Tras varias despedidas Rojo y Hoja avanzaron hacia su nueva aventura.


"Raid On the City. Knock out. Evil Tusks".

"¡Arrasar las ciudades! ¡Sembrar la destrucción! ¡Somos los colmillos del mal!"

―Madame Boss, fundadora del Team Rocket.


Giovanni siempre lo tuvo todo. Desde que era pequeño nada se le fue negado por su madre, Madame Boss. Alta, bella, poderosa e intimidante.

Todos temblaban al oír su nombre. La policía, los otros clanes criminales y los políticos no se atrevían a interponerse en su camino. Si lo hacían, ella se encargaba de manipularlos, sobornarlos o matarlos, dependiendo de su estado de humor.

Ella, junto a varios de sus amigos y socios fundó el Team Rocket y lo llevó a lo más alto, pronto la mafia Pokémon de Kanto se convirtió en el terror de toda la región.

Cuando Giovanni cumplió diez años recibió un meowth como regalo por parte de ella. Su primer paso para ser su digno heredero. Después de su hijo, lo que más amaba Madame Boss era el dinero.

El dinero es poder, pequeño mocoso —solía decirle con cariño—. El dinero lo puede comprar todo. Las personas hacen cualquier cosa por tenerlo. Tener más que los demás es la forma más fácil de conquistar el mundo. Todos cumplirán tus deseos si eres el más rico.

Pero las cosas nunca salen como lo esperas. Miyamoto, una de las comandantes del Team Rocket y gran amiga de Madame, había desaparecido. Aquello fue la primera señal de la decadencia de la organización.

Madame Boss se obsesionó con encontrar pruebas sobre la existencia de los mew. Quería vender esas pruebas al mejor postor. Sin embargo, la Policía internacional comenzó a intervenir.

Los mejores hombres del Team Rocket estaban siendo capturados, sus guaridas ya no eran secretas y las otras mafias se estaban envalentonando. Pasaron muchas cosas y al final Giovanni tuvo que dar un paso adelante y hacerse con el control de la organización.

Nunca olvidó las enseñanzas de su madre, así que en cuanto pudo buscó las mejores maneras de obtener dinero.

Lo primero que hizo fue eliminar a los miembros que estuviesen en su contra o que pudiesen causarle problemas. Luego asesinó a los jefes de otras mafias, robó Pokémon valiosos, secuestró, extorsionó y chantajeó. Incluso formó un equipo científico para realizar experimentos ilegales.

Sin embargo el dinero no sirve de nada si no se tiene estatus y poder tanto en el alto como el bajo mundo. Así que eliminó al líder del gimnasio Verde en su ciudad natal. Así podría ocupar su puesto y hacer tráfico ilegal de Pokémon usando el S.S. Anne…Fueron muchos años de sudor y esfuerzo pero merecieron la pena.

ooOoo

1 de Septiembre del año 2014 - Mansión Pokémon de Isla Canela

—¡L-lo siento pero no puedo hacerlo, es demasiado peligroso y debemos eliminarlo cuanto antes! ¡No es un Pokémon, es un monstruo! —dijo un asustado un hombre mayor y calvo.

Giovanni no pudo contener su ira y golpeó con fuerza a su subordinado. A Blaine se le escapó un gemido de dolor al caer al suelo. El resto de científicos retrocedieron aterrorizados.

—¿Sabes que el sueño de mi madre era poder controlar a un mew? Un Pokémon que muy pocos creen que exista —dijo Giovanni tras colocar su pie en la cara de Blaine y aplastarlo contra el suelo—. Yo he conseguido algo mejor, crear a un Pokémon superior… ¿Y ahora me dices que hay que eliminarlo?

—¡N-no se le puede controlar! ¡E-es demasiado violento y sus instintos son mucho más salvajes de lo normal! ¡Ha escapado y asesinado en el proceso a casi todo su equipo científico! —exclamó Blaine intentado soportar el dolor. Giovanni, enfurecido, aumentó la presión de su pie sobre el rostro del científico.

—Cierto, Fuji está muerto y si tú no quieres seguirle, crearás algo para poder controlar a ese monstruo. No pienso permitir que todo el dinero y recursos utilizados sean en vano —dijo Giovanni muy serio—. Los estragos de la post-guerra aún se están notando, esta es nuestra oportunidad de aumentar el poder del Team Rocket sin que nadie nos moleste. ¿Has entendido? ¿O tal vez necesitas una motivación más fuerte?

—H-haré lo que pueda. —dijo Blaine apretando los dientes.

—Más te vale, o Isla Canela dejará de tener un líder de gimnasio.

Blaine respiró aliviado cuando Giovanni se fue del destruido laboratorio.

Ese iluso no sabe que Fuji es el único que escapó con vida del ataque de Mewtwo. Aun así, debo crear algo que pueda retener o suprimir sus poderes psíquicos o Giovanni será el menor de mis problemas —pensó Blaine preocupado—. Menos mal que Fuji colocaba un rastreador a todos sus clones. Mewtwo no será difícil de encontrar.


Gimnasio de ciudad Verde

—Así que tú eres el famoso Sargento Surge, ¿eh? —Giovanni observó con interés desde la mesa de su despacho al imponente soldado extranjero—. ¿Qué te trae por aquí?

Surge se quitó las gafas de sol, revelando una feroz mirada que hizo retroceder por puro instinto a los guardaespaldas de Giovanni.

—Quiero unirme a tu organización.

De repente, el afable ambiente pasó a ser igual de frío que los ojos de Giovanni.

—¿Organización?, ¿de qué hablas?

Surge dio un largo suspiro.

—Aquí no hay policías o periodistas así que puedes dejar de fingir. Conseguir información no es complicado para un soldado que ha tenido la desgracia de estar en los peores lugares de esta región.

Giovanni miró de reojo a sus tres guardaespaldas y les dio una pequeña señal con la cabeza. Estos asintieron pero antes de que pudiesen sacar sus Poké Balls, tenían a un un voltorb, un electabuzz y un magnemite delante de ellos. Los cuerpos de los Pokémon expulsaban pequeñas chispas erizando los pelos de los allí presentes.

Los guardaespaldas dejaron de moverse al instante. Conocían muy bien la reputación de Surge y no querían provocar la ira de sus Pokémon.

—No he venido a pelear, pero electrocutaré a tus "guardaespaldas" si hacen un solo movimiento. —amenazó Surge. Giovanni tan solo rió ligeramente ante aquellas palabras.

—¿Osas traer Pokémon eléctricos a mi gimnasio?, que atrevido…¡Me gustas!

Surge hizo una mueca.

—Gracias.

—Ken, Harry y Al. Dejadnos solos —ordenó Giovanni a sus guardaespaldas.

—P-pero, señor…—Los tres interrumpieron sus protestas al recibir la furiosa mirada de su jefe.

Pocos segundos después habían abandonado a toda prisa el despacho.

—Hay algo que me estoy preguntando desde hace un rato… ¿Por qué motivo un soldado extranjero de tu prestigio querría unirse a mí? —comentó Giovanni levantándose de su silla y acercándose a Surge.

La diferencia de altura era notable, siendo que Surge le sacaba dos cabezas como mínimo a Giovanni, aun así el sargento se sintió empequeñecer ante la presencia del mafioso.

—Debido a mis actos "heroicos" he recibido numerosas medallas y me han nombrado líder de gimnasio de ciudad Carmín —le explicó Surge con cierta amargura—. Sin embargo eso no es lo que deseo. Cuando vine desde Teselia lo hice porque quería un combate de verdad, porque quería saciar mi sed de sangre…pero los gimnasios son un campo de batalla para débiles acostumbrados a la paz. Demasiadas reglas y demasiados mocosos que no saben nada sobre la vida.

Una comprensiva sonrisa se formó en el duro rostro de Giovanni.

—Se puede sacar a un soldado de la guerra pero no la guerra del soldado…Empiezas a interesarme, Surge.

Cualquier otra persona habría soltado un suspiro de alivio, pero Surge era un profesional y no iba a fracasar en su misión. La Policía Internacional y la Asociación Pokémon contaban con él.


Giovanni observó desde su asiento a su nueva secretaria. Matori era una veinteañera de mirada calculadora. Su pelo largo estaba recogido en una coleta y su traje negro no tenía ni una sola arruga.

—Mi última secretaria no era muy competente. ¿Tú lo eres?

—Eso es algo que mis acciones demostrarán, gran líder. —fue la seca respuesta de Matori.

Giovanni esbozó una pequeña sonrisa.

—Me gustaría hacerte una prueba antes de admitirte como mi secretaria.

Matori ni siquiera pestañeó.

—¿Qué clase de prueba?

—Estoy construyendo el casino Rocket en ciudad Azulona.

—¿No es allí donde tiene una de sus bases secretas?

—Así es, y el casino se construirá encima. Verás, necesitamos dinero y la gente necesita algo más que alcohol para olvidar las secuelas de la guerra.

—¿No es algo arriesgado? ¿Qué ocurrirá si la policía decide investigar?

—Tengo muchos amigos en las altas esferas así que eso no será un problema —dijo Giovanni sonriendo maliciosamente—. Tu tarea será encargarte de que la construcción del casino se termine de forma rápida y sin complicaciones.

—Como ordene. —respondió Matori haciendo una leve inclinación. Giovanni esperó a que se marchase de allí pero no lo hizo.

—¿Qué ocurre?

—Si me permite la pregunta gran líder… ¿En qué falló la anterior secretaria?

Giovanni se frotó el mentón mientras fingía pensar en la respuesta.

—Verás, mi casino será para todos los públicos, niños incluidos, y ella no estaba dispuesta a cruzar esa línea. Así que tuve que obligarla a cruzar otra línea diferente.


Gimnasio de ciudad Azafrán

Giovanni se relajó en el suelo del tatami mientras bebía el cálido té proporcionado por una niña de once años.

—¿Esto lo ha hecho tu hija? —preguntó Giovanni con cierta curiosidad—. Tiene mucho talento.

El hombre sentado delante de él hizo un gesto con su mano para indicar a su hija que podía marcharse de allí.

—¿Qué es lo que quiere?

—Vaya, siempre directo al grano, ¿eh, Koga? Si leíste mi carta ya debes saber lo que quiero de ti.

—Tienes razón, la he leído y estoy dispuesto a que contrate mis servicios. Siempre y cuando el pago sea justo.

—No debes preocuparte por el dinero…Dime, ¿no te sientes mal por aceptar siendo líder de gimnasio?

—Mi puesto como líder me permite cuidar de mi clan pero no me da lo que más necesito. Recuperar mi honor como guerrero.

—Honor…El honor es un concepto que no se ajusta a mi visión. ¿Serás capaz de cumplir cualquier misión por más dura que sea? Ten en cuenta que vamos a causar una revolución en Kanto. Habrá muchos…daños colaterales.

—Soy un guerrero de las sombras, un asesino y un mercenario. Como tal sirvo al mejor postor, algo que este mundo moderno ha olvidado —dijo Koga sin titubear—. Estamos en una era de paz y nuestra cultura será extinguida si eso sigue así…Por eso estoy dispuesto a preservar el caos que quieres imponer. Los shinobi solo somos necesarios cuando reina el caos. Me temo que mi sentido del honor nada tiene que ver con tus ideas preconcebidas.

Las palabras que salían de su boca le producían asco y ganas de vomitar el té que acababa de sorber. Pero un ninja nunca mostraba al enemigo sus verdaderas intenciones. Giovanni había caído en la trampa, ahora tan solo debía fingir durante unos años antes de ser partícipe de su caída.

ooOoo

"¿Quieres borrar todos los datos guardados?... ¿Seguro que quieres borrarlos? Recuerda que luego no podrás recuperarlos… Reiniciando partida…".

—Hermanito, ¿por qué borras tu partida? Ya la tenías casi completa…

Ash Ketchum giró la cabeza y observó a la pequeña niña rubia que estaba sentada a su lado. Sus ojos verdes trasmitían la curiosidad típica de su edad. Ash no pudo evitar sonreír.

—Es muy aburrido jugar cuando ya te has pasado la liga Pokémon—se justificó— Ya no es igual de divertido que cuando comencé a jugar.

—Es muy triste. —replicó la niña a la que quería como si fuese su familia.

—¿Triste?

Ella asintió con la cabeza.

—Todos tus Pokémon y lo que hiciste con ellos…se ha borrado. Ya nunca podrás verlos.

—Solo es un juego —suspiró Ash, preocupado al ver que la niña se lo tomaba muy en serio—. Nada de esto es real.

Su hermana se quedó pensativa durante unos instantes.

—El otro día, en la televisión, dijeron que había muchos entrenadores que abandonaban a sus Pokémon cuando se aburrían de ellos…

—Esas son malas personas. Un verdadero entrenador Pokémon nunca abandona a sus Pokémon. Eso es lo que mamá siempre dice. —le recordó él.

—Entonces… ¿cuándo seas entrenador no abandonarás a tus Pokémon? —le preguntó ella algo dudosa—. Si ganas una liga… ¿no te aburrirás con ellos?

—No puedo abandonar a mis Pokémon si gano una liga. —dijo Ash como si fuese algo de sentido común. Amarillo tenía mucho amor hacia los Pokémon, a veces demasiado, pero era parte de su encanto.

—¿Me lo prometes?

—Prometido. —dijo Ash mientras la acariciaba la cabeza. Dentro de unos meses cumpliría diez años y podría salir a vivir aventuras. Nada ni nadie le impediría llegar a ser el mejor, el mejor que habría jamás.

—¡Ash, Amarillo!, ¡bajad ahora mismo!

Era la voz de su madre. Los niños se miraron entre ellos y salieron corriendo de la habitación. Al bajar al salón, una mujer de cabellos y ojos castaños les esperaba con el mando de la televisión en la mano.

—Quiero que veáis esto. —les dijo Delia Ketchum con una sonrisa mientras subía el volumen.

¡Ante todos ustedes les presentamos al nuevo Alto mando de Kanto! —decía el presentador—. Como ya sabrán, Kanto consiguió hace tres años la total independencia de Johto. A parte de cambios económicos y políticos, eso implica que ahora cada región posee ligas Pokémon y Alto mando propios.

La imagen cambio para mostrar a los entrenadores más fuertes de Kanto caminado por las calles de ciudad Azafrán, la capital de la región. Estaban acompañados por entrenadores Pokémon famosos, miembros de la Asociación Pokémon y varios policías.

¡Agatha, cuarenta y nueve años y especialista en Pokémon del tipo veneno y fantasma! Como dato curioso, hace tiempo fue la máxima rival del famoso profesor Oak —informó el presentador cuando la cámara fue enfocando a los miembros del Alto mando—. ¡Bruno, veintitrés años y especialista en tipo lucha y roca! ¡Lorelei, veinte años y especialista en Pokémon de tipo hielo! ¡Hoja, de doce años (¡qué joven!) y con un equipo muy variado en su haber!

Cuando la cámara se enfocó en el campeón, Delia observó feliz como los ojos de los niños brillaban de pura emoción.

¡Y finalmente el campeón de Kanto!... ¡Rojo! Con tan solo doce años es considerado un genio de las batallas y esperamos que lleve con orgullo la bandera de Kanto en el próximo Pokémon World Tournament.

—Ellos dos son muy fuertes —dijo Ash tras unos segundos de silencio—. Si quiero ser Maestro Pokémon tendré que vencerlos algún día.

—Entonces deberás entrenar mucho, hijo mío.


Ciudad Azafrán - Gimnasio de tipo de lucha

—Kadabra, psíquico.

Un hitmonlee fue estampado a gran velocidad contra la pared del dojo. Fue tal la fuerza del choque que varios de sus huesos se fracturaron en el proceso.

—¡Hitmonlee! —gritó horrorizado Kiyo Kochi.

—Usa psíquico de nuevo. —ordenó una chica a su Pokémon.

—¡H-Hitmonlee está fuera de combate! —gritó el atónito árbitro Pokémon, deteniendo a la chica antes de que cometiese un error mortal—. ¡Puesto que los tres Pokémon de Kiyo Kochi han sido derrotados, Sabrina pasa a ser la nueva líder de gimnasio de ciudad Azafrán!

Nadie del público allí reunido aplaudió a la ganadora. Aquel combate había sido prácticamente una masacre y gracias al árbitro se había evitado la posible muerte de los Pokémon de Kiyo.

—N-no…I-imposible… ¿He perdido? — Kiyo Kochi cayó de rodillas al suelo. Su mente no podía asimilar todavía lo que acababa de suceder.

—Que aburrido…—dijo Sabrina sin ni siquiera mirar a su rival a los ojos—. Me esperaba algo más del aclamado Rey del Kárate. Supongo que tu fama era directamente proporcional a tu debilidad.

Aquellas palabras despertaron a Kiyo de su estado de shock.

—T-ten cuidado con cómo me hablas. —le advirtió Kiyo furioso.

La vergüenza que sentía le hacía temblar de rabia. Todos sus alumnos del dojo, los periodistas y demás espectadores habían visto su aplastante derrota. Podía notar en sus miradas compasión, pena, vergüenza y cierta burla en algunos.

—Deberías ser tú quien tenga cuidado —dijo Sabrina en un tono frío que puso la piel de gallina a todos los presentes—. El único motivo por el que he podido desafiarte es porque la A.P. no te quiere como líder.

—¿D-de qué estás hablando? ¡Si has podido retarme es porque conseguiste la licencia de entrenadora de Élite!

—Este gimnasio ha dado mucho de qué hablar últimamente debido a las constantes derrotas que sufres, Kiyo. Por eso la A.P. me pidió que te quitase de en medio.

—¡M-mientes! —gritó Kiyo mientras las lágrimas se iban asomando por sus ojos—. Es verdad que este último año no he ganado ningún combate per-

—Nadie te quiere —le interrumpió Sabrina con una amplia y cruel sonrisa—. Tan solo eres una masa de músculos. En estos tiempos tener músculos no te asegura la victoria. Comparado con los otros líderes eres basura.

—¡Desgraciada! ¡¿Cómo osas hablarme así?!

Dando un poderoso grito, Kiyo se abalanzó sobre Sabrina. Sus alumnos intentaron detenerlo pero fue demasiado tarde…para él.

Dando un sonoro bostezo, Sabrina alzó su mano izquierda y elevó por los aires al Rey del Kárate.

—¡¿Esos son sus poderes psíquicos?! —exclamó el asombrado público. Mientras tanto, Kiyo se retorcía en el aire, intentando escapar en vano.

—Te he quitado tu gimnasio, tu ciudad y tu trono de forma justa así que deja de lloriquear. No pierdas la poca dignidad que te queda —le aconsejó Sabrina—. Ver a un adulto de esa forma me pone enferma.

Kiyo comenzó a notar como sus huesos crujían bajo aquella presión invisible.

—E-eres un demonio…

Sabrina ignoró por completo ese comentario.

—He oído que Bruno y tú entrenasteis juntos en el mismo dojo…Es difícil de creer viendo lo debilucho que eres.

—¡S-suéltame!

—En este mundo hay personas con un enorme potencial pero que carecen de la fuerza de voluntad para alcanzar dicho potencial —Sabrina cerró un poco su mano, haciendo que los huesos de Kiyo crujiesen aún más, silenciando de esta forma sus gritos—. Bruno tenía ese fuerza de voluntad y por eso es miembro del Alto mando, mientras que tú tan solo eres una porquería que no merece estar aquí.

Tras decir eso lo lanzó por la puerta dejándolo inconsciente en el suelo.

ooOoo

—Gran líder, es cierto que ha reclutado a la líder del gimnasio Azafrán. —le preguntó Matori.

—Sabrina es impredecible, inteligente, manipuladora y con una gran potencial.

—¿Y por qué ha metido a semejante niña en nuestra organización? —preguntó Matori preocupada.

—Porque yo adoro controlar el poder y esa niña es poder en estado puro —respondió Giovanni con una sádica sonrisa en su rostro—. Podemos convertirla en un arma perfecta…no, lo haremos. Junto con Surge y Koga será parte de nuestros comandantes.

—¡¿Una niña como ella en un puesto tan alto?!

—Una niña que ha sido nombrada líder de gimnasio a los diez años tras humillar al Rey del Kárate. —le recordó Giovanni.

—¿Y qué me dice de Protón o Sird? ¿No serían mejores candidatos a ese puesto?

—Sí, pero Protón es…algo inestable, aún le queda mucho que aprender. En cuanto a Sird, no me fío de ella. No ha fallado en ni una sola misión a pesar de ser una nueva recluta, además de que su poder de combate es casi igual al mío.

Matori agachó la cabeza y simplemente aceptó las palabras de su líder.


Año 2015 - Pueblo Paleta: ¡Un lienzo en blanco de tu viaje!

―¡Llego tarde, llego tarde! ―gritaba Ash desesperado mientras corría de camino al laboratorio del profesor Oak.

Se había quedado dormido justo el día más importante de su vida. Al llegar al laboratorio, el profesor le dijo que los tres iniciales ya habían sido entregados a tres niños que llegaron a su hora, siendo Gary uno de esos niños.

Y para rematar su madre, Amarillo y Dalia Oak llegaron para felicitarlo y se lo encontraron llorando en el suelo mientras agarraba la Pokédex que le acababan de dar.

―Bueno…aún me queda otro Pokémon de bajo nivel…―murmuró Oak preocupado. Mientras el profesor subía las escolares, su nieta Dalia le dio un mapa de Kanto a Ash.

―Compre dos por si acaso y ya le he dado el otro a mi hermano. ―dijo Dalia.

―Ash, dale las gracias. ―dijo Delia a su deprimido hijo.

―Gracias…

Al rato el profesor Oak le trajo a Ash una Poké Ball con el dibujo de un rayo en la superficie. Al abrirla, la leyenda de Ash y Pikachu comenzó a formarse.


A las afueras de pueblo Paleta

"Ash, la tecnología es realmente increíble. Las Poké Balls modernas son mucho más cómodas para los Pokémon que las viejas o eso es lo que dice mi padre." ―Tecno, el niño gordo.

Pikachu estaba rodeado por una bandada de spearows liderados por un fearow. Su rechoncho cuerpo estaba lleno de profundas heridas provocadas por los feroces y territoriales Pokémon. Pikachu había abatido a más de siete y peleaba como si fuese un auténtico demonio. Moviéndose a gran velocidad, mordiendo y electrocutando a todo el que se pusiese en su camino.

En ese momento, fue cuando Ash pudo sentir como su corazón se aceleraba. No por miedo o preocupación, sino porque sentía que aquel Pokémon era un reflejo de él. No supo explicarlo pero sabía que quería ser su compañero de por vida.

El fearow, molesto por ver como su bandada era humillada por un pikachu, se lanzó al combate y usó ala de acero contra el sorprendido Pokémon, quien no pudo esquivar el ataque a tiempo.

— ¡Pikachu!—gritó Ash furioso al ver como el Pokémon volaba por los aires, dejando un pequeño reguero de sangre a su paso. Ash corrió hacia él y lo sujetó con fuerza evitando que se diese contra el suelo.

Pikachu miró hacia arriba y sus ojos se abrieron de par en par al ver que quien le había ayudado era el mismo niño al que había atacado durante todo el día. ¿Qué estaba haciendo?

— ¿Estás bien?—le preguntó Ash con una sonrisa, sorprendiendo aún más al Ratón eléctrico—. No te preocupes, has peleado muy bien pero ahora debes descansar.

Dejándolo en el suelo, Ash se levantó y se puso delante de él. Los spearows se abalanzaron sobre el niño pero el cogió un palo y varias piedras con las que intentó defenderse.

Durante unos segundos le sirvieron pero enseguida perdió sus armas y su cuerpo se llenó de picotazos y heridas provocadas por las garras de aquellos Pokémon. Los spearows no se detenían y pikachu vio con miedo y asombro como aquel niño se ponía encima suya para protegerlo con su cuerpo.

Era la primera vez que un humano hacía algo así por él. Y aunque Ash no se diese cuenta, su acción desinteresada hizo que algo en el interior de Pikachu se removiese.

—…S-soy Ash Ketchum, f-futuro Maestro Pokémon. —dijo Ash mientras se esforzaba por no desmayarse. Sin embargo, el fuerte viento y el ruido de la tormenta se llevaron sus palabras.

—P-pi, pika. —Pikachu intentaba decirle que no siguiese peleando pues ya no tenía sentido alguno. No iban a sobrevivir.

Sorprendiendo por tercera vez al Pokémon, Ash se levantó del suelo y lanzó una mirada desafiante a sus atacantes. Extendió sus brazos y se colocó delante de Pikachu para protegerlo de nuevo.

— ¡¿Me habéis escuchado?! —gritó Ash con todas sus fuerzas—. ¡Me llamo Ash Ketchum y soy de pueblo Paleta! ¡Voy a ser un Maestro Pokémon!

— ¡Spea, spea, spea, spea, spearow!

Ash no necesitaba entender lo que decía la bandada de spearows, sabía muy bien que se estaban riendo de él pero no le importaba.

— ¡Algún día os capturaré a todos! —declaró Ash con toda la fuerza de sus pequeños pulmones.

El fearow líder de la bandada retrocedió ligeramente al mirar a los ojos de Ash. Había en ellos algo que le incomodaba demasiado. No era la mirada de alguien derrotado o desesperado por escapar, era la mirada de alguien superior que no te teme, la mirada de un ganador.

El fearow tuvo que sacudir la cabeza varias veces, pues le había parecido ver una especie de fuego arco-iris en los ojos de aquel joven. Sin duda se debía de estar volviendo loco si tenía esa clase de visiones.

Los otros spearows miraron a su líder muy confusos, pues no podían entender porque se había quedado paralizado. El fearow no quiso que dudasen de su liderazgo por lo que dio rápidamente la orden de atacar.

Él y sus secuaces se lanzaron en picado sobre los indefensos Ash y Pikachu. El fearow, para evitar la mirada de Ash, giró su cuerpo a toda velocidad para ejecutar un perfecto pico taladro. Iba a deshacerse de esa molesta mirada y darles una lección a esos dos enanos.

Ash no retrocedió ni cerró los ojos. Esperó a que el mortal ataque atravesase su cuerpo. Pikachu se levantó del suelo a una velocidad más que asombrosa y saltó en el aire usando el hombro de Ash como apoyo. Lo siguiente que vio Ash fue como un poderoso rayo caía sobre la zona y la fuerte luz le cegaba impidiéndole ver más.

Una pluma arco iris cayó lentamente mientras el nublado cielo se despejaba, dando lugar a la imagen de humano y Pokémon agarrándose de las manos mientras sonreían por haber sobrevivido, forjando en el proceso un lazo inquebrantable.


Ciudad Verde: La ciudad eternamente verde

"¿Buscáis problemas? Pues escuchad nuestro lema. Para proteger al mundo de la devastación. Para unir a todos los pueblos en una sola nación. Para denunciar a los enemigos de la verdad y el amor. Para extender nuestro poder más allá del espacio exterior. Jessie. James. ¡El Team Rocket despega a la velocidad de la luz! ¡Rendíos ahora o preparaos para luchar! ¡Meowth! ¡Bien dicho!" ―Jessie, James y Meowth (TRío).

ooOoo

Ash conoció a Misty cuando le robó la bicicleta. Era una situación de emergencia y le prometió que se la devolvería. Son embargo el incidente con la bandada de spearows había dejado la bicicleta destrozada.

— ¡Así que te llamas Ash Ketchum!, ¡¿eh?! —exclamó Misty furiosa—. ¡Pues vas a pagarme los arreglos de mi bici si no quieres que te denuncie!

—E-es que acabo de empezar mi viaje —confesó Ash muy avergonzado y asustado—, aún no he vencido a suficientes entrenadores como para tener tanto dinero…

— ¡Pues te seguiré hasta que reúnas todo el dinero, intereses incluidos!

—Vale, vale. —dijo Ash en un intento vano de calmarla.

Mientras caminaban por las calles se encontraron a un pobre anciano en mitad de suelo. Su nieta le traía café porque había sido emborrachado y robado por tres miembros del infame Team Rocket: Jessie, James y un meowth con la capacidad de hablar.

El Trío se obsesionó con el pikachu, de Ash pues al parecer este poseía un gran potencial y poder latente. Así que juraron que se harían con él costase lo que costase.

Al principio Ash los consideraba un peligro pero pronto pasaron a ser solo una molestia ocasional.


Ciudad Plateada: Una ciudad de roca grisácea

A los pocos días tuvo su primer encuentro contra Brock, el hombre más fuerte que la roca. A primera vista parecía alguien muy serio y duro pero en el fondo tenía un gran corazón.

— ¡Soy Brock, líder del gimnasio de Plateada!—exclamó al quitarse la camisa y mostrar un cuerpo bastante musculoso para alguien de trece años—. ¡Creo en la gran resistencia de la roca y en su determinación! ¡Por eso todos mis Pokémon son del tipo roca! Te será muy difícil hacerles daño.

La derrota de Pikachu, Buterfree y Pidgeotto fue aplastante. Ash tuvo que entrenar mucho para volver a retarle sin avergonzarse a sí mismo ni a sus Pokémon.

— ¿Vuelves para desafiarme de nuevo? ¿Y con esos Pokémon que nada pueden hacer contra los míos?—preguntó Brock algo sorprendido. No se esperaba que el chico al que había humillado hacía dos días volviese para recibir otra paliza.

—Mi madre me dijo hace tiempo que en un combate Pokémon puede ocurrir cualquier cosa—replicó Ash desafiante—. Siendo líder de gimnasio no deberías subestimar a mis Pokémon, sean del tipo que sean.

Aquella ardiente mirada y sus palabras convencieron a Brock. Por algún motivo, sentía que esta vez no debía bajar la guardia en ningún momento.

—Ju…Sé ve que te mueve el orgullo de los entrenadores Pokémon. ¡Muy bien, enséñame lo que vales! ¡Ven a por mí Ash Ketchum de pueblo Paleta!

Lo que Brock no sabía era que Ash había recibido un pequeño entrenamiento por parte de su propio padre, quien les había abandonado a él y a sus hermanos hacía unos años.

Aun así el combate no terminó de manera ortodoxa, lo cual hizo que Ash ganase su primera medalla más por pena que por merecerlo.

Después de aquello el padre de Brock volvió, lo cual permitió a este unirse a Ash y Misty en su viaje, y menos mal porque ambos estaban hartos de comer frutas y bayas de los bosques, pues no es que ninguno de los dos supiese cocinar muy bien.

Además de que era el único lo bastante inteligente como para traer repelentes suficientes para evitar a los zubats de las cuevas.

ooOoo

Museo de ciudad Plateada

Brock quiso enseñarles el orgullo de la ciudad a sus dos nuevos compañeros. En el museo se encontraron con el profesor Oak, quien había ido a ver a uno de sus antiguos estudiantes, Foster, actual dueño del museo.

―Aún recuerdo cuando le daba clases en la Universidad Azulona. ―recordó Oak con nostalgia mientras todos veían una máquina capaz de resucitar a Pokémon fósiles―. Me siento muy orgulloso de lo lejos que has llegado Foster.

―Pues ya verá cuando le muestre mis nuevos hallazgos en las ruinas de Pokémopolis. ―comentó Foster.


Monte Moon

Aquel lugar estaba lleno de cleafairy que bailaban y danzaban alrededor de una enorme roca que según el científico Seymour, era una roca lunar. Al parecer algunos de esos Pokémon la usaban para evolucionar a clefable durante algunos lunes.

Durante el largo recorrido por el monte, Ash y sus compañeros ayudaron al cerebrito Miguel a proteger unos fósiles del Team Rocket.


Ciudad Celeste: ¡Una misteriosa aura azulada la rodea!

Unos días después sucedió algo que Ash no se esperaba.

—Así es, Ash —dijo Misty con una sonrisa a su sorprendido compañero de viaje—, yo soy la líder del Gimnasio Celeste.

Ash giró la cabeza y vió como Brock tosía para ocultar su risa.

—¿Tú lo sabías? —preguntó Ash alterado, confuso y algo enfadado.

—¡Por supuesto! —rió Brock sin poder aguantar más—. Sería muy raro que los líderes de gimnasio no nos conociésemos entre nosotros, ¿no crees? Aunque es verdad que Misty fue nombrada líder hace muy poco tiempo.

Ash no pudo decir nada pues su amigo llevaba la razón. Es más, era culpa suya por no haberse informado bien antes. No es que fuese difícil encontrar información en sobre los líderes de gimnasio.

—Como ya sabes, mi táctica es la ofensiva total con los Pokémon de tipo agua —le informó con orgullo la sirena marimacho—, no creas que por que hemos viajado juntos durante unos días voy a ser blanda contigo.

—¡Lo mismo te digo, Misty! —exclamó Ash, quien ya sentía las llamas de la victoria calentado su corazón.

Durante su estadía en el gimnasio de Misty, conocieron a sus tres bellas hermanas mayores Daisy, Violet y Lily. Y tras salvar el gimnasio de otro complot del Team Rocket, Ash recibió la medalla Cascada por parte de las tres hermanas, cosa que no gusto nada a Misty.

Más tarde, entre los tres desbarataron numerosas operaciones del Team Rocket, atrayendo la atención de sus miembros más fuertes como el sargento Viper, quien intentó reclutarlos en el puente Pepita y al rechazar su oferta intentó eliminarlos. En aquella ocasión la inesperada ayuda de Gary, quien pasaba por ahí, los salvó a los tres, aunque Ash nunca lo reconocería.


Casa del Mar del Cabo Celeste

"¡Hola! Soy un Pokémon... ¡Qué no, que te estoy vacilando! Llámame Bill. En realidad, soy un Pokémaníaco de pura cepa. ¿Qué pasa? ¿No me crees? ¡Hablo en serio!" ―Bill el Pokémaníaco.

Una de las experiencias más raras de Ash y sus amigos fue cuando conocieron a Bill, un famoso investigador Pokémon que había creado el sistema de almacenamiento Pokémon.

Ash lo descubrió cuando capturó más de seis Pokémon y estos no podían ser usados. Debían ser depositados en la caja de almacenamiento pues solo estaba permitido usar seis Pokémon al mismo tiempo. Reglas establecidas por la Asociación Pokémon Mundial.

Sin embargo lo que importaba era que cuando conocieron a Bill este estaba transformado en clefairy. Al parecer debido a un fallido experimento sobre teletransportación Pokémon.

―Mi primer Pokémon fue un abra, y su capacidad de teletransportarse siempre me fascinó. Por eso empecé con los experimentos ―explicó Bill una vez recuperó su cuerpo―. Gracias por ayudarme, tomad, como regalo os doy tres S.S. Ticket para el crucero S. S. Anne. Está atracado en el puerto de ciudad Carmín y suele ir lleno de entrenadores Pokémon, pero a mí no me interesa.

―¡Genial! Podré tener combates hasta hartarme. ―dijo Ash muy feliz.

―Hubiese preferido que nos regalases a ese eevee tan mono que tienes ―dijo Misty mientras miraba encantada a los Pokémon de Bill―. Tampoco me importa si me das a tu vaporeon.

―Me temo que no puedo hacer eso ya que son regalos de mi madre ―dijo Bill con una sonrisa nerviosa―. De todas formas podéis quedaros conmigo esta noche. He oído que un extraño Pokémon proveniente de Galar se aparece las noches de niebla, quizás podamos capturarlo entre todos.

―Entonces yo haré la cena. No se puede capturar nada con el estómago vacío ―dijo Brock entusiasmado.

―¡Estoy de acuerdo! ―dijo Ash aún más entusiasmado.

―¿Sabes cocinar? ―preguntó Bill curioso.

―¡Brock es el mejor cocinero del mundo! ―afirmaron Ash y Misty al mismo tiempo―. ¡Deja de decir lo mismo que yo!

Brock se llevó una mano a la cara tras dar un suspiro. Las peleas entre esos dos se estaban convirtiendo en una costumbre.

―Estos dos exageran sobre mis habilidades. ―dijo Brock avergonzado.

―No me lo parece. Aun así no hagas tofu o nada con lactosa, por favor, soy alérgico. ―comentó Bill relamiéndose. Al parecer su cocinero personal estaba de vacaciones y llevaba días comiendo comida enlatada.


Guarida del Team Rocket

—¡Escuchadme bien escuadrón de Caza! ¡Os he elegido a vosotros para que llevéis a cabo la misión más importante de vuestras vidas! ¡Capturad a Mewtwo! Gracias a la armadura especial que creó Blaine podremos suprimir su poder.

Giovanni se detuvo un momento para observar a su escuadrón: Blaine, Surge, Koga, Atlas, Atenea y Sabrina.

Blaine miraba hacia sus pies, Surge estaba más serio que nunca, Koga tenía los ojos cerrados, Atlas observaba con adoración a Giovanni, Atenea sonreía de forma algo siniestra y Sabrina simplemente soltó un pequeño bostezo.

—Sabrina, has hecho un buen trabajo usando el Visor Silph —dijo Giovanni a la preadolescente—. Con los Pokémon fantasma de la Torre Lavanda esta misión será aún más fácil.

—…Gracias. —respondió ella sin alterar su inexpresivo rostro. Atlas observó de reojo con enfermiza envidia a Sabrina, pero no se atrevió a decir nada.

—Cada uno poseéis las habilidades más que necesarias para esta misión y estoy seguro de que no fallaréis.

Aquello último pudo ser entendido como una sutil amenaza.

—¡Jamás le fallaremos gran Giovanni! —exclamó Atlas.

—Más os vale. Con Mewtwo a mi lado absolutamente nadie podrá derrotarnos —dijo Giovanni en un tono casi esperanzador. Después dirigió su mirada a uno de sus guardaespaldas—. Harry, lleva el Visor Silph a la base del casino. Es demasiado importante como para perderlo por aquí.

—¡Sí, señor!

—¡Por fin ha llegado la hora de que el Team Rocket despegue y domine esta región!

ooOoo

Encontrar a Mewtwo en la cueva Celeste fue mucho más fácil de lo que pensaba Giovanni. Manipularlo para que trabajase para él también. Al menos durante un tiempo…


Ciudad Carmín: El puerto de los ocasos exquisitos

"¡Oye! ¿Pero qué haces con un pikachu, chaval? ¡No resistirás mucho luchando! ¿Aun así te atreves a enfrentarte a mí? ¡Tú sí que tienes chispa! Pues venga, ¡vamos a librar un combate de alto voltaje! Mis movimientos te sorprenderán tanto que te quedarás paralizado, como mis enemigos durante la guerra." ―Teniente Surge, el rayo de Teselia.

Pikachu perdió contra el raichu del teniente Surge, pero aun así no se rindieron y vencieron en la revancha aprovechando la gran velocidad de Pikachu. No necesitaban la piedra trueno que les había regalado la enfermera Joy. Aun así se la quedaron por si acaso.

―Estoy impresionado, chaval ―dijo Surge con una amplia sonrisa―. El raichu al que has derrotado lo capture hace poco, pero aun así no es un debilucho que pueda vencer cualquiera. ¡Tú pikachu tiene energía como para derrotar a todo un escuadrón del Team Rocket!

―Generalmente derrota a los mismos de siempre, pero gracias. ―bromeo Ash.

Más tarde fueron al puerto y Ash se obsesionó durante minutos con un camión. Estaba seguro de que había algo o alguien escondido. Pikachu, Misty y Brock pensaron que se había vuelto loco.

ooOoo

S. S. Anne

En el barco Ash y sus amigos conocieron al agente Aristócrata de la Policía internacional. Tuvieron una relajante conversación tomando el té y luego en los pasillos Ash volvió a encontrase con su rival de pueblo Paleta. No tardaron en retarse a un combate Pokémon.

—Raticate usa placaje varias veces —le ordenó Gary con una sonrisa presumida en su rostro—. Mandemos a ese bicho al centro Pokémon.

El raticate de Gary se lanzó a gran velocidad sobre el Pokémon de Ash dejándolo bastante aturdido con sus constantes ataques.

—¡Es casi tan rápido como Pikachu! —comentó Misty sorprendida.

—¡Fortaleza! —gritó Ash. Buterfree endureció su cuerpo y Raticate sintió como si estuviese golpeando a una pared de ladrillos—. ¡Ahora usa remolino!

—Escapa con ataque rápido y usa hipercolmillo.

Raticate se lanzó hacia su izquierda para esquivar el remolino y luego saltó sobre Buterfree, clavándole sus poderosos dientes en su cuerpo. Buterfree chilló de dolor mientras pequeñas gotas de sangre procedentes de su cuerpo caían al suelo.

—¡Buterfree! —gritó Ash preocupado.

—¡No lo sueltes, Raticate! —le ordenó Gary.

Para los espectadores del combate estaba muy claro que Gary tenía la victoria al alcance de su mano. Pero tanto Misty como Brock sabían que nunca había que confiarse.

—¡Usa placaje contra el suelo! —dijo Ash de repente.

Buterfree lanzó su cuerpo contra el suelo y su golpe fue amortiguado por el cuerpo de Raticate, quien recibió graves daños y se vio obligado a soltar a su rival. Unas pequeñas escamas se soltaron de las alas de Buterfree durante el proceso pero solo unos pocos se dieron cuenta.

—¡Bien hecho Buterfree! —felicitó Ash a su Pokémon.

—¡Free! —respondió este muy alegre.

—No creas que has ganado, Ash —gruñó Gary. Iba a darle otra orden a su Pokémon cuando vio que este no se podía mover—. ¡¿Qué le pasa?!

—¡Ya sé lo que ocurre! —exclamó Brock—. Buterfree ha usado paralizador. Lo que se le desprendían antes no eran escamas sino polvo paralizante.

—¿Nuestro Ash ha sido capaz de hacer algo tan inteligente? —preguntó Misty impresionada.

—¡Ey! —exclamó el joven de pueblo Paleta algo ofendido. Iba continuar el combate cuando sucedió un imprevisto.

Una enorme explosión seguida de varias más pequeñas hicieron que el barco se tambalease por completo. El Team Rocket les estaba atacando y esta vez no eran tres, si no muchos más miembros.

—Ja, ¿así que este es el famoso Team Rocket? —preguntó Gary en un tono burlesco—. Seguro que unos perdedores como vosotros servirán para pulir mis habilidades.

Todos los que sabían combatir les hicieron frente con sus Pokémon. Incluso tuvieron que usar sus propios puños en alguna ocasión. Por suerte tuvieron la ayuda del agente Aristócrata, lo cual inclinó la balanza a favor de los pasajeros.

Debido a las explosiones y a los combates, el barco acabó naufragando. Se salvaron todos menos Misty, Brock y el Trío Rocket. Sin embargo, tras varias aventuras consiguieron regresar a tierra a salvo.

ooOoo

Al regresar a ciudad Carmín Ash descubrió que el camión ya no estaba, pero en su lugar había una extraña chica rubia que parecía algo triste.

―Me llamo Rika. Estaba tan abstraída trazando olas en mi cuaderno que el barco ha zarpado y no me he dado cuenta. Ahora voy a tener que quedarme durante un año en Kanto ―explicó la niña―. ¡Al menos podré disfrutar del precioso mar de Kanto durante un poco más!

―¿Eres de otra región? ¡Entonces debes de tener Pokémon fuertes! ―dijo Ash emocionado.

―Ya estamos otra vez. ―dijo Misty suspirando.

―Al menos ya se ha olvidado del maldito camión. ―murmuró Brock.

― ¿Qué te parecería combatir contra mis Pokémon de tipo Hada, entrenador de Kanto? ―preguntó Rika.

―¡Eso ni se pregunta! ―respondió Ash sacando una Poké Ball.

―Ji,ji,ji. ¡Muy bien, voy a mostrarte de qué pasta están hechos los Pokémon de tipo Hada!


Pueblo Lavanda: El noble pueblo púrpura - Torre Pokémon

"Toco mi Poké Flauta todos los días desde la parte más alta de la torre. De esa forma la música llegará a todas partes y las almas de los Pokémon podrán descansar en paz." ―Señor Fuji.

Niebla en el interior de una torre cerrada. Sin duda aquello no podía ser natural. Las personas allí presentes podían sentir como el frío se colaba entre sus ropas y se clavaba en sus pieles y huesos.

—Ash… ¿qué haces aquí? —le preguntó Gary con una tranquilidad escalofriante—. ¿Acaso ha muerto alguno de tus Pokémon?

Su cabello estaba completamente despeinado. Oscuras y profundas ojeras rodeaban sus ojos. Su ropa arrugada y con aspecto de no haber sido lavada en varios días.

Ash, Misty y Brock no sabían que decir. Aquel cementerio ya era de por sí muy siniestro y Gary, en esos momentos, encajaba demasiado bien en esa aterradora atmosfera.

—… ¿Muerto? No digas tonterías, mis Pokémon están perfectamente —replicó Ash algo molesto por la pregunta de Gary—. El Team Rocket ha secuestrado al señor Fuji y a varios Pokémon. Habíamos veni-…

Ash se detuvo al sentir la mano de Brock encima de su hombro. Su amigo le miró con seriedad. Le indicó con un gesto de su cabeza que mirase detrás de Gary. Ash obedeció y lo que vio le dejó paralizado.

La foto de un raticate junto a varias flores y ofrendas adornaba la tumba. Misty se llevó una mano a la boca al darse cuenta de lo que estaba sucediendo.

Gary vio las miradas de los tres y giró levemente la cabeza, para observar de reojo la tumba de su Pokémon.

—El combate contra tu buterfree lo dejó muy debilitado —explicó Gary sin emoción alguna en su voz—. Que luego le forzase a pelear contra el Team Rocket no ayudó en absoluto...Je…Ni siquiera pude meterlo a tiempo en la Poké Ball cuando el barco se hundió…No le quedaban ni fuerzas para nadar…

—…Gary…—Ash no sabía que decir.

—Ash…Ven aquí y combate conmigo —dijo Gary de repente mientras cogía una Poké Ball de su cinturón—. Voy a encargarme de que los tuyos tampoco puedan volver a caminar. Y después iré a por el Team Rocket.


Ciudad Azulona: La ciudad de los sueños de arco iris

"Hola... Buen tiempo, ¿No? Es tan agradable... ... Oh, querido... debo haber estado dormida. Bienvenido. Mi nombre es Erika y soy estudiante del arte de arreglos florales. ¿Deseas retarme? Lo siento pero antes debo ocuparme de un problemilla… ¿Qué tal si me ayudas? Te daré la medalla Arcoíris como compensación." ―Erika, la princesa amante de la naturaleza.

Ash, Misty, Brock y Erika destrozaron el casino Rocket tras descubrir que tenía una base secreta para la mafia. Mientras sus amigos se ocupaban de los reclutas, Ash conoció al misterioso líder de la organización.

―Vaya, ¿y tú eres? ―preguntó Giovanni interesado al ver que un niño había llegado hasta el lugar más seguro de la guarida.

―¡Ash Ketchum de pueblo Paleta y este es mi amigo Pikachu!

―¡Pika!

Giovanni alzó ligeramente sus finas cejas, pues aquel nombre le sonaba de algo.

―¿Tú eres el crío que ha estado molestando a mis reclutas por todo Kanto? ―preguntó mientras se levantaba del sofá―. ¿El mocoso del Pikachu del que tanto hablan esos tres idiotas? Un placer conocerte, so-

―¡Me da igual quien seas, vas a caer por todo lo que has hecho! ―exclamó Ash lanzando a sus Pokémon a la batalla.

Giovanni simplemente rió mientras hacía lo mismo. En ese momento solo llevaba a sus Pokémon más débiles encima, aun así casi venció a todo el equipo de Ash, dejándole solo con Pikachu en pie.

Antes de que Ash pudiese detenerlo, el ónix de Giovanni usó tormenta arena y excavar para que su amo escapase de allí.

―¡No huyas cobarde! ―gritó Ash furioso mientras tosía arena y se tapaba los ojos. Pikachu tampoco podía hacer mucho más para impedir que Giovanni huyese.

―No huyo de ti, mocoso ―rió Giovanni―. La policía ya debe de estar al caer y no tengo tiempo para jueguecitos. Tienes suerte de no haberme dejado revelarte mi nombre, sino ya estarías muerto.

Para cuando la agente Mara llegó todo había pasado.

―Por fin me he podido deshacer de este maldito casino que tantos problemas ha dado a mi ciudad. ―dijo Erika aliviada, para acto seguido regalarle a Ash la medalla Arcoíris por su valor y ayuda.

―¡Desgraciados! No creáis que os saldréis con la vuestra ―gritó furioso un soldado Rocket de pelo azulado y mirada afilada, quien estaba siendo arrestado junto a los otros reclutas por la agente Mara―. Nuestro líder os ha dejado ganar esta vez.

―Vosotros sois los únicos que vais a salir escaldados como volváis a poner un pie en mi ciudad ―dijo Erika igual de furiosa―. Y la próxima vez ningún político corrupto me impedirá actuar a tiempo.

―¡Cómo que me llamo Atlas que lo pagareis con vuestras vidas! ―gritó el recluta antes de desaparecer dentro del coche policía.

―Menudo día hemos tenido. ―dijo Misty mientras agarraba a Brock de la oreja para impedirle ir tras Erika y la agente Mara.

―Sí, aunque es una pena que no haya podido capturar al jefe del Team Rocket. ―se quejó Ash.

―Lo importante es que ya no habrá más casino ni criminales en esta ciudad. ―dijo Brock tras frotarse a dolorida oreja.

―Y también hemos conseguido esto. ―dijo Ash más alegre mientras les mostraba el Visor Silph.

Los tres amigos sonrieron, hasta que vieron la expresión de tristeza en el rostro de Erika.

―¿Qué pasa Erika? ―le preguntó Misty preocupada.

―Había unos magikarp en la universidad Azulona pero fueron robados ―les explicó―. Creía que el Team Rocket los tendría en el casino junto a otros Pokémon robados, pero no estaban.

―¿Por qué querría el Team Rocket a un Pokémon como magikarp? ―preguntó Ash, ganándose la mirada desaprobadora de Misty.

―Eran muy raros ya que sabían furia dragón. ―explicó Erika.

―Seguramente los tenga en otra parte… ¡Yo puedo ayudarte a buscarlos! ―dijo Brock, emocionado con la idea de pasar más tiempo con Erika. Sin embargo la emoción volvió a ser sustituida por dolor al sentir como Misty le agarraba de la oreja.

―Me dan pena los magikarp pero tenemos cosas más importantes que hacer. ―dijo Misty, intentando no pensar en aquellos pobres Pokémon de tipo agua.

Erika por fin sonrió al ver todo aquello. Acto seguido dio una gran inclinación y les agradeció su ayuda.

Al día siguiente el casino fue nombrando Casino de Ciudad Azulona y ya no aceptaba gente menor de trece años. Aunque eso no impidió que volviese a atraer gente de la peor calaña.

ooOoo

Con la autoestima por las nubes, Ash decidió ir a la capital de Kanto, ciudad Azafrán, para retar a Sabrina. Deberían haber ido directo a pueblo Lavanda pero Ash no quiso escuchar a sus amigos.

El padre de Sabrina, conocido por todos como el Sr. Psíquico, le advirtió que no era buena idea. Los pocos miembros del Dojo-Kárate huían al oír su nombre. Misty le tenía miedo e incluso Brock, que adoraba a cualquier bella mujer, intentó persuadir a Ash de que no cometiese una locura.

A Ash todo aquello solo le hizo gracia. Así que la retó pero lo único que consiguió fue ser humillado por los Pokémon de Sabrina y encima la chica convirtió en muñecos a sus amigos.

Por suerte Sabrina se acabó aburriendo y tras transformarlos en humanos otra vez los dejó marchar.

―Lo mejor es que uses un Pokémon de tipo fantasma la próxima si quieres vencerla. ―le aconsejó el señor Psíquico.


Pueblo Lavanda – Torre Pokémon

Ash y sus amigos volvieron a pueblo Lavanda para revelar el misterio del fantasma y descubrir que en realidad era una marowak cuya alma no podía descansar en paz. Tras reunirla con su hijo cubone, la torre dejó de estar poseída por aquella aura negra y siniestra.

―Ji, ji, ji… ¿Vosotros sois los que habéis hecho descansar a los espíritus de la torre? ―dijo una anciana de sonrisa maquiavélica.

―Sí, ¿quién es usted? ―preguntó Ash confuso.

―¡Es Agatha del Alto mando, la especialista del tipo fantasma! ―reveló Brock sorprendido.

―Es verdad, la vi por la tele hace tiempo. ―recordó Ash.

―¿Qué hace aquí, señora? ―preguntó Misty a la anciana.

―Iba a ver qué o quién causaba tantos problemas a mi pueblo natal. He tenido que poner en su sitio a varios reclutas del Team Rocket que había escondidos por la zona. ―dijo Agatha―. Os agradezco lo que habéis hecho, jovencitos.

―¿Puedo retarla a un combate? ―preguntó Ash ilusionado―. Me gustaría ver lo fuerte que es.

―Claro, siempre es bueno mostrarle a la juventud como nos las gastamos en el Alto mando. ―rió Agatha.

El combate fue breve, con solo un gengar Agatha derrotó a todo el equipo de Ash fácilmente.

ooOoo

Casa del señor Fuji

Varias miradas furiosas se posaron sobre el anciano señor Fuji, quien las aceptó como castigo que creía merecer. Blaine también estaba allí, pues había ido a visitar a su amigo en secreto. No se imaginaba que iba a encontrase con el niño que tantos quebraderos de cabeza estaba dando al Team Rocket y encima acompañado por dos líderes de gimnasio.

—¿Usted ayudó a crear a Mewtwo para que el Team Rocket pudiese controlarlo?—preguntó Ash furioso al señor Fuji. No podía creerse que aquel amable anciano lleno de cicatrices, fuese científico de una organización criminal.

—¡Tranquilízate, niño! —le pidió Blaine—. Yo también participé en ese proyecto. Él no es el único culpable de crear a un monstruo.

—Los verdaderos monstruos éramos nosotros, monstruos que jugamos a ser Dios —dijo Fuji con voz cansada—. Cuando perdí a mi hija Amber todo dejó de tener sentido para mí, necesitaba recuperarla a toda costa. Necesitaba mucho dinero, para ello me alié con Madame Boss, la fundadora del Team Rocket. Su hijo Giovanni hacía de intermediario. Todo lo que hice fue para poder clonar a Amber y tenerla de vuelta.

Misty se llevó las manos a la boca ante esa revelación.

—… ¿C-clonar a su propia hija?... ¿pero cómo pudo…?

—Sí, otra monstruosidad que añadir a la lista…un hombre como yo, no merece seguir viviendo. No me extraña que mi propia esposa me abandonase.

—No digas eso por favor. —le rogó Blaine a su amigo.

—Blaine tiene razón —dijo de repente Ash—. No pienso dejar que huya así de sus problemas. ¿Acaso no quiere corregir sus errores, no quiere hacer algo bueno por una vez en su vida? Los de pueblo Lavanda dicen que se pasa todo el día cuidando Pokémon que han sido lastimados por otras personas. Eso quiere decir que no se ha rendido todavía ni debe hacerlo nunca. Su familia, Mewtwo…Hágalo por ellos, ¡deje de ser un cobarde e intente crear un mundo donde no haya monstruos que juegan a ser Dios!

Aquellas palabras, tan simples y pronunciadas por un niño, llegaron hasta el corazón del señor Fuji.

—Vaya, por una vez has dicho algo bien —bromeó Brock, quien estaba sorprendido—. Creía que odiabas al señor Fuji.

—No puedo decir que me guste pero entiendo que se sienta mal consigo mismo —admitió Ash—. En el casino me dejé llevar por mi odio y no os hice caso. Quería vengar a la madre de cubone, al raticate de Gary y a todos los Pokémon que habían sufrido por culpa del Team Rocket, pero al final mis Pokémon y yo estuvimos a punto de morir. He aprendido por las malas que el odio no es parte del camino de un Maestro Pokémon.

—Ash… —murmuró Misty con tristeza.

—Entonces ya eres más sabio que nosotros dos —le dijo Blaine—. Tanto Fuji como yo nos odiamos a nosotros mismos y por eso nos ha costado seguir avanzando en esta vida…tal vez deberíamos seguir tu ejemplo.

—Estoy de acuerdo —dijo Fuji mientras se limpiaba las lágrimas de sus ojos—. Te lo prometo, joven, intentaré no rendirme nunca.

ooOoo

Un haunter que vivía en la torre lavanda se encariñó con Ash al ver como conseguía traer la paz al espíritu de cubone. Así que decidió acompañarlos pero sin ser parte oficial de su equipo.

Aun así Ash vio esto como una oportunidad de vengarse de Sabrina así que volvieron a ciudad Azafrán.

Haunter no quiso pelear contra Sabrina, prefirió entrar en su alma y solucionar parte de sus traumas de infancia, para luego hacerla reír con sus trucos fantasmagóricos. La seria y algo cruel líder de gimnasio cambio por completo aquel día y acabó quedándose con aquel haunter.

―Ya que he sido yo quien ha traído ese haunter, al menos podrías darme la medalla. ―dijo Ash.

―Te doy mi gratitud y la de mi familia por la alegría que nos has aportado.

―P-pero la medalla…

―No.


Ciudad Fucsia: ¡La ciudad rosa!

En ciudad Fucsia Ash participó en el Safari Pokémon, capturando treinta tauros por error. Pronto toda la ciudad lo conoció como "el hombre que susurraba a los tauros".

ooOoo

"¡Uajajaja! ¿Un niño cómo tú se atreve a desafiarme? ¡Como maestro ninja, te enseñaré qué es el miedo! ¡Sentirás la desesperación de las técnicas del envenenamiento y del sueño!" ―Koga, el venenoso maestro ninja.

Pidgeotto y Charmander vs Venonat y Golbat.

Por suerte su batalla contra Koga por la medalla Alma fue mucho mejor. Primero tuvo que superar varias pruebas que consistían en descubrir y esquivar trampas ninja. Luego tuvo que enfrentarse a la hermana menor del líder, Aya y finalmente pudo luchar contra Koga.

―Noto un gran potencial en ti, jovencito ―dijo Koga tras entregarle la medalla―. Aun así debes seguir trabajando, ya que potencial sin entrenamiento no es nada.

Aquellas palabras emocionaron bastante al joven de pueblo Paleta. Esta era la segunda medalla que conseguía de forma legítima así que se sentía invencible.

―¡Lo haré! ―dijo Ash muy decidido.

―Por cierto, he oído que os habéis enfrentado al Team Rocket varias veces.

Los tres asintieron al mismo tiempo mientras daban diversos suspiros.

―Sí, esos pesados nunca se rinden. ―dijo Misty.

―Aun así no son rivales para nosotros. ―dijo Brock.

―Ya veo… Pues tened cuidado, creo que hay varios de ellos montando jaleo por la zona. Me he ocupado de algunos, pero nunca se sabe…

ooOoo

Koga tenía razón. Justo a la salida de la ciudad tuvieron un encontronazo con Jessie, James y Meowth, quienes esta vez tenían ayuda de la Federación de Motoristas. Al parecer el Jessie y James habían sido miembro de dicho grupo durante 2 años antes de dedicarse del todo a la mafia.

Aun con toda esa ayuda Ash y sus amigos no tuvieron problema alguno de ellos. Recibiendo el agradecimiento de los habitantes, sobretodo de dos en concreto que resultaron ser el abuelo y la hermana mayor de Bill el Pokémaníaco.


Ciudad Azafrán: La brillante y dorada tierra del comercio - Silph S.A.

"Sabía que volverías... pero no estás aquí para desafiarme por la medalla, ¿verdad? Tú lo que quieres es destruir al Team Rocket. No me gusta luchar, pero mi deber es proteger mi ciudad y a sus habitantes. Les mostraré mis poderes psíquicos." ―Sabrina, la reina de los Pokémon de tipo psíquico.

ooOoo

El Team Rocket había invadido la capital de Kanto. Todos sus habitantes se escondieron en sus casas mientras veían por sus ventanas a los mafiosos patrullando las calles. No dudaron en usar a sus Pokémon más fuertes y crueles para infundir el terror en el corazón de los ciudadanos.

Sin embargo una rebelión fue formada por Ash en muy poco tiempo. Misty, Brock, Sabrina, el señor Psíquico (padre de Sabrina), la copiona (niña prodigio), varios miembros del Dojo-Kárate y algunos valientes ciudadanos lucharon y consiguieron que Ash llegase hasta Silph. S.A.

Ash se sorprendió al ver a su rival Gary ya dentro del edificio, dejando un reguero de reclutas Rocket derrotados a su paso.

―No he venido a ayudarte ―le dijo Gary con una triste sonrisa―. He venido a vengar a Raticate. Tú puedes ir a por el jefe si quieres, yo voy a destrozar a todos los demás.

Ash no tardó mucho en llegar a las oficinas del presidente de la empresa, aunque la entrada estaba protegida por el TRío.

―¡Quieto ahí, mocoso! ―dijo Jessie sacando a Arbork.

―¡Nuestro Jefe está reunido! ―dijo James sacando a Weezing.

―¡No puede ser molestado! ―dijo Meowth sacando sus garras.

Un rayo de Pikachu fue todo lo que necesito para deshacerse de ellos.

ooOoo

Giovanni pisoteo la mano de Ash, haciendo que el niño gritase de dolor.

―Humillarme en el casino Rocket, robarme el Visor Silph., dejar como inútiles al TRío y entrometerte en mis planes durante semanas…Si no fuese por los malditos de la Policía internacional hace tiempo que te habría eliminado ―gruño Giovanni―. Esta vez no pienso contenerme, y tus amigos líderes de gimnasio no podr-

¡Jefe, jefe! ―gritó una voz de repente en el oído de Giovanni.

―¿Qué ocurre? ―preguntó Giovanni atendiendo a la llamada. Se alejó de Ash y con una señal de su mano indició a sus Pokémon que le atacasen.

¡Hemos sido traicionados!

―¡¿Cómo?!

¡Surge, Sabrina y Koga se han unido a los demás líderes de gimnasio y la policía ha acordonado todo el edificio! ¡Incluso el traidor de Blaine ha invadido el edificio!

―…Empiezo a entender como la Policía internacional sabía de nuestras guaridas secretas y planes…Siempre sospeché de Blaine, pero nunca me imaginé que habría más de un topo.

Giovanni miró por las ventanas y lo que vio no le gustó en absoluto. El mismísimo campeón y el Alto mando habían llegado a la ciudad y estaban arrasando con sus reclutas. A pesar de estar usando al ochenta por ciento de sus miembros estaban perdiendo terreno en muy pocos minutos. La culpa era del mocoso, quien había acelerado el contraataque al infiltrase en la ciudad.

A Giovanni le hubiese gustado seguir hablando con sus comandantes pero al dejar de escuchar el sonido de sus Pokémon se dio la vuelta y vio algo inaudito. Los Pokémon de Ash habían derrotado a su Nidorino, Rhyhorn, Persian y Nidoqueen. Al no haber estado recibiendo sus indicaciones habían acabado siendo sobrepasados.

―¡Tú eres el siguiente! ―gritó Ash furioso. El niño y sus Pokémon apenas podían mantenerse en pie debido a que estaban sudados y sangrando. Sus pesadas respiraciones podían ser oídas por todo el despacho.

―¡No muchacho, no sigas arriesgando tu vida! ―le suplicó el presidente de Silph S. A.

Giovanni se rió ante la osadía de aquel mocoso.

―Tú y tus amigos habéis arruinado mis planes para Silph S. A., pero que el Team Rocket no caerá tan fácilmente. ―fue lo que dijo Giovanni antes de escapar de allí con la ayuda de varios reclutas.

ooOoo

Gimnasio de ciudad Azafrán

Líderes de gimnasio, Alto mando, Campeón, Policía internacional y varios más se habían reunido para discutir asuntos muy graves.

―¿Giovanni es el líder del Team Rocket? ―preguntaron sorprendidos varias personas.

―Así es ―aseguró Surge―. A nosotros también nos pareció raro al principio pero cosas más extrañas se han visto.

―Eso explica porque últimamente hay tantos problemas en el bosque Verde ―comentó Misty al recordar su viaje con Ash por aquella zona―. Ash y yo vimos Pokémon que no debería haber ahí invadiendo territorios de otros Pokémon. Algunos de ellos parecían haber sufrido tortura a manos de humanos.

―Los experimentos "fallidos" del Team Rocket solían ser desechados en ese bosque. ―explicó Sabrina. El resto de presentes solo pudieron fruncir el ceño y lanzar insultos contra Giovanni.

―A partir de ahora, Giovanni queda destituido como líder de gimnasio. ―dijo Hoja, la miembro más fuerte del Alto mando―. Debemos informar de esto a la prensa para que todo el mundo esté en alerta, ¿algo más que añadir campeón?

―… ―dijo Rojo. Sus inspiradoras palabras llenaron de alegría y ánimo a todos los presentes de tal manera que sintieron que nada podría detenerlos.

Poco después Sabrina le entregó a Ash la medalla Pantano como símbolo de su valor y destreza durante la invasión.


P1: Mewtwo vs Mew

"Las circunstancias en las que uno nace no tienen importancia, es lo que uno hace con el don de la vida lo que determina quienes somos." ―Mewtwo.

Con seis medallas en su haber, Ash, Misty y Brock se dirigieron a isla Canela. Sin embargo por el camino tuvieron una aventura con el legendario Mew y su clon Mewtwo.

Tras años de horribles experimentos de ingeniería genética Mewtwo fue creado para ser el Pokémon más poderoso del mundo. Sin embargo poseía una gran inteligencia y era incapaz de comprender el sentido de su existencia.

Tal desazón hizo que crease su propio ejército de clones con el cual quería invadir el mundo. Para hacerlo antes mandó desafíos a entrenadores que habían llamado su atención, entre ellos Ash.

Tras numerosos enfrentamientos y la "muerte" de Ash, Mewtwo comprendió que el sentido de la vida es el que tú mismo le das. Y que toda vida tiene el mismo valor. Por lo tanto Mewtwo decidió llevar a sus clones aun lugar donde vivir en paz y borró los eventos acontecidos de la memoria de todos.


Justo cuando se dirigían a Isla Canela, Ash y sus amigos recibieron una llamada del profesor Oak.

El proyecto Pokémon Snap es muy importante para mi investigación ―les dijo el profesor―. Cerca de Isla Canela hay una isla virgen a la cual enviaré a un fotógrafo llamado Todd Snap. La isla contiene una gran variedad de regiones y de climas, es un lugar donde los Pokémon viven en libertad sin ser molestados por los humanos.

A los tres amigos todo aquello les gustaba bastante pero por diferentes motivos.

―Seguro que hay Pokémon fuertes. ―dijo Ash.

―¡Pokémon fuertes y monos de tipo agua! ―dijo Misty.

―Siempre se puede aprender algo nuevo de lugares inexplorados. ―dijo Brock.

El profesor Oak rió al observar sus reacciones.

―Me gustaría que acompañaseis a Todd como sus guardaespaldas. Por lo que me han contado los de la Asociación Pokémon, sois muy buenos a la hora de proteger gente.

Ash no dudo ni un segundo en aceptar la oferta.

―¡Puede contar con nosotros, profesor! ―dijo Ash.

Así fue como Ash, Misty y Brock pasaron las siguientes dos semanas en compañía de Todd Snap, recorriendo la isla a profundidad e incluso descubriendo que Mew y las aves legendarias solían dormir y anidar allí a veces.

Como regalo por la ayuda, Todd acabó regalándole una tabla de surf a Pikachu, la cual le gusto bastante al Pokémon por lo mucho que llegó a usarla.


Isla Canela (Antiguamente Isla Nueva): La feroz ciudad del ardiente deseo

-5 de julio de 1990. Un misterioso Pokémon fue descubierto en la espesura de la selva de una lejana región.

-10 de julio de 1990. Hemos identificado al Pokémon como el legendario mew. Hemos conseguido muestras de su A.D.N. antes de que escapase.

-6 de febrero de 1996. Hemos conseguido clonar a Mew. Llamamos al pequeño: Mewtwo.

-1 de septiembre de 2014. Mewtwo es demasiado poderoso. Su fuerza se nos escapa de las manos. ―Diario de Blaine.

ooOoo

El gimnasio de Isla Canela estaba dentro de una caverna volcánica, lo cual les pareció a todos algo peligroso. Allí les estaba esperando su líder de gimnasio, Blaine.

Al principio les costó un poco a Ash y sus amigos reconocer a Blaine, pues tenía un nuevo aspecto. En vez de ser un hombre con poco pelo ahora estaba calvo, tenía un largo bigote y gafas de sol tapando su ígnea mirada.

―Soy libre del Team Rocket así que he decidido cambiar tanto de vida como de aspecto. Incluso he pensado en construir un hotel cercano a las aguas termales para aumentar el turismo de la isla ―explicó alegremente el maestro de los acertijos―. ¡Ahora veremos si puedes apagar mi ardiente espíritu!

Squirtle, Pikachu y Charizard vs Ninetales, Rhydon y Magmar. Ash se enfrentó a Blaine en un combate Pokémon tras resolver varios de sus acertijos, con ayuda de Misty y Brock, y así consiguió la medalla Volcán.


Ciudad Verde - Gimnasio

"¡Ajajaja! ¡Volvemos a vernos las caras, mocoso! No quería irme de Kanto sin antes aplastar tus sueños. Esta vez pienso usar a mis Pokémon más fuertes, tú y tus amigos no saldréis de aquí con vida." ―Giovanni, líder del Gimnasio Verde.

―¿Cómo es posible que Giovanni esté aquí? ―preguntó Brock mientras él y Misty luchaban contra los ocho entrenadores que protegían el gimnasio.

―¡Exacto! La Policía internacional nos dijo que lo habían visto abandonando Kanto. ―dijo Misty mientras daba órdenes a sus Pokémon.

―Tengo mis métodos de distracción, mocosos ―dijo Giovanni con una maliciosa sonrisa―. He tenido que ingeniármelas para que nadie nos moleste. Mi venganza contra ti, Ash Ketchum, es lo más importante ahora mismo.

Las palabras de Giovanni no hacían más que enfurecer a Ash.

―¿Venganza? ¡Cuando acabe contigo nadie volverá a hablar del Team Rocket!

―¡Grandes palabras para un enano! ¡Esta es la última vez que te enfrentarás al gran Giovanni, el entrenador más fuerte habido y por haber!

Giovanni sacó a Persian, Dugtrio, Rhydon, Nidoqueen y Nidoking al mismo tiempo.

―¡Tramposo! ―gritó Misty al ver aquello―. ¡Aun no puedo creerme que te aceptasen como líder de gimnasio!

―¿Acaso ya no te queda honor ni como líder de gimnasio? ―preguntó Brock furioso― ¡Eres una vergüenza para el puesto de líder!

―¡El honor y la vergüenza son para los idiotas, nosotros somos la mafia Pokémon! ―dijeron orgullosos Jessie, James y Meowth, quienes habían venido para observar la caída de los mocosos.

Ash sonrió ampliamente. Si Giovanni quería pelear con todo entonces él también haría lo mismo. Sin dudarlo un segundo sacó a cinco de sus Pokémon: Pikachu, Charizard, Wartortle, Bulbasaur y Pidgeot.

― Por Cubone, por Raticate y por todas las personas que has hecho sufrir… ¡Hoy el Team Rocket va a caer! ―dijo Ash.

La batalla fue tan intensa que la mitad del gimnasio fue destruido en el proceso. Ash, Misty, Brock y sus Pokémon tuvieron que ser enviados al hospital y al centro Pokémon respectivamente debido a sus heridas.

La Policía internacional detuvo a todos los entrenadores del gimnasio y lo cerraron por el momento. Giovanni, Jessie, James, Meowth y varios miembros del Team Rocket seguían a la fuga.

Aun así Ash se dio cuenta más tarde de que tenía la medalla Tierra en el bolsillo de su chaqueta junto con un mensaje.

El jefe está furioso con nosotros pero creemos que te mereces esto, mocoso. Enhorabuena por haber hecho lo imposible, aun así esta no será la última vez que nos veamos. ¡El Team Rocket despega de nuevo! ―Firmado por el TRío.

―Deberías dejar de meterte en problemas, niño ―le dijo Aristócrata, el miembro de la Policía internacional encargado de vigilar actividades mafiosas en Kanto―. En nombre de la policía, te doy las gracias a ti y a tus amigos, pero podríais haber acabado muertos.

―No podíamos dejarlos huir así sin más. ―se quejó Ash. Sus amigos asintieron al mismo tiempo.

El Agente Aristócrata dio un largo suspiro mientras se ponía la gabardina y el sombrero.

―Al menos os alegrará saber que casi toda la organización ha caído. Los pocos que quedan libres intentarán huir a Johto, las Islas Naranjas o las Islas Sete. No llegarán muy lejos.


Monte Oculto

En un intento por entrenar un poco más antes de que comenzase la liga, Ash y sus amigos fueron a un lugar recóndito donde se encontraron con Bruno del Alto mando, especialista del tipo lucha.

―¡Por favor, dime cuál es tu secreto para ser tan fuerte! ―le pidió Ash, pues quería llegar a lo más alto cuanto antes.

Bruno, que estaba sentado encima de su ónix gigante, abrió los ojos y lo miro fijamente.

―No hay secreto alguno. Conocer a tu Pokémon, conocerte a ti mismo y ayudaros mutuamente. Empieza con eso y ya tendrás medio camino hecho. El resto es puro entrenamiento y experiencia. O al menos así me ha funcionado a mí.

―…Al menos ayúdame a entrenar.

―Bueno, tengo tiempo libre así que vale.


Meseta Añil - Liga Pokémon de Kanto

El fuego de Moltres había encendido la antorcha, la liga había comenzado.

-"¡Me pregunto si eres lo bastante fuerte para mí!"

-"¡Ya veo que eres bueno! ¡Veamos exactamente cuánto!"

-"¡Adelante! ¡Te daré una paliza!"

-"¡Aquí sólo pueden ganar los elegidos!"

-"¡Te demostraré lo bueno que soy!"

―Assunta, Melissa, Jeanette Fisher, Pete Pebbleman y Mandi. Rivales vencidos por Ash.

Finalmente había llegado el momento que muchos esperaban. Ash Ketchum vs Gary Oak. Ambos de pueblo Paleta, el mismo lugar del cual provenían el campeón Rojo y Hoja del Alto mando.

Los murmullos y cotilleos llenaban la sala del centro Pokémon en la cual descansaban los entrenadores Pokémon.

Gary observó con cierto orgullo a sus tres Pokémon: Blastoise, Arcanine y Alakazam.

Con este equipo me basta y sobra para derrotarte, Ash. —pensó Gary muy serio.

―Tu equipo parece muy fuerte. ―dijo Ash acercando a Gary. Su rival se dio la vuelta enseguida. Aún tenía una mirada triste pero parecía haber recuperado algo de fuego.

—Charizard, Wartortle y Bulbasaur, ¿eh? ¿En serio crees que vas a vencerme con un equipo en el que solo uno está evolucionado del todo? —comentó Gary de forma burlesca.

Ash se molestó un poco por el comentario.

―No todos mis Pokémon quieren ni necesitan evolucionar. Son fuertes tal y como están.

—… ¿Sabes? Al contrario que tú, yo nunca te he considerado mi rival —le confesó Gary—. Siempre te he visto como alguien flojo, denso, demasiado soñador y con muy mala suerte.

—¡Ey!

—Pero me has acabado sorprendiendo. No solo tienes unos Pokémon que te quieren mucho, sino que además has vencido al líder del Team Rocket tres veces.

Gary sentía que Ash había vengado a su Raticate de cierta manera al ser la causa principal de la caída de la mafia Pokémon.

—Bueno, las dos primeras veces vencí gracias a mucha suerte y ciertas casualidades. —confesó Ash algo avergonzado.

—Eso no importa. Una victoria es una victoria. Durante nuestro viaje hemos combatido cuatro veces y estamos empatados dos a dos. Hoy, ante toda esta gente, averiguaremos quien es el mejor. ¡Y ya que eres mi rival número uno no pienso contenerme!

—¡Lo mismo digo, Gary!

Misty, Brock, Delia, Amarillo, Dalia y Oak observaron a la pareja con una sonrisa. Se notaba cierto respeto entre ambos y muchas ganas de mostrar lo que habían crecido durante su viaje. Lo que nadie sabía es que estaban también siendo observados por otros entrenadores aún más fuertes.

―Esos dos son de pueblo Paleta como vosotros, ¿verdad? ―inquirió Lorelei con curiosidad.

Estaban todos sentados en una zona vip que les permitía ver a los entrenadores en la sala del centro Pokémon.

―¡Pues sí, y el de la gorra es muy amigo nuestro! ―dijo Hoja entusiasmada―. A pesar de haber crecido sigue con esa cara de bebé, ¡qué mono!

―Supongo que a ti te interesará el nieto de Oak, ¿no? ―dijo Bruno a Agatha. A pesar de sus ojos cerrados una sonrisa emocionante adornaba su rostro.

Agatha golpeó el suelo fuertemente con su bastón, haciendo que Bruno abriese los ojos.

―¡Bah! ¡Ojalá sufra una humillante derrota!

―¿Aun no superas tu derrota frente a Oak? ―preguntó Lorelei intentando no reírse―. ¿Cuántos años han pasado de aquello?

―¡No los suficientes! ¡No solo me derrotó si no que encima se retiró para ser investigador Pokémon! ¿Cómo vamos a tener la revancha legendaria que le prometí?

Hoja ignoró las quejas de la anciana y le habló a su novio.

―¿Tú quién crees que va a ganar, Rojo? ―preguntó Hoja al campeón.

―…

―Sabias palabras. ―dijo Bruno.

ooOoo

Ese último movimiento sísmico de Charizard contra Blastoise dio por finalizado el épico combate entre ambos rivales. Gary apenas podía salir de su asombro. Ash había mejorado mucho y había ganado por muy poco, pero una victoria era una victoria.

Tras la derrota Gary observó la media Poké Ball que siempre llevaba consigo, un símbolo de su rivalidad con Ash desde hace años. Como premio por su victoria Gary le dió su media Poké Ball a Ash, de esta forma podría completarla y seguir adelante como entrenador.

Para Gary aquel combate supuso un giro inesperado de los acontecimientos, pues nunca se imaginó perdiendo contra Ash. Necesitaba cambiar y mucho para poder seguir siendo su rival, o al menos eso es lo que sentía.

ooOoo

Tristeza, sorpresa, vergüenza, miedo y desesperación. Todos esos sentimientos se juntaron en el interior de Ash tras su combate contra Richie.

Se había confiado. Tras vencer a Gary creyó que nadie podría hacerle frente. La victoria le había cegado por completo, haciéndole más temerario e imprudente.

Solo consiguió derrotar a cinco de los seis Pokémon de Richie y con ello quedó entre los dieciséis mejores de la liga de Kanto.

La reflexión que hizo después de aquello solo consiguió amargarle más. La mitad de las medallas las había ganado de formas no convencionales y su actitud arrogante no era la de un buen entrenador.

Delia, Amarillo, Misty, Brock y el profesor Oak le dieron ánimos y evitaron que cayera en una depresión.

―Has vencido a Giovanni, has salvado varias ciudades y ayudado a mucha gente durante tu viaje ―le dijo Delia con una amable sonrisa―. Lo único que necesitas es entrenar más y no dejar que se te suban las victorias a la cabeza. Una fuerte mentalidad es la tercera parte de ser un gran entrenador Pokémon.

―Nosotros siempre estaremos aquí para ayudarte. ―dijo Misty.

―Ya verás cómo pronto te recuperas y vuelves más fuerte que antes. ―dijo Brock.

―No te rindas hermanito. ―dijo Amarillo.

―Muchas veces se aprende más de la derrota que de la victoria. ―dijo el profesor Oak.

Ash tan solo pudo asentir con la cabeza. El saber que tenía gente tan buena apoyándole hizo que el dolor desapareciese poco a poco.

ooOoo

Richie fue quien acabó ganando la liga con su equipo Pokémon: Pikachu, Charizard, Buterfree, Tentacruel, Fearow e Eevee. Sin embargo cuando reto al Alto mando perdió por completo contra Lorelei.

―Esta derrota solo demuestra que aún me queda mucho por mejorar ―le explicó a Ash con una triste sonrisa―. No pude vencer ni a un solo Pokémon de Lorelei…El Alto mando realmente es otro nivel…

Ash le dio una fuerte palmada en la espalda, evitando que su amigo y rival se sumiese en una depresión similar a la que él había tenido.

―Entonces solo tenemos que entrenar hasta tener ese nivel... ¡No, hasta ser más fuertes que el mismísimo campeón!

Richie tan solo sonrió ante aquellas palabras de ánimo. Mientras que a lo lejos Rojo y Hoja observaban a ambos niños.

―Es una pena que Ash no haya podido llegar más lejos ―se quejó Hoja―. Aunque lo ha hecho muy bien para tener solo diez años.

Rojo se ajustó la gorra y sonrió alegremente.

―…

―Interesante, ya veremos si tu predicción sobre Ash es cierta.


ISLAS NARANJAS

Las islas Naranja eran una gran cadena de islas tropicales ubicada al sur de Kanto, y algunos lo consideraban su propia región hasta el punto de que tenía su propia liga.

Aprovechando que Ash quería ir ahí para entrenar, el profesor Oak le pidió que le hiciese un favor. Se trataba de traerle la GS Ball que tenía la profesora Felina Ivy, quien vivía en isla Valencia.

ooOoo

—¡Por favor!

—No, solo tienes ocho años —respondió Ash cansado. Era la décima vez que tenían aquella conversación con Amarillo. La niña llevaba meses viviendo con su madre en pueblo Paleta y ya era prácticamente de la familia—. Podrás venir cuando tengas diez, como yo.

—P-pero…

—¡No vas a venir de viaje conmigo! ¡Suéltame!

—¡Mamá!

—¡Ash!, no grites a tu hermana —le regañó su madre. Ash no podía creerse lo que estaba oyendo. Su madre actuaba como si de verdad hubiesen adoptado a la niña. Sinceramente no le importaba ya que la quería como si fuese su hermana de verdad.

—La culpa es suya —dijo Ash enfadado—. No me deja en paz.

—¿Por qué? ¿Qué ocurre ahora?

—Quiere ir con Brock, Misty y yo de viaje a las islas Naranja.

—No creo que sea tan mala idea que os acompañe a ti y a tus amigos. —comentó Delia.

Tanto Ash como Amarillo se detuvieron al instante.

—¿Q-qué?

—Ese lugar es precioso y puede aprender mucho antes de empezar su propio viaje. Además, el Team Rocket ha sido disuelto así que no creo que haya muchos peligros.

—¿Y los Pokémon salvajes?

—¿Acaso no vas a protegerla si os ataca algún Pokémon salvaje?

—B-bueno sí, pero…

—Entonces no veo problema alguno.

―¡Bien! ―gritó Amarillo muy feliz―. Tengo muchas ganas de enseñarte el pikachu hembra que encontré el otro día en el bosque.

―No te olvides de avisar a tu tío David. ―le recordó Delia a la chica.

Dicho esto Amarillo se unió al grupo y juntos partieron hacia las islas Naranja. Allí conocieron a la hermosa profesora Ivy, con la cual Brock acabó quedándose para poder estudiar mejor a los Pokémon…o al menos esa fue la excusa que uso. Y debió de funcionar porque Misty no le dio ningún tirón de orejas.

―Hemos perdido un gran cocinero…al único cocinero del grupo. ―se quejaron Ash y Misty entre lágrimas.

Amarillo les dio unas suaves palmadas a ambos en sus espaldas.

―Mamá…digo, la señora Delia me enseñó muchas recetas cuando estuve con ella. Según ella me salen muy bien.

―¡¿En serio?! ¡Estamos salvados! ―gritaron Ash y Misty, sus lágrimas de tristeza pasando a ser de alegría.


Bosque Verde - Base Secreta del Team Rocket

"Escuchad nuestro lema...porque tenéis problemas. Para infectar al mundo con la devastación. Para destruir todos los pueblos de cada nación. Para denunciar a los amigos de la verdad y el amor. Para extender nuestra ira más allá del espacio exterior. ¡Cassidy! ¡Y Butch! ¡El Team Rocket vigila la tierra día y noche! ¡Rendíos ahora o preparaos para luchar a troche y moche! ¡Raticate!" ―Cassidy, Blizt y Raticate.

La caza de brujas. Así fue llamado la época en la cual la Policía internacional capturó a casi el noventa por ciento de los integrantes del Team Rocket. Tras las consecuentes derrotas en el casino Rocket, la torre Lavanda, Silph S.A. y en el gimnasio Verde, nadie puso en duda que la mafia Pokémon iba a desaparecer de Kanto.

¿El principal culpable?, un niño de diez años llamado Ash Ketchum. Y eso había que añadirle traidores entre sus filas, cambios de lealtades, misiones fallidas, reportes erróneos…Sin duda el Team Rocket no había despegado bien aquel año.

—¡¿E-el Team Rocket queda disuelto?! —exclamaron los restantes miembros del Team Rocket sin poder creerse lo que oían.

—Sí, esas han sido las últimas órdenes de Giovanni —les confirmó Matori—. Su última batalla contra Ash Ketchum no solo destruyó su gimnasio si no también su espíritu.

—¿Insinúas que ese crío es más fuerte que nuestro gran líder? —preguntó de forma brusca un hombre alto, con el cabello morado estilo mohawk.

Matori se recolocó las gafas y le dirigió una mirada fría.

—Si mal no recuerdo, tú perdiste contra ese crío en el puente Pepita cuando estabas reclutando nuevos miembros, sargento Viper.

—Eso fue…—Viper no sabía que decir para no perder aún más prestigio así que cerró la boca.

—¿Y qué pasa con Blaine, Surge, Koga y Sabrina? Hace tiempo que no oímos de ellos. —preguntó una joven rubia llamada Domino, quien era una de las mejores agentes de la organización.

Matori frunció el ceño y tras dar un pequeño suspiro se dispuso a revelar todo lo que había mantenido en secreto.

—El traidor de Blaine huyó hace meses pero no se informó de ello ya que no queríamos que cundiese el pánico. Surge era un infiltrado de la Policía internacional. Koga estaba planeando traicionarnos desde el principio ya que trabajaba con la Asociación Pokémon de Kanto. En cuanto a Sabrina, parece que tras enfrentarse a Ketchum en un combate de gimnasio tuvo un cambio de ideales. Nunca debimos haberla reclutado, era demasiado inestable e impredecible.

Tanto Domino como Jessie soltaron pequeñas risitas al ver lo estresada que parecía Matori.

—O sea que teníamos a cinco líderes de gimnasio en nuestro bando y nos hemos quedado en cero. Es increíble que haya ocurrido eso estando tu presente, Matori. —dijo Domino burlándose abiertamente de la secretaria.

Matori por su parte la ignoró por completo y siguió hablando al resto de agentes.

—Me temo que ahora mismo nuestro "gran líder" es incapaz de pensar con claridad. Sin embargo, he logrado convencerle para que se refugie en el escondite secreto de las Cataratas Tohjo. Allí yo y la élite del Team Rocket podremos protegerle mejor.

En el fondo de la sala, Jessie, james y Meowth intercambiaban miradas de miedo y preocupación.

—Jefe…—murmuró el TRío con tristeza.

Es verdad que el mocoso le venció tres veces pero nunca creí que le fuese a afectar tanto —pensó Meowth alicaído al recordar el combate en el gimnasio Verde—. Le dijimos que no subestimase al pikachu de ese mocoso y no nos hizo caso. ¡Mira como estamos ahora!

—Mientras se recupera, quiero que todos los miembros restantes se dispersen y esperen nuevas órdenes. —continuó diciendo Matori.

—¿No vamos a disolvernos como nos ha pedido el jefe? —preguntó Jessie confusa.

—¿Disolvernos? ¡Ja! Es obvio que, como ha dicho antes Matori, nuestro "gran líder" no está bien de la cabeza —dijo Domino—. No podemos disolver a una organización como la nuestra.

Matori asintió ligeramente con la cabeza. Aunque no le gustase estaba de acuerdo con Domino.

—Debo aclarar, que la Policía internacional, la policía y la Asociación Pokémon de Kanto se han envalentonado. Están destruyendo todos nuestros escondites y negocios. Aun así, no podemos permitir que esta caza de brujas continúe. ¡Recordad, somos el Team Rocket, el mundo entero es nuestro cohete y despegaremos de nuevo!

Todo el Team Rocket rugió de alegría y emoción. ¡Aún no estaban acabados, Giovanni regresaría más fuerte que nunca y todos volverían a temerles!

—Tengo una pregunta —dijo un miembro con el pelo verde cuando los ánimos se calmaron—. ¿Qué vamos a hacer con Ash Ketchum?, no podemos permitir que un crío nos humille de esa forma.

—Buena pregunta, Basil. —dijo Matori ajustándose las gafas.

—¡Me llamó Butch!

—Tú y tu compañera Cassidy seréis los encargados de eliminar a Ketchum. —dijo Matori.

Los miembros del Team Rocket, excepto el TRío, sonrieron maquiavélicamente al oír sus palabras.

—¿Has oído eso Bitch?, ¡vamos a poder vengarnos! —exclamó Cassidy ilusionada, dándole una fuerte palmada en la espalda.

—¡Qué me llamó Butch! —dijo este llorando—, ¿cómo es posible que no te acuerdes si llevamos años siendo compañeros?

—Según sus acosadores —dijo Matori echando un vistazo rápido al TRío—, Ketchum se dirige hacia las Islas Naranjas. Podéis llevaros a todos los miembros que queráis y usar los métodos que sean precisos pero recordad, el Team Rocket ya no "existe" por lo que si os pillan, estaréis solos. ¿Aun así queréis cumplir la misión?

—Con lo lista que eres haces preguntas muy estúpidas —dijo Cassidy guiñándole un ojo—. ¿Has oído eso Jessie? Nos han dado una última e importante misión. Se nota que somos la élite.

—¡¿Qué has dicho bruja?! —rugió Jessie.

James y Meowth se miraron entre sí y dieron un largo suspiro. Para haber estado delante de sus dos rivales, Jessie había aguantado bastante bien sin explotar.


Isla Tangelo - Centro Pokémon

—¿A quién buscáis? —preguntó la enfermera Joy.

—Al nuevo ayudante del profesor Oak —respondió Amarillo—. Nos dijo que estaría aquí.

—Y así es. —dijo una voz a sus espaldas. Los tres se dieron la vuelta y vieron a un chico de unos doce años sonriéndoles.

—Me llamo Tracey Sketchit y soy la persona a la que estáis buscando. —dijo el chico dándole la mano a Ash.

—¡Encantado de conocerte! Yo soy Ash Ketchum, de pueblo Paleta y este es mi amigo Pikachu —le dijo Ash devolviéndole el saludo.

―¡Pika!

—Y vosotras debéis de ser Amarillo del Bosque Verde y Misty, ¿me equivoco? —preguntó Tracey a las chicas.

—¿Cómo lo sabes? —preguntó Misty frunciendo ligeramente el ceño.

—El profesor me dio fotos vuestras. —respondió Tracey.

—La señora Delia también fue ayudante del profesor durante unos años, ¿tú por qué quieres ser su ayudante? —preguntó de inmediato Amarillo.

—Siempre me ha gustado investigar todo sobre los Pokémon. Como conseguí la nota más alta en la Escuela Pokémon, el profesor me ha dado la oportunidad de estudiar bajo su tutela.

—¿La escuela Pokémon? ¿Acabas de salir de ella? —preguntó Misty en un tono menos agresivo.

—Así es —le confirmó Tracey—. Pero el profesor quiere que viaje con vosotros, piensa que será una buena experiencia antes de trabajar con él.

—¡Yo estoy de acuerdo! —exclamó Ash entusiasmado—. No hay nada mejor que viajar y conocer nuevos Pokémon. ¡Mucho mejor que pasarse todo el día leyendo libros aburridos en la escuela!

—Lo dices como si supieses leer. —comentó Misty.

—¿Qué has dicho!

—Lo que has oído.

—¡Repítelo si te atreves!

—¡Lo diré las veces que quieras!

Tracey observó sorprendido como ambos se enzarzaban en una fuerte y alocado discusión.

—¿Son siempre así? —preguntó algo asustado y atónito.

—Por desgracia, sí —respondió Amarillo dando un largo suspiro—. No te preocupes, pararán cuando les entre hambre.

—Pika…—confirmó Pikachu dando también un largo suspiro.


Durante el viaje por las islas Ash y sus amigos tuvieron que sufrir los varios intentos de asesinato por parte de Cassidy y su compañero. Alguno de esos intentos fueron saboteados por el TRío, aunque Ash esto nunca lo supo.

Por otra parte para ganar la liga Naranja, Ash debía vencer al equipo Naranja. El cual estaba formado por los cuatro miembros de la Cruz del Sur y el líder Drake. Vencerlos a los cinco suponía convertirte en campeón de la liga Naranja.

Tras superar las dos pruebas de Cissy en isla Mikan, Ash consiguió la medalla Ojo de Coral.

Danny de isla Navel le impuso tres pruebas para conseguir la medalla Rubí Marino.


Isla Mandarina

―Tu eres Ash Ketchum, el chico que se confió en la liga Pokémon, ¿verdad? ―dijo una mujer a Ash cuando este y sus amigos estaban comiendo tranquilamente.

Lo que la mujer dijo molestó un montón a Ash.

―¿Y tú quién eres? ¿Quieres pelea?

―¡Ash, es Lorelei del Alto mando, la especialista del tipo hielo! ―explicó una emocionada Misty―. Perdone a mi amigo, señorita Lorelei.

―Tranquila, no pasa nada, es normal molestarse cuando un extraño te recuerda tus peores momentos. ―dijo Lorelei disculpándose―. Tu eres la nueva líder de gimnasio Celeste, ¿verdad?

―¡S-sí!

―Una vez entrené a tus hermanas durante unos meses.

―Lo sé, no hacen más que presumir de la suerte que tuvieron.

Lorelei se quedó con ellos durante un día, aconsejando a Ash y Misty, probando la comida de Amarillo y dejando que Tracey dibujase a sus Pokémon.


P2: El poder de uno

A mitad de viaje, Ash se vio obligado a cumplir una antigua profecía que involucraba a los Pokémon legendarios articuno, zapdos, moltres y lugia. Si no lo hacía el mundo entero podría ser destruido.

El famoso coleccionista Lawrence III no le puso las cosas fáciles a nuestro héroe, pues buscaba capturar a las aves legendarias y lugia sin importarle nada el equilibrio del mundo.

A pesar de la presión, con la ayuda de sus amigos y la doncella Melody logró luchar junto a lugia y salvarlos a todos. También, quizás, había algo más que amistad formándose entre Ash y Misty…


Tras la aventura se enfrentó en varios combates a Rudy de isla Trobita y consiguió la medalla Púas.

Finalmente tuvo un combate doble contra Luana de isla Kumquat y obtuvo la medalla Estrella Jade.


Isla JCC

Al llegar a la isla JCC, conocieron al doctor Mayo Ohyama, quien era un viejo amigo del profesor Oak.

―¿Os gustaría participar en el campeonato JCC? ―les preguntó a los viajeros―. De momento es un campeonato nacional pero algún día espero que sea mundial. Pero para poder participar debéis derrotar a los ocho líderes de clubes.

Para disgusto de Misty y curiosidad de Tracey, Ash y Amarillo aceptaron enseguida. Así que se quedaron en la isla durante una semana entera.

Y la verdad es que a los dos se les daba muy bien jugar con las cartas Pokémon, pues pronto ellos, un chico llamado Ronaldo y James…sí, James del Team Rocket, consiguieron las ocho medallas.

-La medalla Hoja de Nuria, líder del club Hoja.

-La medalla Ciencia de Ricardo "Rick", líder del club Ciencia.

-La medalla Fuego de Héctor, el líder del club Fuego.

-La medalla Agua de Ana, líder del club Agua.

-La medalla Relámpago de Isaac, líder del Club Relámpago

-La medalla Psíquica de Marcial, líder del Club Psíquico.

-La medalla Roca de Rocco, líder del Club Roca.

-La medalla Lucha de Max, líder del Club Lucha.

ooOoo

Ash, Amarillo, Ronaldo y James estaban frente a la puerta del Panteón Pokémon, donde estaba la cima del JCC.

―¿Qué haces aquí James? ―preguntó Ash al ver que uno de los cuatro ganadores era su enemigo.

―¡Te juro que no he venido a causar problemas! ―gritó James asustado ante la feroz mirada del mocoso―. ¡Soy fan de las cartas Pokémon desde que era un niño!

―Eso debió de ser hace mucho tiempo, viejo. ―rió Ronaldo con las manos en los bolsillos.

―¡¿Viejo?! ¡Solo tengo diecisiete años! ―se quejó James.

―Deberías dejar las cartas, viejo ―siguió diciendo Ronaldo―. Perder contra gente más joven es vergonzoso.

―Entonces espero que nadie pierda contra mí. ―dijo Amarillo con una sonrisa que escondía lo poco agradable que le resultaban Ronaldo. Ash rió al ver la cara de amargura que se formó en el rostro de Ronaldo. Incluso James sonrió ligeramente.

ooOoo

En el panteón debían enfrentarse a los grandes maestros, los cuales eran los cinco mejores jugadores de Kanto. Sin embargo solo uno podía hacerlo por lo que lucharon entre ellos y James acabó ganando.

Poco después James venció a Greta, la reina del fuego. Después a Sergio, el gran maestro del trueno. Empezó a tener dificultades contra Jaime, el hombre de hielo. Y casi no pudo vencer a Igor, el maestro dragón.

Finalmente le tocó la batalla final contra Marco Pack, campeón de Kanto en el JCC. Ash se sorprendió al darse cuenta de que una parte de él quería ver a James ganar, incluso sus amigos pensaban lo mismo.

A pesar del apoyo que James tenía de sus amigos y enemigos no pudo hacer nada contra Marco y perdió. Jessie y Meowth, para animarle, le convencieron de robar todas las cartas de la isla. Por desgracia para ellos los mocosos los hicieron despegar de nuevo.


Estadio de isla Pomelo

Pikachu, Wartortle, Charizard, Tauros, Lapras y Bulbasaur vs Dragonite, Ditto, Gengar, Onix, Venusaur y Electabuzz.

―La liga Naranja tiene más de 300 años de antigüedad ―le comentó Drake a Ash cuando estuvieron frente a frente en campo de batalla―, y ha tenido muchos campeones…Sin embargo desde que yo líder del equipo Naranja, nunca he sido vencido.

Aquellas palabras pusieron nerviosos a los amigos de Ash y emocionó al público que adoraba a Drake. Sin embargo también emocionaron a Ash

―¡Mejor, eso hará que mi victoria sea mucho mayor!

Drake soltó una pequeña risa.

―Todos dicen eso…Pero ninguno logra pasar de mi primer Pokémon… ¡Adelante, Ditto!

ooOoo

Tras una serie de intensos combates, la final se decidió en un Pikachu vs Dragonite, pero el Pokémon de Ash mostró una vez más su potencial y derrotó al temido Pokémon de tipo dragón/volador.

Drake y casi todo el estadio quedó sorprendido, no solo por el hecho de que Ash había hecho historia, si no que un pikachu había vencido a un dragonite.

―Enhorabuena por tu victoria.

―¡Muchas gracias! Ha sido un combate genial. ―dijo Ash muy feliz mientras le estrechaba la mano a Drake.

―Gracias a ti por fin puedo ver que soy un goldeen en un estanque pequeño. Si tú eres así de fuerte el Alto mando de Kanto debe estar formado por monstruos.

Ash se rascó la cabeza mientras reía.

―¡Pues sí, son muy fuertes!

―Bien, ahora recibirás el trofeo del Campeón y te harán una foto que colgarán en el palacio de la Victoria ―le explicó mientras lo guiaba fuera del campo de batalla―. Así las futuras generaciones conocerán tu hazaña.

Ash y Pikachu se miraron entre sí muy sonrientes, sintiendo que al menos se habían quitado un poco de la vergüenza sufrida en la liga de Kanto. Pronto sus amigos llegaron hasta él para felicitarle y darle abrazos y palmadas.

―¡Eres el mejor hermanito!

―¿Ves cómo puedes hacerlo si no te confías, Ash?

―Tu imaginación a la hora de combatir es muy inspiradora.

―Gracias chicos. ―respondió Ash sintiendo como su orgullo aumentaba por segundos.

Pikachu solo pudo suspirar al notar aquello. Tanto a su entrenador como a él aun les quedaba un largo camino.

Tras recibir el trofeo y la foto, Ash y sus Pokémon pusieron las huellas de sus manos/patas en una tabla de arcilla que quedó guardada en el palacio de la Victoria.


Un tiempo después - Cataratas Tohjo

Matori tamborileó los dedos sobre la mesa mientras esperaba a que Cassidy y como-se-llamase le diesen un informe de lo sucedido en las islas Naranjas.

Jessie, James y Meowth observaban con expresiones de maldad y satisfacción a sus rivales. Sabían perfectamente lo que iban a decir pues habían sido testigos de la misión.

—¿Y bien? —preguntó Matori con impaciencia.

—P-pues verás…H-hemos tenido c-complicaciones… —comenzó a decir Cassidy.

—¿Complicaciones? ¿Qué clase de complicaciones?

La sonrisa de Jessie era tan amplia que prácticamente deformaba su rostro.

—….No hemos podido matar a Ketchum. —terminó diciendo Butch mientras el sudor bañaba todo su cuerpo.

Durante varios minutos, los cuales parecieron horas, Matori no dijo nada. Simplemente cogió un papel de la mesa y lo leyó con tranquilidad. Cassidy y compañía tan solo pudieron esperar nerviosos y ver de reojo, con amargura, las burlas del TRío.

Finalmente, Matori dejó el papel de nuevo en la mesa y dirigió su fría mirada hacia ellos.

—Misty, Tracey Sketchit y Amarillo del Bosque Verde…Esos han sido sus acompañantes durante su viaje por las Islas Naranjas —cada palabra estaba cargada de ira encubierta y los presentes en la sala temblaron al detectarla—. Una líder de gimnasio novata, un observador Pokémon y una salvaje…Y no habéis podido asesinarlo.

—Bueno —comenzó a decir Cassidy—, la salvaje posee unas extrañas habil-

—Creía que los de las excusas eran Jessie, James y Meowth —le interrumpió Matori. Cassidy cerró la boca al instante. Mientras tanto el TRío estuvo a punto de quejarse por ese comentario pero se lo pensaron mejor y siguieron callados.

Matori se quitó las gafas y se frotó los ojos.

—Los villanos de los Kanto Rangers son más competentes y eso que ni existen. El Team Rocket se encuentra en sus horas más bajas, solo por eso os perdonaré este gran fracaso.

—¡G-gracias por su amabilidad! —gritaron al instante Cassidy y su compañero tras arrodillarse y agachar la cabeza.

—Qué suerte han tenido. —se quejó Jessie en voz baja.

—Y yo me alegro de ello —dijo Meowth. Jessie y James le miraron algo confundidos.

—¿Y eso? ¿Desde cuándo te preocupan esos dos? —le preguntó James.

—Bueno, si hubiese sido el jefe en vez de Matori, ahora mismo habríamos visto una desagradable y sangrienta ejecución…La última vez que vimos eso estuvimos vomitando todo el día y tuvimos pesadillas durante una semana.

Un desagradable y profundo escalofrío recorrió la espalda de Jessie y james. Meowth tenía razón, tenían que alegrarse de la suerte de Cassidy y de cómo-se-llamase.

―Hum… ¿quién quiere jugar al Pinball? ―preguntó James intentando cambiar de tema.

―¿Pinball? Ya hemos jugado muchas veces ―se quejó Meowth―. ¿Cuándo vamos a jugar al Picross?

―Nunca, he oído que lo cancelaron. ―reveló Jessie a un consternado Meowth―, ¡pero podemos jugar al Puzzle League!


Pueblo Paleta - Laboratorio del profesor Oak

El Torneo Stadium es una nueva competición en la que podra participar cualquier entrenador mientras sea de Kanto, eso incluye territorios como las Islas Naranjas y las Islas Sete. Desde líderes de gimnasio hasta el Alto mando, campeón incluido. El ganador recibiría el Trofeo Stadium y si queda entre los 5 mejores será considerado entrenador de Élite por la Asociación Pokémon de Kanto. Eso si no lo es ya, claro. ¡Entrenadores, inscribiros ya y demostrad que sois los más fuertes de Kanto en la meseta Añil!

―Un torneo tan impresionante merece un ganador igual de impresionante. ―dijo Ash mirando como anunciaban el torneo por la televisión.

―Desde que ganaste la Liga Naranja se te ha subido a la cabeza. ―dijo Misty preocupada.

―Solo tienes envidia porque soy mejor que tú. ―dijo Ash. El niño esquivó por muy poco un golpe de Misty.

―Misty tiene razón, hermanito ―dijo Amarillo―. La última vez te confiaste por vencer a Gary y perdiste la liga Kanto.

Ash gruñó ligeramente y su sonrisa orgullosa desapareció al instante. Había cosas que prefería no recordar.

―¡Eso ya da igual! ¡Lo importante es que voy a ganar este torneo!

―Cuanta positividad. ―dijo Tracey, dispuesto a apoyar a su amigo en lo que fuese. Misty y Amarillo sin embargo se miraron entre sí.

―Nosotras también vamos a participar. ―dijo Misty tras varios segundos.

―¿En serio? Amarillo, creía que no te gustaban los torneos. ―dijo Ash sorprendido.

―Si quiero llegar a ser la protectora del bosque Verde, necesito hacerme más fuerte ―explicó ella―. Este torneo me hará ver cuál es mi verdadero nivel comparado con el resto de Kanto.

―Yo solo quiero tener la oportunidad de humillarte. ―dijo Misty muy segura de sí misma.

―¡Qué más quisieras!

―…Yo paso, lo de los combates no es lo mío. De todas formas os apoyaré desde las gradas. ―dijo Tracey.

―Tenemos que llamar a Brock para que participe. ―recordó Ash de repente.

―Cierto, con la depresión que le dejó la profesora Ivy seguro que le viene bien. ―dijo Misty.

Justo en ese momento el profesor Oak entró a la habitación con varios documentos en sus manos.

―Pues yo si voy a participar.

―¡¿Usted también participa, profesor? ―preguntaron Ash, Misty, Amarillo y Tracey confusos y sorprendidos.

El profesor rió antes de asentir con la cabeza.

―Así es. Hace tiempo que no combate en un torneo pero no podía dejar pasar la oportunidad. No creo que vuelva a hacerlo ya que esto es más para recordar viejos tiempos. ―explicó el profesor.

―Me temo que tus oportunidades de llegar lejos en el torneo son cada vez menores. ―dijo Misty con una sonrisa condescendiente mientras palmeaba la cabeza de Ash.

―¿Qué dices? Cuantos más rivales fuertes mejor quedaré al ganar.

Nadie creyó sus palabras debido a que podían ver su nerviosa sonrisa y el sudor recorrer su rostro.

―Pika…pi. ―dijo Pikachu preocupado.

Si el torneo ya estaba dando de qué hablar, cuando el público se enteró de que el primer campeón de la antigua Liga Añil iba a participar se montó un revuelo a nivel nacional. El número de participantes, que ya era alto, se multiplicó.

―Por fin podré tener mi ansiada venganza…―murmuró Agatha tras enterarse de la gran noticia.

ooOoo

El equipo Pokémon del profesor estaba formado por: Tauros, Charizard, Blastoise, Venusaur, Jolteon y Nidoking. A pesar de su edad consiguieron derrotar rival tras rival.

Ash se enfrentó a un tipo misterioso con bigote llamado señor G, el cual usaba Pokémon de tipo tierra de manera brutal y efectiva. Era poco hablador y su voz parecía distorsionada.

Por alguna razón a Ash le dio muy mala espina pero por suerte pudo vencerle. La mirada de odio que le dirigió G al niño de pueblo Paleta no pasó desapercibida para nadie.

Oak vs Agatha, Gary vs Sabrina, Erika vs Koga, Amarillo vs Surge, Lorelei vs Blaine, Rojo vs Misty, Hoja vs Brock…

El resto del torneo fue muy intenso y Ash solo consiguió llegar a quedar entre los dieciséis mejores antes de ser derrotado por Bruno del Alto mando. Ni siquiera pudo vencer a uno solo de sus Pokémon.

ooOoo

El Trofeo Poké Ball para Bruno por su quinto puesto. El Trofeo Superball para Agatha por su cuarto puesto. El Trofeo Ultraball para el profesor Oak por su tercero puesto. El Trofeo Masterball para Hoja por su segundo puesto. El Trofeo Stadium para Rojo por su primer puesto. ¡Enhorabuena a todos los participantes del torneo Stadium! ―comentador Stadium―. Para terminar, aquí tienen una canción cantada por la artista Jigglypuff.

―No te preocupes Ash ―le dijo Hoja mientras intentaban no presumir mucho de su trofeo―, con lo exitoso que ha sido el torneo seguro que lo repiten. Tendrás más oportunidades.

―…―le dijo Rojo.

―No creo que la secta del dios Hélix pueda hacerme más fuerte. ―dijo Ash confuso.

―…

―¿Johto? Tienes razón, seguro que ahí puedo hacerme más fuerte. ―dijo Ash emocionado al pensar en un nuevo viaje por una región desconocida para él.

El profesor Oak, que lo había oído todo se acercó a ellos.

―¿Con qué estás pensando ir a Johto, eh? Me viene de perlas porque necesito que alguien me haga un favor.

―¡Lo que sea profesor!

―Que chico más amable, pero al menos espera que te diga lo que es.

Poco después todos quedaron dormidos debido a la canción de Jigglypuff.

ooOoo

Tras el torneo Misty y Brock regresaban a sus gimnasios respectivos. Tracey se quedaba como ayudante oficial del profesor Oak. Y Amarillo había tenido la idea de viajar sola por Kanto.

-Misty: La próxima vez que te pases por mi gimnasio te obligaré a combatir hasta el final. Solo entonces aceptaré que mereces mi medalla. ¡Muy buena suerte con tu viaje y espero que me traigas Pokémon de agua de Johto!...Me cuesta admitirlo, pero voy a echarte de menos Ash…

-Brock: No puedo dejar que mis hermanos se ocupen del gimnasio y del inútil de mi padre todo el tiempo. ¡Visítame cuando puedas y te prepararé algo delicioso!

-Amarillo: Nuestro viaje por las Islas Naranjas ha hecho que quiera conocer mejor toda Kanto. La próxima vez que nos veamos seré una guardiana del bosque Verde.

-Gary: He decidido hacer el examen para líder del gimnasio en ciudad Verde. Aun no estoy seguro de lo que quiero hacer pero al menos espero hacerme más fuerte. ¡Cuando vuelvas de Johto te retaré a un combate y te venceré! El eevee que me regalo Bill arde de deseos de vencer a Pikachu.

-Tracey: He aprendido mucho de ti, te deseo suerte con tus viajes. ¡Pero no te olvides de visitarme en el laboratorio del profesor Oak!

ooOoo

―¡Muy bien Pikachu, es hora de partir! ―exclamó Ash emocionado mientras salía de su casa.

―¡Pikachu! ―exclamó igual de emocionado su amigo.

―¡Ten cuidado y no te olvides de cambiarte la ropa interior! ―le recordó su madre con una sonrisa.

―¡Mamá!

Fin de la Primera generación


-Pokémon de Ash en Kanto: Pikachu, Charizard, Wartortle, Bulbasaur, Tauros (x30), Muk, Kingler, Snorlax, Primeape (En entrenamiento), Lapras (Liberado) y Pidgeot (Liberado).

-Pokémon de Misty: Togepi, Psyduck, Starmie, Poliwag, Horsea y Goldeen.

-Pokémon de Brock: Onix, Graveler, Ninetales y Golbat.

-Pokémon de Amarillo: Rattata, Doduo, Buterfree, Graveler y Omanyte.

-Pokémon de Tracey: Venonat, Marill y Scyther.

-Pokémon de Gary: Eevee, Blastoise, Arcanine, Nidoking, Exeggutor, Rhydon, Pidgeot y Alakazam.

Guardar partida…Guardando datos… ¡Partida guardada!


Inspiraciones:

-Juegos Amarillo, Rojo fuego, Verde hoja, Stadium, Snap, Let's Go Pikachu e Eeeve, Picross, Pinball y Puzzle League.

-Anime: Temporadas 1 y 2; Películas 1 y 2.

-Manga: Pokémon adventure sagas rojo, verde, azul y amarillo.


Toda esta historia es un homenaje a Ash, quien ha sido uno de los héroes de mi infancia. Verlo pasar de un niño que no sabía nada a campeón del mundo ha sido una muy feliz odisea. Cada capítulo abarcará una generación, siendo ocho en total aunque quizás ponga un capítulo nueve como epilogo.

Consejo para los que empiezan a escribir fanfics: Tened siempre varios capítulos hechos antes de publicar el primero en caso de que vaya a ser un fic de más de tres o cuatro capítulos. Si no se os acumulará el cansancio y el estrés. Y además no tendréis que preocuparos de no publicar a tiempo si os autoimponéis una fecha límite.

Y tened siempre claro en que parte y como queréis terminar la historia. Yo por ejemplo ya tengo hechas las siete primeras generaciones y me ha costado unos dos meses más o menos pues como veis este fic va a ser una amalgama de anime, juegos y manga y hay muchos personajes e información que leer y adaptar a mi historia.

Y un último consejo, descansad con frecuencia si escribís mucho o acabaréis hastiados con vuestra propia obra.

¡Hasta el siguiente capítulo!