"Consecuencias Inesperadas"
Escrito por Cormak3032

raducido por BlazeVein

Nota del Autor en el original: Mis disculpas sinceras por este capítulo corto y tardío. La vida real ha estado sumamente ocupada y asimismo ha sido muy buena para mí, y esto me ha estado dejando poco tiempo para escribir. Mi esperanza es ser capaz de encontrar más tiempo para escribir en un futuro cercano. Sólo queda asegurar que esta historia será terminada. Gracias a todos los que han estado comentando. Por favor, sigan haciendo llegar sus pensamientos.

Gracias en especial a mi beta y amiga, Scattered Logic.

Nota del Traductor: Bueno, chicos. Este es el último capítulo que Corrie ha escrito de esta historia. Asegura que seguirá escribiendo, pero eso queda en el futuro... Gracias a todas(os) quienes han seguido esta historia estupenda. Un abrazo.

Capítulo 35: "Un difícil adiós..."

La familia estaba sentada en silencio alrededor de la mesa del desayuno, luciendo todos muy normales excepto por una figura. Ésta sobresalía de manera evidente, vestido completamente de negro, con una capa con un cuello alto de cuero, con su piel pálida y sus marcas extrañas, y el rubio cabello puntiagudo.

Todos estaban silenciosos, ya sea pensando en la situación o temerosos de ser el primero en hablar, o ambas cosas.

Un niño de tres años de edad se sentaba en el regazo de su hermana mucho mayor y jugueteaba con los mechones de su larga cabellera oscura.

Sarah miró hacia abajo y lo observó. Él había estado emocionado de verla esa mañana y no había dejado su lado desde entonces. Él iba a hacer aun más difícil para ella su ida. Toby hasta ahora no había puesto atención a sus padres, él solamente estaba interesado en su hermana mayor, a la que no había visto en un año, pero a quien aun recordaba claramente.

Ninguno había tocado su comida. Los panqueques, los huevos y el tocino se enfriaban en los platos de todos.

"Debe haber otro modo..." dijo Robert suavemente. Él miró anhelante tanto a Jareth como a Sarah.

Sarah solamente podía imaginar la noche que él había pasado. Había bolsas bajo sus ojos y era claro que no había dormido en lo absoluto. Su hija mayor se iba a ir para siempre y él no podía aceptarlo.

Jareth miró al hombre y sintió lastima de él. Perder a su hija obviamente era difícil de aceptar para él.

Jareth sintió los ojos de Sarah sobre él y se volteó a mirarla. Había esperanza en sus ojos y Jareth maldijo en silencio por hacer esto más arduo. Ella sabía que no había ninguna posibilidad de quedarse.

"Lo siento, pero no hay otro modo", le contestó Jareth.

Sarah acarició el pelo rubio de Toby para que nadie viera lo mucho que temblaban sus manos.

"¿Podremos hablar con ella¿Hay algún modo de llamarla o escribirle?", preguntó su padre.

Jareth sacudió la cabeza. "No sería seguro para Sarah ni para el niño".

"¿Por qué no sería seguro¡Usted sólo tiene miedo de que ella pudiera decidir abandonarle y venir a vivir con su familia!", le echó en cara Robert.

"Nosotros somos la familia de ella ahora- Yo soy su marido y ella esta esperando a nuestro hijo. Ella ya tomó su decisión y es una lástima que no eso no lo incluya a usted", dijo Jareth con frialdad. "El dejar el Laberinto en verdad demostraría ser peligroso tanto para ella como para el bebé. Sarah sabe eso", él le dio una mirada a Sarah y ella apartó la vista, evidentemente luchando por no llorar.

"¡Yo quiero saber qué es lo que seria peligroso para mi hija!", la voz de Robert se elevó.

"Papá, por favor, no hagas esto más difícil de lo que ya es," imploró Sarah.

Robert giró para encarar a su hija. "Quiero saber qué es lo que podría hacerte daño".

"Sarah es una Reina, y por lo tanto gobernará un reino", le explicó Jareth. "La realeza siempre tiene enemigos y el hecho de que ella es humana solamente complicará los asuntos."

Robert se echó para atrás y miró a Jareth de una manera extraña. "Bueno, por supuesto que ella es humana"

"Ah, pero yo no lo soy, ni los demás en el Mundo Subterráneo."

Robert pareció nervioso. "Usted esta hablando en adivinanzas"

"Yo soy Fae. Mi raza es inmortal, mágica y muy poderosa. Los Fae ven a los humanos como inferiores y los tratan como animales."

"¿Y usted es uno de esos seres que trata mal a los humanos y se ha casado con mi hija?" Robert pareció entrar en pánico. "¿Sarah, en qué estabas pensando¿Te diste cuenta de esto antes de casarte con él?"

"Yo soy diferente a los de mi clase", dijo Jareth con firmeza antes de que Sarah pudiese contestar. "Aunque yo soy un Fae, yo estoy corrupto ante sus ojos porque tengo una cuarta parte de humano. Mi abuela era humana y mi padre era mitad humano", explicó Jareth. "Mi abuelo vio el mundo de manera diferente y creyó que la gente debía ser juzgada por su personalidad y sus buenas acciones en la vida, y no por cuanta magia poseían o por el tiempo que ellos vivían. Yo estoy de acuerdo con eso."

Robert pareció haberse calmado.

"Ya veo..., pero ¿y en cuanto al resto de su raza¿Ellos podrían hacerle daño a Sarah?"

"No mientras ella esté dentro de mi reino. Mi reino esta sellado a los demás con mi magia, y asimismo con la magia salvaje del Laberinto. Así es como Sarah permanecerá a salvo. Dejar la seguridad del Laberinto siquiera por un momento, podría traer riesgo de muerte"

La mandíbula de Robert cayó. "No hay ninguna maldita forma de que yo le permita salir caminando de aquí con mi hija".

Jareth sonrió con malicia mostrando sus dientes afilados. "¿Quién esta diciendo algo acerca de caminar?"

"Yo no puedo permitir esto. Karen..." Él miró a su esposa buscando su apoyo. Ella había estado callada. Demasiado callada.

"Robert, ella esta casada con el hombre y esta esperando a su bebé. No hay mucho que nosotros podamos hacer", Karen se encogió de hombros.

"¡No puedo creerlo¡Nosotros somos sus padres, por el amor de Dios¡Tenemos todo el derecho de intentar impedir que ella se vaya!"

"Tú eres su padre. Si tu quieres que ella se quede, entonces tu encuentra un modo de detenerla". Karen se puso de pie.

Los ojos de Robert se agrandaron mientras se daba cuenta de lo que estaba pasando. "Karen, no puedes decirlo en serio. ¿Vas a marcharte sin siquiera ayudarme a intentar que ella se quede aquí?"

"Robert, ella es tu hija. A mi no me importa si ella se queda o se va." Karen comenzó a dejar la habitación, pero Robert se levantó de su asiento en un segundo. Él agarró la mano de su esposa brutalmente.

"¿No te importa si ella se va o se queda¿Qué es esta mierda?" Robert estaba furioso.

"No uses ese lenguaje enfrente de Toby," lo reprendió Karen.

"Tu nunca la amaste¿no es así?" Robert acusó.

"Ella no es mi hija."

"¡Pero lo es a través del matrimonio!"

"Ella es la carne y la sangre de otra mujer. El matrimonio no es suficiente para hacerme amarla."

Súbitamente se hizo un silencio de muerte en la habitación.

Sarah siguió acariciando el cabello de Toby. Ella lo meció en sus brazos y luchó por evitar que se le cayeran las lágrimas. Su madrastra nunca la había amado. A pesar de que con frecuencia había pensado eso, ella nunca lo había creído en realidad.

Robert estaba totalmente conmocionado.

Karen dio un paso atrás. "Lo siento, Robert. Tu quisiste la verdad. Esa es." Ella se escabulló de la habitación sin otra palabra.

Robert miró a Sarah. Los dos tenían lágrimas en los ojos. "Sarah, todo este tiempo yo pensé que ella... ella me dijo que sí lo hacia..."

"Ella mintió," escupió Sarah con amargura. "Ella mintió para poder tenerte comiendo de su mano". Ella miró a Jareth. Él llevaba puesta una máscara de arrogancia, pero sus ojos traicionaban sus verdaderos sentimientos. Él sentía mucha compasión por ella.

Una lágrima se deslizó por la mejilla de Sarah. Ella miró a Jareth. "Quiero irme a casa".

"Tu estás en casa, Sarah", le dijo su padre. Él sonó desesperado.

Ella negó con la cabeza.

"Sarah, por favor no hagas esto. No nos abandones otra vez", le suplicó su padre.

"¿Dónde va 'Sawah'¿Va a volver?"

Unas cuantas lágrimas más cayeron por la cara de Sarah ante las palabras de Toby.

"Sarah nos dejará para siempre, Toby. Ella nunca regresará", le dijo Robert.

Sarah puso a Toby en la silla junto a ella y luego se puso de pie, volteándose para enfrentar a su padre. "¡No lo hagas!", ella gritó. "No lo uses a él como coerción. No va a funcionar." Ella se forzó a calmarse, demostrando lo mucho que había madurado.

"No quiere irme de aquí sintiendo amargura." Sarah caminó hacia su padre.

Jareth los observó a ambos.

"Ya no soy una niña. Tu tienes que dejarme ir. Yo tomé mi decisión. Yo amo a Jareth y quiero pasar el resto de mi vida con él, pero lo que no quiero para mi familia es que sea incapaz de aceptar mis decisiones. Yo sé que tu quieres que yo me quede. Desearía poder quedarme, pero no puedo."

Robert sujetó a Sarah en sus brazos y comenzó a llorar. Él se recompuso con rapidez y se retiró, acariciando la cara de Sarah con sus manos. "Tu eres mi hija, te amo y quiero lo que es mejor para ti. Si esto te hace feliz, entonces yo... yo tengo que aceptarlo. Aun cuando siendo tan extraño y difícil como es."

Los ojos de Sarah rebosaron de lágrimas. "¿Tu me amas?"

"Dios, Sarah, por supuesto que lo hago. Siempre lo he hecho."

"¿Por qué nunca me lo dijiste?" Las lágrimas comenzaron a derramarse por sus mejillas.

"Pensé que tu lo sabías... Y tu sabes que yo soy horrible con las emociones", dijo Robert sin convicción.

Sarah lo abrazó con fuerza. Ella sintió que alguien jalaba de sus pantalones y vio que Toby quería unírseles. Ella lo alzó y los tres juntos se abrazaron.

Unos momentos más tarde, Sarah se obligó a alejarse. Mientras más se tardara, más difícil sería el marcharse. "Nosotros tenemos que irnos ahora", ella anunció.

Su padre asintió con lágrimas en los ojos.

Sarah le dio a él un último abrazo y luego abrazó a Toby, quien parecía estar muy confundido. "Te amo, Toby", le dijo ella al niño.

"Te amo, 'Sawah'"

Sarah sonrió ante las palabras y fue hasta Jareth, quien estaba de pie en silencio junto a la mesa. Ella se dirigió a sus brazos expectantes.

"Será mejor que usted cuide de mi hija y del bebé, o ya verá", lo amenazó Robert. "Sarah lo ama lo suficiente como para dejar todo lo que ella conoce."

Jareth bajó la mirada hasta Sarah y le brindó la primera sonrisa verdadera desde que habían llegado a la casa de sus padres. "Lo sé", él susurró más bien para sí. Jareth miró a Robert y se puso serio. "Ella y el niño serán protegidos, amados y cuidados. Usted tiene mi palabra."

Le llevó a Robert unos minutos el asentir, pero lo hizo.

Jareth tomó a Sarah entre sus brazos. "¿Preparada?"

Ella asintió lentamente. Ella se volteó en sus brazos, de modo que su espalda quedó presionada contra su pecho. Con las lágrimas fluyendo hacia abajo por su cara, ella observó como su padre y Toby desaparecían de su vista. Para nunca ser vistos de nuevo en carne y hueso.

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Nota del Traductor: Lo que sigue después de esto, es una explicación de la autora acerca de la historia, que esta en pausa. Disculpen amigos, procuraré hacer un arreglo con el correo por lo de los capítulos completos. De nuevo¡gracias!