Esta historia esta hecha para pura diversión, no gano nada con hacerla mas que divertirme, los personajes no me pertenecen, es propiedad de JK Rowlin.
ADVERTENCIA : Este fic contiene escenas que habla acerca de maltrato y violación a menores, también se habla de situaciones que implican relaciones sexuales entre varones, al igual que el lenguaje y demás situaciones que se narran pueden ser ofensivos, por lo tanto si eres menor de edad o simplemente te molestan esta clase de situaciones seria mejor que buscaras otra historia.
Lo que se encuentra "..." son diálogos que recuerda, en este caso Lucius Malfoy, y los seguidos de un guión son los diálogos que se presentan en su presente. (Eso se ve muy raro lo sé)
Capitulo 1 "Serpiente plateada"
Mi vida... ahora que estoy preso en esta fría y apestosa celda de Azkaban, esperando a que me pudra, como todos los demás deben estar seguramente esperando, me pongo a pensar, medito sobre mi vida, sobre la suerte que tuve al nacer en el seno de la familia mas rica y noble de todo el mundo mágico.
Doy un gran suspiro mientras mi cabeza descansa en el intento de cama en el que eh pasado mis ultimas noches, para nada comparados con los lujosos colchones a los que estaba acostumbrado, mis ojos plateados ahora opacados por el peso de mi propio pasado se fijaron en un punto inexistente del roñoso techo de esta celda fría, fría como la familia que me crió, fría como la sangre pura e inmaculada que ah recorrido las venas de todos los integrantes de la familia Malfoy, fría como la noche mas traumática de mi ostentosa niñez.
En aquel tiempo, a mis 6 años de edad, me encontraba en mi recamara, amplia y lujosamente decorada, perfectamente limpia y ordenada por los elfos de la familia, aquellos infelices seres a los que me enseñaron a detestar. Esa noche me encontraba sobre mi cama, con mis mejores ropas y pulcramente peinado, esa noche mi padre ofrecía una fiesta para los que hipócritamente se hacían llamar sus amigos, pero no los culpo, por que él era igual de hipócrita y falso que los que lo rodeaban, por otro lado, yo para mi padre era como un animal, una mascota de lujo que mostraba y presumía, como si se tratase de un hipogrifo, aquellos asqueroso animales que tenían mas cariño del que yo, su propia sangre, a mi madre y a mi siempre nos comparaba con una de esas bestias.
Mi madre, ja, ese titulo solo lo tenia por haberme traído al mundo, la cual solo sonreía como solo las mujeres de alta sociedad lo hacían, alabando siempre cada palabra que saliera de los labios de mi padre. Esa noche como muchas otras fui llamado a la presencia de él y como otras tantas este mismo hablo de todas mis cualidades, de mi infantil belleza, solo comparada con la de una Vela, mi voz angelical; mostró mi largo cabello, su sedosidad y manejabilidad, con sus manos enguantadas tomo mis mejillas y las pellizcó levemente para que se sonrosaran, después tomo mis pequeñas y delicadas manos y las mostró a todos.
"Sería un gran pianista o una excelente amante de haber nacido mujer"
Fueron sus palabras exactas y todos los presentes se rieron, mi madre y mi padre también lo hicieron, hasta que otra voz se levanto entre las demás, un hombre de cabellos negros y ojos azules como las noches oceánicas.
"No necesita ser una dama, tal vez tu no lo sepas ahora Malfoy, pero tu chico de igual forma que una, podría complacer a un varón, puede que uno de ellos sea alguno de nuestros hijos, ¿no lo creen así caballeros?"
Y otra tormenta de risas se cirnio sobre mí, otra vez los hombres se atrevían a burlarse, argumentando sobre lo delicado y lo femenino que lucia, entonces sentí pena, odio y rencor, un que me hizo en ese tiempo apretar con fuerza mis labios, mas la voz de mi padre se alzo de nueva cuenta, imponiéndose ante todas.
"Mi hijo jamás tendrá las tendencias que tuvo tu hermano y la mayoría de los varones de tu familia, y de llegar a tenerlas, las disimulara como buen Malfoy y claro tendrá un hijo, el legado de nuestra familia debe prevalecer ante todo, así que tranquilízate Black, que también conozco a la perfección tus manías y sé que hablabas mas por ti que por tus hijos"
Y yo, aun sin comprender el verdadero peso de estas palabras, tuve miedo, mas cuando las risas volvieron a estallar en el salón, las mujeres como mi madre reían de forma falsa y fingida, yo siendo aun un niño notaba la falta de veracidad en el ambiente, mas nuevamente ese despreciable Black tuvo que abrir sus fauces para mi mayor enojo y vergüenza.
"Me has descubierto Malfoy, lo admito jajajaja, ahora dime el precio por tu hijo y dejemos nos dé niñerías"
Entonces observe como mi padre se levantaba de su lujosa silla aristocrática y dirigió su mirada a mi madre quien discretamente le indico con sus dedos la señal de dinero, para después volver sus ojos a Black, quien esperaba con una sonrisa victoriosa, ese día mi padre me dio a entender lo mucho que valía yo para él.
"Aun es muy joven, mi depravado compañero, espera que madure un poco, pero mientras tanto pasemos a mi despacho para firmar un acuerdo y claro fijar el precio"
Entonces mi madre se levanto y me regreso a mi habitación, no me dijo nada y durante mucho tiempo no volví a oír un comentario al respecto, pero sentía la mirada de él, de ese Black que logro con meritos, que odiara a todos los integrantes de esa familia.
Y una noche antes de mi entrada al colegio se organizo una gran fiesta en nuestra mansión, ahí conocí a mi mujer y a él, a mi alma gemela. La fiesta según mi padre era mi honor, él estaba emocionado con mi segura entrada a Slytherin y había mandado decorar el lugar entero con los colores de la que seria mi casa. Yo por mi parte estaba como siempre, quieto e inexpresivo, disfrutando de la belleza del decorado de la fiesta, de las lujosas vestimentas, aunque siempre imagine que las mías eran las mejores, las más finas y obviamente las mas caras.
Hubo un momento en el que comencé a caminar con tranquilidad y elegancia por el lugar, exhibiéndome tal y como mi madre me había enseñado, cuando mis ojos captaron la figura de otro chico, uno que calcule tendría mi edad, de cabellos y ojos tan negros como la noche, que usaba un traje sencillo sin dejar de ser elegante, la tela se veía de buena calidad, aunque claro no de tan buena calidad como las que yo mismo lucia esa noche, note que ese chico se veía ausente, ausente de la fiesta y de todo lo que lo rodeaba, iba a ir con él, pero antes observe como un hombre de cabello negro y ojos grises se acercaba a el para tomarle del brazo de una forma que me hizo recordar como tratábamos a los elfos que nos atendían, que iluso y tonto fui al creer que ese niño no era mas que un chiquillo sin vital relevancia en mi vida, pero creo que ese debió ser el pensamiento que me hizo continuar como si nada. A mis 11 años yo ya era un niño con total indiferencia y elegancia que podría impresionar y seducir con mi infantil frialdad; recuerdo bien que mi padre me mando llamar y sin mayor prisa me moví, ya que un Malfoy no debía correr, solo de ser de vital importancia o como yo mismo descubriría unos años adelante, cuando el Lord Oscuro nos lo indicara.
Después de unos minutos en los cuales como siempre yo era el centro de las miradas, mi padre estaba en el centro del salón, con su aspecto frío y su porte de total perfección y supremacía, el cual no necesitaba de mucho para callar a los que se encontraban a su alrededor, solo bastaba con que levantara una de sus manos, haciendo lucir la majestuosa manga de su lujoso traje, él comenzó a hablar, pero yo no le oía, últimamente solo lo escuchaba cuando anticipaba mi atención mencionado mi nombre, de esa forma en que solo el podía hacer para que volviera yo a la realidad, mas ese momento en el que yo debía centrar mi atención en sus palabras llego mas rápido de lo que yo imaginaba.
"Lucius Malfoy, hijo único y heredero de todo lo que simboliza ser un Malfoy, será el que una con el matrimonio a la familia legendaria de los Black con la de nosotros, los Malfoy, puesto que nosotros dos, las cabezas de nuestras familia lo hemos acordado de esa manera"
Observe en ese momento como ese despreciable Black se acercaba con una niña de cabellos dorados y de una belleza inigualable, un ángel, yo de esa edad la compare erróneamente con un ángel y con sus palabras comprendía a la perfección que esa niña seria mi futura esposa y sonreía de forma fugaz, sintiéndome orgulloso de presumir a aquel objeto que jugaría el papel que jugaba mi madre para mi padre.
"Narcisa Black será la futura Sra. Malfoy, quien deberá portar con orgullo y especial cuidado el apellido que varias generaciones de Malfoy se han encargado de edificar"
Termino su discurso y la fiesta siguió su curso normal, mas recuerdo que mi padre me tomo de un brazo por primera y única vez en mi vida, así con un agarre firme y fuerte me guió a otro lado a un estudio cuyo paso estaba prohibido para cualquiera, menos para él, dentro de este pude observar el decorado perfecto, bellamente elaborado en piedras como el jade y el marfil, recuerdo que ese día mas bien en ese momento me sentí abrumado y desee con todas mis fuerzas tener ese lugar para mi, lo cual ahora que lo pienso es una ironía, pues ese mismo día jure quemarla y destruirla hasta el ultimo cimiento, pues minutos después note que dentro del estudio ya no había nadie mas que yo, mi padre estaba en la puerta hablando con él, ese mal nacido de Black.
Entonces oí algo que me demostró nuevamente que yo para mi padre no eras mas que un objeto de lujo y claro de conveniencia.
"Bien Black, tienes 5 minutos, ni un segundo mas"
Oí su voz siseante después de que ese asqueroso hombre le extendiera una bolsa de terciopelo negro, cargada al parecer con oro, después ese Black entro al estudio y cerro la puerta tras él, y entonces esas cuatro paredes bien arregladas fueron testigos mudos de los 5 minutos más humillantes y largo de toda mi vida, al salir ese Black del estudio, mi odio hacia su familia fue él mas grande que jamás había sentido para ninguna familia. Entonces mi matrimonio pactado se volvió un peso mas para mi vida, estaría emparentado por gente como ese bastardo.
Mi primera vez fue la nota que me marco, ese día me jure entre las lagrimas y los sollozos disimulados que me vengaría de ese desgraciado y que nadie, jamás, volvería a tocarme sin mi permiso, de eso me encargaría yo, por que sabia que estaba solo, por que sabia que no tendría a nadie mas en este mundo mas que a mi mismo, por eso decidí que aunque mi padre volviese a ordenar algo como lo que había pactado ese día, yo me encargaría de hacerme respetar, aunque fuera aun un niño físicamente ya mi corazón y mi mente había dejado de ser la de un infante. Y todo esto había sido solo para que el apellido Malfoy escalara, nuestro noble apellido.
Años después me entere que dicha situación había sido acordada desde aquella fiesta en nuestra mansión, cuando apenas tenia 6 años.
Me removí en la incomoda cama que me recordaba el despreciable lugar en el que me encontraba y en el que me encontraría hasta que se pudriera cada entraña de mi cuerpo, cada pedazo de mi alma negra, mi celda era privada, y esto era por que mi compañero de celda se había quitado la vida hace unos meses, después de que nos enteramos de que el Lord Oscuro había muerto, lo cual nos sentenciaba de por vida tras estos fríos barrotes, custodiados por Aurores día y noche, que nos miraban unos con odio, otros con repudio y muy pocos nos veían con lastima, la misma que podría inspirarles el cuerpo mutilado de un pequeño animal, así éramos vistos los mortifagos... o tal vez deba decir, los ex – mortifagos, como animales , aquellos despreciables seres en los que nos habíamos transformados al estar bajo las ordenes del Lord Oscuro.
Creo que la temporada más tranquila y agradable de mi vida fue la del colegio, donde desde que puse un pie me distinguí entre los demás, me hice respetar por todos los que me rodeaban, no permití nunca que nadie osara ponerse mas arriba que yo, nunca baje mis ojos plateados ante la mirada de nadie, yo, Lucius Malfoy siempre altivo y elegante. Mi porte, mi belleza y mi entonces creida perfección me hizo el ser más irresistible, no solo entre las mujeres, si no también entre los varones, algunos solían fingir demencia o indiferencia cuando me veía, pero siempre estaba ese tinte en sus ojos que los delataban y si no me deseaban, bien sabia que me admiraban o envidiaban por mi belleza y mis demás características, dignas de un Malfoy, dignas de mi, Lucius Malfoy.
Tras las paredes del castillo me hice sexualmente activo, dominando en toda la extensión de la palabra, a aquellos que eran elegidos como mis amantes. Narcisa también estudiaba a mi lado y jamás fue un secreto para ella que yo no solo tenía aventuras con mujeres sino mayor mente con varones, pues dentro de mi casa no había varón alguno que se resistiera a mis encantos, aquel que no hubiera sido seducido y utilizado por mí, bueno realmente si existía uno, y ese era aquel niño de cabellos negros de la fiesta de compromiso, aquel resulto ser el hijo único de un Snape y una Prince, esta ultima familia fue reconocida por sus excelentes magos negros y sus habilidades casi irreales para las pociones y artes oscuras desde tiempos ancestrales, el nombre del heredero de ese linaje era, Severus Snape, al cual había ignorado, pese a compartir cuarto con el, pero a mis 15 años note algo, el sexo era divertido, en ocasiones, pero después se sentía un vació muy grande, era un vació que yo solía comparar con los ojos negros de Severus, aquel que pasaba sus noches enteras a la luz de una vela con un libro sobre su regazo u observando el techo de su dosel como si existiera algo atrayente en él, siempre alejado, siempre reservado, perseguido y humillado por un Black y su estúpida pandilla de leones.
Recuerdo que una noche llegue a la habitación después de haber tenido sexo ocasional con un chico más grande que yo, esta vez había decidido que seria la lasa común de nuestra casa, sobre la alfombra cercana a la chimenea, yo para esas horas de la noche no estaba cansado si no mas bien estaba fastidiado, pues no solo no había durado nada, si no que el pobre iluso había creído que YO LUCIUS MALFOY, me había enamorado realmente de el, ¡JA, el problema fue convencerlo de lo contrario sin armar mucho escándalo, pero ya que lo había hecho entre a la habitación de Severus y mía, sin mayor preocupación o remordimiento, conmigo uniforma ya perfectamente acomodado, bueno salvo mi corbata, la cual la mantuve aflojada, dentro de la habitación me llamo la atención que todo estuviese negreo, demasiado oscuras, la vela que Severus usaba como luz para su lectura estaba apagada, realmente no le di mucha importancia así que me disponía a irme a mi cama cuando oí un sonido, un gemido que logro que se me erizara la piel, mas aun cuando descubrí que este provenía de la habitación, detrás de las cortinas corridas de la cama adoselada de mi reservado compañero de cuarto; mi maliciase hizo presente e inmediatamente tome una postura mas erguida, sonreí perfectamente convencido de estar a punto de comprobar con mis propios ojos que mi sombrío y callado compañero estaba disfrutando de los placeres carnales como cualquier otro. Mis pasos fueron lentos y sigilosos, recuerdo que una fragante emoción recorrió mi piel cuando volví a oír otro gemido corto y ahogado, entonces mis manos tomaron las cortinas que cubrían la cama adoselada, en ese momento sentí como los latidos de mi corazón aumentaron de forma veloz, cerré los ojos por un momento y recuerdo haber oído la respiración entrecortada de él y después de unos segundos con un rápido movimiento las corrí, mis ojos ansiosos por ver alguna escena donde Severus se retorciera de placer sobre sus mantas se sorprendieron ante la visión real, pues la situación era otra, en ese momento Severus se revolvía en su cama, sudoroso, con sus negros cabellos pegados al rostro, se veía aturdido, Severus no estaba siendo presa de una pasión nocturna, ni siquiera de un sueño que hubiese humedecido sus sabanas al día siguiente, él sufría en sus sueños, cualquiera lo hubiera apreciado con solo apreciar su rostro, una pesadillo lo aquejaba y torturaba de forma indecente, yo en ese momento pensé en retirarme, ya había hecho suficiente con mal interpretarle, como para quedarme a observar como sufría, mas su voz en ese momento resonó en la habitación, lastimera y llorosa y me detuve.
"Suélteme...duele, suélteme me lastima"
Esa fue la primera vez que oía en su voz ese tinte de amargura, ese miedo que podía erizarle la piel a cualquiera, por sus mejillas comenzaron a correr dos ríos de gruesas lagrimas, que por mas frío, por más impenetrable que yo me hubiese vuelto, no pude, simplemente no pude dejarle, así que me acerque hasta sentarme cerca del, ya que apenas se había quedado quieto en un lugar, en posición fetal mientras lloraba y temblaba, entonces me acerque a su oído y comencé a cantar una vieja melodía que solía calmarme cuando estaba triste y poco a poco su llanto se convirtió en un sollozó, un rítmico ir y venir de su pecho mientras que yo para ese entonces lo mantenía abrazado, acurrucado contra mi pecho, creo que jamás podré recordar como fue exactamente que lo hice. Sus sollozos pararon y sentí que tomaba con fuerza mi camisa, y cuando fije mis ojos en su cabeza me di cuenta de que el ya me observaba en silencio, con sus ojos negros, profundos diamantes ennegrecidos, su rostro se veía consternado mas sus labios no emitieron un solo ruido, entonces observe como sus mejillas se teñían con un ligero tono carmín, dándole a ese reservado chico una expresión dulce e infantil que logro sacarme una genuina sonrisa, como lo seguiría haciendo por varios años sin yo saberlo entonces. Y al fin sus labios se movieron.
"Lo siento Malfoy"
Fue su débil susurro antes de intentar escapar de mis brazos, mas ese día me sorprendí al darme cuenta que no lo dejaría, no permitiría que se fuera, solo que en ese momento no sabia la razón.
"No te preocupes, nadie lo sabrá y de este día en adelante yo, Lucius Malfoy cuidara de que nada ni nadie vuelva a lastimarte"
En ese momento que hable, mi voz fue serena y vi como su rostro dulce y tierno se revelaba, y el chico reservado y sobre todo arisco aparecía, sus ojos rebeldes negaron la luz que mi mirada le ofrecía y en ese momento sentí algo en el pecho.
"No sabes nada, no tienes ni la más mínima idea de lo que me pasa Malfoy, ¿crees que el llegar en un momento como este y jurarme tu protección dejare que te ganes mi confianza?¿Crees que puedes ganarme como a los demás?"
En ese momento en que sus palabras lentas y dolorosas emanaron su cuerpo rechazo el mío y mis ojos se abrieron en su totalidad, no podía creer que siendo el tan listo y callado no pudiera ver mas allá de lo que los demás decían, mas allá de las acciones que yo tenia, en ese momento yo pude haberle gritado y pude haberme largado a mi cama indignado por el tono de él, pero su reacción, sus palabras, su llanto y sobre todo sus ojos vacios me recordaban a mi mismo, a mi cierto día, años atrás cuando un Black me había marcado.
"Antes de venir a Howgarts mi padre vendió mi cuerpo a la cabeza de los Black, cambio un escalón que subiría mas arriba nuestro apellido por los minutos más horribles y traumáticos de mi vida"
Recuerdo haber dicho de forma casi automática como una defensa y una excusa, logrando así sin contarle por completo, su atención, sus ojos negros volvieron a verme, lo sentí.
"Desde entonces busco dominar a todo el mundo, impongo mis reglas y sobre todo... nadie me toca sin que yo lo quiera, y mi padre esta al tanto, pero no volverá a venderme como lo hizo antes"
Mis ojos voltearon a verle y nuestras miradas se cruzaron, entonces observe como sus manos empezaron a temblar sin su consentimiento mientras él bajaba el rostro, privándome de sus ojos negros.
"¿Co..como...como lo haces?...¿Cómo has logrado...eso en tu familia?"
Recuerdo bien su voz, Severus estaba asustado pero al mismo tiempo impresionado, entonces lo entendí a la perfección, él aun vivía en aquel infierno que para mí con solo 5 minutos me había dejado marcado, entonces tome entre mis manos sus manos temblorosas y sentí como no solo temblaban sus manos, era como si todo su cuerpo temblara de solo tocar el tema, y mis ojos formularon la pregunta que daba vueltas en mi cabeza, una y otra vez.
"Gustaf Clausen... es el amante de mi madre y al mismo tiempo es mi maestro de baile desde muy chico, ellos dos al parecer se enamoraron, pero el matrimonio arreglado de mi madre los separo, mi padre suele golpear e insultar a mi madre desde que yo tengo uso de razón, no le importa quien se encuentre presente siempre y cuando sea de nuestro circulo social, estoy conciente de que eso es malo, de que mi madre y mi maestro debieron y deben sufrir mucho por mi padre pero..."
Su cuerpo volvió a temblar antes de que mis brazos lo rodearan, en ese momento estaba conciente de que me exponía, Severus podía alejarse de mí, golpearme, maldecirme y sin embargo no lo hizo.
"...yo... yo me parezco mucho a mi padre y desde que recuerdo mi madre me odia por eso, me odia con todas su fuerzas y no deja de repetirme que seré idéntico a él cuando crezca, y del mismo modo su amante me odia, él es quien... quien se venga a través de mí por lo que mi padre la hace a mi madre, me insulta, me golpea y desde hace un tiempo el me... desde hace un tiempo mi maestro me..."
En ese momento tuve demasiado y le rogué que no siguiera y lo abrace con fuerza mientras su llanto volvía a aparecer, pero no solo lloro él, esa noche le di lo que no tuve yo, esa noche llore a su lado, sintiendo su dolor como mío. Desde esa noche Severus y yo pasamos de ser simples compañeros de clase a amigos, grandes amigos que ase ayudaban mutuamente, sin llegar a sofocarse, mas en el siguiente curso, en el 6to año, note algo, un sentimiento no solo de una increíble atracción física se apodero de mí, y a medida que el año pasaba ese sentimiento crecía, y después de Navidad yo lo busque en un sitio aparte de la multitud para declarármele, aun recuerdo que esa noche mi corazón parecía correr, parecía que sus latidos eran oídos por todo el mundo y sin embargo lo que logre con eso fue asustarlo, sus ojos huyeron de los mío y por un largo tiempo me evito, logrando que su actitud me doliera de una forma tan profunda que creí que no podría seguir con mí mascara de perfección y de total indiferencia, mas al finalizar ese año, cuando sentí que todo se había perdido, él me busco y lo hablamos, quedando tan solo como amigos, él mismo me expreso que le daba mucho miedo aun sentir y que de por si mi sola presencia ya lo turbaba, no pedí mas y fui feliz con eso, mas Narcisa empezó a fastidiarme, ellas quería casarse en cuanto diera termino el 7mo curo y yo solo quería encontrar la manera de deshacerme de ella para poder cortejar libremente a Sev mas no podría hacerlo, antes de eso debía engendrar un heredero de el glorioso apellido Malfoy.
En el 7mo curso mis hormonas eran algo peor que la sed de un naufrago a mitad de la nada, mi actividad sexual sin embargo, ya no era la misma, y eso se debía a que simple y sencillamente no me satisfacían, yo solo pensaba en él, en Sev, en sus ojos, sus palabras, sus selectas sonrisas y por Merlín, su cuerpo era demasiada tentación para mí, esbelto y mas moreno que el mío, espaldas ligeramente amplias, piernas fuertes por sus ensayos de baile, que descubrí eran una locura mas de alguna de sus familias, como la del canto y la música para los Malfoy, aparte de eso poseía caderas fuertes y varoniles, su rostro, su cabello cayendo libremente por su rostro y su cuello o bien, empapado por el exquisito y salado sudor que perlaba su piel tan tersa y suave a la vista, ¿cómo lo sé, eso es muy sencillo, al principio solo podía observarle cuando se vestía en el cuarto o cuando salía de la ducha, sin embargo para entonces yo empecé a ofrecérmele descaradamente, el tal vez nunca podría ser mío, por culpa de ese desgraciado de Clausen que lo había dejado traumado hasta que Sev se le revelo, pero aunque él no fuese mío yo quería ser de él, quería pertenecer, yo me le entregaba en cuerpo y alma cada noche, hechizábamos la habitación para evitar que todo el castillo se enterara de nuestra pasión, ya que yo sin pudor alguno gritaba su nombre y miles de cosas mas que solo nos concernían a el y a mi.
Enamorado, estúpida y completamente enamorado de él fue como me case con Narcisa, mientras que él me observaba aun lado mío y yo le mandaba fugaces miradas en respuesta, y esa noche, mi noche de bodas, tome con furia y con locura el cuerpo de Narcisa, y ella se sintió orgullosa de eso, lo veía en sus pupilas, en sus movimientos, mas cuando termine gritando el nombre de él, no lloro, no me reclamo, pero sus ojos tenían odio y yo recuerdo que desde esa noche le aclare que yo jamás le pertenecería, por que Lucius Malfoy desde hacia tiempo que tenia un único dueño y para alegría mía, solo basto esa noche para engendrar a el que sería mi otro motor de vida y al mismo tiempo, lo único que me ataba a Narcisa, ya que 9 meses después nació Draco, fuerte, sano y hermoso, idéntico a mí; para entonces Sev y yo ya éramos mortifagos, aliados de el Lord Oscuro.
No pretendo olvidarlo, pero prefiero no recordar lo que sucedió en nuestra iniciación como mortifagos, no por que me ocurriese algo a mí, no directamente, si no por él, ya que el Lord Oscuro fue la única persona de la que no pude salvarlo y de haber sabido que Severus tuviese siempre un trabajo tan pesado moral y físicamente, simplemente jamás lo hubiese alentado a entrar como mortifago. En fin, nuestro trabajo como tales no tenia mucho en común, yo por ejemplo me encargaba de las relaciones publicas, el ministerio de Magia y demás trabajos extras que se me asignaran mientras que Severus era el genio de las pociones, aunque a veces cuando todos éramos convocados para salir de "cacería"·Sev y yo hacíamos una excelente mancuerna, durante las "accidentalmente" mate a unos cuantos aliados, lo cual solo Sev, quien cuidaba mis espaldas como yo las suyas, él fue el único que se dio cuenta de la verdad tras mis acciones; de cualquier forma las confusiones en el campo de batalla eran muy normales.
Gustav Clausen, ese bastardo que había dañado a Sev durante su niñez, termino muerto en un acantilado después de que "accidentalmente" lo empuje desde unos...creo que fueron unos 10 o 15 metros, aunque claro la culpa era solo suya, no fue fuerte, no tanto como quería demostrarle a Sev cuando lo golpea y lo torturaba de chico, tampoco pudo soportar el crucio que por "accidente" lance sobre él y que solo duro unos 15 minutos, bueno ese idiota se lo merecía y de no ser por que fue un "accidente de guerra" habría sufrido muchos mas. Una semana anterior a eso, fue Kanoe Shinomori, prometida de Severus aunque el titulo de víbora asquerosa del Sol naciente es el termino que mejor le queda, como sea, esa mujer falleció después de que en un encuentro entre mortifagos y aurores, la use de escudo para evitar que Sirius Black alcanzara con su varita a Severus, admito que no quería que ella muriese, no en ese momento, ya que debía disculparse ante Sev por la sarta de estupideces que hablabas obre él con mi mujer, sin embargo dada la situación no se podía hacer nada al respecto.
Draco era hermoso, era lo único que me detenía para no mandar al diablo a Narcisa, quien solo se dedicaba a gastar mi dinero y mi paciencia, cada día a su lado se volvía más insoportable e intolerable, sobre todo por el detalle de que ella ODIABA a Sev, pero bien sabia los limites, bien sabia a lo que se arriesgaba si llegaba a hacer algo en su contra, sabia que él y Draco eran los seres por los que yo daría todo. Para entonces Sev no solo era un genio en pociones, si no que también gozaba de fuerza y sobre todo era mucho mejor amante de lo que jamás llegaría a ser ella. Fue increíble como cambie de estado a lo largo de mi vida con Sev, ya que él paso de ser un compañero de cuarto a un amigo, de un amigo a un amigo con derechos especiales, de un amigo con derecho a padrino de Draco de eso paso a ser lo que debió haber sido Narcisa para mí y para Draco, una madre y una esposa.
Este ultimo pensamiento logro que una sonrisa aflorara en mis labios, a Severus nunca le había gustado cuando le llamaba "madre" o "esposa mía", él siempre me dijo que solamente era él, un Snape que sobrevivía día a día al mundo.
No sé si alguna ves Severus me amo como yo lo eh amado, pero estoy seguro que eh sido algo importante en su vida.
El jamás fue mío por completo, pero me alegra decir que yo si lo fui de él y no solo le di mi cuerpo si no también mi alma y la confianza de educar y edificar a mi hijo, como si fuese suyo, yo sé muy bien que él se encargara de cuidar de Draco y se que él bajo la tutela de Sev empezara a madurar, por que cuando yo me dedique a cumplir enteramente todos y cada uno de sus caprichos siempre, siempre me encontraba a Severus molesto y nunca faltaba un regaño seguro de su parte para mi, lo gracioso de todo es que yo siempre supe de que él también le consentía, a si manera, dentro de el castillo.
- Malfoy prepárate, por que en 10 minutos te vas a tu juicio final –fue la voz de uno de los carceleros- de seguro hoy es el día en el que finalmente te condenan justamente por tus asesinatos, ¿no gusta el gran Malfoy un ultimo hombre o un buen vino como despedida? Jajaja sé que eras adicto a ambos – fue su voz sarcástica la que llegaba a mis oídos, mientras observaba los harapos en los que se había convertido el uniforme para los presos de Azkaban, sin embargo yo no me movería, prefería verlo directamente- Tal vez tu queridísimo hijo debiera estar durante tu juicio y ejecución –note en las pupilas de ese hombre un tinte de malicia y no me gusto para nada, sobre todo por que estábamos hablando de Draco-
- Ni se te ocurra – sisee antes de levantarme de la dura y fría cama y lo único que logre fue que una risa resonara entre los pasillos y las celdas cercanas a la mía, ese hombre era un loco, lo veía en sus pupilas-
- Lo que digas Malfoy, pero de seguro tu hijo termina aquí, puede que en esta misma celda y cuando ese tiempo llegue, yo personalmente me encargare de cuidarlo por ti –fue entonces el momento que deje aun lado mi estado indiferente y frío y me acerque con fuerza a los barrotes, sin embargo no pude alcanzarlo, mis dedos apenas alcanzaron a rozar sus ropas y él salió intacto de mi, con esa sonrisa aun en sus labios-
- Mal nacido sangre sucia –gruñí antes de golpear con mis puños los barrotes, no podía soportar si quiera esas palabras que me había soltado, mi hijo, Draco ahora gozaba de 17 años y su belleza debía ser mucho mayor que la mía, eso era peligros, muy peligroso, sobre todo por lo consentido que yo lo había forjado, mi esperanza radicaba en que Sev, en que él le hubiese puesto en forma y al corriente de todo, de todo lo que habíamos pasado juntos, de todo lo que podría pasar, Sev, como siempre era mi apoyo y si él y mi hijo terminaban con bien, yo... yo ya no importaba, yo moriría si eso era lo que me dictaban, ahora mi poder, mi belleza y mi inteligencia no importaban, mi vida y mi felicidad estaban divididas y en manos diferentes a las mías-
Aquí termina el primer capitulo y después me encargare de una continuación, pero primero debo continuar mis otras historias que las eh dejado estancadas por un tiempo por varias razones, aun así espero sus comentarios acerca de este.
Quiero aclarar que reedite este capitulo por que habia notado que tenia algunas faltas ortograficas, ademas de que eh decidido ponerle algunos datos del ultimo libro, despues de mucho pensar y de terminar el 2do capitulo de este fic, decidi que quedaria mucho mejor si incluyo datos del Principe mestizo.
Los agradecimientos para todos los que ya habia leido este capitulo los dare con todo su detalle en el proximo capitulo que intentare pasar a la computadora lo mas rapido que pueda, por el momento solo me quedad agradecer de forma general y anunciar que el prox. Capitulo tendra un lemon mas amplio y detallado, no demasiado pero mas largo, mas bien no sera solo mencionado como lo que paso con Lucius.
Nos vemos n0n.
Megumi Gabbiani (GeminisnoAmo)