Advertencia: Hola Aika-chan por acá. Este e mi primer fanfic de Fronteir y para los que ya me conocen y los que no, recuerden que esto es un MaleXMale – si no sos partidario de este genero, el botón arribita con un "X" solucionará el problema.
Disclaimer: n.n lo mismo de siempre, los personajes de Digimon Fronteir, no me pertenecen esto lo hago por puro amor al arte y a estos personajes tan monos .. Así que los dejo con el fanfic.
"The Wish of my Soul"
Prólogo
"El mejor escondite de la luz es la oscuridad"La Hermosa tarde de invierno, despejada con el viento los nubarrones en el cielo azul.
Dulce, fresco, era el atardecer en el azur y abajo en la tierra la tensión de llantos reprimidos reinaba al compás de las tristes melodías y cantos.
La melancolía se colaba en la mirada de los asistentes y por menor, el acongojamiento en sus pechos dolía, hacía daño terriblemente.
Brotasen una a una las lágrimas de sus pupilas, gemidos contenidos estallaron sin reparo en modales.
-¡Kouji! – sollozó uno de los tantos presentes.
-¿por qué?- rodaron las lágrimas en el rostro de un chico peli castaño y robusto.
-Ya, Jumpei – intentaba consolar una chica de cabellos rubios abrazando a su amigo.
-Pero... pe..ro.. es que – con la nariz roja y el rostro mojado- Ya no va a estar con nosotros, Zoe, ya no volverá – azotó su lloros rostro a los hombros de la rubia.
-Aún así, no podemos hacer nada- balbuceó con dificultad.
Mientras el ataúd de barniz negro había sido depositado en su fosa permanente y la tierra empezó a caer apaleada por los sepulteros.
-¡Kouji!- entre dientes sollozó, con los puños cerrados, un chico de unos quince años.
-¡Cálmate Tommy! – preocupado dijo el hermano mayor del chico.
-Él – pronunció consternado- él – su pecho se inflamaba impidiendo a sus pulmones desahogarse - ¡Glups¡Snif! Él era... como- el vacío en su estomago acrecentó la necesidad de llorar, consolarse – un hermano.
-¡Tommy! – enternecido el chico de cabellos marrón oscuro abrazó a su onii-chan.
Las pupilas de unos pocos estaban fijadas en la elegante labor de los sepulteros. Pocas, como unas de brillo dudativo, reprochables cuyo color azul intenso era cristalizado por perlas saladas.
-"Kouji" – pensó el gemelo Koichi. Memorando los momentos al lado de su hermano.
La batalla en el digimundo; Las peleas contra los caballeros de la realeza, Luzmon y demás aventuras. Tiempos en los que creía, ser él quien estaba muerto, sin esperanzas de ver a su hermano Kouji en el mundo real, pero al final había sido una tortura innecesaria.
El milagro de los arcángeles del digimundo, le devolvieron la vida en aquella cama de hospital, donde el brillo de la amistad le aguardaba en Takuya, Zoe, Jumpei, Tommy y su adorado hermano.
Pero en esta ocasión. La situación era diferente, el cuerpo de Kouji era enterrado. Sepultado bajo tierra.
El mejor escondite de la luz es la oscuridad. Y el brillo de su hermano era obligado a refugiarse en las sombras.
-¡Koichi!- tartamudeó una hermosa dama de cabellos azules oscuros.
-¡Madre!- suspiró con el corazón partido. Saliendo de sus pensamientos.
Odiaba ver a su madre destrozada. Agradecía en silencio que al menos ella y Kouji habían convivido mucho estos últimos siete años.
Rodeó el cuerpo de la mujer con su mano derecha tras los hombros de ella y le abrazó con la otra sin decir nada, las palabras no borrarían el dolor de perder a un hijo, a uno recién encontrado.
En el fondo, el corazón de Koichi palpitaba negación, la resignación o era admitida en su alma, pese las pruebas razonables y lógicas.
Armoniosas voces despedían el lecho con significativas melodías cargadas de reflexión, unción y el irreal consuelo. Al alce de flores, el sacerdote pronunció las ultimas palabras consagradas, sin incienso pringo con agua bendita el sepelio.
La fosa quedó cubierta por completo. Los ramilletes de azucenas, lirios blancos y verónicas – flor azul oscuro – formaron una alfombra frente la placa de color plateado, cuya leyenda se leía:
Kouji Minamoto
+ 29 de Enero del 2011
Amigo, Hermano e Hijo.
- Símbolo de la Luz –
"Las Sombras del mortal lecho, no empañen la Luz de tu Alma"
De: Familiares y Amigos.
El símbolo de la Luz, emblema que durante los últimos años caracterizo al chico fue impresa con especial esmero en plateado.
-¡No...! – el viento encubrió el susurro de una silueta oculta entre los frondosos árboles del cementerio.
El atardecer termino cubriendo el panorama.
La soledad de la tierra santa calaba hasta los huesos un frío olvido.
El dueño de la misteriosa silueta se detuvo frente la fosa recién cerrada.
Con ojos llorosos y el alma sumida en pluma gris dijo:
-"Cerraron sus ojos que aún tenía abiertos; Taparon su cara con un blanco lienzo; - empezó a describir en un hermoso poema – Y unos sollozando, otros en silencio, de la triste alcoba todos se salieron.
Se inclinó, cayó de rodillas y azotó furioso el suelo. Cerró sus puños arrancando césped y tierra floja.
-"La luz, que en un vaso
ardía en el suelo,
al muro arrojaba
la sombra del lecho;
Y entre aquella sombra
veíase a intérvalos,
dibujarse rígida la forma del cuerpo"
En esta ocasión, alzó los brazos al cielo cubriendo su rostro entre sus rebeldes mechones castaños, declamándole a la hermosa e indiferente luna llena en lo alto.
"Despertaba el día,
y a su albor primero con sus mil ruidos despertaba el pueblo.
Ante aquel contraste de vida y misterios,
de luz tinieblas, medité un momento:
«¡Dios mío, qué solos se quedan los muertos! ››
Sin poder continuar su sentida oratoria. Sollozo abrazando la inerte lápida.
-¡Kouji! – musito - ¿por qué me dejaste? - se aferró con fuerza.
-No quiero que este solo... quiero estar contigo – se arrodillo nuevamente – quiero estar contigo – desesperado empezó a arañar la tierra helada.
-¡No!- deliró- ... A ti ya no te gusta la soledad, me lo dijiste.. ¿recuerdas Kouji? las sombras sanan, renuevan, pero son muy frías y solitarias. A ti no te agrada sentirte solo... –golpeó enfado la masa de tierra.
-"¡KOUJIIIIIIIIII! – grito - ¡KOUJIIIIIIIIIIII!" – derramando lágrimas de sangre al verdor del suelo.
-¡Vuelve! – calló permitiéndose a si mismo llorar, dejándose llevar por la tranquila noche, era su único desahogo. Besó la lápida, cual besase los labios de su amado. Y se reprochó la escena tan patética. Comparar los cálidos labios de su amigo con aquella tabla.
Sin embargo, ya no tenía nada más de él, tan solo ese funesto lecho.
-¿Qué ya no tengo nada suyo¿Ya no tengo nada de ti?- meditó.
-¡Vivo cada vez que habláis de mí, y muero otra vez si lloras! – recordó cuando sorprendió a Kouji tarareando esa letra musical con los audífonos puestos y los ojos cerrados, disfrutando la brisa del atardecer.
Era cierto, Kouji siempre estaría con él.
-¡Me tendrás siempre! – escuchó en el viento el recuerdo de Minamoto.
Sus consejos, palabras e incluso regaños, lo acompañarían por el resto de su existencia.
Kouji estaba con él. Aún en ese momento desgarrador. El abrazo confortador del peli azul le rodeaba y sus consejos susurraban en su oído un alivio.
-"Recuerda siempre lo mucho que te amo" – fue la ultima vez que escuchó decírselo, antes de subir al avión.
-¡Te Amo!- replico él. Sin dejar de derramar lágrimas.
¿Vuelve el polvo al polvo?
¿Vuela el alma al cielo?
¿Todo es vil materia,
podredumbre y cieno?
¡No sé; pero hay algo
que explicar no puedo,
que al par nos infunde
repugnancia y duelo,
al dejar tan tristes,
tan solos los muertos!
Continuará...
Notas de Aika Asakura:
¡Konnichi wa Minna San!
Bueno no tengo mucho que escribir, más que recordarles que dejen su reviews, diciéndome que les pareció ¿triste¿lindo¿interesante?...
En fin, este es una especie de homenaje que hago a aquéllas personas especiales que su fueron de nuestro lados, en materia, por que siempre están a nuestro lado en espíritu y corazón.
El relato en un 75 es la descripción del entierro de un Amigo muy Especial para mí. Me prometí y le prometí a él, que plasmaría esa tarde y aquí lo tienen. Espero les guste y dejen sus reviews.
Post: Y no se preocupen que esta historia consta de cinco o seis capítulos así que apenas estamos en el prólogo.¡Prometo sorpresas agradables¡Hasta la próxima!