Disclaimer: No, el club Winx no me pertenece, es propiedad exclusiva de Rainbow.

Título: Retazos de música y pasión

Pareja principal: RivenxMusa

Universo Alterno

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Capítulo 10. Manipulación

(Estadio)

(1 Hora antes del festival)

-¿¡Cómo que Musa no contesta!?- reclamó el rubio tomando a Timmy fuertemente por la chaqueta- ¿¡Te das cuenta que dentro de poco tenemos que subir a ese escenario sin nuestra vocalista!? ¿¡Qué diablos está pasando!?-

-¡Tranquilízate Sky…!-jadeó Timmy liberándose de aquel agarre- ¡Todos estamos nerviosos, pero tienes que controlarte!- Volvió a marcar con su celular pero el mismo mensaje de la contestadora se oyó por enésima vez- Quizá se dejó el celular en alguna parte o quizás sólo se le agotó la batería…tal vez ya está en camino…-

Helia entró en el vestidor del grupo con su rostro surcado por la preocupación. Los demás jóvenes le miraron expectantes -Ya hablé con las chicas. Ninguna de ellas ha sabido nada de Musa desde la tarde. Llamamos a su casa y su tía nos dijo que salió hace horas diciendo que venía para acá pero nadie la ha visto. No lo entiendo…¿Qué pudo haberle pasado?-

-¡Esto es ridículo!- espetó furioso el rubio pateando una caja con utilería- ¡Seguramente le ha entrado pánico escénico y esta aterrada en algún lugar!-

-Yo creo que ha debido pasarle algo muy malo…- sugirió el moreno mesándose la barbilla muy preocupado- Musa no es el tipo de persona que nos fallaría por algo tan trivial como el pánico escénico. ¿Riven no ha vuelto aún? Dijo que iba a ir a buscarla por los alrededores-

-No ha vuelto aún…-musitó Timmy- En cuanto le dijimos que Musa no había llegado aún, él salió disparado en su motocicleta-

-Algo está muy mal aquí…-volvió a repetir el pelilargo tomando su celular- Las chicas están buscándola por todos lados y llamando a todos sus conocidos pero no hay ninguna pista de ella…es como si hubiese desaparecido de repente-

Los chicos callaron siendo envueltos por el lejano bullicio y ajetreo en el exterior de los camerinos. La gente corría de un lado a otro ultimando los detalles para su presentación pero ahí estaban ellos…sin vocalista, sin guitarrista principal…a punto de subir al escenario…

-Vamos muchachos…-murmuró Sky- No podemos rendirnos aún…sólo necesitamos un poco más de tiempo- cerró fuertemente los ojos y los puños- Sólo un par de horas… yo hablaré con los encargados…-

-Sky…-

-Es lo único que podemos hacer, Helia. Yo les suplicaré si es necesario. Les rogaré a los organizadores para que nos cambien de posición. Ya no importa si somos los últimos en presentarnos, pero pase lo que pase…tenemos que subirnos a ese escenario…-

-Estás loco…-murmuró Helia- Sabes que los organizadores son…-

-¡No me importa!- gritó el joven golpeando la pared- ¡Hemos trabajado muy duro como para rendirnos ahora! ¡Haré todo lo que esté a mi alcance para ganarnos algo de tiempo! Ustedes continúen buscándola…y si saben algo de ella avísenme de inmediato- luego de decir esto salió corriendo del vestidor con dirección a las oficinas de administración.

-Esto es un completo desastre-

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Riven volvió a acelerar su vehículo sintiendo que su corazón golpeaba ferozmente contra sus oídos. No podía terminar de procesar los acontecimientos recientes. Estaba tan confundido. ¿Dónde habría ido Musa? ¿Sería ella capaz de abandonarlos a estas alturas? No. Ella jamás haría eso. Recorrió las calles de la ciudad a alta velocidad esquivando el congestionado tráfico tratando de vislumbrarla entre la muchedumbre que ya avanzaba hacia el estadio…pero nada. Dio una vuelta cerrada y rehízo su camino hacia el estacionamiento apartado para los artistas en la parte de atrás. Derrapó varios metros antes de frenar de golpe al lado del auto de Brandon. Se quitó el casco sintiendo un sudor frío bajarle por la nuca…miró hacia el cielo negro opacado por los juegos de luces que ya convocaban al público a ingresar al estadio. Estaban perdidos. Y él se encontraba tan confundido y preocupado.

Sin quererlo realmente…sólo podía imaginarse que Musa estaba en peligro. Una parte de él lo presentía y le gritaba que su lugar era con ella, porque estaba casi seguro que ella lo necesitaba.

-Riven…-le llamó su amigo de cabello rubio dándole una palmada en la espalda- ¿La encontraste?-

Él silenciosamente salió de su ensimismamiento, negó con la cabeza y apretó fuertemente los dientes en clara señal de frustración.

-No lo entiendo…-

-Ninguno de nosotros…-le aseguró- Pero fui a hablar con los organizadores. Me costó bastante pero logré que nos cambiaran de lugar. Entraremos como número final. Sé que no es lo mejor…pero conseguí algo de tiempo para nosotros y para ella si es que aún piensa aparecer…-

-¿Y si no?-

-Espero que ella decida venir…-

-Yo no creo que ella lo haya decidido, Sky. De verdad siento que algo malo le ha ocurrido y necesita de nuestra ayuda…-

-Riven…es una posibilidad…pero ¿No crees que estás exagerando? Quizás sólo está nerviosa…y se está tomando un tiempo para aclarar sus pensamientos. Pero…ya lo sabes ¿verdad, Riven?- El pelipúrpura le miró sin comprender- Entiendes que aunque ella no se presente nosotros debemos presentarnos y seguir adelante ¿verdad?-

-¿Acaso crees que podemos presentarnos así?-

-Quiero creer que ella aparecerá antes de que acabe el festival. Pero si no lo hace…yo no planeo quedarme de brazos cruzados lamentándome. Hemos trabajado muy duro por esta oportunidad, no sólo tú y yo…también los chicos y nuestros amigos…así que subiré a ese escenario y haré todo lo que esté a mi alcance para no defraudarlos-

Riven guardó silencio

-Tranquilízate, Riven…las chicas la están buscando por todos lados. Pronto aparecerá. Mientras tanto nosotros deberíamos comenzar a vestirnos y prepararnos, dentro de poco dará inicio el festival y anunciarán la programación de la noche…-

-¿Por qué tiene que pasar esto justo ahora? …-gimió Riven apretando fuertemente los dientes-

-No lo sé. Pero vamos amigo…el público ya está entrando. Pronto será casi imposible movernos en el interior del estadium- súbitamente se escuchó el sonido de los altavoces siendo encendidos al igual que las luces del interior causando varios gritos de emoción en el público que había hecho su camino hacia las graderías. Se escuchó la distorsión inicial mientras calibraban el volumen para posteriormente estallar con la fuerte y animada voz del presentador:-¡BUENAS NOCHES A TODOS LOS FANÁTICOS Y APRECIADORES DE LA BUENA MÚSICA, SEAN TODOS MAS QUE BIENVENIDOS AL VII FESTIVAL DE MÚSICA CONTEMPORÁNEA Y ALTERNATIVA! ¡VAMOS A ROMPER LA NOCHE CON ESTOS TALENTOSOS GRUPOS QUE VIENEN A DELEITARNOS CON SUS MARAVILLOSAS VOCES E INSTRUMENTOS! ¡LES ASEGURO QUE ÉSTA SERÁ UNA NOCHE PARA RECORDAR!

-Ya comenzó– dijo con desilusión el rubio.

-¿Dónde estás, Musa?...- suspiró Riven

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Finalmente sintió que sus captores frenaban de golpe el vehículo en el que iban. Se golpeó contra el respaldar de los asientos y escuchó a aquellos hombres protestar ante la voz de mando del que parecía ser su líder. Esa voz más gruesa los recibió y les ordenó que la bajaran. Se abrieron las portezuelas y nuevamente esos fuertes brazos la levantaron con facilidad y la sacaron del vehículo, la llevaron sobre unos amplios hombros mientras continuaba emitiendo ruidos ahogados por la mordaza y pataleando inútilmente contra las cuerdas para ser liberada.

Pudo percibir un fuerte aroma a humedad inundando sus sentidos, todo era oscuridad para ella, oscuridad y dolor pues la venda en sus ojos, la mordaza y las cuerdas estaban tan apretadas que ya la tenían muy adolorida.

-¡Quédate quieta, gatita!- exclamó el que la llevaba en hombros lanzándola contra el suelo, haciendo que cayera sentada sobre lo que parecían unas cajas viejas y mohosas. Intentó incorporarse pero sus captores la apoyaron contra un enorme pilar de concreto y amarraron sus manos por detrás de la columna de cemento impidiéndole cualquier movimiento. Ella continuó sollozando mientras se deslizaba su espalda por el pilar hasta que pudo quedar sentada, apretando sus piernas atadas contra su cuerpo.

-Eso…quieta y callada…- rió otro de ellos- no querrás provocar la ira de éstos perros salvajes ¿verdad? Porque ganas no me faltan para enseñarte a obedecer…sólo mira ese hermoso cuerpecito que tienes, me imagino muchas cosas que podría hacer con él- susurró acercándose a ella dejando un beso sobre su mejilla surcada por lágrimas, ella se resistió y se hizo hacia atrás pero el sujeto la jaló de la barbilla-

-Oye, espera…-le llamó el otro hombre empujándolo para que la soltara- deja de estar jugando. Aún tenemos mucho que hacer –

-Siempre arruinando la diversión ¿verdad, hermano?-

-Tenemos que volver con la "reina", ya sabes que no le gustan que no nos apeguemos al plan-

-Pero…sólo mírala ¿Acaso no te entran ganas?- le incitó deslizando una brusca caricia por su mejilla, por su níveo cuello y deteniéndose maliciosamente en el escote de su blusa-

-No seas ridículo-

-Aguafiestas…-

Musa no dejaba de temblar.

-¿Entonces nos vamos y la dejamos aquí sola?-

-Eso nos ordenaron-

-¿Y si alguien la encuentra?-

-¿Quién va a venir a buscarla aquí?-

-No lo sé. Al menos uno de nosotros debería quedarse a vigilarla-

-Y me imagino que tú quieres ser el voluntario ¿verdad? No me jodas, idiota. Si te dejo con ella sólo arruinarás el plan. Recuerda lo que nos dijo la "reina"…sin evidencias-

-Lo que voy a hacerle no tiene porqué dejar evidencias…-

-¡Súbete al auto de una maldita vez, ya colmaste mi paciencia!- le espetó

Los escuchó forcejear un rato, hasta que las portezuelas del vehículo cerrándose de golpe anunciaron su retirada. Ella permaneció en silencio hasta que el sonido del vehículo dejando el lugar se perdió en la distancia. Respiró agitadamente buscando controlarse. Forcejeó contra las cuerdas en sus muñecas y sólo se lastimó al intentar zafar sus manos del agarre.

Gimió de dolor, pero no se rindió. Debía salir de allí como sea.

Siguió forcejeando, apoyó su cabeza en el pilar y se apretó contra ésta intentando bajar la venda de sus ojos. Poco a poco fue logrando su cometido sin dejar de tirar de las cuerdas, podía sentir la piel levantándose en los lugares de presión pero no le importó. Finalmente la venda de sus ojos cayó y trató desesperadamente de acomodar su visión al entorno.

Era un depósito viejo. La luz de la calle se filtraba por una rendija de ventilación cubierto de telarañas. Alrededor sólo había cajas de madera y repuestos de vehículos. Al parecer era un depósito clandestino de partes robadas.

Siguió tirando de las cuerdas mientras las estrujaba contra el mismo pilar de concreto, buscando desgastar la soga con la fricción. Si lograba liberar sus manos podría encontrar una forma de salir de allí. No podía rendirse. Debía regresar con sus amigos, con su familia y con Riven.

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-Listo hermanas, el plan está en marcha y no hay nada que nos detenga ahora- dijo Icy dándole los últimos toques a su maquillaje mientras analizaba su trabajo en el enorme espejo de su vestidor. Darcy y Stormy rieron con ella- Los chicos acaban de llamarme, la dejaron en el depósito como habíamos quedado y ya están en el estacionamiento preparándose para subir al escenario-

-Todo está saliendo a pedir de boca, nos vemos deslumbrantes y yo estoy increíble- replicó la castaña mandándole un beso a su reflejo- y creo que es hora de reclamar lo que por derecho es mío…-

-Ten cuidado y no exageres, Darcy…-le advirtió la albina- no quiero saber que andas por ahí arruinando todo por tus estúpidos celos y tu despecho ¿me escuchaste?-

-Claro, hermanita…-le dijo con sarcasmo- como a ti no es a la que han humillado…-

- Sólo concéntrate, Darcy…-

Con una última y falsa sonrisa dejó el camerino.

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Riven estaba dando vueltas tras bambalinas como un león enjaulado, había tomado prestado el celular de Helia y no dejaba de llamar una y otra vez al teléfono de Musa sin recibir respuesta alguna. Estaba desesperado y no sabía por dónde comenzar ni qué hacer. Sus amigos habían tratado de calmarlo con palabras pero todo era inútil. Conforme más avanzaba el tiempo se ponía más irritable y nervioso. La banda que en ese momento estaba en el escenario estaba armando todo un revuelo, el público estaba bastante animado, y eso sólo significaba más dificultades cuando les tocara presentarse…si es que llegaban a subirse al escenario. La competencia estaba bastante dura.

El pelipúrpura sacó un cigarrillo del bolsillo interior de su chaqueta y lo encendió presuroso. Tomó una gran bocanada y luego lo dejó salir formando una espesa nube de humo a su alrededor.

Debía tranquilizarse.

Las amigas de Musa habían salido disparadas en el auto de Jared en cuanto éste apareció casualmente por los camerinos a desearle suerte a su mejor amiga. El joven casi se había desmayado cuando supo que la morena había desaparecido, así que decididos salieron a buscarla por los alrededores. No había nada más por hacer. La policía no haría nada, pues para intervenir debían esperar que pasaran al menos veinticuatro horas de la desaparición de la joven. Sus amigos le habían suplicado que no hiciera nada estúpido y se quedara quieto hasta que les tocara subir al escenario con o sin Musa.

Era un asco.

Tratando de liberar su estrés pateó fuertemente una caja de madera con cables de extensión. El estruendo fue cubierto por la música que la banda en escenario estaba interpretando. Suspiró. Le dio otra bocanada a su cigarrillo y se apoyó en unas enormes tablas de madera.

-Riven, Riven, Riven…casi hasta siento pena de verte así de destrozado…- musitó una voz femenina saliendo a su encuentro por el desierto pasillo que conectaba los depósitos con el resto de los vestidores.

El joven pelipúrpura se tensó y volteó bastante mosqueado a ver a la dueña de aquella voz-

-¿Qué quieres aquí, Darcy?-

-Eres tan grosero…sólo quería ver si estabas bien-

-Piérdete…-

-¿Qué pasó? ¿Acaso tu pequeña gatita resbalosa los dejó plantados?- dijo ella sentándose sobre una de las cajas, aprovechó el sensual escote de su provocativo vestido para cruzar sus largas piernas e inclinarse hacia delante, dejando una mejor vista de sus atributos- Es una lástima…después de lo duro que han trabajado todos ustedes…¿Me pregunto que pudo haberle pasado?…-

Riven chasqueó la lengua, tiró su cigarrillo al piso, lo apagó con su zapato y estaba rehaciendo su camino hacia su vestidor cuando ella lanzó una carcajada fría.

-Ojalá no esté en peligro…sería una lástima que algo malo le hubiese ocurrido…-

El guitarrista se detuvo en seco abriendo enormemente los ojos en sorpresa al ir atando cabos. Se dio la vuelta y apretando los puños preguntó:- ¿Qué has hecho?-

–Me ofendes al creer que yo puedo tener algo que ver en todo esto…- dijo con todo el sarcasmo posible

-¿Qué le has hecho?-

-¿Qué te hace creer que yo he hecho algo? ¿Acaso tengo motivos?-

-Tu problema es conmigo, Darcy. Te dije que no metieras a Musa en todo esto…-

-¿Puedes probar acaso que yo tengo algo que ver con su desaparición?-

Riven apretó los dientes y desvió la mirada.

-Exacto, cariño-

-No sé porqué pierdo mi tiempo hablando contigo- espetó asqueado el joven cerrando los ojos. Momento que ella aprovechó para incorporarse y acercarse a él. Deslizó una de sus manos por su pecho y la subió hasta su mejilla, donde sus largas uñas arañaron suavemente su piel. Él intentó alejarse pero la castaña lo empujó contra la pared.

-¿Qué estarías dispuesto a darme a cambio?-

-¿De qué estás hablando?-

-Digamos que yo no hice nada…pero que tengo cierta información de qué fue lo que le ocurrió-

-¿¡Dónde está!?-

-¿Qué puedes darme a cambio?-

-Le diré a la policía…-

-Nadie te creerá sin pruebas-

-¡Te lo advierto Darcy…si le has puesto un dedo encima te juro que yo…!-

-¿¡Tú qué, Riven!? ¿Qué vas a hacer?- dijo ella retándolo con desdén- ¿Acaso vas a golpearme? Te recuerdo que no todo se obtiene con la fuerza bruta. Claro. Eso es algo con lo que no estás familiarizado-

-¿Qué quieres de mí?- suspiró dejando que la mano de la joven se deslizara por su cuello en una fría caricia-

-Quiero destruirte…- le sonrió- nada más…- lentamente acercó su rostro al de él. Sin embargo el mayor se mantuvo imperturbable- porque nunca dejaré que le pertenezcas a alguien más. Lo que es mío una vez…siempre lo será-

-Las personas no somos objetos, Darcy…-

-No te considero un objeto…-le susurró acercándose a sus labios, pero él la tomó de los hombros e intentó alejarla. Sin embargo ella fue más rápida y se abrazó fuertemente a él dejándolo pasmado- Jamás serás un objeto porque tú eres la persona que más deseo en este mundo…-

- Basta…-

-Hazlo conmigo una última vez…-

-¿Qué…?-

La castaña ocultó su rostro en el fuerte torso del guitarrista, clavó sus uñas en su chaqueta y pegó su curvilíneo cuerpo al de él- Una última vez…y te diré lo que quieres saber…-

-No voy a caer en tus juegos otra vez…-

-Una última vez…como solíamos hacerlo-movió sugestivamente sus caderas y se presionó contra las de él, enredó sus dedos en su cabello y deslizó sus labios para rozar suavemente su cuello mientras susurraba- Fuerte…Intenso…casi salvaje…como solías hacérmelo…-

-Darcy…no seas ridícula…-

-Si hice todo esto Riven…fue por ti, si algo le llegara a ocurrir a Musa será por tu culpa…- gimió con suavidad- sé que no tienes pruebas de que yo haya hecho algo…pero te consta que soy capaz…-lo tomó de las mejillas y lo obligó a mirarla- sólo una vez más…y te garantizo que nada le pasará…-

-Si los muchachos se enteran que tú le hiciste algo…-

-¿Qué? ¿Ellos que podrán hacer? Sólo culparte Riven. Tú sabías que nunca debiste meterte conmigo…ellos te lo advirtieron y tú no los escuchaste. Si les dices…sólo ocasionarás que te aborrezcan más…y cuando Musa se entere o cuando algo muy malo llegue a pasarle por tu culpa…ella también te va a odiar…-

Guardó silencio y la culpa surcó su rostro.

Él intentó apartarla pero sus manos se deslizaron fatídicamente desde su estrecha cintura a sus caderas y ella aprovechó aquella inconsciente caricia para retener esas fuertes manos en su cuerpo.

-Te equivocaste Riven, soy tu peor error…- susurró sobre sus labios entreabiertos- pero te doy la oportunidad de cometerlo una vez más. Saboréame una vez más…sabes que siempre te encanté…y te prometo que te la devolveré…sin trucos esta vez-

-Contigo nunca se puede jugar limpio…-murmuró

-No puedes jugar con fuego sin quemarte…-

-Sólo…sólo…no le hagas daño…y prométeme que no volverás a meterla en todo esto-

-Prometido. Yo no le haré daño, mi querido Riven…-siseó mientras lo besaba con intensidad. Darcy se hizo camino entre sus labios y lo besó apasionadamente en la boca. Dejó que sus manos y sus largas uñas se pasearan por el fuerte cuerpo del guitarrista tirando sugestivamente de la chaqueta que llevaba puesta. Lo rodeó con una de sus largas piernas y se oprimió contra sus caderas. Era endemoniadamente flexible. Riven intentó deslizar sus manos por su cintura para alejarla pero ella guió una de las manos del pelipúrpura por su cadera y luego la ayudó a recorrer su muslo, deslizarse debajo del vestido y tocar su piel hasta dar con la lencería que llevaba puesta- Así me gusta Riven…colabora conmigo…- gimió cuando sintió esa fuerte mano distrayéndose debajo de los pliegues de su vestuario.

-Estamos en un lugar público…- susurró él

-Hay un depósito que no se está utilizando en la parte de atrás…-

-Sería muy arriesgado…-

-Eso nunca nos detuvo antes ¿o si?-

Y tomándolo de la mano, se alejó un poco de él y tomó la delantera, lo guió por un pasillo hasta subir por una escalera de emergencias asegurándose de que el sugestivo vestido que llevaba, expusiera su ropa interior con encajes cada vez que ella daba un paso con sus altos tacones. Ropa interior negra con encajes y tirantes que se perdían entre los pliegues del vestido.

- Disfruta la vista Riven…sé que te mueres por tocarla una vez más…-

-Darcy…- recriminó

-Niégamelo Riven…sé que te mueres de ganas…tanto como yo…-dijo llegando a donde el pasillo doblaba y había una puerta entreabierta. Él se detuvo dudando. Apretó fuertemente los puños y miró al suelo, aún siendo sujetado por la fría mano de la castaña- Ven…-

-Tú sabes que esto no significa nada ¿verdad?-

-Lo sé…-dijo ella encarándolo y deslizando sus manos debajo de la camiseta, acarició su firme abdomen y clavó sus dedos en el borde de sus pantalones, se acercó a él y volvió a besarlo en la boca- No necesito que me ames…así como yo no necesito amarte para darte placer…-

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Finalmente sus manos estaban libres. Quizás se había lesionado la muñeca izquierda intentando aflojar las cuerdas, sólo eso podría explicar el terrible dolor que sentía al moverla, además de la inflamación que aumentaba cada vez más en esa zona. Pero no era momento de pensar en eso. Tenía que terminar de abrir aquella ventila si deseaba escapar antes de que regresaran sus captores.

Adecuando su humedecida vista a la oscuridad del interior encontró una caja con herramientas entre los paquetes de refacciones automotrices. Luego apiló una serie de cajas para trepar y ponerse a la altura del respiradero, el cual era demasiado estrecho, pero ella ya vería la forma de pasar por él. Haciendo uso de su impecable equilibrio y rogando al cielo que las cajas no cedieran ante su peso procedió a aflojar con terrible dificultad los tornillos que sujetaban la rejilla.

-Ya casi…solo un poco más…-gimió ante el dolor de su muñeca herida. Las cajas temblaban peligrosamente debajo de ella y amenazaban con desplomarse lastimándola y ocasionando un revuelo que podría llamar la atención de alguien. Finalmente el último tornillo cayó con un limpio sonido metálico y la rejilla bajó. Al otro lado una tenue luz amarilla parecía dar a la calle. Con un felino salto se deslizo por el pasadizo donde apenas había espacio para moverse, gateó un poco y llegó al otro extremo donde estaba la siguiente rejilla que protegía la ventila, con su destornillador repitió el proceso sintiendo su corazón palpitarle en la boca. Afuera el lejano sonido de una sirena de ambulancia le daba esperanzas de poder salir de allí y pedir ayuda.

Luego de unos minutos, golpeó con su mano derecha la rejilla cuyos goznes se habían oxidado y dificultaban su apertura. Sin embargo no cedía.

-Por favor…-sollozó presionándose más contra la rejilla- Por favor…-

Y mordiéndose el labio inferior golpeó el protector con ambas manos, dejando que el dolor se extendiera por todo su brazo lastimado. Golpe tras golpe, la reja cedió y con un fuerte rechinido se abrió empujando en su proceso un bote de basura. Se arrastró hasta el exterior, y dejó que el frio de la noche y la tierra del asfalto le anunciaran su libertad. Aún adolorida se incorporó apretándose la muñeca observando donde estaba. Era un patio muy descuidado, lleno de hiedra y basura. Una reja la separaba de una avenida desierta apenas iluminada por las luces públicas.

Con sigilo llegó al pie de la reja y con decisión empezó a trepar por los barrotes, era muy difícil hacerlo con una sola mano, pero no había otra opción. Cuando estuvo en lo más alto analizó el edificio. Viejo y maltrecho, a su alrededor sólo habían más depósitos abandonados y tiendas cerradas. A lo lejos se oían vehículos, seguro la carretera principal estaba por allí, si tan solo pudiera llegar allí podría tomar un taxi o pedir que llamen a la policía.

La vegetación había envuelto los barrotes y le hacía muy difícil sujetarse. Y finalmente resbaló cayendo de costado sobre el pavimento. Ella reprimió un grito de dolor y se levantó para comenzar a correr lo más rápido que le permitía su cuerpo adolorido. Dio un par de traspiés por la avenida desierta. A lo lejos escuchó unas voces y se agazapó aterrada detrás de un vehículo estacionado. Un grupo de jóvenes que se veían peligrosos pasaron riendo mientras bebían bebidas alcohólicas y tiraban sus botellas en un callejón donde espantaron un pobre gato callejero. Musa esperó pacientemente a que se alejaran antes de rehacer su camino.

Tenía miedo.

Corrió en busca de la avenida principal pero no podía dar con ella, no tenía la menor idea de dónde se encontraba y no había nadie a quien pedirle ayuda. Estaba siendo presa del pánico y sus ojos nublados por las lágrimas apenas le permitían ver la calle. Todas eran tiendas abandonadas. Cuando estaba a punto de rendirse a lo lejos pudo ver el letrero luminoso de un viejo minisupermercado.

Aliviada entró en la tienda, casi desierta y muy poco surtida.

Detrás de la caja una señora de rostro amable se ajustó los lentes al verla entrar.

-¡Oh por Dios, mi niña! ¿Qué ocurrió?- exclamó mientras Musa caminaba hacia ella. Seguro se veía mal. Toda sucia y cubierta de polvo y telarañas, con la mano inflamada y el rostro cubierto de lágrimas secas-Señora…perdone…¿podría prestarme su teléfono por favor?-

-Claro, niña, claro…- dijo ella dejando la caja registradora y yendo a su encuentro- déjame ver esa mano…está muy mal, necesitamos atenderla cuanto antes. ¿Qué pasó? ¿Te están siguiendo?-

-No lo sé…-balbuceó sintiendo las lágrimas juntándose nuevamente-

-Dame un minuto, pondré el seguro a la tienda y llamaremos a la policía-

-Sólo…sólo quiero llamar a mis amigos…-

-Tonterías…- dijo la mujer- ¡Galvin! ¡Galvin cierra la tienda por favor!- de la trastienda salió un joven hombre moreno de unos 25 años, de fuerte espalda y amplios hombros, llevando un delantal de carga- ¿Qué sucede señora Anna?-

-Cierra la tienda por favor, tenemos una emergencia…- dijo ella tomando del brazo a Musa y guiándola a la trastienda. El muchacho observó preocupado a la morena y su aspecto pero no hizo más preguntas y obedeció silenciosamente lo que le había ordenado su jefa. Caminaron hasta el interior del edificio y la mujer le indicó que entrara a una pequeña oficina. El aroma del tabaco le inundó los sentidos cuando se sentó en un viejo sofá. La señora hizo lo propio detrás de su escritorio y le extendió el teléfono.

-¿A quién llamamos, mi niña?-

-Sólo quiero ir a casa…-sollozó tomando el teléfono y pensó un momento a quien llamaría. No tenía su celular así que no recordaba todos los números. Si llamaba a su casa probablemente su tía haría un escándalo. Seguro estaba mortalmente preocupada y llamar ahora cuando todo estaba tan fresco sólo complicaría más las cosas.

La señora la tomó gentilmente de la mano en señal de apoyo y luego suspiró:- Estás helada, te traeré un poco de té caliente ¿Está bien, mi niña?-

-Gracias por su amabilidad señora, por favor disculpe las molestias que le he causado…es que yo…no…-

-Shh….tranquila…si no quieres hablar de ello por el momento está bien. Quédate todo lo que necesites y tómate el tiempo necesario, estás a salvo aquí. Iré a verificar que los seguros estén puestos -

La mujer cerró la puerta y la dejó sumida en el silencio de la oficina. Musa apretó más el teléfono y volvió a temblar de miedo. Sólo deseaba despertar de toda aquella pesadilla, sólo deseaba despertar en su cama, en su casa como si toda aquella horrible experiencia no hubiese ocurrido.

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Jared cruzó la ciudad como un bólido, no recordaba la última vez que se había pasado una luz roja o se había deslizado por una calle en contra ruta, pero esa noche tenía muy buenos motivos para hacerlo. Apenas contuvo el aliento cuando reconoció el mini-super que le habían indicado por la llamada telefónica, derrapó por el estacionamiento y se detuvo a escasos metros de la puerta de entrada, bajó rápidamente y golpeó furioso el portón metálico que había sido instalado para proteger la tienda, todo con el corazón latiéndole a mil en la garganta.

-¿¡Musa!? ¿¡Musa, estás allí!? ¿¡Estás bien!? ¡Contéstame por favor!-

-Joven…-le llamó una firme voz desde un callejón. Él volteó y corrió al encuentro de la figura de una mujer mayor- ¿¡Dónde está Musa!?-

-Jared…-susurró la morena saliendo de la tienda y corriendo a abrazarlo. Él la recibió entre sus brazos, la apretó fuerte y la dejó llorar en su pecho- ¡Jared…Jared…tenía tanto miedo…!-

-Lo sé….perdóname…te busqué por todos lados…pero nadie sabía nada-

-Jared…-él dejó suaves besos en su cabello y la sostuvo como si fuera lo más preciado -Estaba tan preocupado- Musitó estremecido por los suaves sollozos de la joven-Por favor…¿puedes llevarme a mi casa?-

-Vámonos…- con cuidado la guió hasta su auto, la ayudó a entrar y cerró la puerta. Al momento la dueña del minisúper y su empleado se acercaron y lo llamaron.

-Muchas gracias, señora…no sabe cuán agradecido estoy con usted por haberla ayudado - dijo él

-No es nada, muchacho- dijo Anna- No nos dijo mucho de lo que pasó y también se negó rotundamente a que llamáramos a la policía. Me hubiese gustado a ayudarle un poco más-

-Descuide, ha sido más que suficiente. Yo me haré cargo desde ahora. Estoy…estamos en deuda con usted-

-Pero la muchacha…¿Estará bien?- preguntó el joven empleado de la tienda-

-Eso espero. Ella es muy fuerte- dijo Jared con una triste sonrisa- Todo estará bien…-

-Cuida de ella muchacho, asegúrate de que le revisen esa mano. No se ve nada bien. Hay una clínica a unas calles de aquí…- comentó la mujer mientras él asentía- …y si necesitan alguna información o alguna ayuda, ya saben dónde encontrarnos-

-Muchas gracias- con una pequeña reverencia Jared le dio la espalda y subió a su vehículo donde Musa aún abrazándose a sí misma le esperaba-

-¿Tienes frío?-

La joven asintió con timidez

-Tranquila, pondré la calefacción. ¿Quieres ir primero a tu casa? ¿O te llevo a una clínica?-

Ella negó apenada - ¿Puedes llevarme a tu casa primero? Mi mano estará bien…puede esperar…-

-Musa…pero tu tía…-

-Sólo llámale y dile que estoy bien. No me lleves con ella ahora…por favor…-

Jared dudó varios segundos, tratando de tomar la mejor decisión posible en esos momentos. Pero al final los llorosos ojos azules de su amiga de infancia lo convencieron para hacer lo que ella le pedía. Como siempre.

-Está bien…-

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-Creo que debemos hacer que revisen tu muñeca…- dijo Jared sentándose al lado de Musa y dejando a su lado una humeante taza de té. Ella se negó a mirarlo y dejó que su largo cabello suelto y recién lavado cayera ocultando su rostro. Pequeñas gotas de agua cayeron humedeciendo la camiseta que Jared le había prestado- Sólo lo digo porque estoy preocupado por ti…-

-Todo es un desastre…-

- ¿Musa?-

-Todo salió mal…todo lo que pasó estuvo mal y fue un error tras otro. ¡Lo arruiné todo!

-No fue tu culpa…

-Sí. Sí fue mi culpa…y todo terminó-

-¿Te refieres al festival?-

-No sé con qué cara voy a mirar a los muchachos. Por culpa de mis descuidos…ocurrió todo esto-

-Musa, mírame…no fue tu culpa- le dijo él acariciando suavemente su mejilla- no fue tu culpa. Tú no hiciste nada malo-

-Entonces explícame por qué pasó esto…-reclamó ella al momento que él volvía a rodearla en un tierno abrazo reconfortante-

-Yo tampoco lo comprendo. Pero lo importante es que estás a salvo- ella se dejó envolver por el melancólico calor de Jared y suspiró tratando de olvidar todo lo que había ocurrido- Lo importante es que ahora estás aquí, conmigo…y yo no voy a dejar que nada malo te pase…-

-Gracias…- dejaron que el silencio se instalara entre ambos durante varios minutos, y Musa pretendió perderse en sus pensamientos y recuerdos mientras estudiaba con detenimiento las fotografías colgadas en el amplio estudio del moreno, mirándolas sin realmente verlas.

-Cuando no supe nada de ti casi me volví loco- dijo él de pronto con un nudo en la garganta- nunca me había sentido tan impotente…lo único en lo que podía pensar era en que te había perdido y la sola idea era…fue…horrible- suavemente buscó su mirada- no tienes idea de lo mucho que significas para mí- Musa intentó articular alguna palabra pero la intensa mirada de su amigo se lo impidió y permaneció callada- nunca he tenido el valor para decírtelo, pero ahora ya no me importa si me correspondes o no, sólo quiero que lo sepas…sólo quiero que entiendas lo mucho que yo…que yo te quiero…lo mucho que me preocupo por ti…y lo mucho que deseo estar a tu lado y hacerte feliz…-

-Jared…-

-Perdóname- susurró acercándose con lentitud- perdóname por ser tan egoísta…-

-No, no es eso…es que yo…-tartamudeó tratando de encontrar algún argumento válido para detener aquella situación-

-pero…no puedo seguir fingiendo que…no siento nada por ti…-

Y por un momento el mundo se detuvo. Tanto para ella como para Jared y lo único en lo que podían pensar era en aquel beso que el moreno estaba depositando en sus labios fríos. Tan tierno y dulce. Como él mismo. Reconfortante y cálido. Como siempre había sido con ella. Y por esa misma razón eso no podía estar bien. Nunca nadie la había besado de esa manera…como si con cada suave caricia quisiera transmitirle la adoración que sentía por ella, toda su devoción y cariño…que ella no era capaz de corresponder. La joven sollozó suavemente en el beso y el muchacho se alejó unos centímetros, sintiéndose terriblemente culpable.

-Sé que no es el momento…-sentenció con seriedad tomando gentilmente la delicada mano de la morena- pero…-

-No lo digas Jared…-susurró sintiendo sus ojos llenarse nuevamente con las lágrimas- yo no…yo no merezco tus sentimientos…todo tu cariño y preocupación no los merezco…- Sabía que aquello no podía ser ni podría terminar bien, pero una parte de ella lo necesitaba tanto y no quería renunciar a él aunque eso significara hacerle daño. Era tan egoísta. Con un suave suspiro dejó que Jared terminara alejándose tan sigilosamente como se había acercado, le acomodó con sus dedos un rebelde mechón de largo cabello negro detrás de su oreja y le sonrió con timidez, sus siempre pálidas mejillas ahora estaban ruborizadas y su expresión alegre y enérgica…ahora había sido reemplazada por una de inseguridad, de duda pero también de felicidad - No quiero que me des una respuesta…- se adelantó él al reconocer en la mirada de Musa, su confusión y la desesperación con la que intentaba encontrar las palabras adecuadas para continuar- no ahora, no es importante…sólo quería que entendieras que siempre podrás contar conmigo, que yo nunca te lastimaré, ni te abandonaré…porque los sentimientos que tengo por ti son especiales… -

Ella hipó suavemente sintiendo que el calor volvía a adueñarse de su cara.

-¿Cómo puedes decir cosas como esas con tanta facilidad…?- dijo ella sin poder contener una pequeña sonrisa.

-No ha sido fácil- replicó él con otra sonrisa igual de nerviosa- Me ha tomado todos estos años reunir el valor suficiente para decírtelo, aunque…te repito que no es mi intención presionarte. Sólo quería que lo supieras…-

-Vaya…- suspiró ella sintiéndose terriblemente confundida. Seguro Jared no entendía lo que estaba haciéndole a su cabeza con esto. Había sido una noche horrible, aún tenía mil problemas que solucionar y enfrentar…mil cosas en las que pensar…y ahora esto más. Sin embargo, muy en lo profundo agradecía esa espontanea y tierna torpeza del joven, era reconfortante. Después de todo lo que había ocurrido…¿Qué más daba…? Y en señal de agradecimiento ella se acurrucó en el brazo del muchacho recibiendo instantáneamente un abrazo.

-¿Ahora sí me dejarás llevarte a una clínica para ver esa mano?-

-Necesito llamar a los chicos…- susurró ella sintiendo los dedos de Jared acariciar su cabello-

-Ya le avisé a tus amigas que estas bien. Te puedo asegurar que ya todos saben que estás fuera de peligro…

-Pero no me preocupa eso…lo que yo quiero decir es que…-

-Además…-la interrumpió de repente- le pedí a Bloom que les dijera a todos que por hoy no se preocuparan y te dejaran descansar. Mañana será otro día…por ahora preocúpate por ti, ya mañana podrás aclarar las cosas si así lo deseas, pero sé que nadie tiene la mínima intención de cuestionarte por lo que ocurrió…-

-Gracias- definitivamente él la comprendía demasiado bien. Con un gesto de dolor se incorporó y Jared inmediatamente se puso a su lado para ayudarla- De verdad que hoy no tengo ganas de explicar nada…- dijo ella con un suspiro, él asintió- Vamos entonces…no quiero que esto empeore más. Mañana ya me enfrentaré a todo lo que tenga que venirse encima…-

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La habitación estaba sumida en un silencio sepulcral, sólo interrumpido eventualmente por el sonido de las botellas golpeando el frío mármol de la cocina. A medias luces los muchachos tenían sus pensamientos dispersos y realmente no intentaban pretender que nada pasaba, la noche casi terminaba pero ninguno de ellos podía pegar un ojo siquiera. A lo lejos unas pisadas subiendo por la escalera los distrajeron momentáneamente, y luego el sonido de la puerta del departamento abriéndose les confirmó que el rubio baterista había vuelto.

-Sky…-musitó Helia extendiéndole una botella de cerveza recién destapada. Éste la aceptó en silencio y se bebió la mitad de un solo trago. Tiró las llaves en la mesonera y se desplomó en una silla de la cocina- ¿Llegaron bien las chicas a sus casas?-

-Todo bien…-

-¿Te dijeron algo más sobre Musa?-

-No quiero hablar de eso ahora…-

-Sky…sabes que todo esto no fue su culpa…-

-¡Lo sé!- le espetó furioso el ojiazul golpeando con su puño el mármol- Lo sé…Helia, lo entiendo. No soy tan estúpido ¿Sabes? Es solo que no quiero hablar de eso ahora…-

-Es solo que no me parece que actúes así. Todos deberíamos sentirnos aliviados de que nada peor le hubiera ocurrido…¿Acaso no te das cuenta de lo que pudieron haberle hecho?-

-¡Helia!- le advirtió- ¡Entiendo! Pero todo esto es tan frustrante. No comprendo por qué las cosas tuvieron que pasar de esta manera, justo con ella, justo hoy…a nosotros, todo esto es una total estupidez-

El pelilargo suspiró en señal de condescendencia y bebió de su botella en silencio concentrándose en Riven que permanecía en la misma silla, en la misma posición desde hacía varias horas. No se había movido para nada desde el momento en el que Bloom había recibido una llamada de la tía de Musa informándole que Jared la había encontrado, que tenía algunas heridas menores pero que por lo demás estaba bien. Y a pesar de que a toda costa intentaron obtener más información, la pelirroja sólo pudo decirles que Musa necesitaba descansar y que otro día les daría más detalles. Layla y Flora decidieron pasar la noche con la tía de Musa para cerciorarse de que ella estuviese bien con todo lo que le había pasado a su sobrina. Bloom y Techna por otro lado decidieron ir a sus casas para reunirse al día siguiente para ir a ver a su amiga.

Para Riven escuchar que Musa estaba bien no fue suficiente.

La preocupación no se desvaneció. Y al contrario, a ella se le sumó la culpa, la vergüenza y la inseguridad…

¿Acaso eso significaba que Darcy había cumplido con su palabra? Y más importante aún…¿En verdad había sido capaz de hacerle daño a Musa sólo por celos? ¿Qué tan loca y desquiciada podía estar esa mujer? Musa estaba bien, pero no tenía la cara para ir a buscarla desesperadamente. ¿Cómo podía hablar con ella si todo lo que le había ocurrido era culpa suya? ¿Cómo podía abrazarla y besarla…cuando por su culpa había estado en semejante peligro? Además estaba lo que había ocurrido durante el festival…a pesar de que cuando al conocerla se había prometido a sí mismo serle fiel y no herirla…había fallado rotundamente. Si ella llegaba a descubrir lo que había hecho con Darcy, manipulado o no,…estaba seguro que la lastimaría aún más y que ella no querría saber nada más de él. Sabía que la perdería para siempre.

-No sé si es que te lo estás tomando demasiado bien…o es que realmente todo esto no te importa en lo absoluto Riven…- murmuró Sky con frustración-

-Sky….advirtió Helia-

-No te atrevas a decir que no me importa…-siseó el mayor apretando los puños- tú no entiendes nada-

-¿No entiendo nada Riven? ¿Me crees idiota o qué?-

-¿Quieres que te responda?-

-Lo he pensado bastante, y aunque Helia diga que estoy siendo un paranoico, creo saber cuál es la razón de toda esta estupidez…-

-No te atrevas…-

-Creo que todo esto es culpa de tu ex - novia y de sus locas amiguitas…-dijo Sky encarando a Riven. Éste le fulminó con la mirada- Cuando terminaron de presentarse en el escenario Icy se acercó a mí y me dijo "Dale las gracias a Riven de mi parte, ha sido toda una delicia"-

-Vamos, Sky…no creerás que realmente eso…-

-¿Y qué vas a hacer ahora que lo sabes?- interrumpió Riven al pelilargo dejando atónitos a sus dos amigos- ¿Qué podemos hacer ahora que el festival terminó?-

-¿¡Tú sabías, maldito!?- gritó Sky poniéndose de pie al mismo tiempo que Helia buscaba interponerse entre ambos- ¿Sabías que esto iba a pasar?-

-¿¡Me crees capaz de hacerles eso!? Gracias por toda tu credibilidad, Sky… gracias de verdad-

-¿¡Qué más puedo pensar!? ¿¡Qué más puedo decir cuando te vi yéndote de la mano con Darcy a hacer quién demonios sabe qué mientras nosotros nos hundíamos!?-

-¿¡Riven!?-

-Así es Helia, yo lo vi. Y quiero que ahora me lo expliques, Riven…y si no tienes una buena excusa te juro que te voy a partir la cara…-

Riven tenía la expresión entumecida, sentía las mejillas tensas y no se sentía capaz de articular palabra alguna. Bajó la vista un momento tratando de encontrar los argumentos adecuados, pero estaba completamente en blanco, no sabía cómo justificarse ante sí mismo, mucho menos ante sus amigos…-

-¿Y bien?-

-Lo que voy a decirles…Musa no debe saberlo…-

Helia y Sky se miraron confundidos pero no dijeron nada y esperaron a que el guitarrista encontrara las palabras y el valor para continuar. Él carraspeó un poco y aún con la mirada fija en el suelo continuó

- Darcy…me reuní con Darcy días antes del festival, quería terminar con ella pero las cosas no salieron como yo esperaba. Realmente, con ella las cosas nunca salen como uno espera…- suspiró y esperó ver alguna expresión negativa en el rostro de los muchachos pero se mantuvieron imperturbables- en esa conversación me dejó bien en claro que las cosas no serían nada sencillas…y que tenía intenciones de perjudicar a Musa. Mi error fue que en ese momento la subestimé..no me imaginé que fuera capaz de llegar a tanto…-

-¿Crees que ella tuvo algo que ver con el accidente de Musa?- preguntó el moreno

-Eso me dio a entender hoy durante el festival, no tengo prueba alguna…y no sé con certeza que fue lo que pasó, pero por lo que nos contó Bloom me imagino que tal vez la intimidaron, se la llevaron a algún lugar y tal vez le hicieron…algo…no quiero pensar demasiado en ello-

-¿Entonces?-

Riven lo fulminó con la mirada- Entonces Sky...fui con Darcy porque me prometió que si no lo hacía Musa iba a correr más peligro. No comprendo qué fue exactamente lo que ocurrió pero te garantizo que lo que menos quería era que ella o ustedes se vieran involucrados en…-no pudo terminar la frase pues el puño del rubio se estampó con fuerza contra su rostro haciéndolo perder el equilibrio y terminar acorralado entre la pared y las manos del baterista que ahora lo sujetaban del cuello de su camiseta.

-¡Sky!- gritó Helia acercándose al ojiazul para hacer que soltara a Riven

-¡Eres un grandísimo imbécil, Riven!-

-¡Suéltame, idiota!- El mayor le dio un fuerte empujón y luego lo golpeó en el estómago haciendo que el rubio se doblara escupiendo.

-¡Ya basta ustedes dos!-

-Mal…maldita sea, Riven…¡Todo esto fue tu culpa!- nuevamente volvió a lanzarse sobre el guitarrista y le dio otro golpe en el rostro y éste le devolvió el favor quedando ambos a varios pasos de distancia jadeando- ¡Nunca nos has causado nada más que problemas, estoy harto de lidiar con tus berrinches y caprichos, maldito infeliz! Siempre quieres hacer lo que se te venga en gana, eres tan egoísta…no te importa nadie más que tú-

-¿Cómo tengo yo la culpa de todo esto?-

-¡Desde un principio te advertimos sobre Darcy pero no quisiste escucharnos!- le reclamó Sky limpiándose el hilillo de sangre que estaba bajando por su nariz- Te pedimos que no jugaras con ella, pero tú siempre haces lo que quieres…ahora ya ves cómo están las cosas ¡Nos sabotearon! Y no solo eso, le hizo daño a una chica completamente inocente que no tiene nada que ver en todo esto y a ti no te importa en lo más mínimo-

-¡Sí me importa Sky!-

-Si te hubiera importado habrías hecho algo, no sólo sentarte y esconderte como un cobarde. La habrías protegido. Nos habrías apoyado, somos tus amigos, grandísimo imbécil, no debiste dejarte manipular así por ella. ¡Debiste llamar a la policía, debiste decirnos todo!-

-Cállate-

-Ya basta, muchachos, por favor…no vamos a solucionar nada de esta manera- reclamó Helia entre ambos manteniendo su expresión neutral

-Cierto, ya perdimos el festival…nuestra última oportunidad- dijo Sky incapaz de mirar a Riven- Lo perdimos todo por tu culpa. Todo porque eres incapaz de negarte a un escote y a una minifalda…pobre de Musa, realmente lo siento por ella…nunca debió involucrarse contigo porque aunque Bloom dijera que está bien te puedo asegurar que no es así…-

Riven no dijo nada y simplemente apretó los dientes, pues no sabía que más responderle a su amigo. El rubio se acomodó el cabello, tomó las llaves del auto y haciendo a un lado al moreno salió del departamento dando un portazo.

-No debiste mentirnos Riven…-

-¿Qué hubiese cambiado de no hacerlo?-

-Pudimos proteger a Musa…pudimos prepararnos para responder a sus trampas…-

-No iba a servir de nada…- dijo él con un susurro volviendo a desplomarse en su silla- No las conoces…son perversas…-

-Si lo sabías nunca debiste involucrarte…-

-¡No pensé bien las cosas! ¿¡De acuerdo!?- exclamó tirando su botella a una esquina de la cocina, donde se hizo pedazos- ¿¡Es lo que querías escuchar!? ¡Lo arruiné totalmente!-

-¡Riven!- le reclamó el pelilargo y luego de algunos minutos de silencio al analizar el rostro de su amigo reunió la sutileza para volver a preguntar- Hay algo que no nos has dicho, ¿verdad? ¿Qué es? ¿Qué más ocurrió con Darcy hoy en el festival?-

-…-

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