AI NO MONOGATARI
Capitulo 1
Buscando a Naraku:
LA ENERGIA DE LOS PUNTOS CARDINALES
Cada punto tiene su propio poder y representa un aspecto determinado de nosotros mismos.
Me encontraba caminando por sendero sin un rumbo fijo, como venía haciendo ya hace un tiempo, desde que hace 3 años, cuando el día que celebraría cumpleaños número 15, cruce aquel pozo mágico que se encuentra en una de las pagodas del templo de mi familia.
Accidentalmente mi gato Buyo, entro en esta, razón por la cual, entre allí, aun sabiendo que se me tenía prohibido, todo iba bien hasta que decidí irme, justo en el momento que empecé a subir los escalones que me llegarían fuera, una extraña fuerza me atrapo, cuando me di cuenta estaba cruzando una dimensión, lo que me tenia sujeta, era una mujer pero con un gran cuerpo de ciempiés, es así como al salir de pozo descubrí, que no estaba en mi casa ni en el templo, y mucho menos en mi época.
Más tarde descubrí que me encontraba en la época Feudal del Japón antiguo, mejor denominada como la Era Sengoku. 500 años en el pasado.
Aquella época, de Guerras civiles, pero no que en realidad no se sabía, y se pensaba que lo eran mitos y leyendas, es que en esta época existen seres sobrenaturales, hay una gran diversidad de seres, entre ellos y los mas sobresalientes son los Youkais, que son demonios de sangre pura, hay gran variedad, un ejemplo son los Youkais que tienen forma de Humano, pero simplemente es una forma, su verdadera forma depende de la raza que sean.
También están los Hanyous, estos seres son unos híbridos, realmente no pertenecen a una raza, son el resultado, de la unión de una humana, con un Youkai, un demonio con apariencia humana, pero tiene mas características de los demonios.
Las Mikos o sacerdotisas y Monjes (Houshi), creo que esta de mas describirlos, pero somos aquellos que tienen poderes espirituales, con los cuales pueden purificar energías negativas.
Creo que ya me eh perdido en mis pensamientos, valla, pero es que si ah pasado el tiempo, pero me agrada mi nuevo estilo de vida, sé que puedo viajar a mi época cuando lo desee y cuando lo desee, con solo saltar de nuevo al pozo. Pero me eh encariñado con este estilo de vida, je je aunque admito que siempre prefiero un buen baño de agua caliente en una tina, y… ¡mi cómoda cama!. Suspire mientras retiraba unos cuantos cabellos de mi frente.
Es un día soleado, y ¡demasiado caluroso!, nos encontramos en la búsqueda de pistas que nos ayuden a encontrar al malvado de Naraku, el Hanyou que nos ah hecho cosas que no podemos perdonarle y de una vez por todas derrotarlo, pero por más que nos esforzamos… no podemos encontrar ¡nada!, pareciera que se lo ah tragado la tierra, pero bien sabemos que encuentra escondido en algún lado, siempre es lo mismo, ¡el muy cobarde nunca da cara!, el muy astuto piensa que es mejor mandar a otros a hacer el trabajo sucio mientras el está a salvo y cómodamente, viendo todo desde lejos, pero lo que más me enoja es que siempre muere gente inocente que no tiene nada que ver en este asunto.
Desde el último encuentro no sabemos nada de él, salió muy mal parado, ¡casi le teníamos!, y me temo que esté planeando uno de sus canallas planes en estos momentos, ya no quiero ver morir a más gente, por eso me prometo ser mejor, y poder ayudar en la batalla.
Una cosa tengo muy en claro, está enfadado y han acabado los juegos, ahora no descansara hasta vernos muertos, es una promesa silenciosa, porque nosotros tampoco descansaremos hasta destruirlo por completo. Yo quiero, deseo… deseo eliminarlo de la faz de la tierra, no permitiré más muertes y sufrimiento, ya ah ocasionado demasiado, incluyendo a mi familia del pasado, así tenga que morir, pero protegeré mis seres queridos, Naraku desaparecerá. – ante estos pensamientos mire a mis amigos los cuales no traían buena cara, Sango mi amiga la exterminadora de Youkais, tenía una gran cara de tristeza, imagino es por su pequeño hermano Kohaku, la ultima vez, no lo pudo ver, pero él fue el protagonista de uno de los asesinatos, está decidida a darle fin a su vida con tal de evitar más muertes.
El monje Miroku va absorto en sus pensamientos, no se ah propasado en todo el día con Sango, ni siquiera un comentario hacia los favores de la lindas aldeanas.
Inuyasha, mi Hanyou amado es el que más me preocupa, está ausente, demasiado pensativo, tiene un carácter insoportable y pone el ambiente un poco tenso, pero bueno creo que puedo comprenderlo, pero aun así ¡estoy preocupada caray! Ya ni ramen me ah pedido.
Me gustaría poder ayudarle, pero creo que no es mi compañía la que busca y desea en estos momentos, el desearía estar con su amada de antaño, quisiera llorar, pero no puedo, no lo deseo, pues si lo hago es posible que empeore las cosas, además me prometí no volver a llorar, no mostrarme débil.
Así es, por que llorar ¡hay que reir! – tomo una bocanada de aire y me lleno de ese espíritu positivo que se necesita en este tipo de situaciones.
¡oh vamos chicos! ¡arriba ese ánimo! Verán que pronto encontraremos alguna pista, solo es cuestión de algo de tiempo para que podamos encontrarlo, lo bueno es que ahora sabemos cómo podemos destruir sus campos de fuerza, podremos ocasionarle gran daño-exclame mientras me volvía hacia ellos, les sonreí trasmitiéndoles que todo se arreglaría, no había por qué preocuparse, por la forma en que me miraron comprendí que tenía razón, había dado en el clavo, me aventure a continuar- solo debemos tener un poco de paciencia y…
¡Kagome que no entiendes que no tenemos todo el tiempo del mundo! – no logre continuar lo que estaba diciendo por que Inuyasha tuvo un ataque de cólera, me gire para encararle, su rostro reflejaba una ira incontenible, jamás le había visto tan enojado, hemos reñido pero jamás me había visto con esos ojos tan fríos, pero a la vez ardientes, no supe que hacer más que seguir escuchando lo que continuo - ¡Ese maldito de Naraku tratara de matar a Kikyou puesto que gracias a ella sabemos que su gran debilidad –termino de decir, solo solté un suspiro y desvié la mirada, me pregunto si actuaria igual si yo fuera la afectada, sinceramente no lo creo.
Eso ya lo sé - Fue mi respuesta, empezó a molestarme, no sé por qué siempre tiene que gritarme, no tiene el derecho de hacerlo.
¡Pues no lo parece! – valla que este Hanyou quiere irritarme, soy tolerante y le paso muchas, pero no creo que eso pueda seguir así por mucho tiempo, después de todo no hay razón para soportarle, una cosa es que lo ame y la otra que le soporte sus groserías.
Vamos amigos, no peleen. Inuyasha la señorita Kagome solo trataba de alegrarnos un poco, no hay razón para que la trates de esa manera, y creo que tiene razón, hemos estado muy tensos estos últimos días- me defendió el Houshi, estaba por darle las gracias, pero antes de eso ya estaba acariciando cierta parte de la anatomía de mi amiga, que lo único que atine a hacer es suspirar mientras se escuchaba la sonora cachetada, dejándole como recuerdo, una linda y roja marca en la mejilla.
Así comenzó otra pelea entre la joven exterminadora de Youkais contra el Houshi pervertido, al menos ya están de humor, lo malo es que sea acosta de Sango.
¡Perro tonto!, No deberías tratar así a Kagome, ella es demasiado buena y se preocupa por nosotros, pero ¡tú! Como siempre ¡abres tu bocota! y ¡la haces enojar! – escuche un creciente gruñido por parte de Inuyasha, esto no me gustaba, mi Shippo, mi pequeño Youkai kitsune (zorro) siempre tan lindo, me defiende del tarado este – me pregunto… -le escuche continuar - ¿tendrás algo en esa gran cabezota? O solo tienes aire porque la verdad…
¡Paff! Mi niño no sabe cuando callarse, pero yo estoy para defenderlo!
-¡Cállate enano! - ¡eso no lo tolerare! Joo, que le toque un pelo. - ¡Kagome! ¡El perro idiota me pego! – estaba a punto de volverle a pegar, pero esta vez no, I-NU-YA-SHA, Deletree lentamente.
-¿eh? Ah… no, no no no espe…
-Osuwari… susurre para tener acto seguido por el conjuro de collar que le coloque, se encontraba un Inuyasha tragando tierra, tome al pequeño zorrito en mis brazos y continúe mi camino.
-¡Kagome! ¡¿Por qué demonios hiciste eso?
- Osuwari, osuwari, osuwari, ¡OSUWARI! – justamente el tenia la culpa de estas cosas, se lo merece. ¡Todavía tiene el cinismo de reclamarme! Hay esta de las veces que no le tolero.
- Hay Inuyasha, ¿Cuándo aprenderás a tratar a una dama?
- ¡Arrg! ¡No molestes Miroku!.
-.-
A miles de kilómetros de los recientes acontecimientos, se encontraba un Palacio en el cual estaba Naraku, pensando en que sería lo siguiente que haría para acabar con Inuyasha y sus amigos; pero en especial de aquella Miko llamada Kikyou, esa miserable de daba buenos dolores de cabeza, siempre entrometiéndose en todo.
Por poco pierde la vida en el otro mundo, en el cual se encontraba el último fragmento de la Shikon-no-tama. Y así hubiera sido de no ser porque en el instante en el que iba a morir utilizo una conexión con el campo de energía, en el cual se encontraba Hakudoshi una de sus extensiones y así poder retornar del más allá. Este regreso ileso ya que la flecha al entrar al campo de energía le había dado a Hakudoshi.
Sabía que aquella flecha con la tierra de la cueva no era de Kagome, esa chiquilla apenas y sabia defender, y la única persona que sabia mas sobre su creación, era ella, Kikyou… esa sacerdotisa tan deseada por Onigumo, ya le enseñaría a no entrometerse en sus asuntos, se las cobraría caro, una por una sus intromisiones.
-Hakudoshi, ¿todavía no te recuperas de esa flecha?-comento con un tono burlón.
-No. Esta flecha de Kagome es diferente, más poderosa de lo normal-contesto, mientras se encontraba flotando en un campo de energía recuperando su cuerpo del impacto sufrido.
-Eso es porque… esa flecha no era de Kagome, si no de Kikyou, es muy astuta, estaba mezclada con algo de tierra de la cueva, donde esta cuido a Onigumo, hace 50 años antes de morir en mis manos ajajaja. – termino de decir mientras le daba un trago al sake que tenía en su mano.
- ¿Y qué piensas hacer con la Miko?
-No lo sé, Tengo que planearlo todo bien, por el momento nada. Esperemos un poco más.
- Deberá ser pronto, quiero divertirme
- No te impacientes, Lo harás, lo harás, no tengas duda.
-.-
-Bien, creo que este es un buen lugar para descansar.
-Su excelencia tiene razón, aquí no será tan fácil que seamos atacados mientras dormimos.
-Bien, entonces aquí pasaremos la noche – exclame decidida, estaba exhausta, lentamente me deshice del pesado equipaje que llevaba encima, tenía los pies hinchados de tanto caminar y el trasero entumido de tanto andar en bicicleta. Saque rápidamente lo necesario para descansar y cenar, claro también un insecticida para los mosquitos, que a esas horas ya inundaban, valla este sí que ah sido un día pesado, pero al fin ah terminado, lo único que quiero es cenar, que me rugen las tripas del hambre y no creo que sea la única, y finalmente descansar.
Acomode todo lo mejor que pude, el lugar era lindo y fresco, quizás más tarde haría frio, el ambiente tenía un delicioso aroma a bosque, pinos y hiervas, estábamos rodeados de unos cuantos arboles como si de una protección se tratara, en el lugar donde acamparíamos era el único lugar sin hiervas y maleza, un completo circulo. Pero aun así, si levantabas la mirada se lograban ver un poco las estrellas tan brillantes y hermosas.
Inuyasha, Joven Miroku, ¿podrían ir en busca de leña por favor? – bien era lo único que faltaba, necesitábamos templar el ambiente antes de empezar a helarnos y pescar un resfriado.
Con mucho gusto señorita Kagome, Vamos Inuyasha, hay que encontrar la leña antes de que oscurezca más.
¡feh! Ya que – huy ese Inuyasha, ¿que no puede aceptar hacer algo sin quejarse o rezongar?, también le beneficia a él aunque se haga el fuerte y diga que personas como él no se enferman, Miroku debería de darle una lecciones de cómo ser más agradable y saber tratar a las mujeres- pare mis pensamientos enseguida, no, creo que es mala idea el que le diga cómo tratar a una mujer, ¡le pasaría todas sus mañas!
Kagome, nosotras vamos a buscar un rio donde podamos agarrar un poco de agua para las provisiones. Me pareció que cerca de aquí hay uno. – me dijo Sango sonriente, con Kirara en brazos, mientras me señalaba a una parte del frondoso bosque.
Está bien Sango, vallamos, Shippo… ¿nos acompañas? – hay se estaba quedando dormido, creo que es el que más cansado esta, en cuando cene le diré que se vaya a dormir a mi saco.
¡Si! Vamos…
-.-
-¡Wah! Me encantan estas sopas, adoro la comida ninja, ¡Kagome!, dame otra – vale ya me decía yo que era raro verle sin comer Ramen, no pensé cuando se las presente que se haría adicto a las sopas instantáneas.- toma- pero que se le puede hacer.
- Muchas gracias Señorita Kagome, estuvo delicioso. Me agradeció cortésmente el Monje, mientras dejaba el vaso de plástico a un lado.
-Hay, no es nada, en realidad yo no las hice, son instantáneas.
- oye Kagome… vi unas aguas termales de camino al rio, no queda muy lejos, ¿qué dices, vamos?- me quede perpleja, si, dios existe, por fin podría darme un relajante y magnifico baño.
-¡siii! Vayamos, ¡anda Kagome! – ajaja Shippo esta súper emocionado, pero vamos, ¿Quién lo no estaría?, se encontraba en un parpadear en mi regazo viéndome con ojos de cordero a medio degollar, pero yo aun no salía de mi asombro.
-¿Es enserio Sango?
- claro amiga
-Pues me parece una estupenda idea, ¿Qué esperamos? ¡Arreglemos las cosas y vallamos a darnos un buen chapuzón!, pero… - dije dudando
- ajaja no te preocupes, ¡Kirara!, por favor cuida que su excelencia no se acerqué a las aguas termales mientras tomamos nuestro baño – ajaja si que me ah leído el pensamiento, ese monje de verdad es un peligro, pronto vi como la pequeña gatita que estaba recostada descansando, se para y lanza un pequeño maullido de afirmación a lo pedido, para después ser envuelta en llamas y dar paso a su transformación de linda gatita de dos colas inofensiva a una gran y enorme pantera.
- jejeje, ¿Sanguito como crees? Si yo solo las protegería "¡hay no!, asi con Kirara no podre verlas tal y como llegaron al mundo, pobre de mi." – mmm… ajaja ah puesto cara desolada, seguro que planeaba protegernos, pero no de él.
- ¡jah! Mas bien, ¡cómo no creerlo! – le grito Sango, si alguien conocía a Miroku, esa era Sango.
-Estoy lista, vallamos Sango, ya traigo todo lo necesario, también una toalla para ti- le dije antes de que se pusiera a debatir, lo que necesitaba era un baño y lo quería ya.
- Gracias Kagome
-Inuyasha, no tardaremos, Cuida del monje tu también por favor.
-¡Eh, Mmm… como sea! Mmm...- apenas respondió para después seguir aspirando sopa.
Realmente no caminamos mucho del campamento a las aguas, unos escasos 15 minutos, que realmente valerian la pena después de la relajante ducha que estaba tomando, mi cuerpo se sentía tan bien bajo el agua caliente, que lo único que pude hacer es recostarme en una de las cosas mientras ponía la toalla perfectamente doblada en mi cabeza y cerraba los ojos, sentía cada uno de mis músculos como poco a poco estaban más relajados.
-¡Que deliciosa esta el agua! Ya nos hacía falta un baño de estos después de todo lo que hemos pasado en las ultimas semanas- atine a decir aun con los ojos cerrados
-Sí, estas en todo lo cierto, lo que me preocupa es que ese pervertido burle a Kirara, confió en Kirara claro, pero para nada en las mañas de ese monje.
- La la la- canturreaba Shippo- ah vamos Sango, Kirara no es fácil de burlar, relájate, Kagome… ¿me das de esa cosa para hacer burbujitas? Por favor, es que son muy divertidas.- abrí los ojos ante la petición del niño, se encontraba jugueteando con el agua en el salvavidas que le compre, la verdad es que me daba miedo que se ahogara o algo por el estilo, ajaja creo me eh vuelto algo maternal con él, nade lentamente y sin prisas hasta el otro extremo, tome el frasco del shampoo y una esponja, y le hice una seña de que se acercara, le lave el cuerpecito y el cabello para después dejarle un poco de shampoo en su mano eh hiciera burbujitas, hice lo mismo conmigo, ajaja bueno a excepción de lo de las burbujas y le pase las cosas a Sango.
Ya limpia volví a mi sitio y me sumí lo más que pude en el agua, dejando afuera solo nariz y ojos.
Ahora que tenía tiempo de pensar tranquilamente, tantas cosas se me venían a la mente, tantas cosas, unas buenas y otras no tan buenas. Lo que realmente me pregunto es… Que pasaría una vez que terminemos con Naraku y recolectemos los Fragmentos y recuperemos la Perla de Shikon, siendo así… ya no necesitaran de mi presencia aquí, no habrá nada que me ate a esta Época, mucho menos Inuyasha, el cumplirá su promesa con Kikyou de entregarle su vida, yo no soy nada más que el detector de fragmentos y el plato de segunda mesa, por más que me duela debo aceptarlo. ¿Podre decir adiós al Sengoku?
-¿Kagome?, te noto demasiado callada, quizás decaída, ¿ocurre algo? – se me olvidaba que no estaba sola, yo con tanto pensamiento me eh perdido y excluido del mundo, ¡hay Kagome despierta!- ¿eh…? Ahh.. no no, no te preocupes Sango, solo estaba pensando.
-Mmm… está bien amiga, pero sabes… sabes que cuentas conmigo ¿verdad?, te ayudare en lo que sea – me recordó, que puedo contar con ella en todo momento, no es que no lo supiera, pero simplemente… no sé si me pueda ayudar en este problema, pero aun así, es una gran amiga y agradezco el tener la oportunidad de conocerle. Diciendo lo dicho se recostó imitando la posición que tenía yo anteriormente, no pude más que sonreír.
-Gracias Sango.- Realmente lo apreciaba
- Nada de eso, ¿para eso estamos las amigas no?
- Si eso creo.
-.-
-Hay me siento relajada… ese baño me sentó de maravilla.
- sí, concuerdo contigo – la verdad es que ese baño me sentó mucho más que simple maravilla, caminamos de regreso tan lentamente, sentía que me fuera a desvanecer, tenía demasiado sueño, solo quería llegar y tararme en el sleeping y no despertar hasta entrada la tarde del día siguiente, pero yo bien sabia que eso no lo podría hacer gracias a Inuyasha, podría simplemente mandarlo al suelo y decirle que me deje dormir o acabara en el núcleo de la tierra, pero cuando despierte el remordimiento seria grande, no puedo ser tan egoísta y retrasar el viaje de todos. Suspire cansada y de tan solo imaginar que el día de mañana seria igual o hasta más cansado que el día de hoy.
Vale solo quería recobrar fuerzas, ya mañana vería como descansar en la noche.
Llegamos al campamento todo estaba completamente listo para dormir, Inuyasha se encontraba recargado en un árbol no muy alejado del campamento, Miroku leía un pergamino cerca de la fogata demasiado entretenido, pero al oírlos llegar levanto la mirada y nos sonrió.
Listo, el agua esta deliciosa, ¿ustedes no se bañaran? –comento Sango al sentarse alado de su Pantera gigante, y de acomodaba en ella, yo ya eh dormido en Kirara y la verdad es que su pelaje es ¡sumamente suave!
-Si perro, no seas cochinote, me pregunto… ¿a los perros les gusta bañarse? – vi las intenciones de Inuyasha ante el comentario del pequeño zorrito, así que previniendo lo que podía pasar, jale a Shippo y lo acomode en mi regazo, dentro del sleeping, realimente yo ya no estaba muy consciente de lo que pasaba a mi alrededor solo atiene a pasarle los brazos encima y jalarlo hacia mi cuerpo, lo último que alcance a escuchar antes de caer profundamente dormida fue a Inuyasha ordenarle a Shippo que se callara y decirme que no tardarían.
Cuando desperté, había un delicioso olor a comida, al parecer yo era la última en despertar, me levante suavemente de mi improvisada cama mientras frotaba un poco mis ojos y acomodaba mi cabello alborotado.
Una vez que me acerque a donde ellos me dije que ni Inuyasha ni Shippo estaban allí, solo estaban Sango y Miroku.
Buenos días, ¿Shippo e Inuyasha, donde están?
¡Bueno días Kagome!, no te preocupes, Inuyasha fue por más leña y Shippo lo acompaño, ya no han de tardar
¿de qué hablan?- escuche a Inuyasha a mi espalda
¿Vez? Te lo dije, no tardarían- se expreso mi amiga la exterminadora de demonios, mientras terminaba de preparar la comida, hay, las tripas me rugían, sería capaz de comer por 2.
¡Feh! Por supuesto que no tardaría, solo se trataba de recoger ramitas- y aventó a un lado de la fogata las ramas y troncos que traía.
¡Buenos días Kagome! ¡Auch! pero que bonita bofetada Miroku – al oír esto me gire hacia el mencionado y era cierto, se rascaba la nuca mientras con la otra mano se sobaba donde traía una mano marcada en la mejilla izquierda, en un rojo llamativo evidenciando de que había sido reciente, quizás instantes antes de que me acercara a ellos, pero bueno si la tenia es porque se la merecía.
Después de esto, desayunamos tranquilamente y después empezamos a levantar el campamento para seguir con lo nuestro, seria un largo y pesado día, de eso no había duda, algo me decía que el día de hoy no todo saldría bien.
Unas horas más tarde, llegamos a una pequeña aldea que se veía acogedora, quizás aquí encontremos algo que nos pueda ayudar, pasábamos las chozas, las personas no nos miraban feo por el hecho de andar con Youkais y Hanyous, como lo han hecho otros aldeanos, pero tampoco nos miraban de buen modo, esto me incomodo un poco.
Se veía pasar niños mientras corriendo con una pelota, quizás jugando fut bol, pero dudo que en esta época lo conocieran, debería ser otra clase de juego similar, la pelota en un mal golpe salió disparada hacia mí, rodo unos cuantos metros para descansar en mis pies, note como los niños no venían por ellos, quizás miedo a los desconocidos.
Tome la pelota entre mis manos, y camine a paso lento hacia ellos, y se la pase en las manos al que parecía ser el más grande del grupo, mientras de sonreí, no hizo nada, pero poco segundos más tarde me devolvió el gesto y tomo gustoso la pelota.
Cuando me gire para ver donde estaban mis compañeros de viaje los vi un poco lejos hablando con unas personas, recolectando información, mientras caminaba hacia ellos sentí un pequeño temblor bajo mis pues, pensé que había sido mi imaginación, así que no le tome importancia y seguí caminando, pero pare en seco al sentir un segundo temblor pero más fuerte que el anterior, y a lo lejos alcance a ver lo que parecía una gran explosión y el derrumbe de una montaña, rápidamente mire a Inuyasha y corrí hacia él, note perfectamente como al llegar a su lado su rostro cambiaba de duda al coraje, furia total… no, ¿qué pasaba?
-¿Inuyasha que fue eso? – no lo entendía, ¿que fue esa explosión, Porque Inuyasha tardaba en responderme? ¡Maldición necesito saber que pasa! No será que… abro los ojos completamente no lo puedo creer, me siento asombrada, asustada, sentí la sangre helárseme y el corazón me late a mil por hora, siento como si fuera capaz de salirse de mi pecho con su acelerado Bum Bum, sé que si me mirara en un espejo en este preciso momento mi rostro tendría un tono pálido- Es… es.. el bastardo de Naraku ¡Maldito mal nacido! – así que si era lo que me temía, por fin Naraku salía de su escondite, después semanas sin tener rastro de él, de búsqueda incansable, al fin le encontramos, mi sangre corre llena de adrenalina y emoción, pero sin olvidar el temor, tengo miedo, no sé cómo terminara esto, espero que todo salga bien, tenemos que vengarnos de él.
Siento como Inuyasha me toma fuertemente del brazo por mi falta de razonamiento, y me deposita un poco brusco sobre su espalda.
¡Vamos a por él! –grito para ponerse a correr en dirección fijada, me agarro fuertemente de su Aori, giro la cabeza levemente para ver que los demás se encuentran a lado de nosotros sobre Kirara.
Inuyasha- le nombre mientras me inclinaba hacia su oído
¿Qué pasa Kagome? – me respondió sin despegar la mirada del camino, íbamos a demasiada velocidad sentía como mis cabellos tiraban hacia atrás y como el viento golpeaba mi cara, haciendo que cerrara mis ojos levemente.
Siento una Gran cantidad de fragmentos de la perla, lo mejor es que vallamos un poco más rápido. No me respondió, solo asintió con la cabeza e hizo un esfuerzo sobrenatural para acelerar un poco más el paso.
Lentamente veía como nuestro objetivo se hacía cada vez más grande a nuestros ojos, hasta que al fin lo alcanzamos y llegamos al campo de batalla, lo que me sorprendió cuando fije bien la vista no fue el hecho de que todo estaba destrozado, si no el oponente con el que contaba ahora Naraku .
Frente a él, luchando incansablemente con sus garras y espadas, mirándole con odio infinito, un odio puro, era Sesshoumaru, lleno de heridas, golpes y polvo.
En ese momento ambos se dieron cuenta de nuestra presencia, Naraku para desagrado de Sesshoumaru, paro de pelear y se dirigió hacia nosotros, quizás retrocedí uno o dos pasos.
¡Ohh Joven Inuyasha! ¿a qué debo su agradable visita?- ¡el muy cínico! Pero como se atreve, apreté fuertemente mi puño. – bueno si me permiten estoy atendiendo a otro invitado, pero en cuanto termine con él, con gusto los envió al otro mundo.
¡Naraku Maltita, déjate ya de tonterías y pelea! – Inu desenvaino su tetsuaiga y se puso en posición de pelea.
Te haremos pagar por todo lo que has echo – Miroku se puso a un lado de Inuyasha mientras retiraba el rosario que cubría su mano, para así tener listo su Kazanaa, su maldición del agujero negro, maldición que Naraku hizo a su abuelo hace 50 años y le fue heredada, este agujero fue el causante de la muerte de su padre y su abuelo y podría ser que la de el también, tendría y heredaría a sus descendientes hasta que matara al bastardo que hizo la maldición. Escuche unos sollozos cerca de mi gire para ver de dónde o de quien provenían, vi a Sango llena de coraje apretando con fuerza su Boomerang gigante de nombre Hiraukotsu, dispuesta a utilizarlo en el momento que se le presentara oportunidad.
¡Maldito ¿Dónde está mi hermano Kohaku?
Oh, Por favor no se desesperen, que pronto estoy con ustedes, no demorare mucho- el comentario no le pareció en lo más mínimo al Lord de las tierras del Este.
¿Y quien te dijo a ti que tú miserable escoria podrías acabar conmigo el Gran Sesshoumaru Lord y Señor de las Tierras del Este? – estaba enojado por la falta de respeto, y más que nada por la subestimación.
Perdone usted mi Joven Lord, pero yo solo decía la verdad- la sonrisa cínica de Naraku era cada vez más grande, huy como odiaba que se pusiera así, lo odio, es un maldito.
¡Cállate insecto insignificante! – dicho esto continuo una feroz batalla, todos los animales que se encontraban cerca de allí salieron de sus escondites y huyeron lo más rápido que sus pequeñas patas les permitían. No tardaron mucho tiempo en que mis compañeros entraron en batalla, Sesshoumaru se enfureció por la intromisión en su batalla, alegando que se largaran, que esa era su batalla y no debían estar en ella.
Por supuesto que Inuyasha no le hizo en lo mas mínimo caso a su Medio hermano, y reclamo que también teníamos asuntos pendientes con él.
La batalla continuaba yo utilizaba mis flechas purificadoras para ayudar a mis amigos, y trataba de combinarlos con los ataque de la espada de Inuyasha, para así lograr hacer más daño, aunque no era mucho por el Kekkai, campo de energía que lo protegía, ante este pensamiento, una flecha fue directo a Naraku, pero esta flecha no era mía, no vi de donde salió, ¿acaso será de…?
¿Ah?, Ki.. Kikyou… ¡Kikyou! – ese grito me desgarro el alma, si era ella, la dueña del corazón de mi amado, me alegraba no el hecho de verla, si no de ver el brillo en los ojos de Inuyasha, brillaban por una imprevisible alegría. - ¡Kikyou alejate de ese bastardo, quiere eliminarte!
Ja ja ja no digas tonterías Inuyasha, yo eh venido a eliminar a Naraku, asi que… ¡Naraku prepárate!- levanto su arco y apunto al Hanyou maligno, preparada para volver a atacar.
¡Insolente! – vi como Naraku atacaba a la sacerdotisa de barro y huesos, mi rival en el corazón, mi encarnación pasada.
Inuyasha al ver esto, no lo pensó ni una vez y corrió a su lado pidiéndole que por favor resistiera, se encontraba demasiado preocupado por ella, en realidad aun la ama, no hay lugar para mi, sentí mi corazón oprimirse ante la realidad que tanta me niego a creer, que no deseo creer.
Hermanito… este no es lugar para tus cosas amorosas – Sesshoumaru no dejo mover a nuestro oponente llenándole de ataques, así Inuyasha pudo llevar lejos del corazón de batalla a Kikyou y le depositaba un suave besos en los labios, no puedo más, retiro la miraba de ellos y me acercas mucho más a los contrincantes, se que es peligroso, pero no me importa, nada me importa, solo quiero acabar con Naraku. Esa es mi prioridad.
Tome mi arco y cargue toda mi energía espiritual, deposite mi vida en ella, espere un segundo y la solté… caí de rodillas no tenía fuerza, sentía que lentamente caía al suelo, en una fracción de segundo mi rostro se estrellaría en el duro lugar, pero antes de eso logre distinguir que mi ataque no fue el único, junto a él iban los ataque especiales de los hijos del "Inu no Taisho", el gran General perro, difunto Lord de las tierras del Este, un Bakuryuha de Inuyasha y el Souryuuha de Sesshoumaru, ambos mezclándose en mi flecha, formando un remolino, que iba en dirección de Naraku, lo teníamos.
Antes del impacto escuche a mis colegas llamarme, justo mi cara toco el piso el ataque llego a su destino.
Justo en ese momento, atine a susurrar amigos… para escuchar la magnitud de la explosión, no supe nada más me perdí en la oscuridad…