Capítulo 2: Un poco más sobre la vida de Heero
By: Kilia
-Antes de comenzar, he de decir lo que se dice en todos los fic, todo esto es por diversión mia y nada me pertenece. Hago todo, todo sin ningún animo de lucro. -
-Haz lo que quieras...
No soportaba más la situación y para colmo Duo estaba absolutamente ridículo vestido y maquillado así. En estos momentos se debatía entre darle un puñetazo en ambos ojos o echarse a reír y ninguna de las cosas le estaba permitido hacer. Él era un soldado perfecto y como tal no debía dejarse llevar por sus emociones, fueran cuales fueran.
- ¡Heero! -dijo con enorme puchero en su rostro-. ¡No me quieres!
El susodicho lo miró fríamente, con una ceja levanta y un ligero tic nervioso en el ojo derecho. Respiró profundamente y se dio media vuelta. No perdería un segundo más. Con paso decidido volvió a su casa seguido por Duo, quien seguía saltando y desafinando detrás de él. Entró dispuesto a cerrarle la puerta en las narices y hacerle ver de una vez que nunca podría hacerle perder los nervios. De pronto oyó un tremendo golpe en el suelo y un grito. Volvió la cabeza dispuesto a encontrarlo haciendo otra de sus payasadas y se quedó de piedra: Duo estaba tirado en el suelo, incosciente.
Ese atontado seguro que se había tropezado de ir detrás de él, habría sido capaz de apostar que ni siquiera había aprendido a llevar tacones (y los llevaba bastante altos). Por un momento pasó por su cabeza la maquiavélica idea de atarlo al árbol más cercano y dejarlo ahí dos días enteros. ¡Si..! Sería su manera de vengarse por acosarlo de esa manera. Además, ya que estaba, también podía dejarlo una semana entera y servirle de comer SÓLO verduras cocidas (el trenzado odiaba el sabor de las verduras cocidas). Seguro que no se iba a morir, estaba nutrido de sobra. ¿Y si además no le daba mantas por la noche¿Y si planeaba una serie de trampas para hacerle pasar una noche digna de hallowen?. Podría vestirse de fantasma, con una sábana y cadenas, seguro que lo mataría de miedo,...
El soldado perfecto se reprendió mentalmente por el montón de tonterías que acababa de pensar y se autoconvenció de que la última canción de Duo había afectado temporalmente a su capacidad de raciocinio ¿cómo se le había ocurrido a él, Superman de la frialdad y elocuencia, semejante bobada? Se mordió el labio con rabia y maldiciendo de nuevo su suerte lo llevó en brazos dentro de la casa. A pesar de todo no podía dejarlo ahí tirado. Sintió un escalofrío al notar que algo se le enroscaba en el cuello, por unos escasos momentos creyó que sería su serpiente...
- ¡Maxwell!
- ¿Si? Mi querido, precioso y adorado Heero-canturreó con una mueca de malicia en el rostro-.
-¡Lo has hecho aposta! - bramó-.
- ¡Sólo quiero que me des tu cuerpo! -suplicó con lágrimas en los ojos-.
Heero soltó a Duo, dejándolo caer al suelo y haciendo gala de una indiferencia sublime se dirigió a su cuarto, sacó ropa limpia y se encerró en el baño. Sentía todos sus músculos agarrotados y le dolía la espalda. Un buen baño de agua caliente y espuma le haría sentir mejor.
Después de un rato consiguió relajarse, sabía que él seguía en la casa pero realmente eso no le importaba. Lo único que quería en ese momento era dormir, tanto griterío le había dado dolor de cabeza. Cuando pasó una hora meditando (léase: soñando con torturar a Duo y a Trowa) tomó una decisión..., se vistió salió del cuarto de baño, atravesó toda la casa (tratando de no mirar a Duo, que se le había enganchado a los tobillos y luchaba por arrastrarlo). Finalmente consiguió salir a la calle.
Echó una vista a su alrededor y suspiró profundamente, aspirando el aroma de los jazmines, pronto los cerezos estarían en flor y todo su jardín se llenaría de pétalos rosados que junto a las preciosas rosas de varias tonalidades, las diferentes plantas de flores hermosas y extrañas y el césped verde y fresco, harían de su hogar un lugar de ensueño.
Despertando de sus divagaciones se centró en su verdadero propósito. Ya cuidaría sus plantas más tarde, cuando volviera de la tienda . De camino al establecimiento se fue fijando en todos y cada uno de los escaparates. Si quería que su plan funcionase debía elegir cuidadosamente todo lo que compraba. Sería una tarde muy divertida. Primero pasó por la tienda de disfraces, allí consiguió un pasamontañas negro y unos guantes a juego.
También compró abundantes botes de pintura, quinientos folios de papel reciclado, pelucas de distintos tipos y colores, lentillas de muchos colores y formas(por ejemplo, de ojos de gato o con fuego, o totalmente blancas,...), diez kilos de cebollas frescas, discos de músicas infantiles, de miedo, clásicas,..., una camara de vídeo con capacidad para grabar en la oscuridad, varias cuerdas, un libro de poemas, muchas velas de colores, varitas aromáticas (de estas que se encienden y huele a algo, depende del aroma que ponga en la caja XD ), algunos videojuegos y... tal vez algunas cosas más, pero en ese preciso momento no lo recordaba.
Heero se preguntaba desde cuando había decidido solucionar las cosas así y una sonrisa malévola adornó su rostro. Todo estaba preparado cuidadosamente y el plan había aparecido en su mente como por arte de magia. Al salir de su casa su única idea era ir a expresarle su odio a Trowa y justo al pasar por la tienda de disfraces toda su maravillosa idea surgió de la nada. Decidió celebrarlo tomando un pizza carbonara en el restaurante italiano al que solía encargar comida a domicilio. Se sentó en una de las mesas de fuera y pidió su comida. Estaba tan distraído planeando detalles mientras esperaba que no se fijó cuando una figura se sentó en su mesa.
-¡Heero¡Qué sorpresa encontrarte aquí!
-¿ah? -respondió sorprendido-.
¿Cómo había podido bajar la guardia? Si en vez de esa persona hubiera sido uno de los muchos asesinos que querían hincarle el diente, allí habrían acabado sus días.
-Uhm..eres tu Quatre
-Perdona¿estás de mal humor? Si quieres puedo irme y hablamos otro día-dijo sonriendo-.
Su amigo, siempre tan servicial, cuando lo conoció apenas se hablaban, para él era sólo un niño demasiado débil e idealista, pero desde que ese niño "atontado"(es como lo veía antes) arriesgó su propia vida para salvarle, su concepto cambió. El hecho de ver como era capaz de poner en peligro su vida por alguien que lo ignoraba le hizo ver que era una persona que merecía su respeto. Después de eso sólo hizo falta que hablaran un par de veces y ahí empezó su amistad. A menudo quedaba con él, aunque cuando estaba de mal humor no tenía ganas de estar con su rubio amigo (siendo tan alegre y amable, a veces le ponía de los nervios).
De hecho era una amistad muy extraña, normalmente oía parlotear a su amigo acerca de los nuevos actos benéficos que había hecho, la tristeza que le provocaban los niños huérfanos, el buen día que hacía,... y él escuchaba en silencio todo lo que decía. A veces se cansaba de oírle y le decía que se callara. Sabía de sobra que era muy cruel por su parte, pero no tenía ganas de oírlo durante horas. También era cierto que muchas veces jugaban con videojuegos, siempre de guerra, por supuesto, él, soldado perfecto, sólo jugaba única y exclusivamente por motivos de perfeccionar su estrategia, nunca por diversión.
También, cuando Quatre insistía mucho iban al cine a ver una película(películas que Heero veía sin mucho entusiasmo y preguntándose por qué había aceptado ir). Una vez (después de meses suplicándole) aceptó a ir a la playa. Al llegar se arrepintió, todo lleno de gente chillando, un sol abrasador y arena que se le pegaba por todo el cuerpo, para colmo de males, aunque se puso debajo de una sombrilla, Quatre estuvo la mayor parte del tiempo tratando de convencerle de que se pusiera crema protectora. El resultado de su cabezonería de no usar crema porque "su piel era lo bastante fuerte"fue una semana sin salir de casa, quemado y perdiendo piel como los lagartos.
-No, no te preocupes-respondió esbozando una sonrisa casi imperceptible-.
-Te veo muy alegre-contestó-.
-No..sólo es.. un.. ... ..regalo...
-¿Para quien¿Te acordaste de mi cumpleaños¡No pensé que lo hicieras! -dijo a la vez que saltaba abrazando a su amigo-.
-¿Eh? -consiguió decir antes de tener al rubio encima- ¿Tu cumpleaños?... Si eso... era sólo para agradecerte que me diste uno en el mio...no pienses que es por mi alma caritativa...
-¡Muchas gracias Heero!
Maldita su suerte por tercera vez, ni por asomo se había acordado del cumpleaños de Quatre, esa contestación había sido bastante estúpida, no se le había pasado por la cabeza en años darle regalos de cumpleaños a nadie, el no tenía gestos de amor ni cariño. ¿Por qué en ese preciso instante tuvieron que llegar Quatre y su dichoso cumpleaños?. No tenía pensado darle nada.
-Hagamos algo, te voy a invitar a cenar, mi pizza está apunto de llegar
-Pero después vendrás conmigo a ver una película a mi casa ¿si? anda, por favor, estoy solo y es mi cumpleaños, es muy triste celebrar cumpleaños con uno mismo.
-Puede ser...
- ¡Gracias Heero¡Eres genial!
- ...si, como no-dijo en un susurro que nadie más que él llegó a oír-.
Después de comer la pizza y dejar algo de propina al camarero (Quatre dijo que había sido muy atento y que se lo merecía). De camino a casa del rubio fueron hablando sobre unas nuevas mejoras para sus robots, una de las pocas conversaciones con las que Quatre conseguía animada participación por parte de Heero. A veces se preguntaba si su amigo realmente era tan frío como parecía, es cierto que muchas veces le consentía sus caprichos y parecía interesarse por él, pero nunca le dedicaba una sonrisa y era bastante arisco a sus muestras de afecto, por no hablar de su manera cortante de conversar.
-Oye Heero-dijo de pronto-.
Al no tener respuesta prosiguió
- ¿Me consideras tu amigo?-dijo de pronto poniéndose delante de él-.
-¿Y esa pregunta?-contestó sin mirarle siquiera a los ojos-.
-No, no es nada-respondió a la vez que bajaba su mirada al suelo-.
No entendía por qué nunca le decía que al menos le tenía un aprecio mínimo. Eso le dolía porque por su parte siempre estaba tratando de ayudarlo, expresándole su cariño. En el último año se había convertido para él en una especie de hermano mayor y sentía que necesitaba que él también lo viera así, se había encariñado mucho.
Llegaron a la casa de Quatre, bueno, no era exactamente su casa, él realmente tenía una gran mansión pero estaba harto de tantas habitaciones y gente, así que decidió irse a un pequeño apartamento de tres cuartos, la cocina-salón, el dormitorio y el cuarto de baño. Ya había estado allí antes y era acogedora.
Subieron las escaleras y entraron. En unos minutos ya estaban ambos sentados, viendo un aburrida película, de esas dramáticas que le gustaban a Quatre. Heero no entendía cómo podían gustarle todas esas "tonterías".
-Hee-chan...
-No me llames así
-Pero somos amigos
-¿Y?
- Espera ahora vuelvo
Salió de la habitación y cerro la puerta, momento que Heero aprovechó para dejar de ver la película y pensar en lo que había sucedido en la calle. Normalmente el rubio no se ponía tan serio para pedirle demostraciones de cariño, realmente no podía entenderlo. Se llevaban lo que puede decirse bien ¿por qué se complicaba tanto? Él mismo nunca se preocupaba de esas cosas, además, lo cariños y sensiblerías hacían débil a la gente y el no era ningúnd débil, así que en ningún momento debía siquiera imaginar en tener sentimientos. Su corazón siempre había sido una piedra y así se quedaría.
Poco después Quatre salió de la habitación en pijama, era entero azul claro y se veía que era una tela muy abrigada y cómoda. Se sentó a su lado y continuaron viendo la película. Como de costumbre a la media hora se quedó dormido con la cabeza apoyada sobre su hombro y Heero se levantó, lo acomodó bien en el sillón y le echó una manta por encima. Después se sentó en el sillón de al lado y se quedó un rato viéndolo dormir. Realmente su amigo parecía un ángel cuando dormía. Sin hacer ruido le acarició los cabellos a modo de despedida y se fue.
Emprendió el camino a su casa de manera tranquila, el simple hecho de pensar que el trenzado podía seguir ahí le puso de mal humor. Atravesó todo el jardín, que iluminado a la luz de la luna tenía un toque mágico, giró la llave de la puerta y...
Continuará...
Respuestas a los review:
Duo Usio M. : Antes que nada muchísimas gracias por leer el fic y dejar comentario y bueno, en respuesta a tu review: quien sabe, esto solo ha sido un capítulo para situarnos en la personalidad de Heero aquí y ver un poco de su vida y entorno nn
mai maxwell: Me alegro de que te haya gustado y muchas gracias por leer el fic y dejar comentario. No creo que este te haya parecido tan divertido, no estoy muy segura de que haya quedado bien el capítulo pero en fin XD.
andrea massini: Gracias por leer el fic y dejar comentario . . Las locuras de Duo nuevas ya las verás en el siguiente capítulo y lo que hará Heero.. muhahaha eso en los futuros capítulo nn.
Keysie Maxwell : Mil gracias por tus halagos / eres muy amable, no se si este capítulo se te hará tan bueno como el anterior nnU a mi no me gustó u.u creo que es algo aburrido pero en fin o.o es necesario para ver más o menos la vida de Heero. Gracias por enviarme un review nn
Evil-Mitzuky-dono: Me alegro de haberte hecho pasar un buen rato y si, Duo va a hacer muuchas cosas mas por conseguir su juego. Gracias por tu review n.n
Noriko Ukai: Pues si me animé pero creo que este capítulo no va a ser tan interesante como el otro n-n. Muchas gracias por el comentario
Mili Maxwell Iseki : Gracias por el review n-n y bueno aquí tienes la continuación, no se si te habrá gustado ( a mi no)
Ryoko Yuy: me alegro mucho de que te gustara, supongo que este no te habrá agradado tanto. Muchas gracias por tu review
shinigamihan: Bueno n.n en este he tratado de profundizar más como me dijiste, no se si te habrá gustado el capi, gracias por tu review y espero que sigas leyéndolo
darkangelchan: Jajaja pues si, las cosas ahora se van a volver un poco mas desastrosas xD. Espero no haberte aburrido con este capítulo en el que no ha habido nada de humor (creo) nn y gracias por mandarme el review