Capítulo VII: Última manisfestación de emociones
By Kilia
Los días pasaban sin novedades para nadie. Heero había decidido encerrarse en su casa hasta que llegara el día de su "última manifestación de emociones" en el que se vengaría de Duo. Poco a poco la fecha iba llegando y eso le hacía sentir genuinamente bien. Después de eso podría volver a ser quien era antes de que ese payaso apareciera...
Y...Finalmente...llegó la feria...
Amaneció un día soleado y fresco, un sábado a principios de vacaciones, pero Heero Yuy no iba a quedarse durmiendo en su cama, no iba a desayunar con tranquilidad como siempre hacía ni tampoco iba a hacer nada a lo que hubiera estado acostumbrado en todos sus años de vida, por primera y única vez en su vida iba a desconectar de su rígida forma de ser, iba a dejarse llevar por sus "extrañas, incomprensible y odiosas inclinaciones irracionales. Apenas se despertó, pidió un taxi rumbo a la feria, el taxista le miró de forma extraña, pues aun quedaba todo el día para que se inaugurara de forma oficial. Al llegar, encontró al señor Koyishi a pocos metros de la entrada.
- Hice lo que me pidió, ahora déjeme entrar en la casa del terror - ordenó el soldado perfecto-.
- Bueno...bien, si, es justo pero...
- No me obligue a matarle – sentenció con voz sombría-.
- Sólo quería pedirle que... bueno, lo que sea que quiera hacer ahí no repercuta en el desarrollo normal de...bueno, mi negocio, ya sabe, esta noche entrará mucha gente en la casa del terror y no quisiera perder el dinero que he invertido ahí.
-Descuide, nadie notará la diferencia, usted ocúpese de hacer lo otro que le he pedido
El señor Koyishi asintió con la cabeza, con una expresión de notable preocupación. Cuando el extraño joven de ojos azules se presentó en su despacho, más o menos un mes atrás, para pedirle modificar por un día parte de su feria pensó que más tarde podría hacerle cambiar de idea con una cuantiosa cifra en metálico. En ese momento necesitaba que hiciera de actor cuando se quedó sin sus estrellas principales y no dudó en aceptar la petición del castaño.
Sin mucho convencimiento condujo al 01 a través de la feria hasta llegar al lugar indicado, le señaló dónde estaba la entrada y rezó porque cumpliera lo dicho, que nadie notara la diferencia.
No entendía cómo había acabado así. Por la mañana en su casa había imaginado que iría a cenar con Heero, que después tendría que convencerlo para ir a la feria y que pasarían la noche paseando, comiendo algodón de azúcar y divirtiéndose. La realidad había sido otra, Heero no había dado signos de vida en todo el día, ni siquiera estaba en su casa, ni en ningún lugar conocido, Trowa había ido a buscarlo a su casa a media tarde y lo había arrastrado de tiendas y luego a la feria.
El rubio suspiró sin poder creerse su mala suerte, no es que el 03 no le agradara, al contrario, pero cuando estaba con el se sentía en constante amenaza, era una persona tan extraña e impredecible...tenía miedo de volver a encariñarse con él por todo lo que había sufrido.
- ¿Q-chan? ¿Por qué tan pensativo? - le preguntó Trowa con una de esas sonrisas suyas tan dulces-.
- Oh, uhhm... yo sólo... me estaba preguntando ¿Por qué no has llamado a los otros?
- Tenía ganas de estar contigo – dijo con tranquilidad .
- Bien, bueno ¡vamos a divertirnos! - exclamó el rubio sonriente, resignándose a la situación-.
Todo eran luces, música y diversión, poco tardó el 04 en estar entusiasmado con el tiovivo, los coches de choque, la noria y los dulces.
- ¡Vamos a la casa de los espejos, Tro!
- ¡Una carrera! ¡A ver quien llega antes! - exclamó Trowa saliendo a todo correr-.
Entre risas ambos llegaron casi a la vez a los espejos, a pesar de la ventaja inicial del castaño, Quatre había demostrado una mayor velocidad.
El móvil de Trowa sonó, era un mensaje, de Duo "¿Hola, dónde estás?. Te echo de menos" , le respondió al instante "En casa, hoy no voy a salir"
Todo estaba en total oscuridad cuando ambos entraron, estuvieron caminando durante un minuto más o menos, hasta que vislumbraron dos figuras al final del pasillo. Corrieron para alcanzarlas, quizás eran amigos o conocidos y todo sería más divertido si iban en grupo.
Con asombro comprobaron que eran ellos mismos, a partir de ahí entraron en una sala redonda con múltiples espejos que los deformaban de las maneras mas inimaginables.
El rubio parecía especialmente entretenido mirando un espejo que le hacía parecer bajito y flacucho, cuando de pronto un par de brazos rodearon su cintura, se puso tenso al instante. Odiaba cuando Trowa coqueteaba con él, jugaba un rato y se marchaba.
- Me encanta verte así de alegre
- Trowa...er...uhm...cualquiera va a pensar algo raro...eh...
Un escalofrío que le recorrió todo el cuerpo le indicó que el castaño le había dado un beso en el cuello.
- ¡Tro..Trowa! - exclamó visiblemente abrumado- no...no hagas eso..uhm...m..
- Te echo de menos Q...echo de menos lo dulce que eras conmigo
- Trowa...yo... no se que decir...
Quatre lucía un angelical tono escarlata en las mejillas, de nuevo Trowa le había sorprendido, le había provocado extraños sentimientos contradictorios, se sentía paralizado, y para su disgusto, no se sentía nada disgustado.
- Quatre...tu siempre estuviste ahí y no supe verlo... Duo me cegó, no se, creo que fue algo más pasional que emocional.
- ¿Por qué me dices esto ahora? ¿Tro-kun...? Hace ya mucho de eso... -balbuceó con timidez y nerviosismo-.
- Quiero intentar arreglar ese error que cometí...-confesó Trowa atrayendo más el cuerpo del pequeño Quatre hacia sí-.
- N..no..yo..Heero..-.
El piloto del 03 sentenció las palabras del rubio con un suave beso en los labios, Quatre no sintió gran cosa, una pequeña cálida y agradable sensación, aunque si lo suficiente como para responderle el beso con su gentileza habitual, al fin y al cabo, había sido su primer amor y algo había quedado. Además, la indiferencia de Heero le hacía daño, el beso de Trowa fue como una brisa fresca.
De pronto, se sobresaltó al ver una sombra, parpadeó y miró otra vez, pero no había nada.
- ¿Qué ocurre? - interrogó el castaño sorprendido-.
Sus propias palabras le hicieron volver a la realidad, acababa de besar a Trowa y él estaba enamorado de Heero, un sentimiento de culpabilidad le inundó por completo.
- Creí haber visto algo...seguro que hay más gente en los espejos aparte de nosotros – susurró de forma ausente- Perdona Trowa, olvida lo que acaba de ocurrir...-sonrió con tristeza rubor-.
El rubio desapareció de su vista antes de que pudiera decir nada ¡Maldición! No le gustaba nada cuando las cosas salían de forma diferente a la que esperaba ¡Estaba convencido de que no iba a oponer resistencia! Miro furioso a su alrededor, sin duda los espejos le habían jugado una mala pasada a Quatre y eso había roto la "magia de su hechizo".
Ahora todo sería más difícil con el rubio y él ardía de deseo cada vez que lo veía, se le hacía sumamente tedioso tener que decirle cosas bonitas, tener que ir despacio, él quería arrancarle la ropa y verlo complaciente, que gritara su nombre y poder calmar el ansia que sentía cuando estaban a solas.
Malhumorado, se fue cabizbajo hacia su casa, ignorando que Quatre no había tenido ninguna visión y que tampoco había sido una ilusión óptica de los espejos.
Tras Trowa, un trenzado salió cabizbajo, igual que él, pero por razones muy diferentes. Llevaba los puños y la mandíbula apretados. Se sentía dolido y traicionado, extrañamente dolía mucho menos que la última vez, mucho menos, pero la decepción si había sido mayor y la humillación también. Se iba a enterar de quien era Duo Maxwell, pero esa noche no iba a arruinar su diversión, de hecho, planeaba divertirse y emborracharse hasta perder el sentido, estaba cansado de sufrir, de darse una oportunidad y volver a sufrir. Siempre así, sólo quería olvidar. Entonces se acordó de cierta persona, sonrió de forma amarga y burlona, sacó su teléfono móvil y llamó.
Las horas fueron pasando, Duo se reía entre los brazos de Marlon, que había resultado ser un acompañante de lo mas divertido para ir de fiesta. Llevaban horas bailando y bebiendo, aunque el trenzado aun no había llegado al punto de perder el sentido, se acordaría de todo al día siguiente, aunque a la vista de todos estaba bastante borracho.
-¡Vamos Marlon! ¡Quiero ir a la noria!
-Si vamos a la noria vas a vomitar...-dijo con un tono complaciente y protector-.
Pero yo quiero noria ¡noria! - suplicó Duo haciendo pucheros-.
Por suerte para Duo, Marlon logró persuadirle de ir a la noria y lo llevó a otras atracciones que pudieran ser menos perjudiciales para su salud. Comieron algodón de azúcar y perritos calientes. Un estallido sobresaltó a ambos. Luces de colores poblaban el cielo por doquier. Durante la siguiente media hora se dedicaron a observarlos en silencio los fuegos artificiales. El efecto del alcohol se empezó a disipar del cuerpo de Duo, quien ya podía sostenerse en pie sin ayuda y decir frases coherentes, aunque todavía estaba bastante ebrio.
Marlon estaba encantado con la presencia del castaño, le había gustado desde el primer momento en que lo vio, aunque no albergaba muchas esperanzas de volverlo a ver, en especial le gustaban esos ojos violáceos llenos de alegría infantil. Aunque esos ojos esa noche presentaban un aspecto totalmente distinto, el aspecto de quien está ya asqueado de la vida. No le hizo preguntas a fin de no recordarle lo que le atormentaba, pero se moría de ganas de saberlo. Sabía que sólo estaba siendo un entretenimiento para él, alguien para olvidar lo que fuera que le estaba ocurriendo en su vida, y tampoco le disgustaba la idea, últimamente se sentía un poco sólo y cambiar de aires un día le estaba viniendo de maravilla.
Entonces llegó el turno de entrar en la casa del terror. Había dos personas en la entrada disfrazadas con horribles pelucas y lentillas escalofriantes. Nada más entrar notaron un penetrante olor a cebolla que les hacía lagrimear. Con la vista borrosa se subieron al vagón que los esperaba para entrar en lo que sin duda sería un escalofriante viaje. Una música escalofriante comenzó a sonar. La visibilidad era casi nula, prácticamente todo estaba en penumbras. Murciélagos de papel llenaban toda la estancia y actores disfrazados de vampiros y criaturas de la noche.
De pronto uno de los vampiros se acercó al vagón, que se detuvo lentamente. El recién llegado llevaba un candelabro en la mano. Su rostro estaba pálido, producto de numerosas capas de maquillaje. Era imposible distinguirle el rostro. Le tendió una mano a Marlon, invitándolo a salir del carro, con delicadeza. Algo dubitativo, agarró la mano que se le tendía y miró hacia Duo, esperando que también saliera. Entonces, para su asombro, el vagón se puso de nuevo en marcha dejando a ambos atónitos. ¿Era una nueva parte del espectáculo?
El recorrido siguió hasta que el trenzado llegó a una extraña sala vacía. No había decoración, no había actores, solo una tenue luz que se filtraba por una pequeña ventana dejando la habitación en penumbra, aunque se veía un poco más que en el trayecto anterior.
De pronto, para sobresalto de Duo, de una de las esquinas en sombra empezó a perfilarse una figura que caminaba hacia el. Aun no podía verle el rostro, pero andaba despacio, con seguridad de sí mismo, con tranquilidad. ¿Era una encerrona? Quizás el que se acercaba pretendía matarlo. La mente de soldado del 02 se activó de golpe. Si sacaba su revolver ahora, quizás tendría la oportunidad de matarlo de un golpe. Tenía que ser una encerrona ¿por qué sino iba a estar en una sala cerrada con una persona sin disfraz? Además, parecía como si hubieran estado esperándole.
Todo lo rápido que sus aun atontado cuerpo por el alcohol le permitió, sacó su revolver y apunto al desconocido. La reacción de este le dejó completamente descolocado. El individuo empezó a reír, a reír a carcajadas, sonaba a una risa amarga. Pero algo le era familiar...algo en el tono de voz que había podido vislumbrar con la risa...¿Qué era?
-¿Que ocurre 02? ¿Piensas asesinar a uno de tus compañeros?-interrogó de forma sarcástica-.
-He..¡Heero! - exclamó el trenzado de golpe, horrorizado y confundido-.
¿Qué hacía Heero en un lugar como aquel? ¿Y por qué se había reído así? Y lo más importante... ¡Heero riéndose! Un extraño temor se apoderó de él, sin duda su compañero había perdido el juicio, oh, Dios, iba a ser asesinado por la demencia del de los ojos azules. Sin ninguna duda. No tenía la más mínima posibilidad de combatir contra él, sólo esperaba que fuera rápido...
- Bingo, 02, bingo... - respondió el 01 con un tono de voz mucho más suave de lo habitual, como el gato que agarra con delicadeza a un ratón, para descuartizarlo momentos después, confirmando las sospechas de Duo-.
- Heero... no...no...¡demonios!- exclamó al borde de un ataque de pánico- por Dios...¡ten piedad!
- ¿Que tenga piedad? - interrogó con un matiz de agresividad en la voz- ¿piedad? ¡¿ACASO TÚ LA TUVISTE CONMIGO?! - dijo sin dejar de avanzar -.
El pánico le inundaba por momentos, Heero se había vuelto completamente loco, estaba furioso y no tenía modo alguno de escapar de él. Era el fin.
- N..no..¡fue para tanto! ¡no fue algo tan grave como para que me mates!
El piloto del 01 se detuvo en seco ¿Cómo podía ser tan descerebrado ese maldito ser?
- ¿De verdad piensas que voy a matarte? - dijo recobrando su incial y sádico tono de voz-.
- Si.. ¿no? Para eso me has traído aquí...vas a vengarte y...
- Nunca dejas de sorprenderme- interrumpió- me pregunto...¿cómo has podido llegar a soldado gundam siendo tan estúpido?
De pronto un cubo de agua fría pareció caerle a Duo, o eso sintió él...No se había sentido tan estúpido en su vida...Entre tanto, Heero había conseguido llegar hasta él, y acercarse más y más...su mente pareció indicarle que se hallaban peligrosamente cerca... . Empezó a sentirse mareado y a notar su corazón golpearle sin piedad el pecho, la cercanía con el 01 todavía le afectaba, tenerlo ahí
El mes con Trowa no había conseguido eliminar del todo...de pronto recordó ¡Trowa! Ese maldito bastardo...El alcohol y la tensión de la noche le habían hecho olvidarle por un momento.
Sintió cómo se iba acercando. Heero se inclinó un poco hasta casi apoyar la cabeza en su hombro. Un extraño escalofrío le recorrió al notar la respiración de su extraño asaltador, ¿qué pretendía? Tras eso, giró la cabeza levemente hasta colocarla a la altura de su oído y susurró con una voz suave y aterciopelada, nada que ver con la anterior, esta parecía tener hasta un deje de ternura.
- Ahora vas a ver lo que pasa por jugar con el 01...vas a ver lo que ocurre cuando pretendes ponerle nervioso...- .
- ¿Qué...qué quieres decir? - interrogó dudoso y confuso-.
La respuesta no se hizo esperar. El ojiazul se sacó la camiseta antes de que el atónito Duo pudiera siquiera decir una palabra, y antes aun de que pudiera reaccionar ya se encontraba contra una de las frías paredes de la estancia. No podía gesticular gesto o palabra alguna, el torrente de emociones encontradas y la confusión le invadían por completo. No podía creer lo que estaba pasando, aunque su cuerpo si parecía entender a la perfección, pues había reaccionado haciéndole sentir una oleada de electrizante excitación y calor ante Heero. De su boca se escapó un pequeño jadeo.
Un ardiente beso seguido de unos brazos que le oprimían la cintura hasta casi dejarlo sin respiración fue lo siguiente de lo que tuvo conciencia y después de ese beso siguió otro, y otro, y otro más. Entonces se sorprendió a sí mismo respondiendo esos besos con igual o mayor pasión, se sorprendió a sí mismo con las manos rodeando el cuello del soldado perfecto y se sorprendió a sí mismo dándose cuenta de lo intensos que eran los sentimientos que tenía hacia él.
Finalmente ambos se detuvieron para tomar aire, aun aturdidos por lo que acababa de ocurrir.
- ¿Por que?...He..
Le hizo callar poniendo un dedo sobre sus labios, entonces susurró con la típica voz que solía poner en las misiones peligrosas, cuando estaba de muy mal humor:
- Si pronuncias una sola palabra, Duo Maxwell, me iré e ignoraré todo lo que ha ocurrido. Yo nunca debería haber sentido nada, yo nunca debería haberme dejado llevar así, así que como tu eres el culpable pienso seguir hasta saciar mi ansiedad, esta maldita ansiedad que me has creado -dijo atrayéndole más hacia sí- yo nunca debería haber sentid...o...
Un grito aterrador salió de los labios de Heero, que se desplomó en el suelo y empezó a retorcerse agarrándose la cabeza mientras horribles alaridos podían oírse en toda la casa del terror.
- ¡Heero! ¿Qué te ocurre? ¡Heero!
Continuará..
A continuación, paso a responder los review, después de casi dos años sin actualizar(aunque dudo que aun estén por aquí). Que ruina, seguro que me ha cambiado el estilo, la forma de escribir y todo, demonios, debo escribir pronto el capítulo 8 antes de que me desanime.
Koi Aoi: Pues no, como ves Heero no odia del todo a Duo XDDD y Trowa ya ves, de flor en flor. Me dijiste que actualizara pronto xD sorry por tardar tanto. Espero que a pesar de todo te haya gustado (si llegas a leerlo)
Mai Maxwell: Hola después de tanto jeje espero que te haya ido bien en todo este tiempo y que te guste el capi si llegas a leerlo
Mn02: Si XD la escena del baile entre Heero y Trowa no tiene precio, fue un momento de inspiración divina. Probablemente sean las parejas que dijistes. Saludos y espero que te haya gustado la venganza jeje x3