"El ruidoso silencio de un beso"
A Dean le aburre escuchar a la gente hablar, no importa si es alguna victima potencial, el demonio en turno o una chica sexy. A él simplemente le polesta, por eso prefiere tomar distintas medidas, según con quien se enfrente.
Si es la victima dirá un simple "Tranquila (o tranquilo), todo estará bien, vamos Sammy". Con el demonio funcionará algún comentario burlesco mientras vuela por los aires. Y con las chicas... bueno, ¿Quien puede resistirse a los besos de un dios como el que Dean es?
Sin embargo, hay alguien, o más bien "algo" que le encanta escuchar y no pierde la oportunidad –por más minima que sea- de regodearse y saborear con su fino oído de cazador.
Ese "algo" es Sam... Sam gimiendo.
Y es un "algo" por que sabe que en el momento en que deje de autoengañarse y se entere de que Sam es "alguien", su hermano para más inri, no habrá marcha atrás. La culpa les ahogará junto a la pasión del que ya no tiene nada que perder.
Pero a Dean le desagradan las complicaciones y sabe que al racionalizarlo, se pondrá sentimental y sabrá que realmente ama a Sam más que a su vida.
Y el amor es la mayor fuente de sentimentalismos.
Y los sentimentalismos son igual a complicaciones.
Y las complicaciones le desagradan.
Por eso Dean prefiere dejarlo todo fluir, sin molestarse en absoluto por alterarlo.
Sí.
Mejor solo seguir con esto.
Simplemente empujar a Sam por los hombros hasta estrellarlo contra la pared más cercana y devorar –casi literalmente- esos labios que se abren sumisos para que Dean le de el mejor de sus besos, hasta que sea obsequiado con la sensación de dureza y el delicioso gemido ronco de Sam.
Bobby (el exorcista xD) dijo alguna vez (En el ch. 15: Tall Tales) que parecían un viejo matrimonio, pero Dean está seguro de que llevan más de 20 años en alguna rara especie de noviazgo de cuento de hadas (o de terror, según lo veas)
Sea como sea, de momento Dean solo tiene dos trabajos: cazar demonios y otras porquerías, y encontrar nuevas y mejores maneras de besar a Sam.
Para algo le debe servir tanta practica que su "sex appeal" le consigue con las chicas del camino.