Perdón la demora en actualización. Mi vida real me ha demandado mucho últimamente XD Pero quiero reiterar una vez más que no dejaré abandonada esta historia :) Tal vez me tarde en actualizar algunas veces, otras no, pero tengan por seguro que habrá siempre un capítulo hasta que la historia llegue a su fin.

Así que les ruego paciencia. Especialmente a los que me mandan comentarios con mensajes de ¡Actualiza! Me gustaría también que comentaran sobre el capítulo también en vez de solo pedirme que actualice XDD

Bueno, estoy segura de que este capítulo les gustará mucho :D

(De ahora en adelante responderé comentarios al final del capi)

¡Que lo disfruten!


17

De amor y de sangre

Aldana observó con aire ensimismado el jardín de violetas que gobernaba toda la parte trasera de su jardín. Había comenzado a plantarlas desde pequeña, a pesar de que a su hermana le disgustaban. Iriel apenas soportaba el olor de las flores, algo que a Aldana siempre le había desconcertado. Sin embargo, la vampira de cabello negro amaba aquel jardín; y su predilección por él se debía, en gran parte, a Harry, quien a menudo le había ayudado a cuidarlo cuando eran niños.

Pensar en Harry le hizo sonreír.

"Espero que se encuentre bien"

Recordó con inquietud el aspecto desvalido que el joven príncipe había presentado antes de marcharse a Inglaterra nuevamente. En esta ocasión Sherian había ido con él y Aldana no dejaba de preguntarse por qué.

-Aldana.

Ella se volteó y vio a su padre mirándola con gravedad. Era un vampiro esbelto de piel lozana, ojos color miel y cabello largo hasta los hombros, casi tan claro como el de su hermana. Él caminó hasta ella, tomándola suavemente por las muñecas para levantarla.

-¿Qué ocurre, padre?

-Se trata del príncipe…

-¿Harry?- Aldana sintió que el pecho se le apretaba en un nudo-. ¿Qué pasa con él? ¿Está bien?

Su padre negó con la cabeza:

-Acaba de llegarnos una terrible noticia… el rey está furioso…

-¡Qué le pasó a Harry, padre!

-Lo han capturado- contestó, furioso. Aldana entreabrió los labios, estupefacta-. ¡Esos desgraciados magos lo han atrapado!

XXX

Lilith se removió impaciente en su silla. El rey se hallaba en esos momentos interrogando a Sherian y todos los Ancianos de la Orden de los Vlad tenían que aguardar ahí en sus puestos. Sherian había llegado hacía poco con un aspecto desgastado y una mirada distorsionada por la conmoción y la ira.

"¡Han capturado a Harry!" había gritado poco después de cruzar las puertas del castillo.

A su alrededor los miembros de la Orden de Ancianos, sumidos en la agitación, intercambiaban susurros de desconcierto, preocupación e indignación por igual. Lilith, la más joven de la Orden, permanecía en silencio, pero las manos le temblaban de rabia.

"Malditos… malditos sean" pensaba una y otra vez, sintiendo una sed de sangre poco habitual "¡Cómo ha podido pasar algo así!"

Sostenía en su regazo el ejemplar del periódico de los magos de Inglaterra, El Profeta, donde la noticia de la captura tenía a la comunidad de magos en un estado de euforia y arrogancia que le repugnaba.

Si Lilith tuviera a uno de ellos ante ella ahora mismo, habría desgarrado su cuello sin un ápice de vacilación. Sin embargo, también se sentía culpable. No debían haber dejado que el príncipe fuera a Inglaterra en su estado convaleciente.

En ese momento el amplio velo negro tras el cual el rey y Sherian mantenían su conversación se corrió. Lilith observó a su amigo; Sherian parecía a punto de asesinar a alguien, pero su rostro estaba algo más sereno que antes, cuando había llegado al castillo. Pero era el rey quien le provocó un involuntario escalofrío. Y es que el hombre, aunque aparentemente no parecía alterado, tenía un brillo de saña en la mirada que no había visto en mucho tiempo.

Lorkan Vlad-Seir estaba furioso.

Todos se quedaron en silencio.

-Mi hijo… está prisionero en el colegio de magia y hechicería de Inglaterra, Hogwarts- Lorkan hizo una pausa antes de proseguir, con la mandíbula tensa-. Sherian me ha explicado todo lo sucedido. Y yo ya he tomado mi decisión.

Lilith escuchó la sentencia del rey de los vampiros con el rostro embebido de asombro:

-Convocaré al clan Zheldrar y al clan Seferis para poner en marcha la guerra. Harry volverá con nosotros. ¡Lo juro por mi sangre y toda nuestra estirpe!

Entonces Lorkan Vlad-Seir sonrió, enseñando dos colmillos terriblemente blancos y letales, y sus ojos se estrecharon hasta convertirse en dos rendijas color mercurio. Luego soltó un grito de rabia que hizo que los cristales de las ventanas se rompieran en mil pedazos.

Un grito que solo podía vaticinar el preludio de la matanza.

XXX

-… por supuesto, no estoy obligándote a asistir a las clases, Harry, pero considero que sería beneficioso para ti tener más contacto con los demás estudiantes.

Harry resopló mientras Dumbledore sonreía. Se hallaba sentado frente al director en su despacho, con Ian apoyado en la pared junto a la puerta.

-¿Y por qué tendría que hacerte caso, mago?

-No es ninguna orden, Harry. Solo es una sugerencia.

-Puede ser divertido- adujo Ian caminando hacia Harry y sonriendo ampliamente-. Yo me apunto. Tengo mucha curiosidad.

A Harry no le sorprendía en lo más mínimo la actitud del otro vampiro, así que solo se limitó a echarle una mirada furibunda. Ian rodó los ojos y se encogió de hombros.

-Eres un maldito aburrido…

Harry lo ignoró y miró a Dumbledore, que los observaba paciente desde su silla. Lo que más le irritaba a Harry de aquel anciano era su afable serenidad.

"¡Se está burlando de mí!" pensó, apretando los dientes "Podría desgarrarlo en mil trozos… y él me mira sonriendo como si yo fuera uno más de sus débiles alumnos"

-¿Qué me dices, Harry?- lo alentó entonces Dumbledore, clavándole su penetrante mirada azul.

Harry no respondió. Estaba sopesando la idea de tirársele encima para masacrarlo ahora que tenía la oportunidad. Aquel vejete era una notable amenaza, y Harry sabía que, si querían obtener la victoria, debían deshacerse de él lo más pronto posible.

-Te aconsejaría que no intentaras atacarme tan pronto- dijo Dumbledore, haciendo que Harry se detuviera de golpe, justo cuando había agarrado el impulso para atacar. El viejo mago seguía estando tan impertérrito como antes-. Sé que eres muy fuerte, Harry, pero yo tengo más experiencia que tú y sé cuáles son tus debilidades, aunque seas un mago como nosotros.

Ian se encogió de hombros detrás de Harry y el joven príncipe se relajó en ui silla entonces, sonriendo letalmente.

-Bien- dijo-. Iré a esas estúpidas clases.

Dumbledore sonrió radiante.

-¡Ah, joven Harry, me alegra que lo hayas considerado! Te aseguro que nadie intentará hacer nada contra ti…

-No lo sé- repuso este mirándose las uñas con desidia-. Pero por si no te das cuenta, viejo, Ryan Butler es profesor en esta maldita escuela. Él quiere matarme y yo me muero por matarlo también ¿No estás jugando con fuego al dejarnos ir a nuestro aire por este castillo?

Era una pregunta retórica, pero Dumbledore respondió con seguridad:

-Ryan no te hará daño mientras yo esté aquí. No te preocupes.

Harry se levantó intercambiando una mirada burlona con Ian.

-Yo no estaría tan seguro.

Ian añadió con una sonrisa que enseñaba el filo de sus incisivos:

-Si ese loco caza vampiros intenta hacernos algo, señor Dumby, no respondemos. Me formaron con una frase de los sinmagia que dice "ojo por ojo".

Dumbledore negó con la cabeza.

-Pueden estar tranquilos.

Harry le echó una mirada de desdén como despedida y salió del despacho con Ian siguiéndole, desgarbado. Mientras bajaban la escalera oculta tras la gárgola, Ian se rió.

-¿Qué te causa tanta gracia?

-¿A que ese viejo es divertido?

Harry alzó las cejas, pero también sonrió.

-No parece muy fuerte a simple vista, pero es poderoso. Lo huelo.

-Hablas como un licántropo- le reprochó Ian haciendo una mueca. Harry se rió, echando a andar por el pasillo con las manos en los bolsillos y el mentón alzado-. No me puedo creer que seas amigo de ese tipo… Joder, ¡eres el vampiro más raro que he conocido! Tu enamorada es una bruja y tú mejor amigo un mitad licántropo. Algún día terminarás mal- dijo Ian haciendo un gesto negativo de cabeza-. Y cuando llegue ese día yo solo seré un espectador diciendo "te lo dije" una y otra vez.

Harry volvió a reírse.

-Ya veremos.

-Oye, ¿y a qué clase se supone que tenemos que ir a hora?

Harry suspiró y sacó el arrugado horario que Hermione Granger le había dado esa mañana, durante el desayuno.

-Em… ¿Qué mierda? ¿Pociones?

-¿Pociones?- se rió Ian-. ¡Jo, mira, lee eso! "Cuidado de criaturas mágicas"

-Deben estar bromeando- dijo Harry con sarcasmo, y ambos estallaron en carcajadas.

-Aritmancia, Transformaciones, Encantamientos, Herbología, Historia de la magia, Defensa contra las artes oscuras…, bueno, eso puede ser interesante- murmuró Harry leyendo todas las asignaturas antes de sonreír burlón-. Apuesto que les enseñan como matarnos.

Ian le dio un suave codazo y apuntó con un gesto del mentón a un alumno bajito de Ravenclaw que iba un poco más delante de ellos. El muchacho parecía no haberse percatado de que los dos vampiros estaban detrás de él, lo que no era de extrañarse, pues Ian y Harry caminaban con el sigilo de un felino de forma natural.

-Mira- sonrió Ian.

Y sin preámbulos, el castaño se movió a una velocidad asombrosa. En un momento estaba junto a Harry y al momento siguiente había caído como un leopardo delante del muchacho.

-¡BUU!

-¡AAHH!

El niño tropezó con sus pies y cayó de bruces, soltando otro gritito de terror. Ian y Harry prorrumpieron en carcajadas.

-¡Que idiota, Jajajaja! ¡Debiste verle la cara, Harry!

-¿Qué están haciendo?- exclamó en ese momento la voz de Minerva McGonagall detrás de ambos. Harry e Ian la miraron sin dejar de sonreír socarronamente. El muchacho de Ravenclaw aun estaba sentado en el piso, pálido.

La jefa de la casa Gryffindor los miró frunciendo el ceño con intensa severidad.

-Acá no toleramos ese tipo de conductas, jóvenes…

Ian se adelantó:

-Mire, abuela…

McGonagall miró a Ian entornando los ojos.

-Ya que quitarles puntos no funciona con ustedes me permitiré…- y tras hacer un movimiento rápido de varita, los labios de Ian desaparecieron. Donde debía haber una boca ahora solo había piel.

Abriendo los ojos con horror, Ian hizo un ruido ahogado, llevándose las manos al lugar donde antes había estado su boca. Harry no pudo reprimir una sonrisa, pero encaró a McGonagall.

-Quédese tranquila. No íbamos a morderlo…

-Asustar a los alumnos es una falta que no permitiré de nadie, ni siquiera de ustedes. No importa lo que diga Dumbledore, pero si debo aplicar la magia en ustedes, lo haré.

Ian, que aun intentaba hablar haciendo ruidos ininteligibles, respiró con alivio cuando McGonagall volvió a hacer que su boca reapareciera.

-¡Usted…!- masculló el castaño a punto de tirársele encima, pero Harry lo sujetó.

-Déjala.

Ian murmuró algo ininteligible y le echó a la bruja una mirada llena de rencor. McGonagall no parecía intimidada.

-Espere, ¿donde enseñan pociones?- le preguntó Harry.

La mujer lo miró unos momentos, sorprendida, y luego se recompuso.

-Síganme.

-Voy a matarla- le murmuró Ian a Harry antes de echar a andar tras ella.

XXX

Ron contempló el contenido de su caldero con desánimo. Junto a él, Hermione suspiró.

-¿No exprimiste los ojos de grympilow, verdad?

-Mierda…

Elliot rió por lo bajo, sacudiendo la cabeza.

Delante de Hermione, Neville estaba lidiando con problemas aun mayores. Su caldero estaba temblando sobre su pupitre y la poción alucinógena, que debía ser incolora, tenía un tono verdoso espeso. Hermione hizo una mueca y, anticipando lo que venía, se echó hacia atrás justo a tiempo.

El caldero soltó un chirrido y saltó por los aires, derramando todo su contenido sobre la cabeza de Neville y algunos Slytherins que se hallaban cerca.

-¡Maldito inútil!- masculló Theodore Nott, haciendo desaparecer la poción viscosa de sus mangas con un hechizo rápido de varita mientras todos los Slytherins y algunos Gryffindors comenzaban a reírse.

-Longbottom, el rey Longbottom- dijo Snape escupiendo desdén mientras caminaba hacia el pupitre donde un nervioso Neville intentaba arreglar el desastre y los Slytherins se burlaban. El líquido verde se le escurría por el pelo. Lavender y Parvati hicieron una mueca de asco.

-Yo… um…

-¡Quince puntos menos para Gryffindor! Ahora limpia este desastre antes de que te quite otros quince más.

Hermione intervino:

-Profesor, yo le ayudaré…

Snape iba a replicarle a la muchacha cuando la puerta del aula se abrió y por ella entraron McGonagall seguida por Harry e Ian. La clase se quedó en silencio y todos contemplaron a los vampiros con consternación. Elliot miró a Ian con frialdad.

Snape enarcó una ceja.

-¿Qué pasa?

McGonagall suspiró y le hizo un gesto a Snape para que se acercaran y hablarle en susurros. Todos observaron como la expresión del profesor de pociones pasaba del desagrado a la frialdad.

-Por supuesto, del director no debería sorprenderme- oyeron como decía Snape frunciendo el ceño. McGonagall hizo un gesto indefinible. Snape se giró entonces hacia ambos vampiros-. Vayan a sentarse.

La clase miró al maestro de pociones con incredulidad.

-¿No va a pedirme que me presente?- repuso Ian fingiendo sentirse muy indignado.

Para sorpresa de todos, Hermione soltó una risita antes de ruborizarse un poco, dándose cuenta de que la habían mirado.

-A sentarse- gruñó Snape mirando a Ian y a Harry con desprecio. Especialmente a Harry. Este último se encogió de hombros y fue a ocupar el puesto vacío que estaba junto a una chica morena de Slytherin, quien palideció un poco, pero mantuvo una expresión digna.

-¿Te molesto?- le preguntó este, burlón.

Ella miró sus manos con nerviosismo.

-N-no.

Ian, sin embargo, se dirigió a directamente a Zabini:

-Tú: cámbiate a otro lado. Quiero sentarme allí.

Zabini, sin amedrentarse, lo encaró mascullando:

-¿Qué?

Snape intervino.

-No toleraré…- pero Ian lo cortó:

-Este es el puesto más alejado de las ventanas y no quiero sentarme cerca de las ventanas. Vete a otro lado, humano, porque voy a sentarme ahí.

Zabini se levantó y lo apuntó con la varita.

-Oblígame.

Hermione miró a Harry en silencio, pero con los ojos muy abiertos y una expresión alarmada, como queriendo decir: "detén esto"

Pero Harry solo se encogió de hombros. Elliot se pasó la mano por la cara, resoplando.

-No seas idiota y haz lo que dice- le susurró Pansy a Zabini con un gesto de terror.

-Este monstruo no me intimida.

-¿Ah no?- siseó Ian, y con un manotazo, hizo que la varita de Zabini volara por los aires. Elliot la cogió con agilidad y dijo:

-No seas estúpido.

Ian lo apuntó con el dedo gritando:

-¿Pero qué hace este maldito aquí?

-Eso debería preguntarlo yo.

Ian se preparó para atacarlo, pero Snape lo retuvo, exclamando furioso:

-¡Ya tuve suficiente! Si no vas a dejar de interrumpir mi clase no dejaré que entres a esta aula jamás…

-Vale, vale, ya entendí- gruñó Ian enfurruñado-. Pero quiero sentarme ahí.

-Zabini- Snape se dirigió al chico moreno con una expresión embebida de tensión-. Ve a sentarte junto a Morgan.

-¡Pero profesor…!

-Ahora- siseó el jefe de las serpientes.

Zabini obedeció escupiendo maldiciones entre dientes. Ian, muy satisfecho, se sentó sonriendo ampliamente a Snape, quien le dio la espalda y se alejó de él echando chispas.

-¿Viste eso?- le susurró Ron a Hermione con los ojos muy abiertos-. El cabeza grasienta lo favoreció. Seguro que se acojonó.

-O tal vez está intentando evitar problemas. Es el jefe de los Slytherins, al fin y al cabo.

-Así que… Potter.

Los ojos oscuros de Snape se clavaron de pronto en Harry con un desprecio tan intenso que hasta el mismísimo Harry se sorprendió un poco. El muchacho arrugó el ceño, replicando:

-No me llame así. No soy un Potter.

-Pues tu parecido con James Potter es demasiado claro para mí- repuso Snape con tono mordaz-. Tan arrogante como él, creyéndote encima de los demás. Siempre causando alboroto para llamar la atención. No pienses que por ser diferente a nosotros podrás ir y venir como se te dé la gana.

Para sorpresa del hombre, Harry sonrió:

-Tal vez no tenga mi varita, asqueroso murciélago insignificante, pero aun puedo destrozarte con estas manos si sigues diciendo estupideces. Los destrozaré a todos ustedes.

La clase entera se quedó petrificada de horror mientras la muchacha Slytherin que estaba sentada junto a Harry, ahogando un gritito, se apresuraba a alejarse de él.

Snape no se inmutó. Sus facciones, sin embargo, estaban empapadas de intenso odio. Ambos se sostuvieron la mirada sin decir nada hasta que, finalmente, Snape le dio la espalda y se alejó de él.

-Todos: detengan lo que están haciendo. Revisaré sus pociones- dijo Snape unos momentos después con voz envenenada.

Harry articuló una sonrisa de medio lado, sabiéndose ganador.

XXX

-Ha sido divertido, ¿a que si?- le comentó Ian a Harry cuando salieron del aula mientras todos los demás los evitaban.

Harry se encogió de hombros.

-Algún día mataré a ese tipo.

-No me ha caído mal, la verdad.

-Tus extrañas imprevisibilidades ya no me sorprenden- dijo Harry sonriendo.

-No debiste decir eso.

Ambos vampiros se voltearon. Hermione Granger, seguida por un reticente Ron, caminó hacia ellos con expresión seria y resuelta.

-¿Decir qué?

-Eso que le dijiste a Snape.

-¿Qué es un asqueroso murciélago insignificante?- intervino Ron-. Pues a mí me ha parecido genial.

-¡Me refiero a eso de destrozarnos a todos!

-Bueno, quizá a ustedes dos no- admitió Harry.

Ian soltó una risa grácil que hizo que algunas muchachas que estaban cerca, mirándolos de reojo, se ruborizaran.

-Muchacha, ¿estás en tus cabales, verdad?- le dijo Ian a Hermione con remilgada elegancia-. Porque por si no te has enterado aun, nosotros somos vampiros. Vampiros. No conejitos cariñosos que saltan en la pradera.

-Y yo soy una bruja que puede usar su varita- replicó Hermione.

Ian parpadeó sorprendido. Hermione se dirigió a Harry, imperturbable:

-Decir ese tipo de cosas no te hace más fuerte, pero en este colegio hay niños pequeños y no te dejaré ir por ahí diciendo ese tipo de cosas.

Harry rodó los ojos. Ian, sin embargo, replicó:

-Trata de impedírnoslo.

-Yo que tú no seguiría tomando esa actitud tan estúpida- dijo Elliot detrás de ellos. El muchacho estaba apoyado contra la pared de brazos cruzados y miraba a Ian como quien estudia a un bicho demasiado común.

Ian gruñó enseñando sus dientes.

-No te he pedido tu opinión.

Elliot sonrió.

-¿Quién necesita pedírsela a alguien como tú?

-Si quieres pelea, tendrás pelea. Venga, lobito, peleemos y arreglemos esto de una vez.

Elliot dudó unos momentos antes de decir:

-No voy a meterme en líos por ti.

Ian se rió con malicia:

-Ya sabía yo que eras una gallina pomposa y patética. ~~Gallinita, gallinita ~~

Aquellas palabras parecieron afectar a Elliot, quien, entornando los ojos, se separó de la pared y caminó hacia el vampiro de cabellos castaños. Un grupo de numerosos alumnos se había congregado a unos metros de ellos, ansiosos por ser testigos de una pelea entre ambos.

-Has roto mi paciencia- masculló Elliot con el cuerpo en tensión-. Voy a hacerte papilla.

-Pruébame- sonrió Ian con los ojos dilatados y una sonrisa feroz.

Hermione los miró boquiabierta, así como Ron. Harry, sonriendo malicioso, se apartó para observar la pelea cruzándose de brazos. Hermione vio que este no parecía predispuesto a detenerlos en lo más mínimo. Hasta se veía divertido con la situación.

-¿No vas a detenerlos?- le susurró, atónita.

Harry la miró con ojos aburridos.

-¿Para qué?

Elliot e Ian gruñeron y saltaron para atacarse. Sin embargo no habían contado con que Hermione sacaría su varita. La castaña pronunció unas palabras, y antes de que los otros dos alcanzaran a tocarse, una espesa pared de hiedra se interpuso entre ambos.

-¡Gah…! ¿Qué mierda?- farfulló Ian, luchando con las hiedras que lo aprisionaban.

Ron miró a Hermione con sorpresa y admiración.

-¡Herm, eso fue genial!

Elliot e Ian lograron zafarse de las hiedras. El primero parecía resignado y hasta medio aliviado. El segundo miró a la chica con rabia.

-¿Qué te crees que haces?

Hermione respiró hondo y se irguió.

-Soy prefecta de mi casa y mi trabajo es impedir, precisamente, que cosas como estas ocurran en los pasillos del colegio.

-¿Y a mí que me importa?

Harry cortó a Ian:

-Ya déjala.

-¡Pero Harry! ¡Me ha humillado!

-El que te humille seré yo si sigues con esto- le amenazó Harry con voz tediosa. Ian suspiró.

-Vale.

Harry se giró hacia Hermione con una mirada embargada de hondo interés.

-Eres más hábil de lo que creía. Al parecer tendré que tenerte también en mi lista negra.

Ron frunció la frente y encaró a Harry apuntándolo con el dedo.

-Si le haces algo a Hermione yo te… te…

-¡Tranquilo, solo bromeo!- sonrió Harry con la misma gracilidad que había mostrado Ian anteriormente. Elliot también esbozó una sonrisa.

-Tengo hambre- dijo Harry entonces, mirando alternativamente a Elliot y a Ian-. ¿Vamos a buscar alimento?

Ron palideció. Elliot, al ver su semblante, soltó una carcajada.

-No es lo que imaginas, Ron. Los elfos de Hogwarts tienen indicaciones especiales para nosotros. Cortesía de Dumbledore.

-Yo no voy a ninguna parte con ese- masculló Ian, y enfurruñado- pero sin perder la elegancia-, se alejó de ellos por los pasillos.

Harry resopló y luego miró a Elliot.

-¿Vamos? Me duele la cabeza. No he comido nada desde ayer.

-Vamos.

-Ustedes…- Harry miró a Ron y Hermione-¿Tienen algo que hacer ahora?

Ambos negaron.

-Si quieren pueden venir con nosotros. Así comprueban que no vamos a comer personas y dejan de mirarnos con esa expresión tan mierdosa.

Hermione titubeó, pero Ron dijo, entusiasmado:

-¡Claro! ¿Te vienes, Hermione?

La muchacha sonrió.

-Está bien. Vamos.

XXX

Ginny y Ann estaban sentadas sobre la mullida alfombra de las cocinas bebiendo chocolate caliente. Junto a ellas, una elfina de voz dulce llamada Gilly les preguntaba si se les ofrecía algo más.

La muchacha pelirroja le sonrió:

-El chocolate está delicioso, Gilly, ¿te molestaría si te pido otro?

-¡Yo quiero un trozo de tarta, jugo de calabaza y ese flan de mora tan rico que sirvieron anoche!- añadió Ann con energía-. Ah…, y si pueden, con caramelo encima.

La elfina hizo una graciosa reverencia y sonrió ampliamente.

-Gilly estará encantada de complacer a las señoritas. Las señoritas Weasley y Potter pueden pedirme lo que quieran siempre que vengan.

Dicho esto, Gilly fue a buscar lo pedido.

-Adoro a los elfos domésticos- dijo Ann, recostándose sobre la alfombra con una sonrisa de satisfacción-. Fue buena idea venir aquí. Además estaba muerta de hambre.

-Tú siempre estás muerta de hambre- dijo Ginny riendo y sorbiendo su chocolate con regocijo-. ¡Jo! Esto está demasiado bueno.

-Oye, ¿y qué harás ahora? Antes de que viniéramos aquí escuché que mi colmilludo hermano mayor y el tal Ian asistirían a las clases. Ese Ian, por cierto, está muy bueno. Pero me quedo con Elliot.

Ginny bajó su taza de chocolate y frunció un poco la boca.

-¿Qué quieres que haga? Harry está prisionero aquí, pero eso no significa que él y yo volveremos a estar juntos. Nunca funcionará.

Ann suspiró.

-Pero tú estás enamorada de él.

-Harry prefiere llevar a cabo su guerra, su venganza y sus instintos destructivos antes que a mí. Lo que me preocupa ahora es justamente eso: que se vuelva peor ahora que está obligado a permanecer aquí. Es peligroso. Y no lo digo solo por él, sino por su raza entera. Algo me dice que las cosas se pondrán bien feas.

-Mis padres están sufriendo mucho- murmuró Ann con voz sombría. Ginny la miró sorprendida, pero la dejó proseguir-. Darek también sufre, pero ahora no quiere saber nada de Harry. Anoche me dijo que no importa lo que pasara, que nunca lo iba a perdonar por atacar a papá la otra vez en ese baile y que no era su hermano. Yo… no sé qué pensar. Mamá llora todos los días y papá está demacrado, aunque sigue convencido de que Harry terminará volviendo con nosotros.

-Harry también está sufriendo- se descubrió Ginny diciendo entonces. Ann se enderezó y la miró, parpadeando.

-¿Cómo lo sabes?

Ginny tragó saliva.

-No es que él me lo haya dicho. Pero… lo percibo. Creo que Harry está sufriendo mucho con toda esta situación, y a pesar de que es un bastardo, también tiene sentimientos. No debe ser fácil para él tener que elegir entre dos bandos. Quiero decir que aunque tus padres son sus padres biológicos, Harry creció con otra familia y escuchando historias feas sobre los magos.

Ann sonrió con tristeza.

-Tal vez debo hablar con él- asintió la morena.

Gilly apareció junto a ellas con una bandeja de plata llena de todas las cosas que le habían pedido. Ann y Ginny abrieron la boca para agradecerle cuando la puerta redonda de la cocina se abrió justo en ese momento, haciendo que ambas muchachas dieran un respingo.

Pero se quedaron de piedra cuando vieron quienes eran.

Ann y Ginny se ruborizaron ligeramente cuando Harry y Elliot aparecieron detrás de Ron y Hermione.

-¿Qué están haciendo aquí?- les preguntó Ron, tan sorprendido como ellas mientras Gilly y otros elfos domésticos se apresuraban a atender a los recién llegados.

-¡No, no, no!- repuso Ann-. Qué hacen ustedes aquí. ¡Especialmente, ustedes!- añadió apuntando a Harry y Elliot, aunque no pudo evitar sonreírle como boba a este último.

Harry, sin embargo, intentaba no parecer estúpido delante de Ginny y la pelirroja hacía lo mismo por su parte. Ninguno de ellos se miró a los ojos. Ann soltó una risita.

-Dumbledore nos deja venir a buscar alimento cada vez que queramos- explicó Elliot encogiéndose de hombros-. Carne cruda para mí y sangre para Harry. Los elfos domésticos ya están al tanto.

-¡Ugh!- dijo Ann, haciendo una mueca.

-Y Harry nos dejó acompañarlos- añadió Ron, encogiéndose de hombros y diciéndole luego a un elfo:- Chuletas de cerdo, cerveza de mantequilla y panecillos de chocolate para mí, por favor.

Hermione lo miró frunciendo el ceño.

-¡Nosotros no venimos a comer!

-Si estoy aquí, comeré- replicó el pelirrojo.

-Ese es el espíritu- le felicitó Ann mientras devoraba su tarta. Elliot la miró y sonrió. Ann se apresuró a taparse la boca y limpiársela con la servilleta para ofrecer un aspecto menos grosero, pero fallando miserablemente.

-No tienes que hacer eso- le dijo Elliot sentándose frente a ella después de pedirle a los elfos que le trajeran carne cruda bañada con sangre fresca-, no eres tú. Me gusta verte comer con esa energía.

Ann sentía que las mariposas en su estómago hacían piruetas dentro de ella.

-¿En serio?

Elliot también sintió que se ruborizaba un poco.

-Claro…

Harry, que se había sentado en un rincón apartado, miró de soslayo a Ginny y pilló a la pelirroja haciendo lo mismo. Ambos voltearon sus miradas.

"Mierda" pensó Harry.

"¡Seré idiota!" pensó Ginny a su vez, mirándose las manos sobre el regazo.

Hermione, notando la tensión, carraspeó y le preguntó a Harry con una sonrisa:

-Oye, Harry, ¿donde naciste?

-No puedo decírtelo- respondió este de forma casi automática, aunque aliviado por tener que dejar de intentar no mirar a Ginny. No bajaba la guardia tampoco.

-¿No?

-Danos una pista- dijo Ron, muerto de curiosidad.

Harry se rindió.

-Mi hogar y el de mi raza, los Vlad, es una ciudad llamada Gelrion. Pero nunca les diré su ubicación…

-¡Gelrion!- repitió Hermione, dando un ligero respingo. Se inclinó para mirar a Harry atónita-. Entonces… ¿esa ciudad realmente existe? ¿Existe de verdad?

Harry parpadeó.

-¿Has oído hablar de ella?

-He leído sobre ella- dijo la castaña. Todos la miraron interesados-. La ciudad del Crepúsculo, La joya del Bosque Oscuro. Los muggles no lo saben, pero esa fue la Ciudad que inspiró a J.R.R Tolkien para escribir sus libros y crear la ciudad legendaria de los elfos y… ¡Oh, por Merlín! ¡Entonces eran ustedes!

Harry estaba cada vez más perplejo. Los otros, sin embargo, cada vez entendían menos.

-¿Puedes explicarnos bien?- le sugirió Ann.

Hermione se levantó de su silla (como hacía cada vez que estaba nerviosa o extasiada) y se retorció los dedos, emocionada. Finalmente miró a Harry con los ojos brillantes.

-¡Los elfos de Tolkien eran ustedes, los vampiros que viven en Gelrion!

-¿Quién es Tolkien?- dijo Ginny.

Hermione se dio cuenta entonces de que era la única allí que conocía el mundo muggle.

-Tolkien es un escritor inglés muy famoso en todo el mundo- respondió-. Es muggle, claro. Mi madre me leía el Hobbit, uno de sus libros, cuando yo era niña. Entonces me volví fanática de ese escritor. Pero hace unos años descubrí un pequeño libro en el callejón Diagon llamado "Idas y venidas; la amistad de un mago y un muggle". Allí un mago cuenta la historia de su amistad con un profesor de literatura inglesa llamado J.R.R Tolkien, al que conoció mientras hacía un viaje por los bosques de Transilvania.

Harry se puso tenso.

Mierda. Ya lo sabía.

-El mago le confesó a Tolkien sobre la existencia de la magia y este juró nunca contarle nada a nadie, promesa que aparentemente cumplió a lo largo de toda su vida. Mientras viajaban le dijo que su sueño era encontrar la legendaria ciudad de Gelrion, un lugar del que su abuelo le había hablado cuando era niño y que, según decían, era la ciudad más hermosa del mundo y que estaba poblada por gente sobrenaturalmente hermosa- continuó Hermione, cada vez más entusiasmada-. El mago, desgraciadamente, murió antes de poder encontrar la misteriosa ciudad, y en su honor, Tolkien escribió en sus libros historias sobre los hermosos elfos que vivían en una ciudad legendaria llamada Rivendel y que tenía las mismas descripciones de Gelrion. Por cierto, el mago se llamaba Beren, y Tolkien llamó a uno de sus personajes con ese nombre.

-¿Hermosos elfos?- se rió Elliot mientras Ron se atoraba, riendo también.

-Bueno, los elfos que reinventó Tolkien no son iguales que los elfos domésticos- dijo Hermione-, sino hermosos, inteligentes y de muy larga vida. La historia que creó está llena de mitología y personajes fascinantes. Tolkien es un gran escritor.

-¿Cómo podía saber el abuelo de ese tal mago llamado Beren sobre la existencia de Gelrion?- inquirió Harry, preocupado.

-No lo sé. Nunca lo dice. Pero ya séque la ciudad está habitada por vampiros y existe en verdad- dijo Hermione, aun emocionada-. No puedo creerlo.

-Si le cuentas a alguien más de esto, te mato- le amenazó Harry, haciendo que todos se quedaran callados.

Ginny frunció el ceño.

-No te atrevas a amenazarla. Hermione no…

-Mi pueblo nunca dejaría que supieran la ubicación de Gelrion- sentenció Harry-. Nunca lo permitiríamos.

-No le contaré a nadie- le prometió Hermione.

Ron asintió también.

-Ni yo. Aunque supongo que debe ser un sitio realmente fascinante. ¿De verdad es una ciudad tan hermosa?

-Tan hermosa que ni el más prodigioso pintor podría capturar el tercio de su belleza en un óleo- dijo Elliot, haciendo que todos lo miraran sorprendidos.

-¿Cómo lo sabes?- le pregunto Ann parpadeando.

Elliot miró a Harry unos momentos, quien se encogió de hombros, y luego respondió:

-Porque antes de que yo fuera mordido por un hombre lobo, era un vampiro de Gelrion. Un Vlad como Harry.

Todos, menos Harry, soltaron exclamaciones de sorpresa.

-¿En serio? ¿Por eso conoces a Harry?

-Elliot y yo éramos amigos cuando él… aun no era mordido- dijo Harry con voz sombría, sorprendiéndolos todavía más. Ginny entendía ahora por qué aquella vez, en la enfermería, Elliot le había dicho ese tipo de cosas a Harry.

Habían sido amigos vampiros de la infancia. Entonces era cierto. La pelirroja aun no se lo había creído.

-¿Ian también?- le preguntó Ann a Harry. Este negó.

-Ian pertenece al clan de los zheldrak. Una raza vampírica diferente a nosotros.

-¿Qué le pasa a tu cuerpo cuando hay luna llena?- le preguntó Ann a Elliot.

Elliot torció una sonrisa amarga.

-No quieres saberlo.

-Bueno, pues hay algo que sí quiero y es que sepas que no me importa- sonrió Ann Potter con las mejillas teñidas de un leve color rosado. Elliot sintió unos extraños retorcijones en el estómago que no había experimentado antes. Entonces ella se inclinó y lo besó suavemente en los labios, sin importarle que los demás estuvieran observando.

Unos segundos después, Ann se separó de él y Elliot balbuceó:

-Ehh... qué… ¿qué?...

-Me gustas mucho, Elliot- le dijo Ann con aplomo-. Quería que lo supieras.

Elliot sonrió sin saber qué decir.

-Ann... yo...

Ginny miraba a su amiga sorprendida. Nunca hubiera esperado que lo hiciera de forma tan repentina, pero se alegró por ella. Por sus agallas. Las agallas que ella no tenía. Inevitablemente se sintió deprimida, aunque no sabía a qué venía eso.

-Harry… ¿qué te pasa?

Hermione y Ron habían dejado de lado su sorpresa y ahora se inclinaban sobre el joven vampiro de cabello negro, que jadeaba suavemente en su silla, sujetándose el pecho. Había bebido la copa de sangre que le llevó una elfina minutos antes, pero aun así…

Elliot frunció el ceño. Ann se levantó.

-¿Te sientes bien?

-Si…- gruñó Harry, aunque era evidente que mentía.

Ginny palideció de pronto. Las manos le temblaron.

"Se está muriendo, humana… y es por tu culpa"

Con un quejido, Harry se desplomó entonces sobre el piso, haciendo que los demás gritaran de sorpresa. El muchacho estaba más pálido que nunca y respiraba entrecortadamente. Ginny se arrodilló junto a él con asfixiante desesperación y tomó su rostro entre sus manos. Harry le dirigió una mirada vidriosa. Una mirada sin ver.

Sin embargo, él podía sentir su aroma a flores.

-Ginny…- murmuró.

-¡Iré a buscar a madame Pomfrey!- dijo Hermione.

-¡Vamos contigo!- se apresuraron a decirle Ann y Ron, tan preocupados como ella.

Los tres desaparecieron por la mágica puerta de las cocinas y solo quedaron Harry, Ginny y Elliot, que contemplaba a su amigo sin saber qué hacer.

-Harry… Harry… ¿me escuchas?

-Creo que voy a morir- musitó Harry, y sus dedos aferraron con suavidad la mano de Ginny mientras se sostenía el pecho con la otra mano-. No hay… manera de que… pueda…

Elliot miró a Harry, que había cerrado sus ojos, y luego a Ginny, que tenía los ojos llenos de lágrimas. La máscara de recelo, desdén y resentimiento había escapado de su rostro para revelar una mirada teñida de miedo y un profundo amor. Un amor que dolía mirar.

Elliot estaba estupefacto.

"Realmente ellos…"

Miró a Harry, que aun respiraba forzosamente aferrando la mano de Ginny. Y entonces Elliot lo comprendió.

-¡Harry!- exclamó-. Es… ¿es Ginny la que apareció en el espejo? ¿No has terminado el ritual por eso?

Los labios resecos de Harry esbozaron un leve asomo de sonrisa.

-¡Harry, mírame!- le exigió Ginny sollozando y aferrando el rostro de él entre sus manos. La pelirroja inclinó su rostro hasta que sus ojos se hallaron a centímetros de los de Harry-. Por favor… quédate conmigo… ¿Elliot, que le pasa? ¿Tú lo sabes, verdad?

-Si- musitó el chico, pálido.

"Mierda. Mierda. Harry"

-No se lo digas…- gimió Harry con la voz tan débil que Ginny se sintió desfallecer también.

-Harry debe matarte porque eres tú la que apareció en el espejo- explicó Elliot, sombrío-. El espejo que le muestra a los Vlad el rostro de la persona a la que deben matar para completar su ritual de iniciación.

-¿Y qué pasa si no lo cumplen?- preguntó Ginny, sosteniendo a Harry entre sus brazos mientras este intentaba no perder la conciencia.

-Se mueren- respondió Elliot llanamente-. Su cuerpo deja de asimilar la sangre de otros, quedándose sin oxígeno y deteniendo el bombeo de sangre. Entonces, lentamente, empiezan a morir.

Ginny abrió desorbitadamente los ojos.

-¿Era por eso?- sollozó, volviendo a mirar a Harry. Esta vez, sus lágrimas caían sin detenerse de sus ojos avellanas-. Harry… por favor… mírame… Harry...

-No importa- murmuró este. Sus ojos verdes, vidriosos, se entreabrieron apenas-. No importa…

-¡A mí me importa, idiota!- lloró Ginny-. ¡Nunca me dijiste… nunca…!

-Matarte sería peor que morir- repuso Harry.

La muchacha sollozó, cubriéndose la boca, y negó con la cabeza.

Ahora lo entendía. Ahora entendía por qué era su culpa.

Ginny supo entonces, sin saber cómo, lo que tenía que hacer. Lo único que podía hacer.

Inspirando hondo, ella sacó su varita del bolsillo y se levantó para ir a buscar una copa de plata que se hallaba cerca. Elliot la miró aturdido.

-¿Qué vas a hacer?

Ginny no contestó. Elliot vio atónico como ella colocaba su muñeca sobre la copa, apuntándola a continuación con su varita:

-¡Diffindo!

Ginny hizo una mueca de dolor cuando un enorme corte apareció en su muñeca, pero no apartó la mano. Entonces la sangre empezó a gotear generosamente dentro de la copa.

El olor metálico y dulzón- al menos para los vampiros-, llegó con fuerza hasta el sentido olfativo de Elliot, quien se apartó cubriéndose la nariz con la manga.

Cuando la copa estuvo casi llena, Ginny, que lucía un rostro pálido y parecía debilitada, cerró se herida con hechizo y se arrodilló junto a Harry sosteniendo la cabeza de este con ternura.

-Por favor, bebe. Bebe y vive por mí.

Como un animal con instinto, Harry jadeó, desesperado al oler aquella sangre, y abrió los labios para aceptarla. Ginny colocó el borde de la copa sobre sus labios y Harry bebió de su sangre con lenta avidez hasta que la copa estuvo completamente vacía. Pasaron unos minutos. Ginny observó el rostro de Harry con los ojos rojos por las lágrimas.

-Quédate conmigo, Harry- le susurró, dejando caer la frente sobre la frente de él sintiéndose agotada-. Quédate conmigo.

Entonces sintió unos dedos fríos, pero amables, rozar sus labios. Ginny abrió los ojos y se topó con la mirada cansada de Harry. Sin embargo, sus ojos verde esmeralda la contemplaban con un amor y un anhelo tan grande que Ginny sintió ganas de estrecharlo entre sus brazos y no soltarlo jamás.

-Gracias- murmuró él, sin dejar de tocar sus labios-. Gracias Ginny.

La pelirroja sonrió, pero una lágrima traicionera escapó de sus ojos y cayó sobre el pecho de él.

-No pienso dejarte morir. No por mí.

-Debiste hacerlo. Te haré daño, Ginny… yo…

-Cállate. No digas ni una palabra más- repuso ella, y sollozando, se inclinó para juntar sus labios con los de él.


Quiero agradecer los anteriores comentarios a:

valeria: Gracias por comentar ^^ Por supuesto, yo prefiero los vampiros, como tú dices, de "casta". Me parecen mucho más fascinantes, y a mí Edward Cullen me parece demasiado bueno y perfectísimo como para gustarme. Lo cierto es lo detesto XD Tu sugerencia para que Harry se de cuenta de la verdad me parece muy interesante. La consideraré. Ah! y lo de que Harry está comprometido, pues será muy interesante ver como reacciona Ginny.

Kaito Hatake Uchiha : Gracias por leer ^^ Espero que este capi te haya gustado

Vickyy Riddle : Creo que tienes poderes premonitorios. Ocurrió justo lo que dijiste en tu anterior comentario!, jajaja. Gracias por comentar ^^

Arcangel Guerrero : Siempre quise que Ian fuera un caradura, sobre todo porque es un Malfoy, tal como tú dices. Me gusta mucho ese personaje. Gracias por leer ^^

andryharryp: Esta vez no publiqué tan pronto como antes, lo siento. Sip. Harry, Ron y Hermione deben tener conexión incluso en este raro fic, porque ellos están destinados a ser amigos. Jojojo. Que bueno que Ian te parezca gracioso, es el perfil que trato de darle, aunque tendrá sus momentos de seriedad extrema más adelante ._. Gracias por comentar!

Nyra Potter : Hola, gracias por comentar!^^ Ha sido medio raro poner a Ian en un aula de clases, pero a viste que a él le gusta. Me parece que este capítulo debe haberte gustado, pues puse al trío, a Elliot y a Harry/Ginny. Nos leemos! :D

Micro-stars : Sorry por publicar tan tarde. Me halaga mucho que pienses que mi escritura ha mejorado, porque es lo que intento. Y si: la trama ahora empieza a entrelazarse y a ponerse más oscura y dramática. En realidad, tengo toda la historia pensada, incluso su final! Gracias por comentar ^^

Irene Radcliffe: lo de Draco será muy interesante, y lo de Ryan Butler... pues este personaje tendrá un papel muy relevante en el futuro. Ha aparecido Aldana, viste? Y Ginny ya se enterará de que Harry está prometido con ella. Lo de Harry celoso de Draco... jajaja, pues ahí verás como se pondrá la cosa entre ellos! Ahhh, y no olvides de Voldy, que él siempre quiere matar a Harry, aunque sea en un universo alternativo, jajaja. Espero que te haya gustado este capi y el beso inesperado de Ann *O* Yo también creo que Elliot es un amor, y eso que pretendía que quedara más rudo. Nos leemos!

Harumi-Hyuga: Gracias por comentar ^^ A mí también me gustan muucho los vampiros, pero los tradicionales, por supuesto. Hay algo tan trágico en ellos T_T Espero que este capi te haya gustado!

f1ameseeker: Jeje, sorry por tardarme en actualizar. Espero que este capi te haya gustado! ¿Ian en Hufflepuff? Jeje, pues yo más bien lo veo en Slytherin. Él es un Malfoy y un zorro astuto, jajaja, pero buen amigo. Y nop, no abandoné paralelamente opuestos. Pienso proseguirlo después de terminar An inmortal love. Gracias por comentar!

Paulli: supongo que no te esperabas que Ian fuera un Malfoy. Jojo. Habrá una historia muy interesante que revelar de Ian más adelante. Y si, has sabido captar que es todo un slytherin, jajaja. Si, pobre de Harry, no la está pasando tan bien, aunque ya veremos como se pone la cosa. Graciass por comentar!

sayurisan: Gracias por comentar ^^ Y si: cuando son historias de magia, es muy difícil no coincidir con ciertos tópicos. Nos leemos!

yooyoo: Jajaja, ya he actualizado! Espero que te haya gustado el capi. Nos leemos :)

Lily: tu comentario me hizo reir un poco XD Me sentí ligeramente presionada, jajaja. Espero te haya gustado el capi ^^

alysson: ¡Hola! ¿Ann/Ian? ¿A que harían buena pareja? Pero habría sido muy típico y no quería caer en eso. Gracias por comentar ^^


Bueno, ha sido todo por ahora. Espero que les haya gustado. Y, por favor, no teman en dejar su comentario. Los comentarios son lo que animan a cualquier escritor de fanfics a escribir y publicar más rápido ^^ He visto que siempre hay gente agregándome a favoritos, pero nunca dejan un comentario u.u

Cuídense mucho!

Su fiel servidora,

Llaelien.