Ángel de la guarda II
Silencio, eterno y absoluto; no puedes escuchar llanto ni sonrisas, no se puede escuchar las gotas de lluvia, silencio y soledad siempre van juntas... "¡Escarpelo!"... Siempre de la mano el llanto y la tristeza... "¡No dejen que se nos vaya!"... Vida y muerte unidas por un hilo transparente... "No responde!"... ¿Cuándo sabemos que hemos roto ese hilo?; abrí mis ojos y vi una luz cegadora; muchas manos estaban sobre mi, me senté y mire a mi alrededor; a mi lado derecho habían 3 hombres todos vestidos de verde, y a mi lado izquierdo 2 mujeres, eran doctores y enfermeras, todos tocándome, pero yo no sentía nada; cuando mire detrás de mi, estaba yo con muchos tubos en mi boca y en mi garganta, me estaban operando, pero yo estaba bien! sentada sobre mi misma, me asuste y me levante de la cama, era un cuadro horrible y aterrador. (Kagome)
"Hombres y mujeres excepcionales salvan vidas, siempre y cuando este en sus manos el poder hacerlo"
-Kagome: ¿Qué?!
Mire a todos lados, pero no había nadie, era una voz masculina, se escuchaba tan tranquila, pude haber quedado horas hipnotizada escuchando esa voz; cuando vi a mi lado había un joven no sabia de donde había salido era alto, vestido de color negro, tenia un resplandor plateado por todo su cuerpo, era impresionantemente imponente. (Kagome)
-Kagome: ¿De donde saliste?, ¿qué pasa? ¿Dónde estoy? ... ¿Quién eres tú?
"Como siempre, nunca entienden lo que ocurre luego de ser expulsados, o tal vez es que no desean entender... Me llamo Hoyo"
-Kagome: ¿Qué me ocurrió?
-Hoyo: Eso ya lo deberías de saber, mira allá en la ventana del quirófano...
Mire muy lento y vi a mi madre, ella estaba llorando viendo fijamente como los doctores colocaban sus manos dentro de mi; me acerque e intente tocar el vidrio pero no podía tocarlo, comencé a llorar, Hoyo coloco su mano en mi hombro y me volteo. (Kagome)
-Hoyo: No puedes tocar nada como vez te repele todo, no puedes ni atravesarlo ni tocarlo así de sencillo, eso es para que no puedas salir de esta habitación en la que esta tu cuerpo, no saldrás de ella hasta saber que ocurrirá...
-Kagome: No voy a sobrevivir a la operación?
-Joyo: No lo se... Te atropello una gandola Kagome, te fracturaste todo tu lado izquierdo, es un milagro que estés en este quirófano.
-Kagome: Viniste a buscarme... porque yo no te dije mi nombre...
-Hoyo: No seas pesimista, escucha el hecho de que estés fuera de tu cuerpo no significa que estas muerta... El cuerpo y el alma son seres individuales, el alma hace que el cuerpo se mueva, y el cuerpo protege el alma; Tu cuerpo esta muy lastimado, y ya no tiene forma de protegerte, tu ahora eres el ser, eres el alma que ha expulsado el cuerpo, porque el no puede mantener el corazón latiendo.
-Kagome: Entonces si estoy muerta...
-Hoyo: Mira aquel pequeño latido que refleja aquel monitor es signo de vida, y mientras no se apague estas formalmente viva...
-Kagome: No quiero morir... Ayúdame...
El me miro con unos ojos llenos de esperanza y parecía que alrededor de este camino al final había un rayo de luz, me explico que no podía dejar la sala, hasta saber que ocurriría con mi cuerpo si aceptaría nuevamente mi ser o si moriría; Luego de 3 Horas, los doctores salieron del quirófano hablaron con mi madre yo no pude escuchar, el monitor aun enseñaba aquel pequeño latido, aun no había muerto, mi madre comenzó a llorar; colocaron mi cuerpo en una camilla y lo sacaron, yo caminaba detrás de el como si algo me atara con el. (Kagome)
-Kagome: Hoyo ¿qué ocurre? No puedo detenerme!
-Hoyo: Esa es buena señal, eso significa que tu cuerpo no permite que te alejes, tal vez desee que entres de nuevo en el...
Lo colocaron en terapia intensiva, mi madre abrazaba a Zota y ambos lloraban sin consuelo; yo me senté en la cama y miraba todos esos cables que salían de mi cuerpo, inclusive había uno que parecía estar unido a mi corazón, no estaba muy segura, Hoyo se paro a mi lado, allí estuvimos por 2 horas mas. (Kagome)
-Hoyo: He venido como unas 12 veces a este Hospital, pero creo que Kaede esta vez se equivoco...
-Kagome: ¿Kaede? ¿Quién es? Y tu ¿qué eres?
-Hoyo: No necesitaras saber quienes somos si todo sale bien, si vuelves a tu cuerpo.
-Kagome: Mejor no me expliques, yo solamente deseo volver, no me puedo ir.
-Hoyo: solo nos queda esperar...
Hoyo se sentó en la cama que estaba junto a mi, estaba vacía, seguían pasando las horas, me levante y me acerque al monitor, mis latidos eran débiles, casi escasos; si pudiera tocarlo vería como hacer que esos latidos fueran mas rápidos o con mayor fuerza; acerque mi mano hasta el, y de pronto el no me repelió, como había ocurrido antes, lo atravesé. (Kagome)
-Kagome: Hoyo ¿qué significa el que atraviese las cosas?
Voltee a mirarlo el estaba sentado en la camilla, el traje negro ya no estaba, vestía una camiseta plateada brillante y hermosa, y su pantalón y sus zapatos eran del mismo color, detrás de el se podían ver unas alas plegadas a su espalda; y el brillo que lo rodeaba se había vuelto mas fuerte; tenia 5 botones de oro en el lado derecho de su camisa, mis ojos no creían lo que veían. (Kagome)
-Kagome: ¿Qué te paso? ¿Cuándo te cambiaste?
-Hoyo: Esta es una mala señal... creo que después de todo si tendré que explicarte...
-Kagome: ¿Eres un ángel?
-Hoyo: Soy un ángel de plata, Kagome tu cuerpo te ha expulsado por completo.
-Kagome: ¿Qué?... No puede ser, pero aun late mi corazón, mira el monitor, dijiste que mientras hubiera actividad allí reflejada estaba oficialmente viva!
-Hoyo: Las personas que ven a los ángeles están mas muertos que vivos... No es por desanimarte, pero tu cuerpo no te aceptara por un buen tiempo, no es capaz de protegerte...
-Kagome: No me voy a ir hasta que entre en ese cuerpo...
Me monte sobre la cama, y cuando me acosté sobre mi cuerpo, salí expulsada hacia atrás, como si algo me empujara. (Kagome)
-Hoyo: ¿Estas bien?
-Kagome: si creo...
Vi a Hoyo, sus alas eran realmente hermosas estaban extendidas y sus manos me sostenían, comencé a llorar. (Kagome)
-Kagome: Yo no quiero morir...
-Hoyo: Calma, no estas muerta, no aun, tengo que terminar mi tarea.
De pronto escuche una hermosa canción, parecía el canto de una sirena, atraía de tal manera, que me olvide por un instante del dolor que sentía en mi pecho, la tristeza se alejo, mientras aquel canto llenaba mis oídos de algo mágico. (Kagome)
-Hoyo: Vamos.
Atravesamos la pared, fue algo muy extraño, vi a mi madre y a Zota ambos dormían, me acerque y les di un beso, un beso que jamás sabrían que les di; Hoyo me guiaba por el pasillo, la hermosa melodía se hacia cada vez mas fuerte, llegamos a la puerta de la capilla del hospital. (Kagome)
-Kagome: Vamos a rezar por mi cuerpo? ¿Oye que es esa canción?
-Hoyo: No vamos a rezar Kagome, y ese es el llamado de Kaede… nos espera...
Mire a Hoyo, quien me extendió la mano, la tome con mucha fuerza, estaba muy nerviosa, pero al mismo tiempo muy ansiosa de saber de donde provenía aquella melodía. Cerré mis ojos sentí como la mano de Hoyo me guiaba, di 2 pasos y sentí como si unas sabanas de terciopelo me rodeaban y develaban un nuevo mundo, abrí mis ojos y no creía lo que veía. (Kagome)
-Hoyo: Nos debe estar esperando en la gran sala... ¿Kagome?
Era un gran espacio, con columnas que se perdían en la inmensidad del techo, el techo tenia dibujado pequeños ángeles que se movían por todos lados y correteaban jugando; Todo estaba vestido de blanco, delante de mi habían miles de ángeles cada uno con algo en la cabeza, se movían de aquí para allá, con papeles, niños, algunos hasta con instrumentos musicales, todos de diferente color de piel, de diferente sexo, de diferentes cabellos y ojos; todos con alas blancas y unas togas del mismo color, la luz que resplandecía de cada uno de ellos, era blanca también, pero ninguna tan fuerte como la de Hoyo quien me veía. (Kagome)
-Kagome: es, es, es, es el cielo?
-Hoyo: No, esta es la sala común, es digamos la puerta de bienvenida y además están las "oficinas" del cielo, cada puerta lleva a un lugar especifico, si no conoces cada una de ella te puedes perder, y debemos buscarte, no querrás eso, así que no te separes de mi...
-Kagome: Si!
Seguía de muy cerca de Hoyo, este cuando pasaba los demás ángeles le cedían el paso, todos parecían guardarle un gran respeto, habían muchas caras, todas hermosas, cruzamos a la derecha y seguimos caminando, la sala común era enorme, creo que vi como un billón de ángeles en esos minutos en los que caminaba con Hoyo, por fin vi una gran puerta era enorme, como de 5 metros, era hecha toda en oro, grabado tenia una cruz y sobre esa cruz se podía leer " La luz y la esperanza llevan al camino de la verdad". (Kagome)
-Kagome: Aquellos que no sepan hablar español no podrán leer eso...
-Hoyo: Aquí deseamos que todos se sientan como en casa, así que hablamos un mismo dialecto el español, todos los que entran aunque no sepan hablarlo se les da el don de entenderlo y aprenderlo... pero quiero que mires con mas atención esa puerta...
Mire a Hoyo y luego vi la imponente puerta, las letras comenzaban a cambiar, ahora estaban en ingles, era increíble. (Kagome)
-Hoyo: Y luego cambian a Japonés y luego para árabe, y a todos los dialectos que te puedas imaginar...
-Kagome: Es increíble...
Antes de tocar la puerta, esta se abrió, develo un pasillo, las columnas seguían igual de altas, y los ángeles del techo venían secreteando, se podía ver una gran silla, una hermosa fuente estaba justo frente a nosotros separándonos del majestuoso asiento, y una luz dorada estaba parada en la ventana que se encontraba como en una pequeña sala aparte separada por 3 escalones, también junto a la ventana había una especie de cuerno, tallado y pintado muy delicadamente. (Kagome)
-Hoyo: Señora aquí esta, al final su cuerpo la expulso por completo.
"Si eso pude ver..."
Fue la voz más delicada que jamás había escuchado, llena de sabiduría, quede impactada, cuando 2 grandes alas doradas, se desplegaron y al voltearse pude ver los ojos de una anciana muy hermosa, su traje era blanco con detalles en oro, bajo los escalones y se acerco a mí. (Kagome)
-Kagome: ¿Quién es usted?
"Una joven muy curiosa e podido ver, haz hecho miles de preguntas y casi ninguna te ha sido contestada, bueno bienvenida a la Gran Sala, casi ninguno entra aquí, me llamo Kaede soy un ángel dorado pequeña"
-Kagome: Es un honor el poder verla señora Kaede... ¿Por qué dice que casi ninguno entra aquí?
-Kaede: Porque no a todos les gusta ser un ángel guardián, o casi nunca tienen esa situación tan precaria como la tuya...
-Kagome: Ángel guardián?
-Kaede: así es, Kagome debido a que no puedes pasar al cielo, debido a que tu cuerpo aun esta con vida, permanecerás en la tierra como un ángel guardián... te enseñaremos tu protegido ahora mismo, sígueme...
-Hoyo: Yo me retiro señora.
-Kaede: Muchas gracias Hoyo, como siempre un excelente trabajo.
-Hoyo: El alma de Kagome es muy pura por eso no se presento ningún problema.
-Kagome: ¿Problema?, estoy muy confundida...
-Kaede: por aquí querida.
Hoyo se retiro se veía muy orgulloso por lo que había hecho, el traerme parecía una travesía peligrosa, Kaede me introdujo en una sala, estaba llena de flores, miles de colores juntos en ese pequeño vivero, mariposas blancas revoloteaban en el aire, y una pequeña cascada salía de la pared, habían cuadros de pequeños árboles, que dejaban caer sus hojas, parecían reales, pero estaban en un lienzo. (Kagome)
-Kaede: Mira las aguas de este lago, es pequeño pero me enseña lo que ocurre, me muestra lo que deseo ver o lo que debo ver, paso mucho tiempo dentro de esta habitación, por eso esta decorada con lo mas bello de la tierra la naturaleza, ahora ve el agua y te revelara quien será tu protegido.
Ella se coloco a un lado, su luz alumbraba de un dorado tenue todas las flores, en el agua el resplandor dorado se reflejaba exacto, era como un espejo, me asome vi mi rostro, y luego en el agua comenzaron a aparecer unas ondas, se comenzaba a ver un rostro, era un hombre estaba en una habitación, no lo podía creer. (Kagome)
Kagome: ¿Inuyasha?!