rldAclaración: Los personajes de InuYasha no me pertenecen, si no que a la mangaka Rumiko Takahashi, hago esta historia de mi total originalidad sólo para mi propia entretención y de los/las fans de este cool anime/manga
Tan sólo tres meses.
Miró a su mejor amiga y segundos después miró el suelo, no quería aun escuchar su nombre por aquellos parlantes de la consulta.
"Ogg… Odio los hospitales"-dijo con tono repugnante.
"Kagome se valiente"
"Es fácil para ti decirlo, Sango, no estas en mi lugar"
"Lo sé pero… soy tu mejor amiga, a mi me dolerá tanto como a ti"
"Tienes razón, lo siento"-se disculpó tomándole la mano a la joven de pelo color café y aprestándosela.
Kagome tenía el pelo negro y la piel trigueña, sus ojos eran del color marrón e increíblemente expresivos, y ahora denotaban nerviosismo e inseguridad, y aunque sabía más o menos cual era la respuesta del médico, no podía evitar sentir un dolor inmenso en su alma por ello.
"La señorita Kagome Higurashi, favor entrar a la puerta siete"
"Genial más encima un número de mala suerte"-refunfuño.
"Vamos Kagome"-Sango literalmente la empujo para pasar las puertas y entrar al pasillo de blancas paredes, de cerámicas blancas, y si, de puertas blancas.
"Por eso odio los hospitales, todo tan blanco ¿Qué no conocen otro color?"
"Dios, estas demasiado irritable"-le reprendió Sango, aunque en el fondo ella entendía a Kagome, rogaba, aun tenía la esperanza que les dijeran que no, que aquello que el doctor había soltado como una suposición en exámenes anteriores no fuera más que eso, una suposición.
"Sango"
"dime"
"Te quiero"-fueron sinceras aquellas palabras, Sango no supo porque pero sus ojos se llenaron de lágrimas, y las trato de contener, debía ser fuerte, y dar esa fuerza a su mejor amiga.
"Yo también Kagome"-sonrió, una sonrisa sincera pero triste.
Llegaron frente a la puerta…blanca, o quizás era color crema, pero es lo mismo casi, y antes de que Kagome pudiera golpearla con sus nudillos el doctor se precipito a abrirla.
"Pasa Kagome"-le dijo con una voz tan amable que ella sintió un temor más grande que antes.
"Sin rodeos por favor"-se atrevió a decirle ella, aunque no quería aun escucharlo.
"Deberías sentarte"- el doctor paso por detrás de ambas muchachas y llegó a su asiento detrás del escritorio de madera que tenía lleno de papeles.
Kagome al ver que Sango le hacia caso al doctor y se sentaba también lo decidió hacer ella.
"Y ¿bien?"-dijo Sango con ojos nerviosos.
"Tengo los resultados de tu último examen Kagome"
"Lo sé por eso estoy aquí"-Kagome mordió su labio inferior molesta. Su humor estaba horrible desde que le habían dicho que le había encontrado un extraño tumor en el cerebro, primero le dijeron que era benigno y que no había problema. Pasado el tiempo los dolores de cabeza aumentaron, con ello sus desmayos, y entonces tuvo que hacerse nuevamente otros examen, hasta hoy que sabría el resultado de su último examen, del cual el doctor ahora debía hablarle. Una parte de Kagome sabía lo que sucedía, otra negaba completamente a aceptarlo.
"El tumor que te encontramos hace cuatro meses en estos resultados salió…. Maligno"-Kagome le sostuvo la mirada al doctor, sus ojos picaban.
Se fuerte
Se fuerte
Se fuerte
"¿entonces…?"
"Lo siento Kagome pero…. Se ha expandido por todo tu cuerpo, tienes cáncer y…."
"se expandió…"-Kagome sintió su corazón acelerarse, su abuela hace dos años había muerto de lo mismo, se lo habían encontrado tarde y eso le había dejado pocos meses de vida, entonces Kagome sintió su corazón aun oprimirse más ante la nueva pregunta que se creo en su cabeza, y aunque temía mucho, la hizo valientemente-"entonces, ¿Cuántos meses tengo de vida?"
"Kagome no sé si estés preparada aun para saber eso"-le dijo el doctor de forma conciliadora.
"Esta loco, estoy muy preparada para saberlo, por eso se lo estoy preguntando"-Kagome se alteró y se levantó de su asiento golpeando con sus manos la mesa de madera.
"Kagome"-musito Sango tocándole el hombro.
"Sango no me mires de esa forma, sólo quiero saber cuanto puedo vivir, en este momento usted me esta desperdiciando mis preciados segundos, dígalo ¡Ya! Por el amor de Dios"-Los desesperados ojos de la muchacha se clavaban en los del doctor de canoso cabello.
"Tienes razón Kagome, mereces saberlo todo, de acuerdo a como ha avanzado tu enfermedad, tus posibilidades de vivir son de un periodo de tres a cuatro meses nada más"-el doctor la miro con lástima, y Kagome odio esa mirada, de pronto sintió mucho calor y que se asfixiaba, necesitaba salir rápido, necesitaba salir de ahí.
Sin previo aviso abrió la puerta de la oficina del doctor y salió corriendo por el pasillo blanco o de color crema, eso no le importaba, chocó con una enfermera que le tomo el codo para reprenderla pero Kagome se lo quito bruscamente y siguió corriendo hasta lograr salir del consultorio, a fuera el viento le choco la cara de forma agradable pero tenía ganas de seguir corriendo, como si estuviera escapando de algo, lástima que de lo que trataba de escapar estaba en su propio cuerpo.
Tres meses….
Aun no he hecho todo lo que he planificado para mi vida…
Tres meses….
No le he dicho suficientes veces a mamá, al abuelo y a Souta que los quiero…
Tres meses…
Aun no me compró el último tomo del libro que me gusta…
Tres meses…
Aun no he tenido novio
Tres meses…
No he podido decirle lo que siento…
Tres meses…
¡Dios, aun soy virgen y tengo veinte y uno!
Tres meses…
A….
Y entonces el rostro de él apareció frente a ella como la más hermosa ilusión, InuYasha el de cabellos negros como la noche, InuYasha, el de ojos como el sol, InuYasha aquel que era fuerte y deseado por muchas, tantas que ella no sabía si tenía alguna posibilidad, más que aquella amistad que tenían…
Escuchó pasos atrás de ella, para ese entonces Kagome había detenido su frenética carrera y se dedicaba a ver a unos niños jugando en aquella plaza con una pelota de futbol.
"Kagome…"
"Y de pronto Sango he visto pasar mi corta vida frente a mi…"
"Kagome yo…"
"Hay tantas cosas que quiero hacer y que las aplace porque me dije 'tengo todo el tiempo del mundo' y ahora ya no lo tengo Sango"-Dejo de darle la espalda y la miró a los ojos y no resistió más se echo a llorar como si fuera una pequeña niña en los brazos de su mejor amiga-"mierda… sólo me quedan estúpidos tres meses… quería hacer tantas cosas… tantas…"- y su llanto se convirtió en gemidos y lamentes hasta hacerla hipar.
"Kagome, si te lo propones serán los tres meses más hermosos de tu vida… y yo no dejaré de estar a tu lado"-le dijo de forma suave Sango, no sabía que palabras usar, sabía que si decía 'me pongo en tu lugar' no la consolaría porque uno no podía sentirse como el otro porque eran distintas personalidades, distintas formas de ver la vida.
La tarde paso lenta y Kagome no la pudo ver porque las lágrimas le nublaban la vista.
. . . .
"Sango"
"Dime"
"Quiero pedirte un favor"-Kagome dio otra probada a su helado al momento que se detenían frente a su casa.
"Lo que sea Kagome"-contestó muy segura la joven.
"No se lo digas a nadie de la universidad, ni siquiera a Miroku por favor"
"No te preocupes Kagome no se lo diré a nadie, si aun tú no te sientes lista para decirlo…"
"Ahora debo hablar con mi mamá…"
"¿Quieres que entre contigo?"
"No te preocupes"-negó con su cabeza-"Yo puedo hacerlo"-sonrió-"Nos vemos mañana"
"Sip"-Sango la abrazó fuertemente con cuidado de no ensuciarse con helado y se fue a su casa, que no quedaba demasiado lejos pero tampoco demasiado cerca de Kagome.
La joven entro a su casa, su madre al momento que sintió la puerta abrirse corrió a su encuentro con rostro preocupado, tenía los ojos rojos como si hubiera estado llorando mucho tiempo. La madre de Kagome no había sido capas de ir con ella ante la noticia de que quizás su hija podría tener aquella horrible enfermedad, fue algo que la supero…
"Kagome"-la abrazo fuertemente, se alejo un poco para mirarla y entonces lo entendió al a ver a su hija con la cabeza gacha.
"Lo siento mamá"-Kagome volvió a abrazarla y las lágrimas entonces no dejaron de caer.
Aquella noche, era la noche más triste de su vida, Kagome se quedó dormida sin darse cuenta llorando en los brazos de su mamá…
. . .
Todo estaba oscuro, tan oscuro que no podía ver ni siquiera su mano a un centímetro de su rostro, se sentía todo solo y frío… tan frío… esa soledad la angustiaba, camino insegura por el pasillo sin fin y entre toda esa oscuridad una luz se asomó, quiso acercarse a ella pero algo se lo impedía, en esa luz había alguien de espaldas y cuando Kagome le llamó, la figura lentamente se volteó y al hacerlo lo vio… con ese aire seguro y esa sonrisa arrogante.
InuYasha
"Kagome…. Kagome…"-escuchó a lo lejos ser llamada-"Vamos Kagome llegarás tarde a la Universidad…"
"Uni…versidad"
"Si, si, vamos Kagome, después te estarás quejando de que el profesor de retará"
Kagome lentamente abrió sus ojos…
Había soñado con InuYasha…
"InuYasha"-susurró despacito, casi inaudible.
"¿Dijiste algo hija?"
"No... nada… mamá"-Kagome recién observaba el rostro de su mamá, tenía los ojos muy hinchados…
"Aunque si no quieres ir a la Universidad…"
"No… no te preocupes"
"Te tendré listo el desayuno"
"No alcanzo a …"
"Necesitas estar fuerte"-La mujer no dijo nada más y salió de la habitación con una sonrisa dulce.
"La verdad es que ir a la universidad así es perder el tiempo"-Kagome se sentó en su cama y perezosamente corrió las frazada, el resultado de los exámenes los había sabido el viernes, de ello habían pasado dos días ya… esa angustia, tristeza, desesperación no se le quitaban con nada pero había decidido ser fuerte y lo poco que tenía de vida tratar de pasarlo lo más feliz. Por eso ahora en su mente estaba decidido, había postergando demasiado aquel sentimiento que poseía por él. Tenía que decírselo, no quería arrepentirse.
"Pero tengo miedo…"
"¡Kagome!"-escuchó a su madre llamarle desde abajo.
"Voy…"
La muchacha miró su rostro en el espejo, posó su mano en el reflejo…
"Esta decidido… él sabrá lo que siento… no puedo dejarme permitir pasar más tiempo, porque ya no lo tengo…"-no quería, no quería llorar más pero de igual forma aquella mañana termino llorando en silencio.
Le quedaban pocas cuadras para llegar a su universidad, de pronto sintió demasiado calor y pensó incluso que se iba a desmayar… había olvidado tomarse el remedio que le dio el doctor.
"Soy una tonta"
"Te apoyo"
Kagome se sobresalto, miró a su lado al saber de quien era esa voz y su corazón palpito fuerte, tan fuerte que pensó que él lo escucharía.
"Que pasa Kagome que me quedas mirando con esa cara tan fea tuya"-le dijo sonriente.
¿De verdad él podría llegar a amarme?
La joven guardo silencio mirando el suelo, InuYasha se quedo extrañado al no escuchar las típicas respuestas rudas de ella, algo que adoraba de la relación que mantenían.
"¿Kagome?"
"que…"
"Te sientes bien, generalmente me gritarías y te irías enojada"
"No tengo tiempo para pelear…ya no tengo tiempo"
"¡Cierto estamos atrasados!"-dijo InuYasha de pronto al ver la hora, aunque a él le daba lo mismo llegar tarde pero Kagome generalmente se alteraba demasiado y comenzaba a correr y a gritar…pero eso no paso.-"Algo esta mal contigo hoy"-InuYasha de broma se acercó y le toco la frente.
Kagome abrió sus ojos algo más grande ante la cercanía de él, siempre la ponía tan nerviosa… Estaba enamorada de InuYasha desde que lo conoció en aquella fiesta de nuevos en la Universidad.
La primera ves que lo vio pensó que era lindo, mejor dicho muy hermoso como para ser alguien de esta tierra, pero nada más, luego coincidieron en que ambos estudiaban lo mismo, medicina, como se habían visto en la fiesta él se sentó junto a ella, y así inicio aquella simple amistad… lástima que no se quedo en una simple amistad para Kagome… porque de su lado surgió el amor, y ¿del lado de InuYasha?
"InuYasha…"-Kagome lo miró de reojo apartando la mano de él y sosteniéndola entre sus manos…-¿Te puedo hacer una pregunta?"
"¿Me quieres preguntar por qué soy tan genial?"-bromeo… pero no encontró las cejas fruncidas de ella acompañadas por una sonrisa disimulada que esperaba hallar ante su comentario.
"InuYasha yo…"
"Dilo ya perra, estas actuando muy raro"-ella suspiró.
"Olvídalo"-dejo caer completamente la mano de InuYasha, él observo su mano que dejaba de sentir la calidez de ella.
"Oye"-le tomo del brazo al ver que se alejaba-"¿que me ibas a preguntar? odio que me dejen con la duda"
"Nada"
"Kagome no me hagas enojar"
"Llegaremos tarde a clases"
"¡Kagome, vamos no seas perra dímelo!"
"así menos te lo diré idiota"-atacó cansada… un tipo como él, que la trataba así… jamás sentiría algo por ella, pensó triste mientras a lo lejos InuYasha seguía reclamando.
Para cuando terminaron las clases, la muchacha se demoro más en salir, aunque estaba cansada quiso darse una vuelta por todo el campus, al terminar de dar su recorrido se sorprendió un poco al encontrarlo en la entrada… ¿esperándola?
"¿Me estabas esperando?"-preguntó algo esperanzada.
"NO… sólo se me antojo plantarme aquí…"-le dijo en tono irónico.
"ah… ya veo, genial"-sonrió triste.
"Vamos"-fue lo único que agrego él, Kagome lo siguió en silencio.
Llegaron a una plaza que cubría casi dos cuadras con frondosos árboles, muchas bancas, y algunos juegos para niños.
InuYasha se sentó en una de las bancas y le hizo un gesto para que lo imitara.
"Tú"
"¿ah?"
"¿Qué era lo que me ibas a preguntar?"-le volvió a insistir InuYasha con una expresión infantil en su rostro, Kagome no pudo evitar reír un poco, ante toda esa espesa niebla que veía a su alrededor InuYasha de alguna u otra forma era su luz, aunque sonará cursi y cliché.
"InuYasha ¿Qué…qué…harías si de pronto yo muero?"-termino de decir con el corazón comprimido, sin poder ser capas de mirarlo a los ojos…él pensaba responderle algo divertido para molestarla pero al ver su expresión tan seria algo dentro de su ser, una alerta le advirtió que quizás no era el momento de decir alguna estupidez, no supo porque pero le dolió.
"Me muero contigo… Kagome"-le respondió con una voz seria y sincera acompañado de una nostálgica expresión, lástima que Kagome estaba mirando el suelo tratando de contener las ganas de llorar perdiéndose aquella expresión…porque quizás se hubiera dado cuenta de algo más…
Continuará…
Chan chan chan he aquí mi nuevo proyecto, no creo que tenga demasiados capítulos, se que Kagome ha llorado mucho en todo el capítulo, pero no es para menos ante la noticia, varios de mi seres queridos han muerto por esta maldita enfermedad, y sentí la necesidad de expresar algunos de esos tristes sentimientos a través de esta historia. PORQUE ES UNA REALIDAD. Y a veces es bueno tratar estos temas.
Desde ante mano les agradezco su apoyo (tanto en mi anterior Fanfics Injusticia de Creer, que tan solo me falta el último capítulo subir) en esta nueva historia que estoy creando, una historia de nostalgia, amor y una realidad.
Beso ¡
Dejen Comentarios por favor : D!