ATENCIÓN: Los personajes le pertenecen a Stephenie Meyer, no a mí por desgracia, la trama y Andrew son todos míos así que nadie NADIE se atreva a robarla o les enviare a los Volturis. Gracias!
Los hermanos
-Vaya, vaya. Esto es mejor que una de esas novelas que son tan populares- dijo Alice con ironía al tiempo que depositaba su taza de té en la mesita de la sala. Habíamos estado hablando por más de media hora de todo el asunto que me mantenía en vilo.
Resoplé y le fruncí el ceño. ¡Este no era un asunto del qué bromear!
-Lo siento- dijo aunque no aparentaba sentirlo- pero ¿Qué tiene de malo que te cases con tu viejo amigo? Ya lo conoces, él no te va a hacer la vida imposible y va a haber más comunicación entre su matrimonio. Tuviste suerte, otras chicas lo pasan peor.
Desvié la mirada. Eso definitivamente era cierto. De pronto, sentí su cálida y pequeña mano en mi hombro.
-¿Qué es lo que te preocupa?- preguntó con serenidad y una amigable sonrisa en el rostro.
-Conocí a un joven en la fiesta. Es un completo caballero, muy inteligente- comenté sonrojada- y muy atractivo, amable y el hombre más perfecto que jamás haya conocido- agregue con un suspiro como tonta enamorada.
Alice se rió suavemente.
-Vaya, el flechazo fue fuerte ¿no, querida?
Asentí y me dejé caer al respaldo del sofá.
-Cuéntame ¿Quién es él?- dijo mientras tomaba un sorbo de su té.
-El joven Cullen- respondí como boba
Alice pareció que se ahogaba con el trago y tosía tapándose su boca. Cuando se hubo calmado me miró asombrada y con ojos como platos me cuestionó.
-¿Quién?
- El joven Cullen, ¿te encuentras bien, Alice?- le pregunté con preocupación. Esto estaba poniéndose muy extraño.
Mi amiga se puso cada vez más pálida hasta parecer casi amarilla con su respiración entre cortada respondió:
-Sí, sí. Estoy bien, creo. ¿Sabes qué, Isabella? Es mejor que me marche. Mis padres me estarán esperando y también mi hermanita Cynthia. No me puedo tardar mucho porque mi madre está confeccionando algo de ropa y mi padre está trabajando, así que no puedo dejar a Cynthia, pero qué tal si mañana vamos a un paseo por el lago y aprovechamos a tomar un refrigerio y platicar más a fondo. El clima va a estar bien agradable, ya lo verás. Y… no sé… invita a Rosalie. Yo me marcho.
-Está bien, de acuerdo-dije confundida
-Nos vemos luego, querida.
Y con un movimiento de mano, se fue.
Me quedé mirando la puerta por algunos momentos y después sacudí mi cabeza, suspirando. Cielos, esa chica trae algo que no quiere contar.
A los minutos, me encontraba diciéndole a Judith lo que necesitaría para el paseo
-…y no se olvide de una manta. Quiero una botella de vino rebajado con agua en esa canasta y… pásele mis comentarios al cocinero. Gracias, Judith.
Al acabar, me fui corriendo a las caballerizas -aunque solo tuviéramos 3 caballos, mi padre las hizo como si fueran para 10, "todo lo mejor para nosotros" había dicho- para encontrar a mi amigo Jacob.
Su piel de un rojizo oscuro junto con esos ojos negros revelaban su legado potawatomi*. Ojos que en ese momento me miraban con diversión por llegar de una forma nada apropiada para una dama.
-¿Qué pasó, señorita? ¿Dónde está el incendio?
-Ja, ja, muy gracioso señor Black- dije con sarcasmo
-Ah, ah- dijo levantando un dedo y meneándolo- las señoritas de sociedad no deben usar el sarcasmo
Le dediqué una miraba irritada y me volteé para acariciar el caballo más cercano: "Bonti", era mi favorito, su brillante pelo blanco contrastaba con su crin negra, su altura debería ser cerca de dos Alice´s, sus músculos eran fuertes y muy bien marcados, su educación era irreprochable: su crianza y maestría por parte de Jacob había sido de las mejores en todo el lugar (no es que fuera una lugar muy grande, tampoco). Bonti y yo teníamos un vínculo muy grande.
Era por ella que empecé a hablarle más a Jacob convirtiéndonos en amigos. Aunque unos amigos no muy bien vistos por la sociedad, claro está.
-¿Ha estado comiendo bien?-pregunté.
-Sí, de hecho ya come más de lo normal.
Sonreí sin apartar la mirada de la yegua. Ella había tenido algunos problemas alimenticios estos últimos días, cosa que me había preocupado. De pronto se me ocurrió una idea que me alegró el día, me volteé para contarla
-Jacob, ¿no sería genial si Bonti estuviera esperando?
-¿Esperando? ¿Esperando qué?- me miro confundido
Solté una risita. No era fácil confundir a Jacob Black
-Un potro, Jacob
Me miró atónito por algunos momentos mientras yo solo sonreía por su reacción.
-Concuerda con los síntomas- respondió por fin.
-¿Cómo no pudiste saberlo?- pregunté con cautela.
-Supongo que considero que sé todo de ella y que hubiera algo de lo que yo no supiera nada se me hacía una posibilidad muy improbable.
Puse los ojos en blanco mientras una chispa de irritación me invadía. ¡Hombres! Suspiré y conté hasta diez para calmarme.
-¿Cómo está Leah?- dije para cambiar el tema, al parecer no se dio cuenta ya que su cara se iluminó con una sonrisa de hombre enamorado.
-Preñada- contestó
Eso me sorprendió tanto que apaciguó mi genio
-¿En serio?
-Sí, tiene dos meses
Una duda empezó a crecer en mí tan rápido que picaba el decirla ¡oh, la tentación! Y los humanos tan débiles
-Este…Jacob-desvié la mirada y supe que me había puesto roja- tú…tú sabes…ustedes no… ustedes no están casados… ¿o sí?- pregunté patéticamente
Supe que se había enfadado mucho por la pregunta pero cuando iba a retractarme tal fue mi sorpresa de lo que yo consideraba enojo él había estado riéndose en silencio y al ver mi cara directamente soltó las carcajadas reprimidas
-No es gracioso- espeté con el entrecejo fruncido
-Lo…lo siento pero… debió haber visto su cara.
Hice una mueca, cosa que lo hizo reír aún más fuerte.
-No, no estamos casados- respondió con una sonrisa- aunque recuerde que sus leyes no mandan sobre mi pueblo- apuntó
Me sonroje otra vez. Había olvidado eso.
-Es cierto- dije suavemente- Me tengo que ir, señor Black, está anocheciendo y todos debemos regresar a casa- dije con voz autoritaria aunque la cambie para agregar- Me saludas a Leah, Jacob
-Sí, señorita.
Me di la vuelta y corrí hacia la casa. Después de cenar y comentarle a mi madre la salida con Alice, subí a mi cuarto- avisando a Rosalie de paso la invitación que ella rehusó- y literalmente me aventé a la cama.
Cuando desperté la mañana siguiente el indomable clima no había cambiado. Había unas nubes que tapaban la luz del sol y daban una especie de bochorno.
Alice y yo nos encontramos en la plaza para partir juntas hacia el bosque.
-¿Alice, es esto seguro?
-Vamos, Bella. Solo relájate y disfruta el ambiente. Faltan algunos metros y veras una preciosidad de vista. Estará algo frio así que espero que hayas traído un abrigo.
-Sí, lo traje. Rosalie insistió.
-¿Por qué Rosalie no pudo venir?- preguntó animadamente. Sí, así es Alice.
-Está embarazada y últimamente no soporta mucho. De hecho hoy le dije que pasara los demás días de espera en casa y yo le iba a pagar esos meses.
-Es una lástima, presiento que hoy va a ser un día sensacional- decía al tiempo que salíamos del bosque hacia un claro y teníamos una buena vista del lago.
Sus aguas, una mezcla de oscuridad y transparencia, le daban un toque mágico a los arboles cubiertos de musgo en sus troncos.
-Es muy hermoso- casi balbuceé.
-Lo sé. Creo que soy la única que lo ha descubierto además de los cazadores. Todo mundo está adentrado en su vida que no se toman un tiempo para…- y siguió hablando pero yo ya no prestaba atención. Mi concentración estaba en la belleza del lago. Ahí en un pequeño rincón estaba una orquídea muy linda, cuyos colores me atraían a tocarlos y saborearlos.
-¡¿Me estás escuchando?!- me sobresalté al oír su queja.
-Lo siento, el paisaje me hipnotizó- admití con un horrible sonrojo
-Es comprensible, a mí me pasó lo mismo la primera vez.- dijo suavizando su tono.
Nos sentamos en la hierba usando una manta que habíamos traído. Y después de una corta conversación de nada sustancial nos pusimos a disfrutar de la tranquilidad y la belleza del lugar.
Ya habían pasado una hora de tranquilidad y bocadillos cuándo escuchamos los cascos de caballos. Nos levantamos asustadas y cubrimos nuestras espaldas.
Al poco tiempo hubo un silencio sepulcral en donde no se oían ni los sonidos del lago-aunque bien podría haber sido solo mi imaginación- exceptuando las pisadas del caballo y nuestros acelerados corazones.
Cuando se escuchaba más fuerte aún esos sonidos apareció una calma más dolorosa que la anterior, y, de la nada, aparecieron dos caballos con sus respectivos jinetes arriba de ellos.
Los brincos del sobresalto casi causan que nos desplomaramos en el pasto.
Al subir la mirada me encontré con otra dorada y mi corazón se llenó de alivio instantáneo, como también de un gran anhelo hacia él.
-Cielo santo, Señor Cullen. Si quería atraer mi atención debió buscar una manera más tranquila que esta.- en cuanto las palabras abandonaron mi boca me arrepentí el haberlas dicho. Mas a Edward le causaron gracia ya que soltó más de una carcajada.
-Presento mis disculpas, señorita Swan- dijo con su melodiosa voz en un tono un tanto burlón- estábamos buscando un lugar para cazar- dijo con una mirada que no supe interpretar hacia su acompañante que nadie podría haber notado si no hubiera puesto mucha atención, cosa que demostró lo embelesada que estaba yo- lo cierto es que nos sorprendió de que hubiera gente en estos alrededores ya que no es seguro- ese tono de reproche causo un sonrojo en mí.- Pero que tonto soy, a mi hermano no lo conoce, señoritas les introduzco a Jasper Cullen; Jasper la señorita Isabella Swan y su amiga.
El tal Jasper debía ser al menos 5 años menor que Edward. Los dos hermanos eran completamente diferentes a no ser por los ojos dorados y su extrema palidez. Jasper tenía un color miel en su pelo, era de facciones más alargadas y parecía ser más alto que Edward cosa que se confirmo cuando bajo del caballo para hacer una pequeña reverencia. Por lo menos le sacaba 20 centímetros de cabeza. Aún así, ambos hermanos eran muy guapos.
-Les presento a Alice Brandon. Mi mejor amiga.
Al volver la cara hacia ella me di cuenta que no me miraba en absoluto. Estaba comiéndose a Jasper con los ojos, ya que no apartaba la mirada de él para nada y al parecer el sentimiento era reciproco porque él no movía los suyos de ella.
-Me ha hecho esperar mucho tiempo- dijo Alice
Su frase me dejó completamente anonadada ¿es qué ella había planeado la reunión?
-Lo siento, señorita- respondió Jasper con una sonrisa pero con tono un tanto vacilante en la voz. Muy bien ahora estaba demasiado confundida.
Miré a Edward por si acaso él sabía lo que ocurría aquí pero él me devolvió la mirada con aún más confusión que yo.
Al parecer nadie sabía lo que ocurría aquí además de Alice.
DESPUES D SIGLOS YA ACTUALIZE! GRAX X LA LECTURA!
DIANIGHT :)