Digimon Tamers Fanfic
Domingo 26 de julio de 2009
Por: Escritor Fantasma
Una de mis series favoritas es sin duda la tercera saga de Digimon. Así que en homenaje a este memorable anime y a sus principales protagonistas escribo este relato. No importa su extensión, sino el mensaje emitido.
Digimon Tamers y todos sus personajes son propiedad exclusiva de Chiaki J. Konaka. Yo sólo me tomé la libertad de crear esta historia sin fines de lucro, sólo por diversión.
"El regreso de los Tamers"
Capítulo uno: Planeando la reunión del reencuentro
Han transcurrido tres meses desde la batalla contra el D-Reaper, suceso que cambió las vidas de los niños elegidos por el poder del digimundo. Desde entonces ellos aprendieron a ver la vida desde otra perspectiva, más madura y realista, pero sin dejar su ingenuidad y alegría, y que a pesar del inevitable paso del tiempo siempre formaría parte de ellos.
A medio semestre para concluir la primaria y empezar la aventura de convertirse en adolescentes, los cuatro niños elegidos aún extrañaban a sus pares digitales. Su ausencia, aunque no repentina pero igual de dolorosa, les hacía sentir nostalgia de los días de gloria, los muchos momentos juntos y las aventuras inimaginables por las que cualquier niño daría hasta lo imposible por vivir; y tristeza porque, más que compañeros de batalla eran sus mejores amigos. Pero a la par de estos sentimientos, en sus espíritus anidaba la esperanza de un reencuentro, posibilidad que les confortaba y alegraba.
De diferentes maneras cada uno de ellos continuó con sus vidas. Ryo Akiyama, el mayor de los cuatro elegidos, ausente e independiente por mucho tiempo del mundo humano, fue quien más dificultades tuvo para adaptarse; Henry Wong, quien a sus escasos 13 años ya poseía grandes habilidades en las artes marciales gracias a su paciencia y práctica; Rika Makino, la reina Digimon, próxima a convertirse en una adolescente, a raíz de los sucesos anteriores mejoró la relación con su madre y estrechó aún más su relación con su abuela; y finalmente, el líder carismático y natural de los Tamers, Takato Matsuki, seguía siendo el mismo chico ingenuo y soñador, aunque menos llorón, pero mucho más asertivo. De todos sus amigos, en mayor grado, tenía mayores esperanzas de un reencuentro con sus pares digitales. Y de todos sus amigos, parecía intuir lo especial de la unión entre el tamer y el Digimon.
Debido a la cercanía de los exámenes previos a las vacaciones de primavera, Takato estaba muy tensionado:
-Estas pruebas son las más complicadas, tengo que esforzarme por acreditarlas para no tener problemas al final del año escolar –dijo con preocupación-
-Tranquilízate Takato. Verás que estudiando lo suficiente y no presionarte en exceso, saldrá todo bien –aseguró su mejor amigo-
-A veces pienso que pelear una segunda vez contra el D-Reaper sería menos complicado que estos exámenes –rió su ocurrencia, Henry sólo asintió-, ¡pero vamos, no puedo tener miedo de esto!
-Hemos enfrentado situaciones más difíciles, en algunas arriesgamos nuestras vidas sin dudarlo, y sin embargo salimos adelante. Estos exámenes no son nada, Takato.
-Tienes razón. ¡Somos los elegidos y si queremos podemos obrar verdaderos milagros! Gracias Henry, me siento mucho mejor.
-No tienes nada que agradecer, sólo tienes que darte cuenta y no exagerar la situación.
Por algunos instantes, de camino a casa, Takato meditó sobre la actitud de Henry. Siempre le pareció más maduro que el resto de los niños, siempre centrado en su objetivo; honesto y confiable. Virtudes realmente admirables, un amigo verdaderamente admirable. Se sentía orgulloso de ser su amigo.
Henry también pensaba a la par de su soñador amigo, a quien admiraba por su alegría, honestidad y sensibilidad, y ese carisma singular que lo convertía en un verdadero líder y en una gran persona. Por nada del mundo cambiaría lo vivido a lado de su mejor amigo, que aunque creciera tendría esa chispa de inocencia a la par de su gran valor.
Mientras caminaban escucharon unos pasos apresurados dirigirse hacia ellos. Se giraron para descubrir al sujeto:
-¡Henry! ¡Takato! –Saludando a escasa distancia-
-¡Hola Ryo! Cuánto tiempo sin verte –dijo entusiasmado Takato-
- Ryo, esto es una verdadera sorpresa. ¿Cuánto tiempo ha pasado?-preguntó Henry con cierto sarcasmo-
-Sí, lo sé –disculpándose- Tres meses sin comunicación es mucho tiempo. Sigamos caminando y así les platico.
Ahora, el tamer legendario vestía el uniforme azul marino de la secundaria y cursaba de nuevo el primer año. Reconoció que lo complicado no fue volver a vivir en el mundo humano, sino su muy desarrollado sentido de la independencia que frecuentemente entraba en conflicto con las reglas y deberes familiares. Por aquellas experiencias había madurando mucho antes que cualquier otro niño, y adaptar su estilo de vida y repetir aquella etapa de estudiante le parecía muy difícil.
-Aunque lo agradable es que poco a poco se está cerrando la distancia entre mis padres y yo. Ustedes algún día vivirán esto que les digo y lo comprenderán –aseguró el tamer de profundos ojos azules- Pero dejemos ese asunto de lado, ¿cómo han estado, chicos?
-Muy bien, aunque tendremos exámenes antes de salir de vacaciones y me preocupan un poco, aunque ahora sé que puedo acreditarlos si me esfuerzo lo suficiente –dijo con determinación el castaño-
-Así se habla, Takato. Un examen es sólo una simple prueba comparado con todo lo que vivimos. Recuerden esto, aunque no sea necesario: Si tenemos fe en nosotros mismos y en nuestros sueños, podremos lograr lo que nos propongamos y triunfaremos–aseguró con entusiasmo Ryo- Y no dije esto sólo para motivarte, lo digo porque yo mismo lo llevo a práctica, aunque no sea sencillo, pero la perseverancia es la clave.
Los dos menores escucharon atentos las palabras de su predecesor, a quien admiraban y reconocían como el mejor. Ryo, a su vez, sentía un profundo respeto por ellos, sus valientes amigos.
-¿Y qué ha sido de Rika?-al mencionarla, el ojiazul se sonrojó-
-Con frecuencia la vemos. Sigue siendo seria, pero es menos distante y mucho más amable, todo gracias a su nueva mejor amiga –informó Henry-
-Si alguien puede acercarse a Rika sin miedo a recibir un golpe es Juri –dijo riendo Takato-
-La señorita Kato, ¿ella cómo está? –Preguntó con amabilidad Ryo-
-Mucho mejor. Aún le duele recordar a Leomon, pero lo positivo es que ella y su padre han mejorado su relación y han superado los problemas de su pasado –reveló Takato con un brillo especial en su mirada-
-En pocas palabras, ahora realmente es feliz –expresó Akiyama-
Takato asintió. Henry y Ryo sabían desde hace tiempo del sentimiento especial de su amigo por Juri, pero prudentemente guardaron silencio al respecto. Dejarían ese asunto al tiempo.
-Chicos, ha pasado tanto tiempo y he estado muy ocupado, pero ahora quiero relajarme. Debemos reunirnos para recordar viejos tiempos y disfrutar de los nuevos –sugirió Ryo-
-No es mala idea, Ryo. Aprovechemos que es fin de semana y aún tenemos tiempo suficiente para estudiar. Podríamos reunirnos hoy en la tarde –propuso Henry-
-Por mi está bien. Hace tiempo que quiero volver a verlos. Qué malo que Herokazu y Kenta se hayan mudado a Osaka, pero en vacaciones haremos lo posible por traerlos. ¡Por ahora, es tiempo de que los cuatro Tamers elegidos se reúnan de nuevo! –Dijo con gran entusiasmo su líder natural- En cuanto llegue a casa le llamaré a Juri para informarle de nuestros planes.
-Está bien, pero primero debemos escoger el punto de reunión –dijo Henry con su sentido natural de la organización-
-Por eso no te preocupes. Podemos hacer la reunión en mi departamento. Es lo suficientemente grande para todos nosotros –propuso Ryo-
-¿Pero no se molestarán tus padres?-inquirió el pragmático Wong-
-No están en la ciudad, llegarán hasta el lunes en la tarde. Así que tengo el departamento para mí solo, jeje –aseguró divertido y malicioso el preadolescente- Si así lo quieren, pueden quedarse a dormir y al día siguiente se van, no tendrían así prisa por llegar a sus casas a una hora tan tarde y no preocuparían a sus padres.
-Tú idea es muy buena, sólo hay que convencer a nuestras familias para que nos den el permiso de quedarnos en tu casa –dijo con cierta duda el castaño-
-Ten por seguro que les darán que sí. Ya nos conocemos y ellos confían en nosotros, además, no haremos ninguna locura, sólo pasaremos una velada y ellos podrán supervisarnos si así lo quieren –les aseguró el tamer legendario-
-Por mi no hay inconveniente –afirmó Henry- No dudo que mi padre me dé el permiso.
-Hablaré con mis padres y los convenceré. Y entonces llamaré a Juri para que le informe a Rika sobre la reunión y nos veamos en el departamento de Ryo –expresó con renovada seguridad Takato- Me encargaré de llevar suficiente pan para después de la cena, jeje.
-Sí, hace tiempo que quiero volver a probar el pan de la familia Matsuki –dijo Ryo con una divertida sonrisa- Por la comida no se preocupen, compraremos unas pizzas y refrescos tengo suficientes.
-Yo llevaré películas de acción y terror para ver durante la velada. Nunca pueden faltar, y si les gusta la idea, podemos hacer karaoke –propuso Henry-
-OK, hasta ahora tenemos casi todo planeado y cubierto. Sólo faltan las chicas, pero Takato se encargará de informarles y ellas sabrán ponerse de acuerdo. Bien, será mejor que me vaya para ordenar el departamento que está algo de cabeza –reveló muy poco apenado, los demás chicos asintieron- ¡Los espero esta noche!
-¡Hasta esta noche! –Dijo Takato- Creo que nosotros también debemos apresurarnos a llegar a nuestras casas, Henry.
-Si, es cierto. Entonces nos vemos esta noche –aseguró Henry antes de tomar el rumbo de su departamento-
-¡Nos veremos entonces! –Dijo Takato corriendo las escasas calles que le separaban de su hogar-
Al cruzar el umbral de su hogar, presintió que esta noche sería una de las mejores de su vida, pues estaría en compañía de sus amigos, así que haría todo lo posible por convencer a sus padres. Y si el destino estaba de su lado, por fin haría lo que debió hacer hace mucho tiempo.
Continuará…
Notas finales: Bien. Este es el primer fanfic que escribo sobre la serie Digimon Tamers, mi favorita de todas las sagas de Digimon. Después de mucho tiempo logré escribir el primer capítulo, porque durante mucho tiempo estuve con moderados bloqueos y también desarrollando mí proyecto original. No tengo previsto hacer este relato muy extenso en cuanto a cantidad de capítulos, es por eso que estos son largos, pero con seguridad para todos aquellos que amen la lectura les parecerán breves.
No sé cuánto tiempo me tome para escribir el siguiente capítulo, tampoco puedo prometer que será en breve. Así que de antemano gracias por su comprensión, paciencia y recibimiento.
Recuerden: todas sus críticas constructivas y aportaciones serán bien recibidas. Hasta pronto.